SlideShare une entreprise Scribd logo
1  sur  27
3. RACIONALISMO CRÍTICO:
Su principal precursor: POPPER.
Presenta una nueva concepción de la ciencia y de la metodología, conocida también
por Falsacionismo.
Es una teoría:

E Racionalista: porque el conocimiento es fruto de una actividad interpretativa de la
razón.
r Crítica: porque las interpretaciones de la razón deben ser siempre corregidas y
revisadas críticamente.
2. No es cierto que la ciencia surja de la inducción, es falso que la ciencia surja de la
observación porque los problemas científicos no son planteados por la realidad sino
por los investigadores.
Por otro lado, el denominado “problema de la inducción” es un tema que presenta
determinadas implicaciones incluso para aquellos que no suscriben la metodología
inductivista. La cuestión se plantea ante la duda de si la evidencia inductiva puede
ser utilizada para predecir futuros acontecimientos; en consecuencia, el problema de
la inducción surge a partir de nuestra incapacidad para proporcionar elementos
racionales que puedan ser utilizadas para explicar algo más allá de la evidencia
disponible (Pheby, 1988,)
Es corriente calificar de inductiva a una inferencia que pasa de enunciados
singulares (“particulares”) (descripciones, experimentos) a enunciados universales
(hipótesis, teorías).
     Pero desde el punto de vista de la lógica no es obvio que se justifique hacer
inferencias universales desde hechos singulares pues esta conclusión correrá el
riesgo de ser falsa ya que seguramente no podremos registrar todos los hechos.
   El problema de la inducción hace referencia, entonces, al debate sobre si están
justificadas las inferencias inductivas, o bajo qué condiciones lo están.
La decisión positiva sobre una teoría no es eterna: decisiones negativas
subsecuentes pueden falsarla.
   Una teoría tiene “temple” cuando ha sido corroborada por la experiencia. Pero esto
no significa que se pase de un razonamiento del tipo verdad de enunciados
singulares = verdad de teorías.
   Es decir: teorías o CONCLUSIONES “VERIFICADAS” NO IMPLICAN QUE SEAN
“VERDADERAS” NI SIQUIERA “PROBABLES”




                                           1
NEOPOSITIVISMO O CÍRCULO DE VIENA

       PRECEDENTE: A. Comte (1798-1857)                            FUNDADOR: Moritz Schlick (1882-1936)

        FIGURA: Rudolf Carnap (1891-1970)                           Alfred Julius Ayer (Británico, 1910-1989)

      TESIS               El objetivo de la ciencia es encuadrar hechos en leyes.
                     1
El                        Sólo hay hechos y leyes. La ontología y la metafísica carecen de sentido
                     2
                          Criterio de demarcación: una proposición es científica si tiene significado
                     3
                          Una proposición tiene significado cuando se puede demostrar si es verdadero o falsa
                     4
                          Al criterio de demarcación se le conoce como principio de verificación
                     5
                          La base del método científico es el método inductivo
                     6
                           La inducción es completada con deducciones y experimentos
                     7
                          Pasos: A. Hecho observable, descrito en proposición protocolar. B. Hipótesis general
                          C. Deducción de las consecuencias de la hipótesis. D. Comprobación (experimento) de
                     8    las consecuencias. E. Si es confirmada, ley; si no lo es, se la rechaza.

                          Lo importante no es modo de descubrimiento, puede ser variado, sino el modo de
                     9    justificación: se contrastan con la experiencia y se inducen a partir de ella.

                          La inducción es válida si: A. El número de enunciados observaciones es muy
                          amplio. B. Observaciones en las condiciones más variadas posible. C. Que la ley
                     10   inducida no contradiga ningún enunciado observacional.
empirismo lógico (también denominado positivismo lógico) es una corriente de
filosofía de la ciencia que surgió durante el primer tercio del siglo XX, alrededor del
grupo de científicos y filósofos que formaron el célebre Círculo de Viena (Wiener
Kreis en alemán).
Desde su punto de vista los empiristas lógicos intentaron ofrecer una visión general
de la ciencia que abarcaba principalmente sus aspectos gnoseológicos y
metodológicos. Sostenían como tesis central sostiene que un enunciado es
cognitivamente significativo sólo si es verificable empíricamente o es analítica, es la
tesis conocida como "del significado por verificación". Sólo los enunciados de la
ciencia empírica cumplen con el primer requisito, y sólo los enunciados de la lógica y
las matemáticas cumplen con el segundo. Los enunciados típicamente filosóficos no
cumplen con ninguno de los dos requisitos, y en tal sentido, la filosofía he de
convertirse en un método de análisis lógico de los enunciados de la ciencia
Las posiciones de los empiristas lógicos respecto de algunos temas clave de la
filosofía de la ciencia (el origen del sentido de los enunciados, la puesta a prueba de
las teorías, el concepto de explicación científica y la unidad de la ciencia, entre otros)
se conocen con el nombre colectivo de "concepción heredada" (received view).

Enunciados analíticos o sintéticos
Desde Kant -precedido por Leibniz y Hume- se sostenía que los enunciados son de
dos clases: analíticos o sintéticos. La diferencia entre estos dos enunciados estriba
en la forma cómo se les predica la verdad: para los analíticos, sólo en función del
significado de sus términos; para los sintéticos, en función de cómo es el mundo. Los
analíticos, entonces, no nos dicen nada sobre el mundo: son puras tautologías. Los
sintéticos sí hablan sobre el mundo. Ejemplos de enunciados analíticos: "Todos los
solteros son no casados"; "el color negro es oscuro". Ejemplos de enunciados
sintéticos: "Hay un automóvil allá afuera"; "Está lloviendo".
Ahora bien, también hay una diferencia entre cómo se conocen los enunciados:
algunos son cognoscibles a priori y otros a posteriori. Los a priori son cognoscibles
por un puro ejercicio de la razón, sin necesidad de recurrir al mundo. Los a posteriori
necesitan, para ser conocidos, que el sujeto recurra al mundo. Lo a priori es
necesario (no puede no suceder) y lo a posteriori es contingente (puede no suceder).

Proposiciones, pseudoproposiciones y pseudoproblemas

                                                       2
¿Cómo sabemos que un enunciado como "Hoy está lloviendo" es verdadero? Oímos
la lluvia, o vemos el agua caer, o vemos el agua caer y oímos la lluvia y olemos el
pavimento mojado: así sabemos que hoy, de hecho, está lloviendo. Entonces el
enunciado "Hoy está lloviendo" tiene sentido, porque podemos saber si es verdadero
o es falso. Ahora, ¿Cómo sabemos que un enunciado como "El Ser es inmóvil" es
verdadero? Obviamente nunca hemos visto tal cosa como "el Ser", y tampoco lo
hemos visto moverse, permanecer quieto, o sonreír. ¿Entonces cómo sabemos si
ese enunciado es verdadero?

Los empiristas lógicos dicen: sólo podemos hablar de cómo es el mundo si tenemos
experiencia sensorial de él. Si hablamos del mundo, es porque lo percibimos
mediante los sentidos.
Si no hay experiencias sensoriales que nos puedan decir si "El Ser es inmóvil" es
verdadero o falso, entonces "El Ser es inmóvil" carece de sentido. Y si no es así y
tampoco es lógica o matemática, es una pseudoproposición, esto es, que parece
proposición… pero no lo es.

Enunciados como "el Ser es inmóvil" o "la Nada nadea" parecen estar bien
estructurados en una forma sujeto-predicado: "el Ser" y "la Nada" serían los sujetos
de las dos frases; "es inmóvil" y "nadea" sus respectivos predicados. Sin embargo,
'Ser' y 'Nada' no son sujetos: uno es un verbo y el otro es un cuantificador. En otras
pseudoproposiciones tales como 'Dios posee infinitos atributos' o 'Tengo libre
voluntad', no hay manera de comprobar esto empíricamente: nadie puede ver a Dios
y reconocerlo en sus infinitos atributos, y tampoco podría, alguien, darse cuenta que
hasta ahora estaba de alguna manera determinado a actuar involuntariamente.
En consecuencia, -afirman los empiristas lógicos-, Los problemas de la metafísica,
entonces, dicen los empiristas lógicos, son pseudoproblemas: no pueden resolverse,
sino que deben disolverse mediante un análisis del lenguaje, con ayuda de la lógica.
Tal análisis nos probará que no nos referíamos a cuestiones de hecho, sino que
estábamos usando mal el lenguaje.

