Ares era el dios de la guerra en la mitología griega. Tuvo dos hijos con Afrodita, Fobos y Deimos. Representaba la violencia, la fuerza bruta y el derramamiento de sangre. Era el patrón de la ciudad guerrera de Esparta y sus animales representativos eran perros de guerra. En la Ilíada, dos gigantes encadenaron a Ares y lo encerraron en una urna durante trece meses hasta que Hermes lo rescató.