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Los obreros secuestrados y desaparecidos de
Molinos, en Avellaneda1
Enrique Hugo Arrosagaray

Esta investigación pretende echar luz sobre la lucha de los
trabajadores de la planta que la empresa Molinos Río de la Plata,
tiene en la ciudad de Avellaneda. Sobre sus luchas en el primer
lustro de los 70 y sobre la sangrienta represión que la última
dictadura descargó sobre ellos.
Partimos de una información que conocimos en 2009: los
apellidos de tres obreros de esa industria que habían sido
secuestrados y permanecían desaparecidos, Almaraz, Freitas y
Fernández.
En pocas semanas logramos conocer a las tres familias de esos
obreros. Nos abrieron las puertas de sus casas en las barriadas
de Monte Chingolo, Villa Corina y Alejandro Korn, y también
pusieron sobre la mesa sus recuerdos más delicados. Largas y
profundas charlas nos llevaron, a paso lento y continuo, a otras
familias de obreros también detenidos-desaparecidos.
La información creció a partir de decenas de entrevistas que
hicimos con madres, hermanos e hijos de estos obreros
desaparecidos cuya lista, en unos cuantos meses, reconstruimos
hasta trece.
Por esta vía contactamos también a varios ex obreros de esa
planta, compañeros de lucha de los obreros desaparecidos.
Varios perseguidos y uno de ellos también secuestrado pero que
logró escapar de su cautiverio. Ellos nos describieron las
condiciones de trabajo, los pasos en la construcción de la
organización democrática que se dieron y sobre todo, nos
contaron quiénes eran cada uno de los obreros que aún hoy
permanecen en calidad de desaparecidos.

1

Ponencia presentada en la XVII Conferencia Internacional de Historia Oral “Los retos de la historia
oral en el siglo XXI. Diversidades, desigualdades y la construcción de identidades” realizada en
Buenos Aires, entre el 3 y el 7 se septiembre de 2012. ISBN 978-987-1642-17-5.
Nos conectamos también con las autoridades de la empresa,
quienes durante unos meses facilitaron alguna información
puntual que le solicitamos aunque luego cortaron el diálogo y su
aporte a esta reconstrucción histórica.
Hasta donde conocemos, creemos que nadie ha investigado este
tramo de la historia de los trabajadores de Molinos y menos aún,
la descarga represiva, artera, sobre los obreros de esa planta.
Hoy podemos decir que junto a los de la Ford y de la Mercedes
Benz, los trabajadores de Molinos están ubicados entre los más
dañados por la dictadura.
De toda esta investigación –aún no concluida-, efectuamos el
siguiente recorte focalizando en tres ex obreros de esa planta, de
extracciones sociales distintas e ideas políticas disímiles. Unidos,
los tres, en la causa de los obreros de Molinos.

La planta de Molinos Río de la Plata, en Avellaneda, está ubicada
al lado del Riachuelo y hacia el este de donde se erigió el Puente
de Gálvez, en 1791, primer cruce sólido del histórico curso de
agua. Tuvo en su época de esplendor un predio de más de
quince hectáreas, edificios con líneas de producción y oficinas, y
galpones, flotas de camiones, almacenes, silos propios para
cargar las chatas a granel y terrenos adjuntos, propios o no, que
de hecho usaba para carga y descarga o para que esperen su
turno.
La empresa como tal arranca en 1902 con los molinos harineros
que la firma Bunge & Born instala en el Dique 3 de Puerto
Madero, Capital Federal. Iniciada sólo para exportar, pronto
dedicaron objetivos hacia el mercado interno. Sus productos y
marcas fueron creciendo y nadie puede desconocerlas:
Blancaflor, Vitina, Delicia, Exquisita, aceites Patito, Lira,
Cocinero, Ideal; arroz Gallo, fideos, yerbas como Nobleza
Gaucha y Cruz de Malta y decenas más. Como dicen sus
trabajadores “menos carne y whisky se hacia de todo”. Para 1970
sus dueños eran Bunge & Born. Recién en 1999 el grupo Pérez
Companc compra esta empresa y la posee hasta el presente.
En la historia de lucha de los trabajadores de esta planta entre
1970 y 1976, está presente su esfuerzo por organizarse y
desarrollar una democracia sindical en auge y distintiva por
aquellos días; la creciente toma de conciencia de la masa en sí
como así también la de algunos obreros puntuales que se fueron
conformando como verdaderos cuadros políticos clasistas y
revolucionarios; la “llegada” de militantes políticos “desde afuera”
y la acción, dentro de esa masa de trabajadores, de las fuerzas
políticas de la época. Creemos que esto último es bueno
pensarlo pero no desde la óptica que califica al que viene “de
afuera” como “infiltrado” sino como un fenómeno que ocurre,
simplemente que ocurre, con toda la validez que ello tiene:
cuando “viene de afuera” a aprender y a aportar, y no a “bajar
línea” y “dar cátedra”.
Aparecen retazos de temas complejos, aún hoy en debate, y
respuestas desde sus propios protagonistas.

Guido Almaraz es un hombre de mediana estatura, fornido,
cabellos gruesos, negros y pocas canas. Cara quebradiza y gesto
y actitudes atentas. Hijo de Florentina –con el tiempo
transformada en una Madre de Plaza de Mayo-, vino del
quebrachal santiagueño porque la familia estaba pasando una
situación complicada y porque acá, en Buenos Aires, sin duda
habría trabajo. Hoy vive con su madre y con su hijo en la casa de
siempre, en Monte Chingolo, de donde secuestraron a su
hermano Ricardo y a la esposa de éste, la paraguaya Celia
Arzamendia, que tenía 23 años y un hijo. Aún hay huellas sutiles
de aquél operativo dictatorial.
¿Cuándo ingresa a Molinos?
Almaraz: No recuerdo el mes pero fue en 1970. Tampoco me
acuerdo si mi hermano entró primero o yo pero entramos casi
juntos. En esa época ni baños había. ¡Y las ratas! ¡No sabe las
ratas....! ¡Así eran las ratas! Andaban por todos los rincones, por
las líneas, claro, tanto grano dando vueltas. Además, usted sabe,
estábamos al lado del Riachuelo...
¿Qué edad tenía cuando entró a trabajar en Molinos?
Almaraz: Tendría 22 o 23 años, no me acuerdo; con mi hermano
teníamos poca diferencia –se sonríe pensando en la diferencia
clave- En la edad, poca diferencia pero él tenía otra mirada. Los
dos nacimos en un pueblito bastante perdido de Santiago del
Estero, nos criamos en la misma casita, los dos pasamos las
mismas penurias, la misma pobreza, los dos trabajamos desde
muchachitos hachando..., pero él veía como que se podían
cambiar esas cosas. Yo lo vi después y no tan... claro como él.
¿Cómo era el ritmo de trabajo en la fábrica?
Almaraz: Uno entraba a determinada hora pero no sabía cuando
salía; el capataz decía cuándo. Ni extras ni nada, no se podía ni
hablar entre nosotros. Te tomaban o te echaban cuando querían;
eso era lo que mi hermano Ricardo veía tan mal, la prepotencia.
En algún momento habrán comenzado a reunirse...
Almaraz: ¿y sabe dónde? ¿Vio el barcito en la esquina ésa,
saliendo por la calle de Molinos, ahí en Mitre?
El que está justo en la esquina, de enfrente...
Almaraz: Ése2. Ahí no te podían prohibir hablar. Me parece que
con uno de los primeros que hablaron fue con Chiche Freitas
porque él también es de los primeros. Chiche vivía ahí en Villa
Corina; era un gran muchacho, con mucho carácter, bien
plantado.
¿Había algún tipo de organización sindical cuando usted
entró? Almaraz: Hasta cuando entré yo, no había nada de
organización. Y si la había yo no me di cuenta. Ahí metieron
mano Chiche, mi hermano y algunos otros; y Vázquez ¡Qué tipo
ése! No sé si era boliviano o paraguayo, algo así. No sé cómo
empezó la cosa pero se fueron eligiendo delegados, mi hermano
fue elegido delegado, Chiche también, formaron una agrupación
..., creo que eso fue un poco después, que pusieron un local por
Mitre, era la Agrupación 17 de Octubre. Quién sabe por el 72 o
73. Herminio los quería llevar para su molino porque ya estaba lo
de las elecciones. Ellos hablaban, sí, pero no trenzaban, cada
uno en lo suyo. En algún momento de esos mi hermano se sumó
a Montoneros, sí. Yo lo ayudé con algunas cosas.
¿Usted estuvo en las tomas de la planta?
Almaraz: Sí, claro. Para esto creo que ya estaba Calzón de Oso,
El Ratón, El Colorado, Rosen..., me olvido de tantos.
¿Cómo fueron esas tomas?
Almaraz: Mucha organización, mucha disciplina. Y mucho
ingenio ...-y se ríe-: una vez se venía la montada con perros y
todo. La verdad es que estábamos en una situación
desesperada. Pero no sé a quién se le ocurrió una cosa
tremenda: hizo traer del depósito bolsas de alimentos para
perros3... No sé si usted sabe que cuando la policía va a sacar a
los perros, los tienen hambrientos para que estén más enojados,
bueno, les tiramos bolsas y bolsas de alimentos y los perros se
pusieron a comer y se olvidaron de todooo.
Las tomas de planta en 1974 fueron emblemáticas –e
inolvidables- para los trabajadores de esta empresa. Cuando
Eduardo Carunchio ingresa a esa empresa a trabajar, estaban
2

Se refiere al bar El Puente, ubicado en la esquina de Avenida Mitre y Pavón, junto en el acceso al Viejo
Puente Pueyrredón. Desde hace algunos años está cerrado. Es una esquina sin ochava.
3
Según el relato de los ex trabajadores, en esa planta se hizo por primera vez alimento para perros y se lo
comercializó.
por ocurrir estas tomas, por lo tanto, ya había ahí un movimiento
obrero organizado –lo que contó Almaraz-, y con un alto grado de
combatividad. Una vez más es bueno reflexionar acerca del
“encuentro” en un mismo lugar de trabajo, de obreros que se
radicalizaban dentro de un proceso de lucha del que participaban,
y la aparición “desde afuera” de cuadros (o cuadros en formación
o “encuadrados”, que no quiere decir “cuadros”).
¿Cuándo ingresás a Molinos?
Carunchio: Ingreso en 1974, porque nosotros un tiempito antes
habíamos trabajado en Noticias 4 y de ahí fuimos Cacho Segura,
Verdura5, el Negro Escudero y yo, todos ex Noticias.
¿Mataboni también?
Carunchio: Sí, era chofer... –se sonríe de un recuerdo, que
explica-: una vez les dijeron a los choferes que tal coche no se
usaba por nada, y el lo usó; y para colmo era de andar con la
alpargata a fondo ¡y lo fundió! Le armaron un quilombo y lo
echaron de Noticias... Y Segura estaba en Administración Yo en
Seguridad, con Escudero.
¿Te acordas de Miguel Medina6?
Carunchio: No.... Tal vez no por el apellido.
¿Por qué van e ingresan tan fácil a Molinos?
Carunchio: Porque hay una línea para que podamos ingresar.
Entre medio trabajamos en una curtiembre de Lanús. Muy duro...
–se sonríe para dejar claro que eso no era para él-. Pero había
una punta en Personal, de Molinos. Esa era la punta: Lavalle o
Lasalle, un tipo que era de Adrogué. Yo lo tenía junado porque a
su vez, yo lo junaba con Barry7, porque estaba con compañeros
de esa línea –se refiere a Columna o tal vez Agrupación-. Desde
el Albano8, en donde estudiaban...
Aparece sin querer el tema de los apodos. Apodos que en
muchos casos eran una mezcla de formales “nombres de guerra”
4

