1. Filosofía de la Masonería Por Mgr. León Meurin, S. J. Arzobispo-Obispo de Port-Louis
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269. La serpiente se encuentra en forma de círculo en el centro del cuadro, en la gloria que emana del triángulo.. Esta es la divinidad eterna. Sobre el círculo hay dos larvas macho, y dos «Cámaras del Centro», emblemas del desarrollo eterno por medio de la generación. Luego, viene una serpiente fecundando con su aliento a una mujer: Lucifer fecundando a Eva, y engendrando en ella a Caín. Otras seis representaciones muestran a la serpiente de Osiris, a la serpiente del paraíso envolviendo el árbol de la ciencia del Bien y del Mal y mordiendo una manzana; la serpiente Knaphis, dios de Elefantina, isla del Nilo; el Python de la mitología griega; la serpiente india y la serpiente de bronce de los israelitas —todas ellas marchando sobre la cola, según la antigua fábula, que dice que la maldición de Dios: «Te arrastrarás sobre el vientre»,5 implica que la serpiente marchaba antes sobre la cola y no acepta tal castigo. Veamos ahora la enseñanza que el «Muy Respetable» da en el grado 3°, al neófito de la maestranza:
270. «Voy a hacerte conocer al héroe del drama simbólico, en el que acabas de tomar una parte activa; me refiero a nuestro maestro Hiram... Su pasado era un misterio. Enviado al rey Salomón por el rey de los tiri os, adoradores de Moloch, este personaje, tan extraño como sublime, supo, desde su llegada, imponerse a todos. Su genio audaz le colocaba por encima de los demás hombres; su espíritu escapaba a la humanidad, y todos se inclinaban ante su voluntad y ante la misteriosa influencia de aquel a quien se llamaba el maestro... La bondad y la tristeza estaban pintadas en su rostro ensombrecido y su amplia frente —escúchame bien, Hermano mío— reflejaba a la vez al espíritu de la Luz y al Genio de las Tinieblas...» El «venerable Orador» continúa: «Nadie sabía la patria ni el origen de este sombrío personaje, a quien su genio elevó por encima de todos los demás hombres y que despreciaba a la multitud vulgar. Pero aquel que vino como extranjero en medio de los hijos de Adán no era, efectivamente, un descendiente del primer hombre. Si su primera madre era también la de él, Adán solo fue el alimentador de Caín. «Escucha bien, Hermano mío, la genealogía de Hiram, él verda-
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273. de Tubalcain y de Nohema, quien empleó todo su genio en la construcción de ese templo que el orgullo de Salomón elevó a este Adonaí, al Dios implacable cuyo odio persigue, a lo largo de los siglos, a los descendientes de Caín, generación tras generación...» El Ángel de la Luz, la serpiente, se llama también Abaddon, y este es el nombre que San Juan le da en el Apocalipsis131. Abad, en hebreo, significa ser exterminado, y Abaddon, perdición, el Exterminador... Bryant132 dice que era un nombre del Dios serpiente y que Hinsius tiene razón al identificarle con la serpiente Python133. La palabra sagrada del grado 17 es Abaddon. Con toda seguridad que nuestros masones cristianos no se dan cuenta de que son culpables de la más odiosa de todas las idolatrías: la demonolatría. Estamos en presencia de las antiguas leyendas de los gnósticos y de los ofitas, practicadas en nuestro siglo en las logias de la Masonería.
274. Véase cómo los judíos heterodoxos explican las palabras de Yehovah a la serpiente. «Pondré la enemistad entre tú y la mujer, entre su raza y la tuya»134. Los masones dirán que no creen en todas estas tonterías. Pero entonces, ¿por qué se prosternan ante la Estrella Flamígera, símbolo de ese Espíritu de la luz, o más bien, del Fuego y del Abismo? ¿Por qué perseveran en tales majaderías, hasta el grado 30, en que los judíos les hacen levantar la mano armada de un puñal contra ese Adonaí injusto y cruel con el Ángel de la Luz? Los dos ejes sobre los que gira toda la doctrina, moral, teoría y práctica de la Masonería son la adoración de Satán y la del phallus. 4. Apreciación de las doctrinas ofito-masónicas. ¿Nadie nos pedirá una refutación de estas doctrinas tan extrañas como blasfemas, que ponen, con astucia verdaderamente dia-
275. _______ 130 Tubalcain, es la palabra de «pase» del grado de Maestro en el Rito escocés. 131 Apoc, IX, 11. 132 Mythology; II, p. 202. 133 «Non dubitandumest, quinPythius, hoc estspurcusillespiritus, quemHebraeiOb et Abaddon, Hellenistae ad verbum Apollyonum, caeteríApollyonadixerunt, sub hac forma qua miseriam humano generiinvexit primo cultus». 134 Gen., III, 15. 135 Gen., VI, 2 136 Gen., III. 137 Ver sobre este asunto Mythology, II,: 197, 458 de Bayant. 138 L. Taxil, II, p. 24. 139 Juan, VIII, 44
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281. De Curbicos, que era su nombre143, se convirtió en Manera o, helenizando la palabra, en Mani144. San Arquelao, obispo de Mesopotamia145, que da este detalle, cuenta también que, con vistas a combatir a los cristianos, sus más temibles enemigos, formó el proyecto de aliar sus principios con los del cristianismo. Como veremos, sus principios eran los de la Kabalaperso-judaica. San Agustín146 cita palabras del maniqueo Fausto que admite el testimonio de Hermes Trismegisto. Mani mandó a sus discípulos comprar los libros de los cristianos, de los que quitó o a los que añadió todo cuanto era adverso o favorable a su doctrina. Mani, invitado por San Arquelao a una discusión pública, se presentó vestido con un indumento extraordinario. Llevaba borceguíes altos, una capa de diversos colores, que daba cierta sensación aérea, un gran bastón de ébano en la mano, un libro babilonio bajo el brazo, una pierna envuelta en una tela roja, y la otra en tejido verdoso147... Pero, ¿no sería la Kábala este libro babilonio?
