1. Parte I
ONTOLOGIA DE LA MIRADA
Ontology of the Gaze
Lic. N. Alvaro Barrios Requena
Psicólogo - Psicoanalista
APERTURA – Sociedad de Reflexiones Psicoanalíticas
alvarobarriosr@gmail.com
Resumen
La mirada y la visión, serán estudiadas por las ciencias positivistas – fenomenológicas, como teniendo un
referente constante: el ojo, y los trabajos relacionados presentaran formalizaciones esquemáticas o
clasificaciones que no clarifican la diferencia entre ver y mirar. El reconocimiento del ámbito en el que
surge la mirada y explicitar su aspecto simbólico, así como diferenciar el espacio imaginario de la visión,
implica una elaboración teórica que sustenta sus postulados en el acaecer intelectual, como diferente de la
función mecánica de ver. Mostrando un espectro de índole lingüística, que implica el hecho de que la
mirada “habla” a aquel sujeto que la pueda ver.
Abstract
The “look” and “vision”, will be studied by positivist – phenomenological science, as having a constant
reference: the eye, and the related works, present formalizations schematic or ratings which do not clarify
the difference between seeing and looking. The recognition of the area in which there is the look and
explain its symbolic aspect, as well as differentiate the imaginary space of vision implies a theoretical
elaboration that supports his claims on the intellectual happen, as different from the mechanical function
of seeing. Showing a range of linguistic, which means that the look "speaks" to the fellow who can see it.
Palabras Clave
Ver. Mirar. Intelecto. Imaginario. Simbólico
1
2. Parte II
Introducción
La ontología de la mirada, implica la identificación de factores más allá de la simple clasificación de los
tipos de miradas y/o los modos de ver; es decir, reconocer todo aquello que tiene que ver con la función
escópica (ver1) y la función simbólica (mirar) e identificar los factores concomitantes a esta última,
además de esclarecer el ámbito imaginario de la visión y el simbolismo implícito en la mirada.
Las investigaciones realizadas, no expresan una clara diferenciación entre Ver y Mirar, lo que lleva a un
uso indiscriminado de ambos términos y a la no comprensión de los mismos. ¿Es que ver es lo mismo que
mirar?, ¿Existe alguna forma clara de diferenciar la mirada de la visión? Y si la diferenciación es realizada
¿Cuáles son los pormenores que estructuran a cada función (ver y mirar)?
De tal modo, la propuesta de una ontología de la mirada, implica el reconocer a la mirada y diferenciarla
de la visión, objetivo que implica diferenciar el ámbito imaginario, del ámbito simbólico.
En general, las publicaciones revisadas (virtuales y textuales, en su mayoría realizadas por psicólogos),
presentan una tendencia a la mera clasificación o catalogación de los tipos de miradas que el humano
expresa, pero dichas clasificaciones no dan muestra de utilidad científica, expresando tan solo una
tendencia a la denominación, pero no así a la comprensión de un fenómeno que va mas allá del hecho
factico (ver) y determinan simbolismos, señales y expresiones que se encuentran mas allá del órgano (el
ojo), es decir la mirada como ontología.
Por otra parte, la literatura Psicoanalítica aborda la temática de la mirada, como siendo un objeto de goce,
unido a otros cuatro, a saber: la voz, las heces, el seno materno y el falo. Relaciones que por su
complejidad y extensión no podrán ser abordadas en el presente artículo, pero cuyas relaciones implican el
análisis de un discurso simbólico de alcance clínico.
Métodos, herramientas e instrumentos de investigación
La presente investigación se sostiene en un diseño cualitativo y es el resultado de un Análisis
Documental o Bibliográfico. El tipo de investigación realizada es de índole analítica, apoyada en un
método Hermenéutico Dialectico y el uso de técnicas de Análisis de Discurso propuestas por la
Lingüística.
1
El texto en su conjunto, trabaja con el significante “ver”, y su uso diferenciado cuando la función es denotativa o
connotativa. De tal modo se implica al sentido del significante “ver”, del imaginario “ver” (de la imagen vista) y las
relaciones y diferencias con el significante “Mirar” como función simbólica (ser visto).
