El caballo en el Martín Fierro: análisis de su presencia
1. El Caballo en el Martín Fierro :
Patricio Crespo Med. Vet.
La obra de José Hernández muestra una serie de matices y permite varias
lecturas. Sin duda alguna todas ellas nos asombran y nos enseñan más que la
percepción general del conjunto.
Eduardo Gonzalez Lanuza describió el bestiario del Martín Fierro, hoy
analizamos su lectura y la de otros autores dedicados a la obra hernandiana.
El caballo es y fué “El Caballo...”.
Difícilmente nos referimos de ese modo cuando pensamos en “un novillo...”,o
en “ una de las vacas del tambo...”.
Son poblaciones ,no individuos a los que les prodigamos cierto afecto, como a
un perro o a una mascota en general.
Cada caballo es único aunque se hayan poseído cientos.
Esta idea se ve en la obra máxima de José Hernández.
Tal es así que sin el caballo el gaucho era un impedido un mutilado dice
Lanuza.
Y así interpretamos la condición de centauro que el gaucho posee ; es casi
parte del animal. Una imagen que , sin ser real ,puede haber tenido a algún
jinete que la encarnase.
La primera mención del caballo se lee al comienzo del poema “...y los pingos
relinchando – los llaman desde el palenque...”. En este verso aunque habla de
varios caballos, estos siguen siendo uno y cada uno , así como un grupo de
amigos, llama a otro.
2. Y para un gaucho “alzao” en el desierto era su pasaporte a la vida.
...su guardia es la precaución ,su pingo la salvación...
Cuando la partida lo cerca “....para tenerlo a la mano - el flete en el pasto
até – la cincha le acomodé – y en un trance como aquel – haciendo espaldas
con el quietito los aguardé...”.
Acá el caballo es un compañero de armas, le protege la espalda como lo haría
un amigo. Es mucho más que un subordinado castrense.
Cuando escapa del cantón lo hace ,montado en un “sotreta” ,pero cuando
pelea con el indio luego de vencerlo huye en su “pingo”.
Este detalle de término apenas disimulado para el lector distraído marca toda
una concepción del caballo que hoy difícilmente podemos ver ,aún cuando
utilizamos a diario estos términos sobre todo en poblaciones rurales.
Cuando define la pelea con El Negro , en cambio dice “...desaté mi redomón –
monté despacio y salí – al tranco por el cañadón...”
El episodio de La Cautiva muestra también ,una vez más , el apego del indio
por su montado “...me fui medio de soslayo – como para agarrarle el caballo –
a ver si se me venía...”
“...el miedo de verse de a pié , aumentaba su coraje...”.
Vale mencionar aquí aunque no pertenezca al Martín Fierro el verso de Carlos
Di Fulvio “...si el gaucho nació a caballo , el indio lo vió nacer...”. Abundan
las citas de alabanza al caballo del Pampa y a su estilo de adiestramiento.
Dice Fierro “...que fletes traiban los bárbaros – como una luz de ligeros...” y
como contracara “...los perseguíamos de lejos – sin poder ni galopiar.-Y que
habíamos de alcanzar en unos bichocos viejos....”.
Es tremenda la distancia en términos de categoría ecuestre que nos muestran
estos versos y explican en parte la dificultad que tuvo “la conquista” de
conquistar.
Finalizado el asunto se lee “...A la afligida cautiva – mi caballo le ofrecí – era
un pingo que alquirí – y en donde quiera que estaba - en cuanto yo lo silbaba
– venía a refregarse en mí...” .Esta imagen remeda a un perro con su dueño.
Que mejor imagen para describir mansedumbre , docilidad y sumisión.
Este caballo luego es perdido, pero Fierro dice “...yo me senté al del Pampa –
era un oscuro tapao – cuando me hallo bien montao – de mis casillas me salgo
–y era un pingo como galgo – que sabía correr boliao...”
Este verso no solo describe sino que compara a dos especies al caballo y a un
presunto galgo. La comparación es elogiosa y se menciona en el Bestiario
citado como fuente.
No es necesario y tampoco fácil contar las enumeraciones del caballo yá que
muchas veces está sin verse , se alude a él de manera directa e indirecta.