El diario Noticias estaba en todos los kioscos. Creado y dirigido por Montoneros en las personas de
Urondo, Walsh, Bonasso y Gelman. Fue clausurado el 27 de agosto de 1974 por orden del Gobierno
Nacional.
5
Verdura era uno de los apodos de Ruben Mataboni. Al parecer también le decían Lechuga o Verdurita,
indistintamente.
6
Nosotros sabemos que Miguel Medina fue también integrante de la seguridad en el diario Noticias y
quisimos provocar la memoria del entrevistado, sin suerte.
7
Enrique Rodolfo Barry era un integrante de Montoneros, secuestrado y desaparecido el 22 de octubre de
1976.
8
“El Albano”, hace referencia al Colegio San Albano, histórico, ubicado en la calle Ramón Falcón 250 de
la ciudad de Lomas de Zamora en el sur del Gran Buenos Aires., que incluye a la localidad de Adrogué.
con denominaciones desde la barra juvenil o con profesiones que
hubieran tenido. Una mezcla
Carunchio: Lechuga siempre fue Lechuga –unos minutos atrás
lo mencionó como Verdura-. Es más, en Molinos le decían El
Ratón9 pero para mí seguía siendo Lechuga. Te decía de esa
línea para ingresar. Yo lo tenía junado –a Lasalle- porque habría
ido al Albano –duda-... pero estaba con otros compañeros que
eran de esa línea.
Con gran admiración Carunchio recuerda a Enrique Rodolfo
Barry quien era un cuadro Montonero y al parecer un tipo poco
esquemático y muy cálido. Pertenecía a una familia tradicional de
Adrogué, en la “vía Témperley” del Ferrocarril Roca, seguramente
de ascendencia inglesa. Tenía 28 años cuando es secuestrado.
Pretendemos reponer en foco en el tema Molinos, el entrevistado
entiende esa necesidad pero la asociación de recuerdos pone la
última palabra.
Entrás a Molinos, entonces, en 1974...
Carunchio: Ah si, facilitado por Lasalle. Viene de la orga: Vayan
para Molinos. Vamos, nos inscribimos y después nos vamos
dando cuenta de cómo venía la cosa. Te dabas cuenta de que
algo había con este compañero, apenas lo veías.... Nosotros....
De todas maneras yo había sido ya como separado de la orga.
Yo no caigo como monto sino como perreté. Segura...-frena y
reorganiza su oración para que podamos entender-, nos habían
separado de la orga. Después con Cacho y con Escudero íbamos
a ingresar al PRT y Cacho se abre y quedamos Escudero y yo
nada más. Pero la historia había comenzado con el delirio de que
queríamos ir a Tucumán10 hasta que nos dicen ni en pedo. Él
tenía razón, era al pedo. Ingresamos –a Molinos- como peón de
patio y ahí conocimos a Carlitos Pérez que era de otro lugar –de
otra fuerza política...
¿Qué era ser Peón de Patio?
Carunchio: Era como un comodín, limpieza, cubrir un faltante en
Margarina o en Envasamiento, un comodín de acuerdo a donde
faltaba alguien en alguna línea. O tareas de limpieza, cosas
menores, lo que surgiera. Limpiar los tachitos de mayonesa que
venían podridos –hace gestos de asco-, qué sé yo, se volvían a
etiquetar. Eso era.
9

Una leyenda cuenta que le decían El Ratón porque a pesar de tener poco más de 30 años, ya tenía 10
hijos.
10
En la Provincia de Tucumán se estaba desarrollando un foco guerrillero organizado por el PRT-ERP.
Habré trabajado una semana o dos en eso, de ahí a Taller, con
Larroca y con un boxeador que se llamaba Luis Arsenio Arce,
pero éramos pocos en Taller. De ahí a Laboratorio. La tarea era:
llegaba, preparaba los antioxidantes para los camiones que
venían a buscar aceites. Fanacoa, Hellman, esos camiones iban
con un antioxidante, yo se los metía adentro, chau, se iban.
Limpiaba el laboratorio, las cosas que se usaban. Alguna que
otra actividad más, pero tenías tiempo para moverte de un lugar a
otro.
No estabas atado al espacio físico del Laboratorio durante
todas las horas de tu turno...
Carunchio: Llegaba a la mañana, ya sabía lo de los
antioxidantes, lavaba pipetas y me movía mucho.
¿Hasta cuándo trabajás en la empresa?
Carunchio: Y trabajo hasta enero del 75 cuando caigo y salgo el
11 de marzo de 1975 y me vuelvo a presentar. ¡Y me piden el
sobreseimiento definitivo!, pero tenía sólo el provisorio con
prosecución de la causa. Estaba en ese tema, aparecen
delegados y aparece Vázquez, el delegado general -sería
secuestrado el 2 de diciembre de 1976- y me dicen qué vas a
hacer Gordo, les dije que quería entrar y me dicen mirá que está
medio complicado...; es que cuando yo estuve preso, los
compañeros del Partido habían volanteado dos o tres veces y
parece que eso los alteró –se sonríe con gozo-, alteró el
movimiento fabril. Los gerentes cambiaban todos los dias la
forma de llegar a la fábrica. Pensaban que el Partido podía tomar
represalias para con los directivos. Sabíamos que cambiaban
todos los días. Si vos querés, hacemos una asamblea para que
te reincorporen pero fijate bien..., me decía Vázquez. Yo estaba
con mi mujer que quería a toda costa que retomara ese trabajo,
volvimos, pensamos cómo venía la historieta. Había salido y
estaba muy descolgado de todo. Pensé, volví a la fábrica, casé la
plata y me fui.
Pero bueno, la verdad es que me podía haber quedado pero no
iba a ser fácil, el mismo Vázquez me dijo, mirá que no está fácil.
La verdad es que yo –se ruboriza un poco- me había mandado
un error..., cuando decido irme y me dicen que vaya a buscar mis
cosas y voy al cofre, me acompaña Vázquez y llego y veo que el
cofre estaba reventado. Había un mate, un jarrito de té,
boludeces.... –se ríe porque recuerda su estupidez- , ¿qué pasó?
Menos mal que te lo reventamos, boludo.... Es que nosotros
volanteábamos antes de entrar en la fábrica y se ve que me
sobraron unos volantes ese día y los tenía en el cofre, como un
boludo ¡cosa que no hay que hacer! –se lo sigue reprochando y
lo aconseja-. Vázquez se ve que se entera que habíamos caído y
él reventó el cofre y lo limpió.

La muerte del presidente Juan Domingo Perón agudizó la crisis
interna, en un país tan en disputa y exquilmado por las grandes
potencias de turno. Como se dice habitualmente, un país que
produce alimentos para cuatrocientos millones de personas e
internamente no resuelve el tema de alimentación de menos de
cuarenta millones, es porque los que deciden no lo hacen desde
la mirada del pueblo. Es la matriz que sigue vigente aún hoy y
que genera que los alimentos, en el país de los alimentos, sean
de difícil acceso para las mayorías.
Aquél 1º de julio de 1974 es tomado habitualmente por los
investigadores de la historia y por los analistas políticos como un
día de quiebre. No era igual que esté o no esté Perón. Esto, para
la población en general. Para los círculos de poder también fue
un día de quiebre cuando echan a José Ber Gelbard del
Ministerio de Economía y por lo tanto quiebran la línea políticoeconómica que éste llevaba.
Las tomas de esta planta industrial está ligada al conjunto de este
conflicto político nacional y a asuntos propios, económicos, de los
trabajadores de la planta; y los entrevistados, a su manera, lo
cuentan.
Las respuestas de Eduardo Carunchio vinculan la vida sindical
interna de la planta con la vida política nacional porque sabe que
todo es, en definitiva, el mismo enjambre.
Y las líneas políticas que se dieron cada una de las fuerzas
políticas revolucionarias –armadas o no- en la Argentina de los
setenta, con aciertos y errores desde el punto de vista de los
intereses del pueblo, jugaron en ese enjambre, inevitablemente.
De temas tan delicados hablamos con Carunchio en su
departamento de La Boca, una mañana soleada junto a una
ventana que nos llenaba de claridad y de verde.
¿Vos estuviste en las tomas de planta?
Carunchio: En las dos.
¿Recordás cuándo fueron?
Carunchio: Nooooo.... –pero piensa-.
¿Hacía frío?
Carunchio: En la primera hacia más frio, en la otra un poco
menos, sé que era 1974. Faltaba aceite, faltaban cosas, ya había
muerto Perón. Un avance de las patronales; el tema del aceite
era un tema delicado. ¡No había aceite! Nosotros estábamos
abarrotados de aceite.... Un día vino Herminio 11 y se llevó uno o
dos camiones y los entregó en la Plaza Alsina; no sé si los vendió
o los regaló pero toda la gente se llevó una botellita. Inclusive
Herminio con los compañeros –con Montoneros12- venía tiroteado
porque le habían hecho un atentado 13...
A la salida de un velorio...
Carunchio: Le hacen el famoso atentado ése. ¡Esas cosas
que...! Yo después lo conocí a Herminio y tampoco era..... Si te
ponés a ver, también era un peronista, loco... ¿viste?. ¡¡Teníamos
un despelote en la cabeza!! ¡De un lado y de otro!. Como ahora
hablan de la Juventud Sindical ¿no se acuerdan qué era la
Juventud Sindical? No tienen ni idea de lo que pasaba. A
nosotros nos cagaban a tiros, o nos cagábamos a tiros con la
Juventud Sindical. ¡A mí más me cagaron que los cagué¡ -risas-.
En esa época no lo conocía a Herminio pero cuando lo conocí,
años después, y ...la verdad es que era otra historia. Ya te digo,
esa pelea interna... –vuelve a la pelea interna en el país- había
precios máximos en esa época y cuando viene Otero 14 fue para
eso, para que no hiciéramos demasiado bolonqui. Como para
que la empresa siga vendiendo, pero la realidad era de que
nosotros laburábamos, los silos estaban hasta el ojete, todos los
días se laburaba las 24 horas, se hacia lo que se hacia. Por el
otro lado, las patronales tenían las prácticas que tenían; yo te
conté: lo del pan rallado, lo mandan al mercado y después lo
retiran porque aducían que había un estudio de laboratorio que
decía que ese pan rallado tenía vidrio molido. Querían culpar a
los laburantres que hacían sabotaje y metían vidrio molido en el
pan rallado. ¡Mentira!. La historia fue que lo retiran, se rompían
las bolsitas y se tiraba todo el contenido en unos tambores de
200 litros, tic tic tic. Y después ese mismo pan rallado se volvía a
embolsar en otra bolsita con otro preciooooo, porque los precios
estaban marcados en el producto ¡Ya tenían otro precio! Era todo
un chamuyo de la patronal sólo para remarcar. ¡Nosotros lo
11

Herminio Iglesias fue intendente de Avellaneda desde el 25 de mayo de 1973 hasta el golpe de 1976.
Su rol es discutible. Algunos lo consideran un peronista sin aditamentos; otros, un peronista de derecha.
Por esto es interesante como lo pinta, brevemente, el entrevistado.
12
Nosotros sabemos que Herminio Iglesias tenía charlas con algunos Montoneros locales. No eran
extraños. A mí, personalmente, me habló muy bien de Armando Croatto, por ejemplo, aunque no
podamos evaluar la sinceridad de sus palabras..
13
Atentaron contra su vida mientras fue Intendente: Herminio Iglesias salía de una casa velatoria ubicada
en la calle Ameghino al 400 y ahí, en la vereda le disparan. Algún tiro le da en su bajo vientre. Desde su
internación en el Hospital Fiorito siguió dirigiendo la Intendencia. En una entrevista personal, nos negó
saber quiénes habían atentado contra él.
14
Ricardo Otero fue Ministro de Trabajo durante parte de aquél período constitucional.
estábamos viendo!. Otra: había un aceite que se llamaba Torero.
¿Viste cuando a veces te cuentan que si vos ves cómo se hace la
morcilla, no comés más morcilla en tu vida? Bueno, si vos veías
cómo se hacía el aceite Torero, no fritás más...- risas- Todos los
requechos, todo lo que sobraba se filtraba y salía como aceite
Torero, el más barato. No tiraban ni la cáscara del huevo. Otra
¿viste con el pele?, se hace la molienda y aparece el pele...
Perdón ¿molienda de qué grano?
Carunchio: Girasol, soja, maíz, después de sacarle el aceite,
todo se exportaba como pele y vos cobrás por exportación, pero
después lo volvías a importar porque en EEUU le sacaban un
30% más de aceite y eso volvía como alimento balanceado. Y
volvías a cobrar. Maravilloso, no te perdés nada... ¿Cómo?
¿Nadie ve esto? Los laburantes estábamos diciendo lo que
pasaba ¡¡y nadie nos daba bola!! Eh macho!! Loco!! Mirá lo que
es esto y... ¡Ni cinco de bola, desde ya!. Nosotros estábamos
sabiendo cómo era el manejo y del otro lado no había respuesta.
Nadie daba bola. La misma empresa que no mandaba el aceite al
mercado, y retiraba la mayonesa del mercado... ¡Esta historia de
los precios máximos!
¿No operaba esto como presión política?
Carunchio: Eso; era una presión política. Lo hablábamos. Se lo
hicieron al Chicho Allende con los camiones y acá con el
desabastecimiento... En febrero, antes del golpe, hubo un lockaut
y nosotros adentro ya sabíamos que se venía el golpe...
¿La muerte de Perón propició el golpe?
Carunchio: Es fue el quiebre, ahí empezó el apriete de las
empresas. Una cosa era la figura de Perón y otra la de Isabelita,
nada que ver. Era evidente. El golpe contra Isabel estaba claro;
de este lado del campo popular, tampoco le daban mucha bola a
Isabel y compañía; e Isabel y compañía firman lo del
aniquilamiento de la subversión. Hay una serie de cosas que en
vez de aglutinar, es mas ofensiva hacia el campo popular. Pero
del otro lado tampoco la querían a Isabel.
En sus términos y desde su óptica, quiere decir que Isabel
Martínez de Perón jugaba para “la derecha” pero de la derecha
no la querían.
Una pinza.
Carunchio: De arriba y de abajo
Y cuando lo liquidan a Rucci, si fueron los Montoneros ¿eso
no fue una pinza a Perón?
Yo trabajaba en Noticias, 24 por 48. Eso nos permitía estar en el
barrio, me interesaba mi laburo en el barrio. Estaba en la Básica,
en una reunión, en el Barrio El Gaucho15, calle República
Argentina a cuatro cuadras de la Monteverde... Desde ahí es que
yo conozco a Lechuga, mucho antes que en Molinos. Yo venía de
la R16 y él de los morochos, teníamos diferencias pero nos
llevábamos bien... ¡Cada tanto lo venía a buscar la mujer...! –no
explica su sobresalto-. Estábamos ahí, en la Básica, había una
chica que ayudaba a los pibes en tareas del colegio... y aparece
la noticia de la muerte de Rucci. Todos ahí decíamos que era un
ataque de la derecha contra Perón. Ese era el razonamiento, no
había otro –con gestos subraya esto de que no había otro-. Hasta
que de repente aparece un compañero de ...
Del aparato
Carunchio: Del aparato... Me dice Vení Gordo ¿qué estás
hablando? Lo de Rucci, un ataque a Perón... Bueno, cortala. Me
quedé mudo y le pregunté ¿cómo cortala? Me contestó seco: Si,
cortala, callate, no hablés más, boludo. ¡No hablés más!.
Entonces después, cuando se desarmó esa reunión, me dice lo
hicimos nosotros, y pensé ¿Cómo que lo hicimos nosotros? Yo
no lo podía creer. Y después yo cuando vuelvo a Noticias –del
franco-, estaban todos ahí, estaba claro de cómo venía la
historieta. Inclusive me acuerdo que después habla Perón y
estaban todos, Bonasso, todos sentados mirando la tele a ver
qué estaba diciendo el Viejo... Son errores...-lo dice con
amargura- Como aquél asunto de haberle hecho un atentado a
Herminio y después te sentás con Herminio y lo mirás y decís
¡¿éste era Herminio?!
Creemos que es útil precisar que José Ignacio Rucci, secretario
general de la CGT y hombre de la intimidad de Perón, fue
ultimado el martes 25 de septiembre de 1973. El domingo
anterior la fórmula Perón-Perón había ganado las elecciones
nacionales con una diferencia apabullante y por lo tanto, Perón
demostraba tener una vigencia absoluta en la política nacional.
Viéndolo desde hoy, matar a Rucci ¿fue simplemente un
error o quisieron marcarle la cancha a Perón?
Carunchio: Para mí el error es haberle querido marcar la cancha
al Viejo. No, no le podías marcar la cancha al Viejo. Mirá, hace
poco estuve con una compañera que está escribiendo la historia
de la UES. Ella fue dirección de la UES. Ella fue a esa reunión a
la que fue Quieto, el Firme, porque el Viejo llama a todos. Esta
Brito Lima, que era impresentable pobre chabón. Entonces,
15
16