2
3. Presentación de los resultados del estudio.
Una mirada histórica
La historia de la Mirada, expresa variaciones y avances en la comprensión del mirar, en relación con la
producción pictórica o estética. Los griegos describen el fenómeno del modo contrario al que lo hace la
fisiología moderna, hablan de los 'rayos' emitidos por el ojo y que se dirigen al objeto, utilizando el aire
como soporte. Describiendo, dichos rayos, como un “material Igneo” que les lleva a hablar del fuego de la
mirada, que posibilitaría la exploración del mundo. En otros términos, la explicación de la mirada busca
su referente en el sentido del “Tacto”.
La geometría euclidiana tiene una serie de características que se derivan de su concepción de la visión.
Para Euclides, el elemento fundamental son los ángulos, pues parte del principio de un observador que
dirige su mirada hacia los objetos de su entorno; Euclides se interesa en medir los ángulos que forman
los rayos (mirada) entre sí partiendo de un mismo punto (el sujeto). A partir de esas medidas logró
calcular el tamaño de los objetos. Euclides plantea en sus tratados de óptica y catóptrica una
geometrización de la mirada, basada en la medición angular.
Lo visual, es una constante en el pensamiento filosófico de la Grecia clásica, que tiende a buscar la
esencia de las cosas, más allá de lo efímero de las apariencias. De ahí la desconfianza que muestran
filósofos como Platón, hacia las imágenes, abogando en su lugar, por el conocimiento que proporciona el
intelecto.
En relación al problema de la representación visual, un texto muy mencionado es: “el mito de la
caverna”2, explicitado en “La República” de Platon. En él se trata la temática de las imágenes como
apariencia que hay que trascender, para acceder a la realidad verdadera; ya que los hombres encadenados
en el interior de la caverna, tan solo ven imágenes proyectadas en el fondo (interior) de la caverna,
determinando que lo que ven no es el mundo, sino solo una proyección. Sólo aquellos que, mediante el
conocimiento, sean capaces de liberarse de sus cadenas y darse la vuelta, llegarán a contemplar la realidad
tal cual es.
Si para los egipcios la imagen es una especie de puerta que conecta este mundo con el de los muertos`, es
en tanto la imagen es identificada con aquello que representa, forma parte de ello; es como una especie de
pantalla material de lo inmaterial. En cambio en la cultura cristiana, se presento una reticencia lógica
hacia las imágenes, puesto que si defendían la concepción de Dios como algo inmaterial no podían
permitir esa conexión. Posteriormente los primeros teólogos introducen un elemento de duda. Si Dios se
2
PLATON. La República, Libro IV. Librodot.com: Versión Electrónica
3
4. hizo carne en la figura de Jesucristo, ¿por qué no va a poder representarse también en las imágenes? Poco
a poco, siguiendo la costumbre griega y romana, las iglesias comenzaron a poblarse de imágenes, aunque
los conflictos que se suscitaron por estas dos concepciones tuvieron una duración de más de un siglo.
En la edad media se reintroduce el pensamiento mágico en la cultura occidental, disminuyendo el
racionalismo alcanzado por los romanos.
La ley de la refracción fue descubierta experimentalmente en 1621 por Willebrord Snell, su teoría implica
que los rayos de luz se refractan en las superficies e inciden en el ojo que recibe dichas refracciones;es
decir que las imágenes llegan al globo ocular.
En la Edad Moderna, la gran cuestión es cómo un modelo de representación se expande hasta una
metáfora utilizada para explicar el conocimiento. Desde los comienzos del racionalismo, el
funcionamiento de la visión es el recurso habitualmente utilizado para describir el de la mente
humana. Simultáneamente se presenta el desarrollo del telescopio del Galileo y el microscopio. Que
llevaran a la conclusión de que la tierra es redonda y, además, no es el centro del Universo.
Descartes en su tratado La Dioptrique, que publica como parte del Discurso del método, supone la
preponderancia de la observación como método científico para alcanzar el saber de las cosas. Pero lo
que obsesiona a Descartes es cómo lograr, en ese acto de observación, superar las limitaciones y las
distorsiones introducidas por los sentidos. De ahí que advierta que: la visión capta únicamente la
mecánica de las cosas y afirme que la verdadera visión es la que se produce en el intelecto.
