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Enigma (máquina)
Enigma era el nombre de una máquina que disponía de un mecanismo
de cifrado rotatorio, que permitía usarla tanto para cifrar como para
descifrar mensajes. Varios de sus modelos fueron muy utilizados en
Europa desde inicios de los años 1920.
Su fama se debe a haber sido adoptada por las fuerzas militares de
Alemania desde 1930. Su facilidad de manejo y supuesta inviolabilidad
fueron las principales razones para su amplio uso. Su sistema de
cifrado fue finalmente descubierto, y la lectura de la información que
contenían los mensajes supuestamente protegidos, es considerado, a
veces, como la causa de haber podido concluir la Segunda Guerra
Mundial, al menos, dos años antes de lo que hubiera acaecido sin su
descifrado.
La máquina equivalente británica, Typex, y varias americanas, como la
SIGABA (o M-135-C en el ejército), eran similares a Enigma. La
primera máquina moderna de cifrado rotatorio, de Edward Hebern, era Una máquina electromecánica de cifrado rotativo;
considerablemente menos segura, hecho constatado por William F. la versión mostrada es posiblemente la militar,
Friedman cuando fue ofrecida al gobierno de Estados Unidos. pero es similar a la comercial Enigma-D
Historia
La primera patente data de 1919 y es obra del holandés Hugo Alexander Koch, que comparte honores con el alemán
Arthur Scherbius, quien desarrolló varias versiones de la máquina Enigma y, asociado con otro ingeniero, Richard
Ritter, fundó la empresa Chiffriermaschinen Aktiengesellschaft en Berlín, para su producción. La primera versión
comercial, conocida con el nombre de Enigma-A, fue puesta a la venta en 1923, siendo su finalidad inicial facilitar la
comunicación de documentos entre comerciantes y hombres de negocios de forma secreta.
A esta primera versión le siguieron tres modelos comerciales, convirtiéndose el modelo denominado Enigma-D en el
más importante, y el que tuvo verdadero éxito, tras su adquisición por la marina alemana en 1926. El ejército alemán
comenzó a emplear el diseño básico de la máquina en 1929, cuyo uso pasó a la práctica total de las organizaciones
militares alemanas y la jerarquía Nazi. En la marina alemana fue conocida con el nombre de máquina "M".
Versiones de la máquina Enigma fueron utilizadas por Alemania y otras potencias del Eje en prácticamente todas las
comunicaciones por radio y telégrafo. Incluso la información relativa a las previsiones meteorológicas era cifrada
con la máquina Enigma. Una versión comercial sin modificaciones de la máquina se utilizó para cifrar las
comunicaciones militares de los españoles durante la Guerra Civil Española y los italianos durante la Segunda
Guerra Mundial. Las codificaciones de las versiones comerciales de la máquina fueron descifradas por
criptoanalistas británicos, y presumiblemente otros, lo que contribuyó a la victoria británica sobre la flota italiana en
la batalla de Matapan.
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Funcionamiento
La máquina Enigma era un dispositivo electromecánico, lo que significa que usaba una combinación de partes
mecánicas y eléctricas. El mecanismo estaba constituido fundamentalmente por un teclado similar al de las máquinas
de escribir cuyas teclas eran interruptores eléctricos, un engranaje mecánico y un panel de luces con las letras del
alfabeto.
La parte eléctrica consistía en una batería que se conecta a una de las lámparas, que representan las diferentes letras
del alfabeto. Se puede observar en la parte inferior de la imagen adjunta el teclado, siendo las lámparas los
minúsculos círculos que aparecen encima de éste.
El corazón de la máquina Enigma era mecánico y constaba de varios rotores conectados entre sí. Un rotor es un
disco circular plano con 26 contactos eléctricos en cada cara, uno por cada letra del alfabeto. Cada contacto de una
cara está conectado o cableado a un contacto diferente de la cara contraria. Por ejemplo, en un rotor en particular, el
contacto número 1 de una cara puede estar conectado con el contacto número 14 en la otra cara y el contacto número
5 de una cara con el número 22 de la otra. Cada uno de los cinco rotores proporcionados con la máquina Enigma
estaba cableado de una forma diferente y los rotores utilizados por el ejército alemán poseían un cableado distinto al
de los modelos comerciales.