El Barrio El Gaucho pertenece a la localidad de Almirante Brown, suroeste del Gran Buenos Aires.
Venir de la R significaba –y significa-ser militante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Dante Gullo, la JTP, la UES, habla para todos, porque le quieren
marcar la cancha. Acá mando yo, vos serás de la JTP pero yo
soy Perón ¿te das cuenta? Acá yo soy Perón. Ni lo escuchaban
al Viejo, todos proponían, Brito Lima pedía plata ¡una cosa...!
frente a lo que hablaba
Perón hacían oídos sordos. Estaban en otra galaxia. Ahora, con
el tiempo, vos decís quién sos vos, boludo, para ir a manejarle la
cancha a Perón.
Acá a fines de 1973 se hizo un famoso congreso en La Plata,
sobre problemas de ecología y qué se yo. Se hablaba del
problema del agua... ¿Qué hablan estos? decíamos, si nosotros
teníamos agua de sobra. Claro, Perón venía y decía que había
que darles de comer a cuatrocientos millones de habitantes y
nosotros estábamos en la guerra popular y prolongada, nada
más. Había una especie de encuesta, o algo así, que hacían los
Montos acerca de que si Perón era un líder revolucionario o un
líder popular, una boludez total. Era un líder popular, lo de la
revolución te lo creiste vos.
Las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) decían eso de lider
popular pero no el conductor...
Carunchio: Eso, por algo pasaron las cosas que pasaron. John
William Cooke por más claro que quería ser, si vos lees la
correspondencia, tampoco le podía marcar la política a Perón.
En esas Cartas se muestra que de alguna manera quiso
hacerlo...
Carunchio: Por eso lo hizo a un costado... Y fue poniendo gente
que llevara adelante la política de él. Cuando fuimos a San
Andrés de Giles, cantábamos Solano Montonero y Solano
contento.... –se muere de risa- ¡¡una sonrisa así!! ¡Cámpora y
todos! Cuando dejaste de llevar la política de Perón y te
enroscaste en otra historia, bueno, buenas tardes mucho gusto,
hermano, la política es otra. Más allá de que el Viejo después se
haya equivocado y haya terminado en manos de López Rega.
¿No se lo habrás entregado vos al Viejo a los López Rega? Más
allá de los errores de Perón ¿no habría que haberse bajado un
poquito del caballo...? ¡¡Estábamos todos...!! –agita los brazos
como gritando y empuñando-. Yo me acuerdo que los 22 de
agosto ¡un quilombo!; ahora los 22 de agosto pasan, lo de Cooke
pasa y nadie habla, de Troxler nadie habla.... Yo, la muerte de
Rucci, creo que lo jode al Viejo de salud, lo caga mal, tirarle un
muerto al Viejo para vos decir ¡acá estoy!, me parece que fue un
error
La intención, entonces, fue marcarle la cancha
Carunchio: Sí. Cuando se separa la Lealtad17, hay mucho
quilombo. Y hay hechos... se revientan casas operativas, afanos,
internas ¿entendés?.

Otro ex obrero de Molinos, Carlos Pérez, vive en Sarandí y
charlamos algunas horas en el bar Brig, cerca de su casa. Flaco,
barbudo, mantiene un andar y un estilo juvenil aunque siempre
de perfil bajo.
Su mirada política es otra porque desde hacía algunos años
formaba parte del Partido Socialista de los Trabajadores (PST),
trotskista. Pero tiene –y seguramente tenía- un estilo muy lejano
al estereotipo del “trosco”, más esquemático.
¿Cuándo ingresaste en Molinos?
Pérez: En eso venía pensando, no tengo una fecha... –abre las
como para que surja una fecha que no aparece-, tiene que haber
sido en el 74.
¿Te enteraste de la muerte de Perón adentro?
Pérez: No, no, cuando murió Perón estaba trabajando en un
taller en Barracas. Después de eso tengo que haber entrado,
entonces.
¿Entraste a trabajar por hambre o por política?
Pérez: ... –se ríe- por las dos cosas, era una cosa combinada.
Tenía que laburar porque tenía que laburar. No estaba en esa de
la proletarización... No venía de la Universidad a hacer una
experiencia. Venía de trabajar en una empresa de cerámicas.
¿Y hasta cuándo trabajás en Molinos?
Pérez: Unos meses después del golpe.
¿Con qué tarea ingresás?
Pérez: Entro como peón de patio. Éramos un grupo de
compañeros que no teníamos una tarea específica; hacía trabajo
de limpieza general o faltaba alguien en alguna línea y te
mandaban ahí... Con el correr del tiempo pasé a Margarina y
trabajé fijo ahí. Éramos 15 o 20; la sección funcionaba, como
toda la fábrica, las 24 horas en tres turnos rotativos.
Ubicado en la planta, le preguntamos cómo encontró a sus
inminentes compañeros en cuanto a la situación posterior a las
tomas de planta mencionadas.
17

Tras la llegada de Perón al país en 1973 se produce una discusión dentro de Montoneros para definir si
reconocían la conducción de Perón. Unos dijeron que no. Otros que sí y pasaron a llamarse Juventud
Peronista Lealtad.
¿Los trabajadores estaban organizados?
Pérez: Cuando yo ingreso, la fábrica ya estaba organizada.
Había un delegado general que era el compañero Vázquez y
había delegados por las distintas secciones de la fábrica.
¿Se reunían con regularidad?
Pérez: Había reuniones por sección; cuando había temas que
tenían que ver con todos, había asambleas. Normalmente se
trataba de coincidir cuando un turno se estaba por ir y el otro
ingresaba...
Por ejemplo, dos de la tarde.
Pérez: Por ejemplo dos de la tarde, uno de los horarios propios
de asamblea general.
¿Se entraba por la calle Dean Funes?
Pérez: Se entraba por Dean Funes18... No sé cómo estará ahora.
Entrabas y enseguida estaba la tarjeta y también a la izquierda
sobre Dean Funes todo lo que era Administración y Personal. Un
gran patio y por un lado Mayonesa, Aceite, Margarina; la parte
esa en donde trabaja Vázquez creo que se llamaba Pelle o Pellet,
que era lo que quedaba luego de sacarle el aceite a las semillas.
Sé que se reutilizaba.
¿Cómo era Vázquez?
Pérez: Un buen tipo, muy querido, reconocido. Si había oposición
no sé, pero era un tipo reconocido; y toda la comisión interna
también porque habían conseguido muchísimas cosas.
¿A quiénes recordás de la Interna?
Pérez: Recuerdo a Spíndola, Almaraz..., después me acuerdo de
un viejo, llamado Pérez, que era de la comisión interna, pero no
era de la JTP19. Era un viejo obrero.
¿Recordás las secciones en las que trabajaban los de la
Comisión Interna?
Pérez: Más o menos... Spíndola creo que era de Mayonesa.
Zalazar trabajaba conmigo en Mayonesa, seguro. Mataboni no
era delegado pero era un activista. El Colorado Rosen era de
Taller. Larroca había sido delegado de ahí algún tiempo. Chiche
Freitas sí, lo recuerdo, andaba con el zampi, creo que era
también de la Interna. El Ratón Cojonudo Mataboni lo recuerdo
por Aceite...
Vos tenías otra mirada política a la de Montoneros.

18

La entrada formal a esa planta fue Dean Funes 90. Casi un kilómetro al este del Viejo Puente
Pueyrredón caminando por la calle Estévez.. Hoy la entrada sigue estando en el mismo lugar
19
La Juventud Trabajadora Peronista (JTP) era una agrupación de superficie, en el movimiento obrero y
de trabajadores en general, que manejaba la Conducción Nacional de Montoneros.
Pérez: Teníamos diferencias pero más que por cosas de la
fábrica, por cosas del país. Yo charlaba mucho con Zalazar, que
era de la JTP, algunas chicanas... –se ríe con ternura-. Con
Zalazar, cuando fue la cuestión del secuestro de los Born 20 y
cuando se constituye el PPA21 –escarba más recuerdos con buen
ánimo-, y alguna vez me pasaba algún periódico... discutíamos
pero discutíamos bien.
Vos en ese momento eras del PST...
Pérez: En ese momento yo ya estaba con diferencias con mi
Partido. Estaba el tema de la defensa de la legalidad. El PST
planteaba la necesidad de la defensa de la legalidad y ya habían
asesinado a varios compañeros del Partido, se habían allanado
varios locales, ya tenía unas cuantas víctimas el Partido
Socialista de los Trabajadores. Y la línea era la de defender los
locales, seguir haciendo una militancia legal... Con el avance de
la Triple A se habían hecho reuniones con el Ministro del Interior,
Alberto Luis Rocamora22,.. –se ríe recordando al “personaje”-,
que tenía aparentemente una posición más democrática y aún
creyéndole, igual estaba muy debilitado. Además, cuando fue el
atentado a Villar... -frena porque duda- me parece que tengo
problemas con las fechas... –retoma por otra punta- Llego a la
casa de mis viejos, recuerdo siempre que era un viernes a la
noche. Había salido a las diez de la noche, estaba mi novia por
aquellos días y todos con una cara de ... –hace un gesto de
alargarse la pera hacia el pecho-, bueno: habían allanado mi
casa. Yo vivía en la calle Bahía Blanca (localidad de Wilde). No
sabía de dónde venía la mano... Cuando hacen el allanamiento
en la calle Bahía Blanca al principio pensé que venía por el lado
de Molinos, pero en los primeros días no sabía. Entonces fui a
hablar del tema con la dirección del Partido. En ese momento
estaba Páez, que me escuchó y me dice si vuelven a allanar,
pidan ayuda, griten, que sepan los vecinos...- sonrisa de
ingenuidad-. Esto lo reflexionás un poco más tarde porque había
tipos como Nahuel Moreno, González, tipos que tenían una larga
experiencia... ¡No te pueden dar ese tipo de respuestas!. El
Partido seguía con esto de seguir en la legalidad o pasar a la
clandestinidad ¡¿Y mientras tanto qué hacemos?! Ya habían
asesinado a varios compañeros en La Plata y en Zona Norte; una
vez estuve con otros defendiendo un local poco menos que con
20

