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                     Carlos
 Drummond
 De Andrade
Unidos por las manos
                     y otros poemas




                      Muestrario de
Biblioteca Digital     Poesía 12
2
Unidos por las manos
y otros poemas

Carlos Drummond de
Andrade, Brasil
Edición digital gratuita de

Muestrario de Poesía                              12
Primera edición: Septiembre 2008
Santo Domingo, República Dominicana

¿Qué somos?
Muestrario de Poesía es una colección digital gratuita que se difunde
por la Internet y se dedica a promocionar la obra poética de los grandes
creadores, difundiéndola y fomentando nuevos lectores para ella. Junto a
las colecciones complementarias Libros de Regalo, Ciensalud,
Iniciadores de Negocios y Aprender a aprender, son iniciativas sin
fines de lucro del equipo de profesionales de INTERCOACH para servir,
aportar, añadir valor y propiciar una cultura de diálogo, de tolerancia, de
respeto, de contribución, de servicio, que promueva valores sanos,
constructivos, edificantes a favor de la paz y la preservación de la vida
acorde con los principios cristianos. Los libros digitales son gratuitos,
promueven al autor y su obra, así como el amor por la lectura, y se
envían como contribución a la educación, edificación y superación de las
personas que los solicitan sin costo alguno.

Este e-libro es cortesía de:




                 INTERCOACH
                 Forjando líderes ganadores
Sol Poniente interior 144, Apto. 3-B, Altos de Arroyo Hondo III, Santo
Domingo, D.N., República Dominicana. Tel. 809-565-3164

Se autoriza la libre reproducción y distribución del presente libro,
siempre y cuando se haga gratuitamente y sin modificación de su
contenido y autor.
   Si se solicita, se enviarán copias en formato PDF vía email. Para
          pedirlos, enviar e-mail a intercoach.dr@gmail.com,
                       aquiles.julian@gmail.com
3




                Contenido
Carlos Drummond de Andrade y la fábula de la piedra   4
Canto órfico                                          8
Dulce fantasma, por qué me visitas…                    9
El mundo es grande…                                   10
En mitad del camino                                   10
Los que sufren                                        11
Mi corazón no es más grande que el mundo              11
No lo hagas                                           13
Permanencia                                           14
Búsqueda de la poesía                                 14
Reconocimiento del amor                               16
Vamos, no llores…                                     17
Nota social                                           18
De frente a los últimos acontecimientos               19
Tristeza en el cielo                                  20
Poesía                                                20
Aniversario                                           21
Letanía de la huerta                                  21
Liquidación                                           21
Una plegaria para escritores…                         22
La falta que ama                                      24
Aparición amorosa                                     25
Enemigo                                               26
Poemas de su libro a Don Quijote                      27
Amar                                                  35
Consuelo en la playa                                  36
Biografía de Carlos Drummond de Andrade               37
4
 Carlos Drummond de Andrade y la
         fábula de la piedra

                            Rodolfo Mata
                             Con el paso del tiempo, un incidente fundacional
                             en la carrera literaria de Carlos Drummond de
                             Andrade (1902-1987) se ha convertido en una
                             fábula medular de la historia de la poesía brasileña
                             contemporánea. Cuando el poeta publicó "No
                             meio do camino" –en el número 3 de la Revista de
                             Antropofagia (julio de 1928)– seguramente no
                             imaginó que lanzaba una verdadera "piedra de
                             toque" en el desarrollo de la poesía brasileña: "No
                             meio do caminho tinha uma pedra / tinha uma
                             pedra no meio do caminho / tinha uma pedra / no
meio do caminho tinha uma pedra. // Nunca me esquecerei desse
acontecimento / na vida de minhas retinas tão fatigadas. / Nunca me
esquecerei que no meio do caminho / tinha uma pedra / tinha uma pedra no
meio do caminho / no meio do caminho tinha uma pedra". Si Mário de
Andrade le había comentado por carta,1 en 1924, que el poema era formidable
y que le parecía un ejemplo fuerte, bien logrado y "psicológico" (las
inclinaciones de Mário por ese tipo de análisis fueron frecuentes) del
"cansancio intelectual", cuando apareció en la provocadora revista, los elogios
no se repitieron, aunque tampoco hubo repudios, como los que se verían
después, sino que más bien el poema pasó un tanto desapercibido. El clima
belicoso de la llamada "fase heroica" del Modernismo –la vanguardia brasileña
que llevó a cabo la ruptura frontal con los cánones estéticos anteriores– se
había entibiado un poco: el uso de manifiestos comenzaba a declinar, el
desparpajo del poema piada (poema-broma) había perdido parte de su prestigio
original y, como Mário señalaría más tarde, se acercaba la hora en que la fase
de destrucción cedería su lugar a un ciclo constructivo.
   Drummond estaba consciente de esta situación y por ello su primer libro
llevaría el modesto título de Alguma poesia (1930). No sólo le parecían
innecesarios los gestos de ruptura grandilocuentes en el panorama poético del
momento sino que tenía la certeza de que el lugar del poeta en el mundo
moderno es marginal. "Impossível compor um poema a essa altura da evolução
da humanidade. / Impossível escrever um poema –uma linha que seja– de
verdadeira poesia", nos dice al principio de "O sobrevivente", para rematar con
"Inabitável, o mundo é cada vez mais habitado. / E se os olhos reaprendessem a
chorar seria um segundo dilúvio. / (Desconfio que escrevi um poema)". Esta
5
mezcla de ironía y humor, templados por la amargura y la resignación, está
presente en Alguma poesia, al lado de otros rasgos típicamente modernistas,
como el mencionado poema-piada ("É preciso fazer um poema sobre Bahia... /
Mas eu nunca fui lá"), el verso libre, el prosaísmo, los temas "no poéticos", las
"imágenes novedosas", etc. De esta manera, tenemos que este libro nace siendo
un punto de inflexión en la poesía brasileña, no sólo por el genio creativo de
Drummond, sino porque, como dice Wilson Martins, surgió en un ambiente
de "revolución estabilizada", en el que, agregaría, el poeta puede buscar más
tranquilamente su propio camino.
   Pero entonces, regresando a "No meio do caminho", ¿cómo se dio la polémica
que desató este poema, según consignan casi indefectiblemente las referencias
a la obra de Drummond, por más escuetas que sean? La historia del poema da
pedra, como llegó a ser conocido, se inició realmente con su inclusión en
Alguma poesia; fue revisada ampliamente en Uma pedra no meio do caminho.
Biografia de um poema (Seleção e montagem de Carlos Drummond de Andrade;
estudo de Arnaldo Saraiva, Rio de Janeiro, Editora do Autor, 1967) y continúa
rindiendo frutos como un fenómeno de gran riqueza no sólo en la historia de
la poesía brasileña sino en la de la crítica literaria. Según Arnaldo Saraiva, la
publicación en libro, en 1930, provocó adhesiones y repulsas, aunque raros
ataques por escrito. Uno de los más graciosos es la parodia del indignado
Gondim da Fonseca (Correio da Manhã, Rio de Janeiro, 26/08/38), quejándose
de que ya no había rima y que cualquier incidente podía producir un poema,
"papagayando" cuatro o cinco veces lo mismo: "Eu tropecei agora numa casca
de banana. / Numa casca de banana! / Numa casca de banana eu tropecei
agora, / Caí pra trás desamparadamente, / E rasguei os fundilhos das calças! /
Numa casca de banana eu tropecei agora. / Numa casca de banana! / Eu
tropecei agora numa casca de banana!". De hecho, esta es una muestra de los
deseos de restauración del "orden" en la "Poesía" que más tarde fueron
propugnados por la llamada "Generación del 45".2 En ocasiones, éstos
llegaron a excesos preceptivistas, como los expresados por Domingos
Carvalho da Silva, según refiere Sérgio Buarque de Holanda: el buen verso no
debe contener palabras esdrújulas; la palabra "fruta" debe ser desterrada de la
poesía en favor de "fruto", al igual que "cachorro" en favor de "cão"; y el Océano
Índico es "más poético" que el Pacífico.3 De ahí que las acusaciones más
frecuentes a "No meio do caminho" sigan esa línea: 1) es irreverente con la
Divina comedia, "Nel mezzo del camin di nostra vita"; 2) las demasiadas
repeticiones son empobrecedoras; 3) la regencia del verbo "esquecer" es
incorrecta; 4) en vez de "haver", utiliza el verbo "ter" con valor impersonal,
dando cabida así a un brasileñismo muy frecuente en el habla cotidiana del
país, pero impropio en poesía.
   Para la década de 1940, los elogios y los ataques se intensifican –refiere
Saraiva– por varias causas: 1) Drummond es una figura pública pues
sucesivamente ocupa un puesto importante en el Ministério da Educação,
invitado por su amigo Gustavo Capanema; se aproxima a Luis Carlos Prestes y
es director por unos meses del diario comunista Tribuna Popular; participa en la
6
frustrada remodelación del Departamento Nacional de Informações (el
antiguo Departamente de Informação e Propaganda, órgano de censura de la
comunicación social durante el Estado Novo); y finalmente se asienta en la
jefatura de la sección de historia de la Direitoria do Patrimônio Histórico e
Artístico Nacional. 2) Goza de un prestigio literario sólido con 6 libros de
poesía publicados, uno de prosa, y una participación constante en la prensa
como cronista. 3) Surge la llamada "Generación del 45" que ve en Drummond
un sobreviviente de los primeros principios estéticos del modernismo y, por lo
tanto, un "peligroso" e inteligente adversario. De 1950 en adelante, dice
Saraiva, aumentan los elogios pero no desaparecen del todo los ataques e
ironías. A esas alturas parece que todo se ha dicho: glosas, parodias,
anécdotas, meditaciones, comentarios, etc., y "No meio do caminho" ha sido
calificado como: bufonada, babosada, poema chistoso, poema futurista, marca
indeleble de una fase de locura de la poesía brasileña, el poema más
característico de nuestra época prosaica y tan agitada, mensaje tan simple e
impresionante, poema formidable y estupendo, el poema que todos nosotros
quisiéramos haber escrito, la mejor cosa del mundo, etc.
   De hecho, esta avalancha de opiniones fue la que llevó a Drummond a armar
Uma pedra no meio do caminho. Biografia de um poema. Necesitaba poner en claro
esta confusión que lo mantenía un tanto amargado, y exponer su punto de
vista, al lado de las reacciones contemporáneas a su aparición y las
impresiones que circulaban. De esta manera, dice Antônio Houaiss, se integró
un documento ejemplar de la sociología del gusto literario, en torno a la poesía
moderna en Brasil.4 En esta "biografía", Drummond afirma que su famoso
poema "não pretende expor nenhum fato de ordem moral, psicológica ou
filosófica" y que solamente quería "dar a sensação de monotonia e chateação, a
começar pelas palavras" (con lo cual confirma la apreciación inicial de Mário
de Andrade). Según el autor, el poema había servido hasta esas fechas "para
dividir no Brasil as pessoas em duas categorias mentais". Aunque nunca dijo
cuáles eran éstas, no hay duda que el fenómeno de división se había dado y
que el poema albergaba una consciencia crítica multiforme. Es decir, aunque
no se supiera con exactitud qué entrañaba, se percibía que había algo
profundamente crítico que inquietaba y abría la posibilidad a múltiples
interpretaciones.
   "No meio do caminho" no fue un exabrupto modernista genial. Ya con
anterioridad Drummond se venía afiliando a la praxis modernista de violentar
la sintaxis, practicar el verso libre, el coloquialismo y el poema-piada, además de
que Mário de Andrade le había contagiado su nacionalismo. Sin embargo, el
nacionalismo drummondiano no resultó ser de exaltación sino de regreso a la
objetividad de las cosas. En una de sus tempranas colaboraciones en A Revista
(no. 1, julio 1925), el poeta ya apuntaba: "Agora, o escritor foge de teorias e
construções abstratas para trabalhar a realidade com mãos puras",
observación que recuerda el "ver com olhos livres" del Manifesto da Poesia Pau-
Brasil de Oswald de Andrade. En otra (no. 2, julio 1925), afirma: "Não podemos
oferecer nenhuma permeabilidade aos produtos e detritos das civilizações
7
estrangeiras".5 Es aquí donde la "teoría del cansancio" encaja. La solución no
estaba en complicados manifiestos, ni en importaciones (o en su contraparte:
los exotismos de exportación), sino en el cotidiano brasileño y su lenguaje, en
el regreso a las cosas, en el nacionalismo "con signo de menos". Esto explica
que la otra piedra que se atravesó constantemente en el camino de Drummond
fue Itabira, ciudad del estado de Minas Gerais donde nació: en tupi, lengua
indígena presente en gran parte de los toponímicos brasileños, "itá" significa
"piedra", e "itá-bira" quiere decir "piedra levantada o empinada".


