En este trabajo trataremos sobre una pregunta en especial, la cual es: ¡existe relacion entre amor y sexualidad? o es que deben ir separados, cada uno por un camino diferente?
1. Portada
UNIVERSIDAD CATÓLICA
“SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO”
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO
Monografía
TEMA
“A m or y Sexualidad”
Sara Gisela Gonzáles Vásquez
Estudiante
Marco Alberca Balarezo
Docente
Para la Asignatura de Antropología Filosófica (A)
Ciclo 2008-I
Julio del 2008
1
2. DEDICATORIA
A la voluntad y cariño de nuestros
padres, a nuestros hermanos que con
anhelo y espíritu de superación
esperan queseamos excelentes
profesionales.
2
3. AGRADECIMIENTO
A Dios por darnos estos años de vida,
por permitirnos seguir adelante a pesar
de las dificultades y sobre todo por
dejar que seamos partícipes de su
oración
3
4. INTRODUCCIÓN
Durante mucho tiempo las personas se han preocupado por la educación
intelectual y sus rendimientos; pero el descuido en lo afectivo ha sido aun más grande.
Tener las ideas poco claras en algo tan primordial como es el Amor y la Sexualidad es
a la larga dramático.
Todos sabemos que no se puede amar lo que no se conoce, por tanto lo
primero que tenemos que hacer es conocernos a nosotros mismos y conocer al otro,
ese será el primer paso para lograr un amor genuino y maduro ya que conociéndonos
vamos a saber lo que podemos aportar en una relación.
Amor y sexualidad deben formar algo irrenunciable. La vida sexual tiene mucha
importancia en la armonía de la pareja. Desconocer esto seria ignorar una de sus
principales dimensiones. El amor humano, para que sea auténtico debe basarse en tres
aspectos muy importantes: el físico, el psicológico y el espiritual; el amor es, pues, el
principal argumento de nuestra vida, alrededor de él dirán y se mueven una serie de
elementos decisivos de la vida, gracias a él las demás realidades cobran y reciben su
sentido.
Permanentemente somos invitados al sexo por los medios de comunicación
social, esta convocatoria se hace de forma divertida, con una liberación que planifica y
conduce a la maduración de la personalidad. Todo ese mensaje erróneo, lleva al que
no tiene las ideas claras a pensar que ésa es la condición humana. La sexualidad se
desconecta del amor y los sentimientos conducen a la inestabilidad emocional.
4
5. Si logramos aplicar en las relaciones sexuales el amor, tendremos como
resultado una vida llena de armonía y felicidad, una vida donde, ante todo, impere el
amor
Con esta investigación se pretende conocer y dar a conocer la relación que
existe entre amor y sexualidad, y la importancia que tienen ambos en el desarrollo del
ser humano, de esta manera tener relaciones duraderas y familias estables.
La autora
5
6. ÍNDICE
Portada 1
Dedicatoria 2
Agradecimiento 3
Introducción 4
Índice 6
Capitulo I: El Amor 7
1.1 1 Etimología 8
1.1.2 Definición 9
1.1.3 Realidades a las que podemos amar 11
Capitulo II: La Sexualidad 13
2.1.1 Definición 14
2.1.2 Elementos de la sexualidad 15
2.1.3 Dimensiones de la sexualidad 15
Capitulo III: La relación entre Amor y Sexualidad 18
3.1.1 El amor y la sexualidad en nuestra realidad 19
3.1.2 Donación de sí mismo 19
3.1.3 La sexualidad debe ser un lenguaje de amor 21
Conclusiones 23
bibliografía 24
6
8. El Amor:
Etimología:
Amor deriva etimológicamente del latín amoris y también procede de
amare. Amare es tomado del termino amino: “genio del amor” y se aplica
indistintamente a los animales y a los hombres, ya que tiene un significado
muy amplio; quiere decir “amar por inclinación, por simpatía” pues nace de
un movimiento interior. Su contrario es odi que significa odiar.
El griego tiene la expresión Epws o Eros, que era conocido como Dios
del amor en el mundo anterior. La raíz Epws es de erdh (del indoeuropeo):
significa profundo, oscuro, misterioso, sombrío, abismal, subterráneo.