El "lenguaje-objeto" real es el lenguaje de las ciencias, como proposiciones como "La
Luna es redonda" o "El agua es H2O", que sí se refieren al mundo.

¿Cuándo unas proposición tiene sentido?
Hay dos maneras en que una proposición puede tener sentido: hablando acerca del
mundo y por tanto teniendo condiciones de verificación empírica bien determinadas,
o no hablando acerca del mundo. Hemos visto que los enunciados acerca del mundo
-sintéticos-, para los empiristas lógicos, sólo podían ser a posteriori, es decir, sólo
comprobables empíricamente. Pero también hay otra manera de conocer algo: a
priori.
Sé que 3×3 es 9, siempre, y para saberlo no necesitamos encerrarnos en un
laboratorio ni disponer de instrumentos de conteo alguno: lo sabemos solamente
calculando. De la misma manera, sabemos que ningún soltero está casado, y sin
necesidad de recurrir a un experimento. También sé que, por modus ponens, puedo
deducir la proposición 'y' dadas dos premisas: si 'x', entonces 'y', y es el caso que 'x'.
Para esto tampoco necesito ninguna experimentación, no necesito recurrir al mundo.
Conozco esto de manera a priori, sin experiencia. Pero, como lo conozco sin
necesidad de experiencia, entonces ni el modus ponens, ni la multiplicación de 3 por
3, ni la soltería de los no casados me dicen algo sobre el mundo. ¿Cómo iban a
hacerlo, si puedo conocerlos sin experiencias empíricas? Y como no me dicen nada


                                            3
sobre el mundo, entonces son proposiciones analíticas, que son verdaderas sólo en
virtud del significado, y de las reglas estipuladas. "Todo soltero es no casado" es
verdadero porque ser soltero significa no estar casado. 3×3=9 es verdadero por los
usos estipulados que les damos a los signos 'x' e ' = ', además de las reglas que
seguimos al darles ese uso, y los significados que les damos a los signos 3 y 9. [(P--
>Q) & P]-->Q es verdadero también porque así funciona nuestro lenguaje, y porque
así hemos dicho que funcionan los signos & y --> y las metavariables P y Q.
Por esto, todas las verdades a priori son, para los empiristas lógicos, analíticas. Y
como son a priori deben ser necesarias. Recordemos que las proposiciones
sintéticas son aquéllas cuyo valor de verdad depende de los hechos en el mundo. Y
por esto son contingentes: pueden o podrían no haber sucedido o no suceder. Yo
podría no estar redactando este artículo (pues podría estar estudiando para el
examen), tú podrías no estar leyendo esto, hoy puede llover, Sócrates podría no
haber nacido, es posible que mañana muera el presidente de la nación. Ahora,
hemos dicho que los analíticos son verdaderos no en función del mundo, sino en
función del significado y las reglas.
Esto nos dice por qué todos los enunciados que son analíticos son a priori, y también
necesariamente verdaderos. Cuando a una proposición o conjunto de proposiciones
se les hace una tabla de verdad, y resulta que tal proposición es verdadera en todos
los casos, decimos que esa proposición es tautológica. Esto sucede con las
proposiciones analíticas, y justo por eso decimos que son necesarias. Para los
positivistas lógicos, entonces (siguiendo al primer Wittgenstein), todos los
enunciados analíticos son tautologías, es decir, que son siempre verdaderas. (Los
enunciados que son siempre falsos se llaman autocontradictorios).

HASTA AQUÍ


El empirismo lógico (también denominado positivismo lógico) es una corriente de
filosofía de la ciencia que surgió durante el primer tercio del siglo XX, alrededor del
grupo de científicos y filósofos que formaron el célebre Círculo de Viena (Wiener
Kreis en alemán).
Desde su punto de vista los empiristas lógicos intentaron ofrecer una visión general
de la ciencia que abarcaba principalmente sus aspectos gnoseológicos y
metodológicos. Sostenían como tesis central sostiene que un enunciado es
cognitivamente significativo sólo si es verificable empíricamente o es analítica, es la
tesis conocida como "del significado por verificación". Sólo los enunciados de la
ciencia empírica cumplen con el primer requisito, y sólo los enunciados de la lógica y
las matemáticas cumplen con el segundo. Los enunciados típicamente filosóficos no
cumplen con ninguno de los dos requisitos, y en tal sentido, la filosofía he de
convertirse en un método de análisis lógico de los enunciados de la ciencia
Las posiciones de los empiristas lógicos respecto de algunos temas clave de la
filosofía de la ciencia (el origen del sentido de los enunciados, la puesta a prueba de
las teorías, el concepto de explicación científica y la unidad de la ciencia, entre otros)
se conocen con el nombre colectivo de "concepción heredada" (received view).

Contenido
[ocultar]
1 El Círculo de Viena
2 A priori, a posteriori, analítico y sintético
3 El sentido de una proposición, las pseudoproposiciones y los pseudoproblemas


                                            4
4 Reduccionismo, enunciados protocolares, fundamentos del conocimiento y
epistemología
5 A priori
6 Unificación de la ciencia (Einheitswissenschaft)
7 Inducción y falsabilidad
8 Filosofía y análisis lógico
9 Críticas al positivismo lógico
10 Positivismo, filosofía analítica, metafísica…
11 Personalidades
12 Bibliografía básica
13 Véase también
      El Círculo de Viena [editar]
El grupo original constituyó el llamado Círculo de Viena, un grupo de científicos y
filósofos iniciado en 1924 por Moritz Schlick; posteriormente, Rudolf Carnap sería el
continuador y líder[cita requerida]. La mayoría de los componentes del Círculo de Viena
emigraron a otros países a partir de 1933, a raíz de la llegada al poder del nazismo.
Como antecedentes, en el Manifiesto del Círculo de Viena se mencionaban
personalidades como Locke y Hume, mientras otros como Karl Marx (por su
tratamiento científico de la historia), Leibniz (por sus matemáticas y su lógica)
también se consideraban precursores, pero sin contar con su metafísica. El
positivismo del siglo XIX también es considerado una influencia, aunque con matices.
Hay que recordar que, para los positivistas del siglo XIX, "sólo lo dado es real"
[cita requerida]
                 . Para los empiristas lógicos, esta proposición simplemente carece de
sentido [cita requerida].
Otras influencias poderosas fueron la metodología empírica desarrollada durante y
después de la mitad del siglo XIX, así como la lógica simbólica. Entre los
desarrolladores de la primera, están hombres de ciencia como Helmholtz, Ernst
Mach, Henri Poincaré, Pierre Duhem y Boltzman. Entre los desarrolladores de la
segunda están, entre otros, Frege, Russell y Whitehead, Giuseppe Peano y el primer
Wittgenstein.
En el Círculo de Viena se encontraban, entre otros: Rudolf Carnap (Mayo 18, 1891 -
Septiembre 14, 1970), quien proclamaba la superación de la metafísica mediante el
análisis lógico del lenguaje (véase La superación de la metafísica mediante el
análisis lógico del lenguaje); Kurt Gödel (28 de de abril de 1906 - 14 de enero de
1978) quien formuló el famoso teorema de incompletitud; David Hilbert (23 de Enero
de 1862 - 14 de Febrero de 1943) el famoso redactor de Los problemas futuros de la
Matemática; y otros como Herbert Feigl, Philipp Frank, Hans Hahn, Carl Gustav
Hempel, Karl Menger, Richard Von Mises, Otto Neurath, Hans Reichenbach, Moritz
Schlick y Friedrich Waismann. En Inglaterra, Sir Alfred Jules Ayer (Octubre 29, 1910 -
Junio 27, 1989) fue el más importante representante de esta corriente (véase
Lenguaje, verdad y lógica)
A priori, a posteriori, analítico y sintético [editar]
Kant (Véase Crítica de la razón pura) -precedido por Leibniz y Hume- había dicho
que los enunciados son de dos clases: analíticos o sintéticos. La diferencia entre
estos dos enunciados estriba en la forma como se les predica verdad: para los
analíticos, sólo en función del significado de sus términos; para los sintéticos, en
función de cómo es el mundo. Los analíticos, entonces, no nos dicen nada sobre el
mundo: son puras tautologías. Los sintéticos sí hablan sobre el mundo. Ejemplos de
enunciados analíticos: "Todos los solteros son no casados"; "el color negro es
oscuro". Ejemplos de enunciados sintéticos: "Hay un automóvil allá afuera"; "Está
lloviendo".

