El documento habla sobre el corcho y su uso para tapones de vino. Explica que el corcho viene del alcornoque y requiere 15-20 años para madurar antes de ser extraído. Luego pasa por procesos de hervido y corte para crear tapones de diferentes tamaños para vinos y otras bebidas. Finalmente, detalla que los monjes fueron los primeros en usar corcho para tapar botellas de vino, lo que mejoró la conservación y calidad del vino.

1. CORCHO Y VINO
INTRODUCCION.
En el momento de embotellar un vino es necesario prestar atención a la calidad del
tapón, calidad que vendrá muy determinada por los procesos de manipulación,
conservación y estabilización entre otros.
Así el tapón de corcho, se convierte en pieza fundamental y parte esencial de toda
botella de vino.
A lo largo de este articulo solo pretendo exponer una serie de considerandos que van
desde la propia materia prima bruta, hasta llegar a lo que denomino el binomio corcho-
vino. Como anejo, he creído complementar estos considerandos, con datos actualizados
sobre la propia industria corchera.
Realizado este articulo, me he encontrado con que la voz popular se equivoco, por esta
vez, al llamar al ser humano de poco seso, ALCORNOQUE. Creo que metió la pata, lo
cual creo que no es justo, ya que este árbol es una muestra mas ce que la naturaleza es
rotundamente sabia, pues a parte de producir corcho, excelente material con muchas
aplicaciones, como veremos, también aporta el alimento básico del cerdo ibérico: la
bellota, y con ello contribuye a la producción de ese exceso jamón que tanto aprecia la
especie humana.
MATERIA PRIMA.
La palabra corcho, parece ser que deriva de la latina CORTEX, es la nuestra castellana
de corteza y las especies que lo producen son fundamentalmente el QUERCUS
OCCIDENTLIS y QUERCUS SUBER, es decir el alcornoque.
El alcornoque, es sinónimo de una variedad de chaparro o árbol del corcho, y su origen
parece derivada del termino árabe AL CORQUE, siendo su crecimiento de forma lenta
pero totalmente uniforme, alcanzando una altura media entre l2 a l5 metros, pudiendo
llegar incluso a los 20, y su diámetro puede estar entre los O,5 y los l,5 metros.
Para realizar la primera extracción de su corteza protuberosa, debe pasar del orden de
los l5 a 20 años, que es cuando el árbol empieza ha alcanzar su crecimiento adecuado,
es decir, cuando el alcornoque comienza su madurez. Este primer corcho obtenido se le
denomina BORNIZO, y es solo utilizable como materia prima para la obtención de
corcho granulado, que una vez manipulado es utilizado como aglomerado.
El material obtenido en la segunda saca o extracción (deberá trascurrir como 4 o 5 años
de realizada la anterior), tampoco es utilizable para la obtención de tapones, pues si bien
su calidad es muy superior a la de la primera extracción, no tiene aun la calidad
suficiente ,para las necesidades que le piden bodegas y embotelladores para sellar sus
botellas.
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2. CORCHO Y VINO
La tercera extracción, llamada en el argot de los gremios corcheros de
REPRODUCCION es la que ya puede ser utilizada, como ya las siguientes para la
elaboración a partir de las mismas, del tapón de corcho para el sellado de botellas para
bebidas espirituosas.
Los citados descorches realizados por verdaderos especialistas bien en el manejo del
hacha o de las cortadoras autopropulsadas, se realizan en los propios bosques
realizándose a continuación la JUNTA, que no es otra cosa que la laboriosa operación
de recogida de las piezas ya extraídas y su transporte a través de caminos, la mayoría de
las veces estrechos y sinuosos, que se va apilando, hasta su posterior traslado a las
factorías para su manipulación.