En el mito griego, Epws tuvo originariamente una fuerza tremenda,
capaz de unir los elementos constitutivos del mundo. Posteriormente el mito
de Eros se restringió al mundo humano, significando la unión de los sexos. Se
le representaba plásticamente como un niño alado provisto de flechas.
Del Eros griego pasamos al agape cristiano: convivir, compartir la vida
con el amado. Ambas nos introducen en la psicología y la ética del amor. A
pesar de esta variedad de concepciones, hay en el amor algo esencial y
común en todos ellos: la inclinación, la tendencia a adherirse a algo bueno,
tanto presente como ausente.1
El perímetro del vocablo amor muestra una gran riqueza en cuanto a
su significado: querer, cariño, estima, predilección, enamoramiento,
propensión, entusiasmo, arrebato, fervor, admiración, efusión, reverencia. En
todas hay algo que se repite como un constante: tendencia basada en la
1
YEPES, Ricardo y ARANGUREN, Javier, Fundamentos de Antropología. Un ideal de la excelencia humana,
6ª edición, EUNSA, Pamplona, 2003, p. 203 - 206
8
9. elección hacia algo, que nos hace desear su compañía y su bien. Esta
dimensión hacia algo no es otra cosa que predilección: preferir, seleccionar,
escoger entre muchas cosas a una que es valida para esa persona.
Definición
Según el autor José María Cabodevilla, “El Amor viene de
Dios y vuelve a Dios, si el hombre no se obstina negar a Dios su derecho”.
Para él el Amor viene de Dios y está, por ello, impregnado de esencias
divinas. Es una fuerza y una gracia o don natural sembrado por Dios en el
corazón humano para que el hombre, en su vida, llegue al heroísmo con
naturalidad y muchas veces. Pero el Amor retorna a Dios. En el camino que el
amor ha de hacer de Dios a Dios, está acechado por muchos peligros, hay
filtraciones que le corrompen, hay obstáculos que le desvían. El amor a Dios
que no se comparte con su amor humano salva insuperablemente los
mayores riegos: Dios lleva de su mano casi siempre el timón.2
Es así que Manuel Barceló define al Amor como “El sentimiento que
mueve a desear que la realidad amada, otra persona, un grupo humano o
alguna cosa, alcance lo que se juzga su bien, a procurar que su deseo se
cumpla y a gozar como bien propio el hecho de saberlo cumplido. El amor
autentico busca el bien del otro y por extensión consigo el propio.
Muchas personas se han preguntado ¿Qué es el amor? Ni para
meternos en un lío de contestar esta pregunta que por siglos nadie ha
acertado a definir adecuadamente. A esta palabra tan común se le ha
atribuido desde lo más sagrado hasta lo más profano. Y todo mundo cree
darle el mismo significado.
Sin embargo, a las cosas hay que llamarlas por su propio nombre para
así evitar que se les dé un uso distinto que sólo hará caer en confusiones
2
CABODEVILLA, José María, Hombre y Mujer, estudio sobre el matrimonio y el amor humano, 2ª edición,
Editorial Católica S.A., Madrid, 1960, p. 1, 19
9
10. perjudiciales, y conductas que se justifican en las palabras lo hice por amor.
