El documento describe el misterio de la Santísima Trinidad como el secreto divino más importante de la fe cristiana. Explica que Dios es uno en esencia pero trino en personas - Padre, Hijo y Espíritu Santo. Además, resume algunas de las enseñanzas bíblicas sobre la Trinidad, incluyendo vestigios en el Antiguo Testamento y las revelaciones de Jesús sobre sí mismo y sobre Dios Padre en el Nuevo Testamento.
2. Introducción
El secreto divino más importante
de la fe que Jesucristo nos reveló:
misterio de la Santísima Trinidad.
Dios es uno en esencia y trino en
personas: es la revelación de su
vida íntima.
Hemos de procurar conocerlo y
¡vivirlo!
El Credo o Símbolo es la
explicación del misterio trinitario.
3. ÍNDICE
1. Misterio
2. La Trinidad en la Biblia
3. Personas divinas
4. Procesiones
5. Relaciones
6. Misiones
7. Inhabitación
4. 1. MISTERIO
44. ¿Cuál es el misterio central de
la fe y de la vida cristiana?
El misterio central de la fe y de la vida
cristiana es el misterio de la
Santísima Trinidad. Los cristianos son
bautizados en el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo.
6. TRINIDAD 6 Bernardo
La revelación del misterio de la Trinidad de
Cortina
Personas en la Unidad de Dios
• La intimidad divina sólo se conoce
• La intimidad divina sólo se conoce
por revelación: no se puede conocer
por revelación: no se puede conocer
con la sola razón.
con la sola razón.
• Es algo que resulta imposible de
• Es algo que resulta imposible de
entender (cf. CEC, 237),, por la limitación de
entender (cf. CEC, 237) por la limitación de
nuestra inteligencia: un misterio, el
nuestra inteligencia: un misterio, el
más elevado de todos (cf. CEC, 234)..
más elevado de todos (cf. CEC, 234)
7. FORMULACIÓN DOGMÁTICA
La participación de la
vida de la Santísima Creados, eleva-
Trinidad es el fin y la dos y redimidos
substancia de nuestra para gozar de la
vida en Cristo. Trinidad.
La teología ha hechos grandes esfuerzos para entender racionalmente
y expresar en lenguaje humano el misterio de la Trinidad.
Ante los errores enunciados por algunos, el Magisterio, asistido
por el Espíritu Santo, formuló progresivamente la doctrina de fe.
Se trata de explicar racionalmente la verdad revelada de que hay
tres Personas distintas en una sola naturaleza divina.
8. TRINIDAD 8 Bernardo
La revelación del misterio de la Trinidad de
Cortina
Personas en la Unidad de Dios
• El misterio de la Santísima Trinidad
nos ha sido revelado al llegar la
plenitud de los tiempos con
La Encarnación El envío del
del Hijo de Dios Espíritu Santo
En el Antiguo Testamento sólo hay
algunas alusiones, que se descubren a la
luz del Nuevo Testamento.
9. Es el misterio de la vida
íntima de Dios, a la que
hemos sido llamados a
participar por la gracia (1Jn 1,2-
3).
La intimidad de su Ser como
Trinidad Santa constituye un
misterio inaccesible a la sola
razón e incluso a la fe de
Israel antes de la
Encarnación del Hijo de
Dios y el envío del Espíritu
Santo (CEC, 237).
Una vez revelado por Dios,
podemos profundizar, pero
no entenderlo del todo.
10. La Trinidad, misterio de un solo Dios y tres Personas realmente distintas
Los misterios no se
comprenden, pero al
conocerlos la fe se vuelve firme
y operativa.
Misterio de la Santísima
Trinidad :
en Dios hay una sola esencia y
tres personas distintas: Padre,
Hijo y Espíritu Santo, cada una
de las cuales es Dios, sin ser
tres dioses sino un solo y único
Dios.
La Trinidad es algo parecido al
sol:
el sol está en el cielo y produce
luz y calor; la luz y el calor no
son distintos del sol.
11. CAPÍTULO I: CREO EN DIOS PADRE
36.¿Se puede deducir por lógica que Dios es trino?
No. La Trinidad (TRINIDAD) de Dios es un
misterio. Sólo por Jesucristo sabemos que
Dios es Trinidad. [237]
Los hombres no pueden deducir por medio de su
propia razón el misterio de la Trinidad. Pero
pueden reconocer la razonabilidad de este
misterio, cuando aceptan la REVELACIÓN de
Dios en Jesucristo. Si Dios estuviera solo y fuera
solitario, no podría amar desde toda la eternidad.
Iluminados por Jesucristo, podemos encontrar ya
en el ANTIGUO TESTAMENTO (por ejemplo,
Gén 1,2; 18,2; 2 Sam 23,2) e incluso en toda la
creación huellas de la Trinidad. 11
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
12. CAPÍTULO I: CREO EN DIOS PADRE
¿Por qué es Dios «Padre»?
37.
Veneramos a Dios como padre por el hecho de que
es el Creador y cuida con amor de sus criaturas.
Jesús, el Hijo de Dios, nos ha enseñado además
a considerar a su Padre como nuestro Padre y a
dirigirnos a él como «Padre nuestro». [238-240]
Muchas RELIGIONES anteriores al cristianismo
conocen ya el trato a Dios como «Padre». Ya antes de
Jesús se hablaba en Israel de Dios como el Padre
(Dt 32,6; Mal 2,10) y se sabía que es también como
una madre (Is 66,13). El padre y la madre son en la
experiencia humana la representación del origen y la
autoridad, de aquello que protege y sostiene. Jesús
nos muestra de qué modo es Dios realmente Padre:
«Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Jn 14,9).
En la parábola del hijo pródigo, Jesús responde al
deseo más hondo que el ser humano tiene de un Padre
misericordioso. 511-527
12
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
13. CAPÍTULO I: CREO EN DIOS PADRE
39.¿Es Jesús Dios? ¿Forma parte de la Trinidad?
Jesús de Nazaret es el Hijo, la segunda persona
divina, a quien aludimos cuando rezamos:
«En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo» (Mt 28,19). [243-260]
O bien Jesús era un impostor al hacerse señor del
SÁBADO Y dejar que se dirigieran a él con el
título de «Señor», o era realmente Dios. Llegó a
provocar escándalo al perdonar los pecados. Esto,
a los ojos de sus contemporáneos, era un crimen
digno de muerte. Mediante los signos y los
milagros, pero especialmente través de la
Resurrección, los discípulos se dieron, cuenta, de
quién era Jesús y lo adoraron como el Señor.
Ésta es la fe de la IGLESIA. 13
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
14. La Trinidad es una. No
confesamos tres dioses sino
un solo Dios en tres personas
(CEC, 253).
• Las personas divinas son realmente
distintas entre sí. "Dios es único
pero no solitario" (Fides Damasi: DS 71).
"Padre", "Hijo", "Espíritu Santo" no
son simplemente nombres que
designan modalidades del ser
divino, pues son realmente distintos
entre sí (...) por sus relaciones de
origen: "El Padre es quien engendra,
el Hijo quien es engendrado, y el
Espíritu Santo es quien procede" (Cc.
