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ROCK URUGUAYO
EMBAJADA DE ESPAÑA EN URUGUAY
Centro Cultural de España en Montevideo

Hortensia Campanella
DIRECTORA


Enrique Mrak
DIRECTOR DEl área de actividades académicas




                                              20 BA NDA S orien ta l e S DEL SIGLO X X




Organiza
URUGUAY EN ROCK




El Centro Cultural de España en Montevideo tiene entre sus objetivos llegar a todos los públicos, a las diferentes
sensibilidades, a las sucesivas generaciones. En este sentido creemos que organizar una muestra sobre el rock
uruguayo es una magnífica oportunidad para lograrlo. Esperamos que el atractivo de los contenidos, el enfoque
humano que quisimos darle, haga de esta exposición un llamador para todos.


La mayoría de los nacidos a partir de los años 40, e incluso antes, han vivido tocados por esa música. Cada
una de las generaciones siguientes ha disfrutado, cantado o bailado al compás de ese crisol de ritmos que es
el rock. Mucho más que una música, todo un ambiente cultural rodea a quienes visiten esta exposición debida
al cuidado de un especialista, Fernando Peláez. El recorrido por una parte emblemática de la historia del rock
uruguayo -“veinte bandas orientales”- aparece como destaque simbólico de la cultura urbana del país en
situaciones históricas complejas y ricas. Esperamos que no sea solo memoria y saber enciclopédico, ambos
aspectos importantes, sino también vivencia personal, asombro y emoción para cada uno de los visitantes.




                                                                                           H O R T E N SI A C A M PA N ELL A
                                                                                                               DIRECTORA
ROCK URUGUAYO / 20 BANDAS ORIENTALES DEL SIGLO XX                            ÍNDICE
Embajada de España en Uruguay
Centro Cultural de España en Montevideo

DIRECTORa
Hortensia Campanella

                                                                             	 9 .	introducció n
DIRECTOR del área de actividades académicas
Enrique Mark                                                                 	 13 .	LOS IR ACUN DOS
                                                                             	 19 .	LOS SH A K ERS
Gestión Cultural
                                                                             	 2 7.	    LOS MOCKERS
Cristina Sánchez, Victoria Estol
                                                                             	 3 5 .	LOS DEL F IN ES
Diseño de catálogo                                                           	 4 3 .	   EL K IN TO
Alejandro Schmidt                                                            	 4 9 .	L A “PROGRESI VA” DE LOS 70
                                                                             	 57.	     O PUS A L FA y DÍ A S DE BLUES
Corrección
María José Larre Borges                                                      	 6 5 .	   TÓT EM
                                                                             	 73 .	    P SIGLO
curaduría y textos
                                                                             	 81.	     O PA
Fernando Peláez Bruno
                                                                             	 8 9 .	L A GENER ACIÓ N “GR A F F I T I”
Diseño de logotipo de l a exposición                                         	 9 3 .	LOS ES TÓ M AGOS
Alejandra Larregui                                                           	 9 9 .	   los buitres
                                                                             1
                                                                             	 0 5 .	LOS T R A IDORES
Fotografías
Salvo las indicadas especialmente, las fotos que aparecen en este catálogo   	1 11.	LOS TO N TOS
corresponden a material de difusión, o fueron cedidas por los músicos de     	1 19 .	L A TA BA RÉ
sus archivos personales                                                      	 2 7.	
                                                                             1          EL CUA RT E TO DE N OS
                                                                             1
                                                                             	 3 5 .	   NÍQUEL
Diseño de montaje
Claudia Schiaffino, Paula Villalba                                           1
                                                                             	 4 3 .	   CHO P PER
                                                                             	1 51.	    LA TRAMPA
Diseño gráfico y audiovisual de l a exposición
                                                                             1
                                                                             	 5 9 .	   TROTSKY VENGARÁN
Alejandra Larregui, Gustavo Bentura
                                                                             	1 67.	    LA ABUELA COCA
Col aboradores                                                               1
                                                                             	 75 .	    EL PEYOTE ASESINO
Marcelo Barindelli, Lil Cetraro, Catherina Dolinsky
Federico García, Viviana Guridi, Fabián Scavone
IN T RODUCCIÓN




                                                                                                          Este año se cumple un cuarto de siglo del resurgimiento del rock en Uruguay. Luego de casi una dé-
                                                                                                          cada de desolación, el movimiento pos dictadura arremetió con furia y rebeldía, apoyándose en sus
                                                                                                          cercanas influencias del punk, del heavy o de la new wave. El quiebre había sido tan profundo que
                                                                                                          casi todos creían estar protagonizando un hecho inédito en nuestro país. Sin embargo, doce años
                                                                                                          antes, otros jóvenes habían vivido una experiencia similar con aquella movida de “música progre-
                                                                                                          siva” que alcanzó una importante proyección artística y cultural. Más aún, ya han pasado más de
                                                                                                          40 años desde que nuestro beat se popularizara en el Río de la Plata y gran parte de Sudamérica.
                                                                                                          Hoy los puentes están tendidos y podemos reconocer que el rock uruguayo de todas las épocas ha
                                                   E l “ nue v ao l ero ” B eto triunfo junto a futuros   demostrado ser un fenómeno auténtico, cabezón y peleador. Fueron muchos los grupos, solistas,
                                                   integrantes de los delf ines .
                                                                                                          músicos y comunicadores de todo el país que lucharon por su supervivencia, sin imaginarse que
                                                                                                          iba a ocupar un lugar tan singular durante la primera década del nuevo milenio.


                                                                                                          Los Iracundos, Los Shakers, Los Mockers, Los Delfines, El Kinto, Opus Alfa (y Días de Blues),
                                                                                                          Tótem, Psiglo, Opa, Los Estómagos (y Buitres), Los Traidores, Los Tontos, El Cuarteto de Nos,
                                                                                                          La Tabaré, Níquel, Chopper, La Trampa, Abuela Coca, Trotsky Vengarán y Peyote Asesino son
                                                                                                          las emblemáticas bandas que hemos elegido para esta muestra. Mediante la exposición de fotos,
                                                                                                          carátulas, afiches, volantes, material audiovisual y todo tipo de memorabilia, esperamos recorrer
                                                                                                          la historia de las diferentes etapas y vertientes del rock uruguayo del siglo XX.




    p ú b l i co e n m on t e v i d e o rock 1 .
A N TE C E D E N TE S


     Si bien las películas “¡Salvaje!” (con Marlon Brando), “Rebelde sin causa” (con James Dean) y
     “Semilla de maldad” (que empezaba con ‘Rock alrededor del reloj’) habían lanzado el prototipo
     de la rebeldía juvenil, la alarma se encendió en nuestro país hacia finales de 1956 con el estreno
     simultáneo de “Al compás del reloj” y “Rock, rock, rock”, dos musicales dedicados al flamante
     rockabilly. Durante la proyección de las mismas centenares de muchachitos saltaron frenéticos
     sobre las butacas, mientras los restantes osaron bailar en los pasillos de los sacros cines Plaza y
     Censa, generando así un escándalo sin precedentes.
     Ya en los Estados Unidos este fenómeno había sido definido como “el medio para rebajar al hombre
     blanco al nivel del negro”, insulto racista lanzado ante la impotencia de observar cómo los jóvenes
     blancos comenzaban a sentir atracción por propuestas que tenían sus raíces en músicas creadas
     por, y para, las comunidades negras.


     Pero, ¿por qué los padres uruguayos también reaccionaban con similar virulencia? ¿Era el tipo de
     música? ¿La forma de bailar? Más que eso, parece haber sido una suerte de rechazo ante la ges-
                                                                                                                                                                              Los M a rtin B r ot h er s .
     tación de una cultura juvenil que excluía a los mayores y que amenazaba con romper la estructura
     de la sociedad establecida. En todo el mundo occidental los nuevos teenagers (entre trece y dieci-
                                                                                                                                                                                                             En 1962 fue estrenado “El Club del Clan”, un nuevo programa de televisión argentino destinado
     nueve años) no querían ser niños ni adultos y el rock resultaba la compañía ideal en esa búsqueda
                                                                                                                                                                                                             a promocionar los (supuestos) representantes de la (también inventada) “Nueva Ola” (entre los
     de identidad generacional.
                                                                                                                                                                                                             que saldrían Palito Ortega y Violeta Rivas). Este show se montaba intentando simular una cierta
                                                                                                                                                                                                             estética de desparpajo, siempre inofensivo y sin transgresiones, logrando consolidar la imagen de
     El demonio pareció calmarse a finales de la década del 50, ingresando en una corta etapa de
                                                                                                                                                                                                             una juventud alegre, sonriente y sin ningún ánimo de rebeldía. Los padres y abuelas veían enton-
     incertidumbre dentro de la historia de ese fenómeno cultural y musical que hemos convenido en
                                                                                                                                                                                                             ces con grata complacencia a este grupo de chicos prolijos, confiables, con modales estudiados,
     denominar simplemente “rock”. En efecto, a menos de cinco años de su aparición, el furibundo
                                                                                                                                                                                                             que le cantaban al amor y a las flores a través de melodías prefabricadas y pegadizas. El éxito
     rock’n’roll original entraba en una profunda crisis como consecuencia de una serie de aconteci-       D e arriba hacia abajo . Les S ons , Los J u nio r S w in g , El                                  alcanzado por el Club del Clan en ambas orillas del Plata fue descomunal.
     mientos ocurridos en cadena. A las muertes de Buddy Holly, Ritchie Valens y Eddie Cochran, y las      T r í o Fatto r u so .


     serias lesiones sufridas en accidentes por Carl Perkins y Gene Vincent, se le sumaba la acción del
                                                                                                                                                                                                             Es precisamente dentro de este contexto que comienzan a formarse las primeras bandas orientales.
     propio sistema norteamericano que lograba irradiar de la escena a los rebeldes Chuck Berry, Litt-
     le Richard y Jerry Lee Lewis. Para colmo de males, a su regreso del servicio militar (1958-1960),
     encontramos a un Elvis Presley manso y melódico. Las nuevas propuestas (por ejemplo el twist)
                                                                                                                                                                                                                                                                                             Fernando Peláez
     eran presentadas como una “moda” pasajera, que evitaba todo tipo de conflictos, buscando am-                                                                                                                                                                                                     C urador

     pliar el mercado de ventas y hasta la aceptación de la clase adulta.

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LOS IR ACUNDOS (1962 - …)




     La primera etapa del rock en Uruguay está caracterizada por la aparición   argentina (hogar del Club del Clan) los adoptó y les preparó la nueva
     de los primeros conjuntos eléctricos jóvenes, quienes, inmersos en un      imagen: se presentarían como un grupo de jóvenes rebeldes de barrio.
     contexto ecléctico, se dedicaron a cubrir un repertorio que abarcaba       Para ello, nada mejor que llamarse Los Iracundos, usar unos chalecos de
     un amplio espectro. Desde algunos rocanroles clásicos (en versiones        cuero negro y lucir unas gorritas con visera que deberían ser arrojadas al
     de los Teen Tops mexicanos), algunos twists, ‘La Bamba’, temas de The      público al final de sus presentaciones. Y también contar con apodos cor-
     Shadows y del Dúo Dinámico (de España), hasta boleros y canciones          tos y fáciles de recordar: “Febro”, “Bosco”, “Leoni”, “Juano”, “Burgués”
     del Club del Clan. Pero vale la pena aclarar que, por primera vez en       y “Franco” (para Febrero, Bosco, Leonardo Franco, Velásquez, Burgueño
     la historia, aparecía el concepto de “banda” como lo conocemos hoy,        y Eduardo Franco respectivamente).
     que se diferenciaba de agrupaciones más tradicionales como orquestas
     o conjuntos vocales. Estas bandas debían incluir dos guitarras, bajo,      El vibrato de la primera viola de Leoni (en la onda The Shadows) y el per-
     batería y, eventualmente, un teclado; aunque en la mayoría de los casos    sonalísimo timbre de voz de Franco patentaban el estilo de la primera
     se tratara de guitarras españolas adaptadas y enchufadas a una radio,      banda de rock del Río de la Plata.
     algún que otro redoblante, y “bajos” de una sola cuerda atada a un palo
     de escoba que se incrustaba en una gran caja de té. Los instrumentos y     Pero en 1964 estalló el bombazo que iluminó el irreversible camino a se-
     equipos de verdad eran inconseguibles.                                     guir. La poderosa (y misteriosa) magia de Los Beatles sacudió toda una
                                                                                generación comenzando así una de las revoluciones culturales más tras-
     Dentro de este panorama fueron Los Blue Kings, oriundos de Paysandú,       cendentes de la historia. Los Iracundos, por su parte, se alejaron de las
     quienes se destacaron por varios cuerpos. A comienzos de 1963 un ca-       pautas y códigos que imponía la nueva estética rockera transformándose,
     mión los trajo directamente al recién estrenado programa Discodromo        simplemente, en el grupo melódico más popular del continente con más
     Show de Canal 12 donde deslumbraron con sus buenos instrumentos            de treinta millones de discos vendidos a comienzos del nuevo milenio.
     y su calidad interpretativa. Montevideo intentó cobijarlos pero la RCA


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Los B lu e K in g s en R adio S arandí junto a R ub é n C asti l l o ( 1 9 6 3 ) .




     In t e graci ón p r i nci p a l
     Eduardo “Franco” Franco (voz).
     Leonardo “Leoni” Franco (primera guitarra).
     Juan “Bosco” Bosco (segunda guitarra).
     Hugo María “Burgués” Burgueño (bajo).
     Jesús María “Febro” Febrero (teclados).
     Juan Carlos “Juano” Velásquez (batería).


     D i scogra f ía e s e nci a l
     Para todos los gustos. Desde 1997 BMG ha reeditado (en decenas de
     volúmenes) la discografía completa del grupo.




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Los I racundos con R ita P a v one .




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LOS SH A K ERS (196 4 -1968)




     Algunos de los protagonistas del rock uruguayo de la década del 60 co-       Siguieron tres años de maratónicas recorridas por los circuitos bailables
     menzaron su actividad musical pasando por un costado de la corriente         de toda Argentina, presentaciones en TV, cortometrajes y películas, reali-
     “nuevaolera”. Tanto el movimiento de “jazz puro” (localizado en el Hot       zación de giras por varios países sudamericanos, grabaciones de decenas
     Club y la Peña del Jazz), como la movida adulta de la noche montevi-         de simples y tres LP’s, escenas de histeria colectiva protagonizadas por
     deana (restorans, bailes, boites, cabarets) abrieron sus puertas a estos     el público, multitudinarias caravanas de recibimiento desde el aeropuerto
     muchachos, permitiéndoles profesionalizarse a muy corta edad y adquirir      de Carrasco hasta la playa Pocitos. Todo muy “a lo Beatle”.
     experiencia y ductilidad interpretativa. Ese fue el caso de “Caio” Vila,
     “Pelín” Capobianco y los hermanos Hugo y Osvaldo Fattoruso quienes,          Pero la descomunal popularidad alcanzada tiene una explicación más
     hacia finales de 1963, y con tan sólo 20 años (16 en el caso de Osvaldo),    profunda. Siguiendo al pie de la letra los recursos compositivos de
     ya se habían ganado un amplio reconocimiento dentro ese ambiente.            Lennon y McCartney, aunque alejados de cualquier atisbo de plagio, Los
                                                                                  Shakers crearon un amplio y calificado repertorio de melodías originales
     Pero el golpe de los Beatles fue tan fuerte que ni siquiera estos precoces   complementadas con un tratamiento vocal, instrumental y armónico
     jazzistas pudieron escapar a la tentación de crear un grupo a imagen y       de alto vuelo. ‘Rompan todo’ se convirtió en un himno y relegó buenas
     semejanza de los “fab four”. Dando muestras de una notable capacidad         canciones como ‘No fuimos’, ‘Corro por las calles’ y ‘La larga noche’, las
     para adaptarse a tocar distintos instrumentos, Hugo (tecladista) y Osval-    que (según algunos musicólogos), podrían haber figurado sin vergüenza
     do (baterista) tuvieron que transformarse en correctísimos guitarristas      entre los temas menores de los primeros discos de Los Beatles.
     para que el juego llamado Shakers se hiciera realidad. Sus actuaciones
     en la boite I´Marangatú de Punta del Este durante la temporada 64-65
     fueron suficientes para llenar de signos de pesos los ojos de inteligentes
     empresarios argentinos que no dudaron en adoptarlos.




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La mayor complejidad de la propuesta beatlera producida a partir de
     “Rubber Soul” y “Revolver” dejó más a gusto a Los Shakers (que tam-
     bién escuchaban a Piazzolla y John Coltrane), permitiéndoles continuar
     la persecución del cuarteto de Liverpool a pocos meses de distancia,
     consolidando así el ejemplo más notable de sincronía musical entre Suda-
     mérica y el mundo anglosajón. Y también arriesgándose por otros cami-
     nos, como en ‘Never never’, primer e interesantísimo cruce del beat con
     la bossa nova.


     La edición del “Sgt. Pepper’s” en junio del 67 determinó el carácter con-
     ceptual del tercer LP que los Shakers venían preparando. Este trabajo de
     compleja elaboración se pondría a la venta recién a fines de 1968 con el
     grupo ya desintegrado y la consecuente falta de promoción de parte de          In t e graci ón
     la editora. Pero la espera valió la pena. “La conferencia secreta del Toto’s   Hugo Fattoruso (guitarra, teclados y voz).
     bar” es una obra magistral que hoy sigue sorprendiendo por su riqueza.         Osvaldo Fattoruso (guitarra y voz).
     Allí encontramos por primera vez la fusión del rock con el candombe (en        Roberto “Pelín” Capobianco (bajo y voz).
     ‘Candombe’) y con el tango (en ‘Más largo que el Ciruela’). Encontra-          Carlos “Caio” Vila (batería)
     mos teclados, glisandos de cellos, cintas pasadas al revés, violines y un
     bandoneón tocado por el propio Pelín. Algunas orquestaciones y arre-           D i scogra f ía e s e nci a l
     glos rítmicos e instrumentales ya no imitan, sino que anticipan trabajos       “Los Shakers” (1965, Emi-Odeón).                                     T h e K nacks ( P ippo S pera , G on z a l o Vigi l , U rbano M oraes y Q uico C iccone ) hacían
                                                                                                                                                         co v ers de l os B eat l es a l a perfecci ó n . D ebutaron en l a obra teatra l “ T he K nack ,
     posteriores de los Beatles, llegando inclusive más lejos que estos en el       “Shakers for you” (1966, Emi-Odeón).                                 ese no s é qu é … y c ó mo l ograr l o ” estrenada e l 2 1 de octubre de 1 9 6 6 en S a l a
                                                                                                                                                         Verdi ( 5 días antes que P eñaro l obtu v iera su segunda copa I ntercontinenta l a l
     acercamiento a la tradición céltica (‘B.B.B. Band’). Un verdadero broche       “La Conferencia Secreta del Toto’s Bar” (1968, Emi-Odeón).           v encer a R ea l M adrid 2 a 0 ) .

     de oro para la carrera de Los Shakers y su definitiva influencia en la nueva   (los tres discos acaban de ser reeditados nuevamente en CD por EMI
     generación de músicos de rock argentinos y uruguayos … como aquellos           incluyendo varios bonus tracks).
     dos fans adolescentes llamados Charly García y Luis Alberto Spinetta.          “Por favor” (2000, Big Beat, edición norteamericana con 36 temas).