Cada vez mas, afortunadamente se cuidan y repoblan los bosques de alcornoques. En
España, se realizan estas labores, así como la creación de nuevos alcornocales sobre un
amplio plan, auspiciado por la Unión Europea, para todo el territorio español. En l974 se
comenzó en Extremadura con una repoblación por siembra directa de l500 hectáreas con
una selección de arboles plus, que producen un corcho de gran calidad, y estado
sanitario bueno, y además dan bellotas de gran tamaño y calidad, apetecida por el cerdo
ibérico y de mas animales de caza. Así se logra una excelente arboleda de utilización
mixta. Para la reproducción se ha optado por una siembra directa de la bellota, porque es
semilla de buena germinación, y no plantea problemas de adaptación, lo que si puede
ocurrir con los pequeños alcornoques de invernadero, cuando son transplantados en el
campo. El inconveniente, parece ser el único, que tiene la reproducción por bellota es
las bajas defensas que durante los primeros años presentan ante cualquier ataque de
insectos o plagas.
PROCESOS DE FABRICACION.
Llegada la materia prima a la fábrica y una vez limpiadas las piezas, estas son sometidas
a un hervido y posterior selección del material, procediéndose después a su primer corte
según calibre. La operación de hervido se suele realizar en calderas o tanques
rectangulares, y tras una hora de cocción, el corcho, se deja secar y es clasificado, según
las siguientes escalillas:
PLANTILLA. Con espesor de 8 a l0 líneas.
DELGADO. Con espesor de l0 a l2 líneas.
IMPERIAL. Con espesor de l2 a l4 líneas,
MEDIA MARCA. Con espesor de l4 a l8 líneas.
GRUESO. Con espesor de l8 a 22 líneas.
REGRUESO. Con espesor de 22 a 24 líneas.
Teniendo en cuenta que cada línea equivale a 2,256 milímetros, y que la parte
considerada como desperdicio denominada REFUGO se destina a molino para su
posterior trituración y salida posterior para ser utilizada como corcho granulado.
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Obtenido así el corcho destinado ya a ser tapón debe de tener un nuevo hervido, con lo
que se pretende, que sus manipulaciones posteriores sean mas manejables y además se
consigue una mejor limpieza y desparasitado de todos aquellos materiales, que le
puedan acompañar, o la presencia de posibles microorganismos que puedan llevar y no
son adecuados para su posterior utilización.
A continuación, pero de forma que no pase mucho tiempo, el corcho es depositado en
bodegas, donde debe reposar, y allí se seca u orea bien, durante un tiempo adecuado.
El corcho que aun esta en forma de planchas, según los criterios de escalillas,
anteriormente dichas es llevado de la bodega a la denominada maquina de
REBANEAR, donde en ella las planchas se convierten, por este proceso en tiras o
rebanadas, que tienen de ancho tanto como de largo se desea que sea el tapón de corcho
ha obtener. Su grueso esta en función del tipo de tapón ha fabricar, siendo los diámetros
mas usuales de 22 a 24 para vinos y de 26 a 28 milímetros para vinos espumosos o
gasificados. Por medio de una gubia o broca de forma continua, que pueden ser de
pedales, semiautomáticas o automáticas llamadas ametralladoras, los tapones son
extraídos de las tiras de la que forman parte.
UN POCO DE HISTORIA.
Los antiguos griegos y romanos parece ser que conocían bien esta corteza y sus
aplicaciones. Así el griego Teofrasto (l40 años antes de Cristo) en su obra sobre
botánica HISTORIE PLANETARIUM y el romano PLINIO (63 años antes de Cristo)
nos hablaban sobre su empleo para tapas o suelas de zapatos y como flotadores.
Dicen los que han leído a HORACIO que en su Oda 3ª – 8ª cita la siguiente frase
“QUITA EL CORCHO SELLADO CON BREA DEL RECIPIENTE DE VINO…”esta
cita le da a la industria del tapón de corcho una antigüedad de 2000 años. Así desde muy
antiguo el hombre conoce y utiliza el corcho, pero no fue hasta el siglo XVIII cuando
empezó a mejorar, incluso a industrializarse.
