1. El documento trata sobre la racionalidad teórica, en concreto sobre la realidad, el conocimiento y la verdad desde una perspectiva filosófica.
2. Se analizan diferentes concepciones filosóficas sobre la realidad a lo largo de la historia, desde modelos que la conciben como un ser vivo hasta modelos más mecanicistas.
3. También se distingue entre la perspectiva científica y filosófica sobre la realidad, siendo la metafísica la disciplina filosófica que estudia el ser en cuanto
1. TEMA 3
LA RACIONALIDAD TEÓRICA: REALIDAD,
CONOCIMIENTO Y VERDAD
¿Qué es la realidad?, ¿Qué es esto? Una pregunta a la vez tan genérica como inevitable
para un ser humano puede responderse desde la ciencia o ser convertida en un problema
filosófico. Como vimos en el tema anterior, desde la ciencia nos interrogamos sobre la
estructura y el funcionamiento del mundo físico.
A lo largo de la historia de la ciencia tras las respuestas que se han dado subyacen
distintos modelos generales de lo que pueda ser la naturaleza (cosmovisiones científicas)
que se han ido sucediendo y a veces han coexistido simultáneamente. Se ha concebido al
universo como un gran ser vivo donde cada parte tiene su función y una finalidad
determinada por el todo; se ha entendido, otras veces, como un gran fractal matemático
donde cada parte es una representación a escala del todo y donde todo está atravesado por
fuerzas y relaciones de carácter mágico; otras, se ha pensado como una gran máquina
donde los engranajes férreamente encadenados siguen un orden preciso y un
funcionamiento matemáticamente exacto; para en nuestros días llegar a considerar que la
apariencia del mundo que nos rodea depende de nuestro estado de movimiento, es decir,
es relativa a este movimiento, y el funcionamiento mismo de la realidad física hace que sea
imposible conocer simultáneamente la posición y la velocidad de una partícula según se
afirma, por ejemplo, en el principio de indeterminación de Heisenberg.
Cuando de la realidad se hace un problema filosófico nos adentramos en el terreno
de una de las disciplinas filosóficas, la metafísica. Aborda ésta el estudio del Ser, no como
las ciencias centrándose en un aspecto de él, sino en su máxima generalidad. Se trata de
determinar las características generales de todo cuanto existe, ¿qué es lo que hace que lo
podamos considerar como real? Se abre aquí una cuestión metafísica fundamental: ¿en
qué medida la realidad es fruto del sujeto o lo es con independencia de él?, es decir, ¿en
qué medida la realidad es un producto de nuestra mente?
También analizaremos algunos de los problemas fundamentales de la metafísica
occidental que tradicionalmente han girado en torno a tres grandes objetos: el yo o alma
(¿tiene algún sentido la existencia?, ¿somos libres?), el mundo como totalidad (¿existe
desde siempre o tuvo un inicio?, ¿reina en él el más férreo determinismo o todo es fruto del
azar?, ¿es simple o compuesto?, etc.) y Dios (¿existe?, ¿se puede demostrar su existencia?,
¿qué sentido y qué origen tiene plantearse la existencia de Dios?).¿Se puede llegar a
responder de forma definitiva y categórica a estas cuestiones?, ¿Qué sentido tiene hacerse
estas preguntas? En todo caso, aquí nos cuestionaremos tanto el valor de las respuestas
dadas como el de las preguntas formuladas.
Departamento de Filosofía. IES La Fuensanta
Curso 2012-2013
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2. Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad
1. LA REFLEXIÓN FILOSÓFICA SOBRE LA REALIDAD.
1.1. LA PREGUNTA POR LA REALIDAD
La pregunta por la realidad es una de las que más han ocupado a los filósofos. El estudio filosófico que pretende abrirse a la
totalidad de la realidad, que se pregunta por “lo común y universal de todo” y trata de descubrir los principios últimos que
dan razón de lo que hay y de lo que somos, se le denomina metafísica (de lo que nos ocuparemos en el apartado que sigue).
La historia del pensamiento nos ha legado dos modos de definir lo real: uno negativo y otro positivo.
a) Según la definición negativa, realidad es lo contrapuesto a apariencia o también a posibilidad: lo real es lo no
aparente y lo que no es meramente posible. Sin embargo, este modo de proceder no es muy fecundo, porque no nos
dice qué es la realidad y también porque podemos decir que el ser posible es un modo de ser real.
b) Pero al intentar llegar a una definición positiva de realidad encontramos el inconveniente de que nos lleva a términos
que, a su vez, precisan aclaración. Por eso es importante analizar los principales significados filosóficos de este
término:
b.1. Hablamos de una realidad contingente, cuando nos referimos a algo que es actualmente, pero puede dejar de
ser y pudo no haber sido; por ejemplo, mi propia existencia, que es real en este momento, pero que no lo era antes
de nacer y que pudo no haberlo sido nunca. Tradicionalmente, la existencia de seres contingentes ha llevado a
preguntarse por la causa de su existencia. Este es el caso del mundo en su totalidad, que es, pero podría no haber
sido.
b.2. Podemos usar la palabra realidad para referirnos a algo necesario, que se define como lo absolutamente real, es
decir, como lo que existe y no puede no existir ni ser de otra manera. En nuestra cultura, este modo de realidad se ha
atribuido tradicionalmente a Dios: de él se suele decir que es el ser necesario. Pero también se puede entender que las
cosas tienen algunas propiedades de modo necesario. Por ejemplo, para que una figura sea un triángulo, la suma de
sus ángulos ha de ser necesariamente 180 grados.
b.3. En ocasiones llamamos real a lo que percibimos a través de los sentidos: la realidad sensible o física. Cuantos
más sentidos certifiquen la presencia de un objeto, más probable es que lo consideremos real. Esto no significa que
todo lo que nos muestran los sentidos sea, por eso, real; ni tampoco que solo sea real lo que ellos nos muestran.
Podría suceder que todo cuanto percibimos ahora fuera solamente un sueño y, cuando despertemos, nos demos
cuenta de ello. Los objetos designados como reales en este sentido los consideramos como existiendo fuera de
nuestra mente y con independencia de ella.
b.4. También podríamos hablar de realidad psíquica, para designar la realidad de nuestros pensamientos,
imaginaciones, deseos, ideas, recuerdos, dudas, etc. Aquí hay que distinguir dos aspectos diferentes: por una parte, la
actividad de pensar, imaginar, idear, etc.; por otra parte, el contenido a que se refiere esa actividad. Por ejemplo, si
pienso en una montaña de oro es real que la estoy pensando, pero no es real la montaña en la que pienso; es real mi
acto de pensar, pero no lo es el contenido de mi pensamiento. Las realidades psíquicas son siempre internas,
intramentales.
b.5. En la actualidad usamos con frecuencia la expresión realidad virtual para referirnos al conjunto de percepciones
y sensaciones generadas con ayuda de un soporte técnico (ordenador o cualquier otro aparato). Pero no solo la
tecnología es capaz de generar este tipo de realidad, hay productos de la ficción o la fantasía, como, por ejemplo, una
novela, un poema, etc., que también pueden hacerlo. Dicho conjunto de percepciones y sensaciones de carácter
imaginario configuran un entorno o mundo nuevo, llamado realidad virtual.
1.2. APARIENCIA Y REALIDAD. POSIBILIDAD Y REALIDAD
La confusión entre lo que es y lo que parece ser es muy frecuente en nuestra vida cotidiana: a menudo nos
quedamos perplejos ante algo que nos parecía real y que descubrimos como pura apariencia. Entonces es posible que nos
formulemos una pregunta básica de la ontología: ¿qué es la realidad? Hemos visto que oponiendo realidad y apariencia
logramos una definición negativa de realidad. Definición que es insuficiente e incluso, para algunos filósofos, inexacta, pues el
aspecto de una cosa puede ser también su verdad. Por eso, de manera resumida diremos que la apariencia ha sido concebida
de tres formas:
a) Como el ser real de las cosas, en cuanto que estas se identifican con los aspectos que presentan.
b) Como ocultación del ser de las cosas, pues tal ser está más allá de lo que las cosas parecen.
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3. Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad
c) Como el camino para llegar a descubrir el ser real de las cosas, pues solo a través de su apariencia podemos alcanzar su
auténtico ser.
También podemos hablar de realidad en referencia a lo posible. En cierto modo, lo posible aún no es real, aún no
existe: mi profesión futura no tiene aún realidad. Pero es algo que podrá llegar a ser, porque actualmente se dan las
condiciones para que sea real en el futuro. Por ello decimos que algo es posible cuando está ya previsto o anticipado en el
desarrollo de algo. Así como un círculo cuadrado es totalmente imposible, que un día se descubra la causa del cáncer es una
posibilidad y, por tanto, tiene algo de realidad.
1.3. LA PREGUNTA POR EL SER: FÍSICA Y METAFÍSICA.
De manera genérica definimos la Metafísica como la disciplina filosófica que intenta responder a la pregunta ¿Qué es
la realidad? Lo que diferencia la metafísica de la física es que ahora esta pregunta por la realidad es convertida en un
problema filosófico y no se trata de responder desde la ciencia. Apreciar esta diferencia es más difícil si tenemos en cuenta
que el término “metafísica” ha adquirido distintos significados desde su aparición en la historia de la filosofía. Para
orientarnos un poco quizás lo mejor sea ver cuál es el sentido que tenía originalmente dentro de la filosofía de Aristóteles.
1.3.1 EL ORIGEN DE LA METAFÍSICA COMO DISCIPLINA: ARISTÓTELES.
Aristóteles define la metafísica, que él denominó “filosofía primera”, como:
"La ciencia del Ser en cuanto Ser y de los atributos que le corresponden por el solo hecho de ser".
Hay que tener en cuenta que:
1. Se encarga de estudiar la estructura del Ser: lo común a todos los entes. No a un determinado tipo de ellos, sino a
todos en cuanto son.
