1. Lección 5
Para el 3 de noviembre de 2007
Calor extremo
Sábado 27 de octubre
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 22; Job 1:6 –22 y 2:1-
10; Isaías 43:1-7; Oseas 2:1-12; 2 Corintios 11:23-29.
PARA MEMORIZAR:
“ Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándolo a padecimiento.
Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá
por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada” (Isaías
53:10).
CUANDO LA ESPOSA del escritor cristiano C. S. Lewis estaba
muriendo, Lewis escribió: “No es que yo esté en peligro (pienso) de
dejar de creer en Dios. El verdadero peligro es llegar a creer tal cosa
terrible acerca de él. La conclusión que temo no es: ‘Así que,
después de todo, no hay Dios', sino ‘Así que realmente Dios es así'.
– A Grief Observed , pp. 6, 7.
Cuando las cosas llegan a ser verdaderamente dolorosas, algunos de nosotros
rechazamos a Dios completamente. Otros, como Lewis, tenemos la tentación de
cambiar nuestro concepto de Dios e imaginar toda suerte de cosas malas acerca
de él. La pregunta es: ¿Cuán caliente se puede poner esto? ¿Cuánto calor Dios
está dispuesto a arriesgar que la gente soporte a fin de cumplir el propósito final
de formarnos a la “imagen de su Hijo”? (Romanos 8:29).
UN VISTAZO A LA SEMANA : ¿Por qué crees que Dios está dispuesto a
arriesgarse a ser mal comprendido por los que quieren conocerlo y amarlo?
2. ¿Hasta cuánto piensas que Dios está dispuesto a ser mal comprendido para
poder moldearte a la “imagen de su Hijo”?
Domingo 28 de octubre
“Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se
escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras,
tengamos esperanza”.
ABRAHAM EN EL CRISOL
Lee Génesis 22. De repente y sin explicaciones, Dios llamó a Abraham y le pidió
que ofreciera a su propio hijo como holocausto. ¿Puedes imaginarte cómo debió
haberse sentido Abraham? En el ámbito de lo humano, es una idea totalmente
incomprensible que un Dios santo te pida que sacrifiques a tu propio hijo. En el
ámbito espiritual, aun si Abraham hubiera pensado que esto era aceptable, ¿qué
pasaría con las promesas de Dios de un heredero? Sin su hijo, la promesa no
servía de nada.
¿Por qué Dios le pidió a Abraham que ofreciera este sacrificio? Si Dios lo
sabe todo, ¿qué quería Dios?
El pedido de Dios y el momento elegido no fueron por azar. De hecho, fue
calculado para ejercer la angustia más profunda posible, porque “Dios había
reservado a Abraham su última y más aflictiva prueba para el tiempo cuando la
carga de los años pesaba sobre él, y anhelaba descansar de la ansiedad y el
trabajo” ( Patriarcas y profetas, p. 144). ¿Era esta una prueba de un Dios
enloquecido? De ningún modo, porque “la agonía que sufrió durante los aciagos
días de aquella terrible prueba fue permitida para que comprendiera por su propia
experiencia algo de la grandeza del sacrificio hecho por el Dios infinito en favor de
la redención del hombre” ( Patriarcas y profetas, p. 150).
Esta era solo una prueba: Dios nunca quiso que Abraham matara a su hijo. Esto
destaca algo muy importante acerca de la forma en que Dios a veces obra. Dios
puede pedirnos que hagamos algo que nunca tiene planes de que lo
completemos. Él puede pedirnos que vayamos a alguna parte a la que no tiene la
intención de que lleguemos. Lo importante para Dios no es necesariamente el fin,
sino lo que aprendemos cuando somos reformados por el proceso.
Jesús pudo haber estado pensando en la experiencia de Abraham cuando les dijo
a los judíos: “Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio,
3. y se gozó” (Juan 8:56). Abraham podría haber perdido esta vislumbre, dejando de
lado las instrucciones como si hubiesen venido de Satanás. La clave de la
supervivencia y el aprendizaje de Abraham mediante todo el proceso era que él
conocía la voz de Dios.
¿Cómo conoces la voz de Dios? ¿Cómo sabes cuándo Dios te está
hablando? ¿Cuáles son las maneras en que él te comunica su voluntad?