En cuanto a su historia en España, parece ser que el cultivo y sobre todo la extracción de
corcho para tapones, comenzó hacia l760, siendo un agricultor alemán JOSE RUMEY,
residente en nuestro país, tomo en arrendamiento varios alcornocales en Cataluña y
comenzó la producción y exportación de corcho a Alemania. El ejemplo fue
posteriormente seguido por otros muchos comerciantes españoles, tanto en la propia
Cataluña como en Extremadura y Andalucía.
EL CORCHO COMO MATERIAL.
El corcho se presenta como un tejido cortical alveolar, formado por millones de
pequeñas células llenas de aire y de aquí que sea de cuerpo ligero, ya que se estima que
casi la mitad de su volumen, es el propio aire, y el propio material esta relleno de las
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células alveolares en número de millones por centímetro cúbico. Sus paredes están
formadas por un tejido muy fino de material celulósico, lo que explica su poca
conductividad, estando unidas unas con otras por una resina natural a cuya estructura tan
particular le debe el corcho sus excepcionales cualidades.
La edad del corcho se conoce por el numero de capas o estrías que se ven en su corteza
al seccionarla, correspondiendo una por cada año.
Hemos dicho anteriormente, como son seleccionadas las planchas para los corchos así
como la extracción de los mismos, de forma que las de calibre pequeño pero de muy
buena calidad son enviadas desde Extremadura y Andalucía a Cataluña para la
fabricación de las llamadas arandelas para tapones de cava y de otras bebidas
espumosas.
Las de calibre intermedio de diferentes calidades, se emplean como tapones de botellas
de vino de calidad normal, y las de mayor calibre se destinan para vinos de calidad
superior o de alta gama, bien para el mercado nacional, o para el de exportación.
Refiriéndonos al tapón de cava, esta formado por un cabezal de aglomerado blanco y
dos o tres arandelas de corcho natural pegadas entre si, siendo la arandela inferior la que
mejor calidad debe tener, pues es la que va ha estar en contacto con el propio cava. El
diámetro del tapón de cava es superior al utilizado para vinos, pero es totalmente
cilíndrico también, no presentando antes de su colocación sobre la botella, la forma de
hongo, tan característica que adquiere al rato de haber sido descorchada la misma.
La importancia del corcho como material, es que todo en él es aprovechable, así los
desperdicios resultantes de los diferentes y variados cortes a que es sometido, recortes,
sobras y demás pueden ser reconvertidos mediante el correspondiente triturado en
aglomerados y hasta el polvo desprendido a lo largo de su manufactura, que da mediante
su absorción, almacenado en toberas, para su posterior utilización, como combustible.
El aglomerado negro, es material óptimo para su uso como aislante térmico, acústico y
antivibratorio, pese a ello esta siendo sustituido por materiales sintéticos, mas
económicos si pero mucho menos resistentes.
En cambio los aglomerados blancos, tienen un gran auge en la actualidad, ya que esta
siendo muy utilizado en decoración, como parquet, revestimiento de paredes y suelos , y
gran numero de pequeños y grandes objetos domésticos y ornamentales, así como para
tapones interiores de cierres metálicos, cabezas de tapones de vinos espirituosos, así
como en tapones de vino de mesa.
El reciente y revolucionario descubrimiento a finales de los años 80, del siglo pasado, el
denominado en la jerga industrial TEJIDO / CORCHO, utilizado como soporte a
cualquier clase de tela, ya sea seda, algodón y otras, se adhiere al tejido que sea, una
lámina de décimas de milímetro de corcho, por medio de un procedimiento de termo-
fusión, y así queda como una segunda piel, siendo así resistente, impermeable, y por eso
de la moda, según los expertos, tiene hasta buena caída.
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TAPONES PARA BOTELLAS.
Las primeras botellas que se utilizaron como tales, eran de cristal y ello fue a comienzos
del siglo XVII y solían estar recubiertas de cáñamo, se cerraba su boca, para que no
perdieran el líquido que contenían, con un trozo de madera, llamado canilla y para
mejorar su adaptación al cristal, iba recubierto de sebo y todo atado con cuerda.
