1. Games
El título sombrío y provocador que explora
un terreno desconocido para los videojuegos
LO BUENO
El sistema de combate
permite múltiples
aproximaciones en cada
encuentro. Magnífico
diseño de niveles. Banda
sonora estremecedora y
acorde a la atmósfera del
juego. Guión inteligente
y provocador. Buena
ejecución en el desarrollo
de los personajes y sus
relaciones. Muchos
detalles soportan la
verosimilitud del título.
Los distintos sistemas de
juego se relacionan entre
sí de forma armoniosa.
LO MALO
La inteligencia artificial
no siempre actúa con
naturalidad.
E
l fin del mundo
ejerce una fascinación implacable en todos nosotros. Es uno
de los pensamientos más
desagradables que puede
concebir la mente humana
y, sin embargo, continuamos visitando el escenario
de nuestra ruina a través
de la ficción. The Last of Us
retrata una de las perspectivas de la condición humana más brutal y desoladora
que podrán encontrar en
los videojuegos; Naughty
Dog de- sarrolló una
verdadera obra
maestra.
La
premisa es simple: Joel, el
protagonista, debe llevar a
la misteriosa Ellie a un destino importante; sin embargo, desata una de las tramas
más
conmovedoras
de esta generación.
Lejos de las situaciones al
límite de UNCHARTED, The
Last of Us tiene una presentación más sencilla. La sombría
gama de emociones, a las que
se hace referencia por medio
del estilo narrativo, incluye la
desesperanza, la desilusión,
la tristeza y el coraje. El jugador deberá comenzar la aventura preparado para enfrentar
situaciones muy difíciles y
duras. La violencia gráfica es
lo de menos, las emociones
que provoca son mucho
más devastadoras. Para
explicar por qué, debo
hablar del eje argumental del juego: el hongo
parásito capaz de infectar
a los seres humanos.
Sin inteligencia o razón, los
humanos son reducidos a
un gesto mecánico de violencia y barbarie; pueden
permanecer
estáticos
durante horas y convulsionarse
abruptamente
mientras lanzan manotazos
al aire. El escenario es terrible
y está poblado por criaturas
rápidas llamadas corredores,
que atacan en conjunto y son
capaces de vernos; y por los
infectados en estado más
avanzado fueron cegados por
el hongo parásito y utilizan
un sistema de radar similar
al de los murciélagos para
ubicarse. Si bien todos son insensibles a la luz, el magnífico
diseño de niveles del juego y
la selección de infectados a
enfrentar te colocarán en situaciones complicadas. Me
sorprendió gratamente la forma en que cada escenario de
combate puede ser resuelto
con muchas aproximaciones
distintas. Desde el sigilo hasta la violencia, es divertido y
emocionante probar tu suerte
con los enemigos en The Last
of Us.
Hasta ahora, suena como si
los infectados fueran enemigos terribles; sin embargo, si
apartamos su impacto psicológico, los humanos son más
peligrosos. Además de ser
obstinados y revisar a conciencia todos los posibles
escondrijos, son capaces de
rodearte, coordinarse para
atacarte entre varios y más.
Con un poco de práctica, serás capaz de engañar a todo
tipo de infectado, pero frente
a los humanos sufrirás derrotas donde el único culpable será la mala planeación
o el descuido.
The Last of Us te obligará a
pensar cada movimiento. Sin
llegar a provocar tedio o desesperación, su sistema de juego ha logrado lo que muchos
no han conseguido en su género: provocar expectativa en
cada encuentro. Me extrañó
en especial que no me impacientara al tener que esperar a
los enemigos. Por lo general,
hacer que el jugador aguarde
algo para poder reaccionar es
una mala decisión de diseño;
sin embargo, en el título de
Naughty Dog no ocurrió esto.
Me parece que se debe a las
múltiples herramientas disponibles para enfrentar estas
situaciones: bombas, distracciones, un sistema de cobertura bien pensado y un diseño
de niveles magnífico.
Una de las mayores virtudes
del título es la forma en que
se apega al tema de la sobrevivencia, desde distintos
ángulos. Los protagonistas
tienen la capacidad de prestar atención a los sonidos de
su entorno, por ejemplo, para
verlos prácticamente a través
de las paredes. Las actualizaciones que puedes hacer a los
atributos de tu personaje, así
como las de las armas, dependen de objetos que encuentras tirados, como tuercas,
papel, azúcar y pastillas. También tendrás un límite de objetos y municiones para cargar. La mochila de Joel no es
el saco sin fondo de muchos
videojuegos. De forma similar a Dead Space, saber qué
armas llevas equipadas será
posible con sólo ver a tu personaje, pues no importa si es
un palo o un hacha, observarás las herramientas de guerra que cuelgan de la mochila.
Podría seguir hablando de detalles que construy e n
una atmósfera
verosímil,
como que
los humanos visten
ropa distinta,
al igual que los
infectados (no
recuerdo haber
visto 2 iguales), el
arco es difícil de
usar y traza una
parábola, el límite
impuesto para lo
que puedes cargar
produce una dinámica de constante
recolección, las
expresiones de
asombro de Ellie cada vez
que matas a alguien, pero
sería interminable.
The Last of Us tiene un
sistema de juego elegante,
una música cruda y visceral, y una dirección de arte
coherente. En conjunto,
estos atributos construyen
una de las experiencias
más sofisticadas y maduras de esta generación. No
se trata de sangre o violencia, sino de la verosimilitud
del mundo construido por
Naughty Dog y de cómo
fueron capaces de crear
un título cuyas distintas dimensiones embonan perfectamente como las caras
de un prisma. Sin embargo, el resultado no es
algo que calificaría como
dichoso o feliz. Describo
esa sensación con palabras que alguien usó para
hablar de un tigre: aciaga
joya, es decir, una belleza
que produce desasosiego.
Ante la discusión ya gastada que cuestiona si los juegos pueden ser arte o no,
antepongo otra pregunta:
¿puede el arte ser como
The Last of Us?
Fuente Review: LevelUp