                                       NOTAS

1 En 1924, Drummond conoció a Mário de Andrade, Blaise Cendrars y Tarsila de
Amaral, en el Grande Hotel de Belo Horizonte, cuando el grupo de la Semana de Arte
Moderno regresaba de su excursión a Minas. Fue entonces cuando inició una larga
correspondencia con Mário muy provechosa para su orientación literaria.
2 La "Generación del 45" es un concepto tan problemático en la historia de la literatura
brasileña como el papel de "No meio do caminho". En él se mezclan criterios
temporales, de preferencias estéticas y de política literaria pues, como apunta João
Cabral de Melo Neto, no fue un movimiento. Entre sus supuestos integrantes, observa el
poeta a quien se incluye frecuentemente en el grupo, había grandes diferencias.
3 Cf. Sérgio Buraque de Holanda, "Rebelião e convenção", Diário Carioca, 20/04/52,
en Sérgio Buarque de Holanda, O espírito e a letra. Estudos de crítica literaria II
(1948-1959), Antonio Arnoni Prado (comp.), Companhia das Letras, São Paulo, 1996,
p. 504.
4 Cf. Antônio Houaiss, "Introdução" a Carlos Drummond de Andrade, Reunião,
Livraria José Olympo, Rio de Janeiro, 1971, p. xxi.
5 Apud. Péricles Eugênio da Silva Ramos, Do Barroco ao Modernismo, p. 263.
8
Canto órfico
La danza ya no suena,
la música dejó de ser palabra,
el cántico creció del movimiento.
Orfeo, dividido, anda en busca
de esa unidad áurea que perdimos.

Mundo desintegrado, tu esencia
reside tal vez en la luz, más neutra ante los ojos
desaprendidos de ver; y bajo la piel,
¿qué turbia imporosidad nos limita?
De ti a ti, abismo; y en él, los ecos
de una prístina ciencia, ahora exangüe.

Ni tu cifra sabemos. Ni aun captándola
tuviéramos poder de penetrarte. Yerra el misterio
en torno de su núcleo. Y restan pocos
encantamientos válidos. Quizás
apenas uno y grave: en nosotros
tu ausencia retumba todavía, y nos estremecemos
R una pérdida se forma de esas ganancias.

Tu medida, el silencio la ciñe, la esculpe casi,
brazos del no-saber. Oh fabuloso
udo paralítico sordo nato incógnito
la raíz de la mañana que tarda, y tarde,
do la línea del cielo en nosotros se esfuma,
tornándonos extranjeros más que extraños.

En el duelo de las horas, tu imagen
atraviesa membranas sin que la suerte
se decida a escoger. Las artes pétreas
recógense a sus tardos movimientos.
En vano: ellas no pueden ya.
                            Amplio
              vacío
un espacio estelar contempla signos
que se harán dulzura, convivencia,
espanto de existir, y mano anchurosa
recorriendo asombrada otro cuerpo.
9
La música se mece en lo posible,
en el finito redondo, donde se crispa
una agonía moderna. El canto es blanco,
huye a sí mismo, ¡vuelos! palmas lentas
sobre el océano estático: balanceo
del anca terrestre, segura de morir.

¡Orfeo, reúnete! llama tus dispersos
y conmovidos miembros naturales
y límpido reinaugura
el ritmo suficiente que, nostálgico,
en la nervadura de las hojas se limita,
cuando no forma en el aire, siempre estremecido,
una espera de fustes, sorprendida.

Orfeo, danos tu número
de oro, entre apariencias
que van del vano granito a la linfa irónica.
lntégranos, Orfeo, en otra más densa
atmósfera del verso antes del canto,
del verso universo, lancinante
en el primer silencio,
promesa del hombre, contorno aún improbable
de dioses por nacer, clara sospecha
de la luz en el cielo sin pájaros,
vacío musical a ser poblado
por el mirar de la sibila, circunspecto.

Orfeo, te llamamos, baja al tiempo
y escucha:
sólo al decir tu nombre, ya respira
la rosa trimegista, abierta al mundo.




Dulce fantasma, por qué me
visitas…
Dulce fantasma, ¿por qué me visitas
como en otros tiempos nuestros cuerpos se visitaban?
Me roza la piel tu transparencia, me invita
10
a rehacernos caricias imposibles: nadie
recibió nunca un beso de un rostro consumido.
Pero insistes, dulzura. Oigo tu voz,
la misma voz, el mismo timbre,
las mismas leves sílabas,
y aquel largo jadeo
en que te desvanecías de placer,
y nuestro final descanso de gamuza.
Entonces, convicto,
oigo tu nombre, única parte tuya indisoluble
música pura en continua existencia.
¿A qué me abro?, a ese aire imposible
en que te has convertido
y beso, beso esa nada intensamente.




El mundo es grande…
El mundo es grande y cabe
en esta ventana sobre el mar.
El mar es grande y cabe
en la cama y en el colchón de amar.
El amor es grande y cabe
en el breve espacio de besar.




En mitad del camino
En mitad del camino había una piedra
había una piedra en la mitad del camino
había una piedra
en la mitad del camino había una piedra.

Nunca olvidaré la ocasión
nunca tanto tiempo como mis ojos cansados permanezcan abiertos.

Nunca olvidaré que en la mitad del camino
11
había una piedra
había una piedra en la mitad del camino
en la mitad del camino había una piedra.




Los que sufren
Las plantas sufren como nosotros sufrimos.
¿Por qué no habrían de sufrir
si esta es la llave de la unidad del mundo?

      La flor sufre, tocada
      por la mano inconsciente.
      Hay una ahogada queja
      en su docilidad.

      La piedra es sufrimiento
      paralítico, eterno.

      Nosotros -animales- no tenemos
      ni siquiera el privilegio de sufrir.




Mi corazón no es más grande que
el mundo
No, mi corazón no es más grande que el mundo.
Es mucho más pequeño.
En él no caben ni mis dolores.
Por eso me gusta tanto contarme a mí mismo
por eso me desvisto, por eso me grito,
por eso frecuento los diarios,
me expongo crudamente en las librerías:
necesito de todos.
Sí, mi corazón es muy pequeño.
Sólo ahora veo que en él caben los hombres.
Los hombres están aquí afuera, están en la calle.
12
La calle es enorme. Más grande, mucho más grande
de lo que yo esperaba.
Más en la calle tampoco caben todos los hombres.
La calle es más pequeña que el mundo.
El mundo es grande.
Tú sabes como es grande el mundo.
Conoces los navíos que llevan petróleo y libros, carne y algodón.
Viste los diferentes colores de los hombres,
los diferentes dolores de los hombres,
sabes cómo es difícil sufrir todo eso, amontonar todo eso
en un solo pecho de hombre... sin que estalle.
Cierra los ojos y olvida.
Escucha el agua en los vidrios tan calmada. No anuncia nada.
Sin embargo, se escurre en las manos,
¡tan calmada! va inundando todo...
¿Renacerán las ciudades sumergidas?
¿Los hombres sumergidos -volverán?
Mi corazón no sabe.
Estúpido, ridículo y frágil es mi corazón.
Sólo ahora descubro cómo es triste ignorar ciertas cosas.
(En la soledad de individuo
desaprendí el lenguaje
con que los hombres se comunican).
Otrora escuché a los ángeles, las sonatas, los poemas,
las confesiones patéticas.
Nunca escuché voz de gente. En verdad soy muy pobre.
Otrora viajé por países imaginarios, fáciles de habitar,
islas sin problemas, no obstante exhaustivas
y convocando al suicidio.
Mis amigos se fueron a las islas.
Las islas pierden al hombre.
Sin embargo algunos se salvaron y trajeron la noticia
de que el mundo, el gran mundo está creciendo todos los días,
entre el fuego y el amor.
Entonces, mi corazón también puede crecer.
Entre el amor y el fuego,
entre la vida y el fuego,
mi corazón crece diez metros y explota.
-¡Oh vida futura! nosotros te crearemos.
13
No lo hagas
Carlos, fácil, amor
es lo que ves:
hoy un beso, mañana nada,
y el siguiente día es Domingo
y por Lunes, quién sabe
qué sucederá.

Tonto, deberías resistir
o matarte, aún.
No lo hagas, Oh, no lo hagas.
Guárdalo todo para
la fiesta de bodas, nadie sabe
cuando vendrá,
o aún si.

Amor, Carlos, hijo de la Tierra,
pasaría la noche contigo
y, vencidas tus hesitaciones,
dentro crecería una maravillosa barahúnda:
rezos
estéreo
santos bendiciéndolos
avisos para las mejores marcas de jabón,
una barahúnda nadie sabe
de dónde, qué por.
ún caminas
melancólico, vertical.
eres la palmera, eres el grito
que nadie escuchó en el cine
y las luces se apagaron.

Amor en la oscuridad -no- amor por día
es siempre triste, Carlos, mi nijo,
pero no le vayas a contar a nadie,
ellos no saben y no tienen que
14
Permanencia
Ahora recuerdo uno, antes recordaba otro.

Día vendrá en que ninguno será recordado.

Entonces en el mismo olvido se fundirán.
Una vez más la carne unida, y las bodas
cumpliéndose en sí mismas, como ayer y siempre.

Pues eterno es el amor que une y separa, y eterno
el fin
(ya comenzara , antes de ser), y somos eternos,
frágiles, nebulosos, tartamudos, frustrados:
eternos.

Y el olvido todavía es memoria, y lagunas de
sueño
cierran en su negrura lo que amamos y fuimos
un día,
o nunca fuimos y que con todo arde en nosotros
a la manera de la llama que duerme en la leña
apilada en el galpón.




Búsqueda de la poesía
No hagas versos sobre acontecimientos.
No hay creación ni muerte ante la poesía.
Frente a ella la vida es un solo estático,
no calienta ni ilumina.
Las afinidades, los aniversarios, los incidentes personales no cuentan.
No hagas poesía con el cuerpo,
ese excelente, completo y confortable cuerpo, tan enemigo de la efusión
lírica.
Tu gota de bilis, tu máscara de gozo o de dolor en lo oscuro son
indiferentes.
Ni me reveles tus sentimientos,
que se prevalecen del equívoco y tientan el largo viaje.
15
Lo que piensas o sientes, eso aún no es poesía.

No cantes a tu ciudad, déjala en paz.
El canto no es el movimiento de las máquinas ni el secreto de las casas.
No es la música oída de paso; rumor del mar en las calles junto a la línea de
espuma.
El canto no es la naturaleza
ni los hombres en sociedad.
Para él, lluvia y noche, fatiga y esperanza, nada significan.
La poesía (no extraigas poesía de las cosas)
elude sujeto y objeto.

No dramatices, no invoques,
no indagues. No pierdas tiempo en mentir.
No te aborrezcas.
Tu yate de marfil, tu zapato de diamante,
vuestras mazurcas y supersticiones, vuestros esqueletos de familia,
desaparecen en la curva del tiempo, son inservibles.

No recompongas
tu sepultada y melancólica infancia.
No osciles entre el espejo y la
memoria en disipación.
Que se disipó, no era poesía.
Que se partió, cristal no era.

Penetra sordamente en el reino de las palabras.
Allá están los poemas que esperan ser escritos.
Están paralizados, mas no hay desesperación,
hay calma y frescura en la superficie intacta.
Helos allí solos y mudos, en estado de diccionario.
Convive con tus poemas, antes de escribirlos.
Ten paciencia, si oscuros. Calma, si te provocan.

Espera que cada uno se realice y consuma
con su poder de palabra
y su poder de silencio.
No fuerces al poema a desprenderse del limbo.
No recojas en el suelo el poema que se perdió.
No adules al poema. Acéptalo
como él aceptará su forma definitiva y concretada
en el espacio.

Acércate y contempla las palabras.
16
Cada una
tiene mil fases secretas sobre la neutra faz
y te pregunta, sin interés por la respuesta,
pobre o terrible, que le des:
¿Trajiste la llave?

Repara:
yermas de melodía y de concepto,
ellas se refugian en la noche, las palabras.
Aún húmedas e impregnadas de sueño
rolan en un río difícil y se transforman en desprecio.




Reconocimiento del amor
Amiga, cómo carecen de norte
los caminos de la amistad.
Apareciste para ser el hombro suave
donde se reclina la inquietud del fuerte
(o que ingenuamente se pensaba fuerte).
Traías en los ojos pensativos
la bruma de la renuncia:
no querías la vida plena,
tenías el previo desencanto de las uniones para toda la vida,
no pedías nada,
no reclamabas tu cota de luz.
Y te deslizabas en ritmo gratuito de ronda.
Descansé en ti mi fajo de desencuentros
y de encuentros funestos.
Quería tal vez -sin percibirlo, lo juro-
sádicamente masacrarte
bajo el hierro de culpas y vacilaciones y angustias que dolían
desde la hora del nacimiento,
estigma desde el momento de la concepción
en cierto mes perdido en la Historia,
o más lejos, desde aquel momento intemporal
en que los seres son apenas hipótesis no formuladas
en el caos universal.
¡Cómo nos engañamos huyéndole al amor!
Cómo lo desconocimos, tal vez con recelo de enfrentar
17
su espada reluciente, su formidable
poder de penetrar la sangre y en ella
imprimir una orquídea de fuego y lágrimas.
Pero, él llegó mansamente y me envolvió
en dulzura y celestes hechizos.
No quemaba, no brillaba, sonreía.
No entendí, tonto que fui, esa sonrisa.
Me herí con mis propias manos, no por el amor
que traías para mí y que tus dedos confirmaban
al juntarse a los míos, en la infantil búsqueda del Otro,
el Otro que yo me suponía, el Otro que te imaginaba,
cuando -por agudeza del amor- sentí que éramos uno sólo.
Amiga, amada, amada amiga, así el amor
disuelve el mezquino deseo de existir de cara al mundo
con la mirada perdida y la ancha ciencia de las cosas.
Ya no enfrentamos al mundo: en él nos diluimos,
y la pura esencia en que nos transmutamos perdona
alegorías, circunstancias, referencias temporales,
imaginaciones oníricas,
el vuelo del Pájaro Azul, la aurora boreal,
las llaves de oro de los sonetos y de los castillos medievales,
todos los engaños de la razón y de la experiencia,
para existir en sí y para sí,
con la rebeldía de cuerpos amantes,
pues ya ni somos nosotros,
somos el número perfecto: Uno.
Tomó su tiempo, yo se, para que el «Yo» renunciase
a la vacuidad de persistir, fijo y solar,
y se confesara jubilosamente vencido,
hasta respirar el más grande júbilo de la integración.
Ahora, amada mía para siempre,
ni mirada tenemos para ver, ni oídos para captar la melodía,
el paisaje, la transparencia de la vida,
perdidos como estamos en la concha ultramarina de mar.




