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Cpc discurso inagural gcard ii
1. DISCURSO INAGURAL GCARD II 1
Sr. Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre,
Sr. Presidente del GFAR, Monty Jones, Sr. Presidente del FIDA,
Kanayo Nwanze, Sres. participantes, señoras y señores:
Como Presidente del Consorcio del CGIAR, que agrupa a los 15
centros de investigación agrícola internacional, y copatrocinador
junto a GFAR, de esta Conferencia, tengo el placer en darles una
muy cordial bienvenida al Uruguay y Punta del Este en particular.
Desde hace más de 40 años CGIAR ha venido aportando
soluciones a los problemas de pobreza y seguridad alimentaria a
nivel mundial a través de la investigación agrícola. Los resultados
de estas investigaciones tuvieron un enorme impacto, como las
innovaciones introducidas con variedades de alto rendimiento de
trigo y arroz en las décadas de los 70 y 80 en lo que se conoció
como la Revolución Verde, que impidieron una hambruna
generalizada en el Sur y Sudeste de Asia. En la década de los 80,
las innovaciones para el control biológico de un insecto: el
mealybug (un tipo de cochinilla), que había arrasado con el
cultivo de yuca en África, permitió la re-incorporación de este
cultivo al continente, con beneficios del orden de los USD 4000
millones anuales. Otros resultados son quizás menos conocidos
globalmente, pero de igual trascendencia en mejorar la vida año
a año de los sectores rurales más desfavorecidos en los países en
desarrollo. Por ejemplo, como resultado de la investigación en el
mejoramiento de variedades de productos alimenticios,
actualmente el 40% de las variedades mejoradas de los 10
principales cultivos de alimentos sembrados a nivel mundial,
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Carlos Perez del Castillo- CGIAR CB Chair
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2. tienen como origen las innovaciones del CGIAR. Se calcula que
los beneficios anuales de la investigación del CGIAR en los tres
principales cereales, arroz, trigo y maíz ascienden a 10.800
millones, 2.500 millones y 800.000 millones de dólares
respectivamente. Nuevas variedades de papas resistentes a
ciertas enfermedades han permitido triplicar los rendimientos de
ese producto en la región de Cuzco, Perú. La introducción en
Bangladesh e India de variedades de arroz que pueden subsistir
sumergidos totalmente bajo agua durante casi tres semanas, ha
cambiado radicalmente los ingresos de los productores de US2 a
7 o 9 dólares diarios con un impacto visible en su calidad de vida.
La sustitución del frijol arbustivo (bush beans) en Ruanda por
especies mejoradas de frijol trepador (climbing beans) en el
CGIAR ha más que triplicado los rendimientos y transformado a
este país de un productor de subsistencia a un exportador neto.
En suma, son muchos los resultados de la investigación e
implementación exitosa de innovaciones con efectos
fundamentales en la calidad de vida de los más necesitados a
nivel mundial que podríamos mencionar, pero no es ésta la
oportunidad.
Otra característica de las investigaciones del CGIAR que la hacen
popular entre los donantes es que ha proporcionado
rendimientos muy altos a las inversiones realizadas. En
promedio, por cada dólar invertido en la investigación de
nuestros 15 centros, se ha incrementado la producción agrícola
en 9 dólares.
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3. Una primera conclusión es que la investigación agrícola ha sido y
seguirá siendo una parte importante de la solución a los
problemas de pobreza y seguridad alimentaria mundial.
Esto ha sido destacado en diversas oportunidades desde la crisis
alimentaria de 2008 en los ámbitos de cooperación del más alto
nivel internacional. En particular, tanto los países del G20 como
los principales organismos internacionales vinculados al
desarrollo, incluyendo, FAO, Banco Mundial, FIDA, IICA y CEPAL
han declarado la investigación agrícola como una herramienta
prioritaria para combatir los efectos adversos de la volatilidad y
el alza de los precios de los alimentos sobre la población más
vulnerable.
A pesar del reconocimiento internacional de la magnitud del
problema y los avances realizados, la agricultura enfrenta en
este siglo XXI una serie de nuevos, complejos e importantes
desafíos, que obligan a repensar el tema de la investigación
agrícola para el desarrollo.
En primer lugar, se estima que la producción agrícola mundial va
a tener que aumentar en un 70% para poder cubrir las
necesidades de una población creciente estimada en 9000
millones de personas en el 2050. Por su parte, los objetivos de
desarrollo del milenio, estipulados para el año 2015, solamente
podrán ser alcanzados realizando un esfuerzo adicional por
demás importante, teniendo en cuenta que aún en el año 2012,
más de 850 millones de personas padecen hambre a diario en el
mundo, algo que resulta completamente inaceptable.