                                          5
Ahora bien, también hay una diferencia entre cómo se conocen los enunciados:
algunos son cognoscibles a priori y otros a posteriori. Los a priori son cognoscibles
por un puro ejercicio de la razón, sin necesidad de recurrir al mundo. Los a posteriori
necesitan, para ser conocidos, que el sujeto recurra al mundo. Lo a priori es
necesario (no puede no suceder) y lo a posteriori es contingente (puede no suceder).
Kant había dicho que existen algunos enunciados sintéticos a priori, esto es, algunos
enunciados que nos dicen cosas sobre el mundo y que pueden ser conocidos sin
recurrir a la observación empírica; y que, como son a priori, entonces son necesarios.
Para Kant, un sintético a priori serían las matemáticas, o la metafísica de las
costumbres. Los empiristas lógicos aceptan las distinciones de Kant, pero niegan que
pueda haber un sintético a priori: si lo hay, entonces hay enunciados que hablan
sobre el mundo pero que no necesitan de verificación empírica. Pero los empiristas
quieren alejarse de este camino. La sección siguiente explicará por qué.
El sentido de una proposición, las pseudoproposiciones y los pseudoproblemas
[editar]
¿Cómo sabemos que un enunciado como "Hoy está lloviendo" es verdadero? Oímos
la lluvia, o vemos el agua caer, o vemos el agua caer y oímos la lluvia y olemos el
pavimento mojado: así sabemos que hoy, de hecho, está lloviendo. Entonces el
enunciado "Hoy está lloviendo" tiene sentido, porque podemos saber si es verdadero
o es falso. Ahora, ¿Cómo sabemos que un enunciado como "El Ser es inmóvil" es
verdadero? Obviamente nunca hemos visto tal cosa como "el Ser", y tampoco lo
hemos visto moverse, permanecer quieto, o sonreír. ¿Entonces cómo sabemos si
ese enunciado es verdadero? Los metafísicos hubieran respondido: por supuesto no
a través de la evidencia empírica, pues esa clase de evidencia no nos ha llevado a
hablar del Ser. Son enunciados que son demostrados por la pura razón, a priori. Pero
recuérdese que los empiristas lógicos han negado que podamos hablar del mundo
-enunciados sintéticos- sin experiencia de él -a priori-.
Los empiristas lógicos dicen: sólo podemos hablar de cómo es el mundo si tenemos
experiencia sensorial de él. Si hablamos del mundo, es porque lo percibimos
mediante los sentidos. ¿Hay alguna otra manera de conocer el mundo, además de
los sentidos? Sí, mediante el razonamiento lógico-deductivo, es decir, lo a priori,
como las matemáticas, la lógica y los significados conceptuales.
El sentido de una proposición se determina, creyeron el primer Wittgenstein, Russell
y los empiristas lógicos, por las experiencias sensoriales que nos pueden decir si esa
proposición es verdadera o falsa. Si no hay experiencias sensoriales que nos puedan
decir si "El Ser es inmóvil" es verdadero o falso, entonces "El Ser es inmóvil" carece
de sentido.
Pero alguien muy bien podría decir: ¡Momento! ¡'el Ser es inmóvil' es un enunciado
completamente bien estructurado, gramaticalmente hablando! La respuesta es: así
parece, pero no lo es en realidad. Hemos visto que, para toda proposición, si puede
ser comprobada -o, para Popper, demostrada falsa- empíricamente, entonces la
proposición tiene sentido. Y si no es así y tampoco es lógica o matemática, es una
pseudoproposición, esto es, que parece proposición… pero no lo es. ¿Por qué?
Enunciados como "el Ser es inmóvil" o "la Nada nadea" parecen estar bien
estructurados en una forma sujeto-predicado: "el Ser" y "la Nada" serían los sujetos
de las dos frases; "es inmóvil" y "nadea" sus respectivos predicados. Sin embargo,
'Ser' y 'Nada' no son sujetos: uno es un verbo y el otro es un cuantificador.
Cometemos la falacia de reificación al creer que son sujetos. En otras
pseudoproposiciones tales como 'Dios posee infinitos atributos' o 'Tengo libre
voluntad', el problema es que no hay manera de comprobar esto empíricamente:
nadie puede ver a Dios y reconocerlo en sus infinitos atributos, y tampoco podría,


                                          6
alguien, darse cuenta que hasta ahora estaba de alguna manera determinado a
actuar involuntariamente.
Los problemas de la metafísica, entonces, dicen los empiristas lógicos, son
pseudoproblemas: no pueden resolverse, sino que deben disolverse mediante un
análisis del lenguaje, con ayuda de la lógica. Tal análisis nos probará que no nos
referíamos a cuestiones de hecho, sino que estábamos usando mal el lenguaje. Este
mal uso es denominado por Carnap "lenguaje de pseudo-objeto", porque parece
referirse a objetos o hechos en el mundo, pero no es así. El "lenguaje-objeto" real es
el lenguaje de las ciencias, como proposiciones como "La Luna es redonda" o "El
agua es H2O", que sí se refieren al mundo.
Por esto mismo, la metafísica sería borrada del mapa simplemente analizando y
encontrando los errores que yacían en ella. Algo muy parecido sucedería con la ética
y la estética. La ética se iría de la filosofía porque enunciados como "odiar es malo"
no son en realidad enunciados declarativos -no hablan de cuestiones de hecho-, sino
imperativos: dicen algo que debe hacerse. Sin embargo, estos imperativos cometen
la falacia naturalista al derivar lo que debe ser el caso, de lo que de hecho es el caso.
Por esto la ética se movería de la filosofía al campo de la psicología, que nos diría
porqué de hecho creemos que ciertas cosas son buenas y otras malas. Lo mismo,
con las apropiadas sustituciones, sucedería con la estética. Los elementos
metafísicos de las dos materias serían, por supuesto, eliminados.
Reduccionismo, enunciados protocolares, fundamentos del conocimiento y
epistemología [editar]
Entonces: el sentido de una proposición se determina empíricamente. Si esto es así,
entonces para toda proposición con sentido en el lenguaje-físico (como "La Luna es
redonda"), hay una proposición en el lenguaje-sensorial que le corresponde. (Una
proposición en lenguaje sensorial es la que reporta inmediatamente los datos
recibidos por los cinco sentidos humanos, agregándole cuantificadores, conectivas y
coordenadas espaciotemporales para hacerla significativa: "Hay un rojo blando y
ácido aquí, en este momento"; o: "a las 7 de la mañana del jueves, vi un redondo
blanco en tal y tal lugar").
Es decir, la oración "La Luna es redonda" puede reducirse a enunciados como "Hay
un objeto blanco y redondo en este momento tal que lo llamamos Luna". Carnap y
algunos otros, como Schlick, creían que estos enunciados eran el fundamento de
nuestro conocimiento. Ellos llamaron a estos enunciados en el lenguaje-sensorial
enunciados protocolares. Esto es, que para saber si estábamos justificados para
decir que sabemos tal o cual proposición, debemos apelar a estos enunciados
(recordemos que el sentido de una proposición son sus condiciones de verificación
empírica). Para otro miembro del Círculo de Viena, Otto Neurath, el fundamento del
conocimiento no son estas proposiciones, y de hecho el conocimiento no tiene
fundamento: el conocimiento se da sólo entre sistemas coherentes de proposiciones,
y la justificación no es asimétrica (esto es, no hay más justificación en una
proposición que en otra), sino que se otorga mutuamente entre proposiciones. Moritz
Schlick debatió con él y, de hecho, este mismo debate duraría -aún cuando el
empirismo lógico ya había sido rechazado- en el centro de la epistemología por casi
todo el siglo XX: el debate fundacionalismo/coherentismo.
A priori [editar]
Hay dos maneras en que una proposición puede tener sentido: hablando acerca del
mundo y por tanto teniendo condiciones de verificación empírica bien determinadas,
o no hablando acerca del mundo. Hemos visto que los enunciados acerca del mundo
-sintéticos-, para los empiristas lógicos, sólo podían ser a posteriori, es decir, sólo