2. No se confunde con ninguna ciencia ya que ninguna de ellas considera en general el Ser en cuanto Ser, sino
únicamente una parte del mismo.
1.3.2 METAFÍSICA Y ONTOLOGÍA.
Como ya vimos en el tema 1 al hablar de las disciplinas filosóficas, la Metafísica formula sus preguntas sobre la
realidad de la siguiente manera:
¿Cómo es? (Material, inmaterial, eterna, creada, con un principio en el tiempo, finita o infinita,...)
¿Qué principios la rigen? (El azar, la necesidad, tiende al orden o al desorden,...)
¿Cómo funciona? (Es como un organismo vivo, o una máquina, mágicamente,...)
Pero cuando intentamos concretar, surge una nueva pregunta: ¿De qué elementos está compuesta y qué características
tienen éstos? Este es el objeto de estudio de una rama de la Metafísica que se denomina Ontología, que, a su vez, se formula
nuevas preguntas:
La realidad, ¿está constituida por un elemento o por múltiples, éstos son simples o compuestos, materiales o inmateriales,
corruptibles o indestructibles,...?
Un objeto y otro son bien diferentes y sin embargo ambos son objetos y reales:
¿Qué tienen en común todos los objetos que hace que los consideramos como reales?
1.4. METAFÍSICAS ESPIRITUALISTAS Y MATERIALISTAS.
Como hemos visto, una de las preguntas posibles que se pueden hacer en torno a la realidad es si todo cuanto existe
(ente) es puramente material o si en la constitución de lo real intervienen elementos inmateriales. Se puede preguntar
también si existen seres reales (entes) de carácter puramente inmaterial, o incluso, llegar a afirmar que no existe nada
material sino que toda la realidad está constituida por entes inmateriales.
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4. Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad
Según postulemos la existencia sólo de lo material o admitamos la existencia de aquello que es inmaterial tendríamos lo
que se denominan metafísicas materialistas o espiritualistas, hablando, caso que se admitan ambos tipos de realidades, ya
sean en combinación o sean separadas, metafísicas dualistas.
La cosa se complica cuando empezamos a identificar aquello que es inmaterial con lo que en la tradición filosófica se ha
denominado "Espíritu", ya que este concepto, además, en la tradición cristiana está vinculado a la idea de alma y en la
filosofía moderna a la idea de sujeto del conocimiento.
Por todo ello, haremos una aproximación a aquellas metafísicas que afirman la única existencia de lo material, mientras en el
siguiente punto intentaremos clasificar todas las demás posturas agrupándolas bajo el epígrafe de “metafísicas
espiritualistas” aunque entre ellas esta denominación haga referencia a concepciones muy diferentes.
1.4.1. METAFÍSICAS MATERIALISTAS.
Una metafísica materialista explica el mundo a partir de él mismo sin apelar a ninguna otra realidad que no sea la material y
mundana. La podríamos definir de la siguiente manera:
Consiste en afirmar que todo lo real es en última instancia material, es decir, que la materia es el constitutivo último
irreductible de toda realidad, sea cual sea la manera en como aquello que es real se estructura y se nos muestra.
Puesto que la materia es el único tipo de realidad que existe en la naturaleza no hay lugar para explicaciones que hagan
referencia a almas inmateriales o espíritus, sean divinos o humanos.
En el materialismo, cuando hablamos de nuestra mente, no hablamos de algo inmaterial sino que la mente es simplemente
una manera de funcionar del cerebro, es decir, en último extremo se reduce a materia. Pondremos un ejemplo de este tipo
de metafísicas en cada época de la historia de la filosofía:
1.4.1.1. El materialismo en la filosofía antigua.
El materialismo atomista de Demócrito de Abdera (460- 370 a. C.) afirma que lo único que existe son los átomos y el
vacío. Los átomos son infinitos en número, materiales, indivisibles, eternos, indestructibles y se diferencia entre sí por la
figura, la colocación y la posición. El vacío cabe entenderlo como el espacio en el que se encuentran los átomos, en el que se
mueven, se ordenan y se componen entre sí. Todo cuerpo no es más que un agregado de átomos que se ha formado
aleatoriamente a partir de los choques que se producen entre los átomos que se mueven libremente en el vacío siguiendo el
más férreo determinismo.
Sigue un modelo mecanicista en el que el universo no está presidido por ningún plan trazado por una inteligencia
trascendente ni hay ninguna finalidad inmanente que ordene el movimiento dando inteligibilidad intencional a los procesos y
las relaciones entre los cuerpos.
Aquellas realidades que podrían parecer inmateriales como los dioses o la mente humana también están constituidas por
átomos. En el caso de la mente o el alma humana por átomos de forma esférica, muy sutiles distribuidos por todo el cuerpo y
con una mayor concentración en la cabeza posibilitando el pensamiento y el conocimiento.
1.4.1.2. El materialismo en la filosofía moderna.
Thomas Hobbes (1.588-1679), precursor del empirismo moderno, defiende el materialismo corporal. Sigue también un
modelo atomista, mecanicista y determinista. Afirma, como el atomismo antiguo, que la realidad se reduce a materia y
movimiento.
La única realidad que existe es el cuerpo y no depende de nuestro pensamiento. La misma alma es de naturaleza material y el
cuerpo humano, el conjunto de afectos y pasiones, responden a las mismas leyes causales que el resto de la naturaleza.
1.4.1.3. El materialismo en la filosofía contemporánea.
El materialismo histórico de Karl Marx (1.818-1.883) afirma que toda la realidad se resuelve en materia. Aquello que
entendemos con los términos de conciencia o pensamiento son sólo manifestaciones de la materia. No hay lugar, pues, para
cuestiones referidas al alma o a la trascendencia sino que éstas se resuelven en fenómenos derivados de la conciencia y en
imposiciones de ideas externas forjadas para el dominio del ser humano.
Marx hace hincapié en la dimensión práctica y productiva del ser humano como ser natural. Afirma "La naturaleza del ser
humano consiste en la producción de su vida".
Esta producción es por un lado relación con la naturaleza (relación natural), y por otro, relación con los otros seres
humanos (relación social) Según su planteamiento la producción y el intercambio de productos son la base de todo orden
social, de manera que la sociedad se configura según cómo se produce y se intercambia aquello que se ha producido. Esto es
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5. Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad
lo que él denomina el plano material, básicamente de carácter económico, y es el que genera y está en la base de las
diferentes ideologías. De esta manera todas las producciones culturales (del espíritu) son producidas por el devenir dialéctico
e histórico de la realidad, es decir, la acción productiva del ser humano en la naturaleza y con la naturaleza.
1.4.2. METAFÍSICAS ESPIRITUALISTAS.
Hay otras metafísicas en las que se niega que exista una realidad material o, si se admite su existencia, le otorga menos
realidad, es decir, recibe una valoración ontológica inferior. Se trata de metafísicas que denominamos “espiritualistas” o
“inmaterialistas” y que podemos definir de la siguiente manera:
Consiste en afirmar la existencia y posibilidad de conocimiento de realidades "transfísicas" de naturaleza inteligible o
espiritual, es decir, no materiales.
Hay que destacar que uno de los elementos polémicos de este tipo de metafísicas consiste en afirmar no sólo este tipo de
existencias sino la posibilidad de llegar a conocerlas teniendo en cuenta que suelen estar en muchos casos más allá de nuestra
experiencia posible.
Pondremos algunos ejemplos de este tipo de metafísicas en cada época de la historia de la filosofía:
1.4.2.1. Metafísicas inmaterialistas en la filosofía antigua.
El concepto espíritu es un concepto cristiano, por eso sería más correcto asignar el calificativo de inmaterialistas a las
metafísicas de este tipo que se dan en el mundo griego. Podemos destacar dos:
La Teoría de las Ideas de Platón (427-347 a. C.) establece la existencia de dos tipos de realidades separadas (dualismo
metafísico) Por un lado el mundo sensible, de carácter material, que es el que percibimos por los sentidos. Por otro, la
auténtica realidad que es el Mundo de las Ideas, éstas son inmateriales, inmutables, eternas, universales e incorruptibles y
sólo pueden ser conocidas por la razón. El mundo sensible es una mera copia imperfecta del inteligible, y su imperfección
proviene de la tendencia natural al desorden que caracteriza a la materia. El alma humana es afín a las Ideas y por lo tanto
también inmaterial.
La Teoría hilemórfica de Aristóteles (384-322 a. C.), discípulo de Platón, plantea una única realidad, la que Platón
denominaba mundo sensible pero en ella todo cuanto existe está compuesto de materia (Hylé) y forma (morphé) La forma es
inmaterial y constituye la esencia de las cosas, es decir, "aquello que hace que una cosa sea lo que es y no otra cosa". Así en la
constitución de todo ser (ente) hay una mezcla de elementos materiales e inmateriales que aquí aparecen indisolublemente
unidos. Aún así hay una valoración ontológica inferior de la materia, que se considera el grado más ínfimo del Ser, pues al ser
pura indeterminación por si sola no puede decirse que sea nada. La forma que es la que determina y hace ser al ente lo que es
recibe una valoración superior aunque no existe separada sino sólo en las cosas.