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4. En segundo lugar, los cambios de dietas relacionados con el
incremento de los ingresos previstos en países en desarrollo,
tendientes a mayor consumo de proteínas de origen animal,
requerirán también importantes ajustes en la producción.
En tercer lugar, desde el punto de vista de la oferta, los
incrementos necesarios en la producción deberán hacerse con
limitaciones importantes en recursos naturales. Seremos testigo
de una escasez cada vez mayor y más visible competencia para el
uso del agua en la agricultura. Experimentaremos una
degradación adicional de la tierra y fertilidad de los suelos. Se
incrementara significativamente la extinción de muchas especies
de recursos marinos. De hecho, se prevé que el 65% de los
aumentos de producción agrícola se harán a través de
incrementos de la productividad en tierras ya cultivadas, ya que
es escaso el margen a nivel mundial de incorporar nuevas tierras
para la producción agrícola, salvo en países de América Latina y
del Mercosur en particular y de África sub-Sahariana.
En cuarto lugar, una limitación adicional al aumento de la oferta
y disponibilidad de alimentos será la competencia creciente
proveniente del sector energético para producción de etanol y
biodiesel.
En quinto lugar, tendremos que convivir y hacer frente a
problemas asociados con una mayor volatilidad de precios de los
alimentos y sus consecuencias para los más pobres que
actualmente gastan más del 70% de sus ingresos en alimentarse.
Estas situaciones pueden generar peligrosos conflictos sociales y
crisis políticas.
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5. La investigación deberá atender también problemas
institucionales, de capacidades y de políticas que permitan
mejorar los ingresos de los sectores rurales, ya que la solución al
problema de la seguridad alimentaria no pasa solo por una
mayor producción de alimentos, sino principalmente en la
posibilidad de acceder a los mismos. Es aquí donde se manifiesta
la estrecha vinculación entre pobreza y seguridad alimentaria.
Aún en los casos en que existe una adecuada disponibilidad de
alimentos esta puede proporcionar a las poblaciones insumos
insuficientes de micronutrientes, como vitamina A, hierro, zinc e
iodo, lo cual puede ocasionar enfermedades crónicas y hasta la
muerte, especialmente de los sectores más vulnerables como los
niños. De ahí que se necesite un gran esfuerzo en vincular la
nutrición a la investigación agrícola para poder lidiar con estos
serios problemas.
Toda esta larga lista de desafíos se verá exacerbado por el
impacto del cambio climático, con sus aumentos de
temperatura, sus variaciones en los regímenes habituales de
lluvias, con sequias e inundaciones mucho más severas, con
cambios geográficos en la aparición y distribución de pestes y
enfermedades. No hay que engañarse, el cambio climático va a
tener un impacto significativo en la producción agropecuaria del
futuro y aún no existe una respuesta efectiva consensuada a
nivel internacional.
Para hacerle frente a estos desafíos y adaptarnos a las nuevas
realidades, el CGIAR, en los últimos tres años, ha sido objeto de
una profunda reforma que he tenido el honor de liderar, que
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6. abarca no solo aspectos importantes institucionales y de
gobernanza, sino que también nuevos enfoque para nuestro
trabajo científico y nuevas modalidades operativas para hacer
investigación. Tendré la oportunidad de referirme a los mismos
con detalle mañana en la sesión plenaria. Sin embargo vale
destacar que:
- Hoy la investigación se encuentra orientada al desarrollo
atendiendo a las necesidades específicas identificadas a
través de sus receptores principales.
- En particular la investigación del CGIAR se orienta a cuatro
resultados sistémicos: la reducción de la pobreza rural; el
mejoramiento de la seguridad alimentaria; el mejoramiento
de la nutrición y la salud y finalmente el manejo
sustentable de los recursos naturales.
- Hemos diseñado una estrategia común para todos los
centros lo que constituye un cambo radical con el accionar
independiente de los 15 centros en el pasado.
- Cambio de enfoque en la investigación, cuyo eje central son
los programas del Consorcio, conocidos como CRPs por su
sigla en inglés que conjugan acciones colectivas de los
centros en vez de agendas de investigación agrícola
individuales.
- Una gobernanza común del CGIAR a través del Consorcio,
que hoy representa y habla con una sola voz.
- Una financiación de estos programas a través de una
armonización de los donantes por el Consejo Financiero
(Fund Council por su nombre en inglés).