Letrán IV, año 1215: DS 804) (CEC, 254).
16. Vestigios o leves huellas de la Trinidad en el AT
(se interpretan a la luz del NT)
Génesis: Dios habla en plural (1, 26: “Hagamos
26
al hombre a imagen y semejanza nuestra”; 3, 22:
22
“He aquí que Adán es como uno de nosotros”;
11, 7: “Venid, descendamos y confundamos sus
7
lenguas”); tres hombres aparecen a Abraham
(18, 1-15).
1-15
Profecías mesiánicas: Sal 2, 7 (Heb 1, 5 lo aplica
a Jesús) y Sal 109 (Jesús lo recoge en Mt 22, 44).
44
Sabiduría engendrada: por ejemplo Prov 8, 22-31: “El Señor me
22-31
poseyó en el inicio de sus caminos... Desde la eternidad fui modela-
da desde el principio, antes que la tierra... Antes que los montes fui
engendrada...”. Ver también Sab 9, 1. 2. 17.17
17. JESÚS REVELA AL PADRE
Jesús llama a Dios Padre: “Para que seáis hijos de vuestro Padre que
está en los cielos” (Mt 5, 45); “Sed vosotros perfectos como vuestro
45
Padre celestial es perfecto” (Mt 5, 48); “Ora a tu Padre, que está en lo
48
oculto; y tu Padre, que ve en lo oculto, te recompensará” (Mt 6, 6);
6
etc..
Jesús revela que Dios es su Padre: “Todo me lo
ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo
sino el Padre, ni nadie conoce al Padre sino el
Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo”
(Mt 11, 27).
27
Jesús se identifica con el Padre: “Pues como el
Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado al Hijo
tener vida en sí mismo” (Jn 5, 26); “Yo y el Pa-
26
dre somos uno” (Jn 10, 30); etc..
30
18. TRINIDAD EN EL NT
Jesús llama a Dios “Abba”, “Padre mío”:
Getsemaní (Mc 14, 36); “Padre, ha llegado
36
la hora. Glorifica a tu Hijo para que tu Hijo
te glorifique” (Jn 17, 1); “Venid, benditos
1
de mi Padre” (Mt 25, 34); “Padre, en tus
34
manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23, 46);46
“Yo os envío al que mi Padre ha prometido”
(Lc 24, 49); etc.. Jesús distingue: “Subo a
49
mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y a
vuestro Dios” (Jn 20, 17).
17
Los textos vistos ya en este capítulo, al revelar la paternidad de
Dios también están revelando la filiación divina de Jesús. Veamos
otras expresiones de Jesús y palabras de sus discípulos que confie-
san la divinidad de Jesús.
19. TRINIDAD EN EL NT
En el Templo, a los 12 años, Jesús
manifiesta su divinidad: “¿Por qué
me buscabais? ¿No sabíais que es
necesario que yo esté en las cosas
de mi Padre?” (Lc 2, 49).
49
Jesús se llama “Hijo del Hombre”, título del Mesías en Dan 7, 13-
14 que tiene atributos divinos (“A él se le dio dominio, honor y
reino. Y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su
dominio es un dominio eterno que no pasará; y su reino no será
destruido”). Por ejemplo con Nicodemo (Jn 3, 1-21), Zaqueo
1-21
(Lc 19, 1-10), cuando anuncia su pasión, muerte y resurrección
1-10
(Mc 8, 31-33), cuando cura un paralítico en Cafarnaún (Mc 2,
31-33
1-12), ante el tribunal de Caifás (Mc 14, 53-64).
1-12 53-64
20. TRINIDAD EN EL NT
Jesús manifiesta su divina preexistencia o eternidad utilizando el
nombre “Yo soy” revelado a Moisés en el monte Horeb. Por
ejemplo: “Yo soy la luz del mundo” (Jn 8, 12); “Si no creéis que
12
Yo soy, moriréis en vuestros pecados” (Jn 8, 24); “Cuando hayáis
24
levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que Yo soy”
(Jn 8, 28); “Antes de que Abraham naciese, Yo soy” (Jn 8, 58);
28 58
“Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que cuando
ocurra creáis que Yo soy” (Jn 15, 19).
19
Sus oyentes entendieron que afirmaba de sí
mismo que era Dios (ej.: Jn 5, 18).
18
El Padre confirma la divinidad de Jesús en
su Bautismo y en su Transfiguración.
21. TRINIDAD EN EL NT
Los discípulos proclaman la divinidad de Je-
sús. Por ejemplo cuando camina sobre las a-
guas dicen: “Realmente eres Hijo de Dios”
(Mt 14, 33); o la confesión de San Pedro: “Tú
33
eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16,
16); o la de Santo Tomás: “¡Señor mío y Dios
16
mío!” (Jn 20, 28).
28
La filiación divina de Jesús está al comienzo y en el centro de la
predicación apostólica postpascual: proclaman a Jesús como Hijo
de Dios. Ejemplos: “El Verbo era Dios” (Jn 1, 1); San Juan precisa
1
que escribió su Evangelio “para que creáis que Jesús es el Cristo,
el Hijo de Dios” (Jn 20, 31); Cristo es “Dios bendito por los siglos”
31
(Rom 3, 5); “En Él habita toda la plenitud de la divinidad corporal-
5
mente” (Col 2, 9).
9
22. TRINIDAD EN EL NT
Ya en Gn 1, 2 aparece la palabra “espíritu” (“el
Espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las
aguas”). En el NT aparecen varios nombres concre-
tos. Ejemplos: “el Espíritu del Padre” (Mt 10, 20;
20
1 Cor 2, 11; Jn 15, 26); “el Espíritu del Hijo” (Gal
11 26
4, 6); “el Espíritu de Jesús” (Hch 16, 7). Indican
6 7
que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo.
Numerosos textos indicando que el Espíritu Santo es Persona divina.
Especialmente durante la Ultima Cena. Ejemplos: “Yo rogaré al Pa-
dre y os dará otro Paráclito... El Espíritu de la Verdad” (Jn 14, 16);
16
“El Paráclito, el Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nombre,
El os lo enseñará todo” (Jn 14, 26); “Cuando venga el Paráclito que
26
yo os enviaré de parte del Padre, el Espíritu de la Verdad que procede
del Padre, El dará testimonio de mí” (Jn 15, 26).
26
23. TRINIDAD EN EL NT
Numerosos textos se refieren a la acción del Espíritu Santo con
respecto a Jesucristo. Ejemplos: Lc 1, 35 (Anunciación); Mt 1,
18 (María “había concebido en su seno por obra del Espíritu
Santo”); Lc 3, 21-22 (Bautismo de Jesús); Lc 4, 14 (Jesús se
mueve “por impulso del Espíritu Santo”); Lc 4, 1 (estaba “lleno
del Espíritu Santo”); Lc 4, 18-30 (en Nazaret se aplica el texto
de Is 61, 1-2: “El Espíritu del Señor está sobre mí”); etc..
