2010.06.03 monica garaycoechea...entrenadora de la feminidad
1. JUEVES, 3 JUNIO 2010
LA CONTRA
Mónica Garaycoechea, entrenadora de la feminidad
VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET
Tengo 54 años, ¡me encanta mi edad! Nací en Madrid y vivo en Florida. Soy médico. Tengo conseguí tener algo que dar: ¡el regalo sagra-
do y divino de mi feminidad!
un hijo. Estaba casada, triunfadora, hogar perfecto..., e insatisfecha. Hoy, reconciliada con mi ¿Y cómo da usted ese regalo?
feminidad, soy feliz. ¿Política? Evolución personal. ¿Dios? Yo prefiero descubrir a creer Disfruto de las formas, celebro mis formas,
siento y honro mi útero, soy consciente de
su sabiduría, que es la de la naturaleza crea-
“Soy la diosa Afrodita, soy dora... Siento a la diosa: he evaporado todo
miedo a vivir, ¡me reconecto con el podero-
so fluir de la vida! Estoy a gusto, así que aho-
ra estar a mi lado es agradable.
jugosa y hago jugosa la vida” Eso es verdad.
Y por eso imparto talleres para inspirar en
las mujeres su feminidad, para que experi-
menten a su diosa interior: danzamos, visua-
lizamos, nos expresamos corporalmente, sa-
namos nuestra feminidad malherida... Y, ya
Diosa interior féminas conscientes, identificamos y activa-
mos nuestros arquetipos femeninos.
No recuerdo haber en- ¿Qué arquetipos son esos?
trevistado antes a una En cada mujer predomina un arquetipo de
diosa: saberlo nos ayuda a conocernos me-
diosa. Me ha advertido jor... y a respetarnos entre mujeres. Es que,
de que es muy Afrodita: si no, ¡una mujer Atenea despreciará siem-
pre a una mujer Afrodita...!
“Me place gesticular y ¿Las diosas de la mitología griega?
moverme al expresar- Atenea, Afrodita, Artemisa, Deméter, Persé-
fone, Hera, Hestia... Cada una de estas dio-
me”. Bienvenida sea sas griegas simboliza un aspecto de la femi-
Afrodita: gusta porque nidad. Y cada mujer las contiene a todas...,
pero en cada mujer habrá siempre alguna
se gusta. Me ha dicho de estas diosas que mande. ¡Así que convie-
ne identificarla, ser muy consciente de ella!
que toda mujer conscien- ¿Cuál manda en usted?
te de su diosa resulta Afrodita, diosa de la sensualidad y del amor,
conectada a la belleza de la vida. Yo siento
más atractiva y goza de mucho, no soy nada reseca: soy jugosa y ha-
entregarse al hombre de go jugosa la vida.
E
¿Es usted –perdóneme– casquivana?
GEMMA MIRALDA masculinidad consciente Lo sería una Afrodita inconsciente: se ena-
stoy ante una diosa? nuestra sensualidad femenina, nuestra origi- (“el que sabe estar pre- mora del hombre inapropiado, se desena-
En el interior de cada mujer naria feminidad, nuestra esencia. mora, se vuelve a enamorar de otro inapro-
palpita una diosa... pero olvi- ¿Aún hay mujeres que se niegan? sente, atento, penetran- piado..., y sufre. Yo no: soy Afrodita cons-
dada. Por suerte, toda mujer Mujeres arrastradas por su rol social ciegan te, creando el espacio ciente, es decir, completa ya por mí misma.
puede rescatar a su diosa. la fuente de su feminidad para ser reconoci- ¿Y cómo es la diosa Atenea?
¿Lo ha hecho usted? das por baremos de valores masculinos. para que la mujer sea La planificadora, empresaria, negociante,
Estoy haciéndolo..., ¡y nunca como ahora ¿Qué les diría a esas mujeres? más mujer...”). Lo dice mental... Una mujer no consciente del pre-
me había sentido tan dichosa como mujer, Que frenen..., o las frenará la vida. Como a dominio de su Atenea corre un riesgo: des-
tan a gusto en mi feminidad! mí: yo era una mujer casada con un hombre con una sensualidad fe- conectarse de su propio cuerpo.
¿Qué le pasaba antes, Mónica? de éxito, con un bebé hermoso, hogar agra- menina serena y turba- ¿Y cómo opera la diosa Deméter?
Antes yo me avergonzaba de mi feminidad. dable, reconocida profesionalmente como Es la madraza cuidadora, acogedora, nutri-
Me incomodaban mis caderas, mi talle, mis dentista, buenos ingresos, hacía de todo..., dora. Viene a España a dora, protectora. Y la mujer no consciente
pechos, mis curvas, mi útero, mis menstrua- pero me sentía hondamente insatisfecha. impartir sus talleres de su Deméter puede acabar reduciendo su
ciones, mi sensualidad... Sentía antipático, ¿Qué le impedía ser feliz? vida a sus hijos..., dañándose a ella y a ellos.
ridículo y odioso lo propio de la feminidad. Había vivido desde niña de acuerdo con (www.CoachDesdeLoFe- ¿Y si manda la diosa Perséfone, qué?
¿Por qué cree que le pasaba eso? cierto guión: llegaría un hombre poderoso y menino.com) para muje- La mujer será hipersensible, intuitiva, casi
Porque el pensamiento hegemónico –pa- rico y formaríamos una pareja maravillosa... ingenua, encantadora, complaciente... y, si
triarcal– nos empapa a todos: lo femenino, Un cuento muy común. res al reencuentro de su no es consciente de ello, fácilmente víctima.
pues, ha sido percibido como extraño, oscu- Que interpreté... hasta que me faltó algo. feminidad abandonada ¿Y qué tal se porta Artemisa?
ro, inquietante y, por tanto, amenazante. ¡Y ¿Qué era? Es defensora de débiles y sanadora, muy in-
las propias mujeres nos hemos sentido vio- Que no tenía nada que dar. ¡Sólo pedía! Lo (www.marialuisabece- dependiente: la mujer consciente de su Ar-
lentas con nuestra natural feminidad! fui descubriendo tras mi divorcio, sacudida temisa es sabia. Pero, si no lo es, puede aca-
¿Hasta qué extremo? traumática... que me despertó. Practiqué
rra.com) y despertar así bar por olvidarse de entregarse al amor.
Hasta negárnosla. La lucha feminista, focali- meditación zen, que me ayudó a despren- a su diosa interior. ¿Y qué me dice de la diosa Hera?
zada en la igualdad jurídica con el hombre, derme de mis lastres de racionalidad prácti- Hace de una mujer la esposa ideal (en su rol
creyó que había que sacrificar feminidad. ca... y empecé a vivir en el cuerpo femenino. social de lealtad intachable), pero corre un
¿Abomina usted del feminismo? ¿En qué consiste eso? riesgo: olvidarse de nutrir al hombre que
¡No! Lo agradezco, puesto que era del todo Sentí que había desdeñado mi feminidad co- hay en su marido. Y este hombre, claro, aca-
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necesario. Pero hoy ya podemos reivindicar mo algo inferior, irracional y manipulador, bará encontrando una Afrodita por ahí...
esa igualdad jurídica sin sacrificar por ello y me apliqué en honrar esa feminidad. Y así VÍCTOR-M. AMELA