1. “Educar despacio”Alumna: Lucía Conde Cambelo.Asignatura: Tendencias Contemporáneas en la Educación.Profesor: Daniel Rodríguez Arenas.Curso: 2 Grado en Magisterio Primaria “A”.Año académico: 2010/2011.Universidad: UCLM. Facultad de Educación de Toledo.<br />ÍNDICE:<br />Opinión personal sobre el artículo: Página 3.<br />Relación del artículo con el Naturalismo Pedagógico: Página 4.<br />Webgrafía: Página 4.<br />Opinión personal sobre el artículo.<br />Este artículo me ha gustado mucho. La verdad, es que parecido bastante interesante y estoy totalmente de acuerdo con él. A continuación voy a destacar una serie de puntos que me han parecido bastante interesantes sobre el texto y a los que me gustaría prestar una mayor atención.<br />Vivimos en una sociedad acelerada. Planeamos al milímetro cada minuto de nuestro día y, como dice el texto, estamos haciendo que los niños también sufran esta aceleración. <br />Este ritmo de vida tan acelerado hace que las personas y, en este caso los niños, tengan que cumplir sus objetivos académicos en un periodo de tiempo mínimo y que, por lo tanto, esto afecte a sus resultados, porque como bien dice el refrán “Las prisas no son buenas”. Y es que no nos damos cuenta de que cada niño lleva su ritmo y que debemos respetarlo en la medida de lo posible. Es posible que ciertos niños pueden realizar actividades con mayor soltura y rapidez, pero habré otros muchos que, posiblemente, no alcancen esa velocidad y se queden retrasados en la materia, lo cual terminaría perjudicando a la totalidad de los alumnos.<br />Estoy totalmente de acuerdo con el texto cuando dice que el quot;
slow schoolquot;
o quot;
slow educationquot;
apuesta por métodos de enseñanza más eficaces y estimuladores para los alumnos, que atiendan a sus características particulares y modos de aprendizaje. Creo que eso es lo que cualquier método de enseñanza debería llevar a cabo. Debemos estimular a nuestros alumnos, intentar que disfruten de las lecciones, que aprendan, que se desarrollen, pero todo sin dejar de ser niños. <br />Por otro lado, está la acción de los padres. Los progenitores tienen que darse cuenta de que sus hijos son aún niños y que no pueden seguir su ritmo de vida. Deben respetar la infancia de sus hijos y conseguir despertar en los niños la pasión por aprender, descubrir y sentir curiosidad por las cosas.<br />Relación del artículo con el Naturalismo Pedagógico.<br />Si tuviéramos que establecer alguna relación entre este articulo y las ideas del Naturalismo Pedagógico yo destacaría que ambos defienden una educación en la que la naturaleza es quién fija las etapas del educando, es decir, en la que las etapas del educando van surgiendo poco a poco, con el paso del tiempo, sin necesidad de anteponer unas sobre otras, sin prisas, etc. Ambos defienden, también, que los recursos pedagógicos deben adaptarse a la edad y la etapa de crecimiento e la que se encuentra el niño.<br />Por último, me gustaría destacar que podemos relacionar el texto con dos de las cuatro etapas (las que afectan a la edad primaria) que Rousseau diferencia en su Manifiesto del Naturalismo Pedagógico. Éstas son la primera etapa (0-5 años) en la que debemos centrar el objetivo del niño en su desarrollo físico y la segunda etapa (5-10 años) en la que el objetivo es el desarrollo de los sentidos mediante experiencias que surgen de su relación con el mundo exterior y la naturaleza. Lo relacionamos así, porque en el texto se hace referencia a que debemos dejar que, en sus primeros años en el colegio, los niños jueguen y se desarrollen en aspectos no intelectivos dando paso, más tarde, al desarrollo de dichos aspectos más intelectivos.<br />Webgrafía:<br />http://www.consumer.es/web/es/educacion/extraescolar/2011/03/18/199539.php <br />