Lunes 29 de octubre
ISRAEL DESCARRIADO
La historia de Oseas tiene algunas lecciones preciosas que enseñarnos. La
situación de Oseas es notable. Su esposa, Gomer, lo abandona y tiene hijos con
otros hombres. Aunque ella duerme con otros, Dios le pide a Oseas que tome de
nuevo a su esposa y otra vez le muestre plenamente su amor por ella. Esta
historia tiene la intención de ser una parábola acerca de Dios y de Israel. Israel
había abandonado a Dios; se estaba prostituyendo espiritualmente con otros
dioses, pero Dios seguía amándolo y quería mostrarle su amor por él. Pero
¡consideren los métodos de Dios!
Lee Oseas 2:1 al 12. ¿Qué métodos dice Dios que usará para traer de nuevo
a Israel hacia sí mismo? ¿Cómo debieron haber sentido esas experiencias?
Versículos 2, 3
Versículos 5-7
Versículos 8, 9
Versículo 10
Esta historia presenta dos temas importantes acerca de la forma en que
experimentamos a Dios cuando él nos lleva al arrepentimiento.
Primero, nos arriesgamos a no reconocer que Dios está actuando. Cuando Israel
pasó por esas experiencias duras y dolorosas, pudo haber sido difícil para ellos
reconocer que su Dios estaba actuando para su salvación. Cuando nuestro
sendero está bloqueado por espinas agudas, o estamos encerrados de tal forma
4. que no vemos hacia dónde vamos (versículo 6), ¿es ese nuestro Dios? Cuando
nuestras necesidades básicas no son cubiertas o estamos avergonzados
(versículos 9, 10), ¿podría nuestro Padre estar en medio de todo esto? La verdad
es que es sea lo que fuere lo que sintamos, Dios siempre está actuando para
llevarnos al arrepentimiento, porque él nos ama muchísimo.
Segundo, nos arriesgamos a entender mal a Dios cuando está actuando.
Podemos reconocer que Dios está obrando, pero no nos gusta lo que está
haciendo. Aunque nos sentimos heridos y avergonzados, es fácil echar la culpa a
Dios por ser cruel, por no intervenir o por no estar interesado en nosotros. Pero
Dios siempre actúa para renovarnos mediante su pacto de amor.
Lee Oseas 2:14 al 23. ¿Qué revela este pasaje acerca de Dios? Pídele al
Espíritu Santo que te muestre si has estado huyendo de Dios en cualquier
área de tu vida. Si estás convencido de que estuviste huyendo, ¿por qué
esperar hasta pasar por el crisol? ¿Qué te detiene para rendirte
completamente a Dios?
Martes 30 de octubre
SOBREVIVIR POR LA ADORACIÓN
Lee Job 1:6 –22 al 2:1- 10. ¿Qué provocó los sufrimientos de Job?
Aquí hay algo asombroso. Los ángeles vienen a ver a Dios, y Satanás viene con
ellos. Dios le pregunta a Satanás donde había estado, y él contestó que él venía
“de rodear la tierra y de andar por ella” (Job 1:7). Entonces Dios le plantea esta
pregunta: “¿No has considerado a mi siervo Job?” (versículo 8). La pregunta en sí
misma no es notable; lo importante es Quién la hace. No es Satanás quien señala
a Job como sujeto de un examen, sino Dios. Sabiendo exactamente lo que
seguiría, Dios llama la atención de Satanás hacia Job. Job, aquí en la tierra, no
tiene absolutamente ninguna idea de cuán caliente será el crisol que le tocará. Y
aunque es muy claro que no es Dios sino Satanás el que provoca el sufrimiento de
Job, también es claro que es Dios quien da su permiso explícito para que Satanás
destruya las posesiones de Job, sus hijos y su propia salud física. Si Dios está
dando permiso para que Job sufra, ¿qué diferencia hay si es Dios o Satanás el
que está infligiendo personalmente este sufrimiento? ¿Cómo puede Dios ser justo
y santo cuando activamente permite que Satanás produzca tanto dolor a Job? ¿Es
esta situación un caso especial, o es característico de la manera en que Dios
todavía actúa con nosotros hoy?
En Job 1:20 y 21 ¿de qué modo responde Job a las pruebas?
5. Es posible responder a tanto sufrimiento de dos maneras: podemos amargarnos y
enojarnos, y dar la espalda a un Dios que creemos que es cruel o inexistente; o
podemos aferrarnos a Dios más fuertemente. Job trata con su catástrofe
manteniéndose en la presencia de Dios y adorándolo. En Job 1:20 y 21, vemos
tres aspectos de la adoración que pueden ayudarnos cuando tenemos angustia.