Vamos, no llores…
Vamos, no llores...
La infancia se ha perdido.
La juventud se ha perdido.
Pero la vida aún no se ha perdido.
18
El primer amor ya pasó.
El segundo también pasó.
El tercer amor pasó.
Pero aún continúa vivo el corazón.

Perdiste a tu mejor amigo.
No realizaste ningún viaje.
No posees tierra, ni casa, ni barco,
pero tienes un perro.

Algunas duras palabras
en voz tenue, te golpearon.
Esas, nunca, nunca cicatrizan.
Sin embargo, ¿existe el humor?




Nota social
El poeta llega a la estación.
El poeta desciende.
El poeta toma un auto.
El poeta va para el hotel.
Y mientras hace eso
como cualquier hombre de la tierra,
una ovación lo persigue
hecha algarabía.
Banderolas
que despliegan sus alas.
Bandas de música. Cohetes.
Discursos. Gente con sombreros de paja.
Cámaras fotográficas disparadas.
Automóviles inmóviles.
Bravos...
El poeta está melancólico.

En un árbol del paseo público
(gestión de la actual administración)
árbol grueso, prisionero
de anuncios en colores,
árbol banal, árbol que nadie ve,
canta una cigarra.
Canta una cigarra que nadie oye
19
un himno que nadie aplaude.
Canta, bajo un sol terrible.
El poeta entra en el elevador
el poeta sube
el poeta se encierra en su cuarto.

El poeta está melancólico.




De frente a los últimos
acontecimientos
¡Oh! seamos pornográficos
(dulcemente pornográficos).
¿Por qué seremos más castos
que nuestro abuelo portugués?

¡Oh!, seamos navegantes,
pioneros y guerreros,
lo que se quiera seamos,
sobre todo pornográficos.

Puede ser triste la tarde
y la mujer puede doler
como duele un puñetazo en el ojo
(pornográficos, pornográficos).

Están sonriendo tus amigos
de tu última resolución.
Pensaban que el suicidio
fuese la última resolución.
No comprenden, pobrecitos,
que lo mejor es ser pornográfico.

Propónselo a tu vecino,
al chofer de tu tranvía,
a todas las criaturas
que son inútiles y existen,
propónselo al hombre de gafas
20
y a la mujer con el bulto de ropa.
Dile a todos: mis hermanos,
¿no queréis ser pornográficos?




Tristeza en el cielo
En el cielo también hay una hora melancólica.
Hora difícil, en que la duda también penetra
      las almas.
¿Por qué hice el mundo? Dios se pregunta
y se responde: No sé.

Los ángeles lo miran con reprobación,
y caen plumas.

Todas las hipótesis: la gracia, la eternidad,
    el amor
caen, son plumas.

Otra pluma, el cielo se deshace.
Tan manso, ningún fragor denuncia
el momento entre todo y nada,
o sea, la tristeza de Dios.




Poesía
Gasté una hora pensando un verso
que la pluma no quiere escribir.
No obstante, él está aquí dentro
inquieto, vivo.
El está aquí dentro
y no quiere salir.
Pero la poesía de este momento
inunda mi vida entera.
21
Aniversario
¿Un verso para salvarte
del olvido sobre la tierra?
Si es en mí que estás olvidada,
el verso recordaría apenas
esta fuerza de olvido,
mientras la vida, sin memoria,
vaga atmósfera, se condensa
en la pequeña caja donde vives
como los muertos saben vivir.




Letanía De La Huerta
Huerta de los repollos, huerta del jiló
huerta de la lectura, huerta del pecado,
huerta de la evasión, huerta del remordimiento,
huerta del escaramujo y del sapo y del pedazo
de cuenco de color guardado por el recuerdo,
huerta de acostarme en el suelo a poseer la tierra,
y de poseer el cielo, cuando la tierra me cansa.




Liquidación
La casa fue vendida con todos los recuerdos
todos los muebles todas las pesadillas
todos los pecados que se cometieron en vida
o por cometer.
La casa fue vendida con sus golpes en la puerta
con su viento acanalado su vista del mundo
sus imponderables
por veinte, veinte contos.
22
Una plegaria para escritores (de
todos tipos) que hay que leer con
diccionario en mano:
PLEGARIA INTRODUCTORIA

De la lectura sintagmática

De la lectura paradigmática del enunciado

De la lengua fáctica

De la factividad y de la no factividad en la oración principal

Libera nos, Domine.

De la organización categorial de la lengua

De la principalidad de la lengua en el conjunto de los sistemas semiológicos

De la concretez de las unidades en el estatuto que dialectiza la lengua

Del ortolenguaje

Libera nos, Domine.

Del programa epistemológico de la obra

Del corte epistemológico y del corte dialógico

Del sustrato acústico del culminado

De los sistemas genitivamente afines

Libera nos, Domine.

De la semia

Del sema, del semema, del semantema

Del lexema

Del clasema, del mema, del sentema
23
Libera nos, Domine.

De la estrcturación semémica

Del ideolecto y de la pancromía científica

De la reliabilidad de test psicolingüísticos

Del análisis computacional de la estructuración silábica de las fablas
regionales

Libera nos, Domine.

Del vocoide

Del vocoide nasal puro y sin clausura consonantal

Del vocoide bajo y del semivocoide homorgámico

Del glide vocálico

Libera nos, Domine.

De la lingüística frástica y transfrástica

Del signo sinésico, del signo icónico y del signo gestual

De la clitización pronominal obligatoria

De la glosemática

Libera nos, Domine.

De la estructura exo-semántica del lenguaje musical

De la totalidad sincrética del emisor

De la lingüística generativo/transformacional

Del movimiento transformacionalista

Libera nos, Domine.

De las apariciones de Chomsky

De Mehler, de Perchonock
24
De Saussure, de Cassirer, Troubetzkoy, Althusser

De Zolkiewsky, Jacobson, Barthes, Derrida, Todorov

De Greimas, Fodor, Chao, Lacan et caterva

Libera nos, Domine.




La falta que ama
        Entre arena, sol y grama
        lo que se evita se da.
        Mientras la falta que ama
        busca a alguien que no hay.

        Está cubierto de tierra,
        de completo olvido envuelto.
        Donde el ojo más se aferra
        la dalia es toda cemento.

        La transparencia de la hora
        corroe ángulos oscuros:
        una canción que no implora
        ni ríe, resbalando muros.

        No se oye la polvareda
        que el gesto esparce en el llano.
        La vida se cuenta entera
        en letras de conclusión.

        ¿Porqué es que revuela a tontas
        el pensamiento en la luz?
        ¿Y porqué nunca se escurre
        el tiempo, llaga sin pus?

        El insecto petrificado
        en la concha ardiente del día
        une el tedio del pasado
        a una futura energía.
25
¿Se hará en el suelo simiente?
¿Todo va a recomenzar?
¿Es la falta o él que siente
el sueño del verbo amar?




Aparición amorosa
Dulce fantasma, ¿por qué me visitas
como en otros tiempos nuestros cuerpos se visitaban?
Me roza la piel tu transparencia, me invita
a rehacernos caricias imposibles: nadie
recibió nunca un beso de un rostro consumido.

Pero insistes, dulzura. Oigo tu voz,
la misma voz, el mismo timbre,
las mismas leves sílabas,
y aquel largo jadeo
en que te desvanecías de placer,
y nuestro final descanso de gamuza.

Entonces, convicto,
oigo tu nombre, única parte indisoluble
música pura en continua existencia.
¿A qué me abro?, a ese aire imposible
en que te has convertido
y beso, beso esa nada intensamente.

Amado ser destruido ¿por qué vuelves
y eres tan real y tan, igualmente, ilusorio?
Ya no distingo más si eres sombra
o sombra siempre fuiste, y nuestra historia
el invento de un libro deletreado
bajo pestañas soñolientas.
¿Habré un día conocido
tu verdadero cuerpo como hoy lo conozco
enlazando el vapor como se enlaza
una idea platónica en el aire?

¿El deseo perdura en ti que ya no eres,
querida ausente, persiguiéndome, suave?
26
        Nunca pensé que los muertos
        el mismo ardor tuviesen de otros días
        y nos lo transmitiesen con chupadas
        de hielo y fuego candente matizados.

        Tu visita ardiente me conforta.
        Tu visita ardiente me acongoja.
        Tu visita, apenas una limosna.




Enemigo
Voy a pelearme contigo.
Voy a recibir, voy a sangrar
pero voy a pelearme.
Tengo que pelearme contigo, tengo
que gritar en voz alta palabrotas
que me llenan la garganta.
Crecerán en el aire de la calle,
subirán hasta los voladizos
de las buhardillas
todos las oirán.
Yo las dije. El flacucho. El triste.
Tengo que pelearme
rodar por el suelo contigo, íntimamente
abrazados por la rabia.
Tengo que a puntapiés
herirte en el escroto.
Poco importa que tú me des el doble.
Poco importa que me destroces.
No llamaré a mi hermano para socorrerme.
Quiero ser el perdedor
que le gana al miedo.


Soneto de la locura
                  Es rica, mi pobre casa, en quimeras
                  y voy sin destino lidiando espantos,
                 mi nombre ha de romper obscuras eras,
                  tal cual Pentapolín, rey Garamanta.
27
 Ronda mi mente un tropel de batallas
 jamás vistas en tierra, mar o infierno.
   Si de la cocina escapa olor de ajo
 me huele a aroma de la gloria eterna.

   Doncellas a salvar, mil en la Tierra
   y yo parto y mi rocín, chispa, grito,
 fin a entuertos, héroe de seda y fierro,

y no duermo, angustiado, y ceno nubes
con la obsesión de que al fin la bendita
    Edad de Oro de las alturas baje.

                    II


    Consagración
               Rocinante
      pasta la hierba del sosiego.

   La Mancha entera está en calma.
          La llama oculta arde
  en esta vehemente España interior.

     De rodillas y ojos visionarios
me consagro caballero, andante, amante
    de amor cortés para mi dama,
   cristal perfecto de la perfección.

          De aquí en adelante
   he de girar, circunvagar, combatir
         los errores, la falsedad
 y cosechar, del pecho ensangrentado,
        la palma esquiva y rara
      que ha de ciñirme la frente
   con las manos del Amor-Amante.

                  La fama
             en la hierba rala
          que Rocinante come
           se guarda para mí,
            la siento en todo,
           en la sed que bebo
     y en el viento que me arrastra.
28
                        III


      El fino propósito
                  Caña de pescar
               pescando en el aire,
              saltamontes montado
                 en magro corcel,
                espectro de grillo
                  ciñendo loriga,
                   hilo de coser
               que tuerce la brisa,
                          relámpago
                          ingenuo
                           furor
            de solitarias horas en vela
            cuando el designio invade
                la noche obscura.

                     Espolea
                    al caballo,
                     espolea
                    al sin fin.

                        IV


    Convite a la gloria
    Juntos en la polvoreda de las encrucijadas
            conquistaremos la gloria.
               - ¿Y de qué me sirve?

          -Nuestros nombres resonarán
     en las campana de bronce de la Historia
               - ¿Y de qué me sirve?

- Nadie jamás, en ninguno de los puntos cardinales
                  será tan grande.
               - ¿Y de qué me sirve?
29
  - Las más inaccesibles princesas se curvarán
                  a nuestro paso
              - ¿Y de qué me sirve?

         - Por tu valor y por tu fervor
      tendrás una isla de oro y esmeralda
                - ¡Eso me sirve!

