La personalidad es un constructo que divide a nuestros clientes en un nivel igual que el hecho de ser hombre o mujer. La segmentación por personalidad abre claramente a los marketinianos un nuevo espectro de posibilidades para satisfacer a sus clientes: divide y vencerás. El cubo NoRiSo (Novedad – Riesgo – Social) ilustra cómo segmentar a tus clientes basándose en su personalidad. Estas tres dimensiones configuran ocho segmentos de personalidad (cada una de las esquinas del cubo); cada uno de ellos tiene un comportamiento profundamente marcado que guía sus decisiones en todas las facetas de la vida. Entendiendo sus motivaciones y barreras podremos desarrollar propuestas de valor ganadoras que satisfagan las expectativas de nuestros clientes. El marketing y los marketinianos siempre han/hemos estado obsesionados con entender a la estrella de nuestro partido: el cliente. Hemos querido entender cómo juegan, cómo se mueven en el campo, cómo deciden y lo más importante, cómo marcan goles. Para ello se ha estudiado al cliente desde diferentes ángulos, pero una de las técnicas se ha convertido, con derecho propio, en un básico del marketing: la segmentación de clientes.
Diversos han sido los diferentes ejes por los que se han segmentado a los clientes, pero si me tuviera que quedar con uno, un concepto por el cual entender mejor a mis clientes, ese sería, sin duda, por la personalidad. La personalidad es el aspecto que más nos diferencia a unas personas de otras, lo que nos guía en todas las decisiones de nuestra vida, y sí, también la manera que nos relacionamos con las marcas, los productos y las empresas. La personalidad conduce el propio origen de nuestras necesidades; posibles barreras y posibles estímulos. Afecta cómo buscamos información para satisfacerlas, cómo comparamos alternativas, cómo realizamos el proceso de decisión y también cómo compartimos y recomendamos socialmente nuestras experiencias.