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22   23
24   25
LOS MOCK ERS (1965-1968)




     Tras el auge de los Beatles llegó el aluvión: decenas de bandas inglesas    que cigarrillos. Si bien llegaron a integrarse con jóvenes de un ambiente
     pasaron a ocupar los primeros lugares de popularidad en los Estados         under y liberal, sus pelos cada vez más largos resultaron provocativos
     Unidos, realidad que fue bautizada como la “British invasion”. Al mismo     para la mayor parte de la sociedad, teniendo que soportar permanentes
     tiempo, y convencidos de que sólo otro grupo uruguayo podría competir       insultos y alguna que otra noche en las comisarías de la dictadura del
     con Los Shakers, los managers argentinos se lanzaron a la búsqueda,         Gral. Onganía. Los momentos de mayor felicidad los encontraban en el
     generando durante 1966 una suerte de paralelismo con lo que sucedía         apartamento de sus amigos Shakers, quienes contaban con la panacea
     en el norte. Entre las bandas que cruzaron el Río se encuentran Los Mal-    de un tocadiscos para escuchar música. Y también, por supuesto, com-
     ditos, Los Shades, Los Épsilons (que se transformaron en Bulldogs) y Los    poniendo, ensayando y grabando en esas pocas sesiones de una o dos
     Encadenados (ya rebautizados como Mockers).                                 canciones por día, esparcidas durante el 66, que culminarían con lo que
                                                                                 sería su único LP con la integración principal.
     Con las ilusiones propias de los 18 años recién cumplidos, Esteban, Polo,
     Jorge, Beto y Julio partieron en el “Vapor de la Carrera” rumbo a Buenos    Poco a poco fueron ganando el respeto y hasta la admiración de sus jó-
     Aires a las 21 horas del 28 de marzo de 1966. Sin embargo, el camino        venes colegas (como Litto Nebbia) y de una minoritaria camada de faná-
     les presentaría más escollos de los que podían imaginar. De entrada no-     ticos seguidores. Es que la dualidad no podía faltar: si lo de Shakers era
     más, tuvieron que observar cómo, con total impunidad, los aduaneros         la lectura Beatle de lo que estaba pasando en el mundo, lo de Mockers
     argentinos se quedaron con el órgano a Esteban, en una primera muestra      fue la lectura Rolling Stone por excelencia. No sólo lograron un sonido
     de la dura realidad que deberían enfrentar. Alojados en una pensión de      sorprendentemente similar al de los primeros Rolling (con el cantante
     segunda categoría se les obligó a tocar todas las noches en locales como    Polo imitando exactamente el gruñido de la primera época de Jagger
     “Whisky a go go”, multiplicándose sus presentaciones en bailes los fines    como ningún otro pudo lograrlo), sino que, al igual que en el caso de
     de semana y actuando regularmente los domingos de mañana en el pro-         Shakers, la estupenda instrumentación acompañó un repertorio de me-
     grama de TV Escala Musical. Maratónicas jornadas de trabajo que eran        lodías originales.
     retribuidas con promesas y algún dinero que alcanzaba para poco más

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A pesar del entusiasmo con que los recibió Uruguay en 1967, el agota-
                                                                                                  miento terminó por separarlos. Jorge y Julio se radicaron en Buenos Aires
                                                                                                  y mantuvieron el nombre del grupo durante el 68 con otros integrantes.
                                                                                                  Polo pasó por varios grupos en Argentina y terminó viviendo en Suiza.
                                                                                                  Esteban integró Los Delfines, emigró en 1970 y durante la década del 80
                                                                                                  jugó un papel importante en bandas españolas como El Último de la Fila y
                                                                                                  Gabinete Caligari. Aún hoy continúa colaborando con Jaime Urrutia. Beto
                                                                                                  falleció prematuramente en 1972.


                                                                                                  Ninguno de ellos había imaginado que aquella locura juvenil podía llegar a
                                                                                                  tener vigencia alguna con el correr del tiempo. Y mucho menos que, luego
                                                                                                  de más de 30 años sin saber nada uno del otro, volverían a reunirse en un
                                                                                                  escenario de Montevideo durante el 2008. Es que, si bien la propuesta
                                                                                                  de Mockers resultó demasiado under para alcanzar repercusión masiva
                                                                                                  en el Río de la Plata de mediados de los 60, el correr de las décadas los
                                                                                                  ubicó como una banda de culto para los seguidores del rock de garage
                                                                                                  en todo el mundo. Así lo demuestra la repercusión internacional que han
     Liderados por K ano , Los B u lldo g s ganaron su espacio con co v ers en ing l é s ,
     fueron l uego respetados por sus canciones en españo l y l l egaron a compartir              tenido en los últimos 25 años las diversas reediciones de su único y ex-
     escenarios con pioneros de l incipiente rock naciona l argentino como Los Gatos ,
     A lmend r a y M anal . S u canci ó n ‘ S obre un v idrio mojado ’ fue un hit monumenta l ,
                                                                                                  traordinario LP.
     de l cua l T r otsk y V en g a r á n hace su v ersi ó n en e l C D “ Y o no fui ”.


                                                                                                  In t e graci ón p r i nci p a l
                                                                                                  Jorge “Polo” Pereira (primera voz y guitarra).
                                                                                                  Esteban Hirschfeld (teclados, armónica y voz).
                                                                                                  Jorge Fernández (primera guitarra y voz).
                                                                                                  Julio Montero (bajo).
                                                                                                                                                                               Los finks de minas , una de l as tantas buenas bandas de l interior de l a repúb l ica .
                                                                                                  Alberto “Beto” Freigedo (batería).


                                                                                                  D i scogra f ía e s e nci a l
                                                                                                  “Los Mockers” (1966, Emi-Odeón).
                                                                                                  (Reeditado en vinilo y en CD en varias ocasiones y en varios países. En
                                                                                                  particular, la realizada en 2007 por el sello uruguayo Perro Andaluz).


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Los encadenados aún en M onte v ideo , con man z i . 1 9 6 5 .




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32   33
LOS DELFINES (1963-1972)




     Con la llegada del beat, pop y rhythm’n’blues anglosajón, los muchachos      En 1968, la disolución de Shakers, Mockers, Malditos y Gatos, dejó el ca-
     uruguayos aspirantes a músicos de rock encontraron el camino de la           mino libre para la definitiva consagración de Los Delfines dentro del beat
     verdad y pasaron a despreciar todo lo que tuviera que ver con el Club del    en inglés. Este grupo fue uno de los pocos que mejoró sistemáticamente
     Clan. Salvo honrosas y notables excepciones no se dedicaron a componer,      su equipamiento (llegando a comprar equipos Vox en Londres), y que ad-
     sino que se limitaron a hacer versiones de lo que llegaba desde el Norte.    quirió un nivel de profesionalismo envidiable. Sus presentaciones junto
     Pero eso ya era un gran logro. No existían filmaciones, libros, partituras   al Sexteto Electrónico Moderno se constituyeron en el paquete preferido
     ni profesores que enseñaran tal o cual tema, pique o acorde. Si no veían     de un importante sector de la juventud de clase media que solía bailar
     a Mateo con sus Malditos, a Dino con Los Gatos, o a Arnoldo Chuster con      todos los fines de semana en el circuito “cinco estrellas”. La propuesta
     los Martin Brothers, debían sacarlo todo de oído. Y también tenían que       “edulcorada” del Sexteto (ideal para bailar “lentas”) se complementa-
     intentar dominar los precarios y durísimos instrumentos.                     ba de maravilla con el hard-beat de Delfines quienes, además de temas
                                                                                  propios en inglés, también interpretaban buenas versiones de bandas
     Época de música beat cantada en inglés (sinónimo de vanguardia), de          inglesas, como el ‘You really got me’ de The Kinks.
     surgimiento de miles de bandas a lo largo de todo el país, de experimen-
     tación, frescura y juego. Momento culminante del quiebre generacional        El juego vocal (con las tres voces solistas de July, Coyo y Mario) y la cohe-
     y comienzo (píldora anticonceptiva mediante), de un nuevo tipo de rela-      sión instrumental de la banda comandada desde el relojito de la batería
     ción entre los jóvenes de ambos sexos. Desde las “cuevas” subterráneas       de Chocho Vila (hermano de Caio), se vieron enriquecidos armónicamente
     hasta los locales más pitucos (Parque Hotel, Hotel Casino Carrasco, Club     a fines del 68 con el ingreso del ex Mocker Esteban Hirschfeld en tecla-
     Uruguay), el nuevo tipo de “evento bailable” (diferente al de generaciones   dos. Es con esta formación que graban “Estamos Seguros”, su único LP,
     anteriores y al del ambiente de la cumbia), se constituyó en el motor que    que fuera presentado el 16 de agosto de 1969 en el Estudio Auditorio del
     promovió esta movida y en la gran bolsa de trabajo con que contaron los      Sodre, en un espectáculo revolucionario para la época, que contó con
     músicos jóvenes de la década del 60.                                         juegos de luces, proyección de diapositivas y slides, y el acompañamiento
                                                                                  de la orquestas de Julio Frade y la Sinfónica del Sodre.

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Luego de un breve paréntesis, y antes que la mayoría de sus integrantes
     emigrara, Los Delfines se despacharon en 1972 con ‘Amigos sigue igual’
     y ‘Con esa voz’, dos temas cantados en español que se convertirían en
     himnos de varias generaciones gracias a las versiones que Níquel rea-
     lizara en 1990.


     In t e graci ón
     July Fontenla (guitarra y voz).
     Jorge “Coyo” Abuchalja (guitarra y voz).
     Mario Aguerre (bajo y voz).
     Jorge “Chocho” Vila (batería).
     Esteban Hirschfeld (teclados entre 1968 y 1970).
     Nelson “Pito” Varela (saxo entre 1963 y 1965).
     Américo “Quito” Vizcaíno (batería entre 1971 y 1972).


     D i scogra f ía e s e nci a l
     Los temas ‘Jacinta’, ‘Todo’, ‘Amigos sigue igual’ y ‘Con esa voz’ (reedita-
     dos en el CD Nº 4 de Colección Posdata-Sondor).
     El LP “Estamos Seguros” (1969, Clave) y otros simples están a punto de
     ser reeditados por primera vez en formato compacto.


     Para dar una idea de la vorágine de trabajo con la que Los Delfines de-
     bían cumplir, alcanza con mencionar que jamás se interesaron en viajar
     al exterior. Sólo lo hicieron en ocasiones excepcionales, cuando fueron
                                                                                   Los S ea r f ins en 1 9 6 7 : Á l v aro D e C astro , A m é rico “ Q uito ” Vi z caíno , C ar l os L ó pe z
     contratados desde Buenos Aires para amenizar el cumpleaños de 15 de           y W a l ter C ary ( padre de C hristian C ary de La T rip l e N e l son ) .
     alguna joven bonaerense que los había conocido durante sus vacaciones
     en nuestro país.




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38   39
40   41
EL K IN TO (1967-1969 )




     Luego de regresar de una gira por Brasil a mediados de 1964, Eduardo         todas las ideas, explorando nuevos sonidos y, por sobre todo, generando
     Mateo se incorporó a Los Malditos, uno de los principales grupos de la       un clima de gozadera y diversión. Ya maduros como compositores, Mateo
     movida beat uruguaya. En realidad, Mateo no estaba demasiado entu-           y Rada encontraron la compañía ideal para lanzarse a una decidida bús-
     siasmado con aquella “primera época” de los Beatles. El conjunto fue         queda experimental que decantó en una propuesta totalmente original,
     entonces evolucionando, cambiando de nombre y de integrantes, hasta          un hallazgo que sólo pudo encasillarse bajo el rótulo “sonido Kinto”.
     conseguir a fines del 66 un trabajo estable en la boite Orfeo Negro ubica-
     da cerca de Portones de Carrasco. Al ser invitados a tocar en el “Festival   En pleno auge del beat cantado en inglés (tratando de imitar lo que llega-
     de la canción beat y de protesta” de junio del 67 había que anunciarlos      ra del norte), El Kinto fue contra toda la corriente, se aisló del sistema y
     de alguna manera, y así, a las apuradas, inventaron El Kinto Conjunto,       se adelantó varios años. Sus características más notables fueron: cantar
     en un juego de palabras que tiene que ver con la formación de quinteto y     en español composiciones propias, fusionar el beat y la nueva psicodelia
     con el tambor denominado quinto.                                             con la bossa nova, el candombe y otros ritmos, integrar un percusionista
                                                                                  fijo a un grupo rockero (cuando aún Santana no era conocido) y abandonar
     Encargarse de la “música funcional” de una boite combinando temas            el tradicional “uniforme” en favor de una estética menos formal y más
     movidos y lentos para que la gente baile, acompañando a cantantes in-        hippie. Además de ser la primer banda uruguaya con esas características,
     vitados y haciendo el fondo para las actuaciones de un mago, no parece       no lo hizo apostando al snobismo o buscando dividendos comerciales,
     a priori una actividad propicia para que los músicos puedan desarrollar      sino con el total convencimiento de que constituían el tronco esencial de
     sus intereses creativos. Sin embargo, cuando el año es 1967 y los músicos    su propia existencia.
     Mateo, Rada, Cambón, Sosa y Lagarde (luego Urbano, Chichito y Vita),
     no es posible establecer límites para la inspiración. En lugar de repetir    Mientras las manifestaciones estudiantiles eran reprimidas por la poli-
     rutinariamente los mismos temas comerciales todas las noches, ellos          cía, dentro del teatro El Galpón también se denunciaba la situación del
     adoptaron una dinámica de taller, preparando siempre nuevas cancio-          país. Aunque en este caso, desopilantes sketches y lectura de poesía se
     nes, cultivando la espontaneidad y la comunión personal, incorporando        alternaban ágilmente con estilos musicales contrastantes (tango, bossa,

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candombe, rock, jazz), con total irreverencia ante barreras de gustos y
     categorías. Eran las “Musicasiones” del 69, organizadas por el Kinto y
     Horacio Buscaglia, espectáculos cargados de imaginación y creatividad
     que calaron hondo en la sensibilidad de los afortunados asistentes.


     Pocos meses después el grupo se desintegró sin haber editado disco al-
     guno, quedando así consagrado el primer mito de la historia del rock en
     Uruguay. Pero no todo estaba perdido. El técnico Carlos Píriz había guar-
     dado las pocas grabaciones realizadas por el Kinto para hacer playbacks
     en Discodromo y las editó en 1971 en el LP denominado “Musicasión 4
     ½”. De esa forma, el visionario Píriz rescataba una parte del gran pilar
     de la nueva música popular uruguaya.


     In t e graci on e s
     Eduardo Mateo (guitarra y voz, 1967-1970).
     Rubén Rada (percusión y voz, 1967-1968).
     Walter Cambón (guitarra y voz, 1967-1970).
     Antonio “Lobo” Lagarde (bajo, 1967).
     Luis Sosa (batería, 1967-1970).
     Urbano Moraes (bajo y voz, 1967-1969).
     Mario “Chichito” Cabral (percusión, 1968-1970).
     Alfredo Vita (bajo, 1969-1970).

                                                                                 R ada se había a l ejado de E l K into para rea l i z ar una gira por P erú junto a l a
     D i scogra f ía e s e nci a l                                               orquesta de M ike D og l iotti . E l 2 6 de ju l io de l 6 9 pas ó a sa l udar por E l G a l p ó n
                                                                                 durante l a prueba de sonido de “ M usicasi ó n I I ”. Le preguntaron si tenía a l go
     “Musicasión 4 y ½” (1971, De la Planta).                                    nue v o , sa l i ó a dar una v ue l ta cantando por l a ca l l e y v o l v i ó una hora despu é s
                                                                                 con ‘ Las M an z anas ’, tema que estren ó esa misma noche . P ocos meses despu é s
     “Circa 68” (1977, Clave).                                                   R ada editaba su primer L P so l ista . E n l a foto R ada graba ‘ Las M an z anas ’ en e l
                                                                                 estudio de S ondor . -
     “El Kinto Clásico” (CD, Sondor, 1998)                                                                                                                                            M ateo grabando en l os estudios I O N de B uenos A ires ( no v iembre de 1 9 7 1 ) . A
                                                                                                                                                                                      esta a l tura , M ateo ya había profundi z ado , obsesi v amente y sin concesiones ,
                                                                                                                                                                                      l a búsqueda de una dimensi ó n trascendente y de e l e v aci ó n espiritua l por
     Refrencias bib l iogr á ficas                                                                                                                                                    medio de drogas , y l a negati v a a insertarse en e l sistema econ ó mico , po l ítico
                                                                                                                                                                                      y socia l estab l ecido . Luego de tres meses desechando mara v i l l as , abandon ó
     Guilherme de Alencar Pinto: “Razones Locas”, Ed. del TUMP 1995..                                                                                                                 e l proyecto de su primer disco so l ista boicoteando su propia carrera . F ue
                                                                                                                                                                                      C ar l os P íri z ( nue v amente ) e l responsab l e de que “ M ateo s ó l o bien se l ame ” se
                                                                                                                                                                                      hiciera rea l idad .




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46   47
L A “PROGRESIVA” DE LOS 70




     Las metrópolis del planeta comenzaron a enviar nuevos mensajes. Cambio conceptual de los Bea-
     tles, psicodelia cargada de ácido en la Costa Oeste, kilométricas prosas de Bob Dylan, hippies en
     búsqueda de una alternativa de vida frente al consumismo del “american way of life”, raíces del
     blues rompiendo todas las fronteras sonoras de la mano de Jimi Hendrix, movimientos pacifistas
     ante la latente amenaza de una guerra nuclear. Collares, barba, pelos largos hasta la cintura,
     sandalias y ropajes extrañísimos sustituían trajecitos, cerquillos y botitas, ante la mirada atónita
     y temerosa de una sociedad que reaccionaba con virulencia al darse cuenta que, comparado con
     esto, lo anterior había sido un juego de niños. El beat había dejado de ser vanguardia. Y para que
     quedara claro, nuevos adjetivos debían incorporarse. La música (y la movida) que nos ocupa pasó
     a llamarse subterránea, progresiva, underground o, simplemente rock. Este rock se embanderaba
     con una perspectiva contracultural.