Fue algo mas tarde, cuando se cuenta, aunque sin total certeza, que la primera
utilización del tapón de corcho para el cerrado o el sellado de las botellas se debe a un
monje - DOM PIERRE PERIGNON - de la abadía benedictina de HAUTVILLERS, en
la región de la CHAMPAGNE (Norte de Francia), pues fue el descubridor de una bebida
llamada, con el mismo nombre de su región que años después será producto de alta
cotización en los mercados no solo franceses, sino mundiales, y su recuerdo persiste
hasta nuestros días, pues la marca DOM PERIGNON es muy respetada y de gran
prestigio hoy día.
Así este monje ecónomo de la citada abadía, por los años de l670, se ocupaba como tal,
entre otros menesteres, de la gestión de la bodega de la misma y observaba que las
botellas de vino que guardaba cerradas “refermentaban” y así estudiando el fenómeno,
llego al descubrimiento de tan grata bebida.
En cierta ocasión, en posteriores tiempos al que hemos relatado, parece ser que pasaron
por la citada abadía, unos viajeros españoles, los cuales portaban pequeños cantaros,
donde llevaban sus bebidas, los cuales estaban tapados con planchas de corcho en forma
análoga a como aun hoy día, se tapan en determinados lugares de nuestra geografía, los
tarros de miel. El monje se interesó por aquel producto tan elástico, el cual comenzó a
utilizarlo en el taponado de sus botellas de vino, en lugar de los materiales que el venia
utilizando como eran la madera y el esparto, untados con aceite, y así observo con
posterioridad, que utilizando el corcho, no solo el vino se conservaba mucho mejor, sino
que se redondeaba y aumentaba en mucho su calidad.
El vino se convirtió en champagne y por ende el futuro del corcho estaba asegurado.
Desde entonces, el corcho es el material preferido para tapar botellas de vino,
originándose diversos tipos según las necesidades, y las categorías del propio corcho, ya
que estas están definidas en función de su porosidad y de su longitud, como ya hemos
apuntado anteriormente. A veces los corchos de no buena calidad para cerrar botellas de
vino se introducen en recipientes que contiene polvos residuales del propio corcho y
con materiales adhesivos, hace que se forme una pasta que disimula las imperfecciones
que pueda tener su superficie, de esta forma, aunque la calidad del corcho no mejora, si
lo hace al menos su presentación .
Los llamados corchos prensados se elaboran mediante la unión de pequeñas porciones
de corcho, sobrantes de la elaboración de los de mejor calidad y así son utilizados para
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vinos de menor calidad, mas económicos y sencillos, si bien hay productores de vinos
que no los quieren utilizar porque el vino entra en contacto con el corcho y el
pegamento que lleva puede aportar sabores indeseables al propio vino, bien es verdad
que los fabricantes de los tapones han desarrollado una modalidad de corcho prensado
que posteriormente se recubre con una delgada lamina de corcho natural, que soslayan
los problemas dichos y así hoy día son utilizados normalmente .
Para otros tipos de bebidas (vinos generosos, brandys) se emplean corchos naturales
dotados de un cabezal de material plástico.
Últimamente se ha venido desarrollando diversos productos para tapones de
embotellados. Así un productor ha realizado un tapón de corcho constituido por finas
partículas que no sobrepasan el milímetro, y que están unidas por un tejido de
poliuretano, y según parece tiene buena aceptación en el mercado, pues su aspecto
externo es el del corcho convencional y aparentemente parece que no tiene ninguna
desventaja.
