2. La gastritis es una infección. Realidad Una de las principales causas por las que una persona puede padecer gastritis crónica se debe a una bacteria llamada Helicobacter Pylory; el contagio de esta bacteria es bucal, por lo que se necesita una buena higiene en el hogar y la familia. Algunos otros focos de infección se encuentran en el contacto con heces, agua u objetos personales contaminados con esta bacteria. Mientras más comidas mejor para prevenir la gastritis Realidad Comer poco y varias veces te ayudará a mejorar tu problema, ya que moderando las cantidades de comida tu organismo tendrá un proceso digestivo correcto y no forzado. Recuerda no dejar tu estómago vacío, es un factor clave para curar esta enfermedad.
3. El café empeora la gastritis. Realidad Puesto que algunas sustancias del café, especialmente la cafeína, estimulan la secreción del jugo gástrico en el estómago el cual contiene (además de otras sustancias) ácido clorhídrico y pepsina, la irritación y daño al estómago con gastritis es muy severa. Te recomendamos evitar el café para no agravar los síntomas de la gastritis. El alcohol no es malo cuando se tiene gastritis. Mito Todas las bebidas alcohólicas (unas más que otras) no solo irritan el estómago, también erosionan el revestimiento, haciendo más vulnerables a los tejidos respecto a los efectos de los jugos gástricos.
4. Todo tipo de "chiles" causan gastritis. Mito El "chile" o "picante" por si solos no causan gastritis, existen algunos tipos de este condimento que tiene una sustancia llamada Capsaicina, que es sumamente irritante para el estómago, incrementando los síntomas de acidez y dolor quemante, sin embargo, existen varios tipos que contienen una baja cantidad de este compuesto, por lo que no representan un riesgo. El dolor abdominal causado por la gastritis se alivia con analgésicos comunes. Mito Muchas personas tratan de aliviar el dolor con analgésicos comunes, la mayoría de las personas cometen este error porque no saben que los analgésicos comunes solamente agravan el problema, pues, debilitan las defensas del estómago propiciando dolor abdominal o incrementándolo; los inhibidores de bomba de protones son los más recomendables.