     Desde 1969 una camada de jóvenes compatriotas intentó emular a sus nuevos ídolos. Pero, para
     armar un grupito capaz de hacer versiones de esa gente, había que tener un guitarrista que pudie-
     ra simular a Hendrix o a Jeff Beck y un baterista que pudiera reproducir a Ginger Baker o a Mitch
     Mitchell. Comenzó entonces una especie de epidemia. Los adolescentes atrapados por este virus
     dedicaron largas horas de ensayo encerrados en su cuarto en busca del virtuosismo. La metodo-
     logía volvió a ser la misma que en la época de “los primeros conjuntos”: pasar el tema en el toca-
     discos decenas de veces hasta sacarlo y, luego, practicar mucho para poder repetir las notas a la
     velocidad adecuada. Es que todavía no habían llegado profesores, libros, partituras o videoclips.
     Más aún, los rostros de los artistas se conocían apenas por las fotos que, eventualmente, salían
     en las carátulas de los discos o en la revista argentina Pelo. No debe llamar la atención entonces

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la conmoción que generó el estreno de la película “Woodstock” el 8 de octubre del 70 en el cine 18
     de Julio. Vista por todos repetidas veces, hasta el hartazgo, hasta conocer sus detalles de memo-
     ria, “Woodstock” fue un nuevo elemento de quiebre en esta historia. En particular, la espectacular
     actuación de Santana abrió la cabeza de los rockers ortodoxos quienes comenzamos a aceptar las
     virtudes de una propuesta que el pionero Kinto había inaugurado algunos años atrás.


     La búsqueda de calidad dentro del género implicó, en principio, la imitación fiel del modelo llegado
     del norte, patrón obligado en una primera etapa. Ahora bien, ya en 1970, la necesidad imperante
     fue de afirmar también este género rockero en la realidad circundante, en las verdades propias,
     en la cultura de esta sociedad. El 12 de febrero de 1971 se realizaba en el Parque Harriague de la
     ciudad de Salto la última etapa del “Segundo Concurso Nacional de la Música y la Canción Beat”
     (una suerte de “Pilsen Rock” 38 años atrás), evento que se constituyó en la versión casera del fes-
     tival de Woodstock y que significó el punto de partida de un nuevo fenómeno. Tanto las bandas más
     rockeras (Génesis, Opus Alfa, Psiglo) como las del (mal llamado) candombe-beat (Tótem, Limonada,
     Sindykato, Siringa, Miguel y el Comité) elaboraron un repertorio original para ser cantado en nuestro
     idioma, dispuestos a presentarlo y defenderlo en cuevas, bailes, festivales y recitales.
                                                                                                             go l d coffee


     Mientras los discos de Zitarrosa, Viglietti y Olimareños seguían siendo los más vendidos en nues-
     tro país, mientras el pop liviano anglosajón y la “porteñada” argentina obtenían adhesiones ma-
     sivas (contando con la difusión incondicional de los grandes medios), una veintena de jóvenes
     comunicadores se ponían a trabajar para que la utopía de un “movimiento de rock uruguayo” se
     hiciera realidad.




                                                                                                                             the ki l l ers




                                                                                                             hojas



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genesis en e l teatro ga l p ó n




     jaime roos , 1 9 7 0   dino en 1 9 7 0




                                                                                                       tiempo de crisis




                                              de arriba hacia abajo . l os moon l ights , z ó ca l o
                                              jorge barra l con pappo .



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OPUS A LFA y DÍA S DE BLUES (1970-1974)




     Opus Alfa se inició en 1970 haciendo versiones de Ten Years After, Keef       con que interpretaban sus extensas improvisaciones.
     Hartley y Joe Cocker a partir del virtuosismo de un guitarrista de dieci-     A puro pulmón, ellos mismos lograron concretar la excelente idea de re-
     séis años llamado Daniel Bertolone. Con el ingreso de Jorge Graf (bate-       correr decenas de teatros barriales de Montevideo y Canelones, donde
     ría) y Jorge Barral (bajo), la banda arremetió el año 71 con un flamante      compartieron escenario con los grupos “locatarios”. Para cerrar este
     repertorio de temas propios, recorriendo desde el rock duro, el blues y       vertiginoso ciclo, nada mejor que cumplir con el ritual de un concierto en
     la fusión tanguera, hasta experiencias barrocas con violines, flautas y       el Teatro Solís y de presentarse en el “B.A.Rock III”, donde fueron desta-
     bandurrias. La propuesta fue presentada a sala llena el 4 de agosto en un     cados por la revista argentina Pelo como el mejor grupo del festival.
     concierto organizado por ellos mismos en el Estudio Auditorio del Sodre,
     sacro recinto que, un mes y medio antes que un incendio lo destruyera,        A pesar de la complicada situación política, social y económica que vi-
     resistió al mayor ataque de decibeles que su historia haya conocido. Unos     vía el país, este movimiento de rock uruguayo llegaba a su apogeo en
     meses de trabajo al tope con largas horas de ensayo, toques en cuevas,        1972. Sin embargo, no era razonable albergar demasiadas ilusiones. En
     festivales y recitales, grabación de un simple y un LP, culminaron con la     marzo del 73 el emblemático “Flaco” Barral emigraba a España, mien-
     participación de la banda en “B.A. Rock II” (junto a Tótem y Psiglo), el      tras Bertolone hacía lo propio en noviembre, unos días después de haber
     mega festival anual de la movida progresiva argentina.                        sido (con 20 años recién cumplidos) el único músico uruguayo de jazz
                                                                                   y rock que se animó a subir a tocar con el quinteto de jazz del notable
     Mientras críticos y seguidores aguardaban esperanzados un nuevo año           baterista Elvin Jones.
     del quinteto, Barral, Bertolone y Graf comenzaron a aparecer sorpresiva-
     mente como teloneros de “Pappo’s Blues”, “La Pesada” y “Huinca”, al-          Si bien Graf logró reformular la banda (un verdadero semillero de gui-
     canzando un impacto superior al de los ilustres visitantes argentinos. Ya     tarristas), las nuevas propuestas no intentaron rescatar la esencia del
     no había marcha atrás: Opus Alfa se desintegró y Uruguay tuvo su primer       Días de Blues original, aquel furioso trío que levantaba polvadera y rom-
     “power-trío”, ese monstruo de tres cabezas bautizado Días de Blues, que       pía varios parlantes.
     se convertiría en el favorito del circuito under por la inusual agresividad

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O P U S A LFA
                                                       In t e graci ón
                                                       Jesús Figueroa (voz principal).
                                                       Atilano Gil Losada (teclados y violín).
                                                       Daniel Bertolone (guitarras, flauta y voz).
                                                       Jorge “Flaco” Barral (bajo, guitarra acústica, bandurria y voz. 1971).
                                                       Jorge Graf (batería y violín. 1971).
                                                       Daniel Crapuchet (batería, 1970).
                                                       José Luis Siandre (bajo, 1970).


                                                       DÍ A S D E B L U E S
                                                       In t e graci ón p r i nci p a l
                                                       Daniel Bertolone (guitarras, armónica y voz).
                                                       Jorge “Flaco” Barral (bajo, guitarra acústica y voz).
                                                       Jorge Graf (batería).
                                                       Integrantes posteriores:
                                                       Ángel Armagno (bajo y voz).
                                                       Daniel Henestrosa (guitarra).
                                                       Freddy Ramos (guitarra).
                                                       Charlie Oviedo (bajo y voz).
                                                       José Pedro Beledo (guitarra y voz).
                                                       Gustavo “Mamut” Muñoz (bajo).

     O pus A l fa en B . A . R ock I I ( 1 9 7 1 ) .                                                                              En el SODRE.
                                                       D i scogra f ía e s e nci a l
                                                       “Opus Alfa” (1972, De la Planta).
                                                       “Días de Blues” (1973, De la Planta).
                                                       (Ambos reeditados parcialmente en el CD Nº 5 de
                                                       Colección Posdata-Sondor).
                                                       “Días de Blues” (CD, Akarma Records, 2001).
                                                       “Jesús Figueroa” (CD, Record Runner, 2004. Incluye los dos LP’s solistas
                                                       de Jesús Figueroa editados en 1973 y 1974).


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O pus A l fa en 1 9 7 0 .




60                               61
D ías de B l ues en B . A . R ock I I I ( 1 9 7 2 ) .   O pus A l fa en e l S O D R E .




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TÓ TEM (1970-1973)




     Durante los últimos meses de 1970 los templos subterráneos del Hot         Catorce meses después, el 9 de julio de 1972, una multitud calculada en
     Club de Montevideo fueron testigos de la preparación de un proyecto        2000 personas copaba la calle Buenos Aires al enterarse que no queda-
     singular: los jóvenes Enrique Rey y Daniel “Lobito” Lagarde (de 18 años)   ban entradas para el anunciado “Único Concierto de Tótem en el Teatro
     se juntaban con los “veteranos” Ruben Rada, Roberto Galletti, Eduardo      Solís”. El grupo ya había alcanzado el primer lugar de popularidad en
     Useta y Chichito Cabral con las intenciones de armar una banda de rock.    todo el país y llenaba todos los salones de baile cobrando la mayor ta-
     Claro, a partir del cúmulo de influencias de los más experimentados, el    quilla del medio.
     proyecto no podría dejar de tener en cuenta diversos tipos de fusiones
     con el jazz y ritmos latinos.                                              La presencia carismática de Rada, la pegada de algunas canciones, la
                                                                                categoría de los músicos y la explosiva base tuquera fueron, sin duda,
     Una vez pronto un primer repertorio, Tótem se inclinó por el nuevo sello   condiciones necesarias para tal logro. Pero hay otros elementos a tener
     discográfico “De la Planta” (Coyo Abuchalja – Carlos Píriz) que brinda-    en cuenta para entender cómo, en medio del auge de la “porteñada”,
     ba la posibilidad de grabar en los estudios ION de Buenos Aires con una    una propuesta vanguardista y cargada de “negritud” conceptual, logró
     panacea tecnológica de 4 canales comandada por el propio Píriz. Allí       traspasar las fronteras del movimiento. Entre ellos, la notable estrategia
     llegaron (vía Colonia) en la tarde del sábado 1º de mayo de 1971. Co-      publicitaria del manager López Domínguez y la responsabilidad asumida
     menzaron a grabar a la 1 de la madrugada del domingo y, a las 9 y media    por todos para llevar el proyecto adelante.
     de la mañana, ya estaban mezclados los 10 temas del LP. No se trataba
     de una excepción, eran las mejores condiciones con las que una banda       Además, Tótem era una cooperativa de siete integrantes (los músicos
     uruguaya podía contar.                                                     más López), en donde las ganancias se repartían en siete partes iguales
                                                                                con una transparencia inusual. Todo un entorno propicio para que estos
                                                                                músicos crearan, se divirtieran, trabajaran y fueran recompensados eco-
                                                                                nómicamente como pocas veces en sus vidas.


64                                                                                                                                                           65
In t e graci ón p r i nci p a l
     Enrique Rey (guitarra y voz).
     Eduardo Useta (guitarra y voz).
     Ruben Rada (voz y percusión).
     Daniel “Lobito” Lagarde (bajo y voz).
     Mario “Chichito” Cabral (percusión).
     Roberto Galletti (batería). (1971).
     Santiago Ameijenda (batería). (1972-1973).


     O t ros i n t e gran t e s
     Tomás “Chocho” Paolini (saxo). (1973).
     Roberto Giordano (bajo). (1973).


     D i scogra f ía e s e nci a l
     “Tótem” (1971, De la Planta).
     “Descarga” (1972, De la Planta).
     (Ambos reeditados en CD por Sondor, 1995).
     “Corrupción” (1973, De la Planta).
      (Reeditado en el CD Nº 6 Colección Posdata-Sondor).


     Cabe aclarar que el movimiento de rock uruguayo de los primeros 70 fue
     totalmente comparable (en términos relativos con la cantidad de ha-
     bitantes) con su similar argentino. Y, al igual que este, se desarrolló en
     un contexto under. Solamente Tótem (y luego Psiglo) lograron alcanzar
     un “éxito masivo”.




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PSIGLO (1970-1975)




     “Los que aún no han comprado el Primer Psimple de Psiglo están para el       Psiglo había desplazado a Tótem del trono y el año del golpe de Estado
     Psiquiatra” rezaban los carteles que plomos y los propios músicos ha-        los encontraba en su mejor momento. Grupo estelar de Discodromo, ofi-
     bían pegado por 18 de Julio. En ambos temas del disquito (que sonaba         cina propia en el Palacio Salvo, decenas de presentaciones (incluido un
     increíblemente bien), pero fundamentalmente en los 6 minutos y medio         Teatro Solís con más público que localidades), especiales de TV (el “Te-
     de ‘Gente sin camino’, quedaba definido el estilo del grupo, totalmente      lesuceso del Psiglo”), alquiler de una casa destinada exclusivamente a
     emparentado con bandas como Uriah Heep y Deep Purple, gracias a la           sus ensayos, inversiones en una chacra propia, hasta llegar al proyecto
     incansable batería de Farrugia, la galáctica voz de Melogno, la correc-      de una “productora latinoamericana” conjuntamente con Los Jaivas de
     tísima viola de Cesio, y al sonido tan particular del gigantesco órgano      Chile, Polen de Perú y sus amigos argentinos de Arco Iris (liderados por
     Hammond de García.                                                           Santaolalla, productor y actual músico de Bajofondo).

     La “locura” de los cinco integrantes sumó energías que permitieron al-       En 1974 Psiglo grabó su segundo LP en los estudios Music Hall de Buenos
     canzar varios hitos dentro de esta historia. Para empezar, el rotundo        Aires. Lamentablemente, los mil vinilos ya prensados de “Psiglo II” fue-
     éxito de ‘Vuela a mi galaxia’, incluido en un segundo simple, que llegaría   ron quemados antes de salir de Argentina respetando la sugerencia que
     a obtener el primer “disco de oro” para el rock uruguayo. Mientras tanto,    hiciera llegar nuestro gobierno cívico militar. La caída fue estrepitosa y
     el técnico Hugo Manzini hacía maravillas en la consola de dos canales de     la emigración inminente. Con algunos cambios en su formación, parte
     Sondor aprovechando las 200 horas de grabación para los 5 temas que          del grupo se radicó en España, al tiempo que aquellos coqueteos con el
     completarían el retrasado LP. Editado en julio de 1973, “Ideación” tras-     rock progresivo sinfónico fueron llevados a su máxima expresión por Fa-
     pasó las fronteras del movimiento rockero convirtiéndose en un favorito,     rrugia dentro de la banda argentina Crucis. El 30 de marzo de 1993 miles
     tanto de la “intelectualidad”, como de la militancia izquierdista juvenil.   de uruguayos de dos (tal vez tres) generaciones coparon la estación de
                                                                                  AFE para disfrutar del primer gran “revival” del rock nacional. Esa noche
                                                                                  Psiglo protagonizaba otro hecho inédito en nuestra historia.


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In t e graci ón p r i nci p a l
     Ruben Melogno (voz principal).
     Luis Cesio (guitarra y coros).
     César Rechac (bajo y coros).
     Jorge García (teclados).
     Gonzalo Farrugia (batería).


     O t ros i n t e gran t e s
     Carmelo Albano (batería, 1970-1971).
     Julio Dallier (guitarra, 1970-1971).
     Gustavo “Mamut” Muñoz (bajo). (1974).
     Charlie Oviedo (bajo). (1974).
     Hermes Calabria (batería). (1974).


     D i scogra f ía e s e nci a l
     “Ideación” (1973, Clave).
     “Psiglo II” (grabado en 1974, editado en 1981 por Clave).
     (Ambos reeditados en el CD “Psiglo 1 y 2”, Sondor, 1993).
     Primer simple con ‘En un lugar un niño’ y ‘Gente sin camino’ reeditados
     en CD respectivamente en “Discodromo” (Sondor 1999) y “Rock Nacional
     71-76” (Sondor 1993).


     En Madrid, los muchachos de Psiglo continuaron su carrera como músicos
     profesionales, integrando varias bandas y creando “Rockservatorio”, la
     primera academia musical dedicada exclusivamente al rock, al tiempo
     que Hermes Calabria (que había viajado en lugar de Farrugia) se consti-
     tuía en miembro fundador de Barón Rojo, banda heavy de gran trascen-
     dencia en toda Europa.




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76   77
P sig l o en 1 9 7 0 .




78                            79
OPA (1972-1978)




     El “clima de miedo” y la represión gubernamental hacia diversos sectores     Desde el exterior no nos llegó a tiempo la malévola voz de Johnny Rotten
     de la sociedad uruguaya no nacieron el día del golpe de Estado (27/6/73).    (Sex Pistols) interpretando ‘Anarchy in the UK’, sino el toque de una banda
     Sin embargo, y a pesar de constituirse en el año del auge de Psiglo, 1973    tan exquisita como Wheather Report, pero que incluía permanentes aires
     significó el punto de partida de un sistemático y acelerado proceso de       candomberos. ¡Flor de sorpresa! … eran uruguayos.
     deterioro de esta movida cultural. Los recitales y festivales se transfor-
     maron entonces en “conciertos de despedida” de artistas que decidían         Ringo Thielmann, Hugo y Osvaldo Fattoruso habían formado Opa en 1972
     emigrar, mientras los pocos que se quedaban tenían que abandonar su          para ganarse la vida tocando en locales de varias ciudades norteameri-
     actividad temporalmente. Para comienzos de 1975 todo se había acabado.       canas. Desde 1973 el grupo fue soporte de Airto Moreira y de la cantante
     Con un movimiento de rock uruguayo extinguido, aún estábamos lejos de        Flora Purim, acompañándolos en giras y participando en el LP “Fingers”
     imaginar qué nos esperaba una década de desolación.                          de Airto. Durante esa etapa Opa editó “Goldenwings” (1976) y “Magic
                                                                                  Time” (1977, éste con Rada), dos trabajos admirados dentro del circuito
     Obviamente existieron bandas (como Parvas y Siddhartha) y solistas           norteamericano de músicos de jazz que permitieron a Hugo figurar en
     (como Mateo, Darnauchans, Dino, Galemire y Roos) que generaron acon-         algunas encuestas como uno de los mejores tecladistas del momento.
     tecimientos de relevancia durante el triste panorama de la segunda mi-       Estas dos obras tuvieron una importante repercusión y el “sonido OPA”
     tad de los 70. Pero funcionaron solamente como focos aislados. En pleno      influyó decididamente en la evolución de la fusión dentro de la música
     auge de las discotecas dominadas por la música “disco” de Travolta, los      del Río de la Plata.
     refugios rockeros apenas podían encontrarse en esporádicos recitales,
     en aquel cine que pasaba “The song remains the same”, o en el programa
     Meridiano Juvenil, paradójicamente emitido por la radio oficial.