1.4.2.2. Metafísicas espiritualistas en la filosofía medieval.
El cristianismo asimila el concepto de alma al de espíritu asociándolo a ideas religiosas. Tomás de Aquino (1225-1274),
filósofo cristiano medieval, retoma la metafísica de Aristóteles cristianizándola. Introduce el concepto de creación, es decir, la
procedencia de todo cuanto existe a partir de la nada, que era ajeno a los griegos. Dios no sólo crea el mundo, sino que ocupa
la cúspide en la escala del Ser, es el ser más perfecto. Esta escala del Ser establece una jerarquía en la que se sitúan de mayor
a menor perfección los distintos tipos de seres. En esta escala inmediatamente a continuación de Dios, Tomás de Aquino,
sitúa la existencia de seres puramente inmateriales (seres que son formas o esencias que no se plasman en ninguna materia)
a diferencia de Aristóteles en el que todo ser era compuesto de una parte material y otra inmaterial (forma o esencia) Le
siguen los seres compuestos de materia y forma en los que el lugar más destacado lo ocupa el ser humano, después los
animales, los vegetales, los inanimados y los primeros elementos (agua, aire, tierra, fuego)
1.4.2.3. Metafísicas espiritualistas en la filosofía moderna.
Descartes (1.596-1.650), que es el fundador de la filosofía moderna, es también quién define los tres objetos de la nueva
metafísica. Para él la realidad está constituida por tres sustancias: la sustancia divina o infinita (Dios), la sustancia espiritual o
pensante (res cogitans o alma) y la sustancia material o extensa (res extensa o mundo) Las dos primeras son inmateriales
mientras que la última es material. Si dejamos de lado a Dios, Descartes define a las otras dos sustancias como mutuamente
independientes. Su intención es que en el mundo natural (res extensa) reine el determinismo (de acuerdo con su visión
mecanicista), y en la mente humana (res cogitans) reine la libertad (algo imprescindible desde los postulados cristianos ya que
sin libertad no hay posibilidad de juzgar los actos humanos) El problema que se le plantea es el cómo se relacionan ambas
sustancias que coexisten en el ser humano. En este caso lo inmaterial y lo material sólo aparecen en conexión (pero no
mezclados) en un único ser, el ser humano.
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6. Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad
Berkeley (1.685-1.753) ofrece la postura más radicalmente espiritualista al negar la existencia de la realidad material.
Argumenta diciendo que todo lo que vemos con nuestros ojos y tocamos con nuestras manos no son más que experiencias
sensoriales que captamos a través de nuestra alma. Como no podemos estar seguros de la existencia de una realidad material
externa a nosotros tan sólo se puede asegurar la existencia de unos espíritus (nuestras almas o mentes) que tienen
experiencias sensoriales y la existencia de un espíritu (la divinidad) que nos las envía (ya que no tenemos las que queremos
sino que se nos imponen) Su intención al adoptar esta postura metafísica era superar el escepticismo que provocaba la idea
común de que nuestras percepciones (que son inmateriales) son causadas por las cosas (que se suponen materiales).
2. LOS GRANDES PROBLEMAS DE LA METAFÍSICA OCCIDENTAL.
La cantidad de problemas planteados por la Metafísica a lo largo de la historia de la filosofía es muy extensa y su grado
de complejidad, su evolución y los diversos matices que los diferentes conceptos han ido adquiriendo impiden hacer aquí un
seguimiento con profundidad. Por ello, nos limitaremos a introducir algunos de los problemas y a ver algunas de las
alternativas más generales que se han planteado. Ello, además, nos servirá de base para una mejor comprensión de la historia
de la filosofía de segundo de bachillerato.
2.1. LOS OBJETOS DE LA METAFÍSICA TRADICIONAL.
Siguiendo a Kant, se puede considerar que todos los problemas referidos a la metafísica
se pueden reducir a tres ámbitos:
1. El ser humano ( yo o alma)
2. El mundo como totalidad.
3. Dios.
Estos tres son los objetos de la metafísica moderna. Pasamos a continuación a ver algunos de los problemas planteados en
cada uno de estos tres ámbitos.
2.2. PROBLEMAS EN TORNO AL SER HUMANO, YO O ALMA.
La reflexión filosófica sobre el ser humano se puede centrar en dos problemas:
1. Intentar determinar qué es el ser humano, señalando qué papel tiene el alma en él y cuál es la naturaleza de ésta.
2. Intentar determinar cuál es sentido de la existencia humana.
En el tema 6, dedicado a la antropología filosófica, nos ocuparemos de estos dos problemas haciendo un seguimiento
desde la antigüedad hasta la filosofía moderna. Aquí nos ocupamos tan sólo del segundo centrándonos en la filosofía
contemporánea.
2.2.1. SOBRE EL SENTIDO DE LA EXISTENCIA.
¿Por qué y para qué existimos?, ¿Por qué morimos?, ¿Qué significa la muerte?,
¿Qué sentido tiene nuestra existencia?, ¿Tiene algún sentido? …
Estas preguntas que todas las personas alguna vez nos formulamos, que son inevitables y quizás irresolubles, han sido
respondidas por los filósofos de muy diversa manera. En general podemos clasificar las respuestas a la pregunta por el sentido
de la existencia humana en tres tipos:
1. Negar que tal sentido exista, por lo que el pensamiento toma un tono profundamente pesimista.
2. Afirmar que el sentido de la existencia sólo puede hallarse teniendo en cuenta un más allá trascendente, sin el cual
la vida humana carecería de todo sentido.
3. Es posible hallar una finalidad a la vida sin necesidad de recurrir a trascendencia alguna. Una existencia finita puede
colmar una vida humana.
Sólo esbozamos, muy superficialmente, las teorías de algunos filósofos representantes de cada una de estas actitudes e
intentamos ilustrarlas con algunos textos.
2.2.1.1. No tiene ningún sentido: pesimismo vital.
Arthur Schopenhauer (1.788-1.860) siguiendo la influencia de las filosofías orientales considera que el mundo en su
expresión más íntima es simplemente el movimiento ciego de la vida que busca perpetuarse (lo que él denomina la voluntad)
Desde esta perspectiva la vida no tiene ningún sentido porque es un simple fruto de su propio devenir ciego. En cambio, el ser
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7. Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad
humano, buscando el sentido de las cosas, no hace otra cosa que desear, establecerse metas, que, una vez satisfechas, llevan
a plantear otras nuevas sin alcanzar nunca satisfacción plena porque el sentido que busca no existe. De esta concepción se
deriva inevitablemente un profundo pesimismo puesto que la frustración y el dolor son esenciales al ser.
El existencialismo francés, corriente filosófica del siglo XX, nos ofrece una visión también de este tipo. Parte de la idea de
que el ser humano no tiene esencia y, por tanto, tiene la necesidad de autodefinirse. Ha de encontrar su propio sentido
individual, pero sabiendo que la definición que dé es una pura ficción creada por él.
La total gratuidad de la existencia aparece claramente de manifiesto en la novela de Jean Paul Sartre (1.905-1.980) La
Náusea. El ser es contingente, es pero podría no ser, no hay ninguna razón del ser; el ser simplemente es. Es inútil intentar
explicarlo mediante un Dios o un ser necesario. Así, eliminada toda la razón de la existencia, se ve llevado a afirmar la
absurdidad de todo cuanto existe. Albert Camus (1.913-1.960) considera también que que el mundo es absurdo, o mejor, que
no es racional: tan sólo es. De aquí nace en el ser humano el sentimiento de lo absurdo. Pero ante esto debe rebelarse, y
querer vivir; el suicidio, el escapismo, lejos de vencer el absurdo, representan someterse a él.
2.2.1.2. Tiene un sentido trascendente: enfoque religioso.
Karl Jaspers (1.883-1.969) es un filósofo alemán también existencialista. Según él, la filosofía es la toma de conciencia que el
ser humano hace de su existencia en el mundo.
Los sufrimientos, la angustia ante la muerte, nos hacen descubrir que el sentido de nuestro ser sólo puede radicar en una
trascendencia divina, que, no obstante, sólo podemos débilmente intuir.
Miguel de Unamuno (1.864-1.936), filósofo y escritor español, también está influido por el existencialismo contemporáneo.
Su pensamiento se centra en la reflexión acerca del anhelo de inmortalidad que descubre en su ser; este hecho le lleva a
afirmar que sólo es posible hallar un sentido a la existencia humana si existe el Dios capaz de colmar su aspiración más
profunda. La tragedia de la vida humana es la incertidumbre de la razón a este respecto.
2.2.1.3. La vida es finita y sin sentido predeterminado pero podemos darle un sentido que la haga digna de ser vivida:
vitalismo.
Friedrich Nietzsche (1.844-1.900) considera que negar que ésta sea la vida auténtica y el afirmar la existencia de un más allá
salvador hace vivir a ser humano de una manera más baja, inferior, pobre. Por eso parte de la crítica a la moral cristiana
porque para él defiende valores contrarios a la vida. Los valores del cristianismo como la humildad, la resignación, la
renuncia,… imposibilitan vivir en plenitud. La idea de Dios limita y coarta las posibilidades del ser humano, su realización:
"Dios ha sido el vampiro de la vida". Frente al “sentido del cielo”, del más allá cristiano, que niega la vida y la empobrece
haciéndonos esclavos de la moral cristiana se ha de afirmar el "sentido de la
Tierra" tomar conciencia de que ésta es la única vida que existe.
De este modo los valores fundamentales de la existencia son aquellos que conducen a una afirmación de la vida. Para
poder ejercerlos con plenitud hay que reconocer la "muerte de Dios" y esto debe significar el nacimiento de un ser humano
nuevo, capaz de decir sí a la vida, con todas sus consecuencias: lo bueno pero también lo trágico y terrible, es lo que él
denomina el "amor fati", amor al destino, a la vida.
Desde la conciencia profunda de la ausencia de un sentido, que vaya más allá de la propia tierra, y sabiendo que no
existen valores absolutos, la vida se ha de tomar como un experimento y un juego. La vida consiste en experimentarse a sí
mismo. Desde esta conciencia el “superhombre” nietzscheano afirma la vida de forma radical creando sus propios valores y
jugando con la vida como un niño, de forma lúdica y despreocupada, pero también negligente y arriesgada como el
funambulista que en la cuerda floja da saltos mortales.
Así cada ser humano se define a sí mismo a través de los valores que crea (en el caso del superhombre) o ante los que se
arrodilla y negando su propia vida (en el caso del cristiano). Su propuesta de sentido se concreta en la idea del "eterno
retorno" que implica vivir de modo que se sea capaz de desear la eterna repetición de nuestra existencia.