No se definirá al amor en una forma general, sino al amor que une y hace
fuerte a la pareja, como por ejemplo: el amor de los esposos.3
Hay quienes piensan que amar consiste en ser amado. Esto se podría
entender en que el amor consiste en recibir, más que en dar. Pero no. El
amor tiene un doble juego, dar y recibir, para mantenerse y crecer. El
intercambio de donación y recepción crea una relación de iguales:
precisamente por haber dado, recibe en compensación y por haber recibido,
siente deseos de seguir dando. Visto así, el amor no radica en la posesión
sino en la donación.4 De tal manera hay quienes creen que la persona amada
es el objeto del amor. Hay quienes creen que la persona amada es le objeto
del amor y toman a esa persona como un fin. El pensar así es estar destinado
al fracaso, porque el hombre y la mujer se hallan mutuamente. El fin del
amor conyugal es algo que trasciende y ese fin serán los hijos. Darse el uno
al otro para luego darse juntos, porque el amor no es la persona amada, sino
una capacidad, facultad; por lo tanto, la persona no debe negarse a la
trascendencia, porque la raíz del amor es la fecundidad.5 También hay
quienes creen que el amor es una fuerza ciega que arrastra, por lo tanto
justifica todo y no se puede hacer nada para evitarlo. A esto se le llamaría
amor-pasión, donde más que gozar el amor, se padece de amor. El amor es
una fuerza pero no ciega; es la razón la que debe dictarle al corazón que
hacer. Cuando se considera el amor una atracción momentánea, y se guía
sólo por un impulso de deseo sexual, entonces a esto se le llama soledad,
vanidad, afán de dominio, conquista, etc., pero no amor, ya que todo acto de
amor que involucre solo el cuerpo, es un acto egoísta. Que fácil es
acomodarse detrás de actos innobles y atribuirles un sentimiento tan noble
como es el amor verdadero.6
El amor debe llevar una madurez que se logra por continuas
conquistas hechas a base de esfuerzos y renuncias a sí mismo. Sólo en este
3
HERVADA, Javier, Diálogos sobre el amor y el matrimonio,3ª edición, EUNSA, España, 1987, p. 21 - 24
4
PEART, Georgina, El amor conyugal, Editorial Brooklyn, NewYork, 1996, p. 128
5
Ibid. pp. 128, 129
6
Ibid. pp. 129, 130
10
11. planto se entiende el verdadero amor, como es el amor de los esposos: total,
fiel y exclusivo.
Para Rodrigo Sancho “La interpretación del amor depende de la forma
de entender la naturaleza humana. Para saber qué es el hombre parece
razonable preguntarse cómo es el hombre, cuál es su fin y, en consecuencia,
su origen. El amor es la gran empresa que compromete a todo ser humano,
no se puede amar a fragmentos aislados de un hombre o de una mujer.
Amarse en su totalidad y siempre es un imperativo categórico de su dignidad
de personas7
No podemos amar a una parte de un hombre o un mujer, por eso es
muy importante tener en cuenta el siguiente punto: las realidad a las que
podemos amar.
Realidades a las que podemos amar:
El amor es una complicada realidad que hace referencia a múltiples
objetos o aspectos de la vida. Podrían quedar ordenados del siguiente modo:
Relación de amistad o simpatía que se produce hacia otra persona. El
amor de amistad es uno de los mejores regalos de la vida, gracias a él
podemos percibir la relación humana como próxima, cercana, llena de
comprensión
Amplia gama de relaciones interpersonales: amor de los padres a hijos y
viceversa; amor a los familiares, a los vecinos, a los compañeros de
trabajo, etc. En cada una de ellas la vibración amorosa será de
intensidad distinta, según la cercanía o alejamiento que exista en la
misma.
El amor puede hacer mención a temas ideales: amor a la justicia, al
derecho, a la verdad, al orden al rigor metodológico, etc. Aquí la palabra
7
SANCHO, Rodrigo, Las posibilidades del amor conyugal, 3ª edición, Ediciones Graficas Lizarra, Pamplona, 1982,p.
17
11
12. amor es más que una forma de hablar, aunque implica una cierta
inclinación.
El amor puede referirse a actividades o formas de vida: amor a la
tradición, a la vida en contacto con la naturaleza, al trabajo bien hecho,
amor a la riqueza, a las formas y estilos de vida clásicos, etc. Sobre
gustos hay muchas cosas escritas: cada una refleja una forma
preferente a la instalación en la realidad.
El amor al prójimo, entendido este en su sentido etimológico y literal: a
las personas que están cerca de nosotros y por tanto, al hecho de ser
hombre.
El amor entre dos personas. El análisis del mismo nos ayuda a
comprender y clarificar el resto de usos amorosos. Es tal la grandeza y
la profundidad del amor humano, que nos revela las cualidades de
cualquier otro tipo de amor.