El secuestro de los hermanos Juan y Jorge Born ejecutado por Montoneros, ocurre el 19 de septiembre
de 1974.
21
Se refiere al Partido Peronista Auténtico, creado por Montoneros a modo de intento de estructura legal.
22
Luis Alberto Rocamora fue Ministro del Interior de ese gobierno constitucional algunos meses.
una gomera ¡una irresponsabilidad total! Claro, tenía 24 años, no
la ves o estás jugando a no sé qué película. Yo sé que no
podíamos tener respuesta para todo porque era una situación
relativamente nueva, pero... Pero el asunto fue que aquél
allanamiento venía del lado de mi ex pareja, ella era delegada en
su lugar de laburo. Laburaba en una empresa que se llamaba
Music Hall y la dueña del lugar había sido amenazada de
secuestro y no sé si por temor o por qué, cuando fueron –los
represores con o sin uniforme- a la casa de mi cuñado, él los
mandó a la casa en la que efectivamente vivíamos...
Calle Bahía Blanca a qué altura...
Pérez: Dos cuadras antes de Ramón Franco –es decir a unas
tres cuadras de avenida Mitre-, una mujer que tenía una
prefabricada en el fondo nos la había alquilado... -vuelve a lo de
Villar- yo no tenía la concepción de la lucha armada, tenía otra
concepción ¡No es que tenía la bola de cristal!
Banalizando esto, el otro día con el Gordo Carunchio decíamos
que parecería que la gente de la JTP tenía como destino la
muerte, el exilio, o la desaparición. Porque la política que llevaba
Montoneros no dejaba otra posibilidad. No tenían posibilidad de
replantearse nada. Después aparecen esas cartas de Walsh23...
Salvo los compañeros que levantaron en la puerta de la fábrica o
adentro, no sé, el resto fueron secuestrados fuera de la fábrica –
en realidad quiere decir que no los secuestran por ser obreros de
Molinos–. Mataboni era muy amigo de Zalazar.
Tal vez esta última afirmación tenga que ver con que sabe que
Mataboni y Zalazar –y también Spíndola- fueron secuestrados el
mismo día, en el mismo momento, en el mismo punto de la
Capital Federal, mientras hacían una actividad programada
desde la conducción de Montoneros. Era el 3 de diciembre de
1976.
¿Qué pasaba adentro cuando secuestran a los Born?
Pérez: Había un clima casi eufórico; además se había pasado de
un régimen de disciplina y explotación bastante duro, a un
relax....

23

Se refiere a los informes de inteligencia que Rodolfo Walsh, Horacio Verbitzky y/u otros hicieron
desde el área de inteligencia de Montoneros a la Conducción Nacional, echando luz sobre la coyuntura
política, la que describían de manera bien distinta a la que “relataba” esa Conducción en sus documentos
formales.
Ese sistema bastante duro ¿lo conociste?
Pérez: No, cuando yo entré ya... –existía ese “relax”-, estaban
varias conquistas establecidas y una serie de cosas..., ibas al
médico porque te dolía acá –se señala el antebrazo- y listo, te
daba unos días –como que casi no lo revisaba-. La patronal
estaba ablandada. Creo que eran concesiones que la patronal
hacía... creo yo.
Hablas de euforia de la JTP ¿también había euforia de los
trabajadores de quince o veinte años de planta?
Pérez: Los tipos que tienen esos años de antigüedad es como
que tienen un poder de adaptación que si los tienen cagando
andan con la cabecita baja y si de pronto hay una serie de
medidas que los favorecen son bienvenidas... –reflexiona en
segundos y busca un ejemplo ante semejante afirmación-. Para
que te des una idea, cuando los levantaron a Carunchio y a los
compañeros (enero 1975), eso lo planteé en una asamblea... Por
lo menos existía la posibilidad de que los compañeros de la
fábrica supieran que se habían llevado a dos trabajadores; y
Vázquez y la Interna lo plantearon al Jefe de Personal. Esto, al
cabo de un año cambió abruptamente. En realidad cuando
Montoneros resuelve el paso a la clandestinidad 24, todos los de la
JTP se fueron, no estaban más –gesticula como si hubiera sido a
causa de un pase mágico.
Esta afirmación de Pérez es difícil de chequear porque es una
expresión no necesariamente rigurosa. Algunos integrantes de la
JTP se deben haber ido pero otros sabemos que no se fueron.
Sólo el ejemplo que el mismo Pérez recuerda, relacionado a la
caída de Carunchio –enero del 75- y su regreso a la planta -en
marzo del 75-, encuentra ahí a Vázquez. Y Vázquez era de la
JTP y ya habían pasado cuatro meses del paso a la
clandestinidad. Es un ejemplo; hay otros como el de Ricardo
Almaraz, que nos recuerda su hermano Guido.
Almaraz: Unas pocas semanas antes o después del golpe, creo
que después, mi hermano me dice, en la planta, me llaman de
Personal. Raro, pero fue. Vuelve al ratito y me dice me pusieron
un cheque en blanco en la mesa para que lo llenara con lo que
qusiera, pero para que me vaya. Lo que quiera Almaraz, pero
váyase. No me contó qué contestó, pero siguió trabajando como
siempre. Él trabajó hasta el último día.

24

Esa resolución la aprueba la Conducción Nacional de Montoneros el 6 de septiembre de 1974.
El secuestro de Ricardo Almaraz ocurre el 7 de Julio de 1976, en
su casa, a medianoche.
Entre las varias piezas sueltas que nos quedan está la de
Lasalle, ese empleado de la Oficina de Personal que habría
facilitado la entrada en planta de hombres de Montoneros. Varios
afirman que fue secuestrado, pero por ahora no encontramos
dato certero alguno, ya que incluso, no hay nadie con ese
apellido en los listados oficiales de desaparecidos, salvo un
muchacho de 19 años que nada tiene que ver con esta historia.
¿Te acordas de Lasalle?
Pérez: Claro, meses me costó acordarme. A él creo que sí se lo
llevan de adentro de la fábrica. Porque en alguna de ésas –
redadas dentro del establecimiento- yo pregunté che ¿y a quién
se llevaron?. Uno es ése que te mencioné una vez, Capareli; y el
otro que tenía en la cabeza era Lasalle.
El día del golpe vos estabas ahí...
Pérez: Sí, estábamos en conflicto y estábamos en una asamblea
ahí en el patio, algún reclamo salarial...; nuestro gremio no era de
los más fuertes. Y automáticamente... –el conflicto se esfumó.
Pero para esto, varios de los que conocí como Zalazar, Mataboni
y Vázquez, me acuedo perfectamente que no estaban más. Pero
bueno, fue una decisión política y por otro lado, no hubieran
podido permanecer.
Te referís a la decisión de Montoneros del paso a la
clandestinidad.
Pérez: Sí. Creo que fue totalmente desacertada. Pero también no
tenían otra posibilidad. Vázquez ya había sufrido aprietes. Creo
que la patronal, te lo dije otra vez, tiene que ver con la volteada
de tanta gente. ¿Era tan importante el establecimiento? No. Esto
se debería a que ahí se había asentado un grupo... –no es
caprichoso en este punto plantearse la hipótesis de que producto
de algún tipo de negociación, Montoneros pudo hacer ingresar en
esa planta a muchos de sus militantes.
¿Había otras fuerzas políticas?
Pérez: Sí, alguno de Palabra Obrera... No, Política Obrera, era.
Había un flaco que era del Partido Comunista, pero poco tiempo.
Yo lo jodía un poco cuando fue el golpe, le decía qué hacemos
ahora; no había posibilidad de nada. Éste –el del PC- estaba
cerca mío y le decía ¡se te hizo! o algo así –se sonríe con
tristeza-. Lo del gabinete cívico militar... Pero el tipo no me daba
mucha bola. O lo de Alberto Fortunato –un dirigente del PC local-
hace unos años estábamos hablando y le dije che, no te parece
que habría que hablar sobre la caida de la URSS, ver qué pasó
porque hay tanta gente que puso su vida honestamente por esa
causa... y me dice discutir eso ahora es anacrónico –se ríe con
amargura-. Setenta años, un pedazo grande de la historia... Acá
no jodió mucho ¡pero en otros lugares!
Después del golpe mucho silencio.
Pérez: Supongo que durante un buen tiempo deben haber
permanecido sin representación gremial. Los muchachos no
estaban más ni había ánimo...
Un día vas a trabajar y no entraste....
Pérez: Esa semana trabajaba de tarde y me cruzo con los que
salían del turno mañana... y me dicen hubo un operativo bárbaro,
se llevaron gente25... Y ahí, creo que ahí, es que se llevaron a
Lasalle y otra gente... y no entré, pegué la vuelta, me tomé uno o
dos días, no me acuerdo. A la semana volví y me quedé no sé si
uno o dos meses y me fui.
Hubo algún hecho directo que te presionó para no ir más?
Pérez: No, no. Un día me mando para Personal y digo Quiero
hablar con el Jefe de Personal. Me dicen ¿por qué asunto? Les
digo por seguridad –pone cara de no explicarse aún hoy qué
estaba diciendo-. Me hicieron pasar y hablo con este Parodi. Le
dije mire, yo me quiero retirar de acá y me preguntó por qué y le
dije que por seguridad, porque no tengo las condiciones para
seguir trabajando, de acá se están llevando gente, yo he hablado
en algunas asambleas, la verdad es que me quiero ir. Me dice,
bueno, haga una cosa, presente la renuncia y después le
hacemos la liquidación. Y le digo pero ¿qué garantías tengo de
que me paguen si primero presento la renuncia?, y eeste tipo,
Parodi, me dice yo conozco las reglas de juego. Presenté la
renuncia y al toque me pagaron la indemnización.
¿Fue una decisión personal? ¿no tuvo nada que ver sobre
vos la dirección de tu Partido?
Pérez: No... todo ese último tiempo yo era un militante...
independiente –encuentra el término y se ríe de sí mismo-. Es
que el trotsquismo es muy loco –sigue su risa y explica-, como
les llegó que charlaba cada tanto con el tipo del PO pensaron que
me estaba pasando al PO...

25

Sabemos que el día 6 de julio de 1976 el Ejército entró a la planta y se llevó a muchos trabajadores.
Nos lo contó con detalle la esposa del obrero Francisco Fernández, secuestrado ese día dentro de la
planta. según el relato que ella misma recogió al día siguiente, de boca de autoridades de la fábrica,
cuando fue a preguntar por su marido.
La investigación histórica sobre los obreros desaparecidos de
Molinos, planta Avellaneda, ha arrojado ya una nómina de trece
ciudadanos, sobre el millar de hombres y mujeres que
diariamente trabajaban en ese establecimiento. No sólo el
número absoluto es pavoroso sino que el porcentual es
puntualmente alarmante. Una de las preguntas que queda
pendiente es por qué se ha avanzado tanto en las
investigaciones sobre casos similares, por ejemplo, en la planta
de Mercedez Benz y Ford, y casi nada en el caso Molinos ¿Será
que sus patronales han estado –y están- absolutamente
enraizadas en la oligarquía nativa?
Dos semanas antes de terminar este trabajo nos conectamos con
un ciudadano ex detenido desaparecido, Guillermo López.
Cuenta que “en los años 70 formaba parte del PRT – ERP y era
médico; cuando me secuestran. Pasé por varios centros
clandestinos y en la madrugada del 14 de julio de 1976 me
ingresan, lo supe después, clandestinamente, en la
Superintendencia de Seguridad Federal26, en pleno centro de
Buenos Aires”, lugar en donde la dictadura tenía uno de sus
tantos centro clandestino de detención
López nos cuenta que “en cautiverio, cuando me sacan de un
tubo y me meten en la leonera, en el tercer piso, tuve muchos
ratos de charla con otro desaparecido, Jorge Gurrea 27. Y en esas
charlas Gurrea me contó que él había trabajado en la fábrica
Molinos y que ahí, en ese campo de concentración había en esas
semanas numerosos obreros de Molinos en condición de
desaparecidos, como por ejemplo los hermanos Pasquarrosa. A
los hermanos Pasquarrosa y a otros los secuestran en un bar de
la esquina de Avenida La Plata e Independencia También había
obreros de comisiones internas de otras grandes empresas”.
Nosotros sabemos que por lo menos uno de los hermanos
Pasquarrosa, trabajó en Molinos, y que ambos, Juan Carlos y
José Jacinto fueron efectivamente secuestrados y
desaparecidos. Tenemos por delante avanzar por este hilo de la
pesquisa pero por ahora se nos presenta borroso.
26

La Superintendencia de Seguridad Federal era un área de la Policía Federal y tenía su sede en la calle
Moreno, a metros del histórico Cuartel Central de la Policía sobre la avenida Belgrano. Hace no más de
un año en su frente se puso una placa que indica que allí funcionó un campo de concentración. En la jerga
de época, a ese lugar se le decía “coordina” abreviatura coloquial de Coordinación Federal, los más
temidos por los revolucionarios de los sesenta y principios de los setenta..
27
Jorge Gurrea era un militante de Montoneros y “caminaba”, según una de sus compañeras, por la
barriada de Parque Patricios y alrededores.