Karl Marx (1.818-1.883) se muestra también crítico con el cristianismo y la religión en general. Considera que han sido el
"Opio para el pueblo" porque adormecen las conciencias de los proletarios haciéndoles soñar con un más allá que no existe y
justificando su sufrimiento en este mundo que no es fruto de un orden divino sino que es el resultado una situación injusta
que se puede y debe cambiar.
2.3. PROBLEMAS EN TORNO AL MUNDO COMO TOTALIDAD.
2.3.1. SOBRE SI EXISTE CON INDEPENDENCIA DEL SUJETO O ES UN PRODUCTO SUYO.
La primera pregunta que nos planteamos es: ¿Cuál es la verdadera naturaleza de eso que llamamos realidad?
Aunque parezca paradójico habremos de preguntarnos ¿existe con independencia de un sujeto que la conozca? Dicho de
otra manera: ¿existe, independientemente del sujeto, un objeto a conocer? ¿No será el objeto un producto del sujeto? Hay dos
corrientes de pensamiento según el tipo de realidad que atribuyan a la existencia de las cosas:
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8. Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad
1. El realismo. La realidad existe en sí misma. Es decir, supone que las cosas –el universo-, existen con independencia de
un sujeto que las conozca. Por lo tanto, las cosas son independientes y tienen una existencia propia.
2. El idealismo. La realidad sólo existe en la conciencia del sujeto. Es decir, considera que las cosas sólo son tales, tienen
realidad y existen, si hay una conciencia, un sujeto que las piense. De esta manera, las cosas dependen de los sujetos y,
por lo tanto, su existencia es dependiente y siempre relativa a los sujetos. Es el sujeto quien a partir de los datos de la
conciencia construye una totalidad que llamamos objeto. Es la conciencia misma la que constituye el mundo. La
realidad, el objeto, es objeto conocido.
2.3.2. SOBRE SI TIENE UN PRINCIPIO O EXISTE DESDE SIEMPRE.
La segunda pregunta que desde antiguo se ha planteado es ¿Cuál es el origen de lo real? Las respuestas que se han dado han
sido dos:
1. Eternidad de lo real. Es la postura defendida por los pensadores griegos para los que siempre ha habido algo, sea en
su forma actual o con otra forma, a partir de la cual las cosas han llegado a ser, siguiendo un proceso mecánico o
evolutivo, de acuerdo con determinadas leyes, o por simple azar. Desde esta postura lo real existe desde siempre: es
eterno.
2. Creacionismo. Es la postura defendida por los pensadores cristianos según la cual las cosas, el universo, han llegado a
ser por la voluntad soberana de un Ser que ha creado el universo a partir de la nada. Desde este punto de vista lo real
comenzó en un momento determinado y por acción de Dios.
2.3.3. SOBRE SI ES SIMPLE O COMPUESTO.
Siguiendo con el intento de aclarar cuál es la naturaleza de lo real nos podemos preguntar ¿Cuál es el componente último de
la realidad? Se trata de averiguar ¿de qué están hechas las cosas?, es decir, ¿hay muchos componentes en ellas o tan sólo
hay uno? También aquí y hay dos alternativas:
1. Monismo. Toda la realidad es, en última instancia, un único elemento; es decir, que está hecha de un único
componente, sea materia, sea espíritu, la energía, el agua, el aire, etc. Las cosas, tal y como las vemos, no son más que
manifestaciones diversas de esa última y única realidad que se esconde tras los objetos que percibimos. El hecho de
que la nieve, el hielo, el vapor, el granizo, la lluvia, etc. no sea nada más que distintos estados de un único elemento, el
agua, llevó a muchos filósofos a plantearse que había un principio único del cual todo surge a través de diversas
transformaciones.
2. Pluralismo. La realidad es resultado de la combinación de diversos elementos en distintas proporciones que da lugar a
todas las cosas que existen. Aquí se admiten varios elementos constitutivos de la realidad. Ejemplo sería las teorías
atomistas antiguas o contemporáneas.
2.3.4. SOBRE SI RIGE EN ÉL EL DETERMINISMO O EL INDETERMINISMO.
¿En la realidad todo cuanto sucede es fruto de la causalidad o existe el azar? A un nivel puramente humano, esta pregunta
es también una pregunta fundamental: ¿En nuestra vida todo lo que hacemos está determinado por las leyes naturales
siguiendo un orden estricto, único y necesario o existe la libertad?
Si un día yo, que nunca hago campana, la hago y me voy a tomar algo a un bar, al que nunca voy; me encuentro a mi madre
tomando un café en él, cuando a esa hora ella tendría que estar llevando a mi hermano al colegio y además ella nunca va a
ese café. El hecho que me nos encontremos y me descubra ¿Es fruto de la casualidad o de causalidad?
¿Cuál es el orden de los acontecimientos en el universo y en la vida humana? Un orden estrictamente causal (no existe el
azar), hay un determinado orden pero no abarca todos los acontecimientos (hay un cierto orden que es compatible con la
existencia del azar) o no hay ningún orden (sólo existe el azar) Las dos posturas alternativas aquí son:
1. Determinismo. Considera que todos los acontecimientos tienen una causa. Están conectados entre sí, son tan
dependientes de unos hechos anteriores que si aquellos no se hubiesen dado, ellos tampoco habrían sucedido. El azar
no existe. El orden causal estaría descrito por unas reglas que denominamos leyes científicas.
2. Indeterminismo. Considera que pese a que el mundo físico está supeditado a un orden, en general determinista, no
todos los acontecimientos están sujetos a estas cadenas causales. Implica la aceptación de la existencia del azar y la
libertad.
2.4. PROBLEMAS EN TORNO A DIOS O LO ABSOLUTO.
Aquí nos formulamos básicamente dos preguntas: ¿Qué es la divinidad? ¿Se puede demostrar su existencia?
2.4.1. DIFERENTES FORMAS DE ENTENDER LA DIVINIDAD
A lo largo de la historia de las religiones y las sociedades ha habido diferentes formas de entender la divinidad. Explicadas
de las formas más primitivas a las más elaboradas tenemos:
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9. Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad
1. Animismo. Consiste en atribuir vida animada (alma) y poderes a los elementos naturales (agua, fuego, rayo, sol, etc.)
El ser humano ha de hacer rituales para ganarse el favor de estas fuerzas.
2. Politeísmo. Afirma la existencia de una pluralidad de dioses que además suelen aparecer personificados (Afrodita la
diosa del amor, Marte de la guerra, etc.) Son ejemplos la religión oficial griega o romana.
3. Monoteísmo. Afirma la existencia de un único Dios. Las tres grandes religiones monoteístas son la religión judía, la
cristiana y el Islam.
4. Panteísmo. Identifica a Dios con el mundo por lo que todo es divino. Son ejemplos la religión budista o filósofos como
Benito Espinosa o Giordano Bruno.
5. Teísmo. Creencia en un dios creador y providente (es decir que interviene en la vida de los seres humanos y puede
alterar las leyes de la naturaleza, por ejemplo para provocar fenómenos extraordinarios) Habla de un dios personal
que se comunica con los seres humanos para revelarles su verdad. Es la idea defendida por la mayor parte de los
filósofos cristianos como Tomás de Aquino, Descartes o Berkeley.
6. Deísmo. Creencia en un dios que es principio y causa del universo pero que después lo deja a sus propias leyes. No es
un Dios personal. Niega la providencia y la revelación. Es una idea defendida por algunos filósofos ilustrados (como
Locke, Voltaire o Rousseau) que buscaban una religión natural basada en la razón que prescindiera de textos sagrados.
2.4.2. ACTITUDES ANTE LA POSIBILIDAD DE LA EXISTENCIA DE LA DIVINIDAD
Se pueden mantener tres posturas diferentes:
1. Creyente o teísta. Es la persona que por diversos motivos, normalmente la educación o la experiencia mística (de algo
divino o sobrenatural), afirma la existencia de alguna forma de divinidad. En el punto anterior tenemos las distintas
opciones y ejemplos de algunas religiones y filósofos que las han defendido.
2. Agnóstico. Es la persona que considera que no se puede demostrar la existencia de la divinidad pero tampoco se puede
demostrar que no exista por lo que suspende el juicio. Ni cree ni deja de creer. Son ejemplos de filósofos agnósticos
Hume o Kant.
3. Ateo. Es la persona que niega la existencia de la divinidad en cualquiera de sus diversas acepciones. Hay una variedad
que se denomina ateísmo práctico y que define a aquellas personas que declarándose creyentes actúan en su vida
cotidiana como si la divinidad no existiera. Son ejemplos de filósofos ateos Marx o Nietzsche.
3. EL CONOCIMIENTO: PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.
La teoría del conocimiento o gnoseología es la disciplina filosófica que intenta definir qué es el conocimiento, explicar su
proceso de constitución y establecer sus límites y posibilidades. Conocer es una actividad mental mediante la cual el ser
humano se apropia del mundo que le rodea. Esta apropiación es una captación intelectual del entorno o del propio organismo.
El acto de conocer es un proceso complejo en el que intervienen aspectos biológicos, cerebrales, lingüísticos, culturales,
sociales e históricos y no se puede disociar de la vida humana ni de las relaciones sociales.
De ahí que conocer sea una necesidad fundamental para el ser humano ya que a partir del conocimiento la persona puede
orientarse, decidir y actuar (dimensión práctica o praxis).
Explicar la constitución de nuestro conocimiento en todos sus aspectos y con todos los factores que intervienen modelándolo
es algo sumamente complejo. Por lo tanto, nos limitaremos a hacer una primera aproximación destacando los aspectos más
relevantes:
1. En primer lugar, observaremos los distintos procesos psicológicos que permiten al ser humano ir adquiriendo ese
conocimiento y tener una representación mental de la realidad.
2. En segundo lugar, compararemos la forma en cómo se representan, en cada uno de los distintos niveles de
representación, los objetos.