El modelo cartesiano presentara, algo así como un fin, cuando se consagra la perspectiva geométrica
mediante la fotografía y el cine. Entre los factores que inciden en este cambio se encuentra la teoría de los
colores de Goethe, publicada en 1810, en la que se considera la percepción como algo subjetivo.
Paralelamente comienzan las primeras investigaciones sobre fisiología y psicología de la percepción. El
primer tercio del s. XIX conoce un interés creciente por las distintas formas de ilusión óptica, que son
adaptadas rápidamente por el mundo del espectáculo y el entretenimiento.
En la actualidad, la imagen reproducida vía televisión, implicara un nuevo espacio para la visión y abrirá
otro en el que nos encontramos inmersos, es decir el espacio virtual, en el que la imagen tiende al infinito
y no requiere de soporte real.
Visiones de la mirada
La Ontologia 3 de la mirada implica al “ser” de la mirada y sus propiedades trascendentales. A la fecha, los
estudios e investigaciones realizadas por la Psicología, la medicina, la etología, entre otros; se sostiene en
3
Parte de la metafísica que trata del ser en general y de sus propiedades trascendentales
4
6. En tal sentido, la noción de Juan David Nasio, dice: “La visión es el contexto en el que se desarrolla,
emerge, surge, la mirada”5, de tal modo que el campo de la visión está formado de imágenes o dicho de
otro modo: las imágenes estructuran el campo de visión que un sujeto percibe y tal percepción se limita al
campo y al espectro que el aparato ocular (los ojos) le permiten; en ese campo de percepción surge la
mirada.
Respecto de la visión. Las referencias históricas y la teoría de la óptica, así como las leyes de la refracción
de Snell, explicitan el hecho de que los rayos luminosos viajan en línea recta y se refractan en las
superficies con las que chocan. El objeto de refracción más conocido, es el espejo, que refracta los rayos
luminosos en línea recta, siempre y cuando el espejo sea plano, pero la refracción tendrá diversas
orientaciones en espejos curvos; ya sean cónicos, cóncavos, convexos, etc.
De todos modos, los rayos luminosos, que refractan en un objeto, son recepcionados por el globo ocular,
que es un receptor pasivo, pues la interpretación de los puntos luminosos que inciden en la retina, se
realizara a nivel cerebral (lóbulo occipital). Morera, al respecto dice: “Estos son terminales de captación
de los cromatismos y figuras panorámicas pero la visión no se limita a ser una función mecánica de
órgano sino que se completa como resultante psíquica de los procesos mentales que computan los detalles
adquiridos”6, produciendo efectos de respuesta, en tanto información percibida, ante la que el sujeto podrá
o no emitir alguna conducta.
Pero hasta aquí no se ha hecho más que continuar describiendo un hecho mecánico, cuyas implicancias
son amplias. De tal modo Michael Foucault, al hablar de la mirada, expresa una lógica en la que los
objetos “nos ven”, en tanto de ellos nos llega la luz refractada y por tanto, como en la Grecia antigua,
podríamos decir que ellos (los objetos) nos ven, aplicando por esta razón, la noción del sujeto en calidad
de Omnivoyeur, es decir, visto desde todas partes.
Una particularidad, elaborada por Jacques Lacan7 en su Seminario, implica que lo que vemos no son los
objetos-en-sí mismos, sino que a lo sumo tenemos imágenes de tales objetos, es decir representaciones,
que pueden incluso engañarnos, como en el caso del ilusionismo o de las ilusiones ópticas; que a pesar del
análisis y las leyes de la Gestalt, que conceptualizan los factores implícitos a la hora de registrar o de ver
imágenes, se sostienen en el hecho de que vemos: “imágenes”
Baste como ejemplo, el microscopio o el telescopio (que produjeron la conocida revolución copernicana),
a través de cuyas lentes, podemos observar objetos de gran tamaño (La Luna) o minúsculos (las Células),
5
NASIO, JUAN D. La Mirada en Psicoanálisis. Gedisa: España, 2001
6
Morera, Jesus R. Estudio de la Mirada. Disponible en:
http://jesusricartmorera.blogdiario.com/1240766640/estudio-de-la-mirada/
7
LACAN, JACQUES. Seminarios: 2, 10, 11, 13, 16, 22 y 24 . Paidos.
