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Subiendo la montaña
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Subiendo
la montaña
El Desafío
Para todos aquellos
que tengan desafíos
por conquistar.
Hugo Ernesto
Martínez
Guía de
Trabajo Incluida
Una metáfora sobre cómo enfrentar los Desafíos
de Tú Vida ¿Cuáles son tus Desafíos?
Tu
Crecimiento
Personal
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Subiendo la montaña
El Desafío
Hugo Ernesto Martínez G.
Una metáfora sobre enfrentar
los desafíos de tu vida
VERSION DEMO
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CONTENIDO
Prólogo, 7
Capitulo 1. Buscando un desafío que ganar, 9
Capitulo 2. La Montaña, 12
Capítulo 3. La Leyenda, 16
Capítulo 4. Cargas, 24
Capitulo 5. Los dos caminos, 28
Capitulo 6. Que se preocupen las preocupaciones, 32
Capitulo 7. Cuestión de nombres, 40
Capitulo 8. La pared, 46
Capitulo 9. El Mojón, 53
Capitulo 10. El Guardián y la batalla, 59
Capitulo 11. El Tesoro y El Secreto, 65
Capitulo 12. El Compromiso, 71
Epilogo. 5 años menos un día después…, 75
Guía de Trabajo Personal, 77
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Prólogo.
Para todos aquellos que tengan Desafíos
por Conquistar…
¿Cuáles son tus montañas? ¿Cuáles son
tus desafíos?
Que quieres en la vida que te han dicho
que “no se puede” ¿Están tus desafíos en tener
más dinero?, ¿En poner un nuevo negocio? ¿En
crear una mejor vida para ti y los que te rodean?
¿En conquistar al ser amado? ¿En conquistar
una carrera universitaria? ¿Conseguir un mejor
trabajo?
Los desafíos son importantes en la vida,
nos hacen Crecer, nos hacen Vivir, nos hacen
obtener grandes recompensas.
Los desafíos nos transforman en seres
humanos diferentes, nos conmueven, nos retan
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y muchas veces nos asustan. Pero una vida sin
desafíos no merece ser Vivida, no puede ser
Vivida.
Los desafíos sacan lo mejor y muchas veces
lo peor de nosotros. Pero una cosa es segura, una
vez los enfrentamos y los conquistamos nuestra
vida no volverá a ser la misma.
Para ti que no te atreves a subir tus propias
montañas. Pero que sabes que al subirlas, al
conquistarlas, tu vida cambiará.
Para ti que no te crees cuando otros te dicen
“no se puede”
Para ti que sientes que las energías no te
alcanzan para seguir adelante.
Para ti que quieres transfórmarte a través de
alcanzar tus objetivos, conquistando tus propios
desafíos.
Para ti está escrito este libro con el sincero
deseo de que te atrevas, alcances y te transformes
en el Conquistador de tu propia Vida, en Dueño y
Señor de tu Destino…
Hugo E. Martínez.
Montaña El Desafío, Junio 2012
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Capitulo 1.
Buscando un desafío que ganar.
Era tarde cuando llegué al lugar, aparentemente
el hotel había cerrado sus puertas ese día y yo no
me había dado cuenta.
Había reservado mi estancia en ese hotel unos
meses antes pues tenía interés en subir la montaña.
Según la publicidad del hotel esa montaña era de
las mejores que había para subir. Su nombre lo
decía todo, se llamaba “Montaña el Desafío”.
El Desafío, ésta era una montaña que, cuando
la busqué por internet, me pareció interesante
sobre todo su nombre y yo en este momento
estaba en busca de nuevos desafíos. No es que
no tuviera desafíos en mi vida sino que me había
sentido derrotado por los mismos y en algún
momento pensé que subir esa montaña me daría la
oportunidad de, por lo menos, vencer un desafío.
Según lo que decía por internet la montaña
no era complicada en sí misma sino más bien
era la actitud de los hombres lo que la hacía
complicada.
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Así pues lo mismo ocurría en mi vida en ese
momento. Tenía una vida complicada llena de
nudos, llena de muchas cosas que tendrían que ser
desatadas y en realidad no me atrevía a hacerlo.
Estaba buscando nuevas formas de recobrar mi
vida, nuevas formas de seguir adelante, pero toda
mi vida la sentía como un gran peso sobre mis
hombros.
Subir la montaña el Desafío era un desafío en
sí mismo y prometía además que la vida de las
personas que la subieran cambiaría para siempre.