Primero, Job acepta que está indefenso y reconoce que no tiene derecho a nada:
“Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá” (versículo 21).
Segundo, Job reconoce que Dios sigue teniendo el control total: “Jehová dio, y
Jehová quitó” (versículo 21). Tercero, Job concluye reafirmando su creencia en la
justicia de Dios: “Sea el nombre de Jehová bendito” (versículo 21).
¿Estás pasando por pruebas? Sigue los pasos que dio Job. ¿De qué modo te
podrán ayudar también a ti?
Miércoles 31 de octubre
SOBREVIVIR MEDIANTE LA ESPERANZA
“Hermanos, no queremos que desconozcan las aflicciones que sufrimos en
la provincia de Asia. Estábamos tan agobiados bajo tanta presión, que hasta
perdimos la esperanza de salir con vida: nos sentíamos como sentenciados
a muerte. Pero eso sucedió para que no confiáramos en nosotros mismos
sino en Dios, que resucita a los muertos” (2 Corintios 1:8, 9, NVI).
El apóstol Pablo, elegido por Dios, había soportado pruebas más que la mayoría
de la gente. No obstante, Pablo no estaba aplastado. Más bien, creció en su
alabanza a Dios. Lee su lista de dificultades en 2 Corintios 11:23 al 29. Ahora lee 2
Corintios 1:3 al 11.
En el versículo 4, Pablo afirma que la razón de recibir la compasión y el
consuelo de Dios es “para que podamos también nosotros consolar a los
que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que
nosotros somos consolados por Dios”. ¿Hasta qué punto puede el
sufrimiento ser un llamado al ministerio? ¿Cómo podríamos estar más
alertas a esta posibilidad?
6. Dios quiere ministrar mediante nosotros a las personas heridas. Esto significa que
él primero tiene que permitirnos experimentar la misma clase de heridas. Entonces
podremos ofrecer ánimo, no a partir de la teoría, sino de nuestra propia
experiencia, por haber recibido la compasión y el consuelo de Dios. Este es un
principio de la vida de Jesús (ver Hebreos 4:15).
Las vívidas descripciones de las dificultades de Pablo no están para hacernos
sentir lástima por él. Están para que sepamos que, aun cuando estemos en lo más
hondo, el Padre todavía puede intervenir para darnos su compasión y su consuelo.
Podemos desesperarnos por nuestras vidas, y aun ser muertos, pero no debemos
temer: Dios nos está enseñando a depender de él. Podemos confiar en él, porque
nuestro Dios “resucita a los muertos” (2 Corintios 1:9).
Mientras Pablo continúa poniendo sus ojos en la proclamación del evangelio, él
sabe que Dios también lo rescatará en el futuro. La capacidad de Pablo de
mantenerse firme está apoyada en tres cosas que él menciona en 2 Corintios 1:10
y 11. Primero, el registro de los hechos pasados de Dios: “Él nos libró, y nos libra
[...] de tan gran muerte” (versículo 10). Segundo, la determinación de Pablo de
concentrarse en Dios mismo: “En quien esperamos que aún nos librará” (versículo
10). Tercero, la intercesión continua de los santos: “Cooperando también vosotros
a favor nuestro con la oración” (versículo 11).
¿Qué podemos aprender de Pablo que nos ayudará a no caer en la
compasión propia en medio de nuestras luchas?
Jueves 1 de noviembre
CALOR EXTREMO
Hasta aquí, en este trimestre, hemos considerado muchos ejemplos de los crisoles
que Dios usa para purificarnos y producir la semejanza a Cristo en nuestras vidas.
Sin embargo, algunas personas pueden considerar estos ejemplos y llegar a la
conclusión de que Dios es un amo severo y exigente. Claro, dirán algunos,
“sabemos que Dios quiere algo bueno para nosotros, pero estos ejemplos no
revelan mucho cuidado y amor. En cambio, Dios parece más un matón. Él plantea
un propósito que nos causa considerables dificultades, y no hay nada que
podamos hacer acerca de ello”.
Es cierto que, mientras vivamos en esta tierra llena de pecado, comprenderemos
solo un poco de por qué ocurren las cosas. En el cielo comprenderemos mucho
más (1 Corintios 4:5; 13:12), pero por ahora tendremos que vivir con la convicción
de que Dios está presente y se preocupa por nosotros, aun cuando las cosas no
las sentimos demasiado buenas. Isaías describe muy bien esta tensión.