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In t e graci ón p r i nci p a l                                           La propuesta estética más emparentada con el legado de los Beatles, el
     Hugo Fattoruso (teclados y voz).                                          candombe–beat, las baladas y las tradiciones latinoamericanas mantuvo
     Osvaldo “George” Fattoruso (batería y voz).                               una continuidad evolutiva. Además de Opa, y ya fuera desde el exterior
     Hugo “Ringo” Thielmann (bajo).                                            o en casa (entre prohibición y prohibición), fueron esencialmente los
                                                                               cantautores como Rada, Mateo, Dino, Darnauchans, Galemire, y los casi
     O t ros i n t e gran t e s                                                debutantes Jaime Roos, Jorge Lazaroff, Mauricio Ubal y Fernando Cabrera
     Ruben Rada (voz y percusión). (1977).                                     quienes continuaron creando. Por su parte, la corriente más rockera corrió
     Invitados: Hermeto Pascoal, Airto, Barry Finnerty, Flora Purim.           peor suerte: se borró del mapa como si nunca hubiese existido.

     D i scogra f ía e s e nci a l                                             Hugo y Osvaldo Fattoruso estaban radicados en USA desde 1969. Airto
     “Goldenwings” (1976, Milestone).                                          Moreira fue un reconocido percusionista y músico brasileño que trabajó
     “Magic Time” (1977, Milestone).                                           con Wheather Report, Chick Corea y Return to Forever. Además de dos
     (Ambos con varias reediciones en CD, en particular “The Candombe Jazz’n   composiciones de Hugo, el LP “Fingers” contiene una versión de ‘Dedos’,
     Funk Vibe”, Nuevos Medios, España, 2003).                                 el éxito de Tótem que precisamente da nombre a este disco. Opa se pre-
     “Opa en vivo” (LP, Orfeo, 1987).                                          sentó por primera vez en Uruguay en 1981. Esa presencia temporal llevó
     “Back Home” (CD, Perro Andaluz, 1996 y Vampi Soul 2003).                  a los hermanos Fattoruso a formar Barcarola, junto a Eduardo Márquez
                                                                               y Pippo Spera, otros dos nombres emblemáticos que venían de trabajar
                                                                               junto a Milton Nascimento y Geraldo Azevedo.

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84   85
dino , 1 9 8 0 .




                                                              siddhartha .       JAIME ROOS.




     ga l emire , 1 9 7 5 .   J orge “ F l aco ” B arra l .




86                                                                                             87
L A GENER ACIÓN “GR A FFITI”




     Con el “rock sinfónico” y el “jazz rock” aquella música inicialmente catalogada como el “ritmo de la
     delincuencia infanto juvenil” había alcanzado un nivel de sofisticación inimaginable en sus comien-
     zos. Llegados a este extremo, una porción importante de los nuevos adolescentes se aburría de las
     propuestas de corte casi “académico” y detestaba los palacios donde dormían las superestrellas.
     La historia del rock había cerrado su primer gran ciclo y algo realmente fuerte tenía que ocurrir.


     En 1975, e inmersos en una crisis económica que llevó al desempleo masivo, los hijos de la clase
     obrera londinense se congregaron en casas abandonadas para idear una nueva forma de trans-
     gresión frente a los corsés estéticos y los convencionalismos de una sociedad a la que no querían
     pertenecer. Nuevas bandas como Sex Pistols, The Damnned y The Clash comenzaron a plantear una
     propuesta que encajaba perfectamente con esa filosofía de incomodar el “buen gusto” establecido.
     En ese mismo momento, el bar CBGB de los barrios bajos de Nueva York abría sus puertas a los
     desconocidos The Ramones, quienes sentaban las bases del punk rock con una distorsión pulsante
     de guitarra que exacerbaba el “pogo” de la pequeña audiencia.
     En la pureza de su origen, la cultura punk reaccionó contra sus predecesores con virulencia y ra-
     bia, reivindicó el amateurismo, las canciones cortas y la furia al comentar el mundo circundante,
     generando así una original reinvención de la rebeldía del primer rock’n’roll.


     Mientras tanto, en Uruguay aumentaba la cantidad de gente que se sumaba al “Canto Popular”,
     un movimiento que alcanzó un auge masivo entre 1979 y 1984. El “Canto Popu” significó la mayor
     expresión de resistencia contra la dictadura y permitió a sus seguidores canalizar una militancia
     que estaba prohibida en cualquier otro campo. Desde el punto de vista musical estuvo mayorita-

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riamente basado en una aceptación casi ortodoxa del folclorismo acústico tradicional, negándose
     a cualquier otro tipo de fusión que no fuese con la murga, algo de candombe y otras tradiciones
     latinoamericanas. También contaban mucho ciertas normas de comportamiento personal, con
     códigos que connotaban seriedad, austeridad, humildad, autocrítica y emoción contenida. La
     dictadura, y el “programa de emergencia” cultural que la combatía, continuaban cercenando las
     posibilidades de un rock local.


     Sin embargo, el 25 de diciembre de 1985 unos 5000 jóvenes llenaron el Teatro de Verano para
     presenciar las actuaciones de Los Estómagos, Los Traidores, Neoh 23, ADN, Zero y Los Tontos. Se
     trataba de la presentación en vivo del compilado “Graffiti” y la confirmación del despegue de una
     nueva movida que había logrado romper las cadenas que oprimían al rock local.


     ¿De dónde habían salido estos muchachos? … que, a contramano del “Canto Popu” coreaban: “La
     música está enferma / nosotros también / para recuperarla / hay que volverla a romper”.




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LOS ES TÓM AGOS (1983-1989 )




     “El Templo del Gato” fue una itineraria peña rocanrolera subterránea que   El 27 de noviembre de 1983 un “Río de Libertad” de medio millón de uru-
     fundó Eduardo “Gato” Oviedo al regresar de su exilio en Venezuela. A pe-   guayos se congregaba para escuchar la voz de Alberto Candeau leyendo
     sar de su amor por el blues y la psicodelia de los 60, el “Gato Eduardo”   una proclama que exigía elecciones sin excluidos. A los pocos días, Los
     mantuvo abierta su cueva porfiadamente durante años para que pudieran      Estómagos generaban un escándalo mayúsculo en la audiencia televisi-
     debutar grupos de todos los estilos, sin importarle los desenlaces con-    va del programa Telecataplúm al presentarse con su estética visceral (y
     flictivos de dichas performances. Una de las primeras bataholas que se     unos raros pelos de punta) interpretando el tema ‘La barométrica’. Así,
     armó en el Templo ocurrió la noche del 7 de agosto de 1983, a partir de    pateando el tablero, habían ganado la partida inicial y abierto el camino
     la actuación en plan punk de un grupo que provenía de Pando. De hecho,     para la inexorable aparición de otras bandas.
     los muchachos (alrededor de los 18 años) habían definido su integra-
     ción en enero, cuando veraneaban en Costa Azul, momento en que los         A tres años de la edición del “London Calling” de los Clash y de la des-
     canarios Gustavo Parodi, Fabián “Hueso” Hernández y Gustavo Mariott        integración de Joy Division; la evolución de la New-Wave y del pos-punk
     admitían al montevideano Gabriel Peluffo como cantante. La obtención       español dieron lugar a toda una gama de influencias que Los Estómagos
     del primer lugar en un concurso menor en la ciudad de San José hubiese     canalizaron en una propuesta propia, siempre reconocible a partir del
     pasado inadvertida si no fuera por la elección del tema “editado” que      emblemático timbre de voz de Peluffo, cuyas corridas y saltos a lo largo
     debían versionar. En lugar de sus preferidos de las bandas contempo-       de todo el escenario generaban una actitud escénica nunca antes vista.
     ráneas del rock español (que nadie iba a conocer), se decidieron por el    Los textos y la música de sus 4 LP’s los muestran lúcidos, tanto al tran-
     tango ‘Cambalache’ (en onda “ramonística”), quedando patente de ese        sitar caminos dark como en el primero (que termina con un seco disparo
     modo su concepción nihilista y la ausencia de herencias musicales rio-     de pistola) y el tercero (de la macabra muñeca), como al momento de
     platenses más cercanas en el tiempo.                                       componer canciones que llegarían a trascender el paso del tiempo. Tan
                                                                                sólo algunas de las razones por las cuales se los considera mucho más
                                                                                que los pioneros del resurgimiento del rock en Uruguay.
     FOTOGRAFÍA : RODOLFO FUENTES



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In t e graci ón
     Gabriel Peluffo (voz).
     Gustavo Parodi (guitarra).
     Fabián “Hueso” Hernández (bajo).
     Gustavo Mariott (batería 1983- 85).
     Leonardo Baroncini (batería 1985-86).
     Marcelo Lasso (batería 1986-89).
     Andy Adler (guitarra octubre 1983- enero 84).
                                                                              FOTOGRAFÍA : RODOLFO FUENTES

     D i scogra f ía e s e nci a l
     “Tango que me hiciste mal” (1985, Orfeo, reeditado en CD por Bizarro).
     “La ley es otra” (1986, Orfeo, reeditado en CD por Bizarro).
     “Los Estómagos” (1987, Orfeo).
     “No habrá condenado que aguante” (1988, Orfeo).


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FOTOGRAFÍA : MARCELO ISARRUALDE   RODOLFO FUENTES




     FOTOGRAFÍA : MARCELO ISARRUALDE


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BUIT RES DESPUÉS DE L A UN A (1989 - )




     En noviembre de 1989 (tres meses después del recital “Despedida de       D i scogra f ía d e B u i t r e s
     Estómagos”), José “Pepe” Rambao se unió a Parodi y Peluffo para for-     “Buitres después de la una” (1990, Orfeo).
     mar Buitres Después de la Una. Luego de sortear varias etapas de lu-     “La bruja” (1991, Orfeo).
     cha permanente por sobrevivir, la polenta de la banda y las decenas de   “Maraviya” (1993, Orfeo).
     himnos compuestos generaron una profunda, duradera e íntima relación     “Deliciosas criaturas perfumadas” (1995, Orfeo).
     con un amplio público rockero proveniente de los más diversos barrios    “El amor te ha hecho idiota” (1996, Orfeo).
     y clases sociales. Merecidamente, los Buitres alcanzaron la cima y aún   “Rantifusa” (1998, Dakar, reeditado por Koala).
     se mantienen en ella.                                                    “10 años en vivo” (2000, Bizarro).
                                                                              “Buena suerte… hasta siempre” (2001, Bizarro).
     In t e graci ón d e B u i t r e s                                        “Mientras” (2003, Koala).
     Gabriel Peluffo (voz y armónica).                                        “Periplo” (2004, Koala).
     Gustavo Parodi (guitarra y coros).                                       “17 años en vivo” (2006, MMG).
     José “Pepe” Rambao (bajo, coros y guitarra).                             “Canción de cuna para vidas en jauría” (2007, MMG).
     Bateristas: Marcelo Lasso (1989 - 1998), Irvin Carballo (1998 - 1999),
     Jorge Villar (2000 - 2006), Nicolás Souto (desde 2006).                  Referencias bib l iogr á ficas
     Orlando Fernández (bajo, desde 2005).                                    Gabriel Peveroni, Fernando Peláez: “Rock que me hiciste mal”. Ed.
                                                                              Banda Oriental (Diciembre, 2006)




     RODOLFO FUENTES


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10 0   10 1
10 2   10 3
LOS T R AIDORES (198 4 -2000 )




                                         Así como había ocurrido en los primeros 70, una nueva camada de jóve-        hallaban interlocutores con quienes dialogar. Su poética podía pasar de
                                         nes comunicadores jugó un papel crucial en la difusión del nuevo fenó-       denuncias duras y directas a textos e imágenes sutiles, como ese men-
                                         meno. Fundamentalmente los nucleados en la radios de FM “El Dorado”          saje que abre su primer LP… con el sonido de un discado telefónico que
                                         y “Emisora del Palacio”, y también Alfonso Carbone, quien al regresar        terminaba dando ocupado …
                                         de un extenso viaje europeo comenzó a influir en el gusto de las nuevas
                                         generaciones y a modelar la propia estética de las bandas que surgían.       Además de ‘La lluvia cae sobre Montevideo’ y ‘Juegos de poder’ (que ha-
                                         Durante 1985 Carbone fue el productor del primer LP de Estómagos y tuvo      bían sido editados en “Graffiti”), el disco incluía futuros himnos como
                                         la visión de publicar el compilado “Graffiti”, que fue presentado en vivo    ‘La muerte elegante’, ‘Viviana es una reaccionaria’ y ‘Flores en mi tumba’
                                         el 25 de diciembre ante un Teatro de Verano colmado de público.              (con claro aire de milonga), que sustituían a los 5 temas (entre ellos, el
                                                                                                                      que daría el nombre al LP), que acababa de autocensurar el sello Orfeo por
                                         El importante espacio ganado tiene un mérito adicional ya que fue ges-       considerarlos demasiado “fuertes” para la Ministra de Educación y Cultura.
                                         tado dentro de un clima bastante hostil y conflictivo. Mientras la policía
                                         democrática volvía a la nefasta práctica de las razzias, varios intelec-     “Montevideo agoniza” fue editado en 1986 y aún hoy es considerado uno
                                         tuales editorializaban su rechazo frontal hacia este movimiento, ya fuera    de los mejores discos de la historia del rock uruguayo. Las líneas del bajo
                                         por sus contenidos artísticos o por la forma de plantarse ante la nueva      de “Pato” Dana, los ambientes paralelos creados por las melodías del
                                         realidad social y política que vivía el país.                                excelente guitarrista Víctor Nattero y la presencia carismática de Juan
                                         Llamarse Los Traidores, ponerse jeans rotos, gabardinas y gachos tan-        Casanova (la otra voz emblemática de la generación) lograron plasmar
                                         gueros no parecía encajar con la “seria” algarabía del regreso a la de-      en la grabación esa mezcla de furia vital y duro existencialismo que la
                                         mocracia. Pero a estos muchachos callejeros (que no tenían ropa ni ins-      banda emanaba en sus presentaciones.
                                         trumentos para elegir), les importaba un bledo. Ellos encontraron en la      Los Traidores habían generado uno de los proyectos más explosivos e
                                         estética punk la mejor forma de insertarse en un mundo en el que no          interesantes de la contracultura del momento y estaban destinados a
       FOTOGRAFÍA : MARCELO ISARRUALDE                                                                                constituirse en una banda de culto dentro de esta historia.

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D i scogra f ía
                                                     “Montevideo agoniza” (1986, Orfeo, reeditado en CD en 2007 por Bi-
                                                     zarro).
                                                     “En cualquier parte del mundo” (1987, Orfeo).
                                                     “Traidores” (1988, Orfeo).
                                                     “La lluvia ha vuelto a caer” (1992, Orfeo).
                                                     “Radio Babilonia” (1995, Monitor).
                                                     “Traidores en la profunda noche” (1998, Koala).
                                                     “Traidores en vivo y en directo” (2000, A. N. P.)
                                                      “Primavera digital” (2002, Koala).

                                                     Referencias bib l iogr á ficas
                                                     Gabriel Peveroni, Fernando Peláez: “Rock que me hiciste mal”. Ed.
       In t e graci ón                               Banda Oriental (Diciembre, 2006)
       Juan Casanova (voz).
       Víctor Nattero (guitarra).                    Desde su labor periodística y en los ciclos de Meridiano Juvenil (junto
       Pablo “Pato” Dana (bajo).                     a Deco Núñez), Raúl Forlán y Guillermo Baltar argumentaban en contra
       Alejandro Bourdillón (batería 1984- 86).      de la connotación imperialista (y hasta antidemocrática) que algunos
       Caio Martínez (teclados 1987-88).             querían adjudicar al movimiento rockero. Temas como ‘Blanca’ de ADN
       Marcelo Olivera (batería 1986-88, 1991-92).   (sobre los desaparecidos), ‘Razzia’ de Guerrilla Urbana, ‘Torturador’ de
                                                     Estómagos, ‘Riga’ de Zero y la clasista ‘Barrio Rico’ de Traidores, cons-
       Daniel Bonilla (bajo 1991-92).                tituyen una pequeña muestra de las canciones que tiran al piso aquella
       Daniel Jacques (bajo 1994-95 y 2000).         absurda asociación.
       Andrés Arrillaga batería (1994-95).
       Roberto Rodino (batería 1998).
       Fernando Alfaro (batería 2000).




10 6                                                                                                                             10 7
10 8   10 9
LOS TON TOS (1983-1988)




      El compilado “Graffiti” también incluyó otras canciones de valor, como      El rock nacional se consolidaba entre 1986 y 1987 con una serie de hitos
      ‘Riga’ de Zero, banda techno que alcanzaría su mejor momento en 1987        destacables. El festival “Montevideo Rock I” realizado durante tres días
      con la edición de su (único) LP “Visitantes”. Pero la que logró el mayor    de noviembre del 86 en la Rural del Prado (con Sumo, Fito Páez, La Torre,
      efecto sorpresa fue ‘Himno de los conductores imprudentes’ de Los Ton-      Git y Legiao Urbana, además de 30 grupos uruguayos y dos chilenos),
      tos (con música de Mandrake Wolf), conocida popularmente como “la           ediciones de varios discos (algunos grabados en Buenos Aires), progra-
      canción del puré” que, apoyada en un ocurrente videoclip, se convirtió      mas de radio y TV (como “La cueva del Rock” conducida por los propios
      en el mayor “hit” de esta etapa.                                            Tontos), suplementos de diarios, fanzines (GAS, Suicidio Colectivo), ci-
                                                                                  clos culturales (“Cabaret Voltaire”, “Arte en la lona”, los “Circos” del
      Los Tontos escaparon al mayoritario estigma oscuro y desencantado de        Parque Batlle), el documental “Mamá era Punk”, apertura de diversos
      los primeros grupos del rock pos-dictadura dejando aflorar un humor         pubs (como “Laskina”). El programa “Video Clips” festejaba sus 250
      absurdo, cínico y hasta provocativo, dentro de una propuesta musical        emisiones con un festival colectivo trasmitido en directo por radio y TV
      eminentemente pop y New Wave. Desde la elección de sus apodos: Cal-         (editado luego en “Rock en el Palacio”) mientras el “Día Pop” hacía lo
      vin Rodríguez, Renzo Teflón y Trevor Podargo (que el público creyó como     propio con una gran reunión en el Teatro de Verano.
      nombres reales, no reconociendo que el baterista era el mismo de los
      Estómagos), hasta aquella ambigua imagen punk-carnavalera que ge-           En medio de toda esta efervescencia, Los Tontos fueron el grupo que
      neraban sus disfraces al momento de tocar. Y, por supuesto, pasando por     alcanzó la mayor popularidad, llegando al “disco de oro” en sus dos pri-
      las decenas de postales bizarras en temas intitulados ‘La gordita 103’,     meros LP’s. Y también fueron los más agredidos por parte de un sector
      ‘Pasame la escoba’, ‘El geronticida’, ‘¿Conoce Ud. a Fuko?’, ‘Mi guater-    que confundió frescura e inteligencia con banalidad y frivolidad.
      cló azul’, ‘Elmer el gruñón’, ‘Los que salen en revistas’, ‘Oídos nariz y
      garganta’, ‘Menéndez el demente’ que incluía acrobacias verbales: ¿ves
      ese vejete enclenque? / que pretende meter / el flete en el pesebre? / Es
      Menéndez el demente / el gerente mequetrefe …

110                                                                                                                                                           111
In t e graci ón p r i nci p a l
      Renzo Guridi (“Renzo Teflón”) (bajo y voz principal).
      Fernando Rodríguez (“Calvin”) (guitarra y coro).
      Leonardo Baroncini (“Trevor Podargo”) (batería y coro).