                        V


       Uno en cuatro
           A                         Z
           b                         y

               A&B             Z&Y

                  Ab          yZ

                       AByZ

              cuatrigerminados
            cuatrimiembra jornada
             cuatripartida anhelo
           cuatrivaliente búsqueda
               ansia unificada

  uncaballerouncaballounjumentounescudero

                        VI


El derrotado invencible
                  - ¡Gigantes!
                   (Molinos
                  de viento...)
                   - ¡Maldita
                   hechicería
                      signo
                   del ardid!
               (Molinos y molinos
                  de viento...)
                  - ¡Gigantes!
30
                Sus brazos
                  de acero
              ¿me quiebran
                 la espina,
                me vuelven
                  harina?
                Pero brilla
                San Telmo
                  que rige
                 e ilumina
                 mi valor.
                Adolorido
                   molido
                    caído
                  perdido
                  curtido
                  muerto
                   yo sigo
                  persigo
                 lo celene
                  intento:
       por la justicia en el mundo
             lucho, iracundo

                   VIII


     Lana y piedra
 - ¡Mira a Alifanfarón y a sus guerreros!
  ¡Mira a Brandabarbarán y a Miulina!
      ¡Ve a Micocolembo y a Timonel!
    - Señor, yo sólo veo unos carneros.

La lanza en ristre avanza y hiere a la lana,
    traspasa ovejas como si atravesase
       el corazón de fieros enemigos
     - Basta, señor, esta pelea es vana.

 (No basta, no, hasta que la boca sangre
               y salten los dientes,
              se quiebren las costillas
               y el cuerpo ruede
              colchón de dolores
31
                     del héroe vencido,
                      no por Alí
                     sino a pedradas
                     de los pastores
                     enfurecidos.)

                          IX


Esdrujulerías de amor penitente
       En esta tierra, páramo de mi soledad
            a donde no llega la música
               de la voz de Dulcinea
              que por mí no suspira,
            y que mal sabe que existo,
              voy a hacer penitencia
                          de amor.

             Voy a lamentar mis penas,
             y a conmover a las piedras
              lavándolas con lágrimas,
                rompiéndolas a gritos,
           voy a enloquecer a las águilas,
                 a cautivar hipogrifos
               y a acariciar serpientes,
             me arrancaré la vestimenta
               de fierro y de grandeza
             y sin calzones, ya desnudo
            con los documentos del sexo
               cínicamente expuestos,
               para que aves y plantas
             disfruten del espectáculo,
                   haré mil muecas,
        la cabeza en el piso y los pies al aire
                    dando piruetas
                saltos mortales vitales
                       de amor
                               de amor
                                    de amor.



                          X
32
  Petición genuflexa
                  ¡Oh! terrible
             azote del demonio.
                 ¡Oh! benigno
           defensor de humillados
       parapeto y amparo de la honra
            espejo de galantería
   dueño de olorosas y machas virtudes
    roca de la voluntad en movimiento
                   constante,
   satisface, mi amo, este requerimiento.
                    La ínsula
                    la ínsula
             la ínsula prometida
              esa maldita ínsula
     dámela con urgentísima presteza.
      Cubro de besos vuestras manos
             por mí y por Teresa
             futura prima dama
                     Panza.

                    XII


Pleito y contentamiento
        - La fatigada fiesta de correr
            peligros sin moneda
          ya me pesa en los huesos.
          Exijo mi salario de locura
     y la suma del tiempo de servicio.

     - Amigo Sancho, vete a la mierda,
    que no aprecio favores mercenarios
    y puedo tener doscientos escuderos
   sólo ambiciosos del renombre eterno.

         - Señor, ¿dejaros? Nunca.
    Ya me derrito en lloro arrepentido.
          Sigo con vosotros, sigo
         hasta el ultísimo peligro
     sin otra paga que vuestro afecto.
33
    Abracémonos pues, de almas lavadas,
            que mi destino es ser
               a vuestro lado
     el caldo grueso junto al vino fino.

                    XIX


Soliloquio de la renuncia
           Vuelvo por los caminos
               en mi búsqueda;
            que de mí yo me perdí
         cuando me sentí gobierno.
           Gobernar, qué tontería;
                 blanda prisión
          de insomnios y cuidados.
             ¿De qué sirve vigilar
         el interés de los hombres,
          castigarlos o premiarlos,
              si a Sancho el libre
         labrador de otros tiempos
            lo esclavizó el poder?
         ¿Si con su buey y su perro
               su comarca niña
            y todo lo que cupiera
                en sus campos,
                en ese imperio,
         se gobernaría a sí mismo?
           Por los caminos vuelvo
             buscando a Sancho
            para de nuevo Sancho
           saberme y constatarme
            con redoblado placer.

                    XX


En el camino de Zaragoza
           Eran pastoras de sol
              ninfas doradas
    brotando de la corteza de los árboles
              para cercarme
34
         entre murmullos de plata líquida
              y mariposas cintilantes.
                     Ahora, toros
                    furiobufantes
         me envuelven, derrumban y pisan,
           entre lanzas y arreos enemigos
y el tropel de un combate que no me hará callar:
       En estos bosques proclamo la belleza
                de ninfas y pastoras
      y la belleza mayor, que el eco prolonga
               de Dulcineaneaneanea.

                       XV


             El recado
         Caballero que cae del caballo
                    parado

      y ¡plas! lastima el cuerpo en el suelo
                     raspado...

      ¿Fue por artes, tal vez, del escudero
                   culpado?

       No. Su destino está para siempre
                   trazado:

      Cae de espaldas o dando cabriolas
                  mareado.

        De ese modo nos deja su triste
                  recado,

          de saber, cada día, su juego
                   frustrado

       y, otra vez, en el barro, inventarlo
                      mayor.

                      XXI


 Nocturno antefinal
35
                           Duerme, Alonso Quijano.
                    Peleaste más de lo que ninguna pelea
                                  (y perdiste).
                 Amaste más de lo que el amor se deja amar.
                                   El ímpetu
                                    el sereno
                                 la desmesura,
                   fábulas que daban rumbo al sin rumbo
                          de tu vida llevada a golpes
                                 y a culatazos,
                      ¿de qué sirvió el todo de esa nada?
                 Villanos discuten y luchan a brazo partido
                               mientras duermes.
                     Neutras estatuas de alimañas velan
                         la arena obscura de tu sueño
                       desnudo de todo encantamiento.
                           Duerme, Alonso, andante
                                   petrificado
                             caballero-desengaño.



Amar
Qué puede una criatura sino,
sino entre criaturas, amar?
amar y olvidar,
amar y mal amar,
amar, desamar, amar?
siempre, y hasta de ojos vidriados, amar?
Qué puede, pregunto, el ser amoroso
solo, en rotación universal, sino
rodar también, y amar?
amar lo que el mar trae a la playa,
lo que el sepulta, y lo que, en la brisa marina,
es sal, o precisión de amor, o simple ansia?

Amar solemnemente las palmas del desierto,
lo que es entrega o adoración expectante,
y amar lo inhóspito, lo áspero,
un florero sin flor, un piso de hierro,
y el pecho inerte, y una calle vista en sueno,
y una ave de rapiña.
36
Este es nuestro destino: amor sin cuenta,
distribuido por cosas pérfidas o nulas,
donación ilimitada a una completa ingratitud,
y en la concha vacía del amor la búsqueda medrosa,
paciente, de mas y mas amor.

Amar nuestra falta misma de amor, y en la seguridad nuestra
amar el agua implícita, el beso tácito y la sed infinita.



Consuelo en la playa
Vamos no llores.
La infancia está perdida.
La juventud está perdida.
Pero la vida no se perdió.

El primer amor pasó.
El segundo amor pasó.
El tercer amor pasó.
Pero el corazón continúa.

Perdiste a tu mejor amigo.
No hiciste ningún viaje.
No posees carro, barco, tierra.
Pero tienes un perro.

Algunas palabras duras.
Con una voz mansa te golpearon.
Nunca nunca cicatrizan.
Pero ¿Y el humor?

La injusticia no se resuelve.
A la sombra de un mundo errado
murmuraste una protesta tímida.
Pero vendrán otras.

Sumado todo esto, deberías
precipitarte de una vez en las aguas
Estás desnudo, en la arena, en el viento.
Duerme hijo mío.
37
Carlos Drummond de Andrade /
       biografía
                Poeta, periodista y político brasileño, nació en 31 de
                octubre en la ciudad de Itabira, Minas Gerais (Brasil) en
                1902. A los 23 años edita junto a otros escritores La Revista,
                cuyo objeto era dar difusión a las expresiones del
                "modernismo brasileño", movimiento que tiene su inicio
                durante la Semana de Arte Moderna realizada en Sao Paulo
durante 1922.

En 1925 Andrade ingresó en la Facultad de Farmacia, se graduó aunque
nunca llegó a ejercer su profesión. Junto a su amigo Emilio Moura y otros
amigos fundó A Revista, que fue uno de los principales órganos de difusión
del modernismo local. En 1930 publica su primer libro Alguna poesía. En 1934
se trasladó definitivamente a Río de Janeiro, ocupando el cargo de jefe de
gabinete del nuevo ministro de Educación y Salud Pública. En ese mismo
año ve la luz su segunda obra Brejo das Almas y en 1940 Sentimiento do Mundo.

Al finalizar la segunda guerra mundial y caer el gobierno de Getulio Vargas,
ocupó por un corto período la dirección del diario Tribuna Popular. Regresó
al ministerio de Educación desempeñándose en la Dirección de Patrimonio
Histórico y Artístico. En forma paralela una intensa actividad periodística a
la vez que una riquísima labor poética. Ejerció en su país primero y luego
en el mundo la representación de los altos valores del modernismo de Brasil
(nacionalismo no dogmático, empatía con el pueblo, creatividad no
académica y libertad total a la palabra). En su momento no tembló su
conciencia al renunciar a un importantísimo premio nacional que iba
acompañado de una gran cantidad de dinero ya que éste era otorgado por el
entonces gobierno militar de su país.

Desde sus primeros libros la poesía de Drummond se destacó del resto; es
un obsequio verbal de la más alta calidad; es auténtica, legítima y grande.
Siempre mantuvo una estrecha relación con la gente ejerciendo el poema y
su prosa de prensa. Este enorme autor brasileño (tiene 28 libros de poesía
editados) es considerado por la crítica como uno de los mayores poetas del
Brasil.

Murió el 17 de agosto de 1987 en la ciudad de Río de Janeiro, doce días
después de la muerte de su única hija María Julieta Drummond de Andrade.
38


                                      Muestrario de Poesía
  1. La eternidad y un día y otros                   7. Para vivir mañana y otros poemas /
  poemas / Roberto Sosa                              Washington Delgado.
  2. El verbo nos ampare y otros poemas              8. Haikus / Matsuo Basho
  / Hugo Lindo                                       9. La última tarde en esta tierra y otros
  3. Canto de guerra de las cosas y otros            poemas / Mahmud Darwish
  poemas / Joaquín Pasos                             10. Elegía sin nombre y otros poemas /
  4. Habitante del milagro y otros                   Emilio Ballagas
  poemas / Eduardo Carranza                          11. Carta del exiliado y otros poemas /
  5. Propiedad del recuerdo y otros                  Ezra Pound
  poemas / Franklin Mieses Burgos                    12. Unidos por las manos y otros poemas /
  6. Poesía vertical (selección) / Roberto           Carlos Drummond de Andrade
  Juarroz




                                      Libros de Regalo
1. Llevar a Gladys de Vuelta a Casa                  21. Luis Pie y Los Vengadores / Juan Bosch
 y otros cuentos / Aquiles Julián                    22. Ahora que vuelvo, Ton / René del Risco
2. Letras sin Dueños / Aquiles Julián                23. La casa de Matriona / Alexander Solzenitsin
3. Música, maestro / Aquiles Julián                  24. Josefina, atiende a los señores y otros textos /
4. Una Carta a García / Elbert Hubbard               Guillermo Cabrera Infante
5. 30 Historias de Nasrudín Hodja /                  25. El bloqueo y otros cuentos / Murilo Rubiao
Aquiles Julián                                       26. Rashomon y otros cuentos /
6. Historias para Crecer por Dentro /                Ryunosuke Akutagawa
Aquiles Julián                                       27. El traje del prisionero y otros cuentos /
7. Acres de Diamantes / Russell Conwell              Naguib Mahfuz
8. 3 Historias con un país de fondo /                28. Cuentos árabes / Aquiles Julián
Armando Almánzar R.                                  29. Semejante a la noche y otros textos /
9. Pequeños prodigios / Aquiles Julián               Alejo Carpentier
10. El Go-getter / Peter Kyne                        30. La tercera orilla del río y otros cuentos /
11. Mujer que llamo Laura / Aquiles Julián           Joao Guimaraes Rosa
12. Historias para cambiar tu vida /                 31. Leyendas aymarás / Aquiles Julián
Aquiles Julián                                       32. La muerte y la muerte de Quincas
13. El ingenio del Mulá Nasrudín /                   Berro Dágua /Jorge Amado
Aquiles Julián                                       33. Un brazo / Yasunari Kawabata
15. Algo muy grave va a suceder en este pueblo /     34. Cuentos africanos 2 / Aquiles Julián
Gabriel García Márquez                               35. Dos cuentos / Yukio Mishima
16. Cuatro cuentos / Juan Bosch                      36. Mejor que arder y otros cuentos /
17. Historias que iluminan el alma /                 Clarice Lispector
Aquiles Julián                                       37. La raya del olvido y otros cuentos /
18. Los temperamentos / Conrado Hock                 Carlos Fuentes
19. Una rosa para Emily / William Faulkner           38. En el fondo del caño hay un negrito
20. El abogado y otros cuentos /                      y otros cuentos / José Luis González
Arkadi Averchenko
39
39. La muerte de los Aranco y otros cuentos /          45. Cuentos hindúes / Aquiles Julián
José María Arguedas                                    46. El libro de los panegíricos / Rubem Fonseca
40. El hombre de hielo y otros cuentos /               47. Juana la Campa te vengará y otros cuentos /
Haruki Murakami                                        Carlos Eduardo Zavaleta
41. Dos cuentos / Pedro Juan Soto                      48. Venezuela cuenta 1 / Varios autores
42. Aquellos días en Odessa y otros cuentos /          49. La habitación roja / Edogawa Rampo
Heinrich Böll                                          50. Jóvenes cuentistas de América Latina 1 /
43. 12 cartas de amor y un amorcito y                  Varios Autores
 otros cuentos / Juan Aburto                           51. Caballo en el salitral y otros cuentos /
44. Rebelión en la granja / George Orwell              Antonio Di Benedetto