Los tapones de rosca metálicos, están siendo utilizados para determinados vinos, en el
caso de España, en Jerez, así como para algunos vinos blancos en Suiza, que los protege
de de la oxidación, y ofrece la ventaja, según algunos autores, cuando las botellas ya han
sido abiertas, pueden volver ha cerrarse de forma sencilla y eficaz. Su utilización, solo
es recomendada para vinos de consumo inmediato, ya que una vez abierta una botella al
pasar no mucho tiempo, pese a cerrar bien el tapón de rosca metálico los vinos se
“remontan“ rápidamente, debido a los procesos oxidativos. Para vinos de crianza o
reservas no son recomendados, la prueba es que no hay bodega que los utilice.
Parece ser que el ultimo invento, a día de hoy, y que se ha extendido bastante por
Europa, procede de productores de California, Australia e Inglaterra, se trata del corcho
artificial, realizado a base de material plástico comprimido, cuya decoración puede
imitar al corcho natural, otras versiones del mismo es de rabioso color negro, así dicen
ellos se evita el peligro del temido “sabor a corcho“ , lo que si es verdad, porque lo he
experimentado, es que su comportamiento al ser manipulado, es similar al de los
corchos naturales, teniendo buen comportamiento con el sellado de la botella y dicen
que a precios mucho mas baratos. Por cierto, me acabo de referir al peligro del temido
“SABOR A CORCHO” ¿Qué es esto?
Este sabor que a veces presenta el vino, es debido al empleo de tapones de corcho de
mala calidad, enfermo, que contiene substancias de olor y sabor desagradables. Se le
suele atribuir a microorganismos que viven en el propio corcho, incluso a veces son
larvas de insectos que se encuentran a menudo en el corcho o incluso mohos que se
desarrollan en los propios tapones, pudiendo llegar a aflorar a través de las propias
grietas.
También se puede deber a la presencia del denominado TCA que no es otra cosa que el
TRI CLORO ANISOL, este compuesto molecular esta presente a veces en la propia
corteza del alcornoque, por ello es aconsejable emplear materia prima de primera
calidad para evitar la posible presencia de TCA.
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Sean por las causas que sean, la presencia de dicho compuesto puede aportar al vino el
sabor a corcho, siempre desagradable.
En el caso de que se le presente, alguna vez, en su casa, como recomendación, actúe de
la siguiente forma:
Disponga de agua mineralizada en una copa, añada el vino de su copa sin dudar, mezcle
bien y vuelva a oler el vino, ahora aguado. Sí la impresión desagradable persiste, se trata
del “sabor a corcho” antes mencionado y no nos habremos equivocado!. Sí por el
contrario ha desaparecido es posible que el vino sólo necesitara de una buena aireación,
con su decantador correspondiente.
EL TAPON DE CORCHO EN EL EMBOTELLADO.
Hoy día resulta absurdo que vinos procedentes de buenas bodegas vengan embotellados,
utilizando corchos de baja calidad, incluso con defectos en los mismos, todo por
ahorrar… Un vino, sea el que sea debe estar dotado con un buen corcho y ya no digamos
si es crianza o reserva, debe disponer de un excelente tapón de corcho, que cumpla las
características de este, como son ligereza, elasticidad, compresibilidad, resistencia a la
humedad y al calor .
Antiguamente una de las operaciones mas delicadas que se realizaban en las bodegas era
la de introducción del corcho en la botella de cristal.
Se realizaba utilizando tapones previamente humidificados o tambien tratados en baños
de agua hirviendo, era conocida esta técnica como “a mano” pues así se conseguía
comprimir bien los tapones y al mismo tiempo, las propiedades físicas del corcho,
sufren una gran alteración, una vez este el tapón dentro de la botella, con la consiguiente
probabilidad añadida de poder aportar humedad al vino a lo largo del tiempo. Estas
prácticas, están en desuso hace ya muchos años. Con los trenes de embotellado
automáticos, el tema esta solucionado.
Se suele admitir, que al introducir el tapón de corcho en la botella comprime su
diámetro desde por ejemplo de 24 a l6 Mm., lo que corresponde a una deformación total
del 44% de su volumen inicial, por ello se suele recomendar que el tapón debe exceder
en 6mm aproximadamente el diámetro del cuello de vidrio de la propia botella.