Lee Isaías 43:1 al 7. En los versículos 2 y 3, Dios le dice a su pueblo que pasará
por el agua y por el fuego. Estos son figuras de peligros extremos, pero tal vez
7. sugieren el cruce del Mar Rojo y del Jordán, ambos momentos terribles, pero
momentos que prepararon el camino para una vida nueva. Podríamos esperar que
Dios dijera que él protegerá a su pueblo de estos peligros, que los guiará por
caminos más fáciles. Pero, como el Pastor en el Salmo 23, él más bien dice que,
cuando vengan los tiempos difíciles, el pueblo de Dios no necesita quedar
abrumado, porque el Señor estará con él.
Vuelve a considerar Isaías 43:1 al 7. Anota las diferentes formas en las que
Dios asegura a su pueblo el consuelo durante los momentos de agua y
fuego. ¿Qué cuadro de Dios pinta esto en tu mente? ¿Qué promesas puedes
reclamar para ti?
Podríamos resumir lo que hemos aprendido acerca de los crisoles de Dios en tres
formas. Primero, el extremo calor no nos destruirá, sino que destruirá nuestro
pecado. Segundo, el extremo calor de Dios no es para hacernos sentir miserables,
sino para purificarnos, para lograr aquello para lo que fuimos creados. Tercero, el
cuidado de Dios por nosotros a través de todas estas pruebas es constante y
tierno: él nunca nos dejará solos, no importa qué nos suceda.
¿Qué te enseñan los siguientes textos acerca de los actos y el carácter de
Dios?
Salmo 103:13, 14;
Mateo 28:20;
1 Corintios 10:13;
1 Pedro 1:7.
¿Cómo has experimentado la realidad de estos versículos en tu propia vida?
8. Viernes 2 de noviembre Resumen Diálgo Bíblico
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee Patriarcas y profetas, pp. 141-150; Joyas de
los testimonios, t. 2, pp. 108-112.
“Dios probó siempre a su pueblo en el crisol de la aflicción. Es en el fuego del
crisol donde la escoria se separa del oro puro del carácter cristiano. Jesús vigila la
prueba; él sabe qué se necesita para purificar el precioso metal, a fin de que
refleje la luz de su amor. Es mediante pruebas estrictas y reveladoras como Dios
disciplina a sus siervos. Él ve que algunos tienen aptitudes que pueden usarse en
el progreso de su obra, y los somete a pruebas. En su providencia, los coloca en
situaciones que prueban su carácter. [...] Les muestra sus propias debilidades, y
les enseña a depender de él. [...] Así se alcanza su propósito. Son educados,
adiestrados, disciplinados y preparados para cumplir el gran propósito para el cual
recibieron sus capacidades” ( Patriarcas y profetas, pp. 122, 123).
“Si, en la providencia de Dios, somos llamados a soportar pruebas, aceptemos la
cruz, y bebamos la copa amarga, recordando que es la mano de un Padre la que
la ofrece a nuestros labios. Confiemos en él, en las tinieblas como en la luz del
día. ¿No podemos creer que nos dará todo lo que fuere para nuestro bien? [...]
Aun en la noche de aflicción, ¿cómo podemos negarnos a elevar el corazón y la
voz en agradecida alabanza, cuando recordamos el amor a nosotros expresado
por la cruz del Calvario?” ( Joyas de los Testimonios , tomo 2, p. 109).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. En la clase, pide que alguien cuente una prueba de fe como la que tuvo
Abraham. ¿Qué puedes aprender de esa experiencia, de sus éxitos o sus
fracasos?
2. Repasa las últimas 24 horas de la vida de Cristo. ¿Qué angustias extremas
tuvo que afrontar? ¿Cómo las soportó? ¿Qué principios podemos aprender
de su ejemplo y aplicarlos para nosotros mismos cuando estemos en medio
de nuestro propio crisol?
3. Analiza la idea, mencionada en esta semana, acerca de cómo por medio de
nuestro propio sufrimiento podemos ministrar a otros que están sufriendo.
4. Elena de White escribió en la segunda cita copiada arriba: “Confiemos en
él, en las tinieblas como en la luz del día”. Eso es más fácil decirlo que
hacerlo. ¿Cómo podemos ayudarnos mutuamente para desarrollar la clase
de fe que nos capacitará para hacer precisamente eso? ¿Por qué es
importante confiar en Dios en los tiempos malos?
JA Rejas Norte 2007
www.jarejasnorte.cl.nu