                                       CIENSALUD
       1. Inteligencia de Salud y Bienestar: 7 pasos                      Cristina Gutiérrez
       2. Cómo prevenir la osteoporosis                                   Cristina Gutiérrez




                                   Iniciadores de Negocios
       1. La esencia del coaching                                         Varios autores
       2. El Circuito Activo de Ventas, CVA                               Aquiles Julián
       3. El origen del mal servicio al cliente                           Aquiles Julián
       4. El activo más desperdiciado en las empresas                     Aquiles Julián
       5. El software del cerebro: Introducción a la PNL                  Varios autores
       6. Cómo tener siempre tiempo                                       Aquiles Julián
       7. El hombre más rico de Babilonia                               George S. Clason
       8. Cómo hacer proyectos y propuestas bien pensados                 Liana Arias
       9. El diálogo socrático. Su aplicación en el proceso             Humberto del Pozo
          de venta.                                                       López
       10. Principios y leyes del éxito                                   Varios autores
40




   Colección
Muestrario de
   Poesía
     2008

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  • 1. 1 Carlos Drummond De Andrade Unidos por las manos y otros poemas Muestrario de Biblioteca Digital Poesía 12
  • 2. 2 Unidos por las manos y otros poemas Carlos Drummond de Andrade, Brasil Edición digital gratuita de Muestrario de Poesía 12 Primera edición: Septiembre 2008 Santo Domingo, República Dominicana ¿Qué somos? Muestrario de Poesía es una colección digital gratuita que se difunde por la Internet y se dedica a promocionar la obra poética de los grandes creadores, difundiéndola y fomentando nuevos lectores para ella. Junto a las colecciones complementarias Libros de Regalo, Ciensalud, Iniciadores de Negocios y Aprender a aprender, son iniciativas sin fines de lucro del equipo de profesionales de INTERCOACH para servir, aportar, añadir valor y propiciar una cultura de diálogo, de tolerancia, de respeto, de contribución, de servicio, que promueva valores sanos, constructivos, edificantes a favor de la paz y la preservación de la vida acorde con los principios cristianos. Los libros digitales son gratuitos, promueven al autor y su obra, así como el amor por la lectura, y se envían como contribución a la educación, edificación y superación de las personas que los solicitan sin costo alguno. Este e-libro es cortesía de: INTERCOACH Forjando líderes ganadores Sol Poniente interior 144, Apto. 3-B, Altos de Arroyo Hondo III, Santo Domingo, D.N., República Dominicana. Tel. 809-565-3164 Se autoriza la libre reproducción y distribución del presente libro, siempre y cuando se haga gratuitamente y sin modificación de su contenido y autor. Si se solicita, se enviarán copias en formato PDF vía email. Para pedirlos, enviar e-mail a intercoach.dr@gmail.com, aquiles.julian@gmail.com
  • 3. 3 Contenido Carlos Drummond de Andrade y la fábula de la piedra 4 Canto órfico 8 Dulce fantasma, por qué me visitas… 9 El mundo es grande… 10 En mitad del camino 10 Los que sufren 11 Mi corazón no es más grande que el mundo 11 No lo hagas 13 Permanencia 14 Búsqueda de la poesía 14 Reconocimiento del amor 16 Vamos, no llores… 17 Nota social 18 De frente a los últimos acontecimientos 19 Tristeza en el cielo 20 Poesía 20 Aniversario 21 Letanía de la huerta 21 Liquidación 21 Una plegaria para escritores… 22 La falta que ama 24 Aparición amorosa 25 Enemigo 26 Poemas de su libro a Don Quijote 27 Amar 35 Consuelo en la playa 36 Biografía de Carlos Drummond de Andrade 37
  • 4. 4 Carlos Drummond de Andrade y la fábula de la piedra Rodolfo Mata Con el paso del tiempo, un incidente fundacional en la carrera literaria de Carlos Drummond de Andrade (1902-1987) se ha convertido en una fábula medular de la historia de la poesía brasileña contemporánea. Cuando el poeta publicó "No meio do camino" –en el número 3 de la Revista de Antropofagia (julio de 1928)– seguramente no imaginó que lanzaba una verdadera "piedra de toque" en el desarrollo de la poesía brasileña: "No meio do caminho tinha uma pedra / tinha uma pedra no meio do caminho / tinha uma pedra / no meio do caminho tinha uma pedra. // Nunca me esquecerei desse acontecimento / na vida de minhas retinas tão fatigadas. / Nunca me esquecerei que no meio do caminho / tinha uma pedra / tinha uma pedra no meio do caminho / no meio do caminho tinha uma pedra". Si Mário de Andrade le había comentado por carta,1 en 1924, que el poema era formidable y que le parecía un ejemplo fuerte, bien logrado y "psicológico" (las inclinaciones de Mário por ese tipo de análisis fueron frecuentes) del "cansancio intelectual", cuando apareció en la provocadora revista, los elogios no se repitieron, aunque tampoco hubo repudios, como los que se verían después, sino que más bien el poema pasó un tanto desapercibido. El clima belicoso de la llamada "fase heroica" del Modernismo –la vanguardia brasileña que llevó a cabo la ruptura frontal con los cánones estéticos anteriores– se había entibiado un poco: el uso de manifiestos comenzaba a declinar, el desparpajo del poema piada (poema-broma) había perdido parte de su prestigio original y, como Mário señalaría más tarde, se acercaba la hora en que la fase de destrucción cedería su lugar a un ciclo constructivo. Drummond estaba consciente de esta situación y por ello su primer libro llevaría el modesto título de Alguma poesia (1930). No sólo le parecían innecesarios los gestos de ruptura grandilocuentes en el panorama poético del momento sino que tenía la certeza de que el lugar del poeta en el mundo moderno es marginal. "Impossível compor um poema a essa altura da evolução da humanidade. / Impossível escrever um poema –uma linha que seja– de verdadeira poesia", nos dice al principio de "O sobrevivente", para rematar con "Inabitável, o mundo é cada vez mais habitado. / E se os olhos reaprendessem a chorar seria um segundo dilúvio. / (Desconfio que escrevi um poema)". Esta
  • 5. 5 mezcla de ironía y humor, templados por la amargura y la resignación, está presente en Alguma poesia, al lado de otros rasgos típicamente modernistas, como el mencionado poema-piada ("É preciso fazer um poema sobre Bahia... / Mas eu nunca fui lá"), el verso libre, el prosaísmo, los temas "no poéticos", las "imágenes novedosas", etc. De esta manera, tenemos que este libro nace siendo un punto de inflexión en la poesía brasileña, no sólo por el genio creativo de Drummond, sino porque, como dice Wilson Martins, surgió en un ambiente de "revolución estabilizada", en el que, agregaría, el poeta puede buscar más tranquilamente su propio camino. Pero entonces, regresando a "No meio do caminho", ¿cómo se dio la polémica que desató este poema, según consignan casi indefectiblemente las referencias a la obra de Drummond, por más escuetas que sean? La historia del poema da pedra, como llegó a ser conocido, se inició realmente con su inclusión en Alguma poesia; fue revisada ampliamente en Uma pedra no meio do caminho. Biografia de um poema (Seleção e montagem de Carlos Drummond de Andrade; estudo de Arnaldo Saraiva, Rio de Janeiro, Editora do Autor, 1967) y continúa rindiendo frutos como un fenómeno de gran riqueza no sólo en la historia de la poesía brasileña sino en la de la crítica literaria. Según Arnaldo Saraiva, la publicación en libro, en 1930, provocó adhesiones y repulsas, aunque raros ataques por escrito. Uno de los más graciosos es la parodia del indignado Gondim da Fonseca (Correio da Manhã, Rio de Janeiro, 26/08/38), quejándose de que ya no había rima y que cualquier incidente podía producir un poema, "papagayando" cuatro o cinco veces lo mismo: "Eu tropecei agora numa casca de banana. / Numa casca de banana! / Numa casca de banana eu tropecei agora, / Caí pra trás desamparadamente, / E rasguei os fundilhos das calças! / Numa casca de banana eu tropecei agora. / Numa casca de banana! / Eu tropecei agora numa casca de banana!". De hecho, esta es una muestra de los deseos de restauración del "orden" en la "Poesía" que más tarde fueron propugnados por la llamada "Generación del 45".2 En ocasiones, éstos llegaron a excesos preceptivistas, como los expresados por Domingos Carvalho da Silva, según refiere Sérgio Buarque de Holanda: el buen verso no debe contener palabras esdrújulas; la palabra "fruta" debe ser desterrada de la poesía en favor de "fruto", al igual que "cachorro" en favor de "cão"; y el Océano Índico es "más poético" que el Pacífico.3 De ahí que las acusaciones más frecuentes a "No meio do caminho" sigan esa línea: 1) es irreverente con la Divina comedia, "Nel mezzo del camin di nostra vita"; 2) las demasiadas repeticiones son empobrecedoras; 3) la regencia del verbo "esquecer" es incorrecta; 4) en vez de "haver", utiliza el verbo "ter" con valor impersonal, dando cabida así a un brasileñismo muy frecuente en el habla cotidiana del país, pero impropio en poesía. Para la década de 1940, los elogios y los ataques se intensifican –refiere Saraiva– por varias causas: 1) Drummond es una figura pública pues sucesivamente ocupa un puesto importante en el Ministério da Educação, invitado por su amigo Gustavo Capanema; se aproxima a Luis Carlos Prestes y es director por unos meses del diario comunista Tribuna Popular; participa en la
  • 6. 6 frustrada remodelación del Departamento Nacional de Informações (el antiguo Departamente de Informação e Propaganda, órgano de censura de la comunicación social durante el Estado Novo); y finalmente se asienta en la jefatura de la sección de historia de la Direitoria do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional. 2) Goza de un prestigio literario sólido con 6 libros de poesía publicados, uno de prosa, y una participación constante en la prensa como cronista. 3) Surge la llamada "Generación del 45" que ve en Drummond un sobreviviente de los primeros principios estéticos del modernismo y, por lo tanto, un "peligroso" e inteligente adversario. De 1950 en adelante, dice Saraiva, aumentan los elogios pero no desaparecen del todo los ataques e ironías. A esas alturas parece que todo se ha dicho: glosas, parodias, anécdotas, meditaciones, comentarios, etc., y "No meio do caminho" ha sido calificado como: bufonada, babosada, poema chistoso, poema futurista, marca indeleble de una fase de locura de la poesía brasileña, el poema más característico de nuestra época prosaica y tan agitada, mensaje tan simple e impresionante, poema formidable y estupendo, el poema que todos nosotros quisiéramos haber escrito, la mejor cosa del mundo, etc. De hecho, esta avalancha de opiniones fue la que llevó a Drummond a armar Uma pedra no meio do caminho. Biografia de um poema. Necesitaba poner en claro esta confusión que lo mantenía un tanto amargado, y exponer su punto de vista, al lado de las reacciones contemporáneas a su aparición y las impresiones que circulaban. De esta manera, dice Antônio Houaiss, se integró un documento ejemplar de la sociología del gusto literario, en torno a la poesía moderna en Brasil.4 En esta "biografía", Drummond afirma que su famoso poema "não pretende expor nenhum fato de ordem moral, psicológica ou filosófica" y que solamente quería "dar a sensação de monotonia e chateação, a começar pelas palavras" (con lo cual confirma la apreciación inicial de Mário de Andrade). Según el autor, el poema había servido hasta esas fechas "para dividir no Brasil as pessoas em duas categorias mentais". Aunque nunca dijo cuáles eran éstas, no hay duda que el fenómeno de división se había dado y que el poema albergaba una consciencia crítica multiforme. Es decir, aunque no se supiera con exactitud qué entrañaba, se percibía que había algo profundamente crítico que inquietaba y abría la posibilidad a múltiples interpretaciones. "No meio do caminho" no fue un exabrupto modernista genial. Ya con anterioridad Drummond se venía afiliando a la praxis modernista de violentar la sintaxis, practicar el verso libre, el coloquialismo y el poema-piada, además de que Mário de Andrade le había contagiado su nacionalismo. Sin embargo, el nacionalismo drummondiano no resultó ser de exaltación sino de regreso a la objetividad de las cosas. En una de sus tempranas colaboraciones en A Revista (no. 1, julio 1925), el poeta ya apuntaba: "Agora, o escritor foge de teorias e construções abstratas para trabalhar a realidade com mãos puras", observación que recuerda el "ver com olhos livres" del Manifesto da Poesia Pau- Brasil de Oswald de Andrade. En otra (no. 2, julio 1925), afirma: "Não podemos oferecer nenhuma permeabilidade aos produtos e detritos das civilizações