      D i scogra f ía
      “Los Tontos” (1986, Orfeo, reeditado en CD en 2007 por Bizarro).
      “Los Tontos al natural” (1987, Orfeo).
      “Chau Jetón!” (Orfeo, 1988).
      “Los archivos secretos del Dr. Teflón” (1999, Obligado).
      “Descafeinados” (2000).

      Referencias bib l iogr á ficas
      Gabriel Peveroni, Fernando Peláez: “Rock que me hiciste mal”. Ed.
      Banda Oriental (Diciembre, 2006)



      El entusiasmo de esta movida se veía amplificado por una suerte de sen-
      timiento fundacional. Músicos y público estaban convencidos de estar
      protagonizando un hecho inédito en nuestro país. Y los medios contri-
      buían a afianzar esa percepción. La entrañable El Dorado FM organiza-
      ba el “Primer certamen de rock uruguayo”, mientras el diario El Día se
      olvidaba de su propio suplemento “La Nueva Gente” catalogando a “Día
      Pop” como “el primer suplemento para la juventud de Uruguay”. Más que
      parricidio (como en Londres) se trataba de orfandad, pues se ignoraba
      todo lo que había ocurrido previamente en Uruguay. El quiebre provocado
      por la dictadura había sido brutal.




                                                                                FOTOGR AFÍA : FABIA N OLIVER


112                                                                                                            113
11 4   115
FOTOGRAFÍA : MARCELO ISARRUALDE




116                                     117
20 bandas de rock uruguayo
20 bandas de rock uruguayo
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20 bandas de rock uruguayo