La función del tapón de corcho es inigualable, así su hermeticidad o estanqueidad que se
logra es casi perfecta gracias al exacto y continuo contacto que existe entre el tapón y el
cuello de la botella, a ello contribuye el alto coeficiente de fricción del corcho, que se
opone al arrastre del mismo sobre el propio cristal, contribuyendo a ello la propia
elasticidad del corcho.
El tapón así comprimido, ejerce una interrumpida presión sobre la pared de la botella,
pero sin sufrir deformaciones aparentes, y además por su inocuidad no debe transmitir al
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vino en contacto con el ningún sabor, olor, ni contaminación, consiguiendo así
contribuir a la maduración y envejecimiento del vino en la botella.
Como hemos visto, si es importante la calidad, características y dimensiones del tapón
de corcho, igualmente deben serlo las del cuello de las botellas, ya que estos no deben
presentar rugosidad alguna y no tener, en cuanto a sus dimensiones se refiere, ningún
defecto, cosa que con las técnicas actuales en la fabricación de vidrios para botellas, no
suelen presentar anomalías.
EL BINOMIO CORCHO VINO
Concretando la importancia de este verdadero matrimonio, recogemos las indicaciones
al respecto del experto Alfonso Troya , de las bodegas Marques de Murrieta, sobre el
seguimiento del tapón de corcho para sus vinos embotellados .
Antes de cada periodo de embotellado y con antelación suficiente, se piden muestras a
diferentes fabricantes. Se realiza con cuidado y esmero la selección entre estas muestras,
y una vez elegido el adecuado, se pide al proveedor, que haga acopio de los tapones de
la calidad y características pedidos, pues al ser tapones de alta calidad y nivel se
necesitan del orden de 2 o 3 meses para reunir la cantidad a suministrar. Si en el pedido,
cosa usual, van tapones para vinos reservas o grandes reservas, el nivel y la calidad son
mayores, por lo que el tiempo de suministro puede llegar a 6 meses .
Concretamente las Bodegas Murrieta prefiere el corcho de origen catalán, pues proceden
de alcornoques, que crecen tal vez con menos rapidez, que los extremeños o los
andaluces, y es por ello que necesitan más años para conseguir su estructura.
El corcho catalán es de escasa porosidad a la vista y sin manchas, debiendo ser limpio y
uniforme, de color natural y ligeramente parafinado siendo su “edad“ no inferior a 8
años. Todos los tapones deberán ir marcados a fuego y no tintados por sellado.
El buen tapón de corcho deberá mantener un poder de estanqueidad tal, que impida la
salida del vino de la botella y lo mas importante es que evite la entrada de aire (oxigeno)
del exterior a través de sus poros o imperfecciones. Esta es la verdadera función
primordial de un tapón de corcho, un producto de momento insustituible en una bodega.
Un mal corcho, puede destruir la calidad del vino contenido en una botella, pudiendo
producir un sabor a moho, provocado por la infección que puede presentar el propio
corcho, en algún poro o fisura, como hemos expuesto anteriormente. Ello se puede
reconocer a simple vista ya que un característico color negro u obscuro, situado sobre el
propio foco contaminante.
Otro riesgo que puede sufrir el vino embotellado con un corcho deficiente es el de
“agriarse” o avinagrarse, al haber permitido la entrada de oxigeno (aire) al interior de la
botella producido bien sea por un exceso de porosidad del propio corcho o bien
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aprovechando posibles fisuras o incluso grietas. Esto se puede observar bien a veces, ya
que al descapsular una botella y antes de proceder a su apertura, la superficie del tapón
esta muy manchada de color negruzco y incluso con restos sólidos, ello nos debe poner
en guardia, pues es posible que ese vino no este en condiciones de ser consumido. Si por
el contrario, esta superficie solo tiene un ligero color vinoso, no debe crear problema
alguno su consumo.