  • 7. 7 estrangeiras".5 Es aquí donde la "teoría del cansancio" encaja. La solución no estaba en complicados manifiestos, ni en importaciones (o en su contraparte: los exotismos de exportación), sino en el cotidiano brasileño y su lenguaje, en el regreso a las cosas, en el nacionalismo "con signo de menos". Esto explica que la otra piedra que se atravesó constantemente en el camino de Drummond fue Itabira, ciudad del estado de Minas Gerais donde nació: en tupi, lengua indígena presente en gran parte de los toponímicos brasileños, "itá" significa "piedra", e "itá-bira" quiere decir "piedra levantada o empinada". NOTAS 1 En 1924, Drummond conoció a Mário de Andrade, Blaise Cendrars y Tarsila de Amaral, en el Grande Hotel de Belo Horizonte, cuando el grupo de la Semana de Arte Moderno regresaba de su excursión a Minas. Fue entonces cuando inició una larga correspondencia con Mário muy provechosa para su orientación literaria. 2 La "Generación del 45" es un concepto tan problemático en la historia de la literatura brasileña como el papel de "No meio do caminho". En él se mezclan criterios temporales, de preferencias estéticas y de política literaria pues, como apunta João Cabral de Melo Neto, no fue un movimiento. Entre sus supuestos integrantes, observa el poeta a quien se incluye frecuentemente en el grupo, había grandes diferencias. 3 Cf. Sérgio Buraque de Holanda, "Rebelião e convenção", Diário Carioca, 20/04/52, en Sérgio Buarque de Holanda, O espírito e a letra. Estudos de crítica literaria II (1948-1959), Antonio Arnoni Prado (comp.), Companhia das Letras, São Paulo, 1996, p. 504. 4 Cf. Antônio Houaiss, "Introdução" a Carlos Drummond de Andrade, Reunião, Livraria José Olympo, Rio de Janeiro, 1971, p. xxi. 5 Apud. Péricles Eugênio da Silva Ramos, Do Barroco ao Modernismo, p. 263.
  • 8. 8 Canto órfico La danza ya no suena, la música dejó de ser palabra, el cántico creció del movimiento. Orfeo, dividido, anda en busca de esa unidad áurea que perdimos. Mundo desintegrado, tu esencia reside tal vez en la luz, más neutra ante los ojos desaprendidos de ver; y bajo la piel, ¿qué turbia imporosidad nos limita? De ti a ti, abismo; y en él, los ecos de una prístina ciencia, ahora exangüe. Ni tu cifra sabemos. Ni aun captándola tuviéramos poder de penetrarte. Yerra el misterio en torno de su núcleo. Y restan pocos encantamientos válidos. Quizás apenas uno y grave: en nosotros tu ausencia retumba todavía, y nos estremecemos R una pérdida se forma de esas ganancias. Tu medida, el silencio la ciñe, la esculpe casi, brazos del no-saber. Oh fabuloso udo paralítico sordo nato incógnito la raíz de la mañana que tarda, y tarde, do la línea del cielo en nosotros se esfuma, tornándonos extranjeros más que extraños. En el duelo de las horas, tu imagen atraviesa membranas sin que la suerte se decida a escoger. Las artes pétreas recógense a sus tardos movimientos. En vano: ellas no pueden ya. Amplio vacío un espacio estelar contempla signos que se harán dulzura, convivencia, espanto de existir, y mano anchurosa recorriendo asombrada otro cuerpo.
  • 9. 9 La música se mece en lo posible, en el finito redondo, donde se crispa una agonía moderna. El canto es blanco, huye a sí mismo, ¡vuelos! palmas lentas sobre el océano estático: balanceo del anca terrestre, segura de morir. ¡Orfeo, reúnete! llama tus dispersos y conmovidos miembros naturales y límpido reinaugura el ritmo suficiente que, nostálgico, en la nervadura de las hojas se limita, cuando no forma en el aire, siempre estremecido, una espera de fustes, sorprendida. Orfeo, danos tu número de oro, entre apariencias que van del vano granito a la linfa irónica. lntégranos, Orfeo, en otra más densa atmósfera del verso antes del canto, del verso universo, lancinante en el primer silencio, promesa del hombre, contorno aún improbable de dioses por nacer, clara sospecha de la luz en el cielo sin pájaros, vacío musical a ser poblado por el mirar de la sibila, circunspecto. Orfeo, te llamamos, baja al tiempo y escucha: sólo al decir tu nombre, ya respira la rosa trimegista, abierta al mundo. Dulce fantasma, por qué me visitas… Dulce fantasma, ¿por qué me visitas como en otros tiempos nuestros cuerpos se visitaban? Me roza la piel tu transparencia, me invita
  • 10. 10 a rehacernos caricias imposibles: nadie recibió nunca un beso de un rostro consumido. Pero insistes, dulzura. Oigo tu voz, la misma voz, el mismo timbre, las mismas leves sílabas, y aquel largo jadeo en que te desvanecías de placer, y nuestro final descanso de gamuza. Entonces, convicto, oigo tu nombre, única parte tuya indisoluble música pura en continua existencia. ¿A qué me abro?, a ese aire imposible en que te has convertido y beso, beso esa nada intensamente. El mundo es grande… El mundo es grande y cabe en esta ventana sobre el mar. El mar es grande y cabe en la cama y en el colchón de amar. El amor es grande y cabe en el breve espacio de besar. En mitad del camino En mitad del camino había una piedra había una piedra en la mitad del camino había una piedra en la mitad del camino había una piedra. Nunca olvidaré la ocasión nunca tanto tiempo como mis ojos cansados permanezcan abiertos. Nunca olvidaré que en la mitad del camino
  • 11. 11 había una piedra había una piedra en la mitad del camino en la mitad del camino había una piedra. Los que sufren Las plantas sufren como nosotros sufrimos. ¿Por qué no habrían de sufrir si esta es la llave de la unidad del mundo? La flor sufre, tocada por la mano inconsciente. Hay una ahogada queja en su docilidad. La piedra es sufrimiento paralítico, eterno. Nosotros -animales- no tenemos ni siquiera el privilegio de sufrir. Mi corazón no es más grande que el mundo No, mi corazón no es más grande que el mundo. Es mucho más pequeño. En él no caben ni mis dolores. Por eso me gusta tanto contarme a mí mismo por eso me desvisto, por eso me grito, por eso frecuento los diarios, me expongo crudamente en las librerías: necesito de todos. Sí, mi corazón es muy pequeño. Sólo ahora veo que en él caben los hombres. Los hombres están aquí afuera, están en la calle.
  • 12. 12 La calle es enorme. Más grande, mucho más grande de lo que yo esperaba. Más en la calle tampoco caben todos los hombres. La calle es más pequeña que el mundo. El mundo es grande. Tú sabes como es grande el mundo. Conoces los navíos que llevan petróleo y libros, carne y algodón. Viste los diferentes colores de los hombres, los diferentes dolores de los hombres, sabes cómo es difícil sufrir todo eso, amontonar todo eso en un solo pecho de hombre... sin que estalle. Cierra los ojos y olvida. Escucha el agua en los vidrios tan calmada. No anuncia nada. Sin embargo, se escurre en las manos, ¡tan calmada! va inundando todo... ¿Renacerán las ciudades sumergidas? ¿Los hombres sumergidos -volverán? Mi corazón no sabe. Estúpido, ridículo y frágil es mi corazón. Sólo ahora descubro cómo es triste ignorar ciertas cosas. (En la soledad de individuo desaprendí el lenguaje con que los hombres se comunican). Otrora escuché a los ángeles, las sonatas, los poemas, las confesiones patéticas. Nunca escuché voz de gente. En verdad soy muy pobre. Otrora viajé por países imaginarios, fáciles de habitar, islas sin problemas, no obstante exhaustivas y convocando al suicidio. Mis amigos se fueron a las islas. Las islas pierden al hombre. Sin embargo algunos se salvaron y trajeron la noticia de que el mundo, el gran mundo está creciendo todos los días, entre el fuego y el amor. Entonces, mi corazón también puede crecer. Entre el amor y el fuego, entre la vida y el fuego, mi corazón crece diez metros y explota. -¡Oh vida futura! nosotros te crearemos.
  • 13. 13 No lo hagas Carlos, fácil, amor es lo que ves: hoy un beso, mañana nada, y el siguiente día es Domingo y por Lunes, quién sabe qué sucederá. Tonto, deberías resistir o matarte, aún. No lo hagas, Oh, no lo hagas. Guárdalo todo para la fiesta de bodas, nadie sabe cuando vendrá, o aún si. Amor, Carlos, hijo de la Tierra, pasaría la noche contigo y, vencidas tus hesitaciones, dentro crecería una maravillosa barahúnda: rezos estéreo santos bendiciéndolos avisos para las mejores marcas de jabón, una barahúnda nadie sabe de dónde, qué por. ún caminas melancólico, vertical. eres la palmera, eres el grito que nadie escuchó en el cine y las luces se apagaron. Amor en la oscuridad -no- amor por día es siempre triste, Carlos, mi nijo, pero no le vayas a contar a nadie, ellos no saben y no tienen que
  • 14. 14 Permanencia Ahora recuerdo uno, antes recordaba otro. Día vendrá en que ninguno será recordado. Entonces en el mismo olvido se fundirán. Una vez más la carne unida, y las bodas cumpliéndose en sí mismas, como ayer y siempre. Pues eterno es el amor que une y separa, y eterno el fin (ya comenzara , antes de ser), y somos eternos, frágiles, nebulosos, tartamudos, frustrados: eternos. Y el olvido todavía es memoria, y lagunas de sueño cierran en su negrura lo que amamos y fuimos un día, o nunca fuimos y que con todo arde en nosotros a la manera de la llama que duerme en la leña apilada en el galpón. Búsqueda de la poesía No hagas versos sobre acontecimientos. No hay creación ni muerte ante la poesía. Frente a ella la vida es un solo estático, no calienta ni ilumina. Las afinidades, los aniversarios, los incidentes personales no cuentan. No hagas poesía con el cuerpo, ese excelente, completo y confortable cuerpo, tan enemigo de la efusión lírica. Tu gota de bilis, tu máscara de gozo o de dolor en lo oscuro son indiferentes. Ni me reveles tus sentimientos, que se prevalecen del equívoco y tientan el largo viaje.
  • 15. 15 Lo que piensas o sientes, eso aún no es poesía. No cantes a tu ciudad, déjala en paz. El canto no es el movimiento de las máquinas ni el secreto de las casas. No es la música oída de paso; rumor del mar en las calles junto a la línea de espuma. El canto no es la naturaleza ni los hombres en sociedad. Para él, lluvia y noche, fatiga y esperanza, nada significan. La poesía (no extraigas poesía de las cosas) elude sujeto y objeto. No dramatices, no invoques, no indagues. No pierdas tiempo en mentir. No te aborrezcas. Tu yate de marfil, tu zapato de diamante, vuestras mazurcas y supersticiones, vuestros esqueletos de familia, desaparecen en la curva del tiempo, son inservibles. No recompongas tu sepultada y melancólica infancia. No osciles entre el espejo y la memoria en disipación. Que se disipó, no era poesía. Que se partió, cristal no era. Penetra sordamente en el reino de las palabras. Allá están los poemas que esperan ser escritos. Están paralizados, mas no hay desesperación, hay calma y frescura en la superficie intacta. Helos allí solos y mudos, en estado de diccionario. Convive con tus poemas, antes de escribirlos. Ten paciencia, si oscuros. Calma, si te provocan. Espera que cada uno se realice y consuma con su poder de palabra y su poder de silencio. No fuerces al poema a desprenderse del limbo. No recojas en el suelo el poema que se perdió. No adules al poema. Acéptalo como él aceptará su forma definitiva y concretada en el espacio. Acércate y contempla las palabras.
  • 16. 16 Cada una tiene mil fases secretas sobre la neutra faz y te pregunta, sin interés por la respuesta, pobre o terrible, que le des: ¿Trajiste la llave? Repara: yermas de melodía y de concepto, ellas se refugian en la noche, las palabras. Aún húmedas e impregnadas de sueño rolan en un río difícil y se transforman en desprecio. Reconocimiento del amor Amiga, cómo carecen de norte los caminos de la amistad. Apareciste para ser el hombro suave donde se reclina la inquietud del fuerte (o que ingenuamente se pensaba fuerte). Traías en los ojos pensativos la bruma de la renuncia: no querías la vida plena, tenías el previo desencanto de las uniones para toda la vida, no pedías nada, no reclamabas tu cota de luz. Y te deslizabas en ritmo gratuito de ronda. Descansé en ti mi fajo de desencuentros y de encuentros funestos. Quería tal vez -sin percibirlo, lo juro- sádicamente masacrarte bajo el hierro de culpas y vacilaciones y angustias que dolían desde la hora del nacimiento, estigma desde el momento de la concepción en cierto mes perdido en la Historia, o más lejos, desde aquel momento intemporal en que los seres son apenas hipótesis no formuladas en el caos universal. ¡Cómo nos engañamos huyéndole al amor! Cómo lo desconocimos, tal vez con recelo de enfrentar