Este recurso es también una buena forma de elevarlo, está sin estar , está sin
verse, del mismo modo que vive Dios entre los cristianos.
En el momento trágico de armar tropas de apuro frente al malón grande, a la
invasión ; se lee esto que mencionamos en dos ocasiones bien definidas “... y
caíbamos al cantón en pelos y hasta enancaos...”
La otra imagen expresa “...Tiemblan las carnes al verlo - volando al viento la
cerda-La rienda en la mano izquierda- y la lanza en la derecha...”.
Son dos claras alusiones a dos tipos bien distintos de caballos : bichocos y
fletes.
3. Estas son excepciones ya que 84 veces se lo menciona de manera explícita y 6
veces de manera referencial.
Se mencionan a “ las yeguadas ” cuando son corridos “...como yeguada
matrera...”
Y cuando habla de la brutalidad india “...dentra la china ligera como yeguada
a la trilla...”.
Ahora vale mencionar a los potrillos (por parentezco directo) en dos ocasiones
son comparados “ ...tenía los ojos celestes como potrillito zarco...” haciendo
referencia al niño cautivo.
Y cuando el Viejo Vizcacha sentencia “....Potrillo – recién te apunta el
colmillo...”.
Las otras dos menciones son más que interesantes como adjetivos calificativos
, que en este caso descalifican a Fierro y a Cruz ya que son comparados con
dos integrantes de baja categoría en la escala social equina.
“ Aunque muchos creen que el gaucho tiene un alma de reyuno...” y “...es
como el patrio de posta : - lo larga este , aquel lo toma...”.
El termino caballada aparece pocas veces “... sembrando las caballadas...” ;
“...a rejuntar la caballada...” sobre todo si se lo compara con las veces que
se menciona en forma colectiva al vacuno o a otras especies.
La tropilla , otro término colectivo que es usado para mostrar el lujo de una
época pasada. De allí la importancia de la tropilla en sí misma como valor
material y social. “...El gaucho más infeliz tenía tropilla de un pelo...” y
“...Cruz y Fierro de una estancia una tropilla se arriaron – por delante la
4. echaron – como criollos entendidos...”.Este ultimo verso parece desmerecer
las virtudes camperas de los amigos que huyen.
El vocablo Yegua es leído tres veces y de una forma no muy alabanciosa, es
casi despectiva su cita. “...cerdiar yeguas ajenas...” , “ una tarde halló una
punta de yeguas medio bichocas – después que voltió una pocas –las cerdiaba
con empeño - yo vide venir al dueño – pero me callé la boca...”
No destaca ni virtudes reproductivas ni de mansedumbre solo las menciona al
pasar “...porque había una rastrillada – o estaba una yegua muerta...”.
Las menciones del caballo son sin nombre propio y no son tantas aquellas
donde aparece el vocablo caballo. Sí, se utilizan términos que describen un
poco más a la especie equina. Es el caballo y una característica que puede ser
estética o que se refiere a una aptitud propia del animal.
En general los personajes se refieren al equino como bagual. “...me sé sentar
en un pértigo - lo mesmo que en un bagual...”.
También otros términos que luego serán analizados con más detalle “... se
encerraba en un corral y allí galopiaba un potro...” ; “...Y si ven al chafalote
que tiene traza de malo...” ; “...pues iba en un redomón – que había boliao
en la sierra...” ; “ ansí todo el que procure tener un pingo modelo...” ; “...y
allí estaban los muchachos cuidando unos parejeros...” ; “...pronto sentí
retumbar las pisadas de unos fletes..”;“y que habíamos de alcanzar en unos
bichocos viejos ¡..”;
“...de este modo anda liviano , no fatiga al mancarrón...” ; “...y en las
playas corcoviando pedazos se hacía el sotreta...” .Estos términos describen
al animal y solo en ocasiones (muy escasas) Hernández utiliza el pelo o pelaje
del animal para referirse a el. “ Oscuro Tapao” , y “ Moro” .Los propios
caballos de Fierro y Vizcacha son Moros .Hernández describió los pelajes de
los caballos en sus Instrucciones para mayordomos de estancia , no desconocía
estos datos , a pesar de esta situación no los utiliza para mencionar a un
caballo como lo hace habitualmente el paisano. [Photo]
El término matucho es de elogio , aunque se lo relaciona con matungo que es
5. despectivo. e incluso tiene igual raíz que maturrango, vocablo destinado por
los criollos hacia los españoles,que " no sabían montar a caballo". Hernández
utiliza el término despectivo en forma inversa ,como elogio. En la actualidad
este es un recurso muy utilizado, puede deducirse entonces, que no es un
recurso moderno el utilizar un insulto como adjetivo calificativo que pondera
ciertas calidades o cualidades del destinatario.Podemos decir "Qué, hijo de
p... ¡¡¡ " a alguien que se a desempeñado bien en determinada acción y es un
elogio,paradójicamente, lo mismo es cruel ofensa.Hernández yá lo conocía.