  • 1.
  • 3. EMBAJADA DE ESPAÑA EN URUGUAY Centro Cultural de España en Montevideo Hortensia Campanella DIRECTORA Enrique Mrak DIRECTOR DEl área de actividades académicas 20 BA NDA S orien ta l e S DEL SIGLO X X Organiza
  • 4. URUGUAY EN ROCK El Centro Cultural de España en Montevideo tiene entre sus objetivos llegar a todos los públicos, a las diferentes sensibilidades, a las sucesivas generaciones. En este sentido creemos que organizar una muestra sobre el rock uruguayo es una magnífica oportunidad para lograrlo. Esperamos que el atractivo de los contenidos, el enfoque humano que quisimos darle, haga de esta exposición un llamador para todos. La mayoría de los nacidos a partir de los años 40, e incluso antes, han vivido tocados por esa música. Cada una de las generaciones siguientes ha disfrutado, cantado o bailado al compás de ese crisol de ritmos que es el rock. Mucho más que una música, todo un ambiente cultural rodea a quienes visiten esta exposición debida al cuidado de un especialista, Fernando Peláez. El recorrido por una parte emblemática de la historia del rock uruguayo -“veinte bandas orientales”- aparece como destaque simbólico de la cultura urbana del país en situaciones históricas complejas y ricas. Esperamos que no sea solo memoria y saber enciclopédico, ambos aspectos importantes, sino también vivencia personal, asombro y emoción para cada uno de los visitantes. H O R T E N SI A C A M PA N ELL A DIRECTORA
  • 5. ROCK URUGUAYO / 20 BANDAS ORIENTALES DEL SIGLO XX ÍNDICE Embajada de España en Uruguay Centro Cultural de España en Montevideo DIRECTORa Hortensia Campanella 9 . introducció n DIRECTOR del área de actividades académicas Enrique Mark 13 . LOS IR ACUN DOS 19 . LOS SH A K ERS Gestión Cultural 2 7. LOS MOCKERS Cristina Sánchez, Victoria Estol 3 5 . LOS DEL F IN ES Diseño de catálogo 4 3 . EL K IN TO Alejandro Schmidt 4 9 . L A “PROGRESI VA” DE LOS 70 57. O PUS A L FA y DÍ A S DE BLUES Corrección María José Larre Borges 6 5 . TÓT EM 73 . P SIGLO curaduría y textos 81. O PA Fernando Peláez Bruno 8 9 . L A GENER ACIÓ N “GR A F F I T I” Diseño de logotipo de l a exposición 9 3 . LOS ES TÓ M AGOS Alejandra Larregui 9 9 . los buitres 1 0 5 . LOS T R A IDORES Fotografías Salvo las indicadas especialmente, las fotos que aparecen en este catálogo 1 11. LOS TO N TOS corresponden a material de difusión, o fueron cedidas por los músicos de 1 19 . L A TA BA RÉ sus archivos personales 2 7. 1 EL CUA RT E TO DE N OS 1 3 5 . NÍQUEL Diseño de montaje Claudia Schiaffino, Paula Villalba 1 4 3 . CHO P PER 1 51. LA TRAMPA Diseño gráfico y audiovisual de l a exposición 1 5 9 . TROTSKY VENGARÁN Alejandra Larregui, Gustavo Bentura 1 67. LA ABUELA COCA Col aboradores 1 75 . EL PEYOTE ASESINO Marcelo Barindelli, Lil Cetraro, Catherina Dolinsky Federico García, Viviana Guridi, Fabián Scavone
  • 6. IN T RODUCCIÓN Este año se cumple un cuarto de siglo del resurgimiento del rock en Uruguay. Luego de casi una dé- cada de desolación, el movimiento pos dictadura arremetió con furia y rebeldía, apoyándose en sus cercanas influencias del punk, del heavy o de la new wave. El quiebre había sido tan profundo que casi todos creían estar protagonizando un hecho inédito en nuestro país. Sin embargo, doce años antes, otros jóvenes habían vivido una experiencia similar con aquella movida de “música progre- siva” que alcanzó una importante proyección artística y cultural. Más aún, ya han pasado más de 40 años desde que nuestro beat se popularizara en el Río de la Plata y gran parte de Sudamérica. Hoy los puentes están tendidos y podemos reconocer que el rock uruguayo de todas las épocas ha E l “ nue v ao l ero ” B eto triunfo junto a futuros demostrado ser un fenómeno auténtico, cabezón y peleador. Fueron muchos los grupos, solistas, integrantes de los delf ines . músicos y comunicadores de todo el país que lucharon por su supervivencia, sin imaginarse que iba a ocupar un lugar tan singular durante la primera década del nuevo milenio. Los Iracundos, Los Shakers, Los Mockers, Los Delfines, El Kinto, Opus Alfa (y Días de Blues), Tótem, Psiglo, Opa, Los Estómagos (y Buitres), Los Traidores, Los Tontos, El Cuarteto de Nos, La Tabaré, Níquel, Chopper, La Trampa, Abuela Coca, Trotsky Vengarán y Peyote Asesino son las emblemáticas bandas que hemos elegido para esta muestra. Mediante la exposición de fotos, carátulas, afiches, volantes, material audiovisual y todo tipo de memorabilia, esperamos recorrer la historia de las diferentes etapas y vertientes del rock uruguayo del siglo XX. p ú b l i co e n m on t e v i d e o rock 1 .
  • 7. A N TE C E D E N TE S Si bien las películas “¡Salvaje!” (con Marlon Brando), “Rebelde sin causa” (con James Dean) y “Semilla de maldad” (que empezaba con ‘Rock alrededor del reloj’) habían lanzado el prototipo de la rebeldía juvenil, la alarma se encendió en nuestro país hacia finales de 1956 con el estreno simultáneo de “Al compás del reloj” y “Rock, rock, rock”, dos musicales dedicados al flamante rockabilly. Durante la proyección de las mismas centenares de muchachitos saltaron frenéticos sobre las butacas, mientras los restantes osaron bailar en los pasillos de los sacros cines Plaza y Censa, generando así un escándalo sin precedentes. Ya en los Estados Unidos este fenómeno había sido definido como “el medio para rebajar al hombre blanco al nivel del negro”, insulto racista lanzado ante la impotencia de observar cómo los jóvenes blancos comenzaban a sentir atracción por propuestas que tenían sus raíces en músicas creadas por, y para, las comunidades negras. Pero, ¿por qué los padres uruguayos también reaccionaban con similar virulencia? ¿Era el tipo de música? ¿La forma de bailar? Más que eso, parece haber sido una suerte de rechazo ante la ges- Los M a rtin B r ot h er s . tación de una cultura juvenil que excluía a los mayores y que amenazaba con romper la estructura de la sociedad establecida. En todo el mundo occidental los nuevos teenagers (entre trece y dieci- En 1962 fue estrenado “El Club del Clan”, un nuevo programa de televisión argentino destinado nueve años) no querían ser niños ni adultos y el rock resultaba la compañía ideal en esa búsqueda a promocionar los (supuestos) representantes de la (también inventada) “Nueva Ola” (entre los de identidad generacional. que saldrían Palito Ortega y Violeta Rivas). Este show se montaba intentando simular una cierta estética de desparpajo, siempre inofensivo y sin transgresiones, logrando consolidar la imagen de El demonio pareció calmarse a finales de la década del 50, ingresando en una corta etapa de una juventud alegre, sonriente y sin ningún ánimo de rebeldía. Los padres y abuelas veían enton- incertidumbre dentro de la historia de ese fenómeno cultural y musical que hemos convenido en ces con grata complacencia a este grupo de chicos prolijos, confiables, con modales estudiados, denominar simplemente “rock”. En efecto, a menos de cinco años de su aparición, el furibundo que le cantaban al amor y a las flores a través de melodías prefabricadas y pegadizas. El éxito rock’n’roll original entraba en una profunda crisis como consecuencia de una serie de aconteci- D e arriba hacia abajo . Les S ons , Los J u nio r S w in g , El alcanzado por el Club del Clan en ambas orillas del Plata fue descomunal. mientos ocurridos en cadena. A las muertes de Buddy Holly, Ritchie Valens y Eddie Cochran, y las T r í o Fatto r u so . serias lesiones sufridas en accidentes por Carl Perkins y Gene Vincent, se le sumaba la acción del Es precisamente dentro de este contexto que comienzan a formarse las primeras bandas orientales. propio sistema norteamericano que lograba irradiar de la escena a los rebeldes Chuck Berry, Litt- le Richard y Jerry Lee Lewis. Para colmo de males, a su regreso del servicio militar (1958-1960), encontramos a un Elvis Presley manso y melódico. Las nuevas propuestas (por ejemplo el twist) Fernando Peláez eran presentadas como una “moda” pasajera, que evitaba todo tipo de conflictos, buscando am- C urador pliar el mercado de ventas y hasta la aceptación de la clase adulta. 10 11
  • 8. LOS IR ACUNDOS (1962 - …) La primera etapa del rock en Uruguay está caracterizada por la aparición argentina (hogar del Club del Clan) los adoptó y les preparó la nueva de los primeros conjuntos eléctricos jóvenes, quienes, inmersos en un imagen: se presentarían como un grupo de jóvenes rebeldes de barrio. contexto ecléctico, se dedicaron a cubrir un repertorio que abarcaba Para ello, nada mejor que llamarse Los Iracundos, usar unos chalecos de un amplio espectro. Desde algunos rocanroles clásicos (en versiones cuero negro y lucir unas gorritas con visera que deberían ser arrojadas al de los Teen Tops mexicanos), algunos twists, ‘La Bamba’, temas de The público al final de sus presentaciones. Y también contar con apodos cor- Shadows y del Dúo Dinámico (de España), hasta boleros y canciones tos y fáciles de recordar: “Febro”, “Bosco”, “Leoni”, “Juano”, “Burgués” del Club del Clan. Pero vale la pena aclarar que, por primera vez en y “Franco” (para Febrero, Bosco, Leonardo Franco, Velásquez, Burgueño la historia, aparecía el concepto de “banda” como lo conocemos hoy, y Eduardo Franco respectivamente). que se diferenciaba de agrupaciones más tradicionales como orquestas o conjuntos vocales. Estas bandas debían incluir dos guitarras, bajo, El vibrato de la primera viola de Leoni (en la onda The Shadows) y el per- batería y, eventualmente, un teclado; aunque en la mayoría de los casos sonalísimo timbre de voz de Franco patentaban el estilo de la primera se tratara de guitarras españolas adaptadas y enchufadas a una radio, banda de rock del Río de la Plata. algún que otro redoblante, y “bajos” de una sola cuerda atada a un palo de escoba que se incrustaba en una gran caja de té. Los instrumentos y Pero en 1964 estalló el bombazo que iluminó el irreversible camino a se- equipos de verdad eran inconseguibles. guir. La poderosa (y misteriosa) magia de Los Beatles sacudió toda una generación comenzando así una de las revoluciones culturales más tras- Dentro de este panorama fueron Los Blue Kings, oriundos de Paysandú, cendentes de la historia. Los Iracundos, por su parte, se alejaron de las quienes se destacaron por varios cuerpos. A comienzos de 1963 un ca- pautas y códigos que imponía la nueva estética rockera transformándose, mión los trajo directamente al recién estrenado programa Discodromo simplemente, en el grupo melódico más popular del continente con más Show de Canal 12 donde deslumbraron con sus buenos instrumentos de treinta millones de discos vendidos a comienzos del nuevo milenio. y su calidad interpretativa. Montevideo intentó cobijarlos pero la RCA 12 13
  • 9. Los B lu e K in g s en R adio S arandí junto a R ub é n C asti l l o ( 1 9 6 3 ) . In t e graci ón p r i nci p a l Eduardo “Franco” Franco (voz). Leonardo “Leoni” Franco (primera guitarra). Juan “Bosco” Bosco (segunda guitarra). Hugo María “Burgués” Burgueño (bajo). Jesús María “Febro” Febrero (teclados). Juan Carlos “Juano” Velásquez (batería). D i scogra f ía e s e nci a l Para todos los gustos. Desde 1997 BMG ha reeditado (en decenas de volúmenes) la discografía completa del grupo. 14 15
  • 10. Los I racundos con R ita P a v one . 16 17
  • 11. LOS SH A K ERS (196 4 -1968) Algunos de los protagonistas del rock uruguayo de la década del 60 co- Siguieron tres años de maratónicas recorridas por los circuitos bailables menzaron su actividad musical pasando por un costado de la corriente de toda Argentina, presentaciones en TV, cortometrajes y películas, reali- “nuevaolera”. Tanto el movimiento de “jazz puro” (localizado en el Hot zación de giras por varios países sudamericanos, grabaciones de decenas Club y la Peña del Jazz), como la movida adulta de la noche montevi- de simples y tres LP’s, escenas de histeria colectiva protagonizadas por deana (restorans, bailes, boites, cabarets) abrieron sus puertas a estos el público, multitudinarias caravanas de recibimiento desde el aeropuerto muchachos, permitiéndoles profesionalizarse a muy corta edad y adquirir de Carrasco hasta la playa Pocitos. Todo muy “a lo Beatle”. experiencia y ductilidad interpretativa. Ese fue el caso de “Caio” Vila, “Pelín” Capobianco y los hermanos Hugo y Osvaldo Fattoruso quienes, Pero la descomunal popularidad alcanzada tiene una explicación más hacia finales de 1963, y con tan sólo 20 años (16 en el caso de Osvaldo), profunda. Siguiendo al pie de la letra los recursos compositivos de ya se habían ganado un amplio reconocimiento dentro ese ambiente. Lennon y McCartney, aunque alejados de cualquier atisbo de plagio, Los Shakers crearon un amplio y calificado repertorio de melodías originales Pero el golpe de los Beatles fue tan fuerte que ni siquiera estos precoces complementadas con un tratamiento vocal, instrumental y armónico jazzistas pudieron escapar a la tentación de crear un grupo a imagen y de alto vuelo. ‘Rompan todo’ se convirtió en un himno y relegó buenas semejanza de los “fab four”. Dando muestras de una notable capacidad canciones como ‘No fuimos’, ‘Corro por las calles’ y ‘La larga noche’, las para adaptarse a tocar distintos instrumentos, Hugo (tecladista) y Osval- que (según algunos musicólogos), podrían haber figurado sin vergüenza do (baterista) tuvieron que transformarse en correctísimos guitarristas entre los temas menores de los primeros discos de Los Beatles. para que el juego llamado Shakers se hiciera realidad. Sus actuaciones en la boite I´Marangatú de Punta del Este durante la temporada 64-65 fueron suficientes para llenar de signos de pesos los ojos de inteligentes empresarios argentinos que no dudaron en adoptarlos. 18 19
  • 12. La mayor complejidad de la propuesta beatlera producida a partir de “Rubber Soul” y “Revolver” dejó más a gusto a Los Shakers (que tam- bién escuchaban a Piazzolla y John Coltrane), permitiéndoles continuar la persecución del cuarteto de Liverpool a pocos meses de distancia, consolidando así el ejemplo más notable de sincronía musical entre Suda- mérica y el mundo anglosajón. Y también arriesgándose por otros cami- nos, como en ‘Never never’, primer e interesantísimo cruce del beat con la bossa nova. La edición del “Sgt. Pepper’s” en junio del 67 determinó el carácter con- ceptual del tercer LP que los Shakers venían preparando. Este trabajo de compleja elaboración se pondría a la venta recién a fines de 1968 con el grupo ya desintegrado y la consecuente falta de promoción de parte de In t e graci ón la editora. Pero la espera valió la pena. “La conferencia secreta del Toto’s Hugo Fattoruso (guitarra, teclados y voz). bar” es una obra magistral que hoy sigue sorprendiendo por su riqueza. Osvaldo Fattoruso (guitarra y voz). Allí encontramos por primera vez la fusión del rock con el candombe (en Roberto “Pelín” Capobianco (bajo y voz). ‘Candombe’) y con el tango (en ‘Más largo que el Ciruela’). Encontra- Carlos “Caio” Vila (batería) mos teclados, glisandos de cellos, cintas pasadas al revés, violines y un bandoneón tocado por el propio Pelín. Algunas orquestaciones y arre- D i scogra f ía e s e nci a l glos rítmicos e instrumentales ya no imitan, sino que anticipan trabajos “Los Shakers” (1965, Emi-Odeón). T h e K nacks ( P ippo S pera , G on z a l o Vigi l , U rbano M oraes y Q uico C iccone ) hacían co v ers de l os B eat l es a l a perfecci ó n . D ebutaron en l a obra teatra l “ T he K nack , posteriores de los Beatles, llegando inclusive más lejos que estos en el “Shakers for you” (1966, Emi-Odeón). ese no s é qu é … y c ó mo l ograr l o ” estrenada e l 2 1 de octubre de 1 9 6 6 en S a l a Verdi ( 5 días antes que P eñaro l obtu v iera su segunda copa I ntercontinenta l a l acercamiento a la tradición céltica (‘B.B.B. Band’). Un verdadero broche “La Conferencia Secreta del Toto’s Bar” (1968, Emi-Odeón). v encer a R ea l M adrid 2 a 0 ) . de oro para la carrera de Los Shakers y su definitiva influencia en la nueva (los tres discos acaban de ser reeditados nuevamente en CD por EMI generación de músicos de rock argentinos y uruguayos … como aquellos incluyendo varios bonus tracks). dos fans adolescentes llamados Charly García y Luis Alberto Spinetta. “Por favor” (2000, Big Beat, edición norteamericana con 36 temas). 20 21
  • 13. 22 23
  • 14. 24 25
  • 15. LOS MOCK ERS (1965-1968) Tras el auge de los Beatles llegó el aluvión: decenas de bandas inglesas que cigarrillos. Si bien llegaron a integrarse con jóvenes de un ambiente pasaron a ocupar los primeros lugares de popularidad en los Estados under y liberal, sus pelos cada vez más largos resultaron provocativos Unidos, realidad que fue bautizada como la “British invasion”. Al mismo para la mayor parte de la sociedad, teniendo que soportar permanentes tiempo, y convencidos de que sólo otro grupo uruguayo podría competir insultos y alguna que otra noche en las comisarías de la dictadura del con Los Shakers, los managers argentinos se lanzaron a la búsqueda, Gral. Onganía. Los momentos de mayor felicidad los encontraban en el generando durante 1966 una suerte de paralelismo con lo que sucedía apartamento de sus amigos Shakers, quienes contaban con la panacea en el norte. Entre las bandas que cruzaron el Río se encuentran Los Mal- de un tocadiscos para escuchar música. Y también, por supuesto, com- ditos, Los Shades, Los Épsilons (que se transformaron en Bulldogs) y Los poniendo, ensayando y grabando en esas pocas sesiones de una o dos Encadenados (ya rebautizados como Mockers). canciones por día, esparcidas durante el 66, que culminarían con lo que sería su único LP con la integración principal. Con las ilusiones propias de los 18 años recién cumplidos, Esteban, Polo, Jorge, Beto y Julio partieron en el “Vapor de la Carrera” rumbo a Buenos Poco a poco fueron ganando el respeto y hasta la admiración de sus jó- Aires a las 21 horas del 28 de marzo de 1966. Sin embargo, el camino venes colegas (como Litto Nebbia) y de una minoritaria camada de faná- les presentaría más escollos de los que podían imaginar. De entrada no- ticos seguidores. Es que la dualidad no podía faltar: si lo de Shakers era más, tuvieron que observar cómo, con total impunidad, los aduaneros la lectura Beatle de lo que estaba pasando en el mundo, lo de Mockers argentinos se quedaron con el órgano a Esteban, en una primera muestra fue la lectura Rolling Stone por excelencia. No sólo lograron un sonido de la dura realidad que deberían enfrentar. Alojados en una pensión de sorprendentemente similar al de los primeros Rolling (con el cantante segunda categoría se les obligó a tocar todas las noches en locales como Polo imitando exactamente el gruñido de la primera época de Jagger “Whisky a go go”, multiplicándose sus presentaciones en bailes los fines como ningún otro pudo lograrlo), sino que, al igual que en el caso de de semana y actuando regularmente los domingos de mañana en el pro- Shakers, la estupenda instrumentación acompañó un repertorio de me- grama de TV Escala Musical. Maratónicas jornadas de trabajo que eran lodías originales. retribuidas con promesas y algún dinero que alcanzaba para poco más 26 27
  • 16. A pesar del entusiasmo con que los recibió Uruguay en 1967, el agota- miento terminó por separarlos. Jorge y Julio se radicaron en Buenos Aires y mantuvieron el nombre del grupo durante el 68 con otros integrantes. Polo pasó por varios grupos en Argentina y terminó viviendo en Suiza. Esteban integró Los Delfines, emigró en 1970 y durante la década del 80 jugó un papel importante en bandas españolas como El Último de la Fila y Gabinete Caligari. Aún hoy continúa colaborando con Jaime Urrutia. Beto falleció prematuramente en 1972. Ninguno de ellos había imaginado que aquella locura juvenil podía llegar a tener vigencia alguna con el correr del tiempo. Y mucho menos que, luego de más de 30 años sin saber nada uno del otro, volverían a reunirse en un escenario de Montevideo durante el 2008. Es que, si bien la propuesta de Mockers resultó demasiado under para alcanzar repercusión masiva en el Río de la Plata de mediados de los 60, el correr de las décadas los ubicó como una banda de culto para los seguidores del rock de garage en todo el mundo. Así lo demuestra la repercusión internacional que han Liderados por K ano , Los B u lldo g s ganaron su espacio con co v ers en ing l é s , fueron l uego respetados por sus canciones en españo l y l l egaron a compartir tenido en los últimos 25 años las diversas reediciones de su único y ex- escenarios con pioneros de l incipiente rock naciona l argentino como Los Gatos , A lmend r a y M anal . S u canci ó n ‘ S obre un v idrio mojado ’ fue un hit monumenta l , traordinario LP. de l cua l T r otsk y V en g a r á n hace su v ersi ó n en e l C D “ Y o no fui ”. In t e graci ón p r i nci p a l Jorge “Polo” Pereira (primera voz y guitarra). Esteban Hirschfeld (teclados, armónica y voz). Jorge Fernández (primera guitarra y voz). Julio Montero (bajo). Los finks de minas , una de l as tantas buenas bandas de l interior de l a repúb l ica . Alberto “Beto” Freigedo (batería). D i scogra f ía e s e nci a l “Los Mockers” (1966, Emi-Odeón). (Reeditado en vinilo y en CD en varias ocasiones y en varios países. En particular, la realizada en 2007 por el sello uruguayo Perro Andaluz). 28 29
  • 17. Los encadenados aún en M onte v ideo , con man z i . 1 9 6 5 . 30 31
  • 18. 32 33