Por ultimo está el amor a Dios. Para el creyente esta es una razón de
ser primordial. Estamos viviendo en la sociedad actual un
neopaganismo, con la aparición de dioses viejos mezclados con otros
nuevos: el sexo, el dinero, el poder, el placer… tomados todos ellos en
sentido radical.
12
14. La Sexualidad:
Definición
La sexualidad es una función vital que influye sobre la conducta de los
individuos y sobre las relaciones humanas en general. Afecta a todos los
procesos fisiológicos y psicológicos del ser humano, aunque no es
imprescindible para su supervivencia. Se trata de un impulso instintivo que
atraviesa diferentes etapas a lo largo de la vida de los individuos y que es
condicionado en gran medida por el entorno sociocultural en el que viven.
Pero ante todo, la relación sexual responde a una necesidad de comunicación
física y psicológica que va más allá de la misma unión sexual de los cuerpos.8
La naturaleza, ha provisto tanto a hombres como a mujeres, de un
determinado tipo de hormonas, cuya función consiste en que el hombre y la
mujer se atraigan mutuamente, asegurando de una manera instintiva, la
continuación de la especia. La aparición del instinto sexual es una fuerza
imperiosa que nos empuja y nos urge como un apetito que no puede
asociarse con los demás apetitos. El instinto sexual es una “necesidad” que
todos los seres humanos buscamos satisfacer. Pero como en esa necesidad
están inmiscuidas dos personas, necesariamente surge una correspondencia,
una reciprocidad, una relación de dar y recibir. Por lo tanto deja de ser una
simple necesidad y pasa a ser una necesidad primaria y algo mucho mas
importante en el desarrollo del ser humano.
Así tenemos al autor Manuel Barceló quien dice que la Sexualidad
desordenada parece que colabora en esconder las ansias de trascendencia y
facilita al resto por encontrar las realidades del hombre: limitación del goce y
caducidad de la vida. Introducir el desorden en cualquier actividad humana se
8
BARCELÓ, Manuel, Cómo valorar mi sexualidad, Ediciones Internacionales Universitarias, Madrid, 2001,
p. 11
14
15. paga a muy alto precio; y si este desorden se entremete en una función
humana tan excelsa como la sexualidad, el precio será aún más costoso.9
Elementos de la sexualidad
Podemos destacar algunos elementos que se engloban dentro del
concepto de sexualidad como son:
El impulso sexual. El impulso sexual que va dirigido tanto al placer sexual
inmediato, como a la procreación.
Identidad sexual y orientación sexual. La identidad sexual y orientación
sexual se entienden como tendencias sexuales en cuanto a aspectos de la
relación psicológica con el propio cuerpo (sentirse hombre, mujer o
ambos a la vez) y en cuanto a atracción sexual hacia un sexo, otro o
ambos (heterosexualidad, homosexualidad o bisexualidad).
Relaciones sociales. En la vida diaria, la sexualidad cumple un papel muy
importante, ya que, desde el punto de vista emocional, afectivo y social,
va mucho más allá de la finalidad reproductiva y compromete la vida de
pareja, de familia, y los lazos afectivos interpersonales.
Dimensiones de la sexualidad:
La sexualidad engloba tres dimensiones básicas del ser humano de
forma decisiva en su desarrollo: biológica, psicológica y social, no debemos
olvidar que el ser humano es una unidad indivisible, de modo que estas tres
dimensiones están íntimamente relacionadas y condicionadas unas por otras,
por lo que no podemos separar el cuerpo físico de la mente, de las creencias
9
Ibid. pp. 13
15
16. o de la educación recibida. Sin embargo vamos a abordarlas una por una para
10
facilitar nuestro estudio de la sexualidad:
Dimensión biológica de la sexualidad. La dimensión biológica de la
sexualidad en el ser humano, provee del sustrato anatómico fisiológico
sobre el que se desarbolarán los distintos matices de la sexualidad de la
persona.
La dimensión biológica es crucial en distintos ámbitos de la vida
sexual, como son: la procreación, el deseo sexual, la respuesta sexual,
etc. Todos ellos están influenciados por la anatomía sexual. Así mismo
la alteración física o fisiológica (del funcionamiento), puede acarrear
distintos trastornos sexuales o enfermedades, que afecten a la vida
sexual de la persona.