  • 17. 17 su espada reluciente, su formidable poder de penetrar la sangre y en ella imprimir una orquídea de fuego y lágrimas. Pero, él llegó mansamente y me envolvió en dulzura y celestes hechizos. No quemaba, no brillaba, sonreía. No entendí, tonto que fui, esa sonrisa. Me herí con mis propias manos, no por el amor que traías para mí y que tus dedos confirmaban al juntarse a los míos, en la infantil búsqueda del Otro, el Otro que yo me suponía, el Otro que te imaginaba, cuando -por agudeza del amor- sentí que éramos uno sólo. Amiga, amada, amada amiga, así el amor disuelve el mezquino deseo de existir de cara al mundo con la mirada perdida y la ancha ciencia de las cosas. Ya no enfrentamos al mundo: en él nos diluimos, y la pura esencia en que nos transmutamos perdona alegorías, circunstancias, referencias temporales, imaginaciones oníricas, el vuelo del Pájaro Azul, la aurora boreal, las llaves de oro de los sonetos y de los castillos medievales, todos los engaños de la razón y de la experiencia, para existir en sí y para sí, con la rebeldía de cuerpos amantes, pues ya ni somos nosotros, somos el número perfecto: Uno. Tomó su tiempo, yo se, para que el «Yo» renunciase a la vacuidad de persistir, fijo y solar, y se confesara jubilosamente vencido, hasta respirar el más grande júbilo de la integración. Ahora, amada mía para siempre, ni mirada tenemos para ver, ni oídos para captar la melodía, el paisaje, la transparencia de la vida, perdidos como estamos en la concha ultramarina de mar. Vamos, no llores… Vamos, no llores... La infancia se ha perdido. La juventud se ha perdido. Pero la vida aún no se ha perdido.
  • 18. 18 El primer amor ya pasó. El segundo también pasó. El tercer amor pasó. Pero aún continúa vivo el corazón. Perdiste a tu mejor amigo. No realizaste ningún viaje. No posees tierra, ni casa, ni barco, pero tienes un perro. Algunas duras palabras en voz tenue, te golpearon. Esas, nunca, nunca cicatrizan. Sin embargo, ¿existe el humor? Nota social El poeta llega a la estación. El poeta desciende. El poeta toma un auto. El poeta va para el hotel. Y mientras hace eso como cualquier hombre de la tierra, una ovación lo persigue hecha algarabía. Banderolas que despliegan sus alas. Bandas de música. Cohetes. Discursos. Gente con sombreros de paja. Cámaras fotográficas disparadas. Automóviles inmóviles. Bravos... El poeta está melancólico. En un árbol del paseo público (gestión de la actual administración) árbol grueso, prisionero de anuncios en colores, árbol banal, árbol que nadie ve, canta una cigarra. Canta una cigarra que nadie oye
  • 19. 19 un himno que nadie aplaude. Canta, bajo un sol terrible. El poeta entra en el elevador el poeta sube el poeta se encierra en su cuarto. El poeta está melancólico. De frente a los últimos acontecimientos ¡Oh! seamos pornográficos (dulcemente pornográficos). ¿Por qué seremos más castos que nuestro abuelo portugués? ¡Oh!, seamos navegantes, pioneros y guerreros, lo que se quiera seamos, sobre todo pornográficos. Puede ser triste la tarde y la mujer puede doler como duele un puñetazo en el ojo (pornográficos, pornográficos). Están sonriendo tus amigos de tu última resolución. Pensaban que el suicidio fuese la última resolución. No comprenden, pobrecitos, que lo mejor es ser pornográfico. Propónselo a tu vecino, al chofer de tu tranvía, a todas las criaturas que son inútiles y existen, propónselo al hombre de gafas
  • 20. 20 y a la mujer con el bulto de ropa. Dile a todos: mis hermanos, ¿no queréis ser pornográficos? Tristeza en el cielo En el cielo también hay una hora melancólica. Hora difícil, en que la duda también penetra las almas. ¿Por qué hice el mundo? Dios se pregunta y se responde: No sé. Los ángeles lo miran con reprobación, y caen plumas. Todas las hipótesis: la gracia, la eternidad, el amor caen, son plumas. Otra pluma, el cielo se deshace. Tan manso, ningún fragor denuncia el momento entre todo y nada, o sea, la tristeza de Dios. Poesía Gasté una hora pensando un verso que la pluma no quiere escribir. No obstante, él está aquí dentro inquieto, vivo. El está aquí dentro y no quiere salir. Pero la poesía de este momento inunda mi vida entera.
  • 21. 21 Aniversario ¿Un verso para salvarte del olvido sobre la tierra? Si es en mí que estás olvidada, el verso recordaría apenas esta fuerza de olvido, mientras la vida, sin memoria, vaga atmósfera, se condensa en la pequeña caja donde vives como los muertos saben vivir. Letanía De La Huerta Huerta de los repollos, huerta del jiló huerta de la lectura, huerta del pecado, huerta de la evasión, huerta del remordimiento, huerta del escaramujo y del sapo y del pedazo de cuenco de color guardado por el recuerdo, huerta de acostarme en el suelo a poseer la tierra, y de poseer el cielo, cuando la tierra me cansa. Liquidación La casa fue vendida con todos los recuerdos todos los muebles todas las pesadillas todos los pecados que se cometieron en vida o por cometer. La casa fue vendida con sus golpes en la puerta con su viento acanalado su vista del mundo sus imponderables por veinte, veinte contos.
  • 22. 22 Una plegaria para escritores (de todos tipos) que hay que leer con diccionario en mano: PLEGARIA INTRODUCTORIA De la lectura sintagmática De la lectura paradigmática del enunciado De la lengua fáctica De la factividad y de la no factividad en la oración principal Libera nos, Domine. De la organización categorial de la lengua De la principalidad de la lengua en el conjunto de los sistemas semiológicos De la concretez de las unidades en el estatuto que dialectiza la lengua Del ortolenguaje Libera nos, Domine. Del programa epistemológico de la obra Del corte epistemológico y del corte dialógico Del sustrato acústico del culminado De los sistemas genitivamente afines Libera nos, Domine. De la semia Del sema, del semema, del semantema Del lexema Del clasema, del mema, del sentema
  • 23. 23 Libera nos, Domine. De la estrcturación semémica Del ideolecto y de la pancromía científica De la reliabilidad de test psicolingüísticos Del análisis computacional de la estructuración silábica de las fablas regionales Libera nos, Domine. Del vocoide Del vocoide nasal puro y sin clausura consonantal Del vocoide bajo y del semivocoide homorgámico Del glide vocálico Libera nos, Domine. De la lingüística frástica y transfrástica Del signo sinésico, del signo icónico y del signo gestual De la clitización pronominal obligatoria De la glosemática Libera nos, Domine. De la estructura exo-semántica del lenguaje musical De la totalidad sincrética del emisor De la lingüística generativo/transformacional Del movimiento transformacionalista Libera nos, Domine. De las apariciones de Chomsky De Mehler, de Perchonock
  • 24. 24 De Saussure, de Cassirer, Troubetzkoy, Althusser De Zolkiewsky, Jacobson, Barthes, Derrida, Todorov De Greimas, Fodor, Chao, Lacan et caterva Libera nos, Domine. La falta que ama Entre arena, sol y grama lo que se evita se da. Mientras la falta que ama busca a alguien que no hay. Está cubierto de tierra, de completo olvido envuelto. Donde el ojo más se aferra la dalia es toda cemento. La transparencia de la hora corroe ángulos oscuros: una canción que no implora ni ríe, resbalando muros. No se oye la polvareda que el gesto esparce en el llano. La vida se cuenta entera en letras de conclusión. ¿Porqué es que revuela a tontas el pensamiento en la luz? ¿Y porqué nunca se escurre el tiempo, llaga sin pus? El insecto petrificado en la concha ardiente del día une el tedio del pasado a una futura energía.
  • 25. 25 ¿Se hará en el suelo simiente? ¿Todo va a recomenzar? ¿Es la falta o él que siente el sueño del verbo amar? Aparición amorosa Dulce fantasma, ¿por qué me visitas como en otros tiempos nuestros cuerpos se visitaban? Me roza la piel tu transparencia, me invita a rehacernos caricias imposibles: nadie recibió nunca un beso de un rostro consumido. Pero insistes, dulzura. Oigo tu voz, la misma voz, el mismo timbre, las mismas leves sílabas, y aquel largo jadeo en que te desvanecías de placer, y nuestro final descanso de gamuza. Entonces, convicto, oigo tu nombre, única parte indisoluble música pura en continua existencia. ¿A qué me abro?, a ese aire imposible en que te has convertido y beso, beso esa nada intensamente. Amado ser destruido ¿por qué vuelves y eres tan real y tan, igualmente, ilusorio? Ya no distingo más si eres sombra o sombra siempre fuiste, y nuestra historia el invento de un libro deletreado bajo pestañas soñolientas. ¿Habré un día conocido tu verdadero cuerpo como hoy lo conozco enlazando el vapor como se enlaza una idea platónica en el aire? ¿El deseo perdura en ti que ya no eres, querida ausente, persiguiéndome, suave?
  • 26. 26 Nunca pensé que los muertos el mismo ardor tuviesen de otros días y nos lo transmitiesen con chupadas de hielo y fuego candente matizados. Tu visita ardiente me conforta. Tu visita ardiente me acongoja. Tu visita, apenas una limosna. Enemigo Voy a pelearme contigo. Voy a recibir, voy a sangrar pero voy a pelearme. Tengo que pelearme contigo, tengo que gritar en voz alta palabrotas que me llenan la garganta. Crecerán en el aire de la calle, subirán hasta los voladizos de las buhardillas todos las oirán. Yo las dije. El flacucho. El triste. Tengo que pelearme rodar por el suelo contigo, íntimamente abrazados por la rabia. Tengo que a puntapiés herirte en el escroto. Poco importa que tú me des el doble. Poco importa que me destroces. No llamaré a mi hermano para socorrerme. Quiero ser el perdedor que le gana al miedo. Soneto de la locura Es rica, mi pobre casa, en quimeras y voy sin destino lidiando espantos, mi nombre ha de romper obscuras eras, tal cual Pentapolín, rey Garamanta.
  • 27. 27 Ronda mi mente un tropel de batallas jamás vistas en tierra, mar o infierno. Si de la cocina escapa olor de ajo me huele a aroma de la gloria eterna. Doncellas a salvar, mil en la Tierra y yo parto y mi rocín, chispa, grito, fin a entuertos, héroe de seda y fierro, y no duermo, angustiado, y ceno nubes con la obsesión de que al fin la bendita Edad de Oro de las alturas baje. II Consagración Rocinante pasta la hierba del sosiego. La Mancha entera está en calma. La llama oculta arde en esta vehemente España interior. De rodillas y ojos visionarios me consagro caballero, andante, amante de amor cortés para mi dama, cristal perfecto de la perfección. De aquí en adelante he de girar, circunvagar, combatir los errores, la falsedad y cosechar, del pecho ensangrentado, la palma esquiva y rara que ha de ciñirme la frente con las manos del Amor-Amante. La fama en la hierba rala que Rocinante come se guarda para mí, la siento en todo, en la sed que bebo y en el viento que me arrastra.
  • 28. 28 III El fino propósito Caña de pescar pescando en el aire, saltamontes montado en magro corcel, espectro de grillo ciñendo loriga, hilo de coser que tuerce la brisa, relámpago ingenuo furor de solitarias horas en vela cuando el designio invade la noche obscura. Espolea al caballo, espolea al sin fin. IV Convite a la gloria Juntos en la polvoreda de las encrucijadas conquistaremos la gloria. - ¿Y de qué me sirve? -Nuestros nombres resonarán en las campana de bronce de la Historia - ¿Y de qué me sirve? - Nadie jamás, en ninguno de los puntos cardinales será tan grande. - ¿Y de qué me sirve?
  • 29. 29 - Las más inaccesibles princesas se curvarán a nuestro paso - ¿Y de qué me sirve? - Por tu valor y por tu fervor tendrás una isla de oro y esmeralda - ¡Eso me sirve! V Uno en cuatro A Z b y A&B Z&Y Ab yZ AByZ cuatrigerminados cuatrimiembra jornada cuatripartida anhelo cuatrivaliente búsqueda ansia unificada uncaballerouncaballounjumentounescudero VI El derrotado invencible - ¡Gigantes! (Molinos de viento...) - ¡Maldita hechicería signo del ardid! (Molinos y molinos de viento...) - ¡Gigantes!