3. Por último, estudiaremos un poco más a fondo dos procesos psicológicos básicos para la construcción del
conocimiento: la sensación y la percepción.
3.1. ¿QUÉ ELEMENTOS INTERVIENEN EN EL PROCESO COGNITIVO?
El acto de conocer se articula a partir de la interacción entre dos polos:
1. El objeto. Es aquella parte de la realidad que es susceptible de ser captada
por nuestras estructuras cognitivas. Es objetivo todo lo que hace referencia
al objeto.
2. El sujeto. Es quien conoce y su intención es apropiarse mental o
intelectualmente de un objeto que antes no conocía. Posee unas estructuras
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10. Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad
cognitivas que limitan y configuran sus posibilidades de conocer el objeto (los umbrales sensoriales, la estructura de
nuestra memoria, imaginación, pensamiento, lenguaje y sus limitaciones). Está condicionado, además, por factores de
carácter sociológico, histórico, cultural, práctico, etc. Es subjetivo todo lo que hace referencia al sujeto.
3. El conocimiento. Es el resultado del proceso de apropiación intelectual por parte del sujeto del objeto. Es
gnoseológico o cognitivo todo lo que hace referencia al conocimiento.
3.2. PROCESOS COGNITIVOS
Todas las especies animales han evolucionado desarrollando receptores sensoriales que captan determinados estímulos
del ambiente, los cuales son transmitidos por el sistema nervioso e interpretados en el cerebro del modo más adecuado para
la supervivencia y reproducción del animal.
También las personas, a través de nuestros órganos sensoriales, entramos en contacto con el entorno (el mundo físico y el
social), adquiriendo y elaborando información acerca del mismo, es decir, adquiriendo y elaborando conocimientos.
Los conocimientos se adquieren por medio de los procesos cognitivos, que son los procesos relacionados con percibir,
atender, memorizar, recordar y pensar y suponen la especial participación de áreas cerebrales filogenéticamente recientes
que se encargan de organizar e integrar las funciones de otras regiones más arcaicas.
El acceso a la información nos lo dan los sentidos por medio de las sensaciones, la interpretación de esas sensaciones en el
cerebro constituyen las percepciones. La percepción es el primer proceso cognitivo.
Ahora bien, tanto la sensación como la percepción se caracterizan por estar sometidas a limitaciones espaciales y temporales.
Es decir, podemos sentir y percibir los objetos que se hallan en nuestro campo perceptivo y mientras estimulan nuestros
órganos sensoriales. Pues bien, existen otras dos formas de superar estas limitaciones espacio-temporales, bien
"recuperando" el pasado, bien "transportándonos" a otros mundos: memoria e imaginación.
3.2.1. ESTÍMULO
Los receptores sensoriales son células nerviosas especializadas que permiten al cerebro entrar en contacto con el medio
ambiente externo e interno. Por tanto, son terminales que transforman los estímulos físicos o químicos (luz, sonido, etcétera)
en impulsos nerviosos (dendritas de las neuronas aferentes) que llegan al cerebro donde se procesa la información que
transmiten y se desencadena la respuesta del organismo.
Podemos definir estímulo como:
• Agentes físicos, químicos, mecánicos, etcétera que desencadenan una reacción funcional en el organismo. (Ondas
sonoras, reacciones químicas que activan el sentido del gusto, las longitudes de onda de la luz reflejada por la
superficie,....)
• Un estímulo es la energía que produce una excitación en un órgano sensorial, por ejemplo, la luz visible en el ojo.
Ahora bien, no todos los estímulos que llegan a los sentidos son capaces de provocar sensaciones. Por ejemplo, el ojo
humano no percibe las radiaciones de rayos X; lo mismo ocurre con ciertos sonidos muy agudos que sí pueden captar los
perros o los murciélagos.
• Se llama umbral mínimo a la mínima intensidad que se necesita para que un estímulo sea capaz de excitar un receptor
sensorial.
• El umbral máximo es, en cambio, la mayor cantidad de un estímulo que pueden soportar los sentidos. A partir de
dicha cantidad el sentido, o no percibe nada, o puede ser lesionado.
3.2.2. SENSACIÓN
Los sentidos, con sus receptores sensoriales, son canales de información que
captan los estímulos y los transmiten al cerebro donde se generan sensaciones.
Todo nuestro conocimiento de la realidad, toda la información que poseemos del
mundo comienza con las sensaciones: vemos la luz y los colores; oímos sonidos y
ruidos; captamos olores y sabores; cuando nuestra piel entra en contacto con los
objetos sentimos calor o frío, dureza o blandura.
Para que exista una sensación (como la visión de un color) son necesarios tanto los
estímulos (en este caso, las ondas de luz reflejadas en las superficies) como la
recepción de las ondas por los sentidos (conos y bastones de la retina), la
transmisión por las neuronas correspondientes (nervio óptico), y la transformación
en una cualidad sensorial (color) por las áreas sensoriales del cerebro implicadas
(corteza visual en el lóbulo occipital).
Así, entendemos por sensación:
• La respuesta cerebral que da un organismo ante la estimulación del medio
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11. Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad
interno o externo.
• La recepción y canalización a través de los órganos sensoriales de estímulos externos.
La sensación es el más elemental y básico de los procesos psicológicos ya que es el procedimiento habitual de entrada por el
que los organismos detectan e identifican la estimulación interna (de su cuerpo) y externa (del medio), y les capacita para
adaptarse y poder sobrevivir en su ambiente natural. Es, pues, el principal suministrador de información del organismo y la
conexión fundamental con su entorno habitual. Si no existiera esta conexión por estar los canales cerrados o por no recibir la
información necesaria, no sería posible ninguna vida consciente.
3.2.3. PERCEPCIÓN
La percepción es un proceso cognitivo por el que organizamos e interpretamos las sensaciones y captamos conjuntos o
formas (gestalt) dotadas de sentido. Es el punto donde la cognición y la realidad se encuentran.
La percepción es la actividad cognoscitiva más elemental, a partir de la cual emergen todas las demás. Se trata de un
proceso sensocognitivo: captamos la realidad a través de los sentidos y la comprendemos, le damos un significado. Gracias a
la percepción, la realidad se presenta como organizada, estructurada, plena de sentido y significado.
Sus características son:
• Es un proceso constructivo que depende de las características del estímulo (que activa los órganos de los sentidos) y
de la experiencia sociocultural y afectiva del sujeto que percibe. El sujeto utiliza esquemas perceptivos y, al percibir,
está condicionado por sus aprendizajes previos y experiencia, su personalidad y su cultura.
• Un proceso de información-adaptación al ambiente. El objetivo de la percepción es dotar de sentido a la realidad que
vivimos, facilitarnos información sobre el mundo y permitir nuestra adaptación al entorno.
• Un proceso de selección. Como la información que recibimos es excesiva y los recursos del individuo son limitados,
percibimos lo que es relevante para nosotros en cada circunstancia. Esta selección de estímulos, de gran importancia
para nuestra adaptación y supervivencia, se produce mediante la atención.
Así, no es lo mismo un proceso sensorial que un proceso perceptual:
• El proceso sensorial sólo implica la detección y discriminación de la estimulación a través de los órganos de los
sentidos.
• El proceso perceptual requiere ya una cierta interpretación por parte del organismo de una o varias sensaciones.
Ejemplo: imaginemos una persona que tuvo en su infancia un perro Doberman
al que tenía cariño. Otra persona fue atacada en su niñez por un perro de esta
misma raza. Supongamos que, años después, caminan juntos por la calle y se
encuentran con uno de estos perros. La sensación es la misma para los dos
(perro Doberman), pero la percepción es muy distinta: a uno le despierta
sentimientos positivos mientras que el otro, probablemente salga huyendo.
En este caso, una sensación común para ambas personas provoca percepciones
muy distintas que se traducen, a su vez, en comportamientos muy diferentes.
En resumidas cuentas la relación y las diferencias entre sensación y percepción son:
Sin estímulo no hay sensación (aunque puede haber alucinación y sueño). Es la materia prima de la sensación (pero
es transformado).
En la sensación somos pasivos: nos limitamos a recoger la información del medio.
Pero entre lo que "sentimos" y lo que "percibimos" existe una diferencia porque en la percepción somos activos:
partiendo de la materia prima que nos proporcionan las sensaciones las ordenamos, interpretamos y damos
significado (sin esa interpretación serían un conjunto de sensaciones inconexas).
A. FACTORES QUE INFLUYEN EN LA PERCEPCIÓN
La percepción no es un proceso que venga determinado exclusivamente por los mecanismos fisiológicos
de los sentidos y el cerebro. Hay muchos otros factores que intervienen y cuya incidencia es tal que se
pueden establecer notables variaciones perceptivas entre los individuos:
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12. Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad
A.1. Características de los estímulos que condicionan nuestra capacidad perceptiva.
→ Intensidad. Un estímulo de mucha intensidad puede captar nuestra atención y desviarla de lo que estamos haciendo.
Por ejemplo, un ruido fuerte cuando estamos leyendo en silencio.
→ Repetición. Muy usado en publicidad, sobre todo en radio y televisión.
→ Tamaño. Los objetos grandes atraerán nuestra atención con mayor probabilidad que los objetos pequeños: vallas
publicitarias, tamaño de los anuncios en los periódicos, etcétera.
→ Novedad. Nos llama más la atención lo que resulta original y nuevo para nosotros. A veces, en algunas campañas
publicitarias, va acompañado de polémica.
A.2. Características del observador.
→ Fisiología: los aparatos perceptuales de las diferentes especies difieren mucho entre sí. Por ejemplo, las personas no
pueden oír los sonidos de tono altísimo que los murciélagos pueden registrar, tampoco tenemos el olfato tan
desarrollado como los perros. Incluso los miembros de la misma especie difieren en sus percepciones, presentan
variaciones en relación a cómo ven los colores o diferencian los tonos, así como en lo que huelen o gustan.