Hay que tener en cuenta que el tapón de corcho no es eterno, por ello es recomendable
sustituirlo, tras un periodo de 25 años, es operación que solo se suele hacer en las
propias bodegas, pues no es normal que un consumidor guarde vinos con esta
antigüedad.
Es bueno, siempre que se pueda, al descorchar un vino, observar el estado del corcho, y
mas cuando se trate de grandes vinos, esto ya sea en nuestra propia casa o bien en
restaurantes, donde ya se suele hacer, pues una vez abierta la botella delante de los
comensales debe presentarse el corcho, para que estos puedan apreciar el estado del
mismo. Es una buena practica, y sino lo hacen, pídalo.
ANEJO
LA INDUSTRIA CORCHERA. SUS DATOS.
Las distintas etapas de producción, transformación y comercialización del corcho se
realiza en gran número de países, si bien las dos primeras se concentran
mayoritariamente, en los países del Mediterráneo occidental.
En las ultimas décadas, la superficie destinada a alcornocal esta en continuo
crecimiento, ya en los años 50 del pasado siglo la superficie era del orden de 2l7.000
hectáreas. Siendo ya a finales de los años 90 de 2.688.000 hectáreas y según
estimaciones actuales (datos del congreso Mundial de Lisboa de 2000) se espera
alcanzar las 3.200.000 hectáreas, dentro de unos l5 años.
Dentro de los paises europeos, el mayor productor es Portugal, España, Italia y Francia,
ya que poseen más del 65 % de los alcornocales existentes, destacando Portugal con
800.000 hectáreas, seguida de España con 725.000 hectáreas.
Los países mediterráneos de la costa africana Argelia, Marruecos y Túnez tienen una
extensión de 440.000, 377.000 y 99.000 hectáreas, respectivamente.
Vamos a detenernos ahora en el caso de España, que junto con Portugal son los
primeros productores del mundo en la actualidad. Una de las características mas
significativas de nuestro país es que la capacidad industrial transformadora de corcho
instalada es superior a las cantidades habitualmente elaboradas, por lo que tiene la
posibilidad de transformar una gran parte de las materias primas, como corcho bruto,
que hoy se exporta. Realmente fuentes del sector corchero español reconoce que no
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existen datos realmente fiables, aunque el sector maneja una cifra sobre 85.000
toneladas de producción, del total de las 375.000 existentes a nivel mundial, siendo la
cifra de exportación nuestra para el año de l996 de 21.000 Toneladas, frente a las de
importación que es de 6894 Toneladas. Para ese mismo año, lo que nos dice de la
autosuficiencia del mercado nacional.
Andalucía con un 49% de la superficie para alcornocal, es la primera comunidad
autónoma, seguida de Extremadura con un 29 % y Cataluña con un 14% , siendo la
producción andaluza de 35.000 Toneladas/año , lo que representa el 56% del total
español. Su superficie abarca 240.000 hectáreas, contando con alto porcentaje de
bosques no adehesado, con gran vigor vegetativo y abundante regeneración, lo que la
convierte en una gran reserva a nivel mundial.
Sin embargo, el desequilibrio entre producción de materia prima y transformación
industrial es muy acusada, ya que la industria corchera andaluza solo produce el 16% de
las manufacturas, muy lejos de las catalanas que concentra el 58% y aún por detrás de
las extremeñas que reúne el 22% del sector. En Andalucía las provincias de Cádiz y
Málaga son las grandes productoras, al decir de Alberto Rodríguez y José Mª Álvarez,
Ingenieros de Montes de EGMASA son con probabilidad las mas densas y mejor
tratadas de España .
Andalucía cuenta solamente con el 15 % del empleo que genera el sector, unos 500
trabajadores fijos, en clara desventaja con Cataluña con un 60% y Extremadura con un
22% , evidenciando la baja industrialización frente a su alta producción corchera.