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Ponencia los obreros secuestrados y desaparecidos de molinos en avellaneda e.arrosagaray set.2012

  • 1. Los obreros secuestrados y desaparecidos de Molinos, en Avellaneda1 Enrique Hugo Arrosagaray Esta investigación pretende echar luz sobre la lucha de los trabajadores de la planta que la empresa Molinos Río de la Plata, tiene en la ciudad de Avellaneda. Sobre sus luchas en el primer lustro de los 70 y sobre la sangrienta represión que la última dictadura descargó sobre ellos. Partimos de una información que conocimos en 2009: los apellidos de tres obreros de esa industria que habían sido secuestrados y permanecían desaparecidos, Almaraz, Freitas y Fernández. En pocas semanas logramos conocer a las tres familias de esos obreros. Nos abrieron las puertas de sus casas en las barriadas de Monte Chingolo, Villa Corina y Alejandro Korn, y también pusieron sobre la mesa sus recuerdos más delicados. Largas y profundas charlas nos llevaron, a paso lento y continuo, a otras familias de obreros también detenidos-desaparecidos. La información creció a partir de decenas de entrevistas que hicimos con madres, hermanos e hijos de estos obreros desaparecidos cuya lista, en unos cuantos meses, reconstruimos hasta trece. Por esta vía contactamos también a varios ex obreros de esa planta, compañeros de lucha de los obreros desaparecidos. Varios perseguidos y uno de ellos también secuestrado pero que logró escapar de su cautiverio. Ellos nos describieron las condiciones de trabajo, los pasos en la construcción de la organización democrática que se dieron y sobre todo, nos contaron quiénes eran cada uno de los obreros que aún hoy permanecen en calidad de desaparecidos. 1 Ponencia presentada en la XVII Conferencia Internacional de Historia Oral “Los retos de la historia oral en el siglo XXI. Diversidades, desigualdades y la construcción de identidades” realizada en Buenos Aires, entre el 3 y el 7 se septiembre de 2012. ISBN 978-987-1642-17-5.
  • 2. Nos conectamos también con las autoridades de la empresa, quienes durante unos meses facilitaron alguna información puntual que le solicitamos aunque luego cortaron el diálogo y su aporte a esta reconstrucción histórica. Hasta donde conocemos, creemos que nadie ha investigado este tramo de la historia de los trabajadores de Molinos y menos aún, la descarga represiva, artera, sobre los obreros de esa planta. Hoy podemos decir que junto a los de la Ford y de la Mercedes Benz, los trabajadores de Molinos están ubicados entre los más dañados por la dictadura. De toda esta investigación –aún no concluida-, efectuamos el siguiente recorte focalizando en tres ex obreros de esa planta, de extracciones sociales distintas e ideas políticas disímiles. Unidos, los tres, en la causa de los obreros de Molinos. La planta de Molinos Río de la Plata, en Avellaneda, está ubicada al lado del Riachuelo y hacia el este de donde se erigió el Puente de Gálvez, en 1791, primer cruce sólido del histórico curso de agua. Tuvo en su época de esplendor un predio de más de quince hectáreas, edificios con líneas de producción y oficinas, y galpones, flotas de camiones, almacenes, silos propios para cargar las chatas a granel y terrenos adjuntos, propios o no, que de hecho usaba para carga y descarga o para que esperen su turno. La empresa como tal arranca en 1902 con los molinos harineros que la firma Bunge & Born instala en el Dique 3 de Puerto Madero, Capital Federal. Iniciada sólo para exportar, pronto dedicaron objetivos hacia el mercado interno. Sus productos y marcas fueron creciendo y nadie puede desconocerlas: Blancaflor, Vitina, Delicia, Exquisita, aceites Patito, Lira, Cocinero, Ideal; arroz Gallo, fideos, yerbas como Nobleza Gaucha y Cruz de Malta y decenas más. Como dicen sus trabajadores “menos carne y whisky se hacia de todo”. Para 1970 sus dueños eran Bunge & Born. Recién en 1999 el grupo Pérez Companc compra esta empresa y la posee hasta el presente. En la historia de lucha de los trabajadores de esta planta entre 1970 y 1976, está presente su esfuerzo por organizarse y desarrollar una democracia sindical en auge y distintiva por aquellos días; la creciente toma de conciencia de la masa en sí como así también la de algunos obreros puntuales que se fueron conformando como verdaderos cuadros políticos clasistas y
  • 3. revolucionarios; la “llegada” de militantes políticos “desde afuera” y la acción, dentro de esa masa de trabajadores, de las fuerzas políticas de la época. Creemos que esto último es bueno pensarlo pero no desde la óptica que califica al que viene “de afuera” como “infiltrado” sino como un fenómeno que ocurre, simplemente que ocurre, con toda la validez que ello tiene: cuando “viene de afuera” a aprender y a aportar, y no a “bajar línea” y “dar cátedra”. Aparecen retazos de temas complejos, aún hoy en debate, y respuestas desde sus propios protagonistas. Guido Almaraz es un hombre de mediana estatura, fornido, cabellos gruesos, negros y pocas canas. Cara quebradiza y gesto y actitudes atentas. Hijo de Florentina –con el tiempo transformada en una Madre de Plaza de Mayo-, vino del quebrachal santiagueño porque la familia estaba pasando una situación complicada y porque acá, en Buenos Aires, sin duda habría trabajo. Hoy vive con su madre y con su hijo en la casa de siempre, en Monte Chingolo, de donde secuestraron a su hermano Ricardo y a la esposa de éste, la paraguaya Celia Arzamendia, que tenía 23 años y un hijo. Aún hay huellas sutiles de aquél operativo dictatorial. ¿Cuándo ingresa a Molinos? Almaraz: No recuerdo el mes pero fue en 1970. Tampoco me acuerdo si mi hermano entró primero o yo pero entramos casi juntos. En esa época ni baños había. ¡Y las ratas! ¡No sabe las ratas....! ¡Así eran las ratas! Andaban por todos los rincones, por las líneas, claro, tanto grano dando vueltas. Además, usted sabe, estábamos al lado del Riachuelo... ¿Qué edad tenía cuando entró a trabajar en Molinos? Almaraz: Tendría 22 o 23 años, no me acuerdo; con mi hermano teníamos poca diferencia –se sonríe pensando en la diferencia clave- En la edad, poca diferencia pero él tenía otra mirada. Los dos nacimos en un pueblito bastante perdido de Santiago del Estero, nos criamos en la misma casita, los dos pasamos las mismas penurias, la misma pobreza, los dos trabajamos desde muchachitos hachando..., pero él veía como que se podían cambiar esas cosas. Yo lo vi después y no tan... claro como él. ¿Cómo era el ritmo de trabajo en la fábrica? Almaraz: Uno entraba a determinada hora pero no sabía cuando salía; el capataz decía cuándo. Ni extras ni nada, no se podía ni hablar entre nosotros. Te tomaban o te echaban cuando querían; eso era lo que mi hermano Ricardo veía tan mal, la prepotencia.
  • 4. En algún momento habrán comenzado a reunirse... Almaraz: ¿y sabe dónde? ¿Vio el barcito en la esquina ésa, saliendo por la calle de Molinos, ahí en Mitre? El que está justo en la esquina, de enfrente... Almaraz: Ése2. Ahí no te podían prohibir hablar. Me parece que con uno de los primeros que hablaron fue con Chiche Freitas porque él también es de los primeros. Chiche vivía ahí en Villa Corina; era un gran muchacho, con mucho carácter, bien plantado. ¿Había algún tipo de organización sindical cuando usted entró? Almaraz: Hasta cuando entré yo, no había nada de organización. Y si la había yo no me di cuenta. Ahí metieron mano Chiche, mi hermano y algunos otros; y Vázquez ¡Qué tipo ése! No sé si era boliviano o paraguayo, algo así. No sé cómo empezó la cosa pero se fueron eligiendo delegados, mi hermano fue elegido delegado, Chiche también, formaron una agrupación ..., creo que eso fue un poco después, que pusieron un local por Mitre, era la Agrupación 17 de Octubre. Quién sabe por el 72 o 73. Herminio los quería llevar para su molino porque ya estaba lo de las elecciones. Ellos hablaban, sí, pero no trenzaban, cada uno en lo suyo. En algún momento de esos mi hermano se sumó a Montoneros, sí. Yo lo ayudé con algunas cosas. ¿Usted estuvo en las tomas de la planta? Almaraz: Sí, claro. Para esto creo que ya estaba Calzón de Oso, El Ratón, El Colorado, Rosen..., me olvido de tantos. ¿Cómo fueron esas tomas? Almaraz: Mucha organización, mucha disciplina. Y mucho ingenio ...-y se ríe-: una vez se venía la montada con perros y todo. La verdad es que estábamos en una situación desesperada. Pero no sé a quién se le ocurrió una cosa tremenda: hizo traer del depósito bolsas de alimentos para perros3... No sé si usted sabe que cuando la policía va a sacar a los perros, los tienen hambrientos para que estén más enojados, bueno, les tiramos bolsas y bolsas de alimentos y los perros se pusieron a comer y se olvidaron de todooo. Las tomas de planta en 1974 fueron emblemáticas –e inolvidables- para los trabajadores de esta empresa. Cuando Eduardo Carunchio ingresa a esa empresa a trabajar, estaban 2 Se refiere al bar El Puente, ubicado en la esquina de Avenida Mitre y Pavón, junto en el acceso al Viejo Puente Pueyrredón. Desde hace algunos años está cerrado. Es una esquina sin ochava. 3 Según el relato de los ex trabajadores, en esa planta se hizo por primera vez alimento para perros y se lo comercializó.
  • 5. por ocurrir estas tomas, por lo tanto, ya había ahí un movimiento obrero organizado –lo que contó Almaraz-, y con un alto grado de combatividad. Una vez más es bueno reflexionar acerca del “encuentro” en un mismo lugar de trabajo, de obreros que se radicalizaban dentro de un proceso de lucha del que participaban, y la aparición “desde afuera” de cuadros (o cuadros en formación o “encuadrados”, que no quiere decir “cuadros”). ¿Cuándo ingresás a Molinos? Carunchio: Ingreso en 1974, porque nosotros un tiempito antes habíamos trabajado en Noticias 4 y de ahí fuimos Cacho Segura, Verdura5, el Negro Escudero y yo, todos ex Noticias. ¿Mataboni también? Carunchio: Sí, era chofer... –se sonríe de un recuerdo, que explica-: una vez les dijeron a los choferes que tal coche no se usaba por nada, y el lo usó; y para colmo era de andar con la alpargata a fondo ¡y lo fundió! Le armaron un quilombo y lo echaron de Noticias... Y Segura estaba en Administración Yo en Seguridad, con Escudero. ¿Te acordas de Miguel Medina6? Carunchio: No.... Tal vez no por el apellido. ¿Por qué van e ingresan tan fácil a Molinos? Carunchio: Porque hay una línea para que podamos ingresar. Entre medio trabajamos en una curtiembre de Lanús. Muy duro... –se sonríe para dejar claro que eso no era para él-. Pero había una punta en Personal, de Molinos. Esa era la punta: Lavalle o Lasalle, un tipo que era de Adrogué. Yo lo tenía junado porque a su vez, yo lo junaba con Barry7, porque estaba con compañeros de esa línea –se refiere a Columna o tal vez Agrupación-. Desde el Albano8, en donde estudiaban... Aparece sin querer el tema de los apodos. Apodos que en muchos casos eran una mezcla de formales “nombres de guerra” 4 El diario Noticias estaba en todos los kioscos. Creado y dirigido por Montoneros en las personas de Urondo, Walsh, Bonasso y Gelman. Fue clausurado el 27 de agosto de 1974 por orden del Gobierno Nacional. 5 Verdura era uno de los apodos de Ruben Mataboni. Al parecer también le decían Lechuga o Verdurita, indistintamente. 6 Nosotros sabemos que Miguel Medina fue también integrante de la seguridad en el diario Noticias y quisimos provocar la memoria del entrevistado, sin suerte. 7 Enrique Rodolfo Barry era un integrante de Montoneros, secuestrado y desaparecido el 22 de octubre de 1976. 8 “El Albano”, hace referencia al Colegio San Albano, histórico, ubicado en la calle Ramón Falcón 250 de la ciudad de Lomas de Zamora en el sur del Gran Buenos Aires., que incluye a la localidad de Adrogué.