En este apartado incluimos factores como:
• Sistema genético. La carga cromosómica del genoma humano quot;XXquot;
quot;XYquot;, que se define en la fecundación, es uno de los factores
determinantes en la dimensión biológica del sexo de la persona.
• Sistema hormonal. El sistema endocrino, gracias a las glándulas
endocrinas es el encargado de mantener los niveles de hormonas
necesarios para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Concretamente las hormonas más directamente implicadas
en la sexualidad humana son: la testosterona, la progesterona, los
estrógenos.
Estos tres tipos de hormonas están presentes tanto en las
mujeres como en los hombres, auque en diferentes cantidades y
proporciones, de modo que los hombres poseen principalmente
testosterona (por eso se conoce como hormona masculina) y una
pequeña cantidad de estrógenos y progesterona, al contrario las
10
YEPES, Ricardo, Fundamentos de Antropología. Un ideal de excelencia humana, 6ª edición, EUNSA,
España, 2003, p. 199 - 202
16
17. mujeres segregan en su mayoría estrógenos y progesterona (por
eso se conocen como hormonas femeninas) y sólo una pequeña
cantidad de testosterona.
• Estructura anatómico-fisiológica
La anatomía física del hombre y la mujer determinan
aspectos de la relación sexual, respuesta sexual, excitación,
procreación, etc.
En este apartado se contemplan tanto la anatomía y
fisiología de los genitales masculinos y femeninos, así como los
caracteres sexuales secundarios.
Dimensión psíquica de la sexualidad
La mente humana juega un papel fundamental en nuestro modo
de vivir y sentir nuestra sexualidad. Nuestras forma de percibir la
belleza, nuestras ideas sobre lo que está bien o mal en cuanto al sexo,
nuestra personalidad, nuestras convicciones, el temperamento de cada
persona, son factores decisivos en nuestras relaciones sexuales. Nuestra
propia identidad sexual, nuestra orientación sexual, depende en gran
manera de nuestro modo de vernos y entendernos psicológicamente en
relación a lo sexual.
Dimensión social de la sexualidad
La dimensión social, engloba el papel fundamental que ejerce la familia,
los amigos, la educación recibida en el colegio, la religión, etc., sobre la
sexualidad.
Las distintas sociedades poseen modelos distintos de entender y vivir la
sexualidad. Es por ello que existen grandes mitos sobre la calidez
erótica de los latinos, la represión sexual de los países árabes, etc.
17
19. Amor y Sexualidad
El amor y la sexualidad en nuestra actualidad
Permanentemente somos invitados al sexo por los medios de
comunicación social, esta convocatoria se hace de forma divertida, con una
liberación que planifica y conduce a la maduración de la personalidad. Todo
este mensaje erróneo, lleva al que no tiene las ideas claras a pensar que ésa
es la condición humana. Es ahí donde la sexualidad se desconecta del amor y
los sentimientos nos conducen a la inestabilidad emocional.
Se dice que hoy en día estamos asistiendo a una verdadera idolatría
del sexo, se ha instalado en el corazón de nuestra sociedad el sexo a todas
horas, a impulsos de la pornografía y sus derivados. En el tema sexual bien
se puede decir que vivimos en una sociedad neurótica, una sociedad de
progreso material, pero sin rumbo y pérdida. Una sociedad que busca lo que
escandaliza y fomenta lo que luego condena. Por ejemplo, los anuncios de
prensa sobre sexo e incluso sobre sexo adolescente, cuando éste llega hasta
los medios de comunicación, éstos dan su voz de alarma, vociferando
alborotados sobre lo que está sucediendo.11
Donación de sí mismo.