                                           7
comprobables empíricamente. Pero también hay otra manera de conocer algo: a
priori.
Sé que 2×2 es 4, siempre, y no tengo -aunque puedo hacerlo, claro- que contar con
mis dedos o encerrarme en el laboratorio para saberlo: lo sé solamente calculando.
De la misma manera, sé que ningún soltero está casado, y sin necesidad de recurrir
a un experimento. También sé que, por modus ponens, puedo deducir la proposición
'y' dadas dos premisas: si 'x', entonces 'y', y es el caso que 'x'. Para esto tampoco
necesito ninguna experimentación, no necesito recurrir al mundo. Conozco esto de
manera a priori, sin experiencia. Pero, como lo conozco sin necesidad de
experiencia, entonces ni el modus ponens, ni la multiplicación de 2 por 2, ni la
soltería de los no casados me dicen algo sobre el mundo. ¿Cómo iban a hacerlo, si
puedo conocerlos sin experiencias empíricas? Y como no me dicen nada sobre el
mundo, entonces son proposiciones analíticas, que son verdaderas sólo en virtud del
significado, y de las reglas estipuladas. "Todo soltero es no casado" es verdadero
porque ser soltero significa no estar casado. 2×2=4 es verdadero por los usos
estipulados que les damos a los signos '×' e ' = ', además de las reglas que seguimos
al darles ese uso, y los significados que les damos a los signos 2 y 4. [(P-->Q)&P]--
>Q es verdadero también porque así funciona nuestro lenguaje, y porque así hemos
dicho que funcionan los signos & y --> y las metavariables P y Q.
Por esto, todas las verdades a priori son, para los empiristas lógicos, analíticas. Y
como son a priori deben ser necesarias. Recordemos que las proposiciones
sintéticas son aquéllas cuyo valor de verdad depende de los hechos en el mundo. Y
por esto son contingentes: pueden o podrían no haber sucedido o no suceder. Yo
podría no estar redactando este artículo (pues podría estar estudiando para el
examen), tú podrías no estar leyendo esto, hoy puede llover, Sócrates podría no
haber nacido, es posible que mañana muera el presidente de la nación. Ahora,
hemos dicho que los analíticos son verdaderos no en función del mundo, sino en
función del significado y las reglas. '2–1=1' siempre va a ser verdadero, claro,
siempre que hayan tales significados y reglas. Pero si, en otro lenguaje, 'chango'
fuera lo que nosotros entendemos por '2'; 'perro' lo que nosotros por '1'; 'corre' por '-';
y 'tira de materias' por ='; entonces 'chango corre perro tira de materias perro'
seguiría siendo verdadero, puesto que no han variado las reglas de la 'operación'
sino un cambio (renombramiento) en las variables involucradas.
Esto nos dice por qué todos los enunciados que son analíticos son a priori, y también
necesariamente verdaderos. Cuando a una proposición o conjunto de proposiciones
se les hace una tabla de verdad, y resulta que tal proposición es verdadera en todos
los casos, decimos que esa proposición es tautológica. Esto sucede con las
proposiciones analíticas, y justo por eso decimos que son necesarias. Para los
positivistas lógicos, entonces (siguiendo al primer Wittgenstein), todos los
enunciados analíticos son tautologías, es decir, que son siempre verdaderas. (Los
enunciados que son siempre falsos se llaman autocontradictorios)
Unificación de la ciencia (Einheitswissenschaft) [editar]
Recordemos que un enunciado en el lenguaje físico puede reducirse a otro en el
lenguaje sensorial: "ahí hay un mesa" puede reducirse a algo así como "en tal lugar y
en tal momento, percibo color café, forma rectangular...", etcétera. Y estos
enunciados serían la base de nuestro conocimiento.
Siendo esto así, entonces el proyecto empirista parecía posible: reducir toda la
ciencia natural a enunciados protocolares. Carnap introduce -poco después y frente a
los problemas que esto implicaba- además de experiencia sensorial, lógica y teoría
de conjuntos.



                                            8
Russel y Whitehead ya habían iniciado la tarea de la reducción de la matemática a la
lógica. Si podíamos hacer esta reducción, los grandes teoremas y las enormes
demostraciones resultarían más claras, pues conoceríamos los fundamentos. De
igual manera, las teorías en las ciencias naturales serían más claras y más seguras
conociendo en qué estaban fundadas: en qué enunciados protocolares.
Y como toda iba a ser reducido a enunciados protocolares, entonces la ciencia
natural sería vista como un extenso conjunto de tales enunciados.
Inducción y falsabilidad [editar]
Un enorme problema que Hume nos heredó es, básicamente, cómo justificamos la
inducción (es decir, dicho vagamente, pasar de lo particular a lo general). Hume se
dio cuenta de que no es válido pasar de lo que de hecho es y ha sido el caso, a lo
que será o debe ser el caso, sin ninguna justificación para ello.
Este problema pone en cuestión toda la ciencia natural, que se basa en
razonamientos inductivos. Así, algunos miembros del Círculo de Viena (entre ellos
Carnap y Reichenbach) trataron de buscar una solución. Claro que no hubo una
definitiva.
Karl Popper es un personaje muy relacionado con el Círculo de Viena, pero que
nunca se confirmó positivista. Sin embargo, su filosofía estuvo muy cercana a la del
Círculo. Su respuesta al problema de la inducción es que la ciencia no avanza
confirmando teorías observacionalmente, sino demostrando que contradicen la
experiencia. Esto es, a grandes rasgos, el falsacionismo.
Popper critica severamente el inductivismo y lo desbanca de la filosofía de la ciencia
moderna mediante la lógica y las tesis del falibilismo. Es más, demuestra que el
justificacionismo científico es incorrecto debido a que los enunciados observables
(empíricos) no pueden ser probados, sino que simplemente pueden ser aceptados o
rechazados por convención atendiendo a las teorías experimentales, instrumentos y
criterios racionales comúnmente aceptados en el momento.
Según el falsacionismo, una teoría solo será científica si junto a ella se declara qué
hecho o conjunto de hechos podrían refutarla. Esto se conoce como el criterio de
demarcación. Las hipótesis o teorías que no sean falsables de esta forma serán
pseudocientíficas, mientras que las falsables serán científicas y podrán ser refutadas
o corroboradas conforme se realicen experimentos, los cuales irán dirigidos a
conseguir su refutación. Por otra parte, una teoría científica se rechazaría si es
refutada, lo cual se consigue a través de un experimento que la contradiga. A este
experimento se le suele llamar experimento crucial.
Filosofía y análisis lógico [editar]
Ya Wittgenstein, en el Tractatus logico-philosophicus, había dicho que la única
manera que quedaba de hacer filosofía, después de eliminar la metafísica, era el
análisis [cita requerida]. Ésta es la propuesta del empirismo lógico: sin metafísica,
psicología o ramas normativas, lo que queda es el análisis lógico. La filosofía sería el
análisis de las proposiciones de la ciencia, que serían purificadas de todo sinsentido
y toda metafísica, y fundamentadas en la teoría del conocimiento (epistemología).
Críticas al positivismo lógico [editar]
Ludwig Wittgenstein (en sus Investigaciones filosóficas), Popper (La lógica de la
investigación científica), Quine (Desde un punto de vista lógico) y otros, hicieron
críticas a los postulados fundamentales del empirismo lógico. De hecho, nunca hubo
un acuerdo unánime dentro del Círculo de Viena [cita requerida].
Hempel (en "Problemas y cambios en el criterio empirista del significado") hizo
críticas al verificacionismo de Ayer.
Popper criticó la idea de la inducción partiendo de la aplicación de la lógica formal.
Según Popper, es inválido extraer enunciados generales a partir de enunciados