282. Según fuentes orientales, Mani nació de una familia sacerdotal, en Persia. ¿Era esta familia una de judíos que se quedaron en Babilonia? Pero sea cual fuera el resultado de estas premisas, lo cierto es que el contenido kabalístico en la doctrina maniquea es lo bastante evidente para poder deducir de ahí la nacionalidad de su autor. Lo que más nos sorprende en la mescolanza de absurdos maniqueos que luego veremos, es precisamente, la presencia de la Kábala en tal doctrina. Veamos el cuadro que presentamos en la lámina J. El En-Soph está representado por Dios. A los cristianos no se les podía engañar con la idea de lo Abstracto, separado de _______ 143 Del griego Kurbis, mesa triangular sobre la cual se inscribían las leyes en Atenas. 144 «La Señora de las naciones (Jerusalén) se ha convertido en viuda; de todos cuantos le eran queridos, no hay ni uno solo que la consuele (Me-naham)». Véase: Threni, I, 1, 2. 145 Acta disput. Contra Manetem, n. 36. 146 Contra Faustum, 1. XIII, c. I. 147 Mansi: Concilles, I. p. 1129. Rohrbacher, V, p. 548.
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305. … ¿Dónde? En primer lugar, en sus logias de adopción. Escuchemos, en segundo lugar, la doctrina masónica sobre el matrimonio. De forma un tanto indirecta, para no herir la honestidad aun latente, condena al matrimonio, como lo había condenado antes el maniqueísmo. En el libro “El culto al Gran Arquitecto” se halla expuesta la celebración de un matrimonio masónico, llamado, según los principios maniqueos, el reconocimiento conyugal. No hay más que seguir los procedimientos de esta parodia de un matrimonio auténtico para persuadirse de que los principios sobre los cuales está basada la ceremonia son los mismos expuestos por el maniqueísmo. En el centro de la sala, ante el oriente, hay una columna ancha y corta, sobre la que están las alianzas en una bandeja con flores; en el centro, una cazoleta bien provista de brasas ardientes. Los que hayan visitado los templos de los sivaitas de la India, reconocerán esta columna ancha y corta como igual a la que siempre hay en tales templos: significa el phallus de Siva,
306. Dios del Fuego. Las brasas ardientes sobre la columna enlazan, pues, los misterios masónicos con la phalolatría del paganismo antiguo. El Venerable pronuncia durante la ceremonia palabras cuyo significado será claramente comprendido por los que recuerden la doctrina maniquea sobre el matrimonio. Por ejemplo: —«Se considera al matrimonio como la verdadera religión del género humano». Con esto se insinúa el acto marital. «El matrimonio emancipa a los jóvenes; les hace independientes y libres para desarrollar su naturaleza y sus facultades». «Cara hermana, da a tu marido esta alianza, cuya forma es emblema de la perpetuidad». «Los dos círculos entrelazados representan la eternidad de la unión del Santo Rey con la Matrona». El Venerable, extendiendo las manos sobre las cabezas de los esposos, dice: «Os confirmo en el lazo sagrado del matrimonio, y os doy la consagración masónica que vuestras virtudes merecen». El matrimonio civil se declara implícitamente nulo, sin esta confirmación.
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361. e Inglaterra. En este último país ya estaba preparado el terreno por el doctor Robert Fludd, de Londres, oráculo de los místicos y de los teósofos. Gracias a él, el grado de los Rosa-Cruz se extendió rápidamente. Fludd pretendía, con la hipocresía característica del sectario, que la Rosa-Cruz era «un antiguo símbolo de la Cruz de Cristo, enrojecida con su sangre, color de rosa». En Francia, El Gran Oriente reunió en 1786 a las dos Ordenes -Rosa-Cruz y Templarios de Herodom— en una sola, y llamó a sus adeptos «Soberanos Príncipes Rosa-Cruz de Herodom». No creemos que nadie nos pida que multipliquemos las pruebas para establecer que este grado de Rosa-Cruz fué hábilmente introducido por los jefes secretos de la Masonería. Este es su único origen. La identidad de, su doctrina, de su odio y de sus prácticas sacrílegas con las de los maniqueos, gnósticos y kabalistas, nos indica claramente la personalidad de los, autores, es decir, de los judíos kabalistas.
362. 6. Los Caballeros Prusianos o Noaquitas El grado 21, de Caballero Prusiano, se llamaba anteriormente el Gran Patriarca Noaquita. Según se dice, debe su último nombre a Federico II, rey de Prusia. Tal vez los masones cambiaron la denominación para complacer a su real protector, y servirse así mejor de su influencia. Este grado, lo mismo que otros grados caba-llerescos, deben su origen a fuente distinta de las combinaciones de los autores de los treinta y tres grados. La Masonería es el resumen de las doctrinas del paganismo, de la Kabala y de las grandes herejías de los siglos pasados. Estas doctrinas se enseñan con gran precaución por los jefes supremos de toda la sociedad, Los grados militantes son instituidos para sostenerles y defenderles por medio de la fuerza.