La diferencia y atracción sexual que se da entre el varón y la mujer es
completaría y reciproca, puesto que se establece como referencia del uno
hacia el otro. La sexualidad está orientada a expresar y realizar la vocación de
ser humano al amor; por tanto, está al servicio de la comunicación
interpersonal. El hombre es llamado al amor como espíritu encarnado, es
decir, alma y cuerpo en la unidad de la persona, la sexualidad tiene como fin
11
HERVADA, Javier, Diálogos sobre el amor y el matrimonio,3ª edición, EUNSA, España, 1987, p. 26
19
20. intrínseco el amor.12 En otras palabras, la sexualidad humana es parte
integrante de la concreta capacidad de amor inscrita por Dios en la
humanidad masculina y femenina, y comporta la capacidad de expresar el
amor, ese amor precisamente en el hombre se convierte en don y, mediante
ese don, realiza el sentido mismo de su ser y existir. El carácter relacional de
la persona humana tiene su máxima expresión en la sexualidad entendida
como don de sí al otro, puesto que una característica de las personas es la
capacidad de donar. A las personas que amamos les hacemos objeto de
regalos más o menos valioso dependiendo del amor que les tengamos. El
regalo es un don de algo propio, que expresa y simboliza el amor. En la
donación sexual se expresa la donación de todo el ser, puesto que el cuerpo
no es algo que se posee como una cosa, sino algo que me constituye como
persona.
Con el lenguaje de la sexualidad estamos manifestando la donación y
entrega plena al ser amado. La descripción de la sexualidad desde el punto
de vista fisiológico supone una visión parcial y deformada de la persona, en la
donación de sí que se da en la sexualidad se expresa realmente mucho más
que la unión fisiológica entre un hombre y una mujer.13
La donación sexual es engañosa cuando está privada de su dimensión
verdaderamente personal. Una entrega corporal que no fuera a la vez
personal sería en sí misma una mentira, porque considera el cuerpo como
algo simplemente externo, como una cosa disponible y no como la propia
realidad personal. En otras palabras: la donación física total sería una mentira
si no fuese el signo y el fruto de la donación personal total.
Lo propio de la donación sexual de la persona humana, debido a su
carácter espiritual, es su exclusividad y perpetuidad, condiciones que se dan
sólo en el matrimonio, esta es la única manera de darse totalmente como
personas y para siempre. Por ejemplo, no vale decir, te amo los días pares,
12
GRARCIA, José A., antropología filosófica. Una introducción a la filosofía del hombre, 2ª edición, EUNSA,
España, 2003, pp. 177, 1778
13
Consejo Pontificio para la familia, Sexualidad Humana: verdad y significad, Palabra, Pamplona, 1999,
pp. 21
20
21. pero no los impares, o te amo con locura ahora, pero no durante el fin de
semana, o te amo ahora pero no cuando tengas arrugas. El amor no es un
estado pasajero y efímero: eso es lo propio del sentimiento del placer o de la
utilidad. El amor verdadero es un acto personal que trasciende los
condicionamientos temporales.14
De lo dicho hasta ahora podemos deducir que el amor conyugal es un
tipo de relación interpersonal que se caracteriza en primer lugar por ser un
amor de amistad entre un hombre y una mujer llevado hasta el extremo del
don de sí, el cual se sirve de vínculo afectivo-sexual para su nacimiento,
subsistencia y perfección. Esto quiere decir que el amor conyugal lleva a crear
el clima afectivo-sexual que mejor contribuya a la subsistencia y desarrollo
del don recíproco de las personas.
La sexualidad debe ser un lenguaje de amor
Amor y sexualidad deben formar un binomio irrenunciable. La vida
sexual tiene mucha importancia en la armonía de la pareja. Desconocer esto
sería ignorar una de sus principales dimensiones. El amor humano, para que
sea auténtico, debe basarse en tres aspectos importantes: el físico, el
psicológico y el espiritual. El amor es el principal argumento, alrededor de él
giran y se mueven una serie de elementos decisivos de la vida, pero él
constituye el auténtico goce, eje dinámico y centro de operaciones desde el
que las demás realidades cobran y reciben su sentido.
El amor es el mejor compañero de viaje, poner amor en las cosas
pequeñas de cada día y en las personas con las que nos relacionamos
diariamente, es una forma sabia y poderosa de actuar. Pero siendo capaces
de utilizar la palabra sin degradarla, llamando sexo al encuentro epidérmico
con el cuerpo de otro, instrumentalizacion sexual de esa persona; y
14
GRARCIA, José A., antropología filosófica. Una introducción a la filosofía del hombre, 2ª edición, EUNSA,
España, 2003, pp. 177, 1778
21
22. nombrando al verdadero amor, como entrega y donación que procura la
felicidad y un mayor grado de libertad.15
El amor entre dos personas emerge de la atracción física en un
principio. Del plano físico, va transitando al psicológico y de éste al espiritual.
