1. SOCIEDADE M 2
38 EL MUNDO. LUNES 23 DE MARZO DE 2015
ÁNGELES LÓPEZ MADRID
Dice estar mucho más descansado
y que ahora ya solo trabaja 10 ho-
ras al día. Fernando Simón, direc-
tor del Centro de Coordinación de
Emergencias y Alertas Sanitarias,
fue la cara más visible –y convin-
cente– del Ministerio de Sanidad
en la crisis del ébola en España,
por la que se activó el protocolo de
casos sospechosos 48 veces –fren-
te a los 450 de Francia–. Ésta ha si-
do, según la define él mismo, la
epidemia de las primeras veces.
Porque es la más grande hasta
ahora, afectó a zonas densamente
pobladas, en áreas que no tienen
continuidad [hubo casos en Nige-
ria o en Sierra Leona], se han dado
grandes diseminadores, dos brotes
al mismo tiempo [el que ha salido
en los medios y uno menos impor-
tante en el Congo], es la primera
vez que se han repatriado tantos
casos y que el virus se transmite
fuera de África. Así lo ha argumen-
tado la pasada semana en una con-
ferencia dentro de las Jornadas
Ciencia y Sociedad 2015 de la Fun-
dación Banco Santander. Con mo-
tivo del aniversario del primer bro-
te detectado en Guinea, que la
OMS comunicó el 23 de marzo de
2014, este experto ha explicado a
EL MUNDO cómo ha sido la actua-
ción internacional y cuál es la evo-
lución de este brote que ha dejado
casi 25.000 personas afectadas y
más de 10.000 muertes.
Pregunta.– ¿En qué situación está
la epidemia?
Respuesta.– Estamos a unos
cuantos meses, dos o tres mínimo,
de tener que mantener unas medi-
das de control importantes sobre la
población, que son costosas para es-
tos países con muy pocos recursos.
La población internacional va a co-
laborar, pero los países que las im-
plementan son ellos. También nos
enfrentamos a la reconstrucción de
unos sistemas sanitarios que ya
eran frágiles antes de la epidemia.
Su reconstrucción física no va a ser
difícil, pero lo que va a costar más
tiempo es recuperar la confianza de
la población en esos sistemas, al
igual que la de los sanitarios en sus
propias capacidades para tratar y,
sobre todo, para protegerse de las
enfermedades. Estos países van a
tener que garantizar durante mucho
mucho tiempo que son capaces de
vigilar, detectar y notificar casos
sospechosos de ébola.
P.– ¿Se puede ya poner una fecha
de fin a esta epidemia?
R.– Creo que ahora se están ha-
ciendo las cosas bastante bien. Si se
logra mantener la tensión hasta el úl-
timo momento, en un periodo de
unos dos meses podremos estar casi
en los últimos casos. A partir de ahí
hay que esperar 42 días para confir-
mar que no hay transmisión incon-
trolada. Todo esto implica unos tres
o cuatro meses para garantizar que
la epidemia está controlada. Y en ese
tiempo hay que seguir pensando que
estamos ante una epidemia grave
porque, si hay un poco de autocom-
placencia y se baja la tensión, proba-
blemente podamos tener un repunte
y esto se estirará más y más.
P.– ¿Cuáles han sido los errores y
los aciertos en este brote de ébola?
R.– Empezaré por los aciertos.
Uno importante es que todos los paí-
ses, casi todos, desde la primera no-
tificación empezaron a prepararse
para varias cosas: se actuó frente al
riesgo de que llegaran casos a su te-
rritorio; se inició un apoyo a las zo-
nas afectadas, quizás tarde y escaso,
porque –y eso es un error– no se va-
loró correctamente la escala de ries-
go una vez el virus llegó a las ciuda-
des africanas; al reglamento sanita-
rio internacional se le ha hecho un
test de estrés muy importante al que
ha sabido responder... Es verdad que
ha habido retrasos en la respuesta
internacional. Quizás se creyó que,
al ser la misma enfermedad que
otras veces, la epidemia iba a ser
igual, pero aquéllas veces se dieron
en zonas con características diferen-
tes y el efecto fue distinto.
P.– Pero la sensación ha sido de
descontrol frente a la epidemia. ¿Qué
hubiera ocurrido en otro tipo de epi-
demias de mayor transmisibilidad?
R.– Es difícil decirlo. El número de
viajes internacionales, traslados de
mercancías, migraciones, etc. ha cre-
cido de manera exponencial y no
siempre en las mismas direcciones.
África en estos últimos 10-15 años,
pese a que sigue estando en una si-
tuación de desarrollo bajo, ha tenido
una evolución muy importante que
ha derivado en un intercambio entre
países europeos y africanos que ha-
ce una década no existía. Eso hace
difícil fijar modelos estables a largo
plazo. Se ha pasado de una situación
en la que los riesgos locales pasan a
ser internacionales a una velocidad
casi incontrolable y, a pesar de ello,
hemos establecido mecanismos y he-
rramientas que reducen mucho la
posibilidad de que pasen desaperci-
bidos y hemos reaccionado con una
cierta efectividad.
P.– ¿Qué se ha aprendido?
R.– Que no podemos esperar a to-
mar decisiones políticas de alto nivel
para responder. Hay que establecer
mecanismos que hagan más ágiles la
colaboración de los países. De hecho,
la OMS ya está modificando alguna
de sus condiciones sobre la contrata-
ción de su personal para agilizarla.
P.– ¿Podría hacer un análisis de lo
ocurrido en España?
R.– Creo que las cosas no se han
hecho mal, aunque sí hay puntos cla-
ve de mejora. No valoramos bien el
impacto que iba a tener en la pobla-
ción y su reacción. Debimos haber
hecho campañas de comunicación
distintas, mucho más activas. Por
otro lado, hemos vivido una situación
en la que un aspecto ha sido bueno y
malo a la vez: en España tenemos un
sistema administrativo compartido
entre las CCAA, que favorece mucho
en que se discierna las recomenda-
ciones técnicas de la implementa-
ción. Y es muy bueno que la imple-
mentación de los protocolos corres-
ponda a las CCAA. Pero eso implica
que, si en algunos niveles o momen-
tos no se perciben los riesgos con la
intensidad adecuada, la ejecución se
hará de una forma más lenta, más
relajada lo que puede suponer un re-
traso en la respuesta. Quizás en algu-
nas situaciones se han generado du-
das, pero la respuesta, vista desde
una perspectiva global, creo que ha
sido en general buena.
DirectordelCentrodeAlertasSanitarias.Esteepidemiólogo,quecoordinóeldelcomité
especialparalacrisisdelébolaenEspaña,consideraquelagestióndelaepidemiafuebuena,aunqueelbrote
hadadopieaintroducirmejorasenlosprotocolosinternacionalesynacionalesyaaprenderdeloocurrido.
FERNANDO
SIMÓN
«TODAVÍA
ESTAMOS ANTE
UNA EPIDEMIA
GRAVE»
«NO PODEMOS BAJAR
LA TENSIÓN PORQUE
SI CAEMOS EN LA
AUTOCOMPLACENCIA,
PODEMOS TENER
UN NUEVO REPUNTE»
«HUBO RETRASOS
EN LA RESPUESTA
INTERNACIONAL.
SE CREYÓ QUE LA
EPIDEMIA SERÍA IGUAL
QUE OTRAS VECES»
JAVIER BARBANCHO
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