  • 19. LOS DELFINES (1963-1972) Con la llegada del beat, pop y rhythm’n’blues anglosajón, los muchachos En 1968, la disolución de Shakers, Mockers, Malditos y Gatos, dejó el ca- uruguayos aspirantes a músicos de rock encontraron el camino de la mino libre para la definitiva consagración de Los Delfines dentro del beat verdad y pasaron a despreciar todo lo que tuviera que ver con el Club del en inglés. Este grupo fue uno de los pocos que mejoró sistemáticamente Clan. Salvo honrosas y notables excepciones no se dedicaron a componer, su equipamiento (llegando a comprar equipos Vox en Londres), y que ad- sino que se limitaron a hacer versiones de lo que llegaba desde el Norte. quirió un nivel de profesionalismo envidiable. Sus presentaciones junto Pero eso ya era un gran logro. No existían filmaciones, libros, partituras al Sexteto Electrónico Moderno se constituyeron en el paquete preferido ni profesores que enseñaran tal o cual tema, pique o acorde. Si no veían de un importante sector de la juventud de clase media que solía bailar a Mateo con sus Malditos, a Dino con Los Gatos, o a Arnoldo Chuster con todos los fines de semana en el circuito “cinco estrellas”. La propuesta los Martin Brothers, debían sacarlo todo de oído. Y también tenían que “edulcorada” del Sexteto (ideal para bailar “lentas”) se complementa- intentar dominar los precarios y durísimos instrumentos. ba de maravilla con el hard-beat de Delfines quienes, además de temas propios en inglés, también interpretaban buenas versiones de bandas Época de música beat cantada en inglés (sinónimo de vanguardia), de inglesas, como el ‘You really got me’ de The Kinks. surgimiento de miles de bandas a lo largo de todo el país, de experimen- tación, frescura y juego. Momento culminante del quiebre generacional El juego vocal (con las tres voces solistas de July, Coyo y Mario) y la cohe- y comienzo (píldora anticonceptiva mediante), de un nuevo tipo de rela- sión instrumental de la banda comandada desde el relojito de la batería ción entre los jóvenes de ambos sexos. Desde las “cuevas” subterráneas de Chocho Vila (hermano de Caio), se vieron enriquecidos armónicamente hasta los locales más pitucos (Parque Hotel, Hotel Casino Carrasco, Club a fines del 68 con el ingreso del ex Mocker Esteban Hirschfeld en tecla- Uruguay), el nuevo tipo de “evento bailable” (diferente al de generaciones dos. Es con esta formación que graban “Estamos Seguros”, su único LP, anteriores y al del ambiente de la cumbia), se constituyó en el motor que que fuera presentado el 16 de agosto de 1969 en el Estudio Auditorio del promovió esta movida y en la gran bolsa de trabajo con que contaron los Sodre, en un espectáculo revolucionario para la época, que contó con músicos jóvenes de la década del 60. juegos de luces, proyección de diapositivas y slides, y el acompañamiento de la orquestas de Julio Frade y la Sinfónica del Sodre. 34 35
  • 20. Luego de un breve paréntesis, y antes que la mayoría de sus integrantes emigrara, Los Delfines se despacharon en 1972 con ‘Amigos sigue igual’ y ‘Con esa voz’, dos temas cantados en español que se convertirían en himnos de varias generaciones gracias a las versiones que Níquel rea- lizara en 1990. In t e graci ón July Fontenla (guitarra y voz). Jorge “Coyo” Abuchalja (guitarra y voz). Mario Aguerre (bajo y voz). Jorge “Chocho” Vila (batería). Esteban Hirschfeld (teclados entre 1968 y 1970). Nelson “Pito” Varela (saxo entre 1963 y 1965). Américo “Quito” Vizcaíno (batería entre 1971 y 1972). D i scogra f ía e s e nci a l Los temas ‘Jacinta’, ‘Todo’, ‘Amigos sigue igual’ y ‘Con esa voz’ (reedita- dos en el CD Nº 4 de Colección Posdata-Sondor). El LP “Estamos Seguros” (1969, Clave) y otros simples están a punto de ser reeditados por primera vez en formato compacto. Para dar una idea de la vorágine de trabajo con la que Los Delfines de- bían cumplir, alcanza con mencionar que jamás se interesaron en viajar al exterior. Sólo lo hicieron en ocasiones excepcionales, cuando fueron Los S ea r f ins en 1 9 6 7 : Á l v aro D e C astro , A m é rico “ Q uito ” Vi z caíno , C ar l os L ó pe z contratados desde Buenos Aires para amenizar el cumpleaños de 15 de y W a l ter C ary ( padre de C hristian C ary de La T rip l e N e l son ) . alguna joven bonaerense que los había conocido durante sus vacaciones en nuestro país. 36 37
  • 21. 38 39
  • 22. 40 41
  • 23. EL K IN TO (1967-1969 ) Luego de regresar de una gira por Brasil a mediados de 1964, Eduardo todas las ideas, explorando nuevos sonidos y, por sobre todo, generando Mateo se incorporó a Los Malditos, uno de los principales grupos de la un clima de gozadera y diversión. Ya maduros como compositores, Mateo movida beat uruguaya. En realidad, Mateo no estaba demasiado entu- y Rada encontraron la compañía ideal para lanzarse a una decidida bús- siasmado con aquella “primera época” de los Beatles. El conjunto fue queda experimental que decantó en una propuesta totalmente original, entonces evolucionando, cambiando de nombre y de integrantes, hasta un hallazgo que sólo pudo encasillarse bajo el rótulo “sonido Kinto”. conseguir a fines del 66 un trabajo estable en la boite Orfeo Negro ubica- da cerca de Portones de Carrasco. Al ser invitados a tocar en el “Festival En pleno auge del beat cantado en inglés (tratando de imitar lo que llega- de la canción beat y de protesta” de junio del 67 había que anunciarlos ra del norte), El Kinto fue contra toda la corriente, se aisló del sistema y de alguna manera, y así, a las apuradas, inventaron El Kinto Conjunto, se adelantó varios años. Sus características más notables fueron: cantar en un juego de palabras que tiene que ver con la formación de quinteto y en español composiciones propias, fusionar el beat y la nueva psicodelia con el tambor denominado quinto. con la bossa nova, el candombe y otros ritmos, integrar un percusionista fijo a un grupo rockero (cuando aún Santana no era conocido) y abandonar Encargarse de la “música funcional” de una boite combinando temas el tradicional “uniforme” en favor de una estética menos formal y más movidos y lentos para que la gente baile, acompañando a cantantes in- hippie. Además de ser la primer banda uruguaya con esas características, vitados y haciendo el fondo para las actuaciones de un mago, no parece no lo hizo apostando al snobismo o buscando dividendos comerciales, a priori una actividad propicia para que los músicos puedan desarrollar sino con el total convencimiento de que constituían el tronco esencial de sus intereses creativos. Sin embargo, cuando el año es 1967 y los músicos su propia existencia. Mateo, Rada, Cambón, Sosa y Lagarde (luego Urbano, Chichito y Vita), no es posible establecer límites para la inspiración. En lugar de repetir Mientras las manifestaciones estudiantiles eran reprimidas por la poli- rutinariamente los mismos temas comerciales todas las noches, ellos cía, dentro del teatro El Galpón también se denunciaba la situación del adoptaron una dinámica de taller, preparando siempre nuevas cancio- país. Aunque en este caso, desopilantes sketches y lectura de poesía se nes, cultivando la espontaneidad y la comunión personal, incorporando alternaban ágilmente con estilos musicales contrastantes (tango, bossa, 42 43
  • 24. candombe, rock, jazz), con total irreverencia ante barreras de gustos y categorías. Eran las “Musicasiones” del 69, organizadas por el Kinto y Horacio Buscaglia, espectáculos cargados de imaginación y creatividad que calaron hondo en la sensibilidad de los afortunados asistentes. Pocos meses después el grupo se desintegró sin haber editado disco al- guno, quedando así consagrado el primer mito de la historia del rock en Uruguay. Pero no todo estaba perdido. El técnico Carlos Píriz había guar- dado las pocas grabaciones realizadas por el Kinto para hacer playbacks en Discodromo y las editó en 1971 en el LP denominado “Musicasión 4 ½”. De esa forma, el visionario Píriz rescataba una parte del gran pilar de la nueva música popular uruguaya. In t e graci on e s Eduardo Mateo (guitarra y voz, 1967-1970). Rubén Rada (percusión y voz, 1967-1968). Walter Cambón (guitarra y voz, 1967-1970). Antonio “Lobo” Lagarde (bajo, 1967). Luis Sosa (batería, 1967-1970). Urbano Moraes (bajo y voz, 1967-1969). Mario “Chichito” Cabral (percusión, 1968-1970). Alfredo Vita (bajo, 1969-1970). R ada se había a l ejado de E l K into para rea l i z ar una gira por P erú junto a l a D i scogra f ía e s e nci a l orquesta de M ike D og l iotti . E l 2 6 de ju l io de l 6 9 pas ó a sa l udar por E l G a l p ó n durante l a prueba de sonido de “ M usicasi ó n I I ”. Le preguntaron si tenía a l go “Musicasión 4 y ½” (1971, De la Planta). nue v o , sa l i ó a dar una v ue l ta cantando por l a ca l l e y v o l v i ó una hora despu é s con ‘ Las M an z anas ’, tema que estren ó esa misma noche . P ocos meses despu é s “Circa 68” (1977, Clave). R ada editaba su primer L P so l ista . E n l a foto R ada graba ‘ Las M an z anas ’ en e l estudio de S ondor . - “El Kinto Clásico” (CD, Sondor, 1998) M ateo grabando en l os estudios I O N de B uenos A ires ( no v iembre de 1 9 7 1 ) . A esta a l tura , M ateo ya había profundi z ado , obsesi v amente y sin concesiones , l a búsqueda de una dimensi ó n trascendente y de e l e v aci ó n espiritua l por Refrencias bib l iogr á ficas medio de drogas , y l a negati v a a insertarse en e l sistema econ ó mico , po l ítico y socia l estab l ecido . Luego de tres meses desechando mara v i l l as , abandon ó Guilherme de Alencar Pinto: “Razones Locas”, Ed. del TUMP 1995.. e l proyecto de su primer disco so l ista boicoteando su propia carrera . F ue C ar l os P íri z ( nue v amente ) e l responsab l e de que “ M ateo s ó l o bien se l ame ” se hiciera rea l idad . 44 45
  • 25. 46 47
  • 26. L A “PROGRESIVA” DE LOS 70 Las metrópolis del planeta comenzaron a enviar nuevos mensajes. Cambio conceptual de los Bea- tles, psicodelia cargada de ácido en la Costa Oeste, kilométricas prosas de Bob Dylan, hippies en búsqueda de una alternativa de vida frente al consumismo del “american way of life”, raíces del blues rompiendo todas las fronteras sonoras de la mano de Jimi Hendrix, movimientos pacifistas ante la latente amenaza de una guerra nuclear. Collares, barba, pelos largos hasta la cintura, sandalias y ropajes extrañísimos sustituían trajecitos, cerquillos y botitas, ante la mirada atónita y temerosa de una sociedad que reaccionaba con virulencia al darse cuenta que, comparado con esto, lo anterior había sido un juego de niños. El beat había dejado de ser vanguardia. Y para que quedara claro, nuevos adjetivos debían incorporarse. La música (y la movida) que nos ocupa pasó a llamarse subterránea, progresiva, underground o, simplemente rock. Este rock se embanderaba con una perspectiva contracultural. Desde 1969 una camada de jóvenes compatriotas intentó emular a sus nuevos ídolos. Pero, para armar un grupito capaz de hacer versiones de esa gente, había que tener un guitarrista que pudie- ra simular a Hendrix o a Jeff Beck y un baterista que pudiera reproducir a Ginger Baker o a Mitch Mitchell. Comenzó entonces una especie de epidemia. Los adolescentes atrapados por este virus dedicaron largas horas de ensayo encerrados en su cuarto en busca del virtuosismo. La metodo- logía volvió a ser la misma que en la época de “los primeros conjuntos”: pasar el tema en el toca- discos decenas de veces hasta sacarlo y, luego, practicar mucho para poder repetir las notas a la velocidad adecuada. Es que todavía no habían llegado profesores, libros, partituras o videoclips. Más aún, los rostros de los artistas se conocían apenas por las fotos que, eventualmente, salían en las carátulas de los discos o en la revista argentina Pelo. No debe llamar la atención entonces 48 49
  • 27. la conmoción que generó el estreno de la película “Woodstock” el 8 de octubre del 70 en el cine 18 de Julio. Vista por todos repetidas veces, hasta el hartazgo, hasta conocer sus detalles de memo- ria, “Woodstock” fue un nuevo elemento de quiebre en esta historia. En particular, la espectacular actuación de Santana abrió la cabeza de los rockers ortodoxos quienes comenzamos a aceptar las virtudes de una propuesta que el pionero Kinto había inaugurado algunos años atrás. La búsqueda de calidad dentro del género implicó, en principio, la imitación fiel del modelo llegado del norte, patrón obligado en una primera etapa. Ahora bien, ya en 1970, la necesidad imperante fue de afirmar también este género rockero en la realidad circundante, en las verdades propias, en la cultura de esta sociedad. El 12 de febrero de 1971 se realizaba en el Parque Harriague de la ciudad de Salto la última etapa del “Segundo Concurso Nacional de la Música y la Canción Beat” (una suerte de “Pilsen Rock” 38 años atrás), evento que se constituyó en la versión casera del fes- tival de Woodstock y que significó el punto de partida de un nuevo fenómeno. Tanto las bandas más rockeras (Génesis, Opus Alfa, Psiglo) como las del (mal llamado) candombe-beat (Tótem, Limonada, Sindykato, Siringa, Miguel y el Comité) elaboraron un repertorio original para ser cantado en nuestro idioma, dispuestos a presentarlo y defenderlo en cuevas, bailes, festivales y recitales. go l d coffee Mientras los discos de Zitarrosa, Viglietti y Olimareños seguían siendo los más vendidos en nues- tro país, mientras el pop liviano anglosajón y la “porteñada” argentina obtenían adhesiones ma- sivas (contando con la difusión incondicional de los grandes medios), una veintena de jóvenes comunicadores se ponían a trabajar para que la utopía de un “movimiento de rock uruguayo” se hiciera realidad. the ki l l ers hojas 50 51
  • 28. genesis en e l teatro ga l p ó n jaime roos , 1 9 7 0 dino en 1 9 7 0 tiempo de crisis de arriba hacia abajo . l os moon l ights , z ó ca l o jorge barra l con pappo . 52 53
  • 29. 54 55
  • 30. OPUS A LFA y DÍA S DE BLUES (1970-1974) Opus Alfa se inició en 1970 haciendo versiones de Ten Years After, Keef con que interpretaban sus extensas improvisaciones. Hartley y Joe Cocker a partir del virtuosismo de un guitarrista de dieci- A puro pulmón, ellos mismos lograron concretar la excelente idea de re- séis años llamado Daniel Bertolone. Con el ingreso de Jorge Graf (bate- correr decenas de teatros barriales de Montevideo y Canelones, donde ría) y Jorge Barral (bajo), la banda arremetió el año 71 con un flamante compartieron escenario con los grupos “locatarios”. Para cerrar este repertorio de temas propios, recorriendo desde el rock duro, el blues y vertiginoso ciclo, nada mejor que cumplir con el ritual de un concierto en la fusión tanguera, hasta experiencias barrocas con violines, flautas y el Teatro Solís y de presentarse en el “B.A.Rock III”, donde fueron desta- bandurrias. La propuesta fue presentada a sala llena el 4 de agosto en un cados por la revista argentina Pelo como el mejor grupo del festival. concierto organizado por ellos mismos en el Estudio Auditorio del Sodre, sacro recinto que, un mes y medio antes que un incendio lo destruyera, A pesar de la complicada situación política, social y económica que vi- resistió al mayor ataque de decibeles que su historia haya conocido. Unos vía el país, este movimiento de rock uruguayo llegaba a su apogeo en meses de trabajo al tope con largas horas de ensayo, toques en cuevas, 1972. Sin embargo, no era razonable albergar demasiadas ilusiones. En festivales y recitales, grabación de un simple y un LP, culminaron con la marzo del 73 el emblemático “Flaco” Barral emigraba a España, mien- participación de la banda en “B.A. Rock II” (junto a Tótem y Psiglo), el tras Bertolone hacía lo propio en noviembre, unos días después de haber mega festival anual de la movida progresiva argentina. sido (con 20 años recién cumplidos) el único músico uruguayo de jazz y rock que se animó a subir a tocar con el quinteto de jazz del notable Mientras críticos y seguidores aguardaban esperanzados un nuevo año baterista Elvin Jones. del quinteto, Barral, Bertolone y Graf comenzaron a aparecer sorpresiva- mente como teloneros de “Pappo’s Blues”, “La Pesada” y “Huinca”, al- Si bien Graf logró reformular la banda (un verdadero semillero de gui- canzando un impacto superior al de los ilustres visitantes argentinos. Ya tarristas), las nuevas propuestas no intentaron rescatar la esencia del no había marcha atrás: Opus Alfa se desintegró y Uruguay tuvo su primer Días de Blues original, aquel furioso trío que levantaba polvadera y rom- “power-trío”, ese monstruo de tres cabezas bautizado Días de Blues, que pía varios parlantes. se convertiría en el favorito del circuito under por la inusual agresividad 56 57
  • 31. O P U S A LFA In t e graci ón Jesús Figueroa (voz principal). Atilano Gil Losada (teclados y violín). Daniel Bertolone (guitarras, flauta y voz). Jorge “Flaco” Barral (bajo, guitarra acústica, bandurria y voz. 1971). Jorge Graf (batería y violín. 1971). Daniel Crapuchet (batería, 1970). José Luis Siandre (bajo, 1970). DÍ A S D E B L U E S In t e graci ón p r i nci p a l Daniel Bertolone (guitarras, armónica y voz). Jorge “Flaco” Barral (bajo, guitarra acústica y voz). Jorge Graf (batería). Integrantes posteriores: Ángel Armagno (bajo y voz). Daniel Henestrosa (guitarra). Freddy Ramos (guitarra). Charlie Oviedo (bajo y voz). José Pedro Beledo (guitarra y voz). Gustavo “Mamut” Muñoz (bajo). O pus A l fa en B . A . R ock I I ( 1 9 7 1 ) . En el SODRE. D i scogra f ía e s e nci a l “Opus Alfa” (1972, De la Planta). “Días de Blues” (1973, De la Planta). (Ambos reeditados parcialmente en el CD Nº 5 de Colección Posdata-Sondor). “Días de Blues” (CD, Akarma Records, 2001). “Jesús Figueroa” (CD, Record Runner, 2004. Incluye los dos LP’s solistas de Jesús Figueroa editados en 1973 y 1974). 58 59
  • 32. O pus A l fa en 1 9 7 0 . 60 61
  • 33. D ías de B l ues en B . A . R ock I I I ( 1 9 7 2 ) . O pus A l fa en e l S O D R E . 62 63
  • 34. TÓ TEM (1970-1973) Durante los últimos meses de 1970 los templos subterráneos del Hot Catorce meses después, el 9 de julio de 1972, una multitud calculada en Club de Montevideo fueron testigos de la preparación de un proyecto 2000 personas copaba la calle Buenos Aires al enterarse que no queda- singular: los jóvenes Enrique Rey y Daniel “Lobito” Lagarde (de 18 años) ban entradas para el anunciado “Único Concierto de Tótem en el Teatro se juntaban con los “veteranos” Ruben Rada, Roberto Galletti, Eduardo Solís”. El grupo ya había alcanzado el primer lugar de popularidad en Useta y Chichito Cabral con las intenciones de armar una banda de rock. todo el país y llenaba todos los salones de baile cobrando la mayor ta- Claro, a partir del cúmulo de influencias de los más experimentados, el quilla del medio. proyecto no podría dejar de tener en cuenta diversos tipos de fusiones con el jazz y ritmos latinos. La presencia carismática de Rada, la pegada de algunas canciones, la categoría de los músicos y la explosiva base tuquera fueron, sin duda, Una vez pronto un primer repertorio, Tótem se inclinó por el nuevo sello condiciones necesarias para tal logro. Pero hay otros elementos a tener discográfico “De la Planta” (Coyo Abuchalja – Carlos Píriz) que brinda- en cuenta para entender cómo, en medio del auge de la “porteñada”, ba la posibilidad de grabar en los estudios ION de Buenos Aires con una una propuesta vanguardista y cargada de “negritud” conceptual, logró panacea tecnológica de 4 canales comandada por el propio Píriz. Allí traspasar las fronteras del movimiento. Entre ellos, la notable estrategia llegaron (vía Colonia) en la tarde del sábado 1º de mayo de 1971. Co- publicitaria del manager López Domínguez y la responsabilidad asumida menzaron a grabar a la 1 de la madrugada del domingo y, a las 9 y media por todos para llevar el proyecto adelante. de la mañana, ya estaban mezclados los 10 temas del LP. No se trataba de una excepción, eran las mejores condiciones con las que una banda Además, Tótem era una cooperativa de siete integrantes (los músicos uruguaya podía contar. más López), en donde las ganancias se repartían en siete partes iguales con una transparencia inusual. Todo un entorno propicio para que estos músicos crearan, se divirtieran, trabajaran y fueran recompensados eco- nómicamente como pocas veces en sus vidas. 64 65
  • 35. In t e graci ón p r i nci p a l Enrique Rey (guitarra y voz). Eduardo Useta (guitarra y voz). Ruben Rada (voz y percusión). Daniel “Lobito” Lagarde (bajo y voz). Mario “Chichito” Cabral (percusión). Roberto Galletti (batería). (1971). Santiago Ameijenda (batería). (1972-1973). O t ros i n t e gran t e s Tomás “Chocho” Paolini (saxo). (1973). Roberto Giordano (bajo). (1973). D i scogra f ía e s e nci a l “Tótem” (1971, De la Planta). “Descarga” (1972, De la Planta). (Ambos reeditados en CD por Sondor, 1995). “Corrupción” (1973, De la Planta). (Reeditado en el CD Nº 6 Colección Posdata-Sondor). Cabe aclarar que el movimiento de rock uruguayo de los primeros 70 fue totalmente comparable (en términos relativos con la cantidad de ha- bitantes) con su similar argentino. Y, al igual que este, se desarrolló en un contexto under. Solamente Tótem (y luego Psiglo) lograron alcanzar un “éxito masivo”. 66 67
  • 36. 68 69
  • 37. 70 71
  • 38. PSIGLO (1970-1975) “Los que aún no han comprado el Primer Psimple de Psiglo están para el Psiglo había desplazado a Tótem del trono y el año del golpe de Estado Psiquiatra” rezaban los carteles que plomos y los propios músicos ha- los encontraba en su mejor momento. Grupo estelar de Discodromo, ofi- bían pegado por 18 de Julio. En ambos temas del disquito (que sonaba cina propia en el Palacio Salvo, decenas de presentaciones (incluido un increíblemente bien), pero fundamentalmente en los 6 minutos y medio Teatro Solís con más público que localidades), especiales de TV (el “Te- de ‘Gente sin camino’, quedaba definido el estilo del grupo, totalmente lesuceso del Psiglo”), alquiler de una casa destinada exclusivamente a emparentado con bandas como Uriah Heep y Deep Purple, gracias a la sus ensayos, inversiones en una chacra propia, hasta llegar al proyecto incansable batería de Farrugia, la galáctica voz de Melogno, la correc- de una “productora latinoamericana” conjuntamente con Los Jaivas de tísima viola de Cesio, y al sonido tan particular del gigantesco órgano Chile, Polen de Perú y sus amigos argentinos de Arco Iris (liderados por Hammond de García. Santaolalla, productor y actual músico de Bajofondo). La “locura” de los cinco integrantes sumó energías que permitieron al- En 1974 Psiglo grabó su segundo LP en los estudios Music Hall de Buenos canzar varios hitos dentro de esta historia. Para empezar, el rotundo Aires. Lamentablemente, los mil vinilos ya prensados de “Psiglo II” fue- éxito de ‘Vuela a mi galaxia’, incluido en un segundo simple, que llegaría ron quemados antes de salir de Argentina respetando la sugerencia que a obtener el primer “disco de oro” para el rock uruguayo. Mientras tanto, hiciera llegar nuestro gobierno cívico militar. La caída fue estrepitosa y el técnico Hugo Manzini hacía maravillas en la consola de dos canales de la emigración inminente. Con algunos cambios en su formación, parte Sondor aprovechando las 200 horas de grabación para los 5 temas que del grupo se radicó en España, al tiempo que aquellos coqueteos con el completarían el retrasado LP. Editado en julio de 1973, “Ideación” tras- rock progresivo sinfónico fueron llevados a su máxima expresión por Fa- pasó las fronteras del movimiento rockero convirtiéndose en un favorito, rrugia dentro de la banda argentina Crucis. El 30 de marzo de 1993 miles tanto de la “intelectualidad”, como de la militancia izquierdista juvenil. de uruguayos de dos (tal vez tres) generaciones coparon la estación de AFE para disfrutar del primer gran “revival” del rock nacional. Esa noche Psiglo protagonizaba otro hecho inédito en nuestra historia. 72 73