  • 6. con denominaciones desde la barra juvenil o con profesiones que hubieran tenido. Una mezcla Carunchio: Lechuga siempre fue Lechuga –unos minutos atrás lo mencionó como Verdura-. Es más, en Molinos le decían El Ratón9 pero para mí seguía siendo Lechuga. Te decía de esa línea para ingresar. Yo lo tenía junado –a Lasalle- porque habría ido al Albano –duda-... pero estaba con otros compañeros que eran de esa línea. Con gran admiración Carunchio recuerda a Enrique Rodolfo Barry quien era un cuadro Montonero y al parecer un tipo poco esquemático y muy cálido. Pertenecía a una familia tradicional de Adrogué, en la “vía Témperley” del Ferrocarril Roca, seguramente de ascendencia inglesa. Tenía 28 años cuando es secuestrado. Pretendemos reponer en foco en el tema Molinos, el entrevistado entiende esa necesidad pero la asociación de recuerdos pone la última palabra. Entrás a Molinos, entonces, en 1974... Carunchio: Ah si, facilitado por Lasalle. Viene de la orga: Vayan para Molinos. Vamos, nos inscribimos y después nos vamos dando cuenta de cómo venía la cosa. Te dabas cuenta de que algo había con este compañero, apenas lo veías.... Nosotros.... De todas maneras yo había sido ya como separado de la orga. Yo no caigo como monto sino como perreté. Segura...-frena y reorganiza su oración para que podamos entender-, nos habían separado de la orga. Después con Cacho y con Escudero íbamos a ingresar al PRT y Cacho se abre y quedamos Escudero y yo nada más. Pero la historia había comenzado con el delirio de que queríamos ir a Tucumán10 hasta que nos dicen ni en pedo. Él tenía razón, era al pedo. Ingresamos –a Molinos- como peón de patio y ahí conocimos a Carlitos Pérez que era de otro lugar –de otra fuerza política... ¿Qué era ser Peón de Patio? Carunchio: Era como un comodín, limpieza, cubrir un faltante en Margarina o en Envasamiento, un comodín de acuerdo a donde faltaba alguien en alguna línea. O tareas de limpieza, cosas menores, lo que surgiera. Limpiar los tachitos de mayonesa que venían podridos –hace gestos de asco-, qué sé yo, se volvían a etiquetar. Eso era. 9 Una leyenda cuenta que le decían El Ratón porque a pesar de tener poco más de 30 años, ya tenía 10 hijos. 10 En la Provincia de Tucumán se estaba desarrollando un foco guerrillero organizado por el PRT-ERP.
  • 7. Habré trabajado una semana o dos en eso, de ahí a Taller, con Larroca y con un boxeador que se llamaba Luis Arsenio Arce, pero éramos pocos en Taller. De ahí a Laboratorio. La tarea era: llegaba, preparaba los antioxidantes para los camiones que venían a buscar aceites. Fanacoa, Hellman, esos camiones iban con un antioxidante, yo se los metía adentro, chau, se iban. Limpiaba el laboratorio, las cosas que se usaban. Alguna que otra actividad más, pero tenías tiempo para moverte de un lugar a otro. No estabas atado al espacio físico del Laboratorio durante todas las horas de tu turno... Carunchio: Llegaba a la mañana, ya sabía lo de los antioxidantes, lavaba pipetas y me movía mucho. ¿Hasta cuándo trabajás en la empresa? Carunchio: Y trabajo hasta enero del 75 cuando caigo y salgo el 11 de marzo de 1975 y me vuelvo a presentar. ¡Y me piden el sobreseimiento definitivo!, pero tenía sólo el provisorio con prosecución de la causa. Estaba en ese tema, aparecen delegados y aparece Vázquez, el delegado general -sería secuestrado el 2 de diciembre de 1976- y me dicen qué vas a hacer Gordo, les dije que quería entrar y me dicen mirá que está medio complicado...; es que cuando yo estuve preso, los compañeros del Partido habían volanteado dos o tres veces y parece que eso los alteró –se sonríe con gozo-, alteró el movimiento fabril. Los gerentes cambiaban todos los dias la forma de llegar a la fábrica. Pensaban que el Partido podía tomar represalias para con los directivos. Sabíamos que cambiaban todos los días. Si vos querés, hacemos una asamblea para que te reincorporen pero fijate bien..., me decía Vázquez. Yo estaba con mi mujer que quería a toda costa que retomara ese trabajo, volvimos, pensamos cómo venía la historieta. Había salido y estaba muy descolgado de todo. Pensé, volví a la fábrica, casé la plata y me fui. Pero bueno, la verdad es que me podía haber quedado pero no iba a ser fácil, el mismo Vázquez me dijo, mirá que no está fácil. La verdad es que yo –se ruboriza un poco- me había mandado un error..., cuando decido irme y me dicen que vaya a buscar mis cosas y voy al cofre, me acompaña Vázquez y llego y veo que el cofre estaba reventado. Había un mate, un jarrito de té, boludeces.... –se ríe porque recuerda su estupidez- , ¿qué pasó? Menos mal que te lo reventamos, boludo.... Es que nosotros volanteábamos antes de entrar en la fábrica y se ve que me sobraron unos volantes ese día y los tenía en el cofre, como un boludo ¡cosa que no hay que hacer! –se lo sigue reprochando y
  • 8. lo aconseja-. Vázquez se ve que se entera que habíamos caído y él reventó el cofre y lo limpió. La muerte del presidente Juan Domingo Perón agudizó la crisis interna, en un país tan en disputa y exquilmado por las grandes potencias de turno. Como se dice habitualmente, un país que produce alimentos para cuatrocientos millones de personas e internamente no resuelve el tema de alimentación de menos de cuarenta millones, es porque los que deciden no lo hacen desde la mirada del pueblo. Es la matriz que sigue vigente aún hoy y que genera que los alimentos, en el país de los alimentos, sean de difícil acceso para las mayorías. Aquél 1º de julio de 1974 es tomado habitualmente por los investigadores de la historia y por los analistas políticos como un día de quiebre. No era igual que esté o no esté Perón. Esto, para la población en general. Para los círculos de poder también fue un día de quiebre cuando echan a José Ber Gelbard del Ministerio de Economía y por lo tanto quiebran la línea políticoeconómica que éste llevaba. Las tomas de esta planta industrial está ligada al conjunto de este conflicto político nacional y a asuntos propios, económicos, de los trabajadores de la planta; y los entrevistados, a su manera, lo cuentan. Las respuestas de Eduardo Carunchio vinculan la vida sindical interna de la planta con la vida política nacional porque sabe que todo es, en definitiva, el mismo enjambre. Y las líneas políticas que se dieron cada una de las fuerzas políticas revolucionarias –armadas o no- en la Argentina de los setenta, con aciertos y errores desde el punto de vista de los intereses del pueblo, jugaron en ese enjambre, inevitablemente. De temas tan delicados hablamos con Carunchio en su departamento de La Boca, una mañana soleada junto a una ventana que nos llenaba de claridad y de verde. ¿Vos estuviste en las tomas de planta? Carunchio: En las dos. ¿Recordás cuándo fueron? Carunchio: Nooooo.... –pero piensa-. ¿Hacía frío? Carunchio: En la primera hacia más frio, en la otra un poco menos, sé que era 1974. Faltaba aceite, faltaban cosas, ya había muerto Perón. Un avance de las patronales; el tema del aceite era un tema delicado. ¡No había aceite! Nosotros estábamos
  • 9. abarrotados de aceite.... Un día vino Herminio 11 y se llevó uno o dos camiones y los entregó en la Plaza Alsina; no sé si los vendió o los regaló pero toda la gente se llevó una botellita. Inclusive Herminio con los compañeros –con Montoneros12- venía tiroteado porque le habían hecho un atentado 13... A la salida de un velorio... Carunchio: Le hacen el famoso atentado ése. ¡Esas cosas que...! Yo después lo conocí a Herminio y tampoco era..... Si te ponés a ver, también era un peronista, loco... ¿viste?. ¡¡Teníamos un despelote en la cabeza!! ¡De un lado y de otro!. Como ahora hablan de la Juventud Sindical ¿no se acuerdan qué era la Juventud Sindical? No tienen ni idea de lo que pasaba. A nosotros nos cagaban a tiros, o nos cagábamos a tiros con la Juventud Sindical. ¡A mí más me cagaron que los cagué¡ -risas-. En esa época no lo conocía a Herminio pero cuando lo conocí, años después, y ...la verdad es que era otra historia. Ya te digo, esa pelea interna... –vuelve a la pelea interna en el país- había precios máximos en esa época y cuando viene Otero 14 fue para eso, para que no hiciéramos demasiado bolonqui. Como para que la empresa siga vendiendo, pero la realidad era de que nosotros laburábamos, los silos estaban hasta el ojete, todos los días se laburaba las 24 horas, se hacia lo que se hacia. Por el otro lado, las patronales tenían las prácticas que tenían; yo te conté: lo del pan rallado, lo mandan al mercado y después lo retiran porque aducían que había un estudio de laboratorio que decía que ese pan rallado tenía vidrio molido. Querían culpar a los laburantres que hacían sabotaje y metían vidrio molido en el pan rallado. ¡Mentira!. La historia fue que lo retiran, se rompían las bolsitas y se tiraba todo el contenido en unos tambores de 200 litros, tic tic tic. Y después ese mismo pan rallado se volvía a embolsar en otra bolsita con otro preciooooo, porque los precios estaban marcados en el producto ¡Ya tenían otro precio! Era todo un chamuyo de la patronal sólo para remarcar. ¡Nosotros lo 11 Herminio Iglesias fue intendente de Avellaneda desde el 25 de mayo de 1973 hasta el golpe de 1976. Su rol es discutible. Algunos lo consideran un peronista sin aditamentos; otros, un peronista de derecha. Por esto es interesante como lo pinta, brevemente, el entrevistado. 12 Nosotros sabemos que Herminio Iglesias tenía charlas con algunos Montoneros locales. No eran extraños. A mí, personalmente, me habló muy bien de Armando Croatto, por ejemplo, aunque no podamos evaluar la sinceridad de sus palabras.. 13 Atentaron contra su vida mientras fue Intendente: Herminio Iglesias salía de una casa velatoria ubicada en la calle Ameghino al 400 y ahí, en la vereda le disparan. Algún tiro le da en su bajo vientre. Desde su internación en el Hospital Fiorito siguió dirigiendo la Intendencia. En una entrevista personal, nos negó saber quiénes habían atentado contra él. 14 Ricardo Otero fue Ministro de Trabajo durante parte de aquél período constitucional.
  • 10. estábamos viendo!. Otra: había un aceite que se llamaba Torero. ¿Viste cuando a veces te cuentan que si vos ves cómo se hace la morcilla, no comés más morcilla en tu vida? Bueno, si vos veías cómo se hacía el aceite Torero, no fritás más...- risas- Todos los requechos, todo lo que sobraba se filtraba y salía como aceite Torero, el más barato. No tiraban ni la cáscara del huevo. Otra ¿viste con el pele?, se hace la molienda y aparece el pele... Perdón ¿molienda de qué grano? Carunchio: Girasol, soja, maíz, después de sacarle el aceite, todo se exportaba como pele y vos cobrás por exportación, pero después lo volvías a importar porque en EEUU le sacaban un 30% más de aceite y eso volvía como alimento balanceado. Y volvías a cobrar. Maravilloso, no te perdés nada... ¿Cómo? ¿Nadie ve esto? Los laburantes estábamos diciendo lo que pasaba ¡¡y nadie nos daba bola!! Eh macho!! Loco!! Mirá lo que es esto y... ¡Ni cinco de bola, desde ya!. Nosotros estábamos sabiendo cómo era el manejo y del otro lado no había respuesta. Nadie daba bola. La misma empresa que no mandaba el aceite al mercado, y retiraba la mayonesa del mercado... ¡Esta historia de los precios máximos! ¿No operaba esto como presión política? Carunchio: Eso; era una presión política. Lo hablábamos. Se lo hicieron al Chicho Allende con los camiones y acá con el desabastecimiento... En febrero, antes del golpe, hubo un lockaut y nosotros adentro ya sabíamos que se venía el golpe... ¿La muerte de Perón propició el golpe? Carunchio: Es fue el quiebre, ahí empezó el apriete de las empresas. Una cosa era la figura de Perón y otra la de Isabelita, nada que ver. Era evidente. El golpe contra Isabel estaba claro; de este lado del campo popular, tampoco le daban mucha bola a Isabel y compañía; e Isabel y compañía firman lo del aniquilamiento de la subversión. Hay una serie de cosas que en vez de aglutinar, es mas ofensiva hacia el campo popular. Pero del otro lado tampoco la querían a Isabel. En sus términos y desde su óptica, quiere decir que Isabel Martínez de Perón jugaba para “la derecha” pero de la derecha no la querían. Una pinza. Carunchio: De arriba y de abajo Y cuando lo liquidan a Rucci, si fueron los Montoneros ¿eso no fue una pinza a Perón? Yo trabajaba en Noticias, 24 por 48. Eso nos permitía estar en el barrio, me interesaba mi laburo en el barrio. Estaba en la Básica,