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7. - Un eje central de la nueva estrategia es el papel y función
de las asociaciones (partnerships) con diferentes actores
para que los resultados lleguen y sean adoptados por el
productor agropecuario.
- Resultados se miden por su impacto en el terreno sobre los
4 objetivos ya señalados.
- Diseño de una estrategia especial para el rol de la mujer en
la agricultura, que representa el 43% de la fuerza de trabajo
agrícola a nivel mundial.
- Nuestro objetivo es duplicar la inversión en la investigación
agrícola internacional en los próximos cinco años. A pesar
de la crisis financiera mundial, en el año 2012 se estima que
llegaremos a más de USD 850 millones.
En resumen, todos nuestros esfuerzos están canalizados a lograr
una investigación de alta calidad en línea con los desafíos que
enfrentamos, pero que sea más eficiente, efectiva y responsable
por los resultados obtenidos.
Hoy disponemos de 15 programas aprobados por el Consejo de
Donantes, la gran mayoría de los cuales ya están en etapa de
implementación que cubre un vasto terreno de temas orientados
a mejorar las vidas de los más pobres y vulnerables. Incorpora
investigación en mejoramiento genético de múltiples cultivos
resultando en variedades que se mantienen muy productivas
frente a presiones climáticas como la sequía, las inundaciones, la
salinidad; así como frente a una alta diversidad de pestes y
enfermedades. Extiende la investigación tradicional de los tres
cultivos principales: trigo, maíz y arroz, a un número importante
de otros productos esenciales para la seguridad alimentaria en
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8. países en desarrollo como las papas, tubérculos y bananas;
animales y pesca; cereales de zonas áridas como el sorgo y el
mijo y una amplia gama de leguminosas. Incorpora programas
de investigación específicos sobre forestación, políticas,
instituciones, mercados y cambio climático. Incluye investigación
que da como resultado variedades con un contenido nutricional
muy superior al de variedades tradicionales con sus beneficios en
la salud de productores como consumidores. Incorpora mejoras
en el manejo del agua y suelos para mejorar los rendimientos y
resiliencia. Otras áreas de investigación cubren las pérdidas post-
cosecha, políticas públicas e inversiones, mejoras en acceso a los
mercados e inocuidad de los alimentos. Por otro lado, como ya
se señaló, el tema de la mujer rural así como el del
fortalecimiento de la capacitación, las asociaciones entre la
investigación, el desarrollo y la extensión, son temas horizontales
que están incorporados en todos los programas.
Quisiera concluir esta intervención destacando la
importancia que tiene una conferencia como esta para nuestra
organización.
GCARD II reúne a todos los involucrados en la cadena
agroalimentaria, desde el investigador al productor que utiliza
sus resultados y al consumidor final que los aprovecha. Aquí
están representados no solo los científicos que realizan la
investigación agrícola a nivel internacional, regional y nacional a
través de los INIAS, sino que también los organismos
internacionales y regionales competentes, las universidades, las
ONGs, la sociedad civil, las asociaciones de productores, así
como autoridades de gobiernos, fundaciones, el sector privado,
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9. los principales inversores y donantes al sector agropecuario.
Todos estos son los actores necesarios para lograr la debida
transformación para la investigación para el desarrollo.
Durante el curso de esta semana todos los programas del
CGIAR (CRPs) así como su estrategia, serán objeto de
consideración y discusión por parte de todos los presentes.
Escucharemos las áreas donde se pueden mejorar, ajustar,
complementar y generar mayores sinergias con otras iniciativas
en curso. Se analizará cómo fortalecer las asociaciones con los
diferentes actores para lograr mayor impacto en el terreno. Se
buscarán mayores alineamientos entre la investigación
internacional y los programas de investigación e inversión
nacionales y regionales en curso, como ya lo estamos haciendo
con FARA en África y pensamos hacerlo en América Latina y el
Caribe con la colaboración del IICA.
GCARD II es por consiguiente una plataforma importante
para la coordinación de esfuerzos a escala global y apoyo mutuo
de las diferentes iniciativas en materia de investigación agrícola,
para lograr mejoras en la eficiencia, evitar duplicaciones y tener
mayor impacto sobre los complejos desafíos que enfrentamos en
material de pobreza, desnutrición y desarrollo rural.
Nuevamente les doy una cordial bienvenida al Uruguay,
agradezco la presencia de los más de 700 participantes
provenientes de todas partes del mundo y les deseo el mayor de
los éxitos en sus deliberaciones.
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