6
7. que coadyuvan a percibir imágenes adaptadas para el ojo humano, imágenes que incluso podemos
imprimir o usar de fondo de pantalla en nuestros computadores. La cuestión se aclara si pensamos en estas
experiencias, ¿es que vemos el objeto-en-sí? o ¿es que vemos tan solo la imagen de dicho objeto?, la
respuesta generalizada, tiende a reconocer que lo que vemos son tan solo imágenes y no al objeto-en-sí
(que siempre quedaría en su lugar) y que dicha imagen, no se encuentra más que a medio camino, es decir;
la imagen está entre el objeto (La Luna o la Célula) y el observador, es decir que la imagen se encuentra
en “La Lente” del telescopio o del microscopio o en su caso en la lente que tenemos en el globo ocular.
Sea como sea, se trata tan solo de una “imagen”.
¿Quién ve esas imágenes? La respuesta es: “un Yo”, un Yo cualquiera o cualquier Yo que percibe las
imágenes, que por refracciones llegan a sus ojos. Entonces no vemos cosas, ellas nos ven y el Yo no ve
sino imágenes de aquellos objetos que nos ven (nótese los sentidos de la palabra “ven”: ver y venir.)
De tal modo que: entre el Yo que ve las imágenes que le llegan del mundo exterior y el mundo exterior en
si (los objetos); se despliega todo un ámbito denominado: el espacio o la dimensión “imaginaria”. “¿Qué
es la dimensión imaginaria de Lacan? Es la dimensión que se extiende entre el Yo y el mundo de las
imágenes”8
La Mirada, en cambio, “es el acto, en tanto acto perceptivo de mirar”9, es causa; hace que el acto se
cumpla; expresa una intensión, una tendencia. Lacan dirá: “la mirada no es definible sino por un "de
dónde que se las vea"”; una simplificación de ello puede reconocerse, en tanto acto, en los miramientos
que un sujeto tiene ante determinadas situaciones; este acto, en general estará acompañado de una mirada
expresada por el observador; el juicio de aquello que ve y su propia posición subjetiva respecto de lo que
ve, que además de su estado de ánimo, promoverán un gesto que el sujeto no ve; “su propia mirada”, pero
que el otro si puede ver. Allí es que la psicología registra miradas “abismadas” o miradas organizadas por
la patología como el Voyeurismo. La característica esencial de este cuadro, “implica el hecho de observar
ocultamente a personas, por lo general desconocidas, cuando están desnudas, desnudándose o en plena
actividad sexual. El acto de mirar se efectúa con el propósito de obtener una excitación sexual y por lo
general no se busca ningún tipo de relación sexual con la persona observada” 10, aunque el Manual de
Diagnostico DSM IV no toma en cuenta, la tendencia innata del ser humano al Voyeurismo, es decir, la
curiosidad.
8
NASIO, JUAN D. La Mirada en Psicoanálisis. Gedisa: España, 2001.
9
NASIO, JUAN D. La Mirada en Psicoanálisis. Gedisa: España, 2001
10
DSM-IV. Manual diagnóstico y estadística de los trastornos mentales.
7
8. Lacan indica: “La mirada no se sitúa simplemente a nivel de los ojos. Los ojos pueden no aparecer, estar
enmascarados. La mirada no es forzosamente la cara de nuestro semejante, sino también la ventana tras la
cual suponemos que nos están acechando. Es una x, el objeto ante el cual el sujeto deviene objeto” 11
Como se puede reconocer, la diferencia se encuentra en tanto la mirada “Acto” y la visión “imagen”. La
cuestionante puede ser: ¿Qué es lo que el sujeto ve que le provoca esa mirada, que implicaría responder
por el lado del ver y de la imagen; pero si la pregunta es: ¿Qué es lo que esa mirada quiere decir?, la
respuesta nos orienta hacia el “decir”, hacia el significado el sentido, y por tanto implica a la lingüística y
a las ciencias del lenguaje.
Por otra parte, podemos tener la oportunidad, de ver alguna mirada, sin que el sujeto que la expresa la
dirija al observador, así se podría afirmar: la mirada que él le arrojó en la plática iba consagrada a la
memoria de su esposa muerta.
En tal sentido, la mirada expresa un simbolismo que promueve la pregunta previa ¿Qué quiere decir (esa
mirada)?, y puede derivar en ¿Por qué (me) mira así?, es decir un movimiento por el que el observador se
coloca en posición de causa de la mirada del otro e inquiere el porqué.
