1. ¿Minería beneficio o destrucción?
La minería es un método de extracción de minerales, piedras, y elementos
preciosos y nunca se ha tenido en cuenta el daño ecológico que produce este
medio de extracción. Se manifiesta, plantea e investiga el problema en el costo
ecológico que produce la extracción minera en las regiones del país. Un método
de disminuir cuyo costo con las investigaciones y conocimientos encontrados
sobre el tema. ¿Vale la pena destruir nuestros ecosistemas por una piedra
preciosa? Día a día se aumenta el daño ecológico producido al planeta por
minerales, piedras preciosas y materiales necesarios para la producción de
elementos “necesarios” para el ser humano sin importar el costo ecológico, en el
momento en que la estabilidad ecológica decaiga y sea imposible vivir en el
planeta, poco importaran los productos producidos por esta explotación. Se
busca disminuir el impacto ecológico realizado por la explotación minera
desarrollando una mentalidad de cuidado ecológico y mejorar la supervisión del
cumplimiento de las leyes ecológicas hacia este tipo de explotación.
La Contaminación historia en el país, ha crecido paralelamente con el
crecimiento del sector minero y el bajo control de sus actividades. Grandes
hectáreas donde la minería furtiva ha dejado su huella han sido valoradas para
la recuperación de sus suelos, los cuales tienen un costo más allá de las
ganancias generadas por la misma explotación. Grandes compañías mineras
aun con el conocimiento del daño ecológico continúan sus explotaciones mineras
y pagando sus “multas” que son bastante pequeñas a comparación del daño
producido al medio ambiente. La explotación minera maneja grandes y diferentes
métodos de contaminación para el ambiente en cuyos casos pueden ser por
gases, contaminación del agua o los drenajes mineros ácidos (DMA), Materiales
con radiación o fácil cambio al contacto con el medio externo son principales
culpables de contaminación.
La falta de correcto fallo de sellado de las minas y la sobre explotación de ellas
aumentan la contaminación en sus suelos.
La contaminación con metales se produce fundamentalmente a través de los
drenajes mineros ácidos (DMA) y la erosión de escombreras y depósitos de colas
de explotaciones. Los DMA se producen por la acción del agua y el oxígeno
sobre la pirita (FeS2), que normalmente acompaña las mineralizaciones
metalíferas, y las soluciones acuosas resultantes incorporan los metales
pesados de la mena. Como los DMA pueden incorporarse a la red fluvial, la
dispersión de sus contenidos aumenta y puede tener influencia muy lejos de su
lugar de origen y extenderse mucho después que las actividades extractivas han
cesado. La forma más eficiente de controlar los DMA es soterrar los desechos
de explotación por debajo del nivel freático para impedir la oxidación, pero esto
encarece mucho los emprendimientos. La recuperación de la cubierta vegetal
sobre las escombreras previene la erosión, aunque no los DMA, que pueden ser
temporalmente neutralizados con el uso de carbonatos. Las actividades de
explotación dispersas y precarias, pero muy extendidas, que por su propia
naturaleza ignoran las consecuencias de su accionar, son difíciles de controlar y
pueden causar contaminaciones significativas. Un ejemplo es la contaminación
2. con mercurio en la cuenca del Amazonas, derivada del tratamiento de
recuperación del oro por el método artesanal de la amalgamación.
El crecimiento minero va paralelamente con la contaminación ambiental llevada
a cabo en las zonas de la guajira, el Cesar, Boyacá entre otros sin tener un
control extenso de sus actividades para el cuidado del ecosistema.
En un país con muy poco conocimiento de la minería moderna, donde se toman
como ejemplos de minería a las viejas canteras que aún subsisten en las
periferias de algunas ciudades y a las explotaciones artesanales de oro que aún
operan con mercurio, esta actitud podría tener alguna lógica. El tema sobre el
que sí se conoce de quejas y de sanciones es el del transporte y embarque de
carbón. No obstante, es necesario investigar este tema en los archivos de cada
una de las corporaciones autónomas regionales y también en los del Ministerio
del Medio Ambiente, para desvirtuar la afirmación de que la minería es la
actividad más depredadora del medioambiente. Esta investigación debe incluir
una referencia a la formalidad de la mina involucrada, a fin de que los datos
obtenidos permitan analizar sobre bases reales las objeciones que por cuenta
del medio ambiente se le ponen al desarrollo minero. La minería tiene un reto
frente al desarrollo sostenible y es el de asegurar que las implicaciones de su
actividad sobre las comunidades y el ambiente sean netamente positivas y
contribuyan a la sostenibilidad del bienestar de la sociedad y de los ecosistemas.
Los proyectos mineros, para servir al desarrollo sostenible, deben realizarse de
forma tal que sirvan para construir capacidades laborales de Largo plazo, para
consolidar comunidades locales y preservar o rehabilitar ecosistemas.
3. El níquel es el otro producto bandera que exhibe la minería colombiana, siendo
el país el mayor productor en Latinoamérica, seguido de Brasil, Cuba y República
Dominicana. No obstante, la producción colombiana de níquel sólo representa
alrededor del 3% de la producción mundial. La mina de Cerro Matoso (Córdoba),
que opera la empresa Cerro Matoso S.A. se empezó a explorar en el año 1958
e inició su producción en 1982. El producto obtenido en su planta de beneficio
es ferroníquel, un material utilizado en la industria del acero y es exportado en
su totalidad. A partir de 2001 Cerro Matoso S.A. entró a operar una nueva planta
que duplicó su capacidad de producción anual a 120 millones de libras (54.431
ton), con la cual su participación en el mercado mundial de ferroníquel representa
actualmente un poco más del 10%. El niquel es uno de los metales más
agresivos y peligrosos para el ambiente gracias a sus altos niveles de
contaminación al ser explotado.
El níquel puede ser liberado al ambiente por las chimeneas de grandes hornos
usados para fabricar aleaciones o por plantas de energía e incineradores de
basura. El níquel que se origina de las chimeneas de plantas de energía se
adhiere a pequeñas partículas de polvo que se depositan en el suelo o son
removidas del aire en la lluvia o la nieve. Generalmente el níquel tarda días en
ser removido del aire. Si el níquel se adhiere a partículas muy pequeñas, puede
tardar más de un mes en depositarse en el suelo. El níquel también puede ser
liberado en aguas residuales de industrias. Una gran cantidad de níquel liberada
al ambiente termina en el suelo o en sedimento en donde se adhiere fuertemente
4. a partículas que contienen hierro o manganeso. Las condiciones acidas
favorecen la movilización del níquel en el suelo y facilitan su filtración hacia el
agua subterránea. El níquel no parece concentrarse en peces. Hay estudios que
demuestran que algunas plantas pueden incorporar y acumular níquel. Sin
embargo, se ha demostrado que el níquel no se acumula en pequeños
organismos que habitan terrenos tratados con lodo que contiene níquel.
En conclusión la explotación minera genera más costos al ecosistema que los
beneficios que genera al hombre. Pues el mismo ha creado necesidades
externas a las que su cuerpo genera fisiológicamente. La reconstrucción del
medio ambiente en lugares donde hubo o hay explotación minera es inseparable
por sus elevados costos y la dificultad de su regeneración.