→ La experiencia anterior: lo que percibimos no es simplemente un conjunto de cualidades, sino un objeto o suceso que
tiene algún significado para nosotros: percibimos nubes como amenaza de tormenta, la expresión facial de nuestro
jefe como presagio de un mal día. Este "como" de las expresiones utilizadas indica el sentido que tiene para nosotros
lo percibido. Incluso cuando apenas somos capaces de reconocer un objeto (de noche, por ejemplo), lo percibimos
siempre "como algo": como una sombra, como algo que se mueve, etcétera.
→ La atención: no atendemos a la totalidad de estímulos que llegan simultáneamente al cerebro. A ciertos objetos les
prestamos atención, a otros no. Si estamos jugando al ajedrez, nuestra atención está focalizada en el juego y nos
pasan desapercibidos otros estímulos que provengan del lugar donde nos encontremos. Esta atención depende en
buena medida de nuestros valores, intereses y motivaciones. En un parque natural, un pintor y un botánico percibirán
cosas muy diferentes.
→ La cultura. Ejerce un papel fundamental en la percepción; nos han enseñado a percibir (actitudes, valores, etcétera) y
este aprendizaje condiciona nuestra perspectiva.
B. TEORÍAS DE LA PERCEPCIÓN.
Se han propuesto distintas teorías para explicar los mecanismos de la percepción. Vamos a ver las dos teorías más conocidas:
El asociacionismo
Se trata de un enfoque ligado a la escuela psicológica del estructuralismo (Wundt es su representante más
conocido). Según esta escuela se perciben primero sensaciones aisladas (manchas de luz y color, cualidades
táctiles como la dureza, la tersura, etcétera). Con posterioridad, el cerebro asocia estas sensaciones entre sí,
mediante una suma de elementos aislados hasta llegar a constituir la percepción global del objeto. La
percepción es como un todo formado de átomos de sensaciones elementales.
Para un asociacionista la percepción de una manzana, por ejemplo, comenzaría con la acumulación de
sensaciones (rojo, sabor agridulce, olor frutal, etcétera), y la posterior asociación de todas ellas produciría en nuestra mente
la representación del objeto manzana.
En el asociacionismo, el sujeto adopta un papel pasivo, puesto que la suma de sensaciones que configuran la percepción se
produce mediante leyes fijas y mecánicas.
La Gestalt
La palabra alemana Gestalt significa ¿forma?, por lo que muchos manuales en
castellano prefieren denominar a este movimiento como Escuela de la Forma. Su
concepción de los procesos perceptivos es opuesta al asociacionismo de Wundt. Para
los psicólogos de la Gestalt el todo no puede ser entendido por la suma de los
elementos que lo componen, sino más bien por su forma o estructura, es decir,
percibimos directamente totalidades organizadas (formas o configuraciones).
El objeto percibido es el resultado de cómo los elementos se ordenan y se relacionan
entre sí y respecto del contexto perceptivo.
Estos todos estructurados se encuentran organizados según leyes fijas de la percepción. A diferencia de otras escuelas que
insistieron en la necesidad del aprendizaje y la experiencia en la percepción, la Gestalt afirmó la existencia de capacidades
innatas para percibir las formas.
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13. Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad
Un ejemplo claro de ello es la percepción auditiva de una melodía, la cual no puede ser identificada simplemente por la
captación aislada de notas musicales sino, sobre todo, por la relación armónica y rítmica que los sonidos tienen entre sí
cuando un músico la interpreta.
C. LAS LEYES DE LA PERCEPCIÓN.
Fueron los gestaltistas los que profundizaron en el estudio de la percepción y formularon una serie de principios, sobre todo
de fenómenos visuales, que describen como el encéfalo organiza las meras sensaciones en un todo significativo.
Éstos son los más importantes:
Relación figura-fondo.
Dividir las impresiones visuales en figura y fondo es fundamental en la organización de las
percepciones visuales. La figura posee una forma y contornos definidos y se percibe más próxima al
sujeto que el fondo. Por el contrario, el fondo carece de contornos precisos y se percibe menos
nítido.
No obstante, se puede producir un fenómeno curioso que es la llamada
reversibilidad fondo-figura. Existen figuras ambiguas que admiten diversas
interpretaciones. Estas figuras muestran que la representación de la realidad está dirigida por el sujeto, al
menos en parte: depende de cómo fragmentemos los elementos de la imagen para reconocer una cosa u
otra.
La distinción figura-fondo atañe a todos nuestros sentidos, no sólo a la visión: Podemos distinguir un solo
de violín contra el fondo de la orquesta sinfónica, o el olor de las rosas en una floristería.
Con frecuencia, el sistema perceptivo comete errores: a veces vemos cosas que no hay,
otras veces necesitamos tiempo para interpretar la imagen representada, incluso algunas
figuras tienen un sentido diferente, según el contexto en que aparecen. Todos estos
fenómenos tienen valor para los psicólogos porque los mecanismos de un sistema también se
revelan a través de los errores y distorsiones.
Leyes de agrupación de estímulos.
Veremos algunas de las leyes más importantes que rigen el modo como agrupamos los elementos de la información
visual que recibimos. Nuestras percepciones tienden, por un lado, a que la forma se organice de tal modo que la figura
percibida sea lo más simple posible; por otro lado, tendemos necesariamente a percibir la figura de la forma más definida
posible. En síntesis, podemos decir, según la Gestalt, que en la percepción se impone la llamada buena figura o buena forma
sobre algunas otras configuraciones posibles.
A. Ley de la proximidad: Ante estímulos semejantes, aquellos que se hallen más próximos entre sí, tenderán a percibirse
agrupados, formando un todo o figura. El observador no los considera como figura aislada sino como conjunto o agrupación.
B. Ley de la continuidad: Es la tendencia a percibir los elementos en formas que producen una continuidad sin interrupciones.
Los elementos que se agrupan en líneas rectas o curvas de forma continua tienden a percibirse como una unidad. Los mismos
elementos en la misma posición relativa, pero no organizados linealmente no se perciben como una unidad.
C. Ley de la semejanza: Ante una variedad de objetos, el principio de semejanza expresa la tendencia a agrupar aquellos que
son parecidos en su forma, tamaño, color o alguna otra propiedad.
D. Ley de cierre: Un estímulo abierto o incompleto tiende a ser percibido como si estuviera cerrado o completo. La
información es "incompleta", pero suficiente como para poder completar el estímulo (la habilidad del cierre en una persona
depende del conocimiento previo apropiado).
E. Ley de contraste: La percepción del tamaño de un elemento está influida por la relación que tiene con otros elementos del
conjunto. Esta ley (se refiere al tamaño, no a la figura) explica, por ejemplo, la ilusión de Tichtener
ley de la proximidad ley de la continuidad ley de la semejanza ley del cierre ley del contraste
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14. Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad
D. DISTORSIONES PERCEPTIVAS.
Se producen cuando un estimulo que existe fuera de nosotros y es accesible a los órganos sensoriales, es percibido de
un modo distinto al que cabría esperar dadas las características del propio estímulo. Veremos brevemente:
• Ilusiones ópticas.
• Trastornos perceptivos.
• Percepción subliminal.
ILUSIONES ÓPTICAS
Consisten en una interpretación incorrecta de la realidad, debido a una percepción errónea de los
datos sensoriales, por ejemplo, cuando caminamos junto a las vías de un tren y miramos a lo lejos parece
que las vías se juntan o cuando una figura vertical nos parece más larga que otra horizontal de la misma
longitud. Las ilusiones perceptuales ocurren porque el estímulo contiene señales engañosas que
distorsionan el tamaño u orientación de objetos comunes, lo que da lugar a percepciones inexactas o
imposibles.
TRASTORNOS PERCEPTIVOS
La anomalía suele residir en la percepción que la persona elabora a partir de un determinado estímulo. Las
distorsiones tienen su origen en trastornos de naturaleza orgánica y que pueden afectar tanto a la recepción sensorial como a
su interpretación al nivel del sistema nervioso central. Estos efectos pueden ser transitorios, por ejemplo, por efecto de
drogas, o permanentes, por ejemplo, una lesión cerebral.
Agnosia
Es la incapacidad o interrupción en el reconocimiento de estímulos por un sentido particular, que ya han sido aprendidos,
pero la persona no es capaz de recordarlos y carece de la habilidad para aprenderlos. La persona con agnosia visual no puede
identificar objetos comunes, como un manojo de llaves, aunque, si se le permite cogerlo, puede reconocerlo por el tacto. Por
tanto, no ha perdido su memoria para el objeto, ni ha olvidado su nombre.
El sujeto que la padece no presenta trastornos lingüísticos, perceptivos o intelectuales. Las agnosias pueden ser: Visuales,
auditivas, táctiles, gustativas, olfativas.
Alucinaciones
Se trata de una percepción que no tiene correspondencia con la realidad sensorial (no se trata de ver cosas erróneas, sino de
ver cosas que no están), sin embargo, la persona siente esa percepción como real. Las alucinaciones pueden ocurrir en
cualquier modalidad sensorial: visual, auditiva, olfativa, gustativa, táctil, o varias mezcladas. Por ejemplo, las alucinaciones
auditivas son uno de los síntomas de la esquizofrenia paranoide, las gustativas y olfativas se dan en la esquizofrenia, las
visuales pueden ser producidas por drogas o trastornos orgánico - cerebrales.
PERCEPCIÓN SUBLIMINAL
S e conoce con ese nombre a la percepción que se produce por debajo del umbral de conciencia. De esta
manera, la persona no sabe o no es consciente de que está percibiendo ciertas sensaciones, aunque se
supone que la estimulación a la que está sometido su cerebro provoca efectos sobre él. Se ha utilizado esta
técnica con fines publicitarios e ideológicos.