  • 11. en una reunión, en el Barrio El Gaucho15, calle República Argentina a cuatro cuadras de la Monteverde... Desde ahí es que yo conozco a Lechuga, mucho antes que en Molinos. Yo venía de la R16 y él de los morochos, teníamos diferencias pero nos llevábamos bien... ¡Cada tanto lo venía a buscar la mujer...! –no explica su sobresalto-. Estábamos ahí, en la Básica, había una chica que ayudaba a los pibes en tareas del colegio... y aparece la noticia de la muerte de Rucci. Todos ahí decíamos que era un ataque de la derecha contra Perón. Ese era el razonamiento, no había otro –con gestos subraya esto de que no había otro-. Hasta que de repente aparece un compañero de ... Del aparato Carunchio: Del aparato... Me dice Vení Gordo ¿qué estás hablando? Lo de Rucci, un ataque a Perón... Bueno, cortala. Me quedé mudo y le pregunté ¿cómo cortala? Me contestó seco: Si, cortala, callate, no hablés más, boludo. ¡No hablés más!. Entonces después, cuando se desarmó esa reunión, me dice lo hicimos nosotros, y pensé ¿Cómo que lo hicimos nosotros? Yo no lo podía creer. Y después yo cuando vuelvo a Noticias –del franco-, estaban todos ahí, estaba claro de cómo venía la historieta. Inclusive me acuerdo que después habla Perón y estaban todos, Bonasso, todos sentados mirando la tele a ver qué estaba diciendo el Viejo... Son errores...-lo dice con amargura- Como aquél asunto de haberle hecho un atentado a Herminio y después te sentás con Herminio y lo mirás y decís ¡¿éste era Herminio?! Creemos que es útil precisar que José Ignacio Rucci, secretario general de la CGT y hombre de la intimidad de Perón, fue ultimado el martes 25 de septiembre de 1973. El domingo anterior la fórmula Perón-Perón había ganado las elecciones nacionales con una diferencia apabullante y por lo tanto, Perón demostraba tener una vigencia absoluta en la política nacional. Viéndolo desde hoy, matar a Rucci ¿fue simplemente un error o quisieron marcarle la cancha a Perón? Carunchio: Para mí el error es haberle querido marcar la cancha al Viejo. No, no le podías marcar la cancha al Viejo. Mirá, hace poco estuve con una compañera que está escribiendo la historia de la UES. Ella fue dirección de la UES. Ella fue a esa reunión a la que fue Quieto, el Firme, porque el Viejo llama a todos. Esta Brito Lima, que era impresentable pobre chabón. Entonces, 15 16 El Barrio El Gaucho pertenece a la localidad de Almirante Brown, suroeste del Gran Buenos Aires. Venir de la R significaba –y significa-ser militante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
  • 12. Dante Gullo, la JTP, la UES, habla para todos, porque le quieren marcar la cancha. Acá mando yo, vos serás de la JTP pero yo soy Perón ¿te das cuenta? Acá yo soy Perón. Ni lo escuchaban al Viejo, todos proponían, Brito Lima pedía plata ¡una cosa...! frente a lo que hablaba Perón hacían oídos sordos. Estaban en otra galaxia. Ahora, con el tiempo, vos decís quién sos vos, boludo, para ir a manejarle la cancha a Perón. Acá a fines de 1973 se hizo un famoso congreso en La Plata, sobre problemas de ecología y qué se yo. Se hablaba del problema del agua... ¿Qué hablan estos? decíamos, si nosotros teníamos agua de sobra. Claro, Perón venía y decía que había que darles de comer a cuatrocientos millones de habitantes y nosotros estábamos en la guerra popular y prolongada, nada más. Había una especie de encuesta, o algo así, que hacían los Montos acerca de que si Perón era un líder revolucionario o un líder popular, una boludez total. Era un líder popular, lo de la revolución te lo creiste vos. Las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) decían eso de lider popular pero no el conductor... Carunchio: Eso, por algo pasaron las cosas que pasaron. John William Cooke por más claro que quería ser, si vos lees la correspondencia, tampoco le podía marcar la política a Perón. En esas Cartas se muestra que de alguna manera quiso hacerlo... Carunchio: Por eso lo hizo a un costado... Y fue poniendo gente que llevara adelante la política de él. Cuando fuimos a San Andrés de Giles, cantábamos Solano Montonero y Solano contento.... –se muere de risa- ¡¡una sonrisa así!! ¡Cámpora y todos! Cuando dejaste de llevar la política de Perón y te enroscaste en otra historia, bueno, buenas tardes mucho gusto, hermano, la política es otra. Más allá de que el Viejo después se haya equivocado y haya terminado en manos de López Rega. ¿No se lo habrás entregado vos al Viejo a los López Rega? Más allá de los errores de Perón ¿no habría que haberse bajado un poquito del caballo...? ¡¡Estábamos todos...!! –agita los brazos como gritando y empuñando-. Yo me acuerdo que los 22 de agosto ¡un quilombo!; ahora los 22 de agosto pasan, lo de Cooke pasa y nadie habla, de Troxler nadie habla.... Yo, la muerte de Rucci, creo que lo jode al Viejo de salud, lo caga mal, tirarle un muerto al Viejo para vos decir ¡acá estoy!, me parece que fue un error La intención, entonces, fue marcarle la cancha
  • 13. Carunchio: Sí. Cuando se separa la Lealtad17, hay mucho quilombo. Y hay hechos... se revientan casas operativas, afanos, internas ¿entendés?. Otro ex obrero de Molinos, Carlos Pérez, vive en Sarandí y charlamos algunas horas en el bar Brig, cerca de su casa. Flaco, barbudo, mantiene un andar y un estilo juvenil aunque siempre de perfil bajo. Su mirada política es otra porque desde hacía algunos años formaba parte del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), trotskista. Pero tiene –y seguramente tenía- un estilo muy lejano al estereotipo del “trosco”, más esquemático. ¿Cuándo ingresaste en Molinos? Pérez: En eso venía pensando, no tengo una fecha... –abre las como para que surja una fecha que no aparece-, tiene que haber sido en el 74. ¿Te enteraste de la muerte de Perón adentro? Pérez: No, no, cuando murió Perón estaba trabajando en un taller en Barracas. Después de eso tengo que haber entrado, entonces. ¿Entraste a trabajar por hambre o por política? Pérez: ... –se ríe- por las dos cosas, era una cosa combinada. Tenía que laburar porque tenía que laburar. No estaba en esa de la proletarización... No venía de la Universidad a hacer una experiencia. Venía de trabajar en una empresa de cerámicas. ¿Y hasta cuándo trabajás en Molinos? Pérez: Unos meses después del golpe. ¿Con qué tarea ingresás? Pérez: Entro como peón de patio. Éramos un grupo de compañeros que no teníamos una tarea específica; hacía trabajo de limpieza general o faltaba alguien en alguna línea y te mandaban ahí... Con el correr del tiempo pasé a Margarina y trabajé fijo ahí. Éramos 15 o 20; la sección funcionaba, como toda la fábrica, las 24 horas en tres turnos rotativos. Ubicado en la planta, le preguntamos cómo encontró a sus inminentes compañeros en cuanto a la situación posterior a las tomas de planta mencionadas. 17 Tras la llegada de Perón al país en 1973 se produce una discusión dentro de Montoneros para definir si reconocían la conducción de Perón. Unos dijeron que no. Otros que sí y pasaron a llamarse Juventud Peronista Lealtad.
  • 14. ¿Los trabajadores estaban organizados? Pérez: Cuando yo ingreso, la fábrica ya estaba organizada. Había un delegado general que era el compañero Vázquez y había delegados por las distintas secciones de la fábrica. ¿Se reunían con regularidad? Pérez: Había reuniones por sección; cuando había temas que tenían que ver con todos, había asambleas. Normalmente se trataba de coincidir cuando un turno se estaba por ir y el otro ingresaba... Por ejemplo, dos de la tarde. Pérez: Por ejemplo dos de la tarde, uno de los horarios propios de asamblea general. ¿Se entraba por la calle Dean Funes? Pérez: Se entraba por Dean Funes18... No sé cómo estará ahora. Entrabas y enseguida estaba la tarjeta y también a la izquierda sobre Dean Funes todo lo que era Administración y Personal. Un gran patio y por un lado Mayonesa, Aceite, Margarina; la parte esa en donde trabaja Vázquez creo que se llamaba Pelle o Pellet, que era lo que quedaba luego de sacarle el aceite a las semillas. Sé que se reutilizaba. ¿Cómo era Vázquez? Pérez: Un buen tipo, muy querido, reconocido. Si había oposición no sé, pero era un tipo reconocido; y toda la comisión interna también porque habían conseguido muchísimas cosas. ¿A quiénes recordás de la Interna? Pérez: Recuerdo a Spíndola, Almaraz..., después me acuerdo de un viejo, llamado Pérez, que era de la comisión interna, pero no era de la JTP19. Era un viejo obrero. ¿Recordás las secciones en las que trabajaban los de la Comisión Interna? Pérez: Más o menos... Spíndola creo que era de Mayonesa. Zalazar trabajaba conmigo en Mayonesa, seguro. Mataboni no era delegado pero era un activista. El Colorado Rosen era de Taller. Larroca había sido delegado de ahí algún tiempo. Chiche Freitas sí, lo recuerdo, andaba con el zampi, creo que era también de la Interna. El Ratón Cojonudo Mataboni lo recuerdo por Aceite... Vos tenías otra mirada política a la de Montoneros. 18 La entrada formal a esa planta fue Dean Funes 90. Casi un kilómetro al este del Viejo Puente Pueyrredón caminando por la calle Estévez.. Hoy la entrada sigue estando en el mismo lugar 19 La Juventud Trabajadora Peronista (JTP) era una agrupación de superficie, en el movimiento obrero y de trabajadores en general, que manejaba la Conducción Nacional de Montoneros.
  • 15. Pérez: Teníamos diferencias pero más que por cosas de la fábrica, por cosas del país. Yo charlaba mucho con Zalazar, que era de la JTP, algunas chicanas... –se ríe con ternura-. Con Zalazar, cuando fue la cuestión del secuestro de los Born 20 y cuando se constituye el PPA21 –escarba más recuerdos con buen ánimo-, y alguna vez me pasaba algún periódico... discutíamos pero discutíamos bien. Vos en ese momento eras del PST... Pérez: En ese momento yo ya estaba con diferencias con mi Partido. Estaba el tema de la defensa de la legalidad. El PST planteaba la necesidad de la defensa de la legalidad y ya habían asesinado a varios compañeros del Partido, se habían allanado varios locales, ya tenía unas cuantas víctimas el Partido Socialista de los Trabajadores. Y la línea era la de defender los locales, seguir haciendo una militancia legal... Con el avance de la Triple A se habían hecho reuniones con el Ministro del Interior, Alberto Luis Rocamora22,.. –se ríe recordando al “personaje”-, que tenía aparentemente una posición más democrática y aún creyéndole, igual estaba muy debilitado. Además, cuando fue el atentado a Villar... -frena porque duda- me parece que tengo problemas con las fechas... –retoma por otra punta- Llego a la casa de mis viejos, recuerdo siempre que era un viernes a la noche. Había salido a las diez de la noche, estaba mi novia por aquellos días y todos con una cara de ... –hace un gesto de alargarse la pera hacia el pecho-, bueno: habían allanado mi casa. Yo vivía en la calle Bahía Blanca (localidad de Wilde). No sabía de dónde venía la mano... Cuando hacen el allanamiento en la calle Bahía Blanca al principio pensé que venía por el lado de Molinos, pero en los primeros días no sabía. Entonces fui a hablar del tema con la dirección del Partido. En ese momento estaba Páez, que me escuchó y me dice si vuelven a allanar, pidan ayuda, griten, que sepan los vecinos...- sonrisa de ingenuidad-. Esto lo reflexionás un poco más tarde porque había tipos como Nahuel Moreno, González, tipos que tenían una larga experiencia... ¡No te pueden dar ese tipo de respuestas!. El Partido seguía con esto de seguir en la legalidad o pasar a la clandestinidad ¡¿Y mientras tanto qué hacemos?! Ya habían asesinado a varios compañeros en La Plata y en Zona Norte; una vez estuve con otros defendiendo un local poco menos que con 20 El secuestro de los hermanos Juan y Jorge Born ejecutado por Montoneros, ocurre el 19 de septiembre de 1974. 21 Se refiere al Partido Peronista Auténtico, creado por Montoneros a modo de intento de estructura legal. 22 Luis Alberto Rocamora fue Ministro del Interior de ese gobierno constitucional algunos meses.