                                           9
particulares; es decir, es erróneo en términos lógicos, concluir del enunciado: algunos
X se comportan de manera Z, el enunciado: todos los X se comportan de manera Z.
Además, critica el verificacionismo, ya que en una teoría debe ser posible verificar
todos los postulados para decir que es verdadera, lo cual es imposible. Más bien, se
debería concluir que la teoría es falsa si una de sus predicciones es falsa
(Falsacionismo de Popper).
Entre otros importantes críticos del positivismo lógico están Imre Lakatos con sus
Programas de investigación, Thomas S. Kuhn con su Paradigma y Paul Feyerabend
quien plantea que no existen criterios únicos de juicio para determinar si una teoría
es mejor que otra: lo más sano y más progresista, es apostar a la máxima
proliferación de visiones del mundo diferentes sobre cada tema, que no
necesariamente deben ser científicas, en tanto demuestren capacidad explicativa.
Entre los críticos de origen hispanoamericano del empirismo lógico destaca por la
originalidad y envergadura de su propuesta alternativa el argentino Mario Bunge,
quien a pesar de preconizar la potencia del análisis filosófico formal, se distancia del
empirismo lógico por su denodada defensa de la metafísica (que identifica con la
ontología) y por su realismo integral.
Positivismo, filosofía analítica, metafísica… [editar]
La filosofía del positivismo lógico fue quizá una de las más influyentes durante la
primera mitad del siglo XX, junto a la metafísica continental alemana y francesa.
Aunque el positivismo lógico fue rechazado en sus mismos términos, su influencia
perduró en lo que se conoce como filosofía analítica.
Sin embargo, creer que la filosofía analítica contemporánea es positivista, es un
craso error.
Posteriormente se vio la necesidad de formular teorías metafísicas/ontológicas y
éticas, pero, para evitar sinsentidos, ahora escudadas con la poderosa arma de la
lógica.
Aún hoy sobrevive la ruptura entre filosofía analítica y filosofía continental (herederos
de Hegel, Heidegger, etcétera), y no se ve una manera de resolverla.



RUDOLF CARNAP Y LA ELIMINACIÓN DE LA
METAFÍSICA
Lo dijo Hume : << [...] Si procediéramos a revisar las
bibliotecas convencidos de estos principios, ¡qué estragos no
haríamos! Si cogemos cualquier volumen de Teología o metafísica
escolástica, por ejemplo, preguntémonos : ¿contiene algún
razonamiento experimental a cerca de cuestiones de hecho o
existencia? No. Tírese entonces a las llamas, pues no puede contener
más que sofistería e ilusión>>. Partiendo de filósofos como él y otros
de una larga tradición empirísta y nominalista, se inicia a principios
del siglo XX una corriente de pensamiento que criticará con
rotundidad todas las proposiciones que no pertenezcan o a la lógica o
a las ciencias experimentales. Esta corriente de pensamiento, será
conocida con el nombre de Positivismo lógico. Corriente que
reivindicará ,entre muchas otras cosas, la clarificación del lenguaje
mediante la lógica. Gracias al análisis lógico –piensan estos
personajes- se eliminarán los problemas más importantes de la
tradición filosófica y, concretamente, los problemas metafísicos.
El Positivismo lógico, reunirá en su seno a un conjunto de


                                           10
pensadores que no pertenecerá a una única disciplina científica, por
el contrario, serán pensadores de muy variadas disciplinas como, por
ejemplo, matemáticas, física, química, etc., de la época, formando así
una serie de reuniones periódicas bajo un mismo fin, a saber, criticar
de una forma despiadada toda la metafísica.
En 1920, y, pese a sus divergencias en numerosos puntos, los
miembros de esta corriente, publican un manifiesto colectivo. En él
se dan a conocer internacionalmente como el grupo del Círculo de
Viena. La actividad en esos años suele ser fructífera pero, será a
partir de 1926, con la llegada de un joven alemán , Rudolf Carnap,
cuando la actividad del círculo se intensifique. Tanto es así, que esta
fecha será recordada como el segundo momento del Círculo de Viena.
En este segundo momento y, concretamente, bajo la firma de
Rudolf Carnap se publica un pequeño artículo en 1932 en el que este
autor hace estallar en mil pedazos toda la tradición metafísica. El
título del artículo : “La superación de la metafísica mediante el
análisis lógico del lenguaje”, define muy bien el objetivo que Carnap
se propone realizar, a saber, demostrar mediante el análisis lógico
que la metafísica es un sinsentido. Este artículo , en palabras de
Delacampagne , << [...] constituye una declaración de guerra contra
2
la metafísica [...] >>1. Eligirá para esta tarea de ataque despiadado a
la metafísica no la obra de un pensador poco relevante ,no, sino a un
filósofo que en aquella época gozaba de gran prestigio. Este pensador
era el mismísimo Martin Heidegger y su obra : “¿Qué es Metafísica?
,lección inaugural pronundiada por él en 1929, escrita nada más y
nada menos que después de la aparición de su obra monumental
“Sein und Zeit”.
Dicho esto y, sin más demora, voy a presentar en las pocas
líneas que me son permitidas el recorrido que plantea Carnap, en el
mencionado ensayo, para demostrar que la metafísica es un
sinsentido. Para ello expondré en la primera parte de este escrito las
tesis previas de Carnap con respecto a la metafísica , seguidamente,
la demostración del sinsentido metafísico ante un fragmento de la
obra : ¿Qué es metafísica? de Martin Heidegger. Como punto final y,
para poder ver las repercusiones de las tesis carnapianas contra la
metafísica, analizaré, si debido a esto, se llega al final de la filosofía o
por el contrario la filosofía tiene un objeto o método propio de estudio.
I
<< PSEUDOPROPOSICIONES CON UNA PALABRA
CARENTE DE SIGNIFICADO>>
Según piensa Carnap, el desarrollo de la lógica moderna ha
podido ofrecer respuestas nuevas a la validez y justificación de la
metafísica dando un resultado negativo para los metafísicos. Este
resultado ha demostrado que las proposiciones metafísicas son
totalmente carentes de sentido, es decir, son pseudoproposiciones.
Estas pseudoproposiciones se pueden clasificar en dos grupos. En un
primer grupo estarían las pseudoproposiciones que contienen una
palabra a la que erróneamente se le suposo un significado, en
segundo lugar, estarían aquellas pseudoproposiciones constituidas
por palabras que poseen significado pero , al haber sido reunidas de