Para afrontar este desequilibrio y carencias que van desde una capacitación mas
adecuada, hasta la elaboración de tapones de alta calidad, que es lo que hoy esta
demandando el mercado vinícola, mediante la utilización de tecnologías mas avanzadas
y es por lo que la Fundación Andaluza del Alcornoque y el Corcho pretende impulsar
mediante cuatro líneas básicas de actuación :
A / Un programa de investigación aplicada que profundice en técnicas de regeneración
natural y artificial y en la mejora genética de la planta.
B/ Un programa de extensión y cooperación forestal que asesore a los responsables de
explotaciones de monte y dehesa de alcornoque, sobre gestión, comercialización y
financiación del producto.
C/ Un programa para incentivar a la industria preparadora del corcho en Andalucía.
D / Un programa que contempla la formación ocupacional, así como planes de
divulgación y fomento del propio sector corchero .
En Extramadura se encuentra unos de los corazones del bosque mediterráneo, y que en
opinión de expertos se encuentran algunos de los mejores alcornoques del mundo,
produciendo además el 10% del corcho mundial siendo su valor económico muy
importante ya que en el año 2000 produjo un volumen de 19.123 toneladas de corcho,
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por un valor superior a los 6100 millones de pesetas, siendo su cifra de producción
desde 1995 cada vez mas importantes y ello porque desde 1984 se vio la necesidad de
potenciar este sector con la creación del Instituto de Producción del Corcho (IPROCOR)
que entre sus líneas de actuación incluía un completo laboratorio de control de calidad
de manufacturas del corcho. Es en 1994 cuando se amplia sus competencias pasándose a
denominar Instituto del Corcho, La Madera y El carbón. De laboratorio y control de
calidad abarca a su vez a otro cuatro destinados a análisis físico-mecánicos, análisis
químicos, a análisis microbiológicos y un cuarto módulo para otros análisis.
En palabras de Miguel Lena, director actual del citado Instituto, hay que ir a una calidad
corchotaponera y para ello los equipos de “saca” integrarán la tecnología de corte
electrónico con control de profundidad del corcho por conductividad, evitando o
reduciendo las heridas de nuestros árboles, siendo éstas últimas la verdadera plaga
económica y sus efectos letales. Este debe ser el verdadero punto de partida, cuyos
objetivos básicos serán los de protección del bosque, del árbol y del recurso corcho, así
como la retirada de garras y zapatas por sus negativos efectos posteriores en la
fabricación de corchos de calidad. En base a la calidad, el sector industrial ha dado un
paso trascendental al definir y adoptar el Código de Buenas Prácticas Taponeras y
además se ha dotado de lo necesario para su implantación generalizada y su
correspondiente certificación.
En la actualidad hay ya 5 paises (Portugal, España, Francia, Italia y Alemania) y en 10
especialidades de fabricación que van desde la preparación del corcho hasta la
consecución de los más sofisticados tapones. Este ciclo ya existe en 140 empresas
certificadas. El segundo Ciclo, ha comenzado con más de 300 demandas de auditorías
externas, que las realizará Bureau Veritas, como organismo internacional de auditorías.
El arranque es alentador y se espera que el ejemplo cunda y se amplíe en el propio sector
productor.
La tercera Comunidad Autónoma española en superficie cultivable con un 14% de
superficie alcornocal es Cataluña, pero que ello no incide para su industria representa el
60% de la manufactura española. La provincia de Gerona dispone de un gran potencial
de fabricación del producto del corcho y su industria corchera posee una gran tradición y
prestigio tanto en los mercados nacionales como internacionales. Su producción de
tapones en el año 96 fue de un total de 1.500 millones de unidades, de los cuales 800
fueros para tapones de vinos gasificados, y 700 millones para vinos.
Hasta hoy la mayor parte de la Industria Corchotaponera en España está concentrada en
Cataluña.
Las ventas de este sector para el año 1996 han sido de 20.000 millones de pesetas, de los
cuales 11.000 son los equivalentes a la exportación.
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