Travesía habitual que va descubriendo la personalidad del otro. El anzuelo del
principio suele ser casi siempre el físico16, puesto que el hombre se enamora
más por lo que ve, mientras que la mujer se enamora por lo que oye y siente.
Las relaciones entre amor y sexualidad no es que sean estrechas, sino
que la una se entronca en la otra, y a su vez, dentro de ellos vibran con
fuerzas todas y cada unos de los ingredientes que nutren lo mejor del ser
humano: lo físico, lo psicológico, lo espiritual y lo cultural. Aquí, en el
encuentro sexual, en ese momento se destaca y toma el mando es la
emoción placentera del goce del acto sexual, quedando algo relegadas las
otras tres dimensiones, pero envolviendo todo. Por eso, lo volvemos a decir,
la relación sexual es una acto intimo de persona a persona, nunca de cuerpo
a cuerpo, pero cuando al otro se le trata sólo como ser físico, portador de un
cuerpo, es cuando se ha robado la grandeza del mismo, esto es lo que pasa
en la mayoría de ocasiones.17
El cuerpo es algo personal, particular, propio. Éste debe ser integrado
en el conjunto de la personalidad. La sexualidad es un lenguaje cuyo idioma
es el amor, por eso la relación sexual debe estar presidida por el amor a la
otra persona, que es una entrega rica y diversa, que no sólo se produce en el
terreno de la sexualidad. Amor personal comprometido, estable, auténtico,
verdadero, es estimulante físico, psicológico y espiritual.
15
Ibid. 179
16
Ibid. 180
17
PEART, Georgina, El amor conyugal, Editorial Brooklyn, New York, 1996, p. 135
22
23. CONCLUSIONES
El amor es un don natural sembrado por Dios en el corazón humano, es un
sentimiento que mueve a desear que la realidad humana alcance lo que se
juzga su bien, a procurar que su deseo se cumpla y a gozar como bien propio
el hecho de saberlo cumplido. El amor autentico busca el bien del otro y por
extensión, consigue el propio.
La sexualidad esta orientada a expresar y realizar la vocación del ser humano al
amor; por lo tanto esta al servicio de la comunidad. La relación sexual responde
a una necesidad de comunicación física y psicológica que va más allá de la
unión sexual de los cuerpos, pues es de persona a persona.
La relación entre amor y sexualidad es de reciprocidad, dar y recibir, y de
complementariedad, puesto que se establece como referencia del uno hacia el
otro. Amor y sexualidad deben formar un binomio irrenunciable, pues la vida
sexual tiene mucha importancia en la armonía y en la vida de la pareja.
23
24. BIBLIOGRAFIA
.
BARCELÓ, Manuel, Cómo valorar mi sexualidad, Ediciones Internacionales
Universitarias, 2001, Madrid.
CABODEVILLA, José María, Hombre y Mujer, estudio sobre el matrimonio y
el amor humano, 2ª edición, Editorial Católica S.A., 1960, Madrid.
GARCÍA HOZ, Víctor, Educación de la Sexualidad, 4ª edición, Ediciones
RIALP, 2002, Madrid.
GRARCIA, José A., antropología filosófica. Una introducción a la filosofía del
hombre, 2ª edición, EUNSA, 2003, España.
HERVADA, Javier, Diálogos sobre el amor y el matrimonio, 3ª edición,
EUNSA, 1987, España.
PEART, Georgina, El amor conyugal, Editorial Brooklyn, 1996, New York
SANCHO, Rodrigo, las posibilidades del amor conyugal, 3ª edición, Ediciones
Gráficas Lizarra, 1982, Pamplona.
YEPES, Ricardo, Fundamentos de Antropología. Un ideal de excelencia
humana, 6ª edición, EUNSA, 2003, España.
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