  • 16. una gomera ¡una irresponsabilidad total! Claro, tenía 24 años, no la ves o estás jugando a no sé qué película. Yo sé que no podíamos tener respuesta para todo porque era una situación relativamente nueva, pero... Pero el asunto fue que aquél allanamiento venía del lado de mi ex pareja, ella era delegada en su lugar de laburo. Laburaba en una empresa que se llamaba Music Hall y la dueña del lugar había sido amenazada de secuestro y no sé si por temor o por qué, cuando fueron –los represores con o sin uniforme- a la casa de mi cuñado, él los mandó a la casa en la que efectivamente vivíamos... Calle Bahía Blanca a qué altura... Pérez: Dos cuadras antes de Ramón Franco –es decir a unas tres cuadras de avenida Mitre-, una mujer que tenía una prefabricada en el fondo nos la había alquilado... -vuelve a lo de Villar- yo no tenía la concepción de la lucha armada, tenía otra concepción ¡No es que tenía la bola de cristal! Banalizando esto, el otro día con el Gordo Carunchio decíamos que parecería que la gente de la JTP tenía como destino la muerte, el exilio, o la desaparición. Porque la política que llevaba Montoneros no dejaba otra posibilidad. No tenían posibilidad de replantearse nada. Después aparecen esas cartas de Walsh23... Salvo los compañeros que levantaron en la puerta de la fábrica o adentro, no sé, el resto fueron secuestrados fuera de la fábrica – en realidad quiere decir que no los secuestran por ser obreros de Molinos–. Mataboni era muy amigo de Zalazar. Tal vez esta última afirmación tenga que ver con que sabe que Mataboni y Zalazar –y también Spíndola- fueron secuestrados el mismo día, en el mismo momento, en el mismo punto de la Capital Federal, mientras hacían una actividad programada desde la conducción de Montoneros. Era el 3 de diciembre de 1976. ¿Qué pasaba adentro cuando secuestran a los Born? Pérez: Había un clima casi eufórico; además se había pasado de un régimen de disciplina y explotación bastante duro, a un relax.... 23 Se refiere a los informes de inteligencia que Rodolfo Walsh, Horacio Verbitzky y/u otros hicieron desde el área de inteligencia de Montoneros a la Conducción Nacional, echando luz sobre la coyuntura política, la que describían de manera bien distinta a la que “relataba” esa Conducción en sus documentos formales.
  • 17. Ese sistema bastante duro ¿lo conociste? Pérez: No, cuando yo entré ya... –existía ese “relax”-, estaban varias conquistas establecidas y una serie de cosas..., ibas al médico porque te dolía acá –se señala el antebrazo- y listo, te daba unos días –como que casi no lo revisaba-. La patronal estaba ablandada. Creo que eran concesiones que la patronal hacía... creo yo. Hablas de euforia de la JTP ¿también había euforia de los trabajadores de quince o veinte años de planta? Pérez: Los tipos que tienen esos años de antigüedad es como que tienen un poder de adaptación que si los tienen cagando andan con la cabecita baja y si de pronto hay una serie de medidas que los favorecen son bienvenidas... –reflexiona en segundos y busca un ejemplo ante semejante afirmación-. Para que te des una idea, cuando los levantaron a Carunchio y a los compañeros (enero 1975), eso lo planteé en una asamblea... Por lo menos existía la posibilidad de que los compañeros de la fábrica supieran que se habían llevado a dos trabajadores; y Vázquez y la Interna lo plantearon al Jefe de Personal. Esto, al cabo de un año cambió abruptamente. En realidad cuando Montoneros resuelve el paso a la clandestinidad 24, todos los de la JTP se fueron, no estaban más –gesticula como si hubiera sido a causa de un pase mágico. Esta afirmación de Pérez es difícil de chequear porque es una expresión no necesariamente rigurosa. Algunos integrantes de la JTP se deben haber ido pero otros sabemos que no se fueron. Sólo el ejemplo que el mismo Pérez recuerda, relacionado a la caída de Carunchio –enero del 75- y su regreso a la planta -en marzo del 75-, encuentra ahí a Vázquez. Y Vázquez era de la JTP y ya habían pasado cuatro meses del paso a la clandestinidad. Es un ejemplo; hay otros como el de Ricardo Almaraz, que nos recuerda su hermano Guido. Almaraz: Unas pocas semanas antes o después del golpe, creo que después, mi hermano me dice, en la planta, me llaman de Personal. Raro, pero fue. Vuelve al ratito y me dice me pusieron un cheque en blanco en la mesa para que lo llenara con lo que qusiera, pero para que me vaya. Lo que quiera Almaraz, pero váyase. No me contó qué contestó, pero siguió trabajando como siempre. Él trabajó hasta el último día. 24 Esa resolución la aprueba la Conducción Nacional de Montoneros el 6 de septiembre de 1974.
  • 18. El secuestro de Ricardo Almaraz ocurre el 7 de Julio de 1976, en su casa, a medianoche. Entre las varias piezas sueltas que nos quedan está la de Lasalle, ese empleado de la Oficina de Personal que habría facilitado la entrada en planta de hombres de Montoneros. Varios afirman que fue secuestrado, pero por ahora no encontramos dato certero alguno, ya que incluso, no hay nadie con ese apellido en los listados oficiales de desaparecidos, salvo un muchacho de 19 años que nada tiene que ver con esta historia. ¿Te acordas de Lasalle? Pérez: Claro, meses me costó acordarme. A él creo que sí se lo llevan de adentro de la fábrica. Porque en alguna de ésas – redadas dentro del establecimiento- yo pregunté che ¿y a quién se llevaron?. Uno es ése que te mencioné una vez, Capareli; y el otro que tenía en la cabeza era Lasalle. El día del golpe vos estabas ahí... Pérez: Sí, estábamos en conflicto y estábamos en una asamblea ahí en el patio, algún reclamo salarial...; nuestro gremio no era de los más fuertes. Y automáticamente... –el conflicto se esfumó. Pero para esto, varios de los que conocí como Zalazar, Mataboni y Vázquez, me acuedo perfectamente que no estaban más. Pero bueno, fue una decisión política y por otro lado, no hubieran podido permanecer. Te referís a la decisión de Montoneros del paso a la clandestinidad. Pérez: Sí. Creo que fue totalmente desacertada. Pero también no tenían otra posibilidad. Vázquez ya había sufrido aprietes. Creo que la patronal, te lo dije otra vez, tiene que ver con la volteada de tanta gente. ¿Era tan importante el establecimiento? No. Esto se debería a que ahí se había asentado un grupo... –no es caprichoso en este punto plantearse la hipótesis de que producto de algún tipo de negociación, Montoneros pudo hacer ingresar en esa planta a muchos de sus militantes. ¿Había otras fuerzas políticas? Pérez: Sí, alguno de Palabra Obrera... No, Política Obrera, era. Había un flaco que era del Partido Comunista, pero poco tiempo. Yo lo jodía un poco cuando fue el golpe, le decía qué hacemos ahora; no había posibilidad de nada. Éste –el del PC- estaba cerca mío y le decía ¡se te hizo! o algo así –se sonríe con tristeza-. Lo del gabinete cívico militar... Pero el tipo no me daba mucha bola. O lo de Alberto Fortunato –un dirigente del PC local-
  • 19. hace unos años estábamos hablando y le dije che, no te parece que habría que hablar sobre la caida de la URSS, ver qué pasó porque hay tanta gente que puso su vida honestamente por esa causa... y me dice discutir eso ahora es anacrónico –se ríe con amargura-. Setenta años, un pedazo grande de la historia... Acá no jodió mucho ¡pero en otros lugares! Después del golpe mucho silencio. Pérez: Supongo que durante un buen tiempo deben haber permanecido sin representación gremial. Los muchachos no estaban más ni había ánimo... Un día vas a trabajar y no entraste.... Pérez: Esa semana trabajaba de tarde y me cruzo con los que salían del turno mañana... y me dicen hubo un operativo bárbaro, se llevaron gente25... Y ahí, creo que ahí, es que se llevaron a Lasalle y otra gente... y no entré, pegué la vuelta, me tomé uno o dos días, no me acuerdo. A la semana volví y me quedé no sé si uno o dos meses y me fui. Hubo algún hecho directo que te presionó para no ir más? Pérez: No, no. Un día me mando para Personal y digo Quiero hablar con el Jefe de Personal. Me dicen ¿por qué asunto? Les digo por seguridad –pone cara de no explicarse aún hoy qué estaba diciendo-. Me hicieron pasar y hablo con este Parodi. Le dije mire, yo me quiero retirar de acá y me preguntó por qué y le dije que por seguridad, porque no tengo las condiciones para seguir trabajando, de acá se están llevando gente, yo he hablado en algunas asambleas, la verdad es que me quiero ir. Me dice, bueno, haga una cosa, presente la renuncia y después le hacemos la liquidación. Y le digo pero ¿qué garantías tengo de que me paguen si primero presento la renuncia?, y eeste tipo, Parodi, me dice yo conozco las reglas de juego. Presenté la renuncia y al toque me pagaron la indemnización. ¿Fue una decisión personal? ¿no tuvo nada que ver sobre vos la dirección de tu Partido? Pérez: No... todo ese último tiempo yo era un militante... independiente –encuentra el término y se ríe de sí mismo-. Es que el trotsquismo es muy loco –sigue su risa y explica-, como les llegó que charlaba cada tanto con el tipo del PO pensaron que me estaba pasando al PO... 25 Sabemos que el día 6 de julio de 1976 el Ejército entró a la planta y se llevó a muchos trabajadores. Nos lo contó con detalle la esposa del obrero Francisco Fernández, secuestrado ese día dentro de la planta. según el relato que ella misma recogió al día siguiente, de boca de autoridades de la fábrica, cuando fue a preguntar por su marido.
  • 20. La investigación histórica sobre los obreros desaparecidos de Molinos, planta Avellaneda, ha arrojado ya una nómina de trece ciudadanos, sobre el millar de hombres y mujeres que diariamente trabajaban en ese establecimiento. No sólo el número absoluto es pavoroso sino que el porcentual es puntualmente alarmante. Una de las preguntas que queda pendiente es por qué se ha avanzado tanto en las investigaciones sobre casos similares, por ejemplo, en la planta de Mercedez Benz y Ford, y casi nada en el caso Molinos ¿Será que sus patronales han estado –y están- absolutamente enraizadas en la oligarquía nativa? Dos semanas antes de terminar este trabajo nos conectamos con un ciudadano ex detenido desaparecido, Guillermo López. Cuenta que “en los años 70 formaba parte del PRT – ERP y era médico; cuando me secuestran. Pasé por varios centros clandestinos y en la madrugada del 14 de julio de 1976 me ingresan, lo supe después, clandestinamente, en la Superintendencia de Seguridad Federal26, en pleno centro de Buenos Aires”, lugar en donde la dictadura tenía uno de sus tantos centro clandestino de detención López nos cuenta que “en cautiverio, cuando me sacan de un tubo y me meten en la leonera, en el tercer piso, tuve muchos ratos de charla con otro desaparecido, Jorge Gurrea 27. Y en esas charlas Gurrea me contó que él había trabajado en la fábrica Molinos y que ahí, en ese campo de concentración había en esas semanas numerosos obreros de Molinos en condición de desaparecidos, como por ejemplo los hermanos Pasquarrosa. A los hermanos Pasquarrosa y a otros los secuestran en un bar de la esquina de Avenida La Plata e Independencia También había obreros de comisiones internas de otras grandes empresas”. Nosotros sabemos que por lo menos uno de los hermanos Pasquarrosa, trabajó en Molinos, y que ambos, Juan Carlos y José Jacinto fueron efectivamente secuestrados y desaparecidos. Tenemos por delante avanzar por este hilo de la pesquisa pero por ahora se nos presenta borroso. 26 La Superintendencia de Seguridad Federal era un área de la Policía Federal y tenía su sede en la calle Moreno, a metros del histórico Cuartel Central de la Policía sobre la avenida Belgrano. Hace no más de un año en su frente se puso una placa que indica que allí funcionó un campo de concentración. En la jerga de época, a ese lugar se le decía “coordina” abreviatura coloquial de Coordinación Federal, los más temidos por los revolucionarios de los sesenta y principios de los setenta.. 27 Jorge Gurrea era un militante de Montoneros y “caminaba”, según una de sus compañeras, por la barriada de Parque Patricios y alrededores.