Durante décadas ha circulado la siguiente historia: En la década de los cincuenta, en un cine de New Jersey,
se llevó a cabo una experiencia sobre percepción subliminal. Mientras se exhibía una película, fueron
proyectadas sobre la pantalla diversas frases publicitarias, tales como "tome Coca-Cola". El tiempo de
exposición de las frases era tan corto (1/300 de segundo) que el público asistente a la proyección no era consciente de la
percepción de dichos mensajes publicitarios. En el descanso de la película se cuantificaron las ventas de Coca-Cola,
comprobándose que, en relación con otras sesiones de cine normales, las ventas se habían elevado en más del 50%. En
realidad, las ventas de refresco no aumentaron.
Se siguen realizando investigaciones para responder a la pregunta: ¿Es posible influir en la gente mediante información de la
que no tiene conciencia?. No hay acuerdos. Sin embargo, en publicidad, se utilizan estas técnicas, normalmente asociando el
producto a éxito, sexo, etcétera
3.2.4. MEMORIA
La percepción presenta una limitación importante como mecanismo de conocimiento del mundo por parte del sujeto: se halla
sometida a limitaciones estrictas en cuanto al espacio y al tiempo. Solamente podemos percibir aquellos objetos que están
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15. Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad
dentro de nuestro campo perceptivo (esto es: limitación espacial) y sólo cuando los estímulos
actúan, y mientras actúan, sobre nuestros órganos sensoriales (limitación temporal). Percibir es,
pues, percibir aquí y ahora.
No obstante, nuestro conocimiento es capaz de desbordar estas barreras gracias a la memoria. La
memoria es una de las capacidades mentales más importantes que posee el ser humano. Casi
todas las decisiones que se adoptan a lo largo del día se basan en la memoria. Si no tuviéramos
memoria seríamos incapaces de percibir, aprender o pensar y, sin recuerdos, nos resultaría
imposible sobrevivir en un mundo en constante cambio, ni siquiera tendríamos una identidad
personal.
Basta observar a una persona que padece la enfermedad de Alzheimer para ver las innumerables limitaciones que causa la
falta de memoria. Para su estudio, el modelo más aceptado es el del procesamiento de la información, proceso semejante a la
forma en que un ordenador codifica, almacena y recupera los datos, considerando además los factores sociales, emocionales
y biológicos que distinguen nuestra memoria de la de los ordenadores.
La memoria se define como el proceso por el cual somos capaces de recuperar la información que previamente hemos
registrado en nuestro cerebro.
3.2.5. LA IMAGINACIÓN
Es otro de los mecanismo por los que podemos superar las barreras del aquí y el ahora, al liberarnos
del mundo que nos rodea y transportarnos a "otros mundos". La imaginación cumple funciones como
las siguientes:
→ Función compensatoria: la imaginación realiza a menudo una función de compensación
cuando nuestros deseos y aspiraciones no se satisfacen en la vida real. Esto ocurre en los
sueños y también en las ensoñaciones, cuando "soñamos" despiertos que hemos alcanzado el
éxito, el reconocimiento de los demás, etcétera.
→ Función lúdica: es la imaginación o fantasía asociada a los juegos. Tiene especial importancia
en los niños como ensayo o preparación para la vida adulta. También tiene importancia en los
juegos de los adultos, que generalmente constituyen una evasión frente a la rigidez de las
reglas y normas sociales.
→ Función creadora: tiene especial importancia en el ámbito del arte y en el campo de los descubrimientos científicos. El
artista y el descubridor nos revelan aspectos de la realidad que, a la mayoría, pasan inadvertidos.
→ Función crítica y utópica: esta doble función consiste en el rechazo del mundo real o algún aspecto del mismo (función
crítica) y en la propuesta de un mundo alternativo (función utópica). La función utópica es especialmente importante
en el pensamiento político y suele concretarse en forma de utopías que, en muchas ocasiones, orientan y estimulan la
acción sobre el mundo real con vistas a transformarlo.
Así, como conclusión:
El conocimiento del mundo físico por parte del sujeto es posible gracias a una serie de mecanismos como son la sensación,
la percepción, la memoria (gracias a la cual superamos las barreras espacio-temporales de la percepción) y la imaginación
(que también nos permite alejarnos de la realidad perceptiva inmediata y transportarnos a otras realidades).
4. EL PROBLEMA DE LA VERDAD
Para desentrañar el sentido de la palabra “verdad” es conveniente recordar el significado que tiene
en las tres lenguas de mayor influencia en nuestra cultura:
a) En griego se utiliza el término alétheia, que significa “lo que no está oculto”, es decir, “lo que
está manifiesto”, y viene a ser “descubrimiento”. La falsedad, el pseudo, es su contrario, el
“encubrimiento”. Así pues, verdad en griego es descubrimiento de las cosas, desvelamiento
de lo que son.
b) En latín, el término veritas se refiere, concretamente, a la exactitud y el rigor en el decir, que
conecta lo que se dice con quien lo dice. Este matiz lo recoge la palabra castellana
“veracidad”, que se opone a mentira o engaño.
c) Y, por último, en hebreo, el término emunah expresa la verdad en el sentido de confianza. Un amigo verdadero es
aquel con el que se puede contar. El vocablo emunah remite, pues, a la confianza de que se cumplirá algo que
esperamos.
Estos tres sentidos diferentes están presentes y constituyen el origen del término “verdad”, consolidado por la tradición
europea. Se trata de un problema que ha ocupado desde siempre a la filosofía y que incluso en nuestros días merece la pena
ser discutido. Al decir de algo que es verdadero, se presuponen una enorme cantidad de cosas que deben ser expuestas y
discutidas.
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16. Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad
Desde las verdades tautológicas de las matemáticas o de la lógica (se trata de verdades autoevidentes) hasta las verdades
morales, todas implican presuposiciones (creencias que se aceptan sin discusión). Vamos a discutir estas cuestiones
intentando abordar los dos extremos de la cuestión; a qué nos referimos al decir “verdad” (objeto) y quién lo dice (sujeto).
Pasaremos por los ámbitos de uso, los estados del sujeto respecto de su conocimiento, las interpretaciones filosóficas de la
verdad y su valor.
4.1. USOS DEL TÉRMINO VERDAD
Al usar el término “verdad” debemos distinguir claramente el ámbito de ese uso debido a que su significado será distinto en
cada caso.
- en lógica (ámbito del razonamiento), verdad es coherencia y falsedad, contradicción.
Esto es lo que da sentido a las verdades en matemáticas, por ejemplo.
- en ontología (ámbito de la realidad), la verdad es lo que es y la falsedad, lo que no.
Hace referencia a la existencia de los objetos a los que nos referimos
- en epistemología (ámbito del conocimiento), la verdad es la concordancia entre los conocimientos y los hechos; la falsedad,
la disconformidad. Se trata de la correspondencia entre los pensamientos y la realidad externa
- en ética (ámbito de las decisiones y los valores), la verdad es decir lo que se piensa, la falsedad es el engaño. Este uso tiene
que ver con la conformidad entre lo que se piensa y se dice.
En general podríamos decir que “la verdad es una relación de igualdad entre dos extremos: el sujeto que conoce y el objeto
conocido”
4.2. ESTADOS DE LA MENTE CON RESPECTO A LA VERDAD
IGNORANCIA: desconocimiento. Sirve de estímulo para el conocimiento; el que ignora que ignora no tiene la necesidad de
saber. Recuérdese la máxima socrática: sólo que sé que no sé nada; el sabio es capaz de reconocer su ignorancia y esa
humildad le pone en disposición de aprender.
ERROR: atribución a un sujeto de un predicado que no le conviene. En este estado el sujeto no tiene voluntad de decir algo
falso, sencillamente no sabe hacer corresponder un objeto y una propiedad; como decir de un individuo soltero que está
casado por desconocimiento o errar al decir que Cervantes escribió La celestina.
DUDA: incertidumbre e indecisión. Imposibilidad de adherirse con firmeza a un juicio o enunciado. Puede ser escéptica o
metódica. La primera conduce al silencio (no decimos nada porque no sabemos a qué atenernos con seguridad) la segunda
conduce a la verdad (dudo de todo lo dudoso hasta que encuentre aquello indudable, eso será la verdad. Recordemos a
Descartes y su “Pienso, luego existo”.
OPINIÓN: se acepta algo como verdadero aunque se admite la posibilidad de error. La mayoría de los conocimientos que
creemos tener son de este tipo ya que solemos asumir la posibilidad de estar equivocados y las verdades son así
provisionales. Esto nos pone en disposición de dialogar e intercambiar saberes.
CERTEZA: estado en que nos adherimos a la verdad con firmeza, se trata de una cualidad del pensamiento del sujeto y no del
objeto. A menudo aceptamos creencias que no están completamente justificadas de un modo ciego considerándolas
verdades inmutables, sin embargo esa seguridad es una cualidad que tiene quien las piensa, no el objeto pensado.
MENTIRA: la falsedad en este estado tiene un componente de voluntad; el propio sujeto falsea la realidad con un objetivo,
persiguiendo un beneficio o provocando una consecuencia externa al conocimiento mismo.
4.3. CRITERIOS DE VERDAD
Se llama criterio de verdad a aquella característica o procedimiento por el cual podemos distinguir la verdad de la falsedad y
estar seguros del valor de un enunciado. Podemos mencionar los siguientes:
a) La autoridad. Una afirmación se acepta como verdadera por proceder de alguien a quien se concede crédito por su
conocimiento en una materia.
b) La tradición. Se toma por verdadero aquello que a lo largo del tiempo se ha aceptado como verdadero y goza de un apoyo
popular o institucional.
c) La correspondencia entre el pensamiento y la realidad. Lo que pensamos será verdadero si al comprobarlo coincide con la
realidad empírica. Y como el pensamiento se expresa en el lenguaje, el criterio consiste en establecer la adecuación o
correspondencia entre lo que se dice y lo que es. La comprobación experimental es una forma de buscar esa adecuación.
d) La coherencia lógica. Es un criterio lógico-matemático, que consiste en comprobar que no existe contradicción entre los
enunciados que pertenecen a un mismo sistema.
e) La utilidad. Un enunciado será verdadero cuando sea beneficioso y útil para nosotros, cuando nos permita orientarnos en
la realidad y avanzar en nuestras investigaciones.
f) La evidencia. Es el criterio fundamental. Es evidente lo que se nos presenta como indiscutible, como intuitivamente
verdadero, aunque a menudo sea necesario mostrarlo mediante razonamientos. En el orden de la razón, se han considerado
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17. Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad
evidentes los primeros principios, como el principio de identidad y el de no-contradicción (evidencia racional); en el orden de
la sensibilidad, los datos de los sentidos (evidencia sensible).