  • 30. 30 Sus brazos de acero ¿me quiebran la espina, me vuelven harina? Pero brilla San Telmo que rige e ilumina mi valor. Adolorido molido caído perdido curtido muerto yo sigo persigo lo celene intento: por la justicia en el mundo lucho, iracundo VIII Lana y piedra - ¡Mira a Alifanfarón y a sus guerreros! ¡Mira a Brandabarbarán y a Miulina! ¡Ve a Micocolembo y a Timonel! - Señor, yo sólo veo unos carneros. La lanza en ristre avanza y hiere a la lana, traspasa ovejas como si atravesase el corazón de fieros enemigos - Basta, señor, esta pelea es vana. (No basta, no, hasta que la boca sangre y salten los dientes, se quiebren las costillas y el cuerpo ruede colchón de dolores
  • 31. 31 del héroe vencido, no por Alí sino a pedradas de los pastores enfurecidos.) IX Esdrujulerías de amor penitente En esta tierra, páramo de mi soledad a donde no llega la música de la voz de Dulcinea que por mí no suspira, y que mal sabe que existo, voy a hacer penitencia de amor. Voy a lamentar mis penas, y a conmover a las piedras lavándolas con lágrimas, rompiéndolas a gritos, voy a enloquecer a las águilas, a cautivar hipogrifos y a acariciar serpientes, me arrancaré la vestimenta de fierro y de grandeza y sin calzones, ya desnudo con los documentos del sexo cínicamente expuestos, para que aves y plantas disfruten del espectáculo, haré mil muecas, la cabeza en el piso y los pies al aire dando piruetas saltos mortales vitales de amor de amor de amor. X
  • 32. 32 Petición genuflexa ¡Oh! terrible azote del demonio. ¡Oh! benigno defensor de humillados parapeto y amparo de la honra espejo de galantería dueño de olorosas y machas virtudes roca de la voluntad en movimiento constante, satisface, mi amo, este requerimiento. La ínsula la ínsula la ínsula prometida esa maldita ínsula dámela con urgentísima presteza. Cubro de besos vuestras manos por mí y por Teresa futura prima dama Panza. XII Pleito y contentamiento - La fatigada fiesta de correr peligros sin moneda ya me pesa en los huesos. Exijo mi salario de locura y la suma del tiempo de servicio. - Amigo Sancho, vete a la mierda, que no aprecio favores mercenarios y puedo tener doscientos escuderos sólo ambiciosos del renombre eterno. - Señor, ¿dejaros? Nunca. Ya me derrito en lloro arrepentido. Sigo con vosotros, sigo hasta el ultísimo peligro sin otra paga que vuestro afecto.
  • 33. 33 Abracémonos pues, de almas lavadas, que mi destino es ser a vuestro lado el caldo grueso junto al vino fino. XIX Soliloquio de la renuncia Vuelvo por los caminos en mi búsqueda; que de mí yo me perdí cuando me sentí gobierno. Gobernar, qué tontería; blanda prisión de insomnios y cuidados. ¿De qué sirve vigilar el interés de los hombres, castigarlos o premiarlos, si a Sancho el libre labrador de otros tiempos lo esclavizó el poder? ¿Si con su buey y su perro su comarca niña y todo lo que cupiera en sus campos, en ese imperio, se gobernaría a sí mismo? Por los caminos vuelvo buscando a Sancho para de nuevo Sancho saberme y constatarme con redoblado placer. XX En el camino de Zaragoza Eran pastoras de sol ninfas doradas brotando de la corteza de los árboles para cercarme
  • 34. 34 entre murmullos de plata líquida y mariposas cintilantes. Ahora, toros furiobufantes me envuelven, derrumban y pisan, entre lanzas y arreos enemigos y el tropel de un combate que no me hará callar: En estos bosques proclamo la belleza de ninfas y pastoras y la belleza mayor, que el eco prolonga de Dulcineaneaneanea. XV El recado Caballero que cae del caballo parado y ¡plas! lastima el cuerpo en el suelo raspado... ¿Fue por artes, tal vez, del escudero culpado? No. Su destino está para siempre trazado: Cae de espaldas o dando cabriolas mareado. De ese modo nos deja su triste recado, de saber, cada día, su juego frustrado y, otra vez, en el barro, inventarlo mayor. XXI Nocturno antefinal
  • 35. 35 Duerme, Alonso Quijano. Peleaste más de lo que ninguna pelea (y perdiste). Amaste más de lo que el amor se deja amar. El ímpetu el sereno la desmesura, fábulas que daban rumbo al sin rumbo de tu vida llevada a golpes y a culatazos, ¿de qué sirvió el todo de esa nada? Villanos discuten y luchan a brazo partido mientras duermes. Neutras estatuas de alimañas velan la arena obscura de tu sueño desnudo de todo encantamiento. Duerme, Alonso, andante petrificado caballero-desengaño. Amar Qué puede una criatura sino, sino entre criaturas, amar? amar y olvidar, amar y mal amar, amar, desamar, amar? siempre, y hasta de ojos vidriados, amar? Qué puede, pregunto, el ser amoroso solo, en rotación universal, sino rodar también, y amar? amar lo que el mar trae a la playa, lo que el sepulta, y lo que, en la brisa marina, es sal, o precisión de amor, o simple ansia? Amar solemnemente las palmas del desierto, lo que es entrega o adoración expectante, y amar lo inhóspito, lo áspero, un florero sin flor, un piso de hierro, y el pecho inerte, y una calle vista en sueno, y una ave de rapiña.
  • 36. 36 Este es nuestro destino: amor sin cuenta, distribuido por cosas pérfidas o nulas, donación ilimitada a una completa ingratitud, y en la concha vacía del amor la búsqueda medrosa, paciente, de mas y mas amor. Amar nuestra falta misma de amor, y en la seguridad nuestra amar el agua implícita, el beso tácito y la sed infinita. Consuelo en la playa Vamos no llores. La infancia está perdida. La juventud está perdida. Pero la vida no se perdió. El primer amor pasó. El segundo amor pasó. El tercer amor pasó. Pero el corazón continúa. Perdiste a tu mejor amigo. No hiciste ningún viaje. No posees carro, barco, tierra. Pero tienes un perro. Algunas palabras duras. Con una voz mansa te golpearon. Nunca nunca cicatrizan. Pero ¿Y el humor? La injusticia no se resuelve. A la sombra de un mundo errado murmuraste una protesta tímida. Pero vendrán otras. Sumado todo esto, deberías precipitarte de una vez en las aguas Estás desnudo, en la arena, en el viento. Duerme hijo mío.
  • 37. 37 Carlos Drummond de Andrade / biografía Poeta, periodista y político brasileño, nació en 31 de octubre en la ciudad de Itabira, Minas Gerais (Brasil) en 1902. A los 23 años edita junto a otros escritores La Revista, cuyo objeto era dar difusión a las expresiones del "modernismo brasileño", movimiento que tiene su inicio durante la Semana de Arte Moderna realizada en Sao Paulo durante 1922. En 1925 Andrade ingresó en la Facultad de Farmacia, se graduó aunque nunca llegó a ejercer su profesión. Junto a su amigo Emilio Moura y otros amigos fundó A Revista, que fue uno de los principales órganos de difusión del modernismo local. En 1930 publica su primer libro Alguna poesía. En 1934 se trasladó definitivamente a Río de Janeiro, ocupando el cargo de jefe de gabinete del nuevo ministro de Educación y Salud Pública. En ese mismo año ve la luz su segunda obra Brejo das Almas y en 1940 Sentimiento do Mundo. Al finalizar la segunda guerra mundial y caer el gobierno de Getulio Vargas, ocupó por un corto período la dirección del diario Tribuna Popular. Regresó al ministerio de Educación desempeñándose en la Dirección de Patrimonio Histórico y Artístico. En forma paralela una intensa actividad periodística a la vez que una riquísima labor poética. Ejerció en su país primero y luego en el mundo la representación de los altos valores del modernismo de Brasil (nacionalismo no dogmático, empatía con el pueblo, creatividad no académica y libertad total a la palabra). En su momento no tembló su conciencia al renunciar a un importantísimo premio nacional que iba acompañado de una gran cantidad de dinero ya que éste era otorgado por el entonces gobierno militar de su país. Desde sus primeros libros la poesía de Drummond se destacó del resto; es un obsequio verbal de la más alta calidad; es auténtica, legítima y grande. Siempre mantuvo una estrecha relación con la gente ejerciendo el poema y su prosa de prensa. Este enorme autor brasileño (tiene 28 libros de poesía editados) es considerado por la crítica como uno de los mayores poetas del Brasil. Murió el 17 de agosto de 1987 en la ciudad de Río de Janeiro, doce días después de la muerte de su única hija María Julieta Drummond de Andrade.
  • 38. 38 Muestrario de Poesía 1. La eternidad y un día y otros 7. Para vivir mañana y otros poemas / poemas / Roberto Sosa Washington Delgado. 2. El verbo nos ampare y otros poemas 8. Haikus / Matsuo Basho / Hugo Lindo 9. La última tarde en esta tierra y otros 3. Canto de guerra de las cosas y otros poemas / Mahmud Darwish poemas / Joaquín Pasos 10. Elegía sin nombre y otros poemas / 4. Habitante del milagro y otros Emilio Ballagas poemas / Eduardo Carranza 11. Carta del exiliado y otros poemas / 5. Propiedad del recuerdo y otros Ezra Pound poemas / Franklin Mieses Burgos 12. Unidos por las manos y otros poemas / 6. Poesía vertical (selección) / Roberto Carlos Drummond de Andrade Juarroz Libros de Regalo 1. Llevar a Gladys de Vuelta a Casa 21. Luis Pie y Los Vengadores / Juan Bosch y otros cuentos / Aquiles Julián 22. Ahora que vuelvo, Ton / René del Risco 2. Letras sin Dueños / Aquiles Julián 23. La casa de Matriona / Alexander Solzenitsin 3. Música, maestro / Aquiles Julián 24. Josefina, atiende a los señores y otros textos / 4. Una Carta a García / Elbert Hubbard Guillermo Cabrera Infante 5. 30 Historias de Nasrudín Hodja / 25. El bloqueo y otros cuentos / Murilo Rubiao Aquiles Julián 26. Rashomon y otros cuentos / 6. Historias para Crecer por Dentro / Ryunosuke Akutagawa Aquiles Julián 27. El traje del prisionero y otros cuentos / 7. Acres de Diamantes / Russell Conwell Naguib Mahfuz 8. 3 Historias con un país de fondo / 28. Cuentos árabes / Aquiles Julián Armando Almánzar R. 29. Semejante a la noche y otros textos / 9. Pequeños prodigios / Aquiles Julián Alejo Carpentier 10. El Go-getter / Peter Kyne 30. La tercera orilla del río y otros cuentos / 11. Mujer que llamo Laura / Aquiles Julián Joao Guimaraes Rosa 12. Historias para cambiar tu vida / 31. Leyendas aymarás / Aquiles Julián Aquiles Julián 32. La muerte y la muerte de Quincas 13. El ingenio del Mulá Nasrudín / Berro Dágua /Jorge Amado Aquiles Julián 33. Un brazo / Yasunari Kawabata 15. Algo muy grave va a suceder en este pueblo / 34. Cuentos africanos 2 / Aquiles Julián Gabriel García Márquez 35. Dos cuentos / Yukio Mishima 16. Cuatro cuentos / Juan Bosch 36. Mejor que arder y otros cuentos / 17. Historias que iluminan el alma / Clarice Lispector Aquiles Julián 37. La raya del olvido y otros cuentos / 18. Los temperamentos / Conrado Hock Carlos Fuentes 19. Una rosa para Emily / William Faulkner 38. En el fondo del caño hay un negrito 20. El abogado y otros cuentos / y otros cuentos / José Luis González Arkadi Averchenko
  • 39. 39 39. La muerte de los Aranco y otros cuentos / 45. Cuentos hindúes / Aquiles Julián José María Arguedas 46. El libro de los panegíricos / Rubem Fonseca 40. El hombre de hielo y otros cuentos / 47. Juana la Campa te vengará y otros cuentos / Haruki Murakami Carlos Eduardo Zavaleta 41. Dos cuentos / Pedro Juan Soto 48. Venezuela cuenta 1 / Varios autores 42. Aquellos días en Odessa y otros cuentos / 49. La habitación roja / Edogawa Rampo Heinrich Böll 50. Jóvenes cuentistas de América Latina 1 / 43. 12 cartas de amor y un amorcito y Varios Autores otros cuentos / Juan Aburto 51. Caballo en el salitral y otros cuentos / 44. Rebelión en la granja / George Orwell Antonio Di Benedetto CIENSALUD 1. Inteligencia de Salud y Bienestar: 7 pasos Cristina Gutiérrez 2. Cómo prevenir la osteoporosis Cristina Gutiérrez Iniciadores de Negocios 1. La esencia del coaching Varios autores 2. El Circuito Activo de Ventas, CVA Aquiles Julián 3. El origen del mal servicio al cliente Aquiles Julián 4. El activo más desperdiciado en las empresas Aquiles Julián 5. El software del cerebro: Introducción a la PNL Varios autores 6. Cómo tener siempre tiempo Aquiles Julián 7. El hombre más rico de Babilonia George S. Clason 8. Cómo hacer proyectos y propuestas bien pensados Liana Arias 9. El diálogo socrático. Su aplicación en el proceso Humberto del Pozo de venta. López 10. Principios y leyes del éxito Varios autores
  • 40. 40 Colección Muestrario de Poesía 2008