2. ¿Qué tramaron estos
movimientos ilustrados
contra los jesuitas?
• Estos movimientos despóticos
atacan a la religión y apuntan el
golpe al principal bastión cultural
de la Iglesia: la Compañía de Jesús.
• El ataque a los jesuitas es similar a
las persecuciones que sufrió la
Iglesia.
3. • Pero vayamos un poco a la
historia de esta corona de espinas
de los jesuitas. Todo comienza
desde el rey español Fernando VI,
con ocasión de los sucesos del
Paraguay y de las famosas
reducciones, que, como método
misional, venían utilizando
aquellos allí desde el siglo XVII.
El Tratado de Límites que se
firma entre España y Portugal en
1750, obliga a entregar varias de
estas reducciones a los
portugueses con no poco
detrimento de las mismas.
4. Así comienza el calvario de los jesuitas.
El ministro Pombal en Portugal acusó a los
jesuitas de traficantes, con mercaderías de las
reducciones, para lo cual falsificó documentos;
Pombal creyó ver tambalear su imperio
cuando un jesuita atacó los intereses que
poseía. Hubo luego un ataque contra el rey; de
ello se culpó a los jesuitas y éstos fueron
expulsados de Portugal. Acusados, condenados
y expulsados sin derecho de defensa en 1759.
5. • Luego les llegó el turno a las provincias francesas de
la Compañía. "Cuando hayamos destruido a los
jesuitas, escribía Voltaire, en 1761, a un
correligionario, fácilmente podremos acabar con la
Infamia" (es decir, la Iglesia católica).En Francia, por
ejemplo, algunos jesuitas denunciaron el adulterio de
Luis XV y madame Pompadour; ciertos yerros
económicos de un jesuita en Martinica fueron
endosados a la Compañía de Jesús. Todo esto provocó
acusaciones virulentas en toda Francia y en 1764 Luis
XV la suprimió, diciendo No siento personalmente
ningún afecto especial por los jesuitas, pero todos los
herejes los detestaron siempre. No digo más sobre
este punto. Si, por la paz de mi reino, los expulso,
contra mis inclinaciones, no quiero que se crea, ni por
un momento, que estoy de acuerdo con todo lo que los
parlamentos han dicho y hecho contra ellos...
6. • "Me felicitas por lo de Rusia: felicítame también por
lo de España", escribía Voltaire en 1768 a un
librepensador protestante amigo suyo, el ministro
calvinista Vernes. Hablaba a continuación de su otro
amigo, el conde de Aranda, primer ministro de
España, que "en un solo año ha llevado a los
españoles más lejos de lo que han adelantado los
franceses en veinte años".
7. • La supresión en España fue la más misteriosa de todas, y nunca
ha llegado a ponerse en claro cómo fue que el rey se prestó a
ello. En marzo de 1766 se produjeron graves disturbios en
Madrid, así como en otras ciudades importantes. Se alegó que
los verdaderos autores eran los jesuitas, y en octubre se abrió
una investigación. Todo el asunto fue llevado con inusitada
reserva. Los nombres de los testigos, la naturaleza de las
pruebas, nunca fueron revelados. Tampoco se oyó a los
acusados en su defensa. Y todos los documentos de la
investigación fueron destruidos, una vez que el rey los hubo
estudiado. En febrero de 1767 se tomó la decisión, y se dispuso
que se anunciara sin dar explicaciones de ninguna clase. Se
expidieron órdenes selladas, que se abrirían en la noche del 2 de
abril de 1767. En la mañana del día 3, de acuerdo con estas
instrucciones, todos los jesuitas que se hallaban en los dominios
del imperio español fueron detenidos, enviados a los puertos
previamente designados, embarcados y conducidos a los estados
pontificios.
8. • Cuando se enteró el Papa Clemente XIII manda el breve
“Inter acerbissima” a Carlos III, que empieza con estas
palabras: “¡Tú también, hijo mío; tú, rey católico, habías
de ser el que llenara el cáliz de nuestras amarguras y
empujara al sepulcro a nuestra desdichada vejez entre
lutos y lágrimas!”.
• Tantas fueron las calumnias contra los jesuitas, que se
tomaron contra ellos medidas muy duras: fueron
cerradas sus casas, fueron secuestrados sus bienes, se les
acusó de terribles enemigos de la quietud de las
monarquías, y se les expulsó de esos países, como ya
dijimos. El mismo Papa Clemente XIV, hombre tímido,
hábil y afable, pero sin experiencia del mundo ni
horizontes amplios, la suprimió, por presiones
borbónicas, pues los mismos ministros y embajadores le
insistieron con amenazas de cisma en sus países. Era el
21 de julio de 1773.
9. ►Los
jesuitas soportan el golpe
con entereza. Tuvieron que
dejar las tierras de misiones. El
mismo Papa Clemente XIV
hizo encerrar al último
general de los jesuitas, que
murió en prisión. En Portugal,
el marqués de Pombal hizo
ejecutar a más de ochenta
jesuitas.
10. • El general de la Compañía, padre Ricci, se limitó
a decir: “Yo adoro las disposiciones de Dios”. Fue
tomado preso y recluido en las prisiones del
castillo de Sant´Angelo. Allí murió el 24 de
noviembre de 1775. Un año antes había muerto
Clemente XIV.
• La Compañía de Jesús no se extinguió del todo,
pues mientras los países católicos se ensañaron
contra ella, Federico II de Prusia y la zarina de
Rusia, Catalina II, prohibieron la promulgación
del breve en sus estados. De esta manera la
Compañía no fue extinguida ni suprimida de un
modo absoluto. Una centella perduró viva bajo las
cenizas, allá lejos entre las nieves de Rusia y las
nebulosas tierras prusianas. Desde allí renacerían
los jesuitas al comienzo del siguiente siglo.
11. ►La
Iglesia, privada de su obra
predilecta, responderá con cierta
ineficacia a la crítica y a las sanciones
–excomuniones, penas eclesiásticas...Hacía falta la Compañía de Jesús con
sus medios de comunicación social,
prensa, y así introducir a la iglesia en el
pensamiento moderno, como lo
habían hecho en el siglo XVI.
Quedaban desatendidos los colegios,
las misiones populares, las misiones
extranjeras, las actividades culturales.
12. • ¿Por qué el Papa Clemente XIV la
suprimió? En el decreto se decía “para
salvar la paz” (1773). No sería muy
duradera esta paz; y no pasarían muchos
años de bonanza, pues el próximo ataque
sería a la misma iglesia, como lo había
dicho Voltaire: “Cuando hayamos
concluido con los jesuitas, más fácilmente
acabaremos con la intolerante”.
Efectivamente, el ataque fue a la iglesia, al
papado, de esta manera, borrar a la iglesia
de la faz de la tierra.
13. • No lo lograron. Como no hay mal que por bien no
venga, pasada la tormenta resurge la Compañía de
Jesús, con aureola de mártir, en el siglo XIX.
• ¿Cómo juzgar la supresión de la Compañía por parte
del Papa Clemente XIV? La supresión de la
Compañía es considerada por la historia como una
derrota del papa de ese tiempo. Como atenuante, debe
recordarse también que cuando Clemente XIV firmó
el decreto era un hombre muy débil
• En 1815 será restablecida la
Compañía de Jesús, por orden del
Papa Pío VII.