Además matucho rima con Ayacucho en el verso en que esta única referencia
toponímica se presenta. Son como mancarrón o reyuno términos que clasifican
en mal puesto al caballo, tipificándolo como ya gastado y/o de mala
condición.
Por el contrario y una vez más en esta recopilación analizada de datos
mencionamos la descripción de Fierro acerca del caballo del indio que se
prepara para el malón ; “...Para pegar el malón el mejor flete procuran ...” y
“... El indio que tiene un pingo – que se llega a distinguir – lo cuida hasta
pa´dormir ...”.
Estas descripciones y otras como “....Jamás le sacude un golpe – porque lo
trata al bagual – con paciencia sin igual – al domarlo no le pega hasta que al
fin se le entrega ya dócil el animal....”
“...Pa´ quitarle las cosquillas con cuidao lo manosea ; - horas enteras emplea
,- y por fin solo lo deja , - cuando agacha las orejas y ya el potro ni cocea...”.
Compare el lector los términos empleados por Hernández acerca de la doma
del criollo : “....Astillas...” ; “...Pedazos...” ; “ ...si ven al chafalote que
tiene trazas de malo – lo embraman –contra un palo hasta que se
descogote...” .
Simplemente la destrucción del montado por parte del gaucho, que al mismo
tiempo le prodiga un respeto sacro , porque el gaucho es incapaz de comer
carne de potro , eso es solo cuestión del infiel. Hernández no habla de hábitos
alimenticios solo de la relación hombre-animal.
Los araucanos en general comían carne de potro, se untaban el cuerpo con
grasa de potro, bebían leche de yegua , construían sus toldos con cueros de
potro, podían dormir sobre el caballo y lógicamente olían a potro. Esto no es
otra cosa que la mencionada “ cultura del caballo” ya extinguida, en su
máxima expresión.
Al conocer Cruz y Fierro de la epidemia de viruela piensan “...será decíamos
nosotros - de tanta carne de potro – que comen estos brutos...” .
El gaucho adjudica la epidemia mortal a algo casi inhumano : comer carne de
potro. Un sacrilegio , que luego les salva la vida.
Por supuesto que Hernández conocía este contraste , el gaucho maltrata al
caballo y al mismo tiempo “endiosa” al caballo del indio cediéndole
caracteres casi mitológicos. , sobre todo cuando Fierro considera “...obra
santa....- hacerle estirar la jeta...”. Como algo que el era incapaz de lograr :
amansar a un caballo y que este se someta al freno y/o bocado. Con respecto
a amansar a un caballo José Hernández se ocupa de comparar y dejar bien en
claro la diferencia de trato y método. Pondera al indio .
Para terminar esta parte reproduzco textual lo escrito por Gonzalez Lanuza :
“- Y así como Don Quijote abjura de su divina vesania al morir prudentemente
6. como Alonso Quijano , el peleador gaucho Martín Fierro de la primera parte ,
desciende a sermoneador consejero paternal .
Todo por haberse desmontado...”.
Bibliografía :
Martín Fierro de José Hernández.
Vocabulario y Refranero Criollo de Tito Saubidet.
Bestiario del Martín Fierro de Eduardo Gonzalez Lanuza.
Análisis de la obra de José Hernández-Ed. EUDEBA.
Antología de la Poesía Gauchesca.
Literatura y folklore-Biblioteca Básica Argentina.
Imágenes de Rodolfo Ramos, Jorge Campos y Pepe González Guerrico