La revolución quirúrgica superó tres problemas principales: el dolor a través del desarrollo de anestésicos, la hemorragia mediante nuevos métodos hemostáticos, y la infección gracias a la antisepsia y asepsia introducidas por Liste y Bergmann. Estos avances permitieron el desarrollo de nuevas especialidades quirúrgicas.

1. Revolución quirúrgica El renacimiento fue testigo de la revolución quirúrgica la cual fue abanderada por Ambrosio Paré (1507-1591) quien transformó algunos de los métodos de cirugía, los cuales habían permanecido sin variación desde la época de los romanos, gracias a la observación. Pero a los cirujanos les quedaban por resolver todavía tres problemas: el dolor, la hemorragia y la infección. El dolor comenzó a vencerse a mediados del siglo XIX con el uso de anestésicos generales mediante inhalación, como el éter, el óxido nitroso y el cloroformo. Uno de los iniciadores de estas prácticas fue el dentista norteamericano William T. G. Morton, quien en 1844 usó éter en su consulta y dos años más tarde se utilizó para extirpar un tumor del cuello en el Hospital General de Boston. La técnica se difundió rápidamente por todo el mundo, aunque no fue bien recibida por parte de algunos cirujanos.

5. Máscara de inhalación de Ochsner

6. Inhalador de Ombredanne (Louis Ombredanne,1871-1956), para anestesia quirúrgica de principios del siglo XX

7. Equipo de anestesia Loosco, Amsterdam, de mediados del siglo XX

8. Termocauterios de Paquelin. Servían para cauterizar, producir hemostasia o eliminar tejidos enfermos mediante resección .

9. Equipo de electrocoagulación