                                            11
forma antisintáctica, no constituyen una proposición con sentido. En
las proposiciones metafísicas aparecen constantemente ambos
géneros de pseudoproposiciones.
Pero para saber si una proposición está construida con alguna
palabra carente de sentido, antes hay que preguntarse por el
1 DELACAMPAGNE, C., Historia de la filosofía en el siglo XX, Barcelona, Península ,
1999, pág. 137-
138.
3
significado de una palabra. Las palabras, piensa carnap, sólo poseen
significado dentro de un lenguaje determinado. Si se da que
realmente una palabra tiene significado, esta palabra designará un
concepto. Si no, es decir, si el significado es sólo aparente, esa
palabra será un pseudoconcepto.
Desde su orígen, dice Carnap, cada palabra posee significado.
Si analizamos su desarrollo histórico podremos observar que esa
palabra frecuentemente cambia de significado. Pero también puede
ocurrir que una palabra pierda su antiguo significado sin llegar a
adquirir uno nuevo. Ésta es la manera como aparece una
pseudoproposición.
Llegados a este punto, Carnap, se preguntará sobre la
constitución del significado de una palabra. Dirá que, en primer
lugar, se tiene que fijar la sintaxis de la palabra, o sea, la manera
como se presenta la forma proposicional más simple, la llamada
proposición elemental. Para ilustrar esto mejor propone un ejemplo y
dirá que : << [...] la forma proposicional elemental de la palabra
“piedra”, es “X es una piedra” [...] >>.2 En segundo lugar, para la
proposición elemental P, que contiene a la palabra “piedra”, deberá
haber respuesta a las siguientes preguntas para demostrar la
significativad de “piedra”. Éstas son : 1) ¿de qué proposiciones es
derivable P y qué proposiciones pueden derivarse de P?; 2) ¿bajo qué
condiciones P debe ser verdadera y bajo qué condiciones falsa?; 3)
¿cómo puede ser verificada P?; y 4) ¿cuál es el sentido de P?
La pregunta correcta , dirá Carnap, será la (1), mientras que
(2) será la formulación de acuerdo con la terminología de la lógica, (3)
será la formulación en base a la terminología de la teoría del
conociemiento y, por último, (4) será la formulación en relación con la
filosofía.
Wittgenstein, según Carnap, ha afirmado que la formulación
(2), a saber, ¿bajo qué condiciones P debe ser verdadera y bajo qué
condiciones debe ser falsa?, expresa lo que en filosofía se ha querido
expresar con la formulación (4) : ¿cuál es el sentido de P? En relación
a esto, Carnap piensa que el significado de una palabra, por tanto,
sólo se puede definir mediante sus condiciones de verdad, mediante
sus relaciones de derivación de su proposición elemental y, por
último, mediante el método de su verificación. De esta manera se
elimina cualquier libertinaje sobre lo que nos gustaría que significase
una palabra. Para ilustrar mejor este asunto, nos invita a analizar
dos ejemplos claros de palabras metafísicas carentes de sentido.
2 CARNAP, R., La superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguje
, en AYER, A,


                                        12
J., El Positivismo lógico, México, F.C.E. , 1965, pág. 68.
4
Éstas son la palabra “principio”, en el sentido de principio de
existencia y, seguidamente, una de las palabras claves en metafísica,
la palabra “Dios”.
La palabra “principio”, piensa Carnap, ha recibido por parte de
los metafísicos diversas soluciones. Unos creyeron que el principio de
todas las cosas era el agua, otros , en cambio, el número, la forma, el
movimiento, etc., pero si realmente se quiere dar respuesta sobre
cuál sea el significado de la palabra “principio” deberemos preguntar
a los metafísicos directamente. Le miraremos a los ojos y le
preguntaremos directamente ¿bajo qué condiciones una proposición
con la forma: “X es el principio de Y” es verdadera y bajo qué
condiciones es falsa? En una palabra, deberemos pedirle al metafísico
cuál es el criterio de aplicación de la palabra “principio” o, en su
defecto, que nos defina esta palabra. Ante estas preguntas, el
metafísico sólo podrá dar respuesta más o menos así : << [...] “X es el
principio de Y”, quiere decir que “Y surge de X”, “El ser de Y reside
en el ser de X”, “Y existe por virtud de X”, y así sucesivamente
[...]>>.3 Pero para Carnap, estas expresiones son ambiguas y tienen
muchas interpretaciones posibles. El metafísico se defenderá
seguidamente diciendo que lo que quiere significar con estas
expresiones no es empíricamente observable. Si fuera así –dice el
metafísico- sus proposiciones serían empíricas y, en este sentido,
serían del mismo tipo, por ejemplo, que la física. Esto, por tanto, es
inconcebible para el metafísico.
Para invalidar lo dicho anteriormente por el metafísico,
Carnap analizará el significado en su orígen de la palabra
“principium” en latín o “arjé” en griego. De esta manera observa que
la palabra utilizada por el metafísico está desposeída de su
significado original de “comienzo”. Se le pretende una característica
diferente de carácter metafísico. De esta manera <<[...] la palabra
permanecerá asignificativamente mientras no le sea asignado su
método de verificación [...]>>.4
El mismo modo de proceder utilizará con una de las palabras
más importantes de la metafísica, a saber, la palabra “Dios”. Para
analizarla va a utilizar un modo de proceder distinto pero que al final
dará resultados semejantes a los de la palabra “principio”. Carnap
analiza los diferentes usos lingüísticos en los contextos en que es
utilizada la palabra “Dios”. Estos usos lingüísticos van a ser el uso
mitológico, el uso metafísico y, por último, el uso teológico.
3 Op. Cit., pág. 71.
4 Op. Cit., pág. 71-72.
5
En el uso mitológico de la palabra “Dios”, Carnap dice que esta
palabra es utilizada para designar a los dioses con su
correspondientes poderes. También es utilizada para designar a seres
espirituales que se manifiestan en el mundo visible. En este sentido
son empíricamente probables. El siguiente uso que analiza es el uso
metafísico de esta palabra. Con este uso se quiere designar algo que
está más allá de toda experiencia. Su significado está vacío de


                                         13
cualquier significado relativo a un ser corpóreo. Esto, piensa Carnap,
dará como resultado que este uso de la palabra “Dios” sea
asignificativo. Finalmente, analiza el uso teológico. Este uso se
caracteriza por situarse entre el uso mitológico y el uso metafísico.
Pero un hecho interesante es que no existe unanimidad entre el uso
de la palabra “Dios” por parte de los mismos teólogos. Unos
defenderán una concepción de “Dios” categóricamente empírica no
incurriendo así en pseudoproposiciones5 por utilizar el uso
mitológico. Los otros, defenderán un uso metafísico de la palabra
“Dios” incurriendo así en claras contradicciones no diciendo en este
sentido nada.
II
<<PSEUDOPROPOSICIONES CON PALABRAS PLENAS DE
SIGNIFICADO : DE LA SINTAXIS GRAMATICAL A LA SINTAXIS
LÓGICA >>
Con lo que llevamos dicho hasta ahora, sólo hemos estudiado
las pseudoproposiciones que contienen una palabra carente de
significado. Ahora , pensará Carnap, es necesario estudiar el otro
tipo de pseudoproposiciones , a saber, las caracterizadas por incluir
5 Hay que tener en cuenta que no será suficiente , piensa Carnap, que los teólogos
con el uso mitológico
de esta palabra no incurran en pseudoproposiciones. Si verdaderamente son
consecuentes con las tesis
del Positivismo lógico, habrán de reconocer además, que las proposiciones
teológicas están sujetas a la
ciencia empírica.
6
palabras con significado pero que en el conjunto de las proposiciones
carecen de sentido.
Como es bien sabido, la sintaxis de una lengua, especifíca las
combinaciones correctas de palabras para que ese conjunto tenga
sentido. Pero, a juicio de Carnap, la sintaxis gramatical de un
lenguaje natural no puede, por incapacidad, realizar la tarea de
eliminar todas las combinaciones de palabras que no tengan sentido.
Para explicitar la necesidad de una nueva sintaxis que
esclarezca la carencia de sentido de la metafísica, Carnap ilustra dos
ejemplos que se han hecho célebres de construcción antisintáctica de
secuencia de palabras:1)<<César es y>>, 2) <<César es un número
primo>>. La secuencia (1), es un ejemplo de construcción
antisintáctica y carente de sentido mientras que (2), es una secuencia
de palabras sintácticamente correcta pero, sin embargo, carece como
(1) de sentido. Aparenta ser una proposición pero no dice nada. Esta
secuencia de palabras es un claro ejemplo de pseudopropoción.
Aunque (2) es un ejemplo muy ilustrativo de lo que sucede en
las pseudoproposiciones metafísicas, existen –dirá Carnap- formas
más sutiles elaboradas en las obras metafísicas que no siempre son
fáciles de detectar. Por eso, reivindicará la utilización de una sintaxis
lógica frente a la sintaxis gramatical propia de los lenguajes
cotidianos. Gracias a esta sintaxis lógica –unida a un lenguaje
lógicamente correcto- se podrá desentrañar el sinsentido de toda
metafísica. De esta manera se podrán detectar todas las