4.4. TEORÍAS DE LA VERDAD
Por teorías de la verdad entendemos los diversos intentos producidos a lo largo de la historia para definir, explicar y
comprender qué es la verdad. Existe una relación estrecha entre las teorías de la verdad, entendidas de esta manera, y los
criterios de verdad mencionados antes, porque cada teoría de la verdad se apoya preferentemente en uno de estos criterios y
lo desarrolla al máximo. Vamos a ver las cuatro teorías de la verdad más significativas.
A) LA VERDAD COMO CORRESPONDENCIA O ADECUACIÓN
Esta teoría nos proporciona la estructura básica de la verdad, que las demás teorías
también mantienen. La formulación clásica la proporcionó Aristóteles: “Decir de lo
que es que no es, o de lo que no es que es, eso es falso; decir de lo que es que es y de
lo que no es que no es, es verdadero” (Metafisica, IV, 7). En esta fórmula están
contenidos los elementos que intervienen en el acto de conocer:
-lo que es: el objeto;
-el decir: el sujeto y su representación del objeto.
La verdad se entiende como una relación especial de ajuste entre estos dos
elementos, a la que se denomina correspondencia o adecuación. Este es el concepto
espontáneo de la verdad: la concordancia entre lo que se dice de algo y lo que ese
algo es. Esta correspondencia no puede ser material, porque los objetos no entran en
nosotros al ser conocidos, sino que es una correspondencia formal, dado que se establece entre la representación que nos
hacemos del objeto y el objeto mismo.
B) LA VERDAD COMO COHERENCIA
La verdad así entendida consiste en la ausencia de contradicción y no en la adecuación. Esta
concepción es válida para la ciencia formal (matemática o lógica) que no necesita recurrir a la
realidad sino sólo a sí mismas, pero no para el resto de las ciencias. Una verdad matemática
como un teorema o los axiomas de la geometría, lo es a priori, es decir, antes de la experiencia
o comprobación y sin necesidad de ella. El axioma de las paralelas (“por un punto exterior a una
recta sólo pasa una paralela”) sería un ejemplo de verdad como coherencia, puesto que es
verdadero independientemente de la comprobación empírica. El resto de las ciencias (química,
física, biología,…) combinan este modo de verdad con la adecuación porque tiene que
demostrar lo que afirman contrastándolo con la realidad.
Esta teoría fue formulada por Hegel por primera vez y más tarde se ha expuesto en
diferentes versiones. Todas coinciden en utilizar como criterio de verdad la coherencia de la
proposición, cuya verdad depende de su posible o imposible incorporación al conjunto de
proposiciones que tenemos ya por verdaderas: cualquier nuevo conocimiento, ya sea en ciencia
o en la vida cotidiana, ha de efectuarse desde el sistema de conocimientos que ya poseíamos, y lo consideraremos verdadero
si podemos integrarlo en él.
Se trata, por tanto, de un criterio contextual, en virtud del cual nada es verdadero o falso aisladamente, sino que cada uno de
nuestros conocimientos está esencialmente referido y conectado con el resto del sistema del saber en que se integra. Solo así
cobra sentido y valor de verdad.
C) TEORÍA PRAGMATISTA DE LA VERDAD
El pragmatismo acepta la teoría de la adecuación, pero la interpreta tomando en consideración la utilidad de los enunciados
para resolver los problemas vitales.
Veremos esta posición desde uno de sus más destacados representantes: William James. James entiende adecuación en el
mismo sentido en que decimos “esta moto es adecuada para hacer moto-cross”, es decir, en el sentido de que sirve para un
determinado fin, o que funciona de modo conveniente en un cierto contexto, o que es útil para un propósito. Por tanto,
entiende la adecuación como adaptación: un enunciado es verdadero si es apto para resolver problemas o para satisfacer
necesidades.
Ahora bien, la verdad referida a la práctica es siempre provisional, porque lo que funciona o es útil (es decir, lo que es
verdadero) en un momento determinado, deja de serlo en otro. Se trata, por tanto, de una concepción dinámica de la verdad,
porque esta no es una propiedad adquirida de una vez por todas, sino consecuencia de un proceso: una idea se “verifica”, se
hace verdadera, si la acción muestra su utilidad o su eficacia.
D) TEORÍA CONSENSUAL DE LA VERDAD
Esta teoría, defendida por Peirce, Apel y Habermas entre otros, destaca la necesidad del diálogo como marco para ir
descubriendo cooperativamente la verdad de las proposiciones. En realidad, cuando decimos que algo es verdadero estamos
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18. Tema 3. La racionalidad teórica: realidad, conocimiento y verdad
dando a entender que creemos tener razones suficientes para convencer a otros
interlocutores de la verdad de la proposición, siempre que podamos dialogar libremente
sobre ello, sin presiones externas a la búsqueda misma de la verdad. Por eso, las personas
que tienen afán de verdad están dispuestas a dialogar con otras, sin coacciones, sin
trampas, para comprobar si pueden llegar a suscitar la adhesión de los demás
interlocutores, si pueden generar un consenso en torno a lo que tienen por verdadero. Los
argumentos que se aducen en ese diálogo pueden proceder de distintas formas de
comprobar la verdad: correspondencia, coherencia, utilidad, etc., pero lo que se trata de
descubrir en él es si son capaces de generar el consenso de la comunidad de interlocutores. Así funcionan, a fin de cuentas,
las comunidades científicas que buscan cooperativamente la verdad.
4.6. ACTITUDES ANTE LA VERDAD Y LA POSIBILIDAD DEL
CONOCIMIENTO
Trataremos brevemente varios puntos de vista que tratan de si merece la pena plantearse la
cuestión de la verdad. Si consideramos que no existe, es superfluo hablar sobre ello pero si es al
contrario, merece la pena averiguar las condiciones que se deben cumplir para decir que algo es
verdad. También existen posiciones intermedias. Veámoslas.
A) DOGMATISMO
Es la posición filosófica según la cual podemos adquirir conocimiento seguro y universal, y tener
absoluta certeza de ello. Es la actitud más optimista de la filosofía, y fue la defendida por Descartes. Aunque es consciente de
los peligros que acechan a la razón, considera que, con un buen método, ésta es capaz de proporcionar conocimiento válido y
universal acerca de todo lo que se proponga.
B) ESCEPTICISMO
Niega la capacidad de la razón para alcanzar verdades absolutas, sólo puede lograr opiniones más o menos probables pero
nunca certezas. Como ejemplos de escepticismo podemos nombrar a Pirrón de Elis (360 – 270 a. C.), Gorgias de Leontini (483
– 375 a. C.) que niega la realidad del ser, la imposibilidad de conocerlo y finalmente la imposibilidad de comunicarlo. Los
escépticos guardan silencio ante la imposibilidad de dar un juicio definitivo sobre la verdad. Un ejemplo más moderno de este
punto de vista sería David Hume (ilustrado inglés) que define los límites del conocimiento apostando por un escepticismo
basado en los sentidos, todo lo que sé, pasa o ha pasado por los sentidos, no hay más; no sé nada acerca de la realidad
externa a mí y no puedo demostrar otra cosa.
C) CRITICISMO
Postura intermedia entre el dogmatismo y el escepticismo. Para pensadores críticos como Kant el conocimiento es posible,
pero éste no es cuestionable y definitivo, sino que debe de ser revisado y criticado continuamente para detectar posibles
falsificaciones.
D) RELATIVISMO.
Se trata de una postura intermedia entre el escepticismo y el realismo. Como ejemplo de esta postura podemos tomar a los
Sofistas como Protágoras que en el siglo V antes de Cristo ya decía “el hombre es la medida de todas las cosas” indicando que
no hay un criterio absoluto de verdad sino que hay que recurrir a la propia subjetividad, que es la que juzga lo que es verdad.
Existen muchas formas de relativismo; social, cultural, moral, etc. No hay verdades, sino sólo juicios de valor u opiniones.
En conclusión, el relativismo niega la existencia de una verdad absoluta, es decir, válida en sí misma en cualquier tiempo y
lugar. Rechaza la pretensión de un conocimiento objetivo y universal y considera que solo existen opiniones particulares y
válidas en un determinado contexto sociocultural e histórico.
E) REALISMO:
Esta postura afirma la distinción entre un sujeto que conoce y un objeto que es conocido. Como vemos, el realismo, por
ejemplo el de Aristóteles, afirma la existencia del ser en sí fuera de la conciencia del sujeto, lo que supone que el sujeto puede
alcanzar ese ser para conocerlo y, por lo tanto, conocer igualmente la verdad (verdad como adecuación, véase apartado 5.4.
del tema). El realismo defiende la capacidad humana para llegar a conocer la esencia de las cosas y, por lo tanto, la capacidad
para conocer verdades absolutas e inmutables.
F) PERSPECTIVISMO
No niega la posibilidad de una verdad teórica absoluta, pero mantiene que cada sujeto que conoce lo hace desde un punto de
vista o perspectiva particular, y por lo tanto tiene una visión parcial de la realidad. Esta visión no es falsa, todas las
perspectivas son verdaderas y la reunión de todas ellas, si fuese posible, sería la verdad absoluta. Ortega y Gasset ha
defendido el perspectivismo.
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