1-2
El Espíritu Santo santifica a los hombres: se comprueba
en los Hechos de los Apóstoles: Pentecostés (Hch 2, 4),
4
San Pedro en Hch 2, 38 (“recibiréis el don del Espíritu
Santo”), etc.. También en San Pablo: 1 Cor 3, 16 (“¿No
sabéis que el Espíritu de Dios habita en vosotros?”); 2
Tes 2, 13 (“os eligió Dios como primicias para la salva-
ción mediante la acción santificadora del Espíritu Santo”).
24. Fórmulas trinitarias del NT
Lc 1, 30-35: Anunciación.
30-35
Mt 3, 13; Mc 1, 10; Lc 3, 22: Bautismo
13 10 22
del Señor.
Mt 17, 1-13; Mc 9, 1-12; Lc 9, 28-39:
1-13 1-12 28-39
Transfiguración.
Jn 14, 16.26: Promesa del Paráclito (“Yo
16.26
pediré al Padre y os enviará otro Paráclito
(...). El Paráclito, el Espíritu Santo, que el
Padre enviará en mi nombre, os lo ense-
ñará todo”).
Mt 28, 19: Fórmula bautismal (“Id y en-
19
señad a todas las gentes, bautizándolas en
el nombre del Padre y del Hijo y del Espí-
ritu Santo”).
25. Revelación de la Santísima Trinidad en los escritos apostólicos
2 Cor 13, 13: “La gracia del Señor Jesucristo y el amor de Dios y la
13
comunicación del Espíritu Santo estén con todos vosotros”.
Ef 1, 3-13: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
3-13
que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los
cielos (...). Por Él también vosotros (...) fuisteis sellados con el Espí-
ritu Santo prometido”.
Gal 4, 6: “Y puesto que sois hijos, Dios envió a nuestros corazones
6
el Espíritu de su Hijo, que clama: ‘¡Abba, Padre!’”.
2 P 1, 1-2: “Elegidos según la presciencia de Dios Padre, mediante
1-2
la santificación del Espíritu, para obedecer a Jesucristo”.
26. TRINIDAD 26 Bernardo
Cortina
3. Personas en Dios
EL PADRE ES DIOS,, EL HIJO
EL PADRE ES DIOS EL HIJO
ES DIOS,, EL ESPÍRITU SANTO
ES DIOS EL ESPÍRITU SANTO
ES DIOS
ES DIOS
NO SON “PARTE” DE DIOS
NO SON “PARTE” DE DIOS
P NI TRES DIOSES
NI TRES DIOSES
UN ÚNICO Y MISMO
UN ÚNICO Y MISMO
H ES DIOS QUE SUBSISTE
DIOS QUE SUBSISTE
EN TRES PERSONAS
EN TRES PERSONAS
Máximo misterio REALMENTE
REALMENTE
sobrenatural DISTINTAS
DISTINTAS
27. ¿QUÉ ES SER PERSONA?
En el NT no se encuentra el término “persona” para hablar de la
Trinidad; pero a falta de otro más adecuado, los teólogos y el
Magisterio de la Iglesia lo utilizan para designar al Padre, al Hijo
y al Espíritu Santo en su distinción real entre sí (cfr. CCE 252).
252
Para Boecio, la persona es una “sustancia individual de naturaleza
racional”. Se debe aplicar en Dios el nombre de persona depurán-
dolo de las imperfecciones que adquiere en las criaturas.
En Dios la palabra persona designa no a la
esencia divina, sino a las tres relaciones
reales intratrinitarias subsistentes y opuestas
entre sí que vimos en el capítulo anterior. La
esencia divina es numéricamente una.
28. PODEMOS ENTENDER LA TRINIDAD POR ANALOGÍA
Analogía = relación de semejanza entre dos o más cosas; propiedad
del significado de los términos, que se opone tanto a la “univocidad”
(significado igual) como a la “equivocidad” (significados distintos).
Se emplea en teología para profundizar en el conocimiento
de Dios. Va de lo más conocido a lo menos conocido (ej.:
conocer a Dios a través del conocimiento del hombre).
De Dios sabemos más lo que no es que lo que es. Camino
de la afirmación, de la negación y de la eminencia.
De modo analógico, conocimiento y amor que se descubre en
el hombre pueden ser realidades válidas para alcanzar cierta
comprensión del ser íntimo de Dios. La procesión del Hijo
como procesión por vía de entendimiento. La del Espíritu
Santo por vía de voluntad.
29. EL PADRE
El Padre es fuente y origen de toda la Trinidad: no proce-
de de otra persona divina ni de la esencia divina, sino que
1 es principio sin principio. Comunica su propia esencia di-
vina al Hijo y al Espíritu Santo de modo que constituyen
con El desde toda la eternidad un único y mismo Dios.
En sentido genérico, es Padre de todos los hombres; en
un sentido más elevado, es Padre de los bautizados; en
2 sentido propio y exclusivo, es Padre del Hijo unigénito.
Lo constitutivo de la Persona del Padre es la paternidad.
El Padre nunca estuvo sin el Hijo, ni el Hijo sin el Padre,
3 porque se trata de una generación eterna.
Es la única persona de la Trinidad que no procede de otra:
4 es “agénnetos”. Es su característica principal.
30. GENERACIÓN ETERNA DEL UNIGÉNITO
En sentido propio la generación significa el origen
de un ser vivo que proviene de otro ser vivo al que
está unido según una razón de semejanza de natu-
raleza. Se aplica en Dios analógicamente.
En Dios la generación del Hijo es eterna (sin antes
ni después), acto inmanente de conocimiento del
Padre que engendra un concepto o Verbo, que no
sólo es de la misma naturaleza que el Padre espe-
cíficamente, sino numéricamente.
El Hijo es imagen perfecta del Padre (origen en El y no sólo “se-
mejanza” sino identidad de naturaleza). Es Unigénito.
31. ESPIRACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
El Espíritu Santo procede del amor
mutuo del Padre y del Hijo.
Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios:
Dios
“Creemos en el Espíritu Santo, per-
sona increada, que procede del Padre
y del Hijo como Amor sempiterno de
ellos”.
Juan Pablo II (discurso de 20-11-1985) distingue dos tipos de
20-11-1985
amor: uno, “amor esencial”, es un atributo de la esencia divina
que corresponde por igual al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; el
otro, “amor personal”, es propio del Espíritu Santo y lo distingue
realmente de las otras dos personas divinas.
32. El Espíritu Santo como Don
En la vida íntima de Dios, el Espíritu Santo es amor y donación
mutua, es nexo entre el Padre y el Hijo. En la relación de Dios
con los hombres, es también la mayor donación, el mayor bien
que podemos recibir los hombres, porque es recibir el amor y
la vida de Dios.
La divinización del hombre, su elevación
sobrenatural como hijo de Dios en el sa-
cramento del bautismo, es obra del Espíritu
Santo: El nos introduce en el misterio de
Cristo y nos llama a la santidad del Padre.
33. EL FILIOQUE
CCE 247: “La afirmación del Filioque no figuraba en el símbolo
247
confesado el año 381 en Constantinopla. Pero sobre la base de
una antigua tradición latina y alejandrina, el Papa san León la
había confesado dogmáticamente el año 447 antes incluso que
Roma conociese y recibiese el año 451, en el Concilio de Calce-
451
donia, el símbolo del año 381. El uso de esta fórmula en el Credo
fue poco a poco admitido en la liturgia latina (entre los siglos VIII
y XI)”. => motivo de disensión con las Iglesias ortodoxas.
867: Focio se opone al Filioque afirmando que el
867
Espíritu Santo procede únicamente del Padre.
1054: Miguel Cerulario rompe con la Iglesia e
1054
inicia el Cisma de Oriente. Búsqueda de unión:
IV Letrán (1215), II Lyon (1274), Florencia (1439).
1215 1274 1439
34. ¿El filioque es una gran diferencia?
El Magisterio de la Iglesia no puede cambiar
el símbolo pero puede completarlo añadiendo
algunas frases o, incluso, alguna verdad de fe.
La adición del Filioque es legítima: Jn 15, 26
(“el Paráclito que os enviaré”); Jn 16, 14 (el
Espíritu Santo “recibirá de lo mío”); Rom 8, 9
(“Espíritu de Cristo”).
En cuanto a la Tradición, los griegos
prefieren la fórmula “per Filium”.
Ambas fórmulas expresan sustancial-
mente lo mismo.
35. PERIJÓRESIS
Florencia (1442): “Estas tres Personas son un solo Dios y no tres
(1442)
dioses; porque las tres tienen una sola sustancia, una sola esencia,
una sola naturaleza, una sola divinidad, una sola inmensidad, una
sola eternidad, y todo es uno, donde no obsta la oposición de
relación”.
Idem: “Por razón de esta unidad, el Padre
Idem
está todo en el Hijo, todo en el Espíritu
Santo; el Hijo está todo en el Padre, todo
en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está
todo en el Padre, todo en el Hijo”.
Perichóresis: mutua inhabitación de las
Personas divinas
= perichóresis (griegos), circumincessio
(latinos)
36. TRINIDAD 36 Bernardo
Cortina
4. Procesiones en Dios
Las personas divinas son relativas unas a otras
(CEC, 255). La distinción real de las personas entre
sí reside únicamente en las relaciones mutuas.
PROCESIONES:
PROCESIONES
• El PADRE no proviene de ninguna
Persona.
• El HIJO es engendrado por el PADRE por
vía de entendimiento (generación).
• El ESPÍRITU SANTO procede del PADRE
37. ¿PROCESIONES DIVINAS?
Procesión = hecho por el que un ser tiene su origen en otro ser.
En Dios no puede haber procesión como movimiento local, pero
sí como origen según la cual un hijo procede de su padre o el río
de la fuente.
Procesiones inmanentes: el término que
procede permanece en aquél del que pro-
cede (ej.: verbo interior que procede de
nuestra inteligencia). Procesiones tran-
seúntes: lo que procede sale fuera de aquél
de quien procede (ej.: palabras que mani-
fiestan nuestros pensamientos).
En Dios, espiritual y simple, las operaciones son inmanentes, ad
intra: sin las limitaciones de los seres creados y sin originar otro Dios.
38. PROCESIONES DIVINAS
Es verdad de fe la existencia de procesiones
reales en Dios. Fundamentado en el Evange-
lio: en el Bautismo de Jesús, el Padre dice:
“Este es mi Hijo” (Mt 3, 17); Jesús dice que
17
el Espíritu Santo “procede del Padre” (Jn
15, 26) y que “recibe de lo mío” (Jn 16, 16).
26 16
Conocemos la existencia de las procesiones
divinas por Revelación.
Características de las procesiones divinas, 1
a Son inmanentes y no se distinguen de Dios: son Dios mismo.
Se mantiene la identidad numérica de la esencia divina.
39. Características de las procesiones divinas, 2
Son reales: no son simples modos de expresar la Trinidad.
b El origen de ellas (una Persona divina) es real y en la sim-
plicidad espiritual de Dios no cabe algo ficticio o accidente.
Son operaciones de Dios: toda procesión divina inmanente
c presupone una acción u operación vital que permanece
dentro de Dios. Son eternas y se identifican con la esencia
divina.
En analogía con las acciones del
d hombre, son operaciones de cono-
cimiento y de amor en Dios mismo.
40. Características de las procesiones divinas, 3
Tienen su origen y su término en las personas, no en la
esencia divina, que en cuanto tal no es sujeto de acción.
Letrán IV (1215): la esencia divina “ni engendra, ni es en-
(1215)
e gendrada, ni procede; sino que el Padre es el que engendra;
el Hijo el que es engendrado; y el Espíritu Santo, el que
procede; de modo que las distinciones están en las personas
y la unidad en la naturaleza”.
En Dios hay sólo dos procesiones inmanentes: el Verbo
f procede del Padre por vía de entendimiento y el Espíritu
Santo procede del Padre y del Hijo por vía de amor.
g El Hijo procede del Padre por generación eterna, el Espíritu
Santo del Padre y del Hijo por espiración.
41. Sin pretender explicar, se puede
exponer así:
El conocimiento que el Padre tiene de sí
mismo es tan perfecto, que es una
persona: el Hijo.
• El amor entre el Padre y el Hijo es tan
perfecto, que es una persona: el Espíritu
Santo.
43. ¿QUÉ ES UNA RELACIÓN?
Se entiende por relación la referencia de una persona o de una
cosa a otra persona u otra cosa. Toda relación está constituida
por tres elementos: el sujeto, el término y el fundamento.
El sujeto es la persona o la cosa que se relaciona
con otro (término “a quo”). El término es la per-
sona o la cosa hacia la cual tiende el sujeto de la
relación (término “ad quem”). El fundamento es
el hecho en que se basa la relación de una persona
o cosa con otro. Ejemplos de fundamentos en re-
laciones interpersonales: amor conyugal, amistad,
generación, etc..
Una relación es real si los tres elementos son reales. Ejemplos de
relaciones no reales: entre conceptos, comparación del ente con la
nada, del presente con el futuro, etc..
44. LAS PERSONAS DIVINAS SE RELACIONAN Y ESA
RELACIÓN ES SU SER
La analogía exige despojar a las relaciones divinas del carácter
accidental de las relaciones que se dan entre los hombres. En
Dios no hay “accidentes” en sentido metafísico; por ejemplo no
hay un antes ni un después de ser Padre.
Así, al aplicar la analogía nos quedamos con lo que es una relación
en sí misma (una referencia) y negamos en Dios el aspecto acci-
dental de las relaciones humanas. Lo propio de la relación que con-
sideramos en Dios es pura alteridad, “esse ad”. Pero las relaciones
en Dios son subsistentes, no accidentes: existen en sí mismas y se
identifican con la substancia divina. Los hombres tienen relacio-
nes, en Dios la relación es Dios.
45. RELACIONES Y SUSTANCIA
Quien engendra es el Padre, no la sustancia, y quien espira es el
Padre y el Hijo, no la sustancia.
Letrán IV enseña que las tres Personas se identifican con la sustancia
divina y se distinguen exclusivamente por sus relaciones de origen.
“Relación” y “sustancia” son dos conceptos distintos, que en Dios
se identifican. Pero las relaciones en Dios se distinguen realmente
entre sí.
Puesto que hay dos procesiones reales en Dios (engendrar y espirar),
hay cuatro relaciones reales: Paternidad, Filiación, Espiración ac-
tiva (sujeto: Padre e Hijo, y término: Espíritu Santo), y Espiración
pasiva (sujeto: Espíritu Santo, y término: Padre e Hijo).
46. UN DIOS 2 PROCESIONES, TRES PERSONAS 4 RELACIONES
Paternidad y Filiación se oponen según vimos: distinguen a
Padre e Hijo.
Espiración activa y pasiva se oponen según vimos:
distinguen a Padre-Hijo juntos y Espíritu Santo.
La Espiración activa consiste en espirar: Padre e Hijo pueden
espirar al Espíritu Santo sin contradicción con el hecho de ser
Padre e Hijo: la Espiración activa no se opone ni a la Paternidad
ni a la Filiación. Según el Concilio de Florencia, si no hay oposi-
Florencia
ción, Paternidad y Espiración activa no se distinguen en Dios,
como tampoco Filiación y Espiración activa: el Padre engendra
al Hijo y le ama espirando al Espíritu Santo, y el Hijo es engendra-
do por el Padre y le ama espirando junto con Él al Espíritu Santo.
47. CUATRO RELACIONES PERO SÓLO TRES PERSONAS
La Espiración pasiva consiste en ser espirado. El Padre no puede
serlo puesto que es sin principio. El Hijo tampoco puede ser espi-
rado porque ya es engendrado. Solo el Espíritu Santo puede ser
espirado. Así Paternidad se opone a Espiración pasiva y Filiación
también se opone a Espiración pasiva, dos oposiciones que distin-
guen pues Padre y Espíritu Santo una e Hijo y Espíritu Santo otra.
Por lo tanto, de las cuatro relaciones
reales en Dios, sólo tres se oponen
entre sí: la Paternidad, la Filiación y
la Espiración pasiva coincidiendo con
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
48. TRINIDAD 48 Bernardo
Cortina
Un esquema nos puede ayudar
Paternidad Filiación
Padre vía de conocimiento Hijo
a
Es
Es
vía de amor
s iv
pii
p
pa
ra
ra
a
Es
Es
t iv
cii
có
n
pii
pr
ón
ci ó
ac
n
rac
ac
pa
pa
ra
ión
iió
pi
sii
sv
ón na
r ac
Es
va
a
ac
cti
pi
tiv
Espíritu
Es
vaa
Santo
49. ¿ES IMPOSIBLE DE ENTENDER?
Las relaciones divinas son el modelo de
la vida y de las relaciones humanas.
A la luz de las relaciones divinas, la Trini-
dad se nos revela como la más perfecta rea-
lización de la ‘comunión entre distintos’
y, como tal, es luz que ilumina las relacio-
nes humanas interpersonales. Por eso, la
familia es imagen de la comunión trinitaria.
IMAGINAOS 2 NOVIOS QUE SE QUIEREN INFINITAMENTE
50.
51. TRINIDAD 51
Pero a la vez son tres personas Bernardo
Cortina
“iguales”
Una es la divinidad, y una la omnipotencia,
eternidad, simplicidad, bondad, verdad,
inmutabilidad, infinitud...
Sabemos
Ninguno es
el qué,
superior o
pero no
inferior; ninguno
entendemos
es creado.
el cómo.
52. TRINIDAD 52 Bernardo
Unidad de Dios
Cortina
Todo es uno donde no existe oposición de
relación (Cc Florencia, año 1442: DS1330).
•Toda la economía divina es la obra
común de las tres personas divinas.
Porque la Trinidad, del mismo modo que
tiene una sola y misma naturaleza, así
también tiene una sola y misma
operación (CEC, 258). Toda acción ad extra es
común a las tres personas.
53. TODAS ACTÚAN
JUNTAS
Las personas divinas,
inseparables en su ser, son
también inseparables en su
obrar. Pero en la única
operación divina cada una
manifiesta lo que le es propio
en la Trinidad, sobre todo en
las misiones divinas de la
Encarnación del Hijo y del
don del Espíritu Santo
54. APROPIACIONES
Hay una diferencia entre lo que es propio y exclusivo de una Persona divina, y lo que
es común a las tres pero se atribuye a una de ellas. Esto último se llama
“apropiación”. El fundamento de una apropiación es la analogía.
Apropiaciones más frecuentes:
1) Al Padre, en cuanto origen y fuente de toda la Trinidad, se le
atribuyen la eternidad, la unidad y la omnipotencia;
2) Al Hijo, en cuanto Verbo y Palabra de Dios, se le atribuyen la verdad,
la sabiduría, la belleza y la igualdad;
3) Al Espíritu Santo, en cuanto vínculo amoroso del Padre y del
Hijo, se le atribuyen la bondad, la santidad y la felicidad terrena
y eterna.
Fuentes de las apropiaciones más frecuentes:
- Sagrada Escritura, - Símbolos de fe,
- Padres de la Iglesia, - Liturgia.
Las apropiaciones nos ayudan a entender
mejor la acción de las Personas divinas en
nuestra alma.
55. 6. MISIONES DIVINAS
Una misión divina es el envío de una Per-
sona divina por Otra para hacerse presente
de modo nuevo entre los hombres.
Las misiones divinas pueden ser visibles
o invisibles. Revelan la irrupción de la
Trinidad en la historia, para hacernos
partícipes de la salvación realizada por
Cristo y elevarnos a la vida divina.
La Persona enviada procede de la Persona que envía. Así el Padre
no es enviado porque no procede de ninguna Persona: es principio
sin principio. Se da a nuestra alma pero no es enviado. Él envía al
Hijo y con el Hijo envía al Espíritu Santo.
56. ¿Para qué las misiones?
Jesús ha revelado que las misiones del Hijo y del Espíritu Santo a
los hombres tienen como fin producir en nosotros una nueva comu-
nión entre Dios y nosotros y, en consecuencia, una nueva comu-
nión de los hombres entre sí.
Las misiones divinas originan una nueva relación personal entre
Dios y los hombres, que transforma al hombre, le capacita sobre-
naturalmente por la filiación divina, para entrar en comunión amo-
rosa con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Vaticano II (Ad gentes, 2): “La Iglesia pe-
2
regrina es, por su propia naturaleza, misio-
nera, puesto que tiene su origen en la mi-
sión del Hijo y la misión del Espíritu San-
to según el plan de Dios Padre”.
57. Misión visible del Verbo: Encarnación
Jn 3, 17: “Dios no envió a su Hijo al
17
mundo para juzgar al mundo, sino
para que el mundo se salve por Él”;
Gal 4, 4: “Al llegar la plenitud de los
4
tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido
de mujer”.
La misión visible del Hijo se realiza en la Encarnación. Como toda
operación “ad extra”, la Encarnación es obra de la Trinidad; pero
considerada como misión en sentido propio, la Encarnación proce-
de exclusivamente del Padre: sólo Él envía al Hijo. La misión com-
porta la manifestación de la Persona enviada: nos da un conoci-
miento de Ella misma y de la Persona de la cual procede.
58. MISIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
Misiones visibles del Espíritu Santo:
paloma en el Bautismo de Jesús (Mt 3, 16);
16
nube en la Transfiguración (Mt 17, 5);
5
soplo cuando Jesús resucitado dio a los
Apóstoles el poder de perdonar los pecados
(Jn 20, 22); lenguas de fuego el día de
22
Pentecostés (Hch 2, 3-4).
3-4
Misión invisible del Hijo: inhabita en el alma en gracia. También del
Espíritu Santo: “¿no sabéis (...) que el Espíritu de Dios habita en vo-
sotros?” (1 Cor 3, 16).
16
¿Qué es la inhabitación? ¿Habéis oído
hablar alguna vez de ella?
60. ENTRAMOS EN LA CORRIENTE DE AMOR QUE ES DIOS
El ser mismo de Dios es Amor (1Jn 4,
8.16). Al enviar en la plenitud de los
tiempos a su Hijo único y al Espíritu de
Amor, Dios revela su secreto más
íntimo (cf 1Co 2, 7-16; Ef 3, 9-12); Él
mismo es una eterna comunicación de
amor: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y
nos ha destinado a participar en Él
(CEC, 221).
61. La vida sobrenatural: participación de
TRINIDAD 61 Bernardo
Cortina
la vida divina intratrinitaria
• Dios nos ha hecho partícipes de la naturaleza
divina (2P 1, 4): nos ha divinizado por la gracia
sobrenatural, adoptándonos como hijos en
el Hijo (cf. CEC, 2782).
• El hombre en gracia participa de la vida
intratrinitaria del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo.
• El Paráclito nos identifica con Cristo y nos
hace clamar : ¡Abbá, Padre! (Ga 4, 6).
62. Inhabitación de la Trinidad en el alma en gracia
El hombre que vive en gracia es templo
vivo de la Trinidad Beatísima (cfr. Juan
14,23).
Desde el día de nuestro bautismo, si no
rechazamos a Dios por el pecado mortal,
está en nuestra alma Dios Padre, Dios
Hijo y Dios Espíritu Santo.
Tenemos a Dios dentro de nosotros para
santificarnos, para ayudarnos, para estar
con nosotros, porque nos ama.
63. TRINIDAD 63
DIOS ESTÁ CON NOSOTROS Bernardo
Cortina
SIEMPRE
• Por la gracia, la Trinidad habita en el alma
del justo. El Espíritu Santo va dando tono
sobrenatural, divinizando, toda la vida del
cristiano.
• La vida cristiana es trato y unión con la
Santísima Trinidad, que Dios hará
culminar en la gloria, donde
participaremos plenamente en su misma
vida de conocimiento y amor.
64. TRINIDAD 64
LA INHABITACIÓN ES OBRA DE Bernardo
Cortina
TODA LA TRINIDAD
Aunque nuestra adopción es obra
común de toda la Trinidad, se apropia
a las distintas personas.
Padre: autor
Espíritu Santo:
Hijo: quien imprime en
modelo nosotros la imagen
del modelo
65. TRINIDAD 65 Bernardo
La actitud del hombre ante Dios
Cortina
BÚSQUEDA ADORACIÓN HUMILDAD
conocerlo reconocer su grandeza, no
para manifestar nuestro pretender
amarlo consentimiento; la abarcarlo
adoración no rebaja,
eleva
66. TRINIDAD 66 Bernardo
La actitud del hombre ante Dios
Cortina
IMITAR A JESÚS TRATAR
ES EL MEJOR COMO
MODO HIJOS DE
DE SER DIOS A LOS
BUENOS HIJOS HIJOS DE
DE DIOS DIOS
67. TRINIDAD 67
La Trinidad del cielo Bernardo
Cortina
y la “trinidad” de la tierra
• Jesucristo, perfecto Dios y perfecto Hombre
es Camino, Verdad y Vida (Jn 14, 6). En cuanto
Hombre es Camino para ir a Dios; es Verdad
y Vida en cuanto Dios.
• También es Verdad y Vida por su
Encarnación, ya que nos ha revelado el
misterio insondable de la Trinidad y nos
otorga su gracia.
• A Él vamos por María y también por José:
de la trinidad de la tierra a la Trinidad del
Cielo.
68. En el cielo veremos a la Santísima Trinidad
El gran premio del cielo consiste en ver a Dios,
contemplar, alabar, amar y gozar por toda la
eternidad a la Trinidad Beatísima:
Toda la grandeza, toda la hermosura, toda
la bondad de Dios se vuelca sobre esta
pobre criatura que somos cada uno de
nosotros.
En el cielo el alma tendrá la posibilidad de ver
lo que Moisés quiso ver en la tierra: la
majestad de Dios.
69. TRINIDAD 69 Bernardo
Cortina
Hacia el cielo
Luchar para ganarse el premio
del cielo:
“Ni ojo vio, ni oído oyó (...)
Lo que Dios tiene preparado para los
que lo aman” (1Co 2, 9)
70. Hemos de alabar a la Santísima Trinidad
Dios nos ama de una manera
increíble. Hemos de
corresponder a tanto amor, y la
vida cristiana tiene que ser una
continua alabanza a la
Trinidad.
Profesamos la fe en la
Santísima Trinidad
cuando nos signamos y
persignamos, diciendo "en el
nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo";
al rezar el "Gloria al Padre y al
Hijo y al Espíritu Santo" ;
cuando rezamos el Gloria o el
Credo en la Santa Misa, y al
final de la Plegaria eucarística
71. Fe trinitaria de los primeros cristianos, 1
Didajé (antes del año 70): “Después de haber en-
señado todo lo que precede, bautizad en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo...”.
San Clemente romano, Carta a los Corintios
(antes del año 96): “Vive Dios y vive el Señor
Jesucristo y el Espíritu Santo, fe y esperanza de
los elegidos”.
Idem: “Los Apóstoles nos predicaron el Evangelio de parte del Señor
Idem
Jesucristo; Jesucristo fue enviado de parte de Dios (Padre) (...). Por
tanto, los Apóstoles (...), llenos de la certidumbre que les infundió
el Espíritu Santo, partieron para dar la alegre noticia de que el Reino
de Dios estaba para llegar”.
72. Fe trinitaria de los primeros cristianos, 2
San Ignacio de Antioquía (+ 107), Carta a los
Efesios: “Sois piedras del templo del Padre,
Efesios
elevadas a lo alto por la máquina de Jesucristo,
que es la cruz, y ayudados del Espíritu Santo
que es la cuerda”.
Martirio de San Policarpo (156): “Señor Dios omnipotente: Padre
(156)
de tu amado y bendecido Jesucristo (...). Yo te bendigo y te glori-
fico por medio del Sumo sacerdote eterno y celestial Jesucristo,
tu Hijo muy amado, por el cual sea dada la gloria a Ti junto a Él
y al Espíritu Santo”.
73. GNOSTICISMO
Los cristianos se encontraron en Oriente con numerosos mitos y
creencias fantásticas con orientación sincretista. La más poderosa
era el gnosticismo (de “gnosis”, conocimiento). En los siglos II y
III surgieron diversas teorías gnósticas, amalgamas de ideas persas,
babilónicas, egipcias y bíblicas con elementos de la filosofía platónica.
Características: 1) antropocentrismo (hombres “chispas” de la divi-
nidad arrojadas al mundo material, y por la gnosis podrán volver a su
estado inicial); 2) dualismo espíritu-materia, bien-mal, luz-tinieblas
(la materia procede de un demiurgo); 3) los astros influyen sobre el
mundo y condicionan la vida de los hombres; 4) revelación (descen-
so de un ser superior a la materia para que el hombre cobre autocon-
ciencia de sí mismo); 5) salvación (autoliberación de la prisión cor-
poral por la gnosis; sin sentido moral); 6) visión pesimista del mun-
do; 7) alma caída del cielo y aprisionada por un cuerpo material.
74. UT 43 de 92
FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 5
Padres apologistas: defienden la fe de la Iglesia, mostrando su
fundamento en la Revelación, su racionabilidad y su credibilidad.
Arístides (+140): Cristo “es confesado como Hijo
+140
del Dios Altísimo, descendido del cielo por medio
del Espíritu Santo”.
San Justino (+165): El Logos procede del Padre y
+165
el Espíritu Santo ilumina a los profetas.
Atenágoras (+177): defiende la fe en Dios Uno y Trino contra los
+177
que acusan a los cristianos de ateos.
San Ireneo de Lyon (130-200): distingue claramente entre el Padre,
130-200
el Hijo y el Espíritu Santo.
75. UT 44 de 92
FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 6
Escuela de Alejandría: destacan Clemente y Orígenes.
Clemente de Alejandría (+211/215) defiende la unicidad de Dios
+211/215
frente al politeísmo pagano.
Orígenes (185-255) considera la Trinidad en el marco de la econo-
185-255
mía de la salvación: el Padre es el creador, el Logos es el mediador,
el Espíritu Santo está presente dondequiera que hay santidad.
Orígenes subraya la divinidad del Espíritu
Santo. Así afirma: el Espíritu Santo “está eter-
namente con el Padre y el Hijo, y como el Pa-
dre y el Hijo existe siempre, existió y existirá”.
76. UT 45 de 92 FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 7
Tertuliano, bajo el vocablo “monarquianismo”, agrupa a los que,
al defender la unidad de Dios caen en el error de admitir en Dios
una sola persona, un solo monarca. El monarquianismo presenta
dos caminos: el adopcionista y el modalista.
Monarquianismo adopcionista
= Cristo sería un hombre que recibió la dignidad divina al descen-
der sobre él el Espíritu de Dios. Es hijo de Dios por adopción.
Teodoto de Bizancio (final del s. II): Cristo es un hombre que
II
recibió una “dynamis” o fuerza divina en su Bautismo.
Pablo de Samosata (obispo de Antioquía entre los años 260 y
280): El Hijo y el Espíritu Santo sólo serían fuerzas divinas
280
identificadas con la Persona del Padre.
77. UT 46 de 92
FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 8
Monarquianismo modalista
Defendido por Noeto (180), Práxeas (190) y Sabelio (+260).
180 190 +260
Padre, Hijo y Espíritu Santo serían unos modos de manifestarse
en la historia de la salvación el Dios unipersonal. Para Sabelio
Dios se manifiesta como Padre en la creación, como Hijo en la
redención y como Espíritu Santo en la santificación de los fieles.
Se les llama “patripasianos” porque algunos
afirman que Cristo era el mismo Padre que ha
nacido, padecido y sufrido en la Cruz.
El Papa Ceferino (198-217) rechazó el patripasia-
198-217
nismo, y el Papa San Dionisio (259-268) conde-
259-268
nó a Sabelio. Importancia de San Hipólito (+235).
+235
78. UT 47 de 92
FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 9
Subordinacionismo: subordina el Hijo al Padre hasta el punto
de negar la divinidad del Hijo.
Distinguir la subordinación real de la subordinación en los modos
de expresarse (como por ejemplo en Orígenes). La primera es la
herejía de Arrio (256-336).
256-336
Arrio niega la generación eterna en Dios, porque aplica el concepto
de generación material: si Dios engendrase, habría dos dioses. Su-
bordinacionismo radical: el Hijo es una criatura hecha en el tiempo.
Para él, el Verbo es un ser intermedio entre Dios y los hombres,
creado por Dios para que a su vez crease el mundo.
79. UT 48 de 92
FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 10
En el año 325 se reunió el Concilio de Nicea
en presencia del emperador Constantino con
más de 300 obispos.
Los Padres de Nicea incorporan a la expli-
cación de la fe un término que no es bíblico,
aunque sí la realidad que designa: “homou-
sios” (el Hijo es “consubstancial” al Padre).
Nicea, en un apéndice al símbolo, condena expresiones concretas
arrianas: “Los que dicen: ‘Hubo un tiempo en que no fue’ y ‘Antes
de ser engendrado, no era’ y que fue hecho de la nada, dicen que
el Hijo de Dios es de otra (...) sustancia o creado, o cambiable o
mudable, los anatematiza la Iglesia católica”.
80. UT 49 de 92
FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 11
No todos los obispos fueron fieles a Nicea y buscaron fórmulas
de compromiso entre Nicea y Arrio: los “semiarrianos” que afir-
maban que el Verbo era “semejante”, de “sustancia semejante” y
no “homousios” al Padre.
Dios es espíritu y la generación divina es de naturaleza espiritual. No
se puede aplicar a Dios la generación material como lo hace Arrio.
Contra el arrianismo: San Atanasio de Alejandría
(+373) y los Padres capadocios: San Basilio (+379),
+373 +379
San Gregorio de Nacianzo (+390) y San Gregorio
+390
de Nisa (+396), quienes perfilan los conceptos de
+396
sustancia y persona (“ousía” e “hipóstasis”).
81. UT 50 de 92
FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 12
Un grupo enemigo de Arrio, dirigido por Macedonio (+362),
+362
obispo de Constantinopla, niega la divinidad del Espíritu Santo
por no ser engendrado como el Hijo. Llamados “pneumatómacos”.
San Basilio es el primero que escribe un tratado
“Sobre el Espíritu Santo” en el año 375. Argu-
375
menta por ejemplo que si el Espíritu Santo no
fuese Dios, no podría hacernos partícipes de la
vida divina.
Constantinopla I (381) define la divinidad del Espíritu Santo y
381
completa el símbolo de Nicea: “Y (creemos) en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida, que procede del Padre, que con el Padre y
el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los
profetas”.
82. UT 84 de 92 ECONOMÍA DIVINA - TRINIDAD INMANENTE, 5
Inhabitación: hecho testimoniado con frecuencia en el NT:
Ejemplo en los Evangelios: Jn 14, 23:
23
“Si alguno me ama, guardará mi pala-
bra, y mi Padre le amará, y vendremos
a él y haremos morada en él”.
Ejemplo en San Pablo: 1 Cor 6, 19:
19
“¿No sabéis que vuestro cuerpo es
templo del Espíritu Santo, que está
en vosotros y que habéis recibido
de Dios, y que no os pertenecéis?”.
83. UT 85 de 92 ECONOMÍA DIVINA - TRINIDAD INMANENTE, 6
Inhabitación: enseñanza de los Padres (ejemplos):
San Basilio: obra “El Espíritu Santo”. Son numero-
sos los pasajes en los que dice que el bautismo dei-
fica por la acción del Espíritu Santo.
San Agustín, De Trinitate, 15, 18, 32: por el Espí-
32
ritu Santo “se difunde en nuestros corazones la ca-
ridad de Dios, por la cual nos inhabita toda la Tri-
nidad”.
San Cirilo de Jerusalén, Catequesis, 22, 3: “Cuando participamos
3
de la Eucaristía, experimentamos la espiritualización deificante del
Espíritu Santo, que no sólo nos configura con Cristo, como sucede
en el bautismo, sino que nos cristifica por entero, asociándonos a
la plenitud de Cristo Jesús”.
84. UT 86 de 92 ECONOMÍA DIVINA - TRINIDAD INMANENTE, 7
Inhabitación: en el Magisterio:
León XIII, Enc. Divinum illud munus (1897); Pío XII, Enc.
(1897)
Mystici corporis (1943).
(1943)
Juan Pablo II, Enc. Dominum et vivificantem (1986), 58: “Dios
58
uno y trino se abre al hombre, al espíritu humano. El soplo escon-
dido del espíritu divino hace que el espíritu humano se abra, a su
vez, ante la apertura salvífica y santificante de Dios”.
Idem: “Por el don de la gracia, que proviene del
Idem
Espíritu, el hombre entra en una vida nueva, es
introducido en la realidad sobrenatural de la misma
vida divina y se hace morada del Espíritu Santo,
templo viviente de Dios (...). El hombre vive en
Dios y de Dios”.
85. UT 91 de 92 ECONOMÍA DIVINA - TRINIDAD INMANENTE, 12
Juan Pablo II, Novo Millennio Ineunte 38: “Cierta-
38
mente, Dios nos pide una colaboración real a su gra-
cia y, por tanto, nos invita a utilizar todos los recur-
sos de nuestra inteligencia y capacidad operativa en
nuestro servicio a la causa del Reino. Pero no se ha
de olvidar que, sin Cristo, ‘no podemos hacer nada’
(cfr. Jn 15, 5)”.
5
El Espíritu Santo, Dador de vida, impulsa a comunicar a los demás
la vida divina, para que sean más libres y felices, para hacer de la
tierra un espacio de comunión fraterna, un cielo. El apostolado con-
siste en ser testigos del Amor.
Notes de l'éditeur
El secreto divino más importante de la fe que Jesucristo nos reveló, es el misterio de la Santísima Trinidad. Jesús habló de su Padre, que es Dios; del Espíritu Santo, que también es Dios; y afirmó que El y el Padre son una misma cosa (Juan 10,30), porque es el Hijo de Dios. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un único Dios -no tres dioses- porque tienen la misma naturaleza divina, aunque son tres Personas realmente distintas. Que Dios es uno en esencia y trino en personas es la revelación de su vida íntima, el más grande y profundo de todos los misterios; a la vez es el misterio fundamental de nuestra fe y nuestra vida cristiana. Hemos de procurar conocerlo y ¡vivirlo! El Credo o Símbolo es la explicación del misterio trinitario: lo que es Dios y lo que ha hecho por sus criaturas al crearlas, al redimirlas y al santificarlas.
Los misterios nunca podremos comprenderlos porque nosotros somos limitados y nos superan; sin embargo hemos de intentar conocerlos cada vez mejor, para que nuestra fe sea firme y operativa. El misterio de la Santísima Trinidad consiste en que en Dios hay una sola esencia y tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, cada una de las cuales es Dios, sin ser tres dioses sino un solo y único Dios. Podemos comparar este misterio con el sol: el sol está en el cielo y produce luz y calor; la luz y el calor no son distintos del sol. Pues algo parecido es la Trinidad: el Hijo y el Espíritu Santo son iguales en naturaleza al Padre, pero son un solo Dios. El Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo es Dios. Tres Personas y un solo Dios.
Todas las cosas creadas las ha hecho Dios, Uno y Trino. Dios creó el mundo, aunque la creación se atribuya al Padre; Dios realizó la Redención, aunque sólo la segunda Persona - el Hijo- se hizo hombre y murió en la cruz; Dios nos santifica, aunque la santificación la atribuimos al Espíritu Santo. De ahí que, cuando agradecemos a Dios todo lo que ha hecho con nosotros, tenemos que dar gracias a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo.
Aunque no es fácil de explicar, es una verdad que nos llena de alegría saber que el hombre que vive en gracia es templo vivo de la Trinidad Beatísima (cfr. Juan 14,23). Desde el día de nuestro bautismo, si no rechazamos a Dios por el pecado mortal, está en nuestra alma Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Tenemos a Dios dentro de nosotros para santificarnos, para ayudarnos, para estar con nosotros, porque nos ama. Podemos hablar con la Trinidad Beatísima, sabiendo que nos escucha y atiende nuestras súplicas. Esto lo sabemos por la fe y, aunque no lo veamos ni lo sintamos, es verdad. Cuando estamos en gracia ¡somos templo de Dios!
Aquí en la tierra sabemos que Dios está en nuestra alma en gracia, y que la vida cristiana es una lucha para evitar el pecado. Si somos fieles y nos esforzamos por amar a Dios cada vez más, nos concederá lo más grande que podemos alcanzar: verle cara a cara, tal como es. El gran premio del cielo consiste en ver a Dios, contemplar, alabar, amar y gozar por toda la eternidad a la Trinidad Beatísima. Toda la grandeza, toda la hermosura, toda la bondad de Dios se vuelca sobre esta pobre criatura que somos cada uno de nosotros. En el monte Sinaí Moisés pidió ver el rostro de Dios, y el Señor le respondió que ningún hombre puede verle sin morir. No obstante, en el cielo el alma tendrá la posibilidad de ver lo que Moisés quiso ver en la tierra: la majestad de Dios.
Por la fe nos damos cuenta de que ser cristianos es algo maravilloso. Dios nos ama de una manera increíble: nos ha creado por amor, nos ha redimido de nuestros pecados muriendo por nosotros, vive en nuestra alma en gracia, y nos tiene preparado -si somos fieles- un cielo eterno. Nos ha dejado la Iglesia y los sacramentos para que podamos fácilmente saber lo que hemos de hacer y vivir siempre como buenos cristianos, siendo cada día más santos. Hemos de corresponder a tanto amor, y la vida cristiana tiene que ser una continua alabanza a la Trinidad. Profesamos la fe en la Santísima Trinidad cuando nos signamos y persignamos, diciendo "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo"; al rezar el "Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo" ; cuando rezamos el Gloria o el Credo en la Santa Misa, y al final de la Plegaria eucarística. Hemos de procurar rezar estas oraciones y alabanzas a la Trinidad con fe viva y consciente, de modo que toda nuestra vida sea una continua alabanza a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.