La mirada no tendrá existencia, salvo a raíz de que otro vea tal o cual mirada, caso contrario, la mirada se
desvanece en los objetos inanimados. Entonces, la vía fuerte implica la mirada como siendo vista por
alguien, provocando una pregunta o consagrando un mensaje.
El encuentro de dos miradas, la del observador y la del observado, en una entre-vista, por ejemplo y en los
momentos en que cada sujeto podrá intervenir (inter-ver-venir), es decir que entre ellos, se ve venir: la
próxima mirada, implican tres tiempos lógicos, a saber:
- El Instante de ver - Corresponde a: ver la mirada del otro
- El tiempo de comprender - Corresponde a: ver que el otro ve nuestra mirada
- Momento de Concluir - Corresponde a: ver que el otro ve que (yo) veo su mirada
La mirada, de tal modo, ocupara un lugar simbólico que puede representar el asentimiento, el
consentimiento, la neutralidad o el rechazo que tenemos ante la temática inter-vista, lo que implica que la
mirada no se sustenta de nociones temporo-espaciales. De hecho la frase “darle una mirada a la historia”
implica una re-vision de lo ocurrido; de otro modo la frase: “el dolor en su mirada” implica un
sufrimiento que se expresa a pesar de encontrarse lejos del objeto dañino ya sea en espacio o tiempo.
11
LACAN, JACQUES. Seminario 1. Los Escritos Técnicos de Freud. Paidos: Barcelona, 2006
8
9. Otro aspecto, es que la mirada promueve el pre-ver, es decir, no solo implica el acto, sino las
consecuencias que de él se pueden deducir; “lo que cuenta, no es que el otro vea donde estoy, sino que vea
adonde me dirijo: es decir, muy precisamente, que vea donde no estoy” 12.
La mirada la encontramos especialmente en el modo de la “contemplación”; de ese modo nos convierte en
seres mirados aunque no lo sepamos o no lo queramos saber. La referencia es al nivel de la experiencia
fenoménica de la contemplación, el lado omnivoyeur despunta en la satisfacción de una mujer que se sabe
mirada, con la condición de que no se lo mostremos.
De otra parte: “No es cierto que cuando estoy bajo la mirada, cuando demando una mirada, cuando la
obtengo, no la vea en absoluto como mirada”13, es decir que lo que veo ya no es la mirada, sino que ésta se
cubre con el velo de la interpretación o la comprensión, es decir del sentido de aquella mirada demandada.
La mirada coagula, petrifica, detiene, por ejemplo: “Una mirada le sorprende en la función de voyeur, le
desconcierta, le trastorna, y lo reduce a la sensación de vergüenza. La mirada en cuestión es presencia de
otro como tal” 14. Es la mirada que des-viste, que no implica una mirada sin vista, sino una mirada que no
se sabe vista, pero que ve lo imprevisto y que intenta detener, capturar, cual si fuera Medusa, cuya mirada
petrifica al otro incapaz de soportarla.
Opuesta y diferente es la visión del Vidente, que implica la posibilidad de pre-ver el futuro, la función del
adivino que no responde a un espacio lógico sustentado en la razón del intelecto, éste (el intelecto) es un
espacio en el que la visión implica la no-visión, es decir al invidente, en cuyo espacio solo somos capaces
de mirar o admirar los pensamientos propios, pero será imposible poder verlos, a lo sumo podremos
imaginarlos y por tanto tenderán a alguna relación con los objetos, pero es e-vidente que el intelecto no
puede registrarse con los ojos del cuerpo (ver), pero si con los ojos de la razón (mirar).
El proceso científico de la deducción implica el entre-ver, el mirar aquello que no es evidente, por lo cual
requiere de un proceso de deducción de la veracidad de las cosas.
De tal modo y en referencia no solo a la historia de la óptica, sino en referencia a las ciencias mismas,
podemos reconocer que la mirada implica un proceso interno del intelecto, un acto subjetivo que
corresponde a la noción de creatividad, gracias a la cual se produjo y se produce el avance de las ciencias,
ya que ante un modo nuevo de mirar la realidad, se ejercita el acto creativo de la producción, ya sea
estética o técnica, dejando o creando los “útiles” que serán vistos y en tanto tales podrán ser deseados o
necesitados.