  • 39. In t e graci ón p r i nci p a l Ruben Melogno (voz principal). Luis Cesio (guitarra y coros). César Rechac (bajo y coros). Jorge García (teclados). Gonzalo Farrugia (batería). O t ros i n t e gran t e s Carmelo Albano (batería, 1970-1971). Julio Dallier (guitarra, 1970-1971). Gustavo “Mamut” Muñoz (bajo). (1974). Charlie Oviedo (bajo). (1974). Hermes Calabria (batería). (1974). D i scogra f ía e s e nci a l “Ideación” (1973, Clave). “Psiglo II” (grabado en 1974, editado en 1981 por Clave). (Ambos reeditados en el CD “Psiglo 1 y 2”, Sondor, 1993). Primer simple con ‘En un lugar un niño’ y ‘Gente sin camino’ reeditados en CD respectivamente en “Discodromo” (Sondor 1999) y “Rock Nacional 71-76” (Sondor 1993). En Madrid, los muchachos de Psiglo continuaron su carrera como músicos profesionales, integrando varias bandas y creando “Rockservatorio”, la primera academia musical dedicada exclusivamente al rock, al tiempo que Hermes Calabria (que había viajado en lugar de Farrugia) se consti- tuía en miembro fundador de Barón Rojo, banda heavy de gran trascen- dencia en toda Europa. 74 75
  • 40. 76 77
  • 41. P sig l o en 1 9 7 0 . 78 79
  • 42. OPA (1972-1978) El “clima de miedo” y la represión gubernamental hacia diversos sectores Desde el exterior no nos llegó a tiempo la malévola voz de Johnny Rotten de la sociedad uruguaya no nacieron el día del golpe de Estado (27/6/73). (Sex Pistols) interpretando ‘Anarchy in the UK’, sino el toque de una banda Sin embargo, y a pesar de constituirse en el año del auge de Psiglo, 1973 tan exquisita como Wheather Report, pero que incluía permanentes aires significó el punto de partida de un sistemático y acelerado proceso de candomberos. ¡Flor de sorpresa! … eran uruguayos. deterioro de esta movida cultural. Los recitales y festivales se transfor- maron entonces en “conciertos de despedida” de artistas que decidían Ringo Thielmann, Hugo y Osvaldo Fattoruso habían formado Opa en 1972 emigrar, mientras los pocos que se quedaban tenían que abandonar su para ganarse la vida tocando en locales de varias ciudades norteameri- actividad temporalmente. Para comienzos de 1975 todo se había acabado. canas. Desde 1973 el grupo fue soporte de Airto Moreira y de la cantante Con un movimiento de rock uruguayo extinguido, aún estábamos lejos de Flora Purim, acompañándolos en giras y participando en el LP “Fingers” imaginar qué nos esperaba una década de desolación. de Airto. Durante esa etapa Opa editó “Goldenwings” (1976) y “Magic Time” (1977, éste con Rada), dos trabajos admirados dentro del circuito Obviamente existieron bandas (como Parvas y Siddhartha) y solistas norteamericano de músicos de jazz que permitieron a Hugo figurar en (como Mateo, Darnauchans, Dino, Galemire y Roos) que generaron acon- algunas encuestas como uno de los mejores tecladistas del momento. tecimientos de relevancia durante el triste panorama de la segunda mi- Estas dos obras tuvieron una importante repercusión y el “sonido OPA” tad de los 70. Pero funcionaron solamente como focos aislados. En pleno influyó decididamente en la evolución de la fusión dentro de la música auge de las discotecas dominadas por la música “disco” de Travolta, los del Río de la Plata. refugios rockeros apenas podían encontrarse en esporádicos recitales, en aquel cine que pasaba “The song remains the same”, o en el programa Meridiano Juvenil, paradójicamente emitido por la radio oficial. 80 81
  • 43. In t e graci ón p r i nci p a l La propuesta estética más emparentada con el legado de los Beatles, el Hugo Fattoruso (teclados y voz). candombe–beat, las baladas y las tradiciones latinoamericanas mantuvo Osvaldo “George” Fattoruso (batería y voz). una continuidad evolutiva. Además de Opa, y ya fuera desde el exterior Hugo “Ringo” Thielmann (bajo). o en casa (entre prohibición y prohibición), fueron esencialmente los cantautores como Rada, Mateo, Dino, Darnauchans, Galemire, y los casi O t ros i n t e gran t e s debutantes Jaime Roos, Jorge Lazaroff, Mauricio Ubal y Fernando Cabrera Ruben Rada (voz y percusión). (1977). quienes continuaron creando. Por su parte, la corriente más rockera corrió Invitados: Hermeto Pascoal, Airto, Barry Finnerty, Flora Purim. peor suerte: se borró del mapa como si nunca hubiese existido. D i scogra f ía e s e nci a l Hugo y Osvaldo Fattoruso estaban radicados en USA desde 1969. Airto “Goldenwings” (1976, Milestone). Moreira fue un reconocido percusionista y músico brasileño que trabajó “Magic Time” (1977, Milestone). con Wheather Report, Chick Corea y Return to Forever. Además de dos (Ambos con varias reediciones en CD, en particular “The Candombe Jazz’n composiciones de Hugo, el LP “Fingers” contiene una versión de ‘Dedos’, Funk Vibe”, Nuevos Medios, España, 2003). el éxito de Tótem que precisamente da nombre a este disco. Opa se pre- “Opa en vivo” (LP, Orfeo, 1987). sentó por primera vez en Uruguay en 1981. Esa presencia temporal llevó “Back Home” (CD, Perro Andaluz, 1996 y Vampi Soul 2003). a los hermanos Fattoruso a formar Barcarola, junto a Eduardo Márquez y Pippo Spera, otros dos nombres emblemáticos que venían de trabajar junto a Milton Nascimento y Geraldo Azevedo. 82 83
  • 44. 84 85
  • 45. dino , 1 9 8 0 . siddhartha . JAIME ROOS. ga l emire , 1 9 7 5 . J orge “ F l aco ” B arra l . 86 87
  • 46. L A GENER ACIÓN “GR A FFITI” Con el “rock sinfónico” y el “jazz rock” aquella música inicialmente catalogada como el “ritmo de la delincuencia infanto juvenil” había alcanzado un nivel de sofisticación inimaginable en sus comien- zos. Llegados a este extremo, una porción importante de los nuevos adolescentes se aburría de las propuestas de corte casi “académico” y detestaba los palacios donde dormían las superestrellas. La historia del rock había cerrado su primer gran ciclo y algo realmente fuerte tenía que ocurrir. En 1975, e inmersos en una crisis económica que llevó al desempleo masivo, los hijos de la clase obrera londinense se congregaron en casas abandonadas para idear una nueva forma de trans- gresión frente a los corsés estéticos y los convencionalismos de una sociedad a la que no querían pertenecer. Nuevas bandas como Sex Pistols, The Damnned y The Clash comenzaron a plantear una propuesta que encajaba perfectamente con esa filosofía de incomodar el “buen gusto” establecido. En ese mismo momento, el bar CBGB de los barrios bajos de Nueva York abría sus puertas a los desconocidos The Ramones, quienes sentaban las bases del punk rock con una distorsión pulsante de guitarra que exacerbaba el “pogo” de la pequeña audiencia. En la pureza de su origen, la cultura punk reaccionó contra sus predecesores con virulencia y ra- bia, reivindicó el amateurismo, las canciones cortas y la furia al comentar el mundo circundante, generando así una original reinvención de la rebeldía del primer rock’n’roll. Mientras tanto, en Uruguay aumentaba la cantidad de gente que se sumaba al “Canto Popular”, un movimiento que alcanzó un auge masivo entre 1979 y 1984. El “Canto Popu” significó la mayor expresión de resistencia contra la dictadura y permitió a sus seguidores canalizar una militancia que estaba prohibida en cualquier otro campo. Desde el punto de vista musical estuvo mayorita- 88 89
  • 47. riamente basado en una aceptación casi ortodoxa del folclorismo acústico tradicional, negándose a cualquier otro tipo de fusión que no fuese con la murga, algo de candombe y otras tradiciones latinoamericanas. También contaban mucho ciertas normas de comportamiento personal, con códigos que connotaban seriedad, austeridad, humildad, autocrítica y emoción contenida. La dictadura, y el “programa de emergencia” cultural que la combatía, continuaban cercenando las posibilidades de un rock local. Sin embargo, el 25 de diciembre de 1985 unos 5000 jóvenes llenaron el Teatro de Verano para presenciar las actuaciones de Los Estómagos, Los Traidores, Neoh 23, ADN, Zero y Los Tontos. Se trataba de la presentación en vivo del compilado “Graffiti” y la confirmación del despegue de una nueva movida que había logrado romper las cadenas que oprimían al rock local. ¿De dónde habían salido estos muchachos? … que, a contramano del “Canto Popu” coreaban: “La música está enferma / nosotros también / para recuperarla / hay que volverla a romper”. 90 91
  • 48. LOS ES TÓM AGOS (1983-1989 ) “El Templo del Gato” fue una itineraria peña rocanrolera subterránea que El 27 de noviembre de 1983 un “Río de Libertad” de medio millón de uru- fundó Eduardo “Gato” Oviedo al regresar de su exilio en Venezuela. A pe- guayos se congregaba para escuchar la voz de Alberto Candeau leyendo sar de su amor por el blues y la psicodelia de los 60, el “Gato Eduardo” una proclama que exigía elecciones sin excluidos. A los pocos días, Los mantuvo abierta su cueva porfiadamente durante años para que pudieran Estómagos generaban un escándalo mayúsculo en la audiencia televisi- debutar grupos de todos los estilos, sin importarle los desenlaces con- va del programa Telecataplúm al presentarse con su estética visceral (y flictivos de dichas performances. Una de las primeras bataholas que se unos raros pelos de punta) interpretando el tema ‘La barométrica’. Así, armó en el Templo ocurrió la noche del 7 de agosto de 1983, a partir de pateando el tablero, habían ganado la partida inicial y abierto el camino la actuación en plan punk de un grupo que provenía de Pando. De hecho, para la inexorable aparición de otras bandas. los muchachos (alrededor de los 18 años) habían definido su integra- ción en enero, cuando veraneaban en Costa Azul, momento en que los A tres años de la edición del “London Calling” de los Clash y de la des- canarios Gustavo Parodi, Fabián “Hueso” Hernández y Gustavo Mariott integración de Joy Division; la evolución de la New-Wave y del pos-punk admitían al montevideano Gabriel Peluffo como cantante. La obtención español dieron lugar a toda una gama de influencias que Los Estómagos del primer lugar en un concurso menor en la ciudad de San José hubiese canalizaron en una propuesta propia, siempre reconocible a partir del pasado inadvertida si no fuera por la elección del tema “editado” que emblemático timbre de voz de Peluffo, cuyas corridas y saltos a lo largo debían versionar. En lugar de sus preferidos de las bandas contempo- de todo el escenario generaban una actitud escénica nunca antes vista. ráneas del rock español (que nadie iba a conocer), se decidieron por el Los textos y la música de sus 4 LP’s los muestran lúcidos, tanto al tran- tango ‘Cambalache’ (en onda “ramonística”), quedando patente de ese sitar caminos dark como en el primero (que termina con un seco disparo modo su concepción nihilista y la ausencia de herencias musicales rio- de pistola) y el tercero (de la macabra muñeca), como al momento de platenses más cercanas en el tiempo. componer canciones que llegarían a trascender el paso del tiempo. Tan sólo algunas de las razones por las cuales se los considera mucho más que los pioneros del resurgimiento del rock en Uruguay. FOTOGRAFÍA : RODOLFO FUENTES 92 93
  • 49. In t e graci ón Gabriel Peluffo (voz). Gustavo Parodi (guitarra). Fabián “Hueso” Hernández (bajo). Gustavo Mariott (batería 1983- 85). Leonardo Baroncini (batería 1985-86). Marcelo Lasso (batería 1986-89). Andy Adler (guitarra octubre 1983- enero 84). FOTOGRAFÍA : RODOLFO FUENTES D i scogra f ía e s e nci a l “Tango que me hiciste mal” (1985, Orfeo, reeditado en CD por Bizarro). “La ley es otra” (1986, Orfeo, reeditado en CD por Bizarro). “Los Estómagos” (1987, Orfeo). “No habrá condenado que aguante” (1988, Orfeo). 94 95
  • 50. FOTOGRAFÍA : MARCELO ISARRUALDE RODOLFO FUENTES FOTOGRAFÍA : MARCELO ISARRUALDE 96 97
  • 51. BUIT RES DESPUÉS DE L A UN A (1989 - ) En noviembre de 1989 (tres meses después del recital “Despedida de D i scogra f ía d e B u i t r e s Estómagos”), José “Pepe” Rambao se unió a Parodi y Peluffo para for- “Buitres después de la una” (1990, Orfeo). mar Buitres Después de la Una. Luego de sortear varias etapas de lu- “La bruja” (1991, Orfeo). cha permanente por sobrevivir, la polenta de la banda y las decenas de “Maraviya” (1993, Orfeo). himnos compuestos generaron una profunda, duradera e íntima relación “Deliciosas criaturas perfumadas” (1995, Orfeo). con un amplio público rockero proveniente de los más diversos barrios “El amor te ha hecho idiota” (1996, Orfeo). y clases sociales. Merecidamente, los Buitres alcanzaron la cima y aún “Rantifusa” (1998, Dakar, reeditado por Koala). se mantienen en ella. “10 años en vivo” (2000, Bizarro). “Buena suerte… hasta siempre” (2001, Bizarro). In t e graci ón d e B u i t r e s “Mientras” (2003, Koala). Gabriel Peluffo (voz y armónica). “Periplo” (2004, Koala). Gustavo Parodi (guitarra y coros). “17 años en vivo” (2006, MMG). José “Pepe” Rambao (bajo, coros y guitarra). “Canción de cuna para vidas en jauría” (2007, MMG). Bateristas: Marcelo Lasso (1989 - 1998), Irvin Carballo (1998 - 1999), Jorge Villar (2000 - 2006), Nicolás Souto (desde 2006). Referencias bib l iogr á ficas Orlando Fernández (bajo, desde 2005). Gabriel Peveroni, Fernando Peláez: “Rock que me hiciste mal”. Ed. Banda Oriental (Diciembre, 2006) RODOLFO FUENTES 98 99
  • 52. 10 0 10 1
  • 53. 10 2 10 3
  • 54. LOS T R AIDORES (198 4 -2000 ) Así como había ocurrido en los primeros 70, una nueva camada de jóve- hallaban interlocutores con quienes dialogar. Su poética podía pasar de nes comunicadores jugó un papel crucial en la difusión del nuevo fenó- denuncias duras y directas a textos e imágenes sutiles, como ese men- meno. Fundamentalmente los nucleados en la radios de FM “El Dorado” saje que abre su primer LP… con el sonido de un discado telefónico que y “Emisora del Palacio”, y también Alfonso Carbone, quien al regresar terminaba dando ocupado … de un extenso viaje europeo comenzó a influir en el gusto de las nuevas generaciones y a modelar la propia estética de las bandas que surgían. Además de ‘La lluvia cae sobre Montevideo’ y ‘Juegos de poder’ (que ha- Durante 1985 Carbone fue el productor del primer LP de Estómagos y tuvo bían sido editados en “Graffiti”), el disco incluía futuros himnos como la visión de publicar el compilado “Graffiti”, que fue presentado en vivo ‘La muerte elegante’, ‘Viviana es una reaccionaria’ y ‘Flores en mi tumba’ el 25 de diciembre ante un Teatro de Verano colmado de público. (con claro aire de milonga), que sustituían a los 5 temas (entre ellos, el que daría el nombre al LP), que acababa de autocensurar el sello Orfeo por El importante espacio ganado tiene un mérito adicional ya que fue ges- considerarlos demasiado “fuertes” para la Ministra de Educación y Cultura. tado dentro de un clima bastante hostil y conflictivo. Mientras la policía democrática volvía a la nefasta práctica de las razzias, varios intelec- “Montevideo agoniza” fue editado en 1986 y aún hoy es considerado uno tuales editorializaban su rechazo frontal hacia este movimiento, ya fuera de los mejores discos de la historia del rock uruguayo. Las líneas del bajo por sus contenidos artísticos o por la forma de plantarse ante la nueva de “Pato” Dana, los ambientes paralelos creados por las melodías del realidad social y política que vivía el país. excelente guitarrista Víctor Nattero y la presencia carismática de Juan Llamarse Los Traidores, ponerse jeans rotos, gabardinas y gachos tan- Casanova (la otra voz emblemática de la generación) lograron plasmar gueros no parecía encajar con la “seria” algarabía del regreso a la de- en la grabación esa mezcla de furia vital y duro existencialismo que la mocracia. Pero a estos muchachos callejeros (que no tenían ropa ni ins- banda emanaba en sus presentaciones. trumentos para elegir), les importaba un bledo. Ellos encontraron en la Los Traidores habían generado uno de los proyectos más explosivos e estética punk la mejor forma de insertarse en un mundo en el que no interesantes de la contracultura del momento y estaban destinados a FOTOGRAFÍA : MARCELO ISARRUALDE constituirse en una banda de culto dentro de esta historia. 10 4 10 5
  • 55. D i scogra f ía “Montevideo agoniza” (1986, Orfeo, reeditado en CD en 2007 por Bi- zarro). “En cualquier parte del mundo” (1987, Orfeo). “Traidores” (1988, Orfeo). “La lluvia ha vuelto a caer” (1992, Orfeo). “Radio Babilonia” (1995, Monitor). “Traidores en la profunda noche” (1998, Koala). “Traidores en vivo y en directo” (2000, A. N. P.) “Primavera digital” (2002, Koala). Referencias bib l iogr á ficas Gabriel Peveroni, Fernando Peláez: “Rock que me hiciste mal”. Ed. In t e graci ón Banda Oriental (Diciembre, 2006) Juan Casanova (voz). Víctor Nattero (guitarra). Desde su labor periodística y en los ciclos de Meridiano Juvenil (junto Pablo “Pato” Dana (bajo). a Deco Núñez), Raúl Forlán y Guillermo Baltar argumentaban en contra Alejandro Bourdillón (batería 1984- 86). de la connotación imperialista (y hasta antidemocrática) que algunos Caio Martínez (teclados 1987-88). querían adjudicar al movimiento rockero. Temas como ‘Blanca’ de ADN Marcelo Olivera (batería 1986-88, 1991-92). (sobre los desaparecidos), ‘Razzia’ de Guerrilla Urbana, ‘Torturador’ de Estómagos, ‘Riga’ de Zero y la clasista ‘Barrio Rico’ de Traidores, cons- Daniel Bonilla (bajo 1991-92). tituyen una pequeña muestra de las canciones que tiran al piso aquella Daniel Jacques (bajo 1994-95 y 2000). absurda asociación. Andrés Arrillaga batería (1994-95). Roberto Rodino (batería 1998). Fernando Alfaro (batería 2000). 10 6 10 7
  • 56. 10 8 10 9
  • 57. LOS TON TOS (1983-1988) El compilado “Graffiti” también incluyó otras canciones de valor, como El rock nacional se consolidaba entre 1986 y 1987 con una serie de hitos ‘Riga’ de Zero, banda techno que alcanzaría su mejor momento en 1987 destacables. El festival “Montevideo Rock I” realizado durante tres días con la edición de su (único) LP “Visitantes”. Pero la que logró el mayor de noviembre del 86 en la Rural del Prado (con Sumo, Fito Páez, La Torre, efecto sorpresa fue ‘Himno de los conductores imprudentes’ de Los Ton- Git y Legiao Urbana, además de 30 grupos uruguayos y dos chilenos), tos (con música de Mandrake Wolf), conocida popularmente como “la ediciones de varios discos (algunos grabados en Buenos Aires), progra- canción del puré” que, apoyada en un ocurrente videoclip, se convirtió mas de radio y TV (como “La cueva del Rock” conducida por los propios en el mayor “hit” de esta etapa. Tontos), suplementos de diarios, fanzines (GAS, Suicidio Colectivo), ci- clos culturales (“Cabaret Voltaire”, “Arte en la lona”, los “Circos” del Los Tontos escaparon al mayoritario estigma oscuro y desencantado de Parque Batlle), el documental “Mamá era Punk”, apertura de diversos los primeros grupos del rock pos-dictadura dejando aflorar un humor pubs (como “Laskina”). El programa “Video Clips” festejaba sus 250 absurdo, cínico y hasta provocativo, dentro de una propuesta musical emisiones con un festival colectivo trasmitido en directo por radio y TV eminentemente pop y New Wave. Desde la elección de sus apodos: Cal- (editado luego en “Rock en el Palacio”) mientras el “Día Pop” hacía lo vin Rodríguez, Renzo Teflón y Trevor Podargo (que el público creyó como propio con una gran reunión en el Teatro de Verano. nombres reales, no reconociendo que el baterista era el mismo de los Estómagos), hasta aquella ambigua imagen punk-carnavalera que ge- En medio de toda esta efervescencia, Los Tontos fueron el grupo que neraban sus disfraces al momento de tocar. Y, por supuesto, pasando por alcanzó la mayor popularidad, llegando al “disco de oro” en sus dos pri- las decenas de postales bizarras en temas intitulados ‘La gordita 103’, meros LP’s. Y también fueron los más agredidos por parte de un sector ‘Pasame la escoba’, ‘El geronticida’, ‘¿Conoce Ud. a Fuko?’, ‘Mi guater- que confundió frescura e inteligencia con banalidad y frivolidad. cló azul’, ‘Elmer el gruñón’, ‘Los que salen en revistas’, ‘Oídos nariz y garganta’, ‘Menéndez el demente’ que incluía acrobacias verbales: ¿ves ese vejete enclenque? / que pretende meter / el flete en el pesebre? / Es Menéndez el demente / el gerente mequetrefe … 110 111
  • 58. In t e graci ón p r i nci p a l Renzo Guridi (“Renzo Teflón”) (bajo y voz principal). Fernando Rodríguez (“Calvin”) (guitarra y coro). Leonardo Baroncini (“Trevor Podargo”) (batería y coro). D i scogra f ía “Los Tontos” (1986, Orfeo, reeditado en CD en 2007 por Bizarro). “Los Tontos al natural” (1987, Orfeo). “Chau Jetón!” (Orfeo, 1988). “Los archivos secretos del Dr. Teflón” (1999, Obligado). “Descafeinados” (2000). Referencias bib l iogr á ficas Gabriel Peveroni, Fernando Peláez: “Rock que me hiciste mal”. Ed. Banda Oriental (Diciembre, 2006) El entusiasmo de esta movida se veía amplificado por una suerte de sen- timiento fundacional. Músicos y público estaban convencidos de estar protagonizando un hecho inédito en nuestro país. Y los medios contri- buían a afianzar esa percepción. La entrañable El Dorado FM organiza- ba el “Primer certamen de rock uruguayo”, mientras el diario El Día se olvidaba de su propio suplemento “La Nueva Gente” catalogando a “Día Pop” como “el primer suplemento para la juventud de Uruguay”. Más que parricidio (como en Londres) se trataba de orfandad, pues se ignoraba todo lo que había ocurrido previamente en Uruguay. El quiebre provocado por la dictadura había sido brutal. FOTOGR AFÍA : FABIA N OLIVER 112 113
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  • 60. FOTOGRAFÍA : MARCELO ISARRUALDE 116 117