                                       14
pseudoproposiciones metafísicas.
III
<<CRÍTICA A LA OBRA HEIDEGGERIANA : ¿QUÉ ES
METAFÍSICA?>>
Llegados a este punto y, para demostrar la radicalidad de sus
tesis, Carnap mostrará que incluso un pensador tan brillante como
Heidegger utiliza proposiciones carentes de sentido. Para ello
realizará una de las mayores críticas que se han hecho a la
metafísica. Carnap, para ejemplificar sus tesis , sólo necesitará un
fragmento de la obra: ¿Qué es metafísica? aunque también dirá que
esta crítica también es extrapolable a sistemas como los de Fichte,
Schelling , Bergson. En una palabra, a toda la tradición metafísica.
El fragmento dice asi : <<Sólo debe ser investigado Lo-queestá-
siendo y por lo demás –nada; Lo-que-está-siendo solamente y –
7
nada más; únicamente Lo-que-estásiendo y fuera de ello –nada.
¿Cuál es la situación en torno a esta Nada?... ¿Existe la Nada sólo
porque existe el No, es decir, la Negación? ¿O sucede a la inversa?
¿Existen la Negación y el No sólo porque existe la Nada? ... Nosotros
postulamos : la Nada es más originaria que el No y la Negación
...¿Dónde buscaremos la Nada? ¿Cómo encontraremos la Nada? ...
Nosotros conocemos la Nada ... La angustia revela la Nada ... Ante y
por lo que nos angustiábamos era ´propiamente´ -nada. De hecho : la
Nada misma –como tal- estaba ahí ... ¿Cúal es la situación en torno a
la Nada? ... La Nada misma nadea>>.
Carnap comienza el análisis del fragmento de Heidegger
diciendo que las proposiciones que muestra son , en realidad,
pseudoproposiciones, fruto de las deficiencias lógicas del lenguaje.
Dicho esto, empieza a argumentar lo mencionado analizando las
supuestas proposiciones heideggerianas.
En la proposición : <<¿Qué hay afuera?, afuera nada hay>>,
dirá Carnap que tanto como pregunta como por respuesta, no
satisface las exigencias que impondría un lenguaje lógicamente
correcto. Pero a pesar de esto, es una proposición con sentido al poder
ser traducida a un lenguaje lógicamente correcto : <<No hay (no
existe) algo que esté afuera : i x aF (x)>>. A pesar de esto, esta
proposición muestra una insuficiencia, ya que a partir de ella y,
mediante operaciones gramaticalmente correctas se pueden construir
proposiciones carentes de sentido como por ejemplo : <<¿Cuál es la
situación en torno a esta Nada>>, <<Buscamos la Nada>>,
<<Encontramos la Nada>>, <<Conocemos la Nada>>, <<La Nada
nadea>>, <<La Nada existe sólo porque...>>.
Incluso analizando más cuidadosamente estas
pseudoproposiciones –piensa Carnap- se puede observar que éstas se
han construido empleando equívocamente el término <<nada>>.
Heidegger utiliza el término <<nada>> como sustantivo, ya que en el
lenguaje ordinario se acostumbra el uso de esta forma para la
construcción de proposiciones negativas de existencia : <<¿Qué hay
afuera?, afuera nada hay>>. En un lenguaje que fuera correcto no se
utilizaría un nombre propio sino una determinada forma lógica como
por ejemplo : <<No hay (no existe) algo que esté afuera : i (x)


                                         15
aF(x)>>. En relación a las proposiciones : <<¿Cuál es la situación en
torno a esta Nada?>>, <<Buscamos la Nada>>, <<Encontramos la
Nada>>, <<Conocemos la Nada>>, <<La Nada nadea>>, <<La Nada
existe sólo ... porque>>, dirá Carnap que además se añade la palabra
asignificativa <<nadear>>. Ésta es asignificativa porque desde su
orígen mismo careció de todo significado. También por dos razones se
deben rechazar proposiciones como : <<La Nada existe sólo ...
8
porque>>. Primero, por el uso de <<Nada>> como sustantivo y,
segundo, porque suponiendo que <<Nada>> la admitiéramos como
nombre o la descripción de algún objeto, la existencia de ese objeto
resultaría negada por su propia definición en tanto que en la
proposición se afirmaría nuevamente su existencia.
Pero mencionado esto, todavía podríamos sospechar que la
palabra <<nada>> puede tener algún significado distinto en la citada
obra. Esta sospecha, viene avalada, según Carnap, cuando Heidegger
dice que la angustia revela la Nada, en la angustia está presente la
Nada misma como tal. Parece, cree Carnap, que la palabra <<nada>>
pudiera tener un significado emotivo a la vista de esto. Pero no es
posible interpretar la palabra <<nada>> de esta manera ya que
Heidegger emplea la combinación de <<sólo>> y <<por lo demás,
nada>>. Esto muestra que la palabra <<nada>> tiene significado
usual de partícula lógica que sirve para la formulación de una
proposición existencial negativa. Las sospechas ahora quedan
resueltas en relación a un posible significado de la palabra
<<nada>>. Además, se puede observar que el mismo Heidegger
reconoce que tanto la pregunta como la respuesta con respecto a la
Nada en sí mismas son un contrasentido. La norma fundamental del
pensamiento, el principio de no contradicción, rechaza esta pregunta.
Carnap llega de esta manera a la tesis siguiente : <<[...] un
metafísico llega por sí mismo a la conclusión de que sus interrogantes
y respuestas son irreconciliables con la lógica y con las formas del
pensamiento científico [...]>>.6
Partiendo de la tesis anterior, afirmará que lo le diferencia de
los antimetafísicos que le anteceden, como por ejemplo David Hume,
es que no considera a la metafísica como una mera quimera o un
cuento de hadas. Las quimeras y los cuentos de hadas no entran en
conflicto con la lógica sino sólo con la experiencia. Tienen pleno
sentido aunque sean falsas empíricamente. Respecto a las formas
como : <<Lo-que-está-siendo>>, <<Lo-que-no-está-siendo>>, dirá
Carnap que en un lenguaje lógicamente correcto ni siquiera podrían
ser construidas.
Algunos metafísicos han intentado defender su disciplina
diciendo que la capacidad de conocimiento humana es limitada.
Defendiendo esto, dirán que las proposiciones de la metafísica no
pueden ser verificadas ni por el hombre ni por ningún otro ser finito.
Pero Carnap objetará esto, diciendo que si no se puede especificar el
significado de las palabras o si la secuencia de ellas no coincide con
las reglas de la sintaxis no se plantearían ni siquiera problemas. Por
6 Op. Cit., pág. 78.
9