12
LACAN, JACQUES. Seminario 1. Los Escritos Técnicos de Freud. Paidos: Barcelona, 2006
13
LACAN, JACQUES. Seminario 11. Los Cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis. Paidos: Barcelona, 2004
14
LACAN, JACQUES. Seminario 11. Los Cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis. Paidos: Barcelona, 2004
9
10. La percepción de una mirada, promoverá una lectura, en general clara, ya que el observador, que ve tal o
cual mirada, descifra la misma, de acuerdo con la claridad de la expresión y la identificación al sujeto que
mira. Con la dificultad natural ante la imposibilidad de repetir una mirada a demanda, es decir, que si
solicitamos a alguien que repita tal o cual mirada, este no lograra realizarla y otro tampoco podrá imitarla.
De tal modo, la mirada es un hecho que no se expresa en modo consciente, sino al contrario, se realiza a
espaldas del sujeto, que no ve su propia mirada, sino que inconscientemente utiliza su mirada como un
“decir” que tiene una significación posible de ser comprendida o descifrada.
Discusión y/o conclusión
El campo escópico, implica al órgano “ojo”, cuya función se asienta en el ámbito imaginario, éste ámbito
presenta la dificultad permanente de “lo efímero de las apariencias” y en tanto apariencias, el sujeto se
encuentra a merced de los equívocos de lo que ve o lo que cree ver, pudiendo confundir una imagen con
otra, ya que (la imagen) es el único material que es registrado como representante de los objetos reales.
Las distorsiones visuales, pueden estar sostenidas en problemas oculares, así como en distorsiones o
variaciones lumínicas, además de distancias, ángulos, colores, formatos, etc. De allí la permanente
desconfianza, expresada por la filosofía, ante la experiencia visual.
La mirada, no se sostiene tan solo del órgano (ojo), sino que implica al ámbito simbólico, en el que se
despliega una serie de significaciones, sostenidas por una lógica de aquello que se está mirando a través
del intelecto. De tal modo, el intelecto progresa acorde a los modos de la mirada, incluso la política
implica la mirada que efectúa una lectura de la realidad, basada en los cánones simbólicos y culturales
imperantes, coloquialmente se dirá: “todo depende del color del cristal con que se mira”. Implicando una
lectura simbólica de la realidad y no tan solo una visión de las imágenes que nos rodean.
Por último, es claro el hecho de que la mirada “expresa”, muestra y en tanto tal, “habla”, dice y por lo
tanto, es posible de ser leída, interpretada o significada, lo que no implica, que la interpretación sea
adecuada o certera, ya que se trata de un proceso simbólico, interno, intelectivo, que dejara sus huellas a
modo de creación y producción, ya sea científica o artística, política o social, ética o criminal, lógica o
ilógica, racional o patológica.
¡En tanto que estoy bajo la mirada,
escribe Sartre, ya no veo el ojo que me
mira, y si veo el ojo, entonces es la
mirada la que desaparece!.
10
11. Parte III
Referencias Bibliográficas
- FARFÁN, MILAGROS. Sobre el placer de mirar con ojos de mujer, en:
http://www.eictv.co.cu/miradas (Inicio/Cine del cuerpo)
- FREUD, SIGMUND. Obras Completas. Biblioteca Nueva: Madrid, 1979.
- LACAN, JACQUES. Seminarios: 2, 10, 11, 13, 16, 22 y 24. Paidos.
- NASIO, JUAN D. La Mirada en Psicoanálisis. Gedisa: España, 2001
- NICHOLS, BILL. La representación de la realidad. Cuestiones y Conceptos sobre el documental
(Partes I y II). (disponible en: http://www.eictv.co.cu/miradas/ (Inicio/Cine del cuerpo),
consultado el: 16 de Octubre de 2010 a hrs. 17:00)
- MORERA, JESUS R. Estudio de la Mirada. En:
http://jesusricartmorera.blogdiario.com/1240766640/estudio-de-la-mirada/
- SANCHEZ, ISIDRO. La antropología visual: estética y ciencia social. (disponible en:
http://www.eictv.co.cu/miradas/ (Inicio/Diccionario), consultado el: 16 de Octubre de 2010 a hrs.
17:00)
11