Dentro de la máquina había, en la mayoría de las versiones, tres ranuras para poder introducir los rotores. Cada uno
de los rotores se encajaba en la ranura correspondiente de forma que sus contactos de salida se conectaban con los
contactos de entrada del rotor siguiente. El tercer y último rotor se conectaba, en la mayoría de los casos, a un
reflector que conectaba el contacto de salida del tercer rotor con otro contacto del mismo rotor para realizar el mismo
proceso pero en sentido contrario y por una ruta diferente. La existencia del reflector diferencia a la máquina Enigma
de otras máquinas de cifrado basadas en rotores de la época. Este elemento, que no se incluía en las primeras
versiones de la máquina, posibiltaba que la clave utilizada para el cifrado se pudiera emplear en el descifrado del
mensaje. Se pueden observar en la parte superior de la imagen los tres rotores con sus correspondientes
protuberancias dentadas que permitían girarlos a mano, colocándolos en una posición determinada.
Cuando se pulsaba una tecla en el teclado, por ejemplo la correspondiente a la letra A, la corriente eléctrica
procedente de la batería se dirigía hasta el contacto correspondiente a la letra A del primer rotor. La corriente
atravesaba el cableado interno del primer rotor y se situaba, por ejemplo, en el contacto correspondiente a la letra J
en el lado contrario. Supongamos que este contacto del primer rotor estaba alineado con el contacto correspondiente
a la letra X del segundo rotor. La corriente llegaba al segundo rotor y seguía su camino a través del segundo y tercer
rotor, el reflector y de nuevo a través de los tres rotores en el camino de vuelta. Al final del trayecto, la salida del
primer rotor se conectaba a la lámpara correspondiente a una letra, distinta de la A, en el panel de luces. El mensaje
de cifrado se obtenía por tanto sustituyendo las letras del texto original por las proporcionadas por la máquina.
Cada vez que se introducía una letra del mensaje original, pulsando la tecla correspondiente en el teclado, la posición
de los rotores variaba. Debido a esta variación, a dos letras idénticas en el mensaje original, por ejemplo AA, les
correspondían dos letras diferentes en el mensaje cifrado, por ejemplo QL. En la mayoría de las versiones de la
máquina, el primer rotor avanzaba una posición con cada letra. Cuando se habían introducido 26 letras y por tanto el
primer rotor había completado una vuelta completa, se avanzaba en una muesca la posición del segundo rotor, y
cuando éste terminaba su vuelta, se variaba la posición del tercer rotor. El número de pasos que provocaba el avance
de cada uno de los rotores, era un parámetro configurable por el operario.
Debido a que el cableado de cada rotor era diferente, la secuencia exacta de los alfabetos de sustitución variaba en
función de qué rotores estaban instalados en las ranuras (cada máquina disponía de cinco), su orden de instalación y
la posición inicial de cada uno. A estos datos se les conocía con el nombre de configuración inicial, y eran
distribuidos, mensualmente al principio y con mayor frecuencia a medida que avanzaba la guerra, en libros a los
usuarios de las máquinas.
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El funcionamiento de las versiones más comunes de la máquina Enigma era simétrico en el sentido de que el proceso
de descifrado era análogo al proceso de cifrado. Para obtener el mensaje original sólo había que introducir las letras
del mensaje cifrado en la máquina, y ésta devolvía una a una las letras del mensaje original, siempre y cuando la
configuración inicial de la máquina fuera idéntica a la utilizada al cifrar la información.
Criptoanálisis básico
Los cifrados, por supuesto, pueden ser atacados, y la forma más efectiva de ataque depende del método de cifrado.
Al principio de la Primera Guerra Mundial, los departamentos de descifrado eran lo bastante avanzados como para
poder descubrir la mayoría de los cifrados, si se dedicaban suficientes esfuerzos. Sin embargo, la mayoría de estas
técnicas se basaban en conseguir cantidades suficientes de texto cifrado con una clave particular. A partir de estos
textos, con suficiente análisis estadístico, se podían reconocer patrones e inducir la clave.
En la técnica del análisis de frecuencia, las letras y los patrones de las letras son la pista. Puesto que aparecen ciertas
letras con mucha más frecuencia que otras en cada lengua, la cuenta de ocurrencias de cada letra en el texto cifrado
revela generalmente la información sobre probables sustituciones en los cifrados usados de manera frecuente en la
sustitución.
Los analistas buscan típicamente algunas letras y
combinaciones importantes. Por ejemplo, en inglés, E,
T, A, O, I, N y S son generalmente fáciles de identificar,
siendo muy frecuentes (véase ETAOIN SHRDLU);
también NG, ST y otras combinaciones, muy frecuentes
en inglés. Una vez que algunos (o todos) de estos
elementos son identificados, el mensaje se descifra
parcialmente, revelando más información sobre otras
sustituciones probables. El análisis de frecuencia simple
confía en que una letra es sustituida siempre por otra
letra del texto original en el texto cifrado; si éste no es el
caso, la situación es más difícil.
Por muchos años, los criptógrafos procuraron ocultar las
frecuencias usando varias sustituciones diferentes para
las letras comunes, pero esto no puede ocultar
completamente los patrones en las sustituciones para las
letras del texto original. Tales códigos eran descubiertos
extensamente hacia el año 1500.
Una técnica para hacer más difícil el análisis de
frecuencia es utilizar una sustitución diferente para cada
letra, no sólo las comunes. Éste sería normalmente un
proceso muy costoso en tiempo que requirió a ambas
Máquina Enigma a bordo de un Sd.KFz 251 de Heinz Guderian
partes intercambiar sus patrones de sustitución antes de
enviar mensajes cifrados. A mitad del siglo XV, una
nueva técnica fue inventada por Alberti, ahora conocida generalmente como cifrado polialfabético, que proporcionó
una técnica simple para crear una multiplicidad de patrones de sustitución. Las dos partes intercambiarían una
cantidad de información pequeña (referida como la clave) y seguirían una técnica simple que produce muchos
alfabetos de sustitución, y muchas sustituciones diferentes para cada letra del texto original. La idea es más simple y
eficaz, pero resultó ser más difícil de lo esperado. Muchos cifrados fueron implementaciones parciales del concepto,
y eran más fáciles de romperse que los anteriores (p.ej. el cifrado de Vigenère).
4. Enigma (máquina) 4
Tomó varios cientos de años antes de que los métodos apropiados para romper cifrados polialfabéticos de manera
confiable fueran encontrados. Las nuevas técnicas confiaron en estadística (p.ej. cuenta de ocurrencias) para
descubrir la información sobre la clave usada para un mensaje. Estas técnicas buscan la repetición de los patrones en
el texto cifrado, que proporcionarán pistas sobre la longitud de la llave. Una vez que se sabe esto, el mensaje
esencialmente se convierte en una serie de mensajes, cada uno con la longitud de la clave, al cual puede ser aplicado
el análisis de frecuencia normal. Charles Babbage, Friedrich Kasiski y William F. Friedman están entre los que
aportaron la mayor parte del trabajo para desarrollar estas técnicas.
Se recomendó a los usuarios de los cifrados emplear no sólo una sustitución diferente para cada letra, sino también
una clave muy larga, de manera que las nuevas técnicas fallaran (o que por lo menos fuera mucho más difícil). Sin
embargo, esto es muy difícil de lograr; una clave larga toma más tiempo de ser transportada a las partes que la
necesitan, y los errores son más probables. El cifrado ideal de esta clase sería uno en la cual una llave tan larga se
podría generar de un patrón simple, produciendo un cifrado en que hay tantos alfabetos de substitución que la cuenta
de ocurrencias y los ataques estadísticos fueran imposibles.
El uso de rotores múltiples en Enigma brindó un modo simple de determinar qué alfabeto de sustitución usar para un
mensaje en particular (en el proceso de cifrado) y para un texto cifrado (en el de descifrado). En este respecto fue
similar al cifrado polialfabético. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de las variantes del sistema polialfabético,
el Enigma no tenía una longitud de clave obvia, debido a que los rotores generaban una nueva sustitución alfabética
en cada teclazo, y toda la secuencia de alfabetos de sustitución podía ser cambiada haciendo girar uno o más rotores,
cambiando el orden de los rotores, etc., antes de comenzar una nueva codificación. En el sentido más simple, Enigma
tuvo un repertorio de 26 x 26 x 26 = 17.576 alfabetos de sustitución para cualquier combinación y orden de rotores
dada. Mientras el mensaje original no fuera de más de 17.576 pulsaciones, no habría un uso repetido de un alfabeto
de sustitución. Pero las máquinas del Enigma agregaron otras posibilidades. La secuencia de los alfabetos utilizados
era diferente si los rotores fueran colocados en la posición ABC, en comparación con ACB; había un anillo que
rotaba en cada rotor que se podría fijar en una posición diferente, y la posición inicial de cada rotor era también
variable. Y la mayoría de los Enigmas de uso militar agregaron un stecker (tablero de interconexión) que cambió
varias asignaciones de llave (8 o más dependiendo de modelo). Así pues, esta llave se puede comunicar fácilmente a
otro usuario. Son apenas algunos valores simples: rotores a utilizar, orden del rotor, posiciones de los anillos,
posición inicial y ajustes del tablero de interconexión.
El método de cifrado
Por supuesto, si la configuración estuviera disponible, un criptoanalista podría simplemente poner un equipo Enigma
a la misma configuración y descifrar el mensaje. Uno podría mandar libros de configuración a usar, pero podrían
interceptarse. En cambio, los alemanes establecieron un sistema astuto que mezcló los dos diseños.
Al principio de cada mes, se daba a los operadores de la Enigma un nuevo libro que contenía las configuraciones
iniciales para la máquina. Por ejemplo, en un día particular las configuraciones podrían ser poner el rotor n.° 1 en la
hendidura 7, el n.° 2 en la 4 y el n.° 3 en la 6. Están entonces rotados, para que la hendidura 1 esté en la letra X, la
hendidura 2 en la letra J y la hendidura 3 en la A. Como los rotores podían permutarse en la máquina, con tres
rotores en tres hendiduras se obtienen otras 3 x 2 x 1 = 6 combinaciones para considerar, para dar un total de 105.456
posibles alfabetos. Había también un anillo para cada rotor que aún agrega más variaciones.
A estas alturas, el operador seleccionaría algunas otras configuraciones para los rotores, esta vez definiendo sólo las
posiciones o "giros" de los rotores. Un operador en particular podría seleccionar ABC, y éstos se convierten en la
configuración del 'mensaje para esa sesión de cifrado'. Entonces teclearon la configuración del mensaje en la
máquina que aún está con la configuración inicial. Los alemanes, creyendo que le otorgaban más seguridad al
proceso, lo tecleaban dos veces, pero esto se desveló como una de las brechas de seguridad con la que "romper" el
secreto de Enigma. Los resultados serían codificados para que la secuencia ABC tecleada dos veces podría
convertirse en XHTLOA. El operador entonces gira los rotores a la configuración del mensaje, ABC. Entonces se
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teclea el resto del mensaje y lo envía por la radio.
En el extremo receptor, el funcionamiento se invierte. El operador pone la máquina en la configuración inicial e
introduce las primeras seis letras del mensaje. Al hacer esto él verá ABCABC en la máquina. Entonces gira los
rotores a ABC y tipea el resto del mensaje cifrado, descifrándolo.
Este sistema era excelente porque el criptoánalis se basa en algún tipo de análisis de frecuencias. Aunque se enviaran
muchos mensajes en cualquier día con seis letras a partir de la configuración inicial, se asumía que esas letras eran al
azar. Mientras que un ataque en el propio cifrado era posible, en cada mensaje se usó un cifrado diferente, lo que
hace que el análisis de frecuencia sea inútil en la práctica. Con computadoras modernas, las cosas podrían haber sido
diferentes, pero con lápiz y papel...
La Enigma fue muy segura. Tanto que los alemanes se confiaron mucho en ella. El tráfico cifrado con Enigma
incluyó de todo, desde mensajes de alto nivel sobre las tácticas y planes, a trivialidades como informes del tiempo e
incluso las felicitaciones de cumpleaños.
"Rompiendo" la Enigma
El esfuerzo que rompió el cifrado alemán empezó en 1929 cuando los
polacos interceptaron una máquina Enigma enviada de Berlín a
Varsovia y equivocadamente no protegida como equipaje diplomático.
No era una versión militar, pero proporcionó una pista de que los
alemanes podrían estar utilizando una máquina de tipo Enigma en el
Biuro Szyfrow, 1932.
futuro. Cuando el Ejército alemán comenzó a usar Enigmas
modificadas años después, los polacos intentaron "romper el sistema"
buscando el cableado de los rotores usados en la versión del Ejército y encontrando una manera de recuperar las
configuraciones usadas para cada mensaje en particular.
Un joven matemático polaco, Marian Rejewski, hizo
uno de los mayores descubrimientos significativos en la
historia del criptoanálisis usando técnicas
fundamentales de matemáticas y estadística al
encontrar una manera de combinarlas. Rejewski notó
un patrón que probó ser vital; puesto que el código del
mensaje se repitió dos veces al principio del mensaje,
podría suponerse el cableado de un rotor no por las
letras, sino por la manera que estas cambiaban.
Por ejemplo, digamos que un operador escogió QRS
como configuración para el mensaje. Él pondría la
máquina con la configuración inicial del día, y entonces
escribió QRSQRS. Esto se convertiría en algo como
JXDRFT; parece un balbuceo, pero la pista que
Rejewski aprovechó fue que el disco se había movido
tres posiciones entre los dos juegos de QRS; nosotros
sabemos que J y R son originalmente la misma letra y
lo mismo para XF y DT. No sabemos qué letras son, ni
tampoco tenemos que saberlo, porque mientras hay un
número grande de configuraciones del rotor, hay sólo El polaco Marian Rejewski
un número pequeño de rotores que tendrán una letra
que va de J a R, X a F y D a T. Rejewski llamó a estos modelos cadenas.
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Encontrar las cadenas apropiadas de las 10.545 combinaciones era toda una tarea. Los polacos (particularmente los
colegas de Rejewski, Jerzy Rozycki y Henryk Zygalski), desarrollaron un número de métodos de ayuda. Una técnica
utilizaba unas tiras en blanco para cada rotor mostrando cuáles letras podrían encadenarse, bloqueando las letras que
no podrían encadenarse. Los usuarios tomarían las tiras sobreponiéndolas, buscando las selecciones donde estaban
completamente claras las tres letras. Los británicos también habían desarrollado tal técnica cuando tuvieron éxito en
romper la Enigma comercial, aunque intentaron (y no lograron) romper las versiones militares del Enigma.
Por supuesto, unos cuantos miles de posibilidades eran aún muchas por probar. Para ayudar con esto, los polacos
construyeron máquinas que consistían en "enigmas en paralelo" que llamaron bomba kryptologiczna (bomba
criptológica. Es posible que el nombre fuera escogido de un tipo de un postre helado local, o del tictac que hacían las
máquinas cuando generaban las combinaciones; los franceses cambiaron el nombre a bombe y los angloparlantes a
bomb. Nada apunta a algo explosivo). Entonces se cargarían juegos de discos posibles en la máquina y podría
probarse un mensaje en las configuraciones, uno tras otro. Ahora las posibilidades eran sólo centenares. Esos
centenares son un número razonable para atacar a mano.
Los polacos pudieron determinar el alambrado de los rotores en uso por aquel entonces por el ejército alemán y,
descifrando buena parte del tráfico del Ejército alemán en los años 1930 hasta el principio de la segunda guerra
mundial. Recibieron alguna ayuda secreta de los franceses, quienes tenían un agente (Hans Thilo-Schmidt, con
nombre código Asch) en Berlín con acceso a las claves programadas para la Enigma, manuales, etc. Los hallazgos
del criptoanalista Rejewski no dependieron de esa información; no fue siquiera informado sobre el agente francés ni
tuvo acceso a ese material.
Algunas fuentes sostienen (sin mucho apoyo de otros participantes informados) que en 1938 un mecánico polaco
empleado en una fábrica alemana que producía las máquinas Enigma tomó notas de los componentes antes de ser
repatriado y, con la ayuda de los servicios secretos británicos y franceses, construyeron un modelo en madera de la
máquina. Hay también una historia sobre una emboscada hecha por la resistencia polaca a un vehículo del ejército
alemán que llevaba una máquina Enigma... En ningún caso las configuraciones iniciales, mucho menos los ajustes
individuales de los mensajes elegidos por los operadores, se hicieron disponibles, de modo que el conocimiento, no
obstante ganado valientemente, fue de poco valor. Estas historias son, así, menos que intrínsecamente relevantes.
Sin embargo, en 1939 el ejército alemán aumentó la complejidad de sus equipos Enigma. Mientras que en el pasado
utilizaban solamente tres rotores y los movían simplemente de ranura en ranura, ahora introdujeron dos rotores
adicionales, usando así tres de cinco rotores a cualquier hora. Los operadores también dejaron de enviar dos veces las
tres letras correspondientes a la configuración individual al principio de cada mensaje, lo que eliminó el método
original de ataque. Probablemente...
Los polacos, conscientes de que la invasión alemana se
acercaba e incapaces de extender sus técnicas con los
recursos disponibles, decidieron a mediados de 1939
compartir su trabajo, y pasaron a los franceses y
británicos algunas de sus réplicas Enigma, así como
información sobre el descubrimiento de Rejewski y
otras técnicas que ellos habían desarrollado. Todo eso
se envió a Francia en valija diplomática; la parte
británica fue a Bletchley Park. Hasta entonces, el
Mansión de Bletchley Park. Éste era el lugar donde los mensajes de
tráfico militar alemán del Enigma había dado por
Enigma eran descifrados.
vencido tanto a británicos y franceses, y ellos
consideraron la posibilidad de asumir que las
comunicaciones alemanas permanecerían en la oscuridad durante toda la guerra.
Casi todo el personal de la sección de la criptografía polaca dejó Polonia durante la invasión y la mayoría de ellos
terminaron en Francia, trabajando con criptógrafos franceses en transmisiones alemanas. Algunos criptógrafos
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polacos fueron capturados por los alemanes antes de que salieran de Polonia o en tránsito, pero afortunadamente
nada fue revelado sobre el trabajo del Enigma. La labor continuó en Francia en la "Estación PC Bruno" hasta la caída
de este país (y también un poco después). Algunos de los integrantes del equipo franco-polaco escaparon entonces a
Inglaterra; ninguno participó en el esfuerzo británico en criptoanálisis contra las redes de Enigma. Cuando el propio
Rejewski supo (poco antes de su muerte) del trabajo llevado a cabo en Bletchley Park, que él había empezado en
Polonia en 1932, y de su importancia en el curso de la guerra y la victoria aliada, quedó sorprendido.
Ultra
Con la ayuda polaca en masa, los británicos comenzaron a trabajar en el tráfico alemán del Enigma. A principios de
1939 el servicio secreto británico instaló su escuela gubernamental de códigos y cifrado (GC&CS) en Bletchley
Park, a 80 km al norte de Londres, para quebrar el tráfico de mensajes enemigos si fuera posible. También
prepararon una red de interceptación para capturar el tráfico cifrado destinado a los descifradores en Bletchley.
Había una gran organización que controlaba la distribución de los resultados, secretos, de información descifrada. Se
establecieron reglas estrictas para restringir el número de personas que supieran sobre la existencia de Ultra para
asegurar que ninguna acción alertaría a las potencias del Eje de que los Aliados poseían tal conocimiento. Al inicio
de la guerra, el producto del Bletchley Park tenía por nombre en clave 'Boniface' para dar la impresión a los no
iniciados de que la fuente era un agente secreto. Tal fue el secretismo alrededor de los informes de 'Boniface' que
'sus' informes se llevaron directamente a Winston Churchill en una caja cerrada con llave, de la cual el primer
ministro tenía personalmente la llave. La información así producida fue denominada "Ultra".
En Bletchley Park, matemáticos y criptógrafos británicos, jugadores de ajedrez y bridge y fanáticos de los
crucigramas, entre ellos Alan Turing, se enfrentaron a los problemas presentados por las muchas variaciones
alemanas del Enigma, y encontraron medios de quebrar muchas de ellas. Los ataques británicos contra los equipos
Enigma eran similares en concepto a los métodos polacos originales, pero basados en diseños diversos. Primero, el
ejército alemán había cambiado sus prácticas (más rotores, diversas configuraciones, etc.), así que las técnicas
polacas sin modificaciones dejaron de ser efectivas. En segundo lugar, la marina alemana había tenido prácticas más
seguras, y nadie había roto el tráfico adicional.
Un nuevo ataque confió en el hecho de que el reflector (una cualidad patentada del Enigma) garantizó que ninguna
letra pudiera ser codificada como sí misma, de manera que una A nunca podría volver a ser una A. Otra técnica
asumía que varias expresiones comunes en alemán, como "Heil Hitler" o "por favor responde", que se encontraron
frecuentemente en uno u otro texto sin cifrar; las suposiciones exitosas acerca del texto original eran conocidas en
Bletchley como cribas. Con un fragmento del texto probable original y el conocimiento de que ninguna letra pudiera
ser codificada como sí mismo, no era raro que un fragmento del texto cifrado correspondiente pudiera ser
identificado. Esto proporciona una pista acerca de la configuración del mensaje, de la misma manera que los polacos
antes de la Guerra.
Los mismos operadores alemanes dieron una inmensa ayuda a los descifradores en varias ocasiones. En un caso, se
solicitó a un operador que enviara un mensaje de prueba, por lo que él simplemente tecleó T's repetidamente, y lo
enviaron. Un analista británico recibió un mensaje largo sin una sola T en las estaciones de intercepción, e
inmediatamente comprendió lo que había pasado. En otros casos, operadores del Enigma usaban constantemente las
mismas configuraciones para codificar un mensaje, a menudo su propias iniciales o las de sus novias. Se pusieron
analistas a encontrar estos mensajes en el mar de tráfico interceptado todos los días, permitiendo a Bletchley utilizar
las técnicas polacas originales para encontrar las configuraciones iniciales durante el día. Otros operadores alemanes
emplearon el mismo formulario para los informes diarios, en su mayoría para los informes de tiempo, de manera que
la misma criba pudo usarse todos los días.
En el verano de 1940, descifradores británicos, que estuvieron descifrando con éxito los códigos de la Luftwaffe,
fueron capaces de entregarle a Churchill información acerca de la entrega secreta de mapas de Inglaterra e Irlanda a
las fuerzas de invasión de la Operación León Marino.
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Desde sus inicios, la versión de la Enigma utilizada por la marina se sirvió de una variedad más amplia de rotores
que las versiones de la fuerza aérea o del ejército, así como varios métodos operacionales que la hacían más segura
que las demás variantes de la Enigma. Virtualmente no había indicios de las configuraciones iniciales de las
máquinas, y había pocos textos para usarlas con claridad. Métodos distintos y mucho más difíciles debieron
utilizarse para descifrar el tráfico entre las Enigma de la marina, y debido a la amenaza de los U-boats que
navegaban tranquilamente por el Atlántico después de la caída de Francia, debió aplicarse una alternativa más directa
de descifrado.
El 7 de mayo de 1941 la Real Armada capturó deliberadamente un barco meteorológico alemán, junto con equipos y
códigos de cifrado, y dos días después el U-110 fue capturado, también equipado con una máquina Enigma, un libro
de códigos, un manual de operaciones y otras informaciones que permitieron que el tráfico submarino de mensajes
codificados se mantuviera roto hasta finales de junio, cosa que los miembros de la Armada prosiguieron haciendo
poco después.
Tras la guerra; revelación pública
El hecho de que el cifrado de Enigma había sido roto durante la guerra permaneció en secreto hasta finales de los
años '60. Las importantes contribuciones al esfuerzo de la guerra de muchas grandes personas no fueron hechas
públicas, y no pudieron compartir su parte de la gloria, pese a que su participación fue probablemente una de las
razones principales por las que los Aliados ganaran la guerra tan rápidamente como lo hicieron. Finalmente, la
historia salió a la luz.
Tras el fin de la guerra, los británicos y estadounidenses vendieron las máquinas Enigma sobrantes a muchos países
alrededor del mundo, que se mantuvieron en la creencia de la seguridad de ésta. Su información no era tan segura
como ellos pensaban, que por supuesto, fue la razón para que británicos y norteamericanos pusieran a su disposición
las máquinas.
En 1967, David Kahn publicó su libro The Codebreakers, que describe la captura de la máquina Enigma Naval del
U-505 en 1945. Comentó que en aquel momento ya se podían leer los mensajes, necesitando para ello máquinas que
llenaban varios edificios. Hacia 1970 los nuevos cifrados basados en ordenadores se comenzaron a hacer populares a
la vez que el mundo migraba a comunicaciones computarizadas, y la utilidad de Enigma (y de las máquinas de
cifrado rotatorio en general) rápidamente decrecía. En ese momento se decidió descubrir el pastel y comenzaron a
aparecer informes oficiales sobre las operaciones de Bletchley Park en 1974.
En febrero de 2006, y gracias a un programa de traducción de este tipo de mensajes denominado "Proyecto-M4", se
logró descifrar uno de los últimos mensajes que quedaban por descifrar aún tras la rendición alemana. El mensaje
decía así: nczwvusxpnyminhzxmqxsfwxwlkjahshnmcoccakuqpmkcsm
hkseinjusblkiosxckubhmllxcsjusrrdvkohulxwccbgvliyxeoahx
rhkkfvdrewezlxobafgyujqukgrtvukameurbveksuhhvoyhabcj
wmaklfklmyfvnrizrvvrtkofdanjmolbgffleoprgtflvrhowopbekv wmuqfmpwparmfhagkxiibg
Con la ayuda de ordenadores particulares, se ha podido descifrar el contenido, enviado por un sumergible desde el
Atlántico, y cuya traducción decía así: "Señal de radio 1132/19. Contenido: Forzados a sumergirnos durante ataque,
cargas de profundidad. Última localización enemiga: 8:30h, cuadrícula AJ 9863, 220 grados, 8 millas náuticas.
[Estoy] siguiendo [al enemigo]. [El barómetro] cae 14 milibares. NNO 4, visibilidad 10."
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Lecturas complementarias
"Battle of Wits" de Stephen Budiansky. Es una reseña corta de criptografía en la Segunda Guerra Mundial. Cubre
más que la historia de Enigma.
"Enigma" de Hugh Sebag-Montefiore es preciso y está bien escrito, además incluye información previamente
desconocida, así como muy buenas fotografías; Bletchley Park había sido la casa de su abuelo antes de ser comprada
para GC&CS.
"Breaking the Enigma" de David Kahn trata esencialmente sobre el problema del Enigma Naval, también es
preciso.
"Enigma", novela escrita por Robert Harris, y que fue llevada al cine, en la película homónima de 2001; mezcla la
trama de descifrado del código por criptógrafos ingleses, con una subtrama amorosa que envuelve a los
protagonistas.
"The Code Book" de Simon Singh. Es una excelente y accesible (además de breve) descripción de Enigma, así como
de otros códigos/cifrados, puede ser encontrada en el libro "La historia oficial británica del cifrado en la Segunda
Guerra Mundial" está publicada en cuatro volúmenes editados por Sir Harry Hinsley. Ha editado también un
volumen de memorias de participantes.
"Criptonomicón" de Neal Stephenson. Novela de ficción centrada sobre los esfuerzos de los criptoanalistas de
Bletchley Park para romper Enigma. Tiene el mérito de poner en su contexto el esfuerzo bélico necesario para
romper los cifrados y el complejo proceso para obtener inteligencia militar relevante.
Véase también
Dispositivos de cifrado de la Segunda Guerra Mundial
• Lorenz cypher (Alemania)
• Geheimfernschreiber (Alemania)
• Sigaba (Estados Unidos)
• Typex (Gran Bretaña)
• PURPLE (Japón)
Enlaces externos
• Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Máquina Enigma.Commons
• Simulador digital de la máquina Enigma [1]
• Enigma, comentada en [2]La guía del principiante al cifrado [3]
• Enigma - una famosa historia de criptología por Martin Oberzalek [4]
• Simulación de la máquina Enigma del Ejército y la Marina por Dirk Rijmenants [5]
• Simulación de la máquina Enigma (Windows 98/XP/Vista) [6]
• La máquina de cifrado Enigma [7], por Tony Sale, el autor original del museo Bletchley Park
• Simulación de la máquina Enigma por Russell Schwager [8]
• La máquina Enigma por Román Ceano en Kriptopolis [9]
• Código fuente, máquina Enigma de 3 rotores, en lenguaje C por Martín Di Luzio [10]
• The world's first electronic Enigma machine [11] (YouTube video [12])
• Simulador de la máquina Enigma, para cifrar y enviar tus propios mensajes [1].
• El arma secreta de Franco. Una investigación de EL PAÍS descubre en una oficina del Ejército de Tierra un lote
de las máquinas Enigma, que, compradas a Hitler, permitieron al bando nacional cifrar mensajes [13], Rafael
Moreno Izquierdo, El País, 12/10/2008.
• Simulador de la Máquina Enigma [14] by Aguilmo, 2009