                                         16
tanto: <<[...] ningún Dios y ningún diablo podrían ayudarnos a
obtener algún conocimiento metafísico[...]>>.7
IV
<<METAFÍSICA : ¿EXPRESIÓN EMOTIVA ANTE LA
VIDA?>>
Ante esta crítica tan contundente al fragmento de Heidegger y,
en definitiva, a todo supuesto conocimiento metafísico, Carnap
reconoce que esto producirá un sentimiento de disgusto a todas
aquellas personas que estén de acuerdo con sus tesis planteadas.
Reconoce que es lícito en vista de todo lo expuesto por él hacerse
preguntas como ¿por qué tantos hombres han derrochado tanto
esfuerzo en la metafísica? y ¿cómo comprender que hasta el día de
hoy ejerza tanta influencia si carece de sentido?
En una primera aproximación dirá Carnap que la metafísica
posee un contenido pero éste no es teórico. En este sentido las
proposiciones metafísicas : << [...] sirven para la expresión de una
actitud emotiva ante la vida [...]>>.8 Pero el metafísico comete
muchos errores al respecto. La metafísica aparenta ser algo que no
es. El metafísico cree moverse en el terreno de lo verdadero y de lo
falso cuando en realidad no ha afirmado nada, sino sólo expresado
algo, como un artista. Pero Carnap demuestra que el metafísico no
puede ser considerado como un artista porque el metafísico a
diferencia del poeta , por ejemplo, basa sus proposiciones en
argumentos, polemiza contra metafísicos de otras escuelas, tratando
de refutar, a través de su obra, lo que los otros dicen. El poeta, en
cambio, no trata de invalidar en su obra las proposiciones del poema
de otro autor porque sabe que se halla en el terreno del arte y no en
el de la teoría. Los metafísicos a juicio de Carnap serán , por tanto :
<< [...] músicos sin capacidad musical [...]>>9. El metafísico confunde
el ámbito de la ciencia y el del arte creando una estructura que no
logra nada en lo que toca al conocimiento y ,en lo referente al arte, es
insuficiente como una expresión emotiva ante la vida. En este
sentido Carnap reivindica la figura de Nietzsche. Este metafísico,
según Carnap, no elaboró su gran obra Zarathustra mediante
7 Op. Cit., pág. 79.
8 Op. Cit., pág. 85.
9 Op. Cit., pág. 86.
10
pseudoproposiciones metafísicas, utilizó la forma del arte, el poema,
para crearla. De esta forma queda rechazada la supuesta tesis de que
la metafísica es una expresión emotiva ante la vida.
V
<<¿FINAL DE LA FILOSOFÍA?>>
Todo lo hasta aquí expuesto, es decir , los ataques carnapianos
a la metafísica gracias a la utilización del análisis lógico del lenguaje,
nos han demostrado el sinsentido metafísico. Pero si la más
importante disciplina de la filosofía ha resuelto ser un conjunto de
meras proposiciones sin sentido ... ¿podremos hablar entonces de
final de la filosofía?
Carnap a este respecto dirá que la filosofía como ha sido
entendida hasta ahora sí que debe de ser rechazada, sí que ha


                                           17
muerto porque sus proposiciones se han desvelado gracias al análisis
lógico como carentes de sentido. Ahora ha llegado el momento de
instaurar una filosofía de carácter científico. Esta filosofía científica
estará construida por la únicas proposiciones que – a juicio de
Carnap- poseen sentido. Éstas son las tautologías, las
contradicciónes y , por último las proposiciones protocolares.
Las tautologías serán proposiciones verdaderas por virtud de
su forma. Éstas, dirá Carnap, no dicen nada sobre la realidad. Las
fórmulas de la lógica y de la matemática pertenecen a esta clase. Por
sí mismo no son enunciados empíricos pero sirven para la
transformación de tales enunciados. Las contradicciones, serán las
inversas de las tautologías. Éstas son falsas en virtud de su forma.
Por último, las proposiciones protocolares. Éstas, se caracterizarán
por ser verdaderas o falsas y pertenecerán al dominio de la ciencia
empírica. Dicho esto, las proposiciones que no estuvieran construidas
con ningún tipo de las tres antes mencionadas –claro ejemplo en el
caso de la metafísica- caerá automáticamente en sinsentido.
¿Qué le quedará , pues, como tarea a la nueva filosofía ante la
destrucción de toda metafísica, llámese idealismo subjetivo,
solipsisimo, positivismo (en sentido antiguo), fenomenalismo, ética,
estética, etc.,? Su tarea , a partir de ahora , no se basará ni en una
teoría ni en un sistema sino en un método.
¿ Cuál? ... ¡ el método del análisis lógico!

Trabajo final para la clase de Teoría del Conocimiento 2, con el Mtro. Jorge Ornelas...


Carnap: El escepticismo como pseudoproblema en la filosofía

Introducción
El objetivo del presente ensayo es la reconstrucción argumentativa para la disolución
de los problemas filosóficos que plantea el escéptico, por medio de dos vías
propuestas por Rudolf Carnap; a saber: el descubrimiento y superación de las
pseudoproposiciones y de las preguntas externas; las cuales representan
pseudoproblemas para la filosofía.[1]

1. Proposiciones y pseudo-proposiciones [2]
En este apartado estudiaremos la división que hace Carnap entre proposiciones y
pseudoproposiciones. La diferencia entre ellas es que éstas últimas representan un
sinsentido y son de dos tipos: enunciados sinsentido debido a que contienen
palabras asignificativas, y enunciados que teniendo palabras significativas, su
sintaxis las convierte en un sinsentido.
A continuación revisaremos las pseudoproposiciones del primer género:
1.1 Dentro de un determinado lenguaje, Carnap distingue palabras que tienen
significado de aquellas que no lo tienen pero aparentan tenerlo. A las primeras se les
denominará conceptos y a las últimas pseudoconceptos.
Las formas más elementales en las cuales podemos encontrar empleadas dichas
palabras, ya tengan significado o no, es a través de su forma proposicional
elemental, que representa una oración simple con una sintaxis determinada: “x es y”
en donde “x” representa la palabra en cuestión y “y” representa la palabra o las
palabras a las cuales se retrotrae la anterior y le dan significado. A las palabras que


                                           18
puedan representar “y” se les denomina proposiciones protocolares.[3] Así es como la
mayoría de las palabras de la ciencia adquieren su significado.
Si una persona pretendiera introducir un nuevo vocablo para designar a un conjunto
de elementos, sería necesario que hubiera alguna prueba empírica que distinga la
“cosa” a la que se refiere dicho vocablo para que adquiera un significado. Si el sujeto
admite que no hay prueba empírica, pero sin embargo, insiste en querer significar
algo con la nueva palabra, entonces, el significado de ésta permanecerá como “un
eterno secreto”, que sólo será conocido por dicha persona y su aplicación en el
lenguaje será ilegítima; es decir, su uso representará una pseudoproposición.
Carnap establece, por medio de un similar ejemplo como el anterior, cuáles son las
condiciones necesarias y suficientes para darle significado a una proposición “P(a)”
(que representa “x es y”) en cada una de las siguientes formulaciones:
Que las notas empíricas de “a” sean conocidas.
Que haya sido estipulado de qué proposiciones protocolares es derivable “P(a)”.
Que las condiciones de verdad para “P(a)” hayan sido establecidas.
Que el método de verificación “P(a)” sea conocido.
Podríamos resumir que el significado de “a” depende de la posibilidad de verificación
empírica de las proposiciones protocolares a las cuales se refiere. Y sea éste el único
medio legítimo por medio del cual pueden introducirse nuevos conceptos a un
lenguaje. En este momento, Carnap nos da un importante señalamiento para
recordar:
Teniendo en cuenta que el significado de una palabra se define mediante su criterio
de aplicación (en otras palabras: mediante las relaciones de derivación de su
proposición elemental, mediante sus condiciones de verdad y mediante el método de
su verificación), la estipulación de este criterio elimina cualquier posible libertinaje
respecto a lo que nos gustaría que “significara” una palabra. Si la palabra ha de
recibir un significado exacto no debe mutilarse su criterio de aplicación; Por otra
parte, no podemos usar algo más que lo fijado por el criterio de aplicación, ya que
éste establece una determinación suficiente de su significado.[4]

       Explícitamente Carnap dice que los conceptos pierden su sentido si no es
respetada la forma de uso, que es en concordancia con su forma de verificación.
        Hasta el momento hemos visto solamente las pseudoproposiciones que
surgen a partir del uso de pseudoconceptos revisando el criterio que se tiene para
aceptar nuevas palabras dentro de un lenguaje y las restricciones que ello implica.
Vayamos ahora al siguiente género de pseudoproposiciones.

        1.2 Revisaremos las pseudoproposiciones que son generadas a partir del uso
incorrecto de dos maneras de sintaxis; a saber: la gramatical y la lógica. Llegaremos
a las mