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16.
  ¿Cómo
 es Dios?


LA TRINIDAD
Introducción
    El secreto divino más importante
     de la fe que Jesucristo nos reveló:
     misterio de la Santísima Trinidad.
    Dios es uno en esencia y trino en
     personas: es la revelación de su
     vida íntima.
    Hemos de procurar conocerlo y
     ¡vivirlo!
    El Credo o Símbolo es la
     explicación del misterio trinitario.
ÍNDICE
   1. Misterio
   2. La Trinidad en la Biblia
   3. Personas divinas
   4. Procesiones
   5. Relaciones
   6. Misiones
   7. Inhabitación
1. MISTERIO
                 44. ¿Cuál es el misterio central de
                  la fe y de la vida cristiana?
                 El misterio central de la fe y de la vida
                  cristiana es el misterio de la
                  Santísima Trinidad. Los cristianos son
                  bautizados en el nombre del Padre y
                  del Hijo y del Espíritu Santo.
En la clave de las
catedrales grababan
        esto
TRINIDAD 6                                                 Bernardo


La revelación del misterio de la Trinidad de
                                                            Cortina




      Personas en la Unidad de Dios


             • La intimidad divina sólo se conoce
             • La intimidad divina sólo se conoce
               por revelación: no se puede conocer
               por revelación: no se puede conocer
               con la sola razón.
               con la sola razón.
             • Es algo que resulta imposible de
             • Es algo que resulta imposible de
               entender (cf. CEC, 237),, por la limitación de
               entender (cf. CEC, 237) por la limitación de
               nuestra inteligencia: un misterio, el
               nuestra inteligencia: un misterio, el
               más elevado de todos (cf. CEC, 234)..
               más elevado de todos (cf. CEC, 234)
FORMULACIÓN DOGMÁTICA

 La participación de la
 vida de la Santísima                               Creados, eleva-
 Trinidad es el fin y la                            dos y redimidos
 substancia de nuestra                              para gozar de la
 vida en Cristo.                                    Trinidad.

La teología ha hechos grandes esfuerzos para entender racionalmente
y expresar en lenguaje humano el misterio de la Trinidad.

   Ante los errores enunciados por algunos, el Magisterio, asistido
   por el Espíritu Santo, formuló progresivamente la doctrina de fe.

   Se trata de explicar racionalmente la verdad revelada de que hay
   tres Personas distintas en una sola naturaleza divina.
TRINIDAD 8                                             Bernardo


La revelación del misterio de la Trinidad de
                                                        Cortina




      Personas en la Unidad de Dios

              • El misterio de la Santísima Trinidad
                  nos ha sido revelado al llegar la
                    plenitud de los tiempos con

              La Encarnación         El envío del
             del Hijo de Dios       Espíritu Santo
                En el Antiguo Testamento sólo hay
             algunas alusiones, que se descubren a la
                    luz del Nuevo Testamento.
  Es el misterio de la vida
        íntima de Dios, a la que
         hemos sido llamados a
   participar por la gracia (1Jn 1,2-
                                  3).
 La intimidad de su Ser como
  Trinidad Santa constituye un
   misterio inaccesible a la sola
       razón e incluso a la fe de
               Israel antes de la
       Encarnación del Hijo de
    Dios y el envío del Espíritu
                  Santo (CEC, 237).
   Una vez revelado por Dios,
    podemos profundizar, pero
         no entenderlo del todo.
La Trinidad, misterio de un solo Dios y tres Personas realmente distintas


                                                Los misterios no se
                                                 comprenden, pero al
                                                 conocerlos la fe se vuelve firme
                                                 y operativa.
                                                Misterio de la Santísima
                                                 Trinidad :
                                                     en Dios hay una sola esencia y
                                                      tres personas distintas: Padre,
                                                      Hijo y Espíritu Santo, cada una
                                                      de las cuales es Dios, sin ser
                                                      tres dioses sino un solo y único
                                                      Dios.
                                                La Trinidad es algo parecido al
                                                 sol:
                                                     el sol está en el cielo y produce
                                                      luz y calor; la luz y el calor no
                                                      son distintos del sol.
CAPÍTULO I: CREO EN DIOS PADRE
36.¿Se puede deducir por lógica que Dios es trino?
No. La Trinidad (TRINIDAD) de Dios es un
   misterio. Sólo por Jesucristo sabemos que
   Dios es Trinidad. [237]
Los hombres no pueden deducir por medio de su
   propia razón el misterio de la Trinidad. Pero
   pueden reconocer la razonabilidad de este
   misterio, cuando aceptan la REVELACIÓN de
   Dios en Jesucristo. Si Dios estuviera solo y fuera
   solitario, no podría amar desde toda la eternidad.
   Iluminados por Jesucristo, podemos encontrar ya
   en el ANTIGUO TESTAMENTO (por ejemplo,
   Gén 1,2; 18,2; 2 Sam 23,2) e incluso en toda la
   creación huellas de la Trinidad.                                        11


                        I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
CAPÍTULO I: CREO EN DIOS PADRE
  ¿Por qué es Dios «Padre»?
37.
Veneramos a Dios como padre por el hecho de que
  es el Creador y cuida con amor de sus criaturas.
  Jesús, el Hijo de Dios, nos ha enseñado además
  a considerar a su Padre como nuestro Padre y a
  dirigirnos a él como «Padre nuestro». [238-240]
Muchas  RELIGIONES anteriores al cristianismo
  conocen ya el trato a Dios como «Padre». Ya antes de
  Jesús se hablaba en Israel de Dios como el Padre
  (Dt 32,6; Mal 2,10) y se sabía que es también como
  una madre (Is 66,13). El padre y la madre son en la
  experiencia humana la representación del origen y la
  autoridad, de aquello que protege y sostiene. Jesús
  nos muestra de qué modo es Dios realmente Padre:
  «Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Jn 14,9).
  En la parábola del hijo pródigo, Jesús responde al
  deseo más hondo que el ser humano tiene de un Padre
  misericordioso. 511-527
                                                                            12


                         I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
CAPÍTULO I: CREO EN DIOS PADRE
39.¿Es Jesús Dios? ¿Forma parte de la Trinidad?
Jesús de Nazaret es el Hijo, la segunda persona
   divina, a quien aludimos cuando rezamos:
   «En el nombre del Padre y del Hijo y del
   Espíritu Santo» (Mt 28,19). [243-260]
O bien Jesús era un impostor al hacerse señor del
   SÁBADO Y dejar que se dirigieran a él con el
   título de «Señor», o era realmente Dios. Llegó a
   provocar escándalo al perdonar los pecados. Esto,
   a los ojos de sus contemporáneos, era un crimen
   digno de muerte. Mediante los signos y los
   milagros, pero especialmente través de la
   Resurrección, los discípulos se dieron, cuenta, de
   quién era Jesús y lo adoraron como el Señor.
   Ésta es la fe de la  IGLESIA.                                          13


                        I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
La Trinidad es una. No
confesamos tres dioses sino
un solo Dios en tres personas
(CEC, 253).
• Las personas divinas son realmente
  distintas entre sí. "Dios es único
  pero no solitario" (Fides Damasi: DS 71).
  "Padre", "Hijo", "Espíritu Santo" no
  son simplemente nombres que
  designan modalidades del ser
  divino, pues son realmente distintos
  entre sí (...) por sus relaciones de
  origen: "El Padre es quien engendra,
  el Hijo quien es engendrado, y el
  Espíritu Santo es quien procede" (Cc.
  Letrán IV, año 1215: DS 804) (CEC, 254).
2.La
Trinidad
en la
Biblia
Vestigios o leves huellas de la Trinidad en el AT
          (se interpretan a la luz del NT)

                     Génesis: Dios habla en plural (1, 26: “Hagamos
                                                       26
                     al hombre a imagen y semejanza nuestra”; 3, 22:
                                                                 22
                     “He aquí que Adán es como uno de nosotros”;
                     11, 7: “Venid, descendamos y confundamos sus
                         7
                     lenguas”); tres hombres aparecen a Abraham
                     (18, 1-15).
                          1-15

                   Profecías mesiánicas: Sal 2, 7 (Heb 1, 5 lo aplica
                   a Jesús) y Sal 109 (Jesús lo recoge en Mt 22, 44).
                                                                 44

Sabiduría engendrada: por ejemplo Prov 8, 22-31: “El Señor me
                                                 22-31
poseyó en el inicio de sus caminos... Desde la eternidad fui modela-
da desde el principio, antes que la tierra... Antes que los montes fui
engendrada...”. Ver también Sab 9, 1. 2. 17.17
JESÚS REVELA AL PADRE

Jesús llama a Dios Padre: “Para que seáis hijos de vuestro Padre que
está en los cielos” (Mt 5, 45); “Sed vosotros perfectos como vuestro
                           45
Padre celestial es perfecto” (Mt 5, 48); “Ora a tu Padre, que está en lo
                                    48
oculto; y tu Padre, que ve en lo oculto, te recompensará” (Mt 6, 6);
                                                                  6
etc..

 Jesús revela que Dios es su Padre: “Todo me lo
 ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo
 sino el Padre, ni nadie conoce al Padre sino el
 Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo”
 (Mt 11, 27).
          27

 Jesús se identifica con el Padre: “Pues como el
 Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado al Hijo
 tener vida en sí mismo” (Jn 5, 26); “Yo y el Pa-
                                26
 dre somos uno” (Jn 10, 30); etc..
                         30
TRINIDAD EN EL NT

                        Jesús llama a Dios “Abba”, “Padre mío”:
                        Getsemaní (Mc 14, 36); “Padre, ha llegado
                                              36
                        la hora. Glorifica a tu Hijo para que tu Hijo
                        te glorifique” (Jn 17, 1); “Venid, benditos
                                                1
                        de mi Padre” (Mt 25, 34); “Padre, en tus
                                                34
                        manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23, 46);46
                        “Yo os envío al que mi Padre ha prometido”
                        (Lc 24, 49); etc.. Jesús distingue: “Subo a
                                 49
                        mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y a
                        vuestro Dios” (Jn 20, 17).
                                                17

Los textos vistos ya en este capítulo, al revelar la paternidad de
Dios también están revelando la filiación divina de Jesús. Veamos
otras expresiones de Jesús y palabras de sus discípulos que confie-
san la divinidad de Jesús.
TRINIDAD EN EL NT


 En el Templo, a los 12 años, Jesús
 manifiesta su divinidad: “¿Por qué
 me buscabais? ¿No sabíais que es
 necesario que yo esté en las cosas
 de mi Padre?” (Lc 2, 49).
                      49

Jesús se llama “Hijo del Hombre”, título del Mesías en Dan 7, 13-
14 que tiene atributos divinos (“A él se le dio dominio, honor y
reino. Y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su
dominio es un dominio eterno que no pasará; y su reino no será
destruido”). Por ejemplo con Nicodemo (Jn 3, 1-21), Zaqueo
                                                 1-21
(Lc 19, 1-10), cuando anuncia su pasión, muerte y resurrección
        1-10
(Mc 8, 31-33), cuando cura un paralítico en Cafarnaún (Mc 2,
        31-33
1-12), ante el tribunal de Caifás (Mc 14, 53-64).
1-12                                       53-64
TRINIDAD EN EL NT

Jesús manifiesta su divina preexistencia o eternidad utilizando el
nombre “Yo soy” revelado a Moisés en el monte Horeb. Por
ejemplo: “Yo soy la luz del mundo” (Jn 8, 12); “Si no creéis que
                                            12
Yo soy, moriréis en vuestros pecados” (Jn 8, 24); “Cuando hayáis
                                               24
levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que Yo soy”
(Jn 8, 28); “Antes de que Abraham naciese, Yo soy” (Jn 8, 58);
       28                                                    58
“Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que cuando
ocurra creáis que Yo soy” (Jn 15, 19).
                                   19

                       Sus oyentes entendieron que afirmaba de sí
                       mismo que era Dios (ej.: Jn 5, 18).
                                                      18


                       El Padre confirma la divinidad de Jesús en
                       su Bautismo y en su Transfiguración.
TRINIDAD EN EL NT

Los discípulos proclaman la divinidad de Je-
sús. Por ejemplo cuando camina sobre las a-
guas dicen: “Realmente eres Hijo de Dios”
(Mt 14, 33); o la confesión de San Pedro: “Tú
         33
eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16,
16); o la de Santo Tomás: “¡Señor mío y Dios
16
mío!” (Jn 20, 28).
                28

La filiación divina de Jesús está al comienzo y en el centro de la
predicación apostólica postpascual: proclaman a Jesús como Hijo
de Dios. Ejemplos: “El Verbo era Dios” (Jn 1, 1); San Juan precisa
                                                 1
que escribió su Evangelio “para que creáis que Jesús es el Cristo,
el Hijo de Dios” (Jn 20, 31); Cristo es “Dios bendito por los siglos”
                         31
(Rom 3, 5); “En Él habita toda la plenitud de la divinidad corporal-
          5
mente” (Col 2, 9).
                9
TRINIDAD EN EL NT

                 Ya en Gn 1, 2 aparece la palabra “espíritu” (“el
                 Espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las
                 aguas”). En el NT aparecen varios nombres concre-
                 tos. Ejemplos: “el Espíritu del Padre” (Mt 10, 20;
                                                                  20
                 1 Cor 2, 11; Jn 15, 26); “el Espíritu del Hijo” (Gal
                            11         26
                 4, 6); “el Espíritu de Jesús” (Hch 16, 7). Indican
                    6                                   7
                 que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo.

Numerosos textos indicando que el Espíritu Santo es Persona divina.
Especialmente durante la Ultima Cena. Ejemplos: “Yo rogaré al Pa-
dre y os dará otro Paráclito... El Espíritu de la Verdad” (Jn 14, 16);
                                                                  16
“El Paráclito, el Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nombre,
El os lo enseñará todo” (Jn 14, 26); “Cuando venga el Paráclito que
                                  26
yo os enviaré de parte del Padre, el Espíritu de la Verdad que procede
del Padre, El dará testimonio de mí” (Jn 15, 26).
                                                26
TRINIDAD EN EL NT

   Numerosos textos se refieren a la acción del Espíritu Santo con
   respecto a Jesucristo. Ejemplos: Lc 1, 35 (Anunciación); Mt 1,
   18 (María “había concebido en su seno por obra del Espíritu
   Santo”); Lc 3, 21-22 (Bautismo de Jesús); Lc 4, 14 (Jesús se
   mueve “por impulso del Espíritu Santo”); Lc 4, 1 (estaba “lleno
   del Espíritu Santo”); Lc 4, 18-30 (en Nazaret se aplica el texto
   de Is 61, 1-2: “El Espíritu del Señor está sobre mí”); etc..
             1-2

El Espíritu Santo santifica a los hombres: se comprueba
en los Hechos de los Apóstoles: Pentecostés (Hch 2, 4),
                                                      4
San Pedro en Hch 2, 38 (“recibiréis el don del Espíritu
Santo”), etc.. También en San Pablo: 1 Cor 3, 16 (“¿No
sabéis que el Espíritu de Dios habita en vosotros?”); 2
Tes 2, 13 (“os eligió Dios como primicias para la salva-
ción mediante la acción santificadora del Espíritu Santo”).
Fórmulas trinitarias del NT


     Lc 1, 30-35: Anunciación.
             30-35
     Mt 3, 13; Mc 1, 10; Lc 3, 22: Bautismo
             13          10         22
     del Señor.
     Mt 17, 1-13; Mc 9, 1-12; Lc 9, 28-39:
               1-13          1-12        28-39
     Transfiguración.
     Jn 14, 16.26: Promesa del Paráclito (“Yo
              16.26
     pediré al Padre y os enviará otro Paráclito
     (...). El Paráclito, el Espíritu Santo, que el
     Padre enviará en mi nombre, os lo ense-
     ñará todo”).
     Mt 28, 19: Fórmula bautismal (“Id y en-
               19
     señad a todas las gentes, bautizándolas en
     el nombre del Padre y del Hijo y del Espí-
     ritu Santo”).
Revelación de la Santísima Trinidad en los escritos apostólicos


2 Cor 13, 13: “La gracia del Señor Jesucristo y el amor de Dios y la
             13
comunicación del Espíritu Santo estén con todos vosotros”.
Ef 1, 3-13: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
      3-13
que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los
cielos (...). Por Él también vosotros (...) fuisteis sellados con el Espí-
ritu Santo prometido”.
Gal 4, 6: “Y puesto que sois hijos, Dios envió a nuestros corazones
        6
el Espíritu de su Hijo, que clama: ‘¡Abba, Padre!’”.
2 P 1, 1-2: “Elegidos según la presciencia de Dios Padre, mediante
       1-2
la santificación del Espíritu, para obedecer a Jesucristo”.
TRINIDAD 26                                      Bernardo
                                                  Cortina


                      3. Personas en Dios

                         EL PADRE ES DIOS,, EL HIJO
                         EL PADRE ES DIOS EL HIJO
                       ES DIOS,, EL ESPÍRITU SANTO
                       ES DIOS EL ESPÍRITU SANTO
                                            ES DIOS
                                            ES DIOS
                         NO SON “PARTE” DE DIOS
                          NO SON “PARTE” DE DIOS
                  P                 NI TRES DIOSES
                                     NI TRES DIOSES
                              UN ÚNICO Y MISMO
                              UN ÚNICO Y MISMO
              H       ES      DIOS QUE SUBSISTE
                              DIOS QUE SUBSISTE
                              EN TRES PERSONAS
                              EN TRES PERSONAS
 Máximo misterio              REALMENTE
                              REALMENTE
  sobrenatural                DISTINTAS
                              DISTINTAS
¿QUÉ ES SER PERSONA?

En el NT no se encuentra el término “persona” para hablar de la
Trinidad; pero a falta de otro más adecuado, los teólogos y el
Magisterio de la Iglesia lo utilizan para designar al Padre, al Hijo
y al Espíritu Santo en su distinción real entre sí (cfr. CCE 252).
                                                              252

Para Boecio, la persona es una “sustancia individual de naturaleza
racional”. Se debe aplicar en Dios el nombre de persona depurán-
dolo de las imperfecciones que adquiere en las criaturas.


 En Dios la palabra persona designa no a la
 esencia divina, sino a las tres relaciones
 reales intratrinitarias subsistentes y opuestas
 entre sí que vimos en el capítulo anterior. La
 esencia divina es numéricamente una.
PODEMOS ENTENDER LA TRINIDAD POR ANALOGÍA

Analogía = relación de semejanza entre dos o más cosas; propiedad
del significado de los términos, que se opone tanto a la “univocidad”
(significado igual) como a la “equivocidad” (significados distintos).

      Se emplea en teología para profundizar en el conocimiento
      de Dios. Va de lo más conocido a lo menos conocido (ej.:
      conocer a Dios a través del conocimiento del hombre).

      De Dios sabemos más lo que no es que lo que es. Camino
      de la afirmación, de la negación y de la eminencia.

      De modo analógico, conocimiento y amor que se descubre en
      el hombre pueden ser realidades válidas para alcanzar cierta
      comprensión del ser íntimo de Dios. La procesión del Hijo
      como procesión por vía de entendimiento. La del Espíritu
      Santo por vía de voluntad.
EL PADRE

    El Padre es fuente y origen de toda la Trinidad: no proce-
    de de otra persona divina ni de la esencia divina, sino que
1   es principio sin principio. Comunica su propia esencia di-
    vina al Hijo y al Espíritu Santo de modo que constituyen
    con El desde toda la eternidad un único y mismo Dios.

    En sentido genérico, es Padre de todos los hombres; en
    un sentido más elevado, es Padre de los bautizados; en
2   sentido propio y exclusivo, es Padre del Hijo unigénito.
    Lo constitutivo de la Persona del Padre es la paternidad.

    El Padre nunca estuvo sin el Hijo, ni el Hijo sin el Padre,
3   porque se trata de una generación eterna.

    Es la única persona de la Trinidad que no procede de otra:
4   es “agénnetos”. Es su característica principal.
GENERACIÓN ETERNA DEL UNIGÉNITO


                En sentido propio la generación significa el origen
                de un ser vivo que proviene de otro ser vivo al que
                está unido según una razón de semejanza de natu-
                raleza. Se aplica en Dios analógicamente.

                En Dios la generación del Hijo es eterna (sin antes
                ni después), acto inmanente de conocimiento del
                Padre que engendra un concepto o Verbo, que no
                sólo es de la misma naturaleza que el Padre espe-
                cíficamente, sino numéricamente.

El Hijo es imagen perfecta del Padre (origen en El y no sólo “se-
mejanza” sino identidad de naturaleza). Es Unigénito.
ESPIRACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO

El Espíritu Santo procede del amor
mutuo del Padre y del Hijo.

Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios:
                                Dios
“Creemos en el Espíritu Santo, per-
sona increada, que procede del Padre
y del Hijo como Amor sempiterno de
ellos”.

Juan Pablo II (discurso de 20-11-1985) distingue dos tipos de
                             20-11-1985
amor: uno, “amor esencial”, es un atributo de la esencia divina
que corresponde por igual al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; el
otro, “amor personal”, es propio del Espíritu Santo y lo distingue
realmente de las otras dos personas divinas.
El Espíritu Santo como Don


En la vida íntima de Dios, el Espíritu Santo es amor y donación
mutua, es nexo entre el Padre y el Hijo. En la relación de Dios
con los hombres, es también la mayor donación, el mayor bien
que podemos recibir los hombres, porque es recibir el amor y
la vida de Dios.



La divinización del hombre, su elevación
sobrenatural como hijo de Dios en el sa-
cramento del bautismo, es obra del Espíritu
Santo: El nos introduce en el misterio de
Cristo y nos llama a la santidad del Padre.
EL FILIOQUE

CCE 247: “La afirmación del Filioque no figuraba en el símbolo
      247
confesado el año 381 en Constantinopla. Pero sobre la base de
una antigua tradición latina y alejandrina, el Papa san León la
había confesado dogmáticamente el año 447 antes incluso que
Roma conociese y recibiese el año 451, en el Concilio de Calce-
                                     451
donia, el símbolo del año 381. El uso de esta fórmula en el Credo
fue poco a poco admitido en la liturgia latina (entre los siglos VIII
y XI)”. => motivo de disensión con las Iglesias ortodoxas.

               867: Focio se opone al Filioque afirmando que el
               867
               Espíritu Santo procede únicamente del Padre.

               1054: Miguel Cerulario rompe con la Iglesia e
               1054
               inicia el Cisma de Oriente. Búsqueda de unión:
               IV Letrán (1215), II Lyon (1274), Florencia (1439).
                           1215            1274             1439
¿El filioque es una gran diferencia?

                    El Magisterio de la Iglesia no puede cambiar
                    el símbolo pero puede completarlo añadiendo
                    algunas frases o, incluso, alguna verdad de fe.

                    La adición del Filioque es legítima: Jn 15, 26
                    (“el Paráclito que os enviaré”); Jn 16, 14 (el
                    Espíritu Santo “recibirá de lo mío”); Rom 8, 9
                    (“Espíritu de Cristo”).


En cuanto a la Tradición, los griegos
prefieren la fórmula “per Filium”.
Ambas fórmulas expresan sustancial-
mente lo mismo.
PERIJÓRESIS

Florencia (1442): “Estas tres Personas son un solo Dios y no tres
           (1442)
dioses; porque las tres tienen una sola sustancia, una sola esencia,
una sola naturaleza, una sola divinidad, una sola inmensidad, una
sola eternidad, y todo es uno, donde no obsta la oposición de
relación”.
                       Idem: “Por razón de esta unidad, el Padre
                       Idem
                       está todo en el Hijo, todo en el Espíritu
                       Santo; el Hijo está todo en el Padre, todo
                       en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está
                       todo en el Padre, todo en el Hijo”.

                      Perichóresis: mutua inhabitación de las
                                 Personas divinas
                         = perichóresis (griegos), circumincessio
                                         (latinos)
TRINIDAD 36                                                Bernardo
                                                            Cortina


                 4. Procesiones en Dios

         Las personas divinas son relativas unas a otras
          (CEC, 255). La distinción real de las personas entre
           sí reside únicamente en las relaciones mutuas.

     PROCESIONES:
     PROCESIONES
     • El PADRE no proviene de ninguna
     Persona.
     • El HIJO es engendrado por el PADRE por
     vía de entendimiento (generación).
     • El ESPÍRITU SANTO procede del PADRE
¿PROCESIONES DIVINAS?

   Procesión = hecho por el que un ser tiene su origen en otro ser.
   En Dios no puede haber procesión como movimiento local, pero
   sí como origen según la cual un hijo procede de su padre o el río
   de la fuente.

  Procesiones inmanentes: el término que
  procede permanece en aquél del que pro-
  cede (ej.: verbo interior que procede de
  nuestra inteligencia). Procesiones tran-
  seúntes: lo que procede sale fuera de aquél
  de quien procede (ej.: palabras que mani-
  fiestan nuestros pensamientos).

En Dios, espiritual y simple, las operaciones son inmanentes, ad
intra: sin las limitaciones de los seres creados y sin originar otro Dios.
PROCESIONES DIVINAS

                 Es verdad de fe la existencia de procesiones
                 reales en Dios. Fundamentado en el Evange-
                 lio: en el Bautismo de Jesús, el Padre dice:
                 “Este es mi Hijo” (Mt 3, 17); Jesús dice que
                                           17
                 el Espíritu Santo “procede del Padre” (Jn
                 15, 26) y que “recibe de lo mío” (Jn 16, 16).
                      26                                   16

                   Conocemos la existencia de las procesiones
                   divinas por Revelación.

       Características de las procesiones divinas, 1

a   Son inmanentes y no se distinguen de Dios: son Dios mismo.
    Se mantiene la identidad numérica de la esencia divina.
Características de las procesiones divinas, 2


    Son reales: no son simples modos de expresar la Trinidad.
b   El origen de ellas (una Persona divina) es real y en la sim-
    plicidad espiritual de Dios no cabe algo ficticio o accidente.

    Son operaciones de Dios: toda procesión divina inmanente
c   presupone una acción u operación vital que permanece
    dentro de Dios. Son eternas y se identifican con la esencia
    divina.


                             En analogía con las acciones del
                       d     hombre, son operaciones de cono-
                             cimiento y de amor en Dios mismo.
Características de las procesiones divinas, 3


    Tienen su origen y su término en las personas, no en la
    esencia divina, que en cuanto tal no es sujeto de acción.
    Letrán IV (1215): la esencia divina “ni engendra, ni es en-
                (1215)
e   gendrada, ni procede; sino que el Padre es el que engendra;
    el Hijo el que es engendrado; y el Espíritu Santo, el que
    procede; de modo que las distinciones están en las personas
    y la unidad en la naturaleza”.

    En Dios hay sólo dos procesiones inmanentes: el Verbo
f   procede del Padre por vía de entendimiento y el Espíritu
    Santo procede del Padre y del Hijo por vía de amor.

g   El Hijo procede del Padre por generación eterna, el Espíritu
    Santo del Padre y del Hijo por espiración.
Sin pretender explicar, se puede
             exponer así:

El conocimiento que el Padre tiene de sí
mismo es tan perfecto, que es una
persona: el Hijo.
• El amor entre el Padre y el Hijo es tan
perfecto, que es una persona: el Espíritu
Santo.
5. Relaciones
    divinas
¿QUÉ ES UNA RELACIÓN?

 Se entiende por relación la referencia de una persona o de una
 cosa a otra persona u otra cosa. Toda relación está constituida
 por tres elementos: el sujeto, el término y el fundamento.

                 El sujeto es la persona o la cosa que se relaciona
                 con otro (término “a quo”). El término es la per-
                 sona o la cosa hacia la cual tiende el sujeto de la
                 relación (término “ad quem”). El fundamento es
                 el hecho en que se basa la relación de una persona
                 o cosa con otro. Ejemplos de fundamentos en re-
                 laciones interpersonales: amor conyugal, amistad,
                 generación, etc..

Una relación es real si los tres elementos son reales. Ejemplos de
relaciones no reales: entre conceptos, comparación del ente con la
nada, del presente con el futuro, etc..
LAS PERSONAS DIVINAS SE RELACIONAN Y ESA
                                RELACIÓN ES SU SER
 La analogía exige despojar a las relaciones divinas del carácter
 accidental de las relaciones que se dan entre los hombres. En
 Dios no hay “accidentes” en sentido metafísico; por ejemplo no
 hay un antes ni un después de ser Padre.




Así, al aplicar la analogía nos quedamos con lo que es una relación
en sí misma (una referencia) y negamos en Dios el aspecto acci-
dental de las relaciones humanas. Lo propio de la relación que con-
sideramos en Dios es pura alteridad, “esse ad”. Pero las relaciones
en Dios son subsistentes, no accidentes: existen en sí mismas y se
identifican con la substancia divina. Los hombres tienen relacio-
nes, en Dios la relación es Dios.
RELACIONES Y SUSTANCIA

   Quien engendra es el Padre, no la sustancia, y quien espira es el
   Padre y el Hijo, no la sustancia.

Letrán IV enseña que las tres Personas se identifican con la sustancia
divina y se distinguen exclusivamente por sus relaciones de origen.

 “Relación” y “sustancia” son dos conceptos distintos, que en Dios
 se identifican. Pero las relaciones en Dios se distinguen realmente
 entre sí.

Puesto que hay dos procesiones reales en Dios (engendrar y espirar),
hay cuatro relaciones reales: Paternidad, Filiación, Espiración ac-
tiva (sujeto: Padre e Hijo, y término: Espíritu Santo), y Espiración
pasiva (sujeto: Espíritu Santo, y término: Padre e Hijo).
UN DIOS 2 PROCESIONES, TRES PERSONAS 4 RELACIONES


Paternidad y Filiación se oponen según vimos: distinguen a
Padre e Hijo.
Espiración activa y pasiva se oponen según vimos:
distinguen a Padre-Hijo juntos y Espíritu Santo.


 La Espiración activa consiste en espirar: Padre e Hijo pueden
 espirar al Espíritu Santo sin contradicción con el hecho de ser
 Padre e Hijo: la Espiración activa no se opone ni a la Paternidad
 ni a la Filiación. Según el Concilio de Florencia, si no hay oposi-
                                         Florencia
 ción, Paternidad y Espiración activa no se distinguen en Dios,
 como tampoco Filiación y Espiración activa: el Padre engendra
 al Hijo y le ama espirando al Espíritu Santo, y el Hijo es engendra-
 do por el Padre y le ama espirando junto con Él al Espíritu Santo.
CUATRO RELACIONES PERO SÓLO TRES PERSONAS

La Espiración pasiva consiste en ser espirado. El Padre no puede
serlo puesto que es sin principio. El Hijo tampoco puede ser espi-
rado porque ya es engendrado. Solo el Espíritu Santo puede ser
espirado. Así Paternidad se opone a Espiración pasiva y Filiación
también se opone a Espiración pasiva, dos oposiciones que distin-
guen pues Padre y Espíritu Santo una e Hijo y Espíritu Santo otra.


                      Por lo tanto, de las cuatro relaciones
                      reales en Dios, sólo tres se oponen
                      entre sí: la Paternidad, la Filiación y
                      la Espiración pasiva coincidiendo con
                      el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
TRINIDAD 48                                                                           Bernardo
                                                                                       Cortina


              Un esquema nos puede ayudar
               Paternidad                                             Filiación

               Padre            vía de conocimiento                         Hijo




                                                                                  a
               Es
               Es




                                                              vía de amor



                                                                             s iv
                 pii
                  p




                                                                           pa
                    ra
                     ra




                                                                           a
                      Es
                      Es




                                                                       t iv
                       cii
                        có




                                                                        n
                         pii
                          pr



                           ón




                                                                   ci ó



                                                                   ac
                            n
                             rac
                              ac



                              pa
                               pa




                                                                 ra


                                                              ión
                                 iió




                                                              pi
                                   sii
                                   sv
                                   ón na




                                                          r ac
                                                           Es
                                       va
                                        a
                                         ac
                                          cti




                                                       pi
                                            tiv




                                            Espíritu
                                                    Es
                                              vaa




                                             Santo
¿ES IMPOSIBLE DE ENTENDER?


Las relaciones divinas son el modelo de
la vida y de las relaciones humanas.

A la luz de las relaciones divinas, la Trini-
dad se nos revela como la más perfecta rea-
lización de la ‘comunión entre distintos’
y, como tal, es luz que ilumina las relacio-
nes humanas interpersonales. Por eso, la
familia es imagen de la comunión trinitaria.




IMAGINAOS 2 NOVIOS QUE SE QUIEREN INFINITAMENTE
TRINIDAD 51
               Pero a la vez son tres personas          Bernardo
                                                         Cortina



                          “iguales”
              Una es la divinidad, y una la omnipotencia,
               eternidad, simplicidad, bondad, verdad,
                      inmutabilidad, infinitud...

                                          Sabemos
                  Ninguno es
                                           el qué,
                   superior o
                                           pero no
               inferior; ninguno
                                         entendemos
                   es creado.
                                           el cómo.
TRINIDAD 52                                    Bernardo


               Unidad de Dios
                                                Cortina




   Todo es uno donde no existe oposición de
   relación (Cc Florencia, año 1442: DS1330).
   •Toda la economía divina es la obra
   común de las tres personas divinas.
   Porque la Trinidad, del mismo modo que
   tiene una sola y misma naturaleza, así
   también tiene una sola y misma
   operación (CEC, 258). Toda acción ad extra es
   común a las tres personas.
TODAS ACTÚAN
        JUNTAS
Las personas divinas,
inseparables en su ser, son
también inseparables en su
obrar. Pero en la única
operación divina cada una
manifiesta lo que le es propio
en la Trinidad, sobre todo en
las misiones divinas de la
Encarnación del Hijo y del
don del Espíritu Santo
APROPIACIONES

Hay una diferencia entre lo que es propio y exclusivo de una Persona divina, y lo que
  es común a las tres pero se atribuye a una de ellas. Esto último se llama
  “apropiación”. El fundamento de una apropiación es la analogía.
Apropiaciones más frecuentes:
1) Al Padre, en cuanto origen y fuente de toda la Trinidad, se le
   atribuyen la eternidad, la unidad y la omnipotencia;
2) Al Hijo, en cuanto Verbo y Palabra de Dios, se le atribuyen la verdad,
   la sabiduría, la belleza y la igualdad;
3) Al Espíritu Santo, en cuanto vínculo amoroso del Padre y del
Hijo, se le atribuyen la bondad, la santidad y la felicidad terrena
y eterna.
                            Fuentes de las apropiaciones más frecuentes:
                            - Sagrada Escritura, - Símbolos de fe,
                            - Padres de la Iglesia, - Liturgia.
                            Las apropiaciones nos ayudan a entender
                            mejor la acción de las Personas divinas en
                            nuestra alma.
6. MISIONES DIVINAS

Una misión divina es el envío de una Per-
sona divina por Otra para hacerse presente
de modo nuevo entre los hombres.

Las misiones divinas pueden ser visibles
o invisibles. Revelan la irrupción de la
Trinidad en la historia, para hacernos
partícipes de la salvación realizada por
Cristo y elevarnos a la vida divina.

La Persona enviada procede de la Persona que envía. Así el Padre
no es enviado porque no procede de ninguna Persona: es principio
sin principio. Se da a nuestra alma pero no es enviado. Él envía al
Hijo y con el Hijo envía al Espíritu Santo.
¿Para qué las misiones?

Jesús ha revelado que las misiones del Hijo y del Espíritu Santo a
los hombres tienen como fin producir en nosotros una nueva comu-
nión entre Dios y nosotros y, en consecuencia, una nueva comu-
nión de los hombres entre sí.

Las misiones divinas originan una nueva relación personal entre
Dios y los hombres, que transforma al hombre, le capacita sobre-
naturalmente por la filiación divina, para entrar en comunión amo-
rosa con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Vaticano II (Ad gentes, 2): “La Iglesia pe-
                          2
regrina es, por su propia naturaleza, misio-
nera, puesto que tiene su origen en la mi-
sión del Hijo y la misión del Espíritu San-
to según el plan de Dios Padre”.
Misión visible del Verbo: Encarnación


Jn 3, 17: “Dios no envió a su Hijo al
      17
mundo para juzgar al mundo, sino
para que el mundo se salve por Él”;
Gal 4, 4: “Al llegar la plenitud de los
       4
tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido
de mujer”.


La misión visible del Hijo se realiza en la Encarnación. Como toda
operación “ad extra”, la Encarnación es obra de la Trinidad; pero
considerada como misión en sentido propio, la Encarnación proce-
de exclusivamente del Padre: sólo Él envía al Hijo. La misión com-
porta la manifestación de la Persona enviada: nos da un conoci-
miento de Ella misma y de la Persona de la cual procede.
MISIÓN DEL ESPÍRITU SANTO

                         Misiones visibles del Espíritu Santo:
                         paloma en el Bautismo de Jesús (Mt 3, 16);
                                                                 16
                         nube en la Transfiguración (Mt 17, 5);
                                                             5
                         soplo cuando Jesús resucitado dio a los
                         Apóstoles el poder de perdonar los pecados
                         (Jn 20, 22); lenguas de fuego el día de
                                 22
                         Pentecostés (Hch 2, 3-4).
                                             3-4

Misión invisible del Hijo: inhabita en el alma en gracia. También del
Espíritu Santo: “¿no sabéis (...) que el Espíritu de Dios habita en vo-
sotros?” (1 Cor 3, 16).
                   16

 ¿Qué es la inhabitación? ¿Habéis oído
 hablar alguna vez de ella?
8. INHABITACIÓN
ENTRAMOS EN LA CORRIENTE DE AMOR QUE ES DIOS

 El ser mismo de Dios es Amor (1Jn 4,
    8.16). Al enviar en la plenitud de los
    tiempos a su Hijo único y al Espíritu de
    Amor, Dios revela su secreto más
    íntimo (cf 1Co 2, 7-16; Ef 3, 9-12); Él
    mismo es una eterna comunicación de
    amor: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y
    nos ha destinado a participar en Él
    (CEC, 221).
La vida sobrenatural: participación de
TRINIDAD 61                                                     Bernardo
                                                                 Cortina



         la vida divina intratrinitaria

              • Dios nos ha hecho partícipes de la naturaleza
                divina (2P 1, 4): nos ha divinizado por la gracia
                 sobrenatural, adoptándonos como hijos en
                el Hijo (cf. CEC, 2782).
              • El hombre en gracia participa de la vida
                intratrinitaria del Padre, del Hijo y del
                Espíritu Santo.
              • El Paráclito nos identifica con Cristo y nos
                hace clamar : ¡Abbá, Padre! (Ga 4, 6).
Inhabitación de la Trinidad en el alma en gracia
                        El hombre que vive en gracia es templo
                         vivo de la Trinidad Beatísima (cfr. Juan
                         14,23).
                        Desde el día de nuestro bautismo, si no
                         rechazamos a Dios por el pecado mortal,
                         está en nuestra alma Dios Padre, Dios
                         Hijo y Dios Espíritu Santo.
                        Tenemos a Dios dentro de nosotros para
                         santificarnos, para ayudarnos, para estar
                         con nosotros, porque nos ama.
TRINIDAD 63
                 DIOS ESTÁ CON NOSOTROS                        Bernardo
                                                                Cortina



                         SIEMPRE

              • Por la gracia, la Trinidad habita en el alma
                del justo. El Espíritu Santo va dando tono
                sobrenatural, divinizando, toda la vida del
                cristiano.
              • La vida cristiana es trato y unión con la
                Santísima Trinidad, que Dios hará
                culminar en la gloria, donde
                participaremos plenamente en su misma
                vida de conocimiento y amor.
TRINIDAD 64
              LA INHABITACIÓN ES OBRA DE           Bernardo
                                                    Cortina



                   TODA LA TRINIDAD

               Aunque nuestra adopción es obra
              común de toda la Trinidad, se apropia
                    a las distintas personas.
              Padre: autor

                                   Espíritu Santo:
                   Hijo:           quien imprime en
                 modelo            nosotros la imagen
                                   del modelo
TRINIDAD 65                                            Bernardo


              La actitud del hombre ante Dios
                                                        Cortina




              BÚSQUEDA        ADORACIÓN       HUMILDAD


              conocerlo reconocer su grandeza,    no
                para      manifestar nuestro pretender
               amarlo     consentimiento; la   abarcarlo
                         adoración no rebaja,
                                eleva
TRINIDAD 66                                     Bernardo


              La actitud del hombre ante Dios
                                                 Cortina




               IMITAR A JESÚS      TRATAR
                 ES EL MEJOR        COMO
                    MODO           HIJOS DE
                   DE SER         DIOS A LOS
                BUENOS HIJOS       HIJOS DE
                   DE DIOS           DIOS
TRINIDAD 67
                      La Trinidad del cielo                  Bernardo
                                                              Cortina



                   y la “trinidad” de la tierra
              • Jesucristo, perfecto Dios y perfecto Hombre
                es Camino, Verdad y Vida (Jn 14, 6). En cuanto
                Hombre es Camino para ir a Dios; es Verdad
                y Vida en cuanto Dios.
              • También es Verdad y Vida por su
                Encarnación, ya que nos ha revelado el
                misterio insondable de la Trinidad y nos
                otorga su gracia.
              • A Él vamos por María y también por José:
                de la trinidad de la tierra a la Trinidad del
                Cielo.
En el cielo veremos a la Santísima Trinidad
   El gran premio del cielo consiste en ver a Dios,
    contemplar, alabar, amar y gozar por toda la
    eternidad a la Trinidad Beatísima:
       Toda la grandeza, toda la hermosura, toda
        la bondad de Dios se vuelca sobre esta
        pobre criatura que somos cada uno de
        nosotros.
   En el cielo el alma tendrá la posibilidad de ver
    lo que Moisés quiso ver en la tierra: la
    majestad de Dios.
TRINIDAD 69                                      Bernardo
                                                  Cortina



                        Hacia el cielo


               Luchar para ganarse el premio
                           del cielo:
                  “Ni ojo vio, ni oído oyó (...)
              Lo que Dios tiene preparado para los
                      que lo aman” (1Co 2, 9)
Hemos de alabar a la Santísima Trinidad
                           Dios nos ama de una manera
                            increíble. Hemos de
                            corresponder a tanto amor, y la
                            vida cristiana tiene que ser una
                            continua alabanza a la
                            Trinidad.
                           Profesamos la fe en la
                            Santísima Trinidad
                              cuando nos signamos y
                               persignamos, diciendo "en el
                               nombre del Padre y del Hijo y
                               del Espíritu Santo";
                              al rezar el "Gloria al Padre y al
                               Hijo y al Espíritu Santo" ;
                              cuando rezamos el Gloria o el
                               Credo en la Santa Misa, y al
                               final de la Plegaria eucarística
Fe trinitaria de los primeros cristianos, 1


Didajé (antes del año 70): “Después de haber en-
señado todo lo que precede, bautizad en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo...”.

San Clemente romano, Carta a los Corintios
(antes del año 96): “Vive Dios y vive el Señor
Jesucristo y el Espíritu Santo, fe y esperanza de
los elegidos”.

Idem: “Los Apóstoles nos predicaron el Evangelio de parte del Señor
Idem
Jesucristo; Jesucristo fue enviado de parte de Dios (Padre) (...). Por
tanto, los Apóstoles (...), llenos de la certidumbre que les infundió
el Espíritu Santo, partieron para dar la alegre noticia de que el Reino
de Dios estaba para llegar”.
Fe trinitaria de los primeros cristianos, 2




                  San Ignacio de Antioquía (+ 107), Carta a los
                  Efesios: “Sois piedras del templo del Padre,
                  Efesios
                  elevadas a lo alto por la máquina de Jesucristo,
                  que es la cruz, y ayudados del Espíritu Santo
                  que es la cuerda”.


Martirio de San Policarpo (156): “Señor Dios omnipotente: Padre
                           (156)
de tu amado y bendecido Jesucristo (...). Yo te bendigo y te glori-
fico por medio del Sumo sacerdote eterno y celestial Jesucristo,
tu Hijo muy amado, por el cual sea dada la gloria a Ti junto a Él
y al Espíritu Santo”.
GNOSTICISMO

Los cristianos se encontraron en Oriente con numerosos mitos y
creencias fantásticas con orientación sincretista. La más poderosa
era el gnosticismo (de “gnosis”, conocimiento). En los siglos II y
III surgieron diversas teorías gnósticas, amalgamas de ideas persas,
babilónicas, egipcias y bíblicas con elementos de la filosofía platónica.

Características: 1) antropocentrismo (hombres “chispas” de la divi-
nidad arrojadas al mundo material, y por la gnosis podrán volver a su
estado inicial); 2) dualismo espíritu-materia, bien-mal, luz-tinieblas
(la materia procede de un demiurgo); 3) los astros influyen sobre el
mundo y condicionan la vida de los hombres; 4) revelación (descen-
so de un ser superior a la materia para que el hombre cobre autocon-
ciencia de sí mismo); 5) salvación (autoliberación de la prisión cor-
poral por la gnosis; sin sentido moral); 6) visión pesimista del mun-
do; 7) alma caída del cielo y aprisionada por un cuerpo material.
UT 43 de 92
                                      FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 5

      Padres apologistas: defienden la fe de la Iglesia, mostrando su
      fundamento en la Revelación, su racionabilidad y su credibilidad.

       Arístides (+140): Cristo “es confesado como Hijo
                   +140
       del Dios Altísimo, descendido del cielo por medio
       del Espíritu Santo”.

       San Justino (+165): El Logos procede del Padre y
                     +165
       el Espíritu Santo ilumina a los profetas.

      Atenágoras (+177): defiende la fe en Dios Uno y Trino contra los
                    +177
      que acusan a los cristianos de ateos.

    San Ireneo de Lyon (130-200): distingue claramente entre el Padre,
                            130-200
    el Hijo y el Espíritu Santo.
UT 44 de 92
                                        FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 6

              Escuela de Alejandría: destacan Clemente y Orígenes.

      Clemente de Alejandría (+211/215) defiende la unicidad de Dios
                                 +211/215
      frente al politeísmo pagano.

     Orígenes (185-255) considera la Trinidad en el marco de la econo-
                 185-255
     mía de la salvación: el Padre es el creador, el Logos es el mediador,
     el Espíritu Santo está presente dondequiera que hay santidad.


                           Orígenes subraya la divinidad del Espíritu
                           Santo. Así afirma: el Espíritu Santo “está eter-
                           namente con el Padre y el Hijo, y como el Pa-
                           dre y el Hijo existe siempre, existió y existirá”.
UT 45 de 92                          FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 7


     Tertuliano, bajo el vocablo “monarquianismo”, agrupa a los que,
     al defender la unidad de Dios caen en el error de admitir en Dios
     una sola persona, un solo monarca. El monarquianismo presenta
     dos caminos: el adopcionista y el modalista.
                      Monarquianismo adopcionista
     = Cristo sería un hombre que recibió la dignidad divina al descen-
     der sobre él el Espíritu de Dios. Es hijo de Dios por adopción.

        Teodoto de Bizancio (final del s. II): Cristo es un hombre que
                                           II
        recibió una “dynamis” o fuerza divina en su Bautismo.
        Pablo de Samosata (obispo de Antioquía entre los años 260 y
        280): El Hijo y el Espíritu Santo sólo serían fuerzas divinas
        280
        identificadas con la Persona del Padre.
UT 46 de 92
                                      FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 8
                        Monarquianismo modalista
         Defendido por Noeto (180), Práxeas (190) y Sabelio (+260).
                              180            190             +260

      Padre, Hijo y Espíritu Santo serían unos modos de manifestarse
      en la historia de la salvación el Dios unipersonal. Para Sabelio
      Dios se manifiesta como Padre en la creación, como Hijo en la
      redención y como Espíritu Santo en la santificación de los fieles.

     Se les llama “patripasianos” porque algunos
     afirman que Cristo era el mismo Padre que ha
     nacido, padecido y sufrido en la Cruz.

     El Papa Ceferino (198-217) rechazó el patripasia-
                        198-217
     nismo, y el Papa San Dionisio (259-268) conde-
                                    259-268
     nó a Sabelio. Importancia de San Hipólito (+235).
                                                +235
UT 47 de 92
                                      FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 9

        Subordinacionismo: subordina el Hijo al Padre hasta el punto
        de negar la divinidad del Hijo.

       Distinguir la subordinación real de la subordinación en los modos
       de expresarse (como por ejemplo en Orígenes). La primera es la
       herejía de Arrio (256-336).
                         256-336



    Arrio niega la generación eterna en Dios, porque aplica el concepto
    de generación material: si Dios engendrase, habría dos dioses. Su-
    bordinacionismo radical: el Hijo es una criatura hecha en el tiempo.

       Para él, el Verbo es un ser intermedio entre Dios y los hombres,
       creado por Dios para que a su vez crease el mundo.
UT 48 de 92
                                   FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 10

                           En el año 325 se reunió el Concilio de Nicea
                           en presencia del emperador Constantino con
                           más de 300 obispos.

                           Los Padres de Nicea incorporan a la expli-
                           cación de la fe un término que no es bíblico,
                           aunque sí la realidad que designa: “homou-
                           sios” (el Hijo es “consubstancial” al Padre).

     Nicea, en un apéndice al símbolo, condena expresiones concretas
     arrianas: “Los que dicen: ‘Hubo un tiempo en que no fue’ y ‘Antes
     de ser engendrado, no era’ y que fue hecho de la nada, dicen que
     el Hijo de Dios es de otra (...) sustancia o creado, o cambiable o
     mudable, los anatematiza la Iglesia católica”.
UT 49 de 92
                                    FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 11

       No todos los obispos fueron fieles a Nicea y buscaron fórmulas
       de compromiso entre Nicea y Arrio: los “semiarrianos” que afir-
       maban que el Verbo era “semejante”, de “sustancia semejante” y
       no “homousios” al Padre.

    Dios es espíritu y la generación divina es de naturaleza espiritual. No
    se puede aplicar a Dios la generación material como lo hace Arrio.


                     Contra el arrianismo: San Atanasio de Alejandría
                     (+373) y los Padres capadocios: San Basilio (+379),
                      +373                                         +379
                     San Gregorio de Nacianzo (+390) y San Gregorio
                                                  +390
                     de Nisa (+396), quienes perfilan los conceptos de
                              +396
                     sustancia y persona (“ousía” e “hipóstasis”).
UT 50 de 92
                                    FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 12

     Un grupo enemigo de Arrio, dirigido por Macedonio (+362),
                                                           +362
     obispo de Constantinopla, niega la divinidad del Espíritu Santo
     por no ser engendrado como el Hijo. Llamados “pneumatómacos”.

     San Basilio es el primero que escribe un tratado
     “Sobre el Espíritu Santo” en el año 375. Argu-
                                         375
     menta por ejemplo que si el Espíritu Santo no
     fuese Dios, no podría hacernos partícipes de la
     vida divina.

     Constantinopla I (381) define la divinidad del Espíritu Santo y
                         381
     completa el símbolo de Nicea: “Y (creemos) en el Espíritu Santo,
     Señor y dador de vida, que procede del Padre, que con el Padre y
     el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los
     profetas”.
UT 84 de 92             ECONOMÍA DIVINA - TRINIDAD INMANENTE, 5

              Inhabitación: hecho testimoniado con frecuencia en el NT:


     Ejemplo en los Evangelios: Jn 14, 23:
                                       23
     “Si alguno me ama, guardará mi pala-
     bra, y mi Padre le amará, y vendremos
     a él y haremos morada en él”.


     Ejemplo en San Pablo: 1 Cor 6, 19:
                                     19
     “¿No sabéis que vuestro cuerpo es
     templo del Espíritu Santo, que está
     en vosotros y que habéis recibido
     de Dios, y que no os pertenecéis?”.
UT 85 de 92          ECONOMÍA DIVINA - TRINIDAD INMANENTE, 6

              Inhabitación: enseñanza de los Padres (ejemplos):
                     San Basilio: obra “El Espíritu Santo”. Son numero-
                     sos los pasajes en los que dice que el bautismo dei-
                     fica por la acción del Espíritu Santo.

                     San Agustín, De Trinitate, 15, 18, 32: por el Espí-
                                                          32
                     ritu Santo “se difunde en nuestros corazones la ca-
                     ridad de Dios, por la cual nos inhabita toda la Tri-
                     nidad”.

     San Cirilo de Jerusalén, Catequesis, 22, 3: “Cuando participamos
                                                 3
     de la Eucaristía, experimentamos la espiritualización deificante del
     Espíritu Santo, que no sólo nos configura con Cristo, como sucede
     en el bautismo, sino que nos cristifica por entero, asociándonos a
     la plenitud de Cristo Jesús”.
UT 86 de 92         ECONOMÍA DIVINA - TRINIDAD INMANENTE, 7

                      Inhabitación: en el Magisterio:
         León XIII, Enc. Divinum illud munus (1897); Pío XII, Enc.
                                              (1897)
         Mystici corporis (1943).
                          (1943)

      Juan Pablo II, Enc. Dominum et vivificantem (1986), 58: “Dios
                                                               58
      uno y trino se abre al hombre, al espíritu humano. El soplo escon-
      dido del espíritu divino hace que el espíritu humano se abra, a su
      vez, ante la apertura salvífica y santificante de Dios”.

                     Idem: “Por el don de la gracia, que proviene del
                     Idem
                     Espíritu, el hombre entra en una vida nueva, es
                     introducido en la realidad sobrenatural de la misma
                     vida divina y se hace morada del Espíritu Santo,
                     templo viviente de Dios (...). El hombre vive en
                     Dios y de Dios”.
UT 91 de 92        ECONOMÍA DIVINA - TRINIDAD INMANENTE, 12


    Juan Pablo II, Novo Millennio Ineunte 38: “Cierta-
                                                 38
    mente, Dios nos pide una colaboración real a su gra-
    cia y, por tanto, nos invita a utilizar todos los recur-
    sos de nuestra inteligencia y capacidad operativa en
    nuestro servicio a la causa del Reino. Pero no se ha
    de olvidar que, sin Cristo, ‘no podemos hacer nada’
    (cfr. Jn 15, 5)”.
                 5




    El Espíritu Santo, Dador de vida, impulsa a comunicar a los demás
    la vida divina, para que sean más libres y felices, para hacer de la
    tierra un espacio de comunión fraterna, un cielo. El apostolado con-
    siste en ser testigos del Amor.

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La Trinidad: Un solo Dios en tres Personas

  • 1. 16. ¿Cómo es Dios? LA TRINIDAD
  • 2. Introducción  El secreto divino más importante de la fe que Jesucristo nos reveló: misterio de la Santísima Trinidad.  Dios es uno en esencia y trino en personas: es la revelación de su vida íntima.  Hemos de procurar conocerlo y ¡vivirlo!  El Credo o Símbolo es la explicación del misterio trinitario.
  • 3. ÍNDICE  1. Misterio  2. La Trinidad en la Biblia  3. Personas divinas  4. Procesiones  5. Relaciones  6. Misiones  7. Inhabitación
  • 4. 1. MISTERIO  44. ¿Cuál es el misterio central de la fe y de la vida cristiana?  El misterio central de la fe y de la vida cristiana es el misterio de la Santísima Trinidad. Los cristianos son bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
  • 5. En la clave de las catedrales grababan esto
  • 6. TRINIDAD 6 Bernardo La revelación del misterio de la Trinidad de Cortina Personas en la Unidad de Dios • La intimidad divina sólo se conoce • La intimidad divina sólo se conoce por revelación: no se puede conocer por revelación: no se puede conocer con la sola razón. con la sola razón. • Es algo que resulta imposible de • Es algo que resulta imposible de entender (cf. CEC, 237),, por la limitación de entender (cf. CEC, 237) por la limitación de nuestra inteligencia: un misterio, el nuestra inteligencia: un misterio, el más elevado de todos (cf. CEC, 234).. más elevado de todos (cf. CEC, 234)
  • 7. FORMULACIÓN DOGMÁTICA La participación de la vida de la Santísima Creados, eleva- Trinidad es el fin y la dos y redimidos substancia de nuestra para gozar de la vida en Cristo. Trinidad. La teología ha hechos grandes esfuerzos para entender racionalmente y expresar en lenguaje humano el misterio de la Trinidad. Ante los errores enunciados por algunos, el Magisterio, asistido por el Espíritu Santo, formuló progresivamente la doctrina de fe. Se trata de explicar racionalmente la verdad revelada de que hay tres Personas distintas en una sola naturaleza divina.
  • 8. TRINIDAD 8 Bernardo La revelación del misterio de la Trinidad de Cortina Personas en la Unidad de Dios • El misterio de la Santísima Trinidad nos ha sido revelado al llegar la plenitud de los tiempos con La Encarnación El envío del del Hijo de Dios Espíritu Santo En el Antiguo Testamento sólo hay algunas alusiones, que se descubren a la luz del Nuevo Testamento.
  • 9.  Es el misterio de la vida íntima de Dios, a la que hemos sido llamados a participar por la gracia (1Jn 1,2- 3).  La intimidad de su Ser como Trinidad Santa constituye un misterio inaccesible a la sola razón e incluso a la fe de Israel antes de la Encarnación del Hijo de Dios y el envío del Espíritu Santo (CEC, 237).  Una vez revelado por Dios, podemos profundizar, pero no entenderlo del todo.
  • 10. La Trinidad, misterio de un solo Dios y tres Personas realmente distintas  Los misterios no se comprenden, pero al conocerlos la fe se vuelve firme y operativa.  Misterio de la Santísima Trinidad :  en Dios hay una sola esencia y tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, cada una de las cuales es Dios, sin ser tres dioses sino un solo y único Dios.  La Trinidad es algo parecido al sol:  el sol está en el cielo y produce luz y calor; la luz y el calor no son distintos del sol.
  • 11. CAPÍTULO I: CREO EN DIOS PADRE 36.¿Se puede deducir por lógica que Dios es trino? No. La Trinidad (TRINIDAD) de Dios es un misterio. Sólo por Jesucristo sabemos que Dios es Trinidad. [237] Los hombres no pueden deducir por medio de su propia razón el misterio de la Trinidad. Pero pueden reconocer la razonabilidad de este misterio, cuando aceptan la REVELACIÓN de Dios en Jesucristo. Si Dios estuviera solo y fuera solitario, no podría amar desde toda la eternidad. Iluminados por Jesucristo, podemos encontrar ya en el ANTIGUO TESTAMENTO (por ejemplo, Gén 1,2; 18,2; 2 Sam 23,2) e incluso en toda la creación huellas de la Trinidad. 11 I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
  • 12. CAPÍTULO I: CREO EN DIOS PADRE ¿Por qué es Dios «Padre»? 37. Veneramos a Dios como padre por el hecho de que es el Creador y cuida con amor de sus criaturas. Jesús, el Hijo de Dios, nos ha enseñado además a considerar a su Padre como nuestro Padre y a dirigirnos a él como «Padre nuestro». [238-240] Muchas  RELIGIONES anteriores al cristianismo conocen ya el trato a Dios como «Padre». Ya antes de Jesús se hablaba en Israel de Dios como el Padre (Dt 32,6; Mal 2,10) y se sabía que es también como una madre (Is 66,13). El padre y la madre son en la experiencia humana la representación del origen y la autoridad, de aquello que protege y sostiene. Jesús nos muestra de qué modo es Dios realmente Padre: «Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Jn 14,9). En la parábola del hijo pródigo, Jesús responde al deseo más hondo que el ser humano tiene de un Padre misericordioso. 511-527 12 I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
  • 13. CAPÍTULO I: CREO EN DIOS PADRE 39.¿Es Jesús Dios? ¿Forma parte de la Trinidad? Jesús de Nazaret es el Hijo, la segunda persona divina, a quien aludimos cuando rezamos: «En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28,19). [243-260] O bien Jesús era un impostor al hacerse señor del SÁBADO Y dejar que se dirigieran a él con el título de «Señor», o era realmente Dios. Llegó a provocar escándalo al perdonar los pecados. Esto, a los ojos de sus contemporáneos, era un crimen digno de muerte. Mediante los signos y los milagros, pero especialmente través de la Resurrección, los discípulos se dieron, cuenta, de quién era Jesús y lo adoraron como el Señor. Ésta es la fe de la  IGLESIA. 13 I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
  • 14. La Trinidad es una. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en tres personas (CEC, 253). • Las personas divinas son realmente distintas entre sí. "Dios es único pero no solitario" (Fides Damasi: DS 71). "Padre", "Hijo", "Espíritu Santo" no son simplemente nombres que designan modalidades del ser divino, pues son realmente distintos entre sí (...) por sus relaciones de origen: "El Padre es quien engendra, el Hijo quien es engendrado, y el Espíritu Santo es quien procede" (Cc. Letrán IV, año 1215: DS 804) (CEC, 254).
  • 16. Vestigios o leves huellas de la Trinidad en el AT (se interpretan a la luz del NT) Génesis: Dios habla en plural (1, 26: “Hagamos 26 al hombre a imagen y semejanza nuestra”; 3, 22: 22 “He aquí que Adán es como uno de nosotros”; 11, 7: “Venid, descendamos y confundamos sus 7 lenguas”); tres hombres aparecen a Abraham (18, 1-15). 1-15 Profecías mesiánicas: Sal 2, 7 (Heb 1, 5 lo aplica a Jesús) y Sal 109 (Jesús lo recoge en Mt 22, 44). 44 Sabiduría engendrada: por ejemplo Prov 8, 22-31: “El Señor me 22-31 poseyó en el inicio de sus caminos... Desde la eternidad fui modela- da desde el principio, antes que la tierra... Antes que los montes fui engendrada...”. Ver también Sab 9, 1. 2. 17.17
  • 17. JESÚS REVELA AL PADRE Jesús llama a Dios Padre: “Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos” (Mt 5, 45); “Sed vosotros perfectos como vuestro 45 Padre celestial es perfecto” (Mt 5, 48); “Ora a tu Padre, que está en lo 48 oculto; y tu Padre, que ve en lo oculto, te recompensará” (Mt 6, 6); 6 etc.. Jesús revela que Dios es su Padre: “Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo” (Mt 11, 27). 27 Jesús se identifica con el Padre: “Pues como el Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado al Hijo tener vida en sí mismo” (Jn 5, 26); “Yo y el Pa- 26 dre somos uno” (Jn 10, 30); etc.. 30
  • 18. TRINIDAD EN EL NT Jesús llama a Dios “Abba”, “Padre mío”: Getsemaní (Mc 14, 36); “Padre, ha llegado 36 la hora. Glorifica a tu Hijo para que tu Hijo te glorifique” (Jn 17, 1); “Venid, benditos 1 de mi Padre” (Mt 25, 34); “Padre, en tus 34 manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23, 46);46 “Yo os envío al que mi Padre ha prometido” (Lc 24, 49); etc.. Jesús distingue: “Subo a 49 mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios” (Jn 20, 17). 17 Los textos vistos ya en este capítulo, al revelar la paternidad de Dios también están revelando la filiación divina de Jesús. Veamos otras expresiones de Jesús y palabras de sus discípulos que confie- san la divinidad de Jesús.
  • 19. TRINIDAD EN EL NT En el Templo, a los 12 años, Jesús manifiesta su divinidad: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es necesario que yo esté en las cosas de mi Padre?” (Lc 2, 49). 49 Jesús se llama “Hijo del Hombre”, título del Mesías en Dan 7, 13- 14 que tiene atributos divinos (“A él se le dio dominio, honor y reino. Y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su dominio es un dominio eterno que no pasará; y su reino no será destruido”). Por ejemplo con Nicodemo (Jn 3, 1-21), Zaqueo 1-21 (Lc 19, 1-10), cuando anuncia su pasión, muerte y resurrección 1-10 (Mc 8, 31-33), cuando cura un paralítico en Cafarnaún (Mc 2, 31-33 1-12), ante el tribunal de Caifás (Mc 14, 53-64). 1-12 53-64
  • 20. TRINIDAD EN EL NT Jesús manifiesta su divina preexistencia o eternidad utilizando el nombre “Yo soy” revelado a Moisés en el monte Horeb. Por ejemplo: “Yo soy la luz del mundo” (Jn 8, 12); “Si no creéis que 12 Yo soy, moriréis en vuestros pecados” (Jn 8, 24); “Cuando hayáis 24 levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que Yo soy” (Jn 8, 28); “Antes de que Abraham naciese, Yo soy” (Jn 8, 58); 28 58 “Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que cuando ocurra creáis que Yo soy” (Jn 15, 19). 19 Sus oyentes entendieron que afirmaba de sí mismo que era Dios (ej.: Jn 5, 18). 18 El Padre confirma la divinidad de Jesús en su Bautismo y en su Transfiguración.
  • 21. TRINIDAD EN EL NT Los discípulos proclaman la divinidad de Je- sús. Por ejemplo cuando camina sobre las a- guas dicen: “Realmente eres Hijo de Dios” (Mt 14, 33); o la confesión de San Pedro: “Tú 33 eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16, 16); o la de Santo Tomás: “¡Señor mío y Dios 16 mío!” (Jn 20, 28). 28 La filiación divina de Jesús está al comienzo y en el centro de la predicación apostólica postpascual: proclaman a Jesús como Hijo de Dios. Ejemplos: “El Verbo era Dios” (Jn 1, 1); San Juan precisa 1 que escribió su Evangelio “para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios” (Jn 20, 31); Cristo es “Dios bendito por los siglos” 31 (Rom 3, 5); “En Él habita toda la plenitud de la divinidad corporal- 5 mente” (Col 2, 9). 9
  • 22. TRINIDAD EN EL NT Ya en Gn 1, 2 aparece la palabra “espíritu” (“el Espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas”). En el NT aparecen varios nombres concre- tos. Ejemplos: “el Espíritu del Padre” (Mt 10, 20; 20 1 Cor 2, 11; Jn 15, 26); “el Espíritu del Hijo” (Gal 11 26 4, 6); “el Espíritu de Jesús” (Hch 16, 7). Indican 6 7 que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. Numerosos textos indicando que el Espíritu Santo es Persona divina. Especialmente durante la Ultima Cena. Ejemplos: “Yo rogaré al Pa- dre y os dará otro Paráclito... El Espíritu de la Verdad” (Jn 14, 16); 16 “El Paráclito, el Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nombre, El os lo enseñará todo” (Jn 14, 26); “Cuando venga el Paráclito que 26 yo os enviaré de parte del Padre, el Espíritu de la Verdad que procede del Padre, El dará testimonio de mí” (Jn 15, 26). 26
  • 23. TRINIDAD EN EL NT Numerosos textos se refieren a la acción del Espíritu Santo con respecto a Jesucristo. Ejemplos: Lc 1, 35 (Anunciación); Mt 1, 18 (María “había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo”); Lc 3, 21-22 (Bautismo de Jesús); Lc 4, 14 (Jesús se mueve “por impulso del Espíritu Santo”); Lc 4, 1 (estaba “lleno del Espíritu Santo”); Lc 4, 18-30 (en Nazaret se aplica el texto de Is 61, 1-2: “El Espíritu del Señor está sobre mí”); etc.. 1-2 El Espíritu Santo santifica a los hombres: se comprueba en los Hechos de los Apóstoles: Pentecostés (Hch 2, 4), 4 San Pedro en Hch 2, 38 (“recibiréis el don del Espíritu Santo”), etc.. También en San Pablo: 1 Cor 3, 16 (“¿No sabéis que el Espíritu de Dios habita en vosotros?”); 2 Tes 2, 13 (“os eligió Dios como primicias para la salva- ción mediante la acción santificadora del Espíritu Santo”).
  • 24. Fórmulas trinitarias del NT Lc 1, 30-35: Anunciación. 30-35 Mt 3, 13; Mc 1, 10; Lc 3, 22: Bautismo 13 10 22 del Señor. Mt 17, 1-13; Mc 9, 1-12; Lc 9, 28-39: 1-13 1-12 28-39 Transfiguración. Jn 14, 16.26: Promesa del Paráclito (“Yo 16.26 pediré al Padre y os enviará otro Paráclito (...). El Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo ense- ñará todo”). Mt 28, 19: Fórmula bautismal (“Id y en- 19 señad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espí- ritu Santo”).
  • 25. Revelación de la Santísima Trinidad en los escritos apostólicos 2 Cor 13, 13: “La gracia del Señor Jesucristo y el amor de Dios y la 13 comunicación del Espíritu Santo estén con todos vosotros”. Ef 1, 3-13: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, 3-13 que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los cielos (...). Por Él también vosotros (...) fuisteis sellados con el Espí- ritu Santo prometido”. Gal 4, 6: “Y puesto que sois hijos, Dios envió a nuestros corazones 6 el Espíritu de su Hijo, que clama: ‘¡Abba, Padre!’”. 2 P 1, 1-2: “Elegidos según la presciencia de Dios Padre, mediante 1-2 la santificación del Espíritu, para obedecer a Jesucristo”.
  • 26. TRINIDAD 26 Bernardo Cortina 3. Personas en Dios EL PADRE ES DIOS,, EL HIJO EL PADRE ES DIOS EL HIJO ES DIOS,, EL ESPÍRITU SANTO ES DIOS EL ESPÍRITU SANTO ES DIOS ES DIOS NO SON “PARTE” DE DIOS NO SON “PARTE” DE DIOS P NI TRES DIOSES NI TRES DIOSES UN ÚNICO Y MISMO UN ÚNICO Y MISMO H ES DIOS QUE SUBSISTE DIOS QUE SUBSISTE EN TRES PERSONAS EN TRES PERSONAS Máximo misterio REALMENTE REALMENTE sobrenatural DISTINTAS DISTINTAS
  • 27. ¿QUÉ ES SER PERSONA? En el NT no se encuentra el término “persona” para hablar de la Trinidad; pero a falta de otro más adecuado, los teólogos y el Magisterio de la Iglesia lo utilizan para designar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en su distinción real entre sí (cfr. CCE 252). 252 Para Boecio, la persona es una “sustancia individual de naturaleza racional”. Se debe aplicar en Dios el nombre de persona depurán- dolo de las imperfecciones que adquiere en las criaturas. En Dios la palabra persona designa no a la esencia divina, sino a las tres relaciones reales intratrinitarias subsistentes y opuestas entre sí que vimos en el capítulo anterior. La esencia divina es numéricamente una.
  • 28. PODEMOS ENTENDER LA TRINIDAD POR ANALOGÍA Analogía = relación de semejanza entre dos o más cosas; propiedad del significado de los términos, que se opone tanto a la “univocidad” (significado igual) como a la “equivocidad” (significados distintos). Se emplea en teología para profundizar en el conocimiento de Dios. Va de lo más conocido a lo menos conocido (ej.: conocer a Dios a través del conocimiento del hombre). De Dios sabemos más lo que no es que lo que es. Camino de la afirmación, de la negación y de la eminencia. De modo analógico, conocimiento y amor que se descubre en el hombre pueden ser realidades válidas para alcanzar cierta comprensión del ser íntimo de Dios. La procesión del Hijo como procesión por vía de entendimiento. La del Espíritu Santo por vía de voluntad.
  • 29. EL PADRE El Padre es fuente y origen de toda la Trinidad: no proce- de de otra persona divina ni de la esencia divina, sino que 1 es principio sin principio. Comunica su propia esencia di- vina al Hijo y al Espíritu Santo de modo que constituyen con El desde toda la eternidad un único y mismo Dios. En sentido genérico, es Padre de todos los hombres; en un sentido más elevado, es Padre de los bautizados; en 2 sentido propio y exclusivo, es Padre del Hijo unigénito. Lo constitutivo de la Persona del Padre es la paternidad. El Padre nunca estuvo sin el Hijo, ni el Hijo sin el Padre, 3 porque se trata de una generación eterna. Es la única persona de la Trinidad que no procede de otra: 4 es “agénnetos”. Es su característica principal.
  • 30. GENERACIÓN ETERNA DEL UNIGÉNITO En sentido propio la generación significa el origen de un ser vivo que proviene de otro ser vivo al que está unido según una razón de semejanza de natu- raleza. Se aplica en Dios analógicamente. En Dios la generación del Hijo es eterna (sin antes ni después), acto inmanente de conocimiento del Padre que engendra un concepto o Verbo, que no sólo es de la misma naturaleza que el Padre espe- cíficamente, sino numéricamente. El Hijo es imagen perfecta del Padre (origen en El y no sólo “se- mejanza” sino identidad de naturaleza). Es Unigénito.
  • 31. ESPIRACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO El Espíritu Santo procede del amor mutuo del Padre y del Hijo. Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios: Dios “Creemos en el Espíritu Santo, per- sona increada, que procede del Padre y del Hijo como Amor sempiterno de ellos”. Juan Pablo II (discurso de 20-11-1985) distingue dos tipos de 20-11-1985 amor: uno, “amor esencial”, es un atributo de la esencia divina que corresponde por igual al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; el otro, “amor personal”, es propio del Espíritu Santo y lo distingue realmente de las otras dos personas divinas.
  • 32. El Espíritu Santo como Don En la vida íntima de Dios, el Espíritu Santo es amor y donación mutua, es nexo entre el Padre y el Hijo. En la relación de Dios con los hombres, es también la mayor donación, el mayor bien que podemos recibir los hombres, porque es recibir el amor y la vida de Dios. La divinización del hombre, su elevación sobrenatural como hijo de Dios en el sa- cramento del bautismo, es obra del Espíritu Santo: El nos introduce en el misterio de Cristo y nos llama a la santidad del Padre.
  • 33. EL FILIOQUE CCE 247: “La afirmación del Filioque no figuraba en el símbolo 247 confesado el año 381 en Constantinopla. Pero sobre la base de una antigua tradición latina y alejandrina, el Papa san León la había confesado dogmáticamente el año 447 antes incluso que Roma conociese y recibiese el año 451, en el Concilio de Calce- 451 donia, el símbolo del año 381. El uso de esta fórmula en el Credo fue poco a poco admitido en la liturgia latina (entre los siglos VIII y XI)”. => motivo de disensión con las Iglesias ortodoxas. 867: Focio se opone al Filioque afirmando que el 867 Espíritu Santo procede únicamente del Padre. 1054: Miguel Cerulario rompe con la Iglesia e 1054 inicia el Cisma de Oriente. Búsqueda de unión: IV Letrán (1215), II Lyon (1274), Florencia (1439). 1215 1274 1439
  • 34. ¿El filioque es una gran diferencia? El Magisterio de la Iglesia no puede cambiar el símbolo pero puede completarlo añadiendo algunas frases o, incluso, alguna verdad de fe. La adición del Filioque es legítima: Jn 15, 26 (“el Paráclito que os enviaré”); Jn 16, 14 (el Espíritu Santo “recibirá de lo mío”); Rom 8, 9 (“Espíritu de Cristo”). En cuanto a la Tradición, los griegos prefieren la fórmula “per Filium”. Ambas fórmulas expresan sustancial- mente lo mismo.
  • 35. PERIJÓRESIS Florencia (1442): “Estas tres Personas son un solo Dios y no tres (1442) dioses; porque las tres tienen una sola sustancia, una sola esencia, una sola naturaleza, una sola divinidad, una sola inmensidad, una sola eternidad, y todo es uno, donde no obsta la oposición de relación”. Idem: “Por razón de esta unidad, el Padre Idem está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Hijo está todo en el Padre, todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está todo en el Padre, todo en el Hijo”. Perichóresis: mutua inhabitación de las Personas divinas = perichóresis (griegos), circumincessio (latinos)
  • 36. TRINIDAD 36 Bernardo Cortina 4. Procesiones en Dios Las personas divinas son relativas unas a otras (CEC, 255). La distinción real de las personas entre sí reside únicamente en las relaciones mutuas. PROCESIONES: PROCESIONES • El PADRE no proviene de ninguna Persona. • El HIJO es engendrado por el PADRE por vía de entendimiento (generación). • El ESPÍRITU SANTO procede del PADRE
  • 37. ¿PROCESIONES DIVINAS? Procesión = hecho por el que un ser tiene su origen en otro ser. En Dios no puede haber procesión como movimiento local, pero sí como origen según la cual un hijo procede de su padre o el río de la fuente. Procesiones inmanentes: el término que procede permanece en aquél del que pro- cede (ej.: verbo interior que procede de nuestra inteligencia). Procesiones tran- seúntes: lo que procede sale fuera de aquél de quien procede (ej.: palabras que mani- fiestan nuestros pensamientos). En Dios, espiritual y simple, las operaciones son inmanentes, ad intra: sin las limitaciones de los seres creados y sin originar otro Dios.
  • 38. PROCESIONES DIVINAS Es verdad de fe la existencia de procesiones reales en Dios. Fundamentado en el Evange- lio: en el Bautismo de Jesús, el Padre dice: “Este es mi Hijo” (Mt 3, 17); Jesús dice que 17 el Espíritu Santo “procede del Padre” (Jn 15, 26) y que “recibe de lo mío” (Jn 16, 16). 26 16 Conocemos la existencia de las procesiones divinas por Revelación. Características de las procesiones divinas, 1 a Son inmanentes y no se distinguen de Dios: son Dios mismo. Se mantiene la identidad numérica de la esencia divina.
  • 39. Características de las procesiones divinas, 2 Son reales: no son simples modos de expresar la Trinidad. b El origen de ellas (una Persona divina) es real y en la sim- plicidad espiritual de Dios no cabe algo ficticio o accidente. Son operaciones de Dios: toda procesión divina inmanente c presupone una acción u operación vital que permanece dentro de Dios. Son eternas y se identifican con la esencia divina. En analogía con las acciones del d hombre, son operaciones de cono- cimiento y de amor en Dios mismo.
  • 40. Características de las procesiones divinas, 3 Tienen su origen y su término en las personas, no en la esencia divina, que en cuanto tal no es sujeto de acción. Letrán IV (1215): la esencia divina “ni engendra, ni es en- (1215) e gendrada, ni procede; sino que el Padre es el que engendra; el Hijo el que es engendrado; y el Espíritu Santo, el que procede; de modo que las distinciones están en las personas y la unidad en la naturaleza”. En Dios hay sólo dos procesiones inmanentes: el Verbo f procede del Padre por vía de entendimiento y el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo por vía de amor. g El Hijo procede del Padre por generación eterna, el Espíritu Santo del Padre y del Hijo por espiración.
  • 41. Sin pretender explicar, se puede exponer así: El conocimiento que el Padre tiene de sí mismo es tan perfecto, que es una persona: el Hijo. • El amor entre el Padre y el Hijo es tan perfecto, que es una persona: el Espíritu Santo.
  • 42. 5. Relaciones divinas
  • 43. ¿QUÉ ES UNA RELACIÓN? Se entiende por relación la referencia de una persona o de una cosa a otra persona u otra cosa. Toda relación está constituida por tres elementos: el sujeto, el término y el fundamento. El sujeto es la persona o la cosa que se relaciona con otro (término “a quo”). El término es la per- sona o la cosa hacia la cual tiende el sujeto de la relación (término “ad quem”). El fundamento es el hecho en que se basa la relación de una persona o cosa con otro. Ejemplos de fundamentos en re- laciones interpersonales: amor conyugal, amistad, generación, etc.. Una relación es real si los tres elementos son reales. Ejemplos de relaciones no reales: entre conceptos, comparación del ente con la nada, del presente con el futuro, etc..
  • 44. LAS PERSONAS DIVINAS SE RELACIONAN Y ESA RELACIÓN ES SU SER La analogía exige despojar a las relaciones divinas del carácter accidental de las relaciones que se dan entre los hombres. En Dios no hay “accidentes” en sentido metafísico; por ejemplo no hay un antes ni un después de ser Padre. Así, al aplicar la analogía nos quedamos con lo que es una relación en sí misma (una referencia) y negamos en Dios el aspecto acci- dental de las relaciones humanas. Lo propio de la relación que con- sideramos en Dios es pura alteridad, “esse ad”. Pero las relaciones en Dios son subsistentes, no accidentes: existen en sí mismas y se identifican con la substancia divina. Los hombres tienen relacio- nes, en Dios la relación es Dios.
  • 45. RELACIONES Y SUSTANCIA Quien engendra es el Padre, no la sustancia, y quien espira es el Padre y el Hijo, no la sustancia. Letrán IV enseña que las tres Personas se identifican con la sustancia divina y se distinguen exclusivamente por sus relaciones de origen. “Relación” y “sustancia” son dos conceptos distintos, que en Dios se identifican. Pero las relaciones en Dios se distinguen realmente entre sí. Puesto que hay dos procesiones reales en Dios (engendrar y espirar), hay cuatro relaciones reales: Paternidad, Filiación, Espiración ac- tiva (sujeto: Padre e Hijo, y término: Espíritu Santo), y Espiración pasiva (sujeto: Espíritu Santo, y término: Padre e Hijo).
  • 46. UN DIOS 2 PROCESIONES, TRES PERSONAS 4 RELACIONES Paternidad y Filiación se oponen según vimos: distinguen a Padre e Hijo. Espiración activa y pasiva se oponen según vimos: distinguen a Padre-Hijo juntos y Espíritu Santo. La Espiración activa consiste en espirar: Padre e Hijo pueden espirar al Espíritu Santo sin contradicción con el hecho de ser Padre e Hijo: la Espiración activa no se opone ni a la Paternidad ni a la Filiación. Según el Concilio de Florencia, si no hay oposi- Florencia ción, Paternidad y Espiración activa no se distinguen en Dios, como tampoco Filiación y Espiración activa: el Padre engendra al Hijo y le ama espirando al Espíritu Santo, y el Hijo es engendra- do por el Padre y le ama espirando junto con Él al Espíritu Santo.
  • 47. CUATRO RELACIONES PERO SÓLO TRES PERSONAS La Espiración pasiva consiste en ser espirado. El Padre no puede serlo puesto que es sin principio. El Hijo tampoco puede ser espi- rado porque ya es engendrado. Solo el Espíritu Santo puede ser espirado. Así Paternidad se opone a Espiración pasiva y Filiación también se opone a Espiración pasiva, dos oposiciones que distin- guen pues Padre y Espíritu Santo una e Hijo y Espíritu Santo otra. Por lo tanto, de las cuatro relaciones reales en Dios, sólo tres se oponen entre sí: la Paternidad, la Filiación y la Espiración pasiva coincidiendo con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
  • 48. TRINIDAD 48 Bernardo Cortina Un esquema nos puede ayudar Paternidad Filiación Padre vía de conocimiento Hijo a Es Es vía de amor s iv pii p pa ra ra a Es Es t iv cii có n pii pr ón ci ó ac n rac ac pa pa ra ión iió pi sii sv ón na r ac Es va a ac cti pi tiv Espíritu Es vaa Santo
  • 49. ¿ES IMPOSIBLE DE ENTENDER? Las relaciones divinas son el modelo de la vida y de las relaciones humanas. A la luz de las relaciones divinas, la Trini- dad se nos revela como la más perfecta rea- lización de la ‘comunión entre distintos’ y, como tal, es luz que ilumina las relacio- nes humanas interpersonales. Por eso, la familia es imagen de la comunión trinitaria. IMAGINAOS 2 NOVIOS QUE SE QUIEREN INFINITAMENTE
  • 50.
  • 51. TRINIDAD 51 Pero a la vez son tres personas Bernardo Cortina “iguales” Una es la divinidad, y una la omnipotencia, eternidad, simplicidad, bondad, verdad, inmutabilidad, infinitud... Sabemos Ninguno es el qué, superior o pero no inferior; ninguno entendemos es creado. el cómo.
  • 52. TRINIDAD 52 Bernardo Unidad de Dios Cortina Todo es uno donde no existe oposición de relación (Cc Florencia, año 1442: DS1330). •Toda la economía divina es la obra común de las tres personas divinas. Porque la Trinidad, del mismo modo que tiene una sola y misma naturaleza, así también tiene una sola y misma operación (CEC, 258). Toda acción ad extra es común a las tres personas.
  • 53. TODAS ACTÚAN JUNTAS Las personas divinas, inseparables en su ser, son también inseparables en su obrar. Pero en la única operación divina cada una manifiesta lo que le es propio en la Trinidad, sobre todo en las misiones divinas de la Encarnación del Hijo y del don del Espíritu Santo
  • 54. APROPIACIONES Hay una diferencia entre lo que es propio y exclusivo de una Persona divina, y lo que es común a las tres pero se atribuye a una de ellas. Esto último se llama “apropiación”. El fundamento de una apropiación es la analogía. Apropiaciones más frecuentes: 1) Al Padre, en cuanto origen y fuente de toda la Trinidad, se le atribuyen la eternidad, la unidad y la omnipotencia; 2) Al Hijo, en cuanto Verbo y Palabra de Dios, se le atribuyen la verdad, la sabiduría, la belleza y la igualdad; 3) Al Espíritu Santo, en cuanto vínculo amoroso del Padre y del Hijo, se le atribuyen la bondad, la santidad y la felicidad terrena y eterna. Fuentes de las apropiaciones más frecuentes: - Sagrada Escritura, - Símbolos de fe, - Padres de la Iglesia, - Liturgia. Las apropiaciones nos ayudan a entender mejor la acción de las Personas divinas en nuestra alma.
  • 55. 6. MISIONES DIVINAS Una misión divina es el envío de una Per- sona divina por Otra para hacerse presente de modo nuevo entre los hombres. Las misiones divinas pueden ser visibles o invisibles. Revelan la irrupción de la Trinidad en la historia, para hacernos partícipes de la salvación realizada por Cristo y elevarnos a la vida divina. La Persona enviada procede de la Persona que envía. Así el Padre no es enviado porque no procede de ninguna Persona: es principio sin principio. Se da a nuestra alma pero no es enviado. Él envía al Hijo y con el Hijo envía al Espíritu Santo.
  • 56. ¿Para qué las misiones? Jesús ha revelado que las misiones del Hijo y del Espíritu Santo a los hombres tienen como fin producir en nosotros una nueva comu- nión entre Dios y nosotros y, en consecuencia, una nueva comu- nión de los hombres entre sí. Las misiones divinas originan una nueva relación personal entre Dios y los hombres, que transforma al hombre, le capacita sobre- naturalmente por la filiación divina, para entrar en comunión amo- rosa con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Vaticano II (Ad gentes, 2): “La Iglesia pe- 2 regrina es, por su propia naturaleza, misio- nera, puesto que tiene su origen en la mi- sión del Hijo y la misión del Espíritu San- to según el plan de Dios Padre”.
  • 57. Misión visible del Verbo: Encarnación Jn 3, 17: “Dios no envió a su Hijo al 17 mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él”; Gal 4, 4: “Al llegar la plenitud de los 4 tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer”. La misión visible del Hijo se realiza en la Encarnación. Como toda operación “ad extra”, la Encarnación es obra de la Trinidad; pero considerada como misión en sentido propio, la Encarnación proce- de exclusivamente del Padre: sólo Él envía al Hijo. La misión com- porta la manifestación de la Persona enviada: nos da un conoci- miento de Ella misma y de la Persona de la cual procede.
  • 58. MISIÓN DEL ESPÍRITU SANTO Misiones visibles del Espíritu Santo: paloma en el Bautismo de Jesús (Mt 3, 16); 16 nube en la Transfiguración (Mt 17, 5); 5 soplo cuando Jesús resucitado dio a los Apóstoles el poder de perdonar los pecados (Jn 20, 22); lenguas de fuego el día de 22 Pentecostés (Hch 2, 3-4). 3-4 Misión invisible del Hijo: inhabita en el alma en gracia. También del Espíritu Santo: “¿no sabéis (...) que el Espíritu de Dios habita en vo- sotros?” (1 Cor 3, 16). 16 ¿Qué es la inhabitación? ¿Habéis oído hablar alguna vez de ella?
  • 60. ENTRAMOS EN LA CORRIENTE DE AMOR QUE ES DIOS El ser mismo de Dios es Amor (1Jn 4, 8.16). Al enviar en la plenitud de los tiempos a su Hijo único y al Espíritu de Amor, Dios revela su secreto más íntimo (cf 1Co 2, 7-16; Ef 3, 9-12); Él mismo es una eterna comunicación de amor: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y nos ha destinado a participar en Él (CEC, 221).
  • 61. La vida sobrenatural: participación de TRINIDAD 61 Bernardo Cortina la vida divina intratrinitaria • Dios nos ha hecho partícipes de la naturaleza divina (2P 1, 4): nos ha divinizado por la gracia sobrenatural, adoptándonos como hijos en el Hijo (cf. CEC, 2782). • El hombre en gracia participa de la vida intratrinitaria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. • El Paráclito nos identifica con Cristo y nos hace clamar : ¡Abbá, Padre! (Ga 4, 6).
  • 62. Inhabitación de la Trinidad en el alma en gracia  El hombre que vive en gracia es templo vivo de la Trinidad Beatísima (cfr. Juan 14,23).  Desde el día de nuestro bautismo, si no rechazamos a Dios por el pecado mortal, está en nuestra alma Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.  Tenemos a Dios dentro de nosotros para santificarnos, para ayudarnos, para estar con nosotros, porque nos ama.
  • 63. TRINIDAD 63 DIOS ESTÁ CON NOSOTROS Bernardo Cortina SIEMPRE • Por la gracia, la Trinidad habita en el alma del justo. El Espíritu Santo va dando tono sobrenatural, divinizando, toda la vida del cristiano. • La vida cristiana es trato y unión con la Santísima Trinidad, que Dios hará culminar en la gloria, donde participaremos plenamente en su misma vida de conocimiento y amor.
  • 64. TRINIDAD 64 LA INHABITACIÓN ES OBRA DE Bernardo Cortina TODA LA TRINIDAD Aunque nuestra adopción es obra común de toda la Trinidad, se apropia a las distintas personas. Padre: autor Espíritu Santo: Hijo: quien imprime en modelo nosotros la imagen del modelo
  • 65. TRINIDAD 65 Bernardo La actitud del hombre ante Dios Cortina BÚSQUEDA ADORACIÓN HUMILDAD conocerlo reconocer su grandeza, no para manifestar nuestro pretender amarlo consentimiento; la abarcarlo adoración no rebaja, eleva
  • 66. TRINIDAD 66 Bernardo La actitud del hombre ante Dios Cortina IMITAR A JESÚS TRATAR ES EL MEJOR COMO MODO HIJOS DE DE SER DIOS A LOS BUENOS HIJOS HIJOS DE DE DIOS DIOS
  • 67. TRINIDAD 67 La Trinidad del cielo Bernardo Cortina y la “trinidad” de la tierra • Jesucristo, perfecto Dios y perfecto Hombre es Camino, Verdad y Vida (Jn 14, 6). En cuanto Hombre es Camino para ir a Dios; es Verdad y Vida en cuanto Dios. • También es Verdad y Vida por su Encarnación, ya que nos ha revelado el misterio insondable de la Trinidad y nos otorga su gracia. • A Él vamos por María y también por José: de la trinidad de la tierra a la Trinidad del Cielo.
  • 68. En el cielo veremos a la Santísima Trinidad  El gran premio del cielo consiste en ver a Dios, contemplar, alabar, amar y gozar por toda la eternidad a la Trinidad Beatísima:  Toda la grandeza, toda la hermosura, toda la bondad de Dios se vuelca sobre esta pobre criatura que somos cada uno de nosotros.  En el cielo el alma tendrá la posibilidad de ver lo que Moisés quiso ver en la tierra: la majestad de Dios.
  • 69. TRINIDAD 69 Bernardo Cortina Hacia el cielo Luchar para ganarse el premio del cielo: “Ni ojo vio, ni oído oyó (...) Lo que Dios tiene preparado para los que lo aman” (1Co 2, 9)
  • 70. Hemos de alabar a la Santísima Trinidad  Dios nos ama de una manera increíble. Hemos de corresponder a tanto amor, y la vida cristiana tiene que ser una continua alabanza a la Trinidad.  Profesamos la fe en la Santísima Trinidad  cuando nos signamos y persignamos, diciendo "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo";  al rezar el "Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo" ;  cuando rezamos el Gloria o el Credo en la Santa Misa, y al final de la Plegaria eucarística
  • 71. Fe trinitaria de los primeros cristianos, 1 Didajé (antes del año 70): “Después de haber en- señado todo lo que precede, bautizad en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo...”. San Clemente romano, Carta a los Corintios (antes del año 96): “Vive Dios y vive el Señor Jesucristo y el Espíritu Santo, fe y esperanza de los elegidos”. Idem: “Los Apóstoles nos predicaron el Evangelio de parte del Señor Idem Jesucristo; Jesucristo fue enviado de parte de Dios (Padre) (...). Por tanto, los Apóstoles (...), llenos de la certidumbre que les infundió el Espíritu Santo, partieron para dar la alegre noticia de que el Reino de Dios estaba para llegar”.
  • 72. Fe trinitaria de los primeros cristianos, 2 San Ignacio de Antioquía (+ 107), Carta a los Efesios: “Sois piedras del templo del Padre, Efesios elevadas a lo alto por la máquina de Jesucristo, que es la cruz, y ayudados del Espíritu Santo que es la cuerda”. Martirio de San Policarpo (156): “Señor Dios omnipotente: Padre (156) de tu amado y bendecido Jesucristo (...). Yo te bendigo y te glori- fico por medio del Sumo sacerdote eterno y celestial Jesucristo, tu Hijo muy amado, por el cual sea dada la gloria a Ti junto a Él y al Espíritu Santo”.
  • 73. GNOSTICISMO Los cristianos se encontraron en Oriente con numerosos mitos y creencias fantásticas con orientación sincretista. La más poderosa era el gnosticismo (de “gnosis”, conocimiento). En los siglos II y III surgieron diversas teorías gnósticas, amalgamas de ideas persas, babilónicas, egipcias y bíblicas con elementos de la filosofía platónica. Características: 1) antropocentrismo (hombres “chispas” de la divi- nidad arrojadas al mundo material, y por la gnosis podrán volver a su estado inicial); 2) dualismo espíritu-materia, bien-mal, luz-tinieblas (la materia procede de un demiurgo); 3) los astros influyen sobre el mundo y condicionan la vida de los hombres; 4) revelación (descen- so de un ser superior a la materia para que el hombre cobre autocon- ciencia de sí mismo); 5) salvación (autoliberación de la prisión cor- poral por la gnosis; sin sentido moral); 6) visión pesimista del mun- do; 7) alma caída del cielo y aprisionada por un cuerpo material.
  • 74. UT 43 de 92 FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 5 Padres apologistas: defienden la fe de la Iglesia, mostrando su fundamento en la Revelación, su racionabilidad y su credibilidad. Arístides (+140): Cristo “es confesado como Hijo +140 del Dios Altísimo, descendido del cielo por medio del Espíritu Santo”. San Justino (+165): El Logos procede del Padre y +165 el Espíritu Santo ilumina a los profetas. Atenágoras (+177): defiende la fe en Dios Uno y Trino contra los +177 que acusan a los cristianos de ateos. San Ireneo de Lyon (130-200): distingue claramente entre el Padre, 130-200 el Hijo y el Espíritu Santo.
  • 75. UT 44 de 92 FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 6 Escuela de Alejandría: destacan Clemente y Orígenes. Clemente de Alejandría (+211/215) defiende la unicidad de Dios +211/215 frente al politeísmo pagano. Orígenes (185-255) considera la Trinidad en el marco de la econo- 185-255 mía de la salvación: el Padre es el creador, el Logos es el mediador, el Espíritu Santo está presente dondequiera que hay santidad. Orígenes subraya la divinidad del Espíritu Santo. Así afirma: el Espíritu Santo “está eter- namente con el Padre y el Hijo, y como el Pa- dre y el Hijo existe siempre, existió y existirá”.
  • 76. UT 45 de 92 FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 7 Tertuliano, bajo el vocablo “monarquianismo”, agrupa a los que, al defender la unidad de Dios caen en el error de admitir en Dios una sola persona, un solo monarca. El monarquianismo presenta dos caminos: el adopcionista y el modalista. Monarquianismo adopcionista = Cristo sería un hombre que recibió la dignidad divina al descen- der sobre él el Espíritu de Dios. Es hijo de Dios por adopción. Teodoto de Bizancio (final del s. II): Cristo es un hombre que II recibió una “dynamis” o fuerza divina en su Bautismo. Pablo de Samosata (obispo de Antioquía entre los años 260 y 280): El Hijo y el Espíritu Santo sólo serían fuerzas divinas 280 identificadas con la Persona del Padre.
  • 77. UT 46 de 92 FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 8 Monarquianismo modalista Defendido por Noeto (180), Práxeas (190) y Sabelio (+260). 180 190 +260 Padre, Hijo y Espíritu Santo serían unos modos de manifestarse en la historia de la salvación el Dios unipersonal. Para Sabelio Dios se manifiesta como Padre en la creación, como Hijo en la redención y como Espíritu Santo en la santificación de los fieles. Se les llama “patripasianos” porque algunos afirman que Cristo era el mismo Padre que ha nacido, padecido y sufrido en la Cruz. El Papa Ceferino (198-217) rechazó el patripasia- 198-217 nismo, y el Papa San Dionisio (259-268) conde- 259-268 nó a Sabelio. Importancia de San Hipólito (+235). +235
  • 78. UT 47 de 92 FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 9 Subordinacionismo: subordina el Hijo al Padre hasta el punto de negar la divinidad del Hijo. Distinguir la subordinación real de la subordinación en los modos de expresarse (como por ejemplo en Orígenes). La primera es la herejía de Arrio (256-336). 256-336 Arrio niega la generación eterna en Dios, porque aplica el concepto de generación material: si Dios engendrase, habría dos dioses. Su- bordinacionismo radical: el Hijo es una criatura hecha en el tiempo. Para él, el Verbo es un ser intermedio entre Dios y los hombres, creado por Dios para que a su vez crease el mundo.
  • 79. UT 48 de 92 FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 10 En el año 325 se reunió el Concilio de Nicea en presencia del emperador Constantino con más de 300 obispos. Los Padres de Nicea incorporan a la expli- cación de la fe un término que no es bíblico, aunque sí la realidad que designa: “homou- sios” (el Hijo es “consubstancial” al Padre). Nicea, en un apéndice al símbolo, condena expresiones concretas arrianas: “Los que dicen: ‘Hubo un tiempo en que no fue’ y ‘Antes de ser engendrado, no era’ y que fue hecho de la nada, dicen que el Hijo de Dios es de otra (...) sustancia o creado, o cambiable o mudable, los anatematiza la Iglesia católica”.
  • 80. UT 49 de 92 FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 11 No todos los obispos fueron fieles a Nicea y buscaron fórmulas de compromiso entre Nicea y Arrio: los “semiarrianos” que afir- maban que el Verbo era “semejante”, de “sustancia semejante” y no “homousios” al Padre. Dios es espíritu y la generación divina es de naturaleza espiritual. No se puede aplicar a Dios la generación material como lo hace Arrio. Contra el arrianismo: San Atanasio de Alejandría (+373) y los Padres capadocios: San Basilio (+379), +373 +379 San Gregorio de Nacianzo (+390) y San Gregorio +390 de Nisa (+396), quienes perfilan los conceptos de +396 sustancia y persona (“ousía” e “hipóstasis”).
  • 81. UT 50 de 92 FORMULACIÓN DOGMÁTICA, 12 Un grupo enemigo de Arrio, dirigido por Macedonio (+362), +362 obispo de Constantinopla, niega la divinidad del Espíritu Santo por no ser engendrado como el Hijo. Llamados “pneumatómacos”. San Basilio es el primero que escribe un tratado “Sobre el Espíritu Santo” en el año 375. Argu- 375 menta por ejemplo que si el Espíritu Santo no fuese Dios, no podría hacernos partícipes de la vida divina. Constantinopla I (381) define la divinidad del Espíritu Santo y 381 completa el símbolo de Nicea: “Y (creemos) en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas”.
  • 82. UT 84 de 92 ECONOMÍA DIVINA - TRINIDAD INMANENTE, 5 Inhabitación: hecho testimoniado con frecuencia en el NT: Ejemplo en los Evangelios: Jn 14, 23: 23 “Si alguno me ama, guardará mi pala- bra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él”. Ejemplo en San Pablo: 1 Cor 6, 19: 19 “¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros y que habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis?”.
  • 83. UT 85 de 92 ECONOMÍA DIVINA - TRINIDAD INMANENTE, 6 Inhabitación: enseñanza de los Padres (ejemplos): San Basilio: obra “El Espíritu Santo”. Son numero- sos los pasajes en los que dice que el bautismo dei- fica por la acción del Espíritu Santo. San Agustín, De Trinitate, 15, 18, 32: por el Espí- 32 ritu Santo “se difunde en nuestros corazones la ca- ridad de Dios, por la cual nos inhabita toda la Tri- nidad”. San Cirilo de Jerusalén, Catequesis, 22, 3: “Cuando participamos 3 de la Eucaristía, experimentamos la espiritualización deificante del Espíritu Santo, que no sólo nos configura con Cristo, como sucede en el bautismo, sino que nos cristifica por entero, asociándonos a la plenitud de Cristo Jesús”.
  • 84. UT 86 de 92 ECONOMÍA DIVINA - TRINIDAD INMANENTE, 7 Inhabitación: en el Magisterio: León XIII, Enc. Divinum illud munus (1897); Pío XII, Enc. (1897) Mystici corporis (1943). (1943) Juan Pablo II, Enc. Dominum et vivificantem (1986), 58: “Dios 58 uno y trino se abre al hombre, al espíritu humano. El soplo escon- dido del espíritu divino hace que el espíritu humano se abra, a su vez, ante la apertura salvífica y santificante de Dios”. Idem: “Por el don de la gracia, que proviene del Idem Espíritu, el hombre entra en una vida nueva, es introducido en la realidad sobrenatural de la misma vida divina y se hace morada del Espíritu Santo, templo viviente de Dios (...). El hombre vive en Dios y de Dios”.
  • 85. UT 91 de 92 ECONOMÍA DIVINA - TRINIDAD INMANENTE, 12 Juan Pablo II, Novo Millennio Ineunte 38: “Cierta- 38 mente, Dios nos pide una colaboración real a su gra- cia y, por tanto, nos invita a utilizar todos los recur- sos de nuestra inteligencia y capacidad operativa en nuestro servicio a la causa del Reino. Pero no se ha de olvidar que, sin Cristo, ‘no podemos hacer nada’ (cfr. Jn 15, 5)”. 5 El Espíritu Santo, Dador de vida, impulsa a comunicar a los demás la vida divina, para que sean más libres y felices, para hacer de la tierra un espacio de comunión fraterna, un cielo. El apostolado con- siste en ser testigos del Amor.

Notes de l'éditeur

  1. El secreto divino más importante de la fe que Jesucristo nos reveló, es el misterio de la Santísima Trinidad. Jesús habló de su Padre, que es Dios; del Espíritu Santo, que también es Dios; y afirmó que El y el Padre son una misma cosa (Juan 10,30), porque es el Hijo de Dios. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un único Dios -no tres dioses- porque tienen la misma naturaleza divina, aunque son tres Personas realmente distintas. Que Dios es uno en esencia y trino en personas es la revelación de su vida íntima, el más grande y profundo de todos los misterios; a la vez es el misterio fundamental de nuestra fe y nuestra vida cristiana. Hemos de procurar conocerlo y ¡vivirlo! El Credo o Símbolo es la explicación del misterio trinitario: lo que es Dios y lo que ha hecho por sus criaturas al crearlas, al redimirlas y al santificarlas.
  2. Los misterios nunca podremos comprenderlos porque nosotros somos limitados y nos superan; sin embargo hemos de intentar conocerlos cada vez mejor, para que nuestra fe sea firme y operativa. El misterio de la Santísima Trinidad consiste en que en Dios hay una sola esencia y tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, cada una de las cuales es Dios, sin ser tres dioses sino un solo y único Dios. Podemos comparar este misterio con el sol: el sol está en el cielo y produce luz y calor; la luz y el calor no son distintos del sol. Pues algo parecido es la Trinidad: el Hijo y el Espíritu Santo son iguales en naturaleza al Padre, pero son un solo Dios. El Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo es Dios. Tres Personas y un solo Dios.
  3. Todas las cosas creadas las ha hecho Dios, Uno y Trino. Dios creó el mundo, aunque la creación se atribuya al Padre; Dios realizó la Redención, aunque sólo la segunda Persona - el Hijo- se hizo hombre y murió en la cruz; Dios nos santifica, aunque la santificación la atribuimos al Espíritu Santo. De ahí que, cuando agradecemos a Dios todo lo que ha hecho con nosotros, tenemos que dar gracias a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo.
  4. Aunque no es fácil de explicar, es una verdad que nos llena de alegría saber que el hombre que vive en gracia es templo vivo de la Trinidad Beatísima (cfr. Juan 14,23). Desde el día de nuestro bautismo, si no rechazamos a Dios por el pecado mortal, está en nuestra alma Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Tenemos a Dios dentro de nosotros para santificarnos, para ayudarnos, para estar con nosotros, porque nos ama. Podemos hablar con la Trinidad Beatísima, sabiendo que nos escucha y atiende nuestras súplicas. Esto lo sabemos por la fe y, aunque no lo veamos ni lo sintamos, es verdad. Cuando estamos en gracia ¡somos templo de Dios!
  5. Aquí en la tierra sabemos que Dios está en nuestra alma en gracia, y que la vida cristiana es una lucha para evitar el pecado. Si somos fieles y nos esforzamos por amar a Dios cada vez más, nos concederá lo más grande que podemos alcanzar: verle cara a cara, tal como es. El gran premio del cielo consiste en ver a Dios, contemplar, alabar, amar y gozar por toda la eternidad a la Trinidad Beatísima. Toda la grandeza, toda la hermosura, toda la bondad de Dios se vuelca sobre esta pobre criatura que somos cada uno de nosotros. En el monte Sinaí Moisés pidió ver el rostro de Dios, y el Señor le respondió que ningún hombre puede verle sin morir. No obstante, en el cielo el alma tendrá la posibilidad de ver lo que Moisés quiso ver en la tierra: la majestad de Dios.
  6. Por la fe nos damos cuenta de que ser cristianos es algo maravilloso. Dios nos ama de una manera increíble: nos ha creado por amor, nos ha redimido de nuestros pecados muriendo por nosotros, vive en nuestra alma en gracia, y nos tiene preparado -si somos fieles- un cielo eterno. Nos ha dejado la Iglesia y los sacramentos para que podamos fácilmente saber lo que hemos de hacer y vivir siempre como buenos cristianos, siendo cada día más santos. Hemos de corresponder a tanto amor, y la vida cristiana tiene que ser una continua alabanza a la Trinidad. Profesamos la fe en la Santísima Trinidad cuando nos signamos y persignamos, diciendo "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo"; al rezar el "Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo" ; cuando rezamos el Gloria o el Credo en la Santa Misa, y al final de la Plegaria eucarística. Hemos de procurar rezar estas oraciones y alabanzas a la Trinidad con fe viva y consciente, de modo que toda nuestra vida sea una continua alabanza a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.