1. El Inmaterialismo de
Berkeley.
Desde Galileo, Los físicos habían aceptado
que las ideas que tenemos de las
cualidades secundarias, esto es el calor,
del color, de los sonidos y del gusto. Según
la opinión general, tales sensaciones
dependen del sujeto que las perciba.
2. Un calor intenso puede convertirse en dolor,
y si el dolor no tiene existencia en el mundo
extrínseco a nosotros, es absurdo suponer
que el calor la tenga. Nada existe en el
mundo exterior que pueda compararse con
la experiencia que tenemos del color, del
calor, etc. Por otra parte según la opinión
que Locke se había formado, nuestras ideas
acerca de las cualidades primarias por
ejemplo se refieren a la extensión, a la
solidez, a la forma y a la dimensión se
asemejan a cosas que existen en el mundo
material.
3. Berkeley, no obstante, sostenía que los
argumentos derivados de la relatividad de
nuestras ideas acerca de las cualidades
secundarias se aplican igualmente a
nuestras ideas acerca de las cualidades
primarias. La forma y la dimensión de los
objetos, así como la velocidad de sus
movimientos, parecen cambiar según la
posición que ocupamos e incluso según
nuestro estado de espíritu.
4. Berkeley explica también que no
podemos concebir la extensión fuera del
color o del tacto, y que en general las
ideas relativas a las cualidades
secundarias. Lleva asimismo la teoría
hasta su punto extremo al decir que es
inconcebible que una cualidad sensible
cualquiera, ya sea primaria, ya
secundaria, pueda existir fuera del
espíritu.
5. Finalmente, Berkeley sostiene que la
concepción misma de la existencia de
una cosa que nos sea ni concebida ni
pensada, está en contradicción consigo
misma, pues “cuando nos esforzamos
por concebir la existencia de objetos
exteriores, no hacemos sino contemplar
nuestras propias ideas”