Meparecióqueestonoeramásqueunaestrategia
de mercadeo, sin embargo, en la fotografía la
montaña se veía realmente hermosa, además cerca
estaba una laguna de aguas cristalinas en la cual se
reflejaba la montaña con toda su Majestuosidad.
El bonito hotel que estaba a los pies de la montaña
me animó a tomar la decisión. Si bien en mi vida
los desafíos no estaban resolviéndose, por lo
menos tomaría ese desafío ¡subiría esa montaña!
Hice el largo recorrido, cinco horas en
automóvil, llegar fue cansado pero al fin estaba
allí, frente al hotel de la montaña El Desafío.
Estaba listo y dispuesto, esa montaña sería mía.
El único problema es que el hotel estaba
cerrado.
¡Estaba cerrado!
¡No me lo podía creer!
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Estaba cerrado. Volví a ver mi comprobante
de reservación y me fije en la fecha. Revisé
el calendario y me di cuenta del problema. Me
había equivocado de fecha y llegaba una semana
después de la reservación.
Y al parecer exactamente un día después de
que el hotel había cerrado. Lo primero que hice
fue culparme por equivocarme en la fecha, era el
colmo.
-No me extraña que tuviera todos los problemas
que tengo- pensé.
Mire por los alrededores buscando una excusa
y no una solución. Pero nada, todos se habían ido.
No quedaba nadie en los alrededores.
Según un rotulo, colocado en la puerta del
hotel, volverían a abrir hasta dentro de 15 días.
Cinco horas de viaje habían sido por gusto.
Pero de pronto algo robo mi atención.
Suspire profundamente y solté el aliento. La
montaña en realidad era mucho más grande y más
hermosa de lo que se veía en la foto por internet.
Solté una exclamación de admiración y pensé:
-Vaya eso se parece a la montaña de mi vida.
Y por alguna razón me decidí. Tenía que subir
la montaña El DESAFÍO.
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Capitulo 2.
La Montaña.
!Tengo que subir esa montaña¡
Ese era todo mi pensamiento, pero no sabía
como hacerlo, ¿cómo subir esa montaña? No
había hotel y aparentemente cerca de ese lugar no
había nadie con vida.
No me quedaba más remedio que regresar a
casa. Paso a paso me dirigí hacia mi automóvil.
Pero algo se agitaba en mi corazón, sentí que
si me iba sin subir esa montaña no solo iba a
dejar la montaña, sino algo más, algo sumamente
importante… y no tenía ni idea exactamente qué.
Me quede parado como queriendo descifrar mi
propio pensamiento, pero me había quedado en
blanco sin ideas, solamente un sentimiento.
Algo se movió en la periferia de mi vista. Un
hombre se acercaba.
-¿Vienes a subir El Desafío?- me preguntó el
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hombre sonriendo.
-Pues si esa es mi idea-dije mirando la montaña
y luego al edificio del hotel -pero aparentemente
vine un día tarde.
El hombre me pareció viejo. En realidad soy
malo para calcular edades sin embargo este
hombre tendría más de 60 años. Si, era un hombre
viejo.
- Pues así es jovencito- me dijo el viejo-
realmente vienes un día tarde porque el día de
ayer fue la última vez que el hotel funcionó, de
hecho el gerente del hotel salió hoy por la mañana
directo a sus vacaciones.
-Esa es la historia de mi vida- dije con
resignación.
-¿A qué te refieres? A llegar siempre tarde
o a que los gerentes de los hoteles se vayan de
vacaciones.
-Supongo que a llegar tarde- dije haciendo una
mueca de resignación.
Volví mi mirada a la montaña. Luego mire al
viejo.
-¿Y cómo puedo hacer para subir la montaña?
!Tengo que subir esa montaña a como dé lugar¡
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-Pues así como me lo dices es difícil; pues tener
que hacer algo no significa que lo vayas a lograr.
Mequedeviendoalviejoconcaradeextrañado,
al mismo tiempo que pensaba: ¿De qué estará
hablando este viejo?
El viejo pareció darse cuenta de lo extrañado
que yo estaba, entonces sonrió.
-No es lo mismo “tener” que hacer algo y
“querer” hacer algo. Mientras “tu tengas” que
subir la montaña tendrás muchas dificultades,
en cambio cuando “tú quieras” subir la montaña
probablemente las dificultades disminuirán.
-Lo que me quieres decir es: si en lugar de decir
“tengo” que subir la montaña digo “quiero” subir
la montaña las cosas cambiarán.
-!Exactamente¡ eres más inteligente de lo que
pareces.
-Y tu eres más tonto de lo que pareces -dije
enfadándome.
El viejo sonrió agradablemente y casi
melodiosamente dijo:
-No es lo mismo “tener” que hacer algo, que
“querer” hacer algo.
-Muy bien, muy bien –dije casi gritando -quiero
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subir la montaña, quiero subir la montaña-mire al
viejo y le pregunté sarcásticamente- ya lo dije,
quiero subir la montaña, ¿en qué ha cambiado,
eso, la situación?
El viejo me miró fijamente-en algo habrá
cambiado-dijo-pues antes no tenías un guía para
subir la montaña pero ahora ya lo tienes. Yo seré
tu guía.
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Capítulo 3.
La Leyenda.
-¿Entonces me puedes ayudar a subir la
montaña?
-Puedo ayudarte -me contestó sonriendo.
-¿Por qué no lo dijiste antes? Nos habríamos
ahorrado una buena cantidad de tiempo.
-La respuesta es muy simple -me dijo - antes no
querías subir la montaña, simplemente tenías que
subir la montaña y yo no ayudo a las personas que
tienen que hacer algo, sino a aquellas que quieren
hacer algo.
Su respuesta me dejó un poco asombrado,
aunque, debo admitir que la situación había
cambiado desde que había dejado de “tener” que
hacer algo y había empezado a “querer” hacer
algo. ¡Y vaya que era un cambio espectacular!
-Pues -dije aún impactado por lo que me había
contestado-nunca lo había visto de esa manera.
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¿Cual me dijiste que era tu nombre?
-No te lo he dicho aún, mi nombre es Tezcatl.
-¿Cómo dijiste?
- Tezcatl ese es mi nombre, pero me llaman
Carlos.
-Bueno, por lo menos Carlos es más fácil de
pronunciar. Mi nombre es Hugo- le dije estirando
mi mano para apretar la de él.
Carlos tomó mi mano fuertemente-mucho
gusto Macario.
-No – dije – Hugo.
Carlos pareció verme con curiosidad. En
realidad pensé que estaba sordo así que le volvía
a repetir mi nombre más despacio para que lo
entendiera.
-Huuugooo- Dije estirando las palabras- mi
nombre es HUGO.
-Huuugooo- pronuncio, imitando la forma en
que yo había dicho mi nombre.
-Exacto, ese es mi nombre.
Carlos sonrió.
-¿Estás listo para subir la montaña?- me
preguntó.
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- Más que listo ¡quiero hacerlo!- por alguna
razón sentí felicidad en mi al decir estas palabras,
realmente esto fue muy extraño.
-Entonces vámonos, Macario.
-Ya le dije que mi nombre es…
Carlos comenzó a caminar rumbo a la montaña,
yo le pedí que esperara, en realidad le grité
que esperara pero iba muy adelante y pareció
no escuchar. Siguió caminando sin ni siquiera
detenerse a mirar si yo le seguía.
Maldije y rápidamente me dirigí a mi
automóvil a recoger mi equipaje, por suerte ya
había empacado en una mochila todas las cosas
que, según el anuncio de internet, necesitaría para
subir la montaña. Así pues tome la mochila y me
asegure de que mi auto quedara con llave.
Seguí el camino que Carlos había tomado,
ya iba bastante lejos casi no lo alcanzaba a ver;
parecía que no se había percatado que yo no le
seguía.
Corrí lo más que pude pero he de confesar que
mi condición física no era la más adecuada. Dejé
de correr y comencé a caminar deprisa, tratando
de recobrar la respiración. El camino iba en línea
recta hasta unos árboles. Ante esos árboles estaba
Carlos esperándome.
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-¿Por qué no me esperó?
-Pensé que lo de “llegar tarde” era una broma-
me dijo carcajeándose- me habías dicho que
estabas listo para comenzar a subir la montaña,
Macario.
-Sí, pero necesitaba ir a traer mi mochila a mi
automóvil y ya le dije mi nombre es HUGO- esto
último lo dije casi sin aliento por el esfuerzo de
correr para alcanzar a Carlos.
-Pero ya estamos aquí- dijo al mismo tiempo
que señalaba un rótulo que decía “Bienvenidos a
la montaña El Desafío”
Vi el rótulo de bienvenida pero lo que me llamo
la atención fue una leyenda que estaba escrita bajo
él.
Bienvenidos a la Montaña El Desafío.
Cuenta la leyenda que hace mucho, mucho,
mucho tiempo El Dios del universo pasaba por
estos cielos y al ver la belleza de la montaña
decidió bajar y contemplar su obra desde el
pico de la montaña.
Al bajar y observar su obra se dio cuenta
que un hombre cantaba alabanzas a Dios. Su
canto era tan hermoso, y hablaba de justicia
y verdad, que Dios se quedo escuchándolo
hasta que anocheció.
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Una vez el hombre se quedo dormido, Dios
se le apareció en sueños y le dio un Tesoro, un
Tesoro que era el Secreto por el cual todo ser
se convierte en amo y señor de su destino.
Al despertar el hombre guardo el secreto
en su corazón. Y pensó, habló, sintió y actuó
de acuerdo a ese secreto toda su vida.
Por ese secreto este hombre se convirtió
en Rey de esta región. Su reinado fue justo y
verdadero y nunca sus habitantes conocieron
tal prosperidad como la que vivieron con ese
Rey.
Cuando el Rey estaba por morir regreso
a esta montaña y escondió el Tesoro-el
Secreto que Dios le había dado -y pidió a
la montaña que solo se lo diera a aquellos
que lo quisieran encontrar. El Rey instaló
un Guardián que cuidara del tesoro por los
siglos de los siglos.
Desde entonces para Reinar en estas
tierras todos los candidatos tenían que venir
a la montaña para enfrentar al Guardián y
vencerlo, solo entonces si la Montaña los
encontraba dignos les daría el Tesoro.
Por eso esta montaña se conoció como El
DESAFÍO.
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-Una leyenda muy curiosa- dije- ¿Hay aquí un
tesoro? ¿Alguien lo ha encontrado?
-Así dice la leyenda- me dijo sonriendo- Bueno
como te decía ya estamos aquí y es el momento de
comenzar a subir.
-Si, ya estamos aquí-dije aun pensando en la
leyenda.
De pronto me di cuenta que Carlos no llevaba
nada para subir la montaña.
-¿Pero tú no llevas ninguna clase de equipaje,
Carlos?
Haciendo caso omiso de mi pregunta Carlos
sonrió y me dijo: ¿Estás seguro que debes de subir
esta montaña?
-No, en realidad no debo de subir la montaña
sino que “quiero” subir la montaña… el querer
hacer algo es más fuerte que el deber hacer algo-
me sentí muy bien al completar la frase.
Me sorprendí de mi respuesta. Pero por alguna
razón fue una sorpresa agradable.
-¡Veo que aprendes rápido jovencito!
Sonreí, y no sé por qué empecé a buscar algo
en el suelo y de alguna forma allí estaba, lo que
buscaba era algo con que escribir sobre el rótulo
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de madera que nos daba la bienvenida a la montaña
y encontré una roca con una punta muy fina.
Recogí la roca, camine hacia el rótulo y escribí lo
siguiente:
“Es más poderoso el querer hacer algo que el
deber o tener que hacer algo”
-¿Piensas dejar tu huella en este desafío? - me
pregunto Carlos.
-¿Cómo?
-Bueno este es un viaje - dijo- a veces es
importante dejar por escrito lo que se aprende en
el viaje para aquellos que vienen atrás haciendo el
mismo viaje.
-Pero ¿Qué pasa si los que vienen atrás piensan
que lo que he dejado en este viaje son palabras sin
sentido? ¿Son palabras inútiles que no sirven para
nada?
-Pues deja que ellos lo juzguen.
Me quede pensando. Hubo algo que me sacudió.
En realidad siempre me había gustado dejar mi
marca en los lugares que visitaba. Recuerdo que,
cuando era niño, cada obra de cemento fresco que
veía por la calle era una oportunidad para dejar mi
huella y la mayoría de las veces lo hacía.
-No lo había pensado- comente -pero no creo
que sea una mala idea.
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- Pues sería mejor que fuera una “buena idea”
y no una “no mala idea”- dijo Carlos.
Guarde la piedra, en mi bolsillo, estaba seguro
que la iba ocupar más adelante.
-RecuerdaMacario-medijo Carlosporprimera
vez en un tono grave y serio -esta montaña se
llama el desafío, no por gusto, sino porque es tu
propio desafío.
-Oiga ya le dije que mi nombre es…
Carlos ya había dado la vuelta y caminaba
rápidamente por el sendero… Silbando una tonada
y sin hacerme mas caso.
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Capítulo 4.
Cargas.
Comenzamos a subir la montaña, de repente la
pendiente se hizo muy inclinada. Carlos era muy
rápido para subir de hecho no parecía que tuviera
la edad que yo le había calculado. Yo le seguía
pero me iba retrasando y es que la mochila que
llevaba a cuestas pesaba demasiado. Carlos se
detuvo y me espero.
-¿Que llevas en esa mochila? Ese peso te está
retrasando.
-Pues, llevo lo que decía en el instructivo para
subir la montaña, latas de comida, agua, frazadas,
mi celular por si alguien me llama, un libro para
leer en los momentos de descanso, y algunas otras
cosas más.
-Esoestábien-medijo-paraalguienque“deba”
subir la montaña pero para alguien que “quiera”
subir la montaña me parece que es demasiada
carga. Acabamos de comenzar el camino pero ya
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esa carga te está cansando y agotando. Tienes que
decidir o subes la montaña o llevas tu carga. Pero
será muy difícil que hagas las dos cosas a la vez.
Me le quedé viendo al hombre con cara de
“este tipo está loco” qué quiere que haga que me
vaya sin nada.
-Pero aquí llevó mi agua y… la comida-dije
Carlos sonrió - no es necesario que te vayas sin
nada. Lo importante es que lleves aquello que te
ayudará a subir la montaña. Lo único que necesitas
llevar es un poco de comida y un poco de agua
para el viaje lo demás lo puedes dejar acá.
-Está bien-dije un poco enfadado.
Tomé mi mochila y empecé a escoger aquello
que llevaría, que básicamente se reducía a unas
galletas y un par de botellas de agua.
-¿Y qué hago con esto? -le dije señalando todo
el resto de cosas que llevaba.
-Pues déjalas- me contestó -no puedes permitir
que una carga, pasada, perdón -se corrigió
-pesada influya en aquello que quieres alcanzar,
que es subir El Desafío.
Por un momento me quedé pensando en lo que
Carlos me decía.
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-Esa es otra lección interesante para mi vida –
-¿Tu vida?
-Si, mi vida está llena de cosas del pasado que
me cargan para enfrentar los desafíos del presente
y del futuro.
-Así son las cargas- me dijo- llevamos muchas
de ellas pensando que más adelante nos ayudarán
y sin embargo nos estorban. Estas cargas no se
limitan solamente a las cosas materiales que
llevas sino también a pensamientos negativos
o palabras que te lleven a la duda en cuanto a
alcanzar aquello que tú quieres.
Me quede pensando un poco
– Pensamientos negativos o palabras…-
murmuré.
-¿Decidido a dejar tu carga atrás?
-Decidido.
Deje la mochila junto a un árbol, no sin antes
cubrirla con un poco de ramas para protegerla y
esconderla, de todas formas la pasaría trayendo
una vez bajara de la montaña.
Tome la piedra de mi bolsillo. La piedra con la
cual había escrito el mensaje anterior y empecé a
escribir en el árbol:
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“No es necesario que lleves todo para subir
una montaña, simplemente lleva lo único que
necesitas”
Me quedé pensando un poco y se me ocurrió
una cosa totalmente absurda, volví a escribir
“y lo único que necesitas es tu corazón”.
-Woow- esta frase sí que me quedó muy bien.
-¿Qué le parece mi…? - Carlos había
comenzado a subir otra vez. Corrí tras el tratando
de alcanzarlo. Ahora fue mucho más fácil pues mi
carga había quedado atrás.
FIN del DEMO
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¡Conquista tus desafíos!
¡Alcanza tus objetivos¡
Para ti que tienes grandes sueños.
Para ti que tienes desafíos que conquistar.
Este es un libro de inspiración, una historia conmovedora, un mapa
que te ayudará a subir la montaña y Conquistar tus desafíos.
Aquí tienes dos libros en uno; el primero te mostrará, de forma intui-
tiva a través de una metáfora, como conquistar tus desafíos. El segun-
do, la guía de trabajo, te ayudará a diseñar el mapa que te orientará
en el camino que te lleve a conseguir lo que Tú quieres de la vida, a
Conquistar Tus Propios Desafíos.
Hugo Ernesto Martínez.
Escritor, Facilitador y Conferencista en los
temas de: Liderazgo, Liderazgo Personal,
Trabajo en equipo y Recursos Humanos.
subiendoeldesafio@gmail.com
Tu
Crecimiento
Personal
DE
SAFIAN
TE
INS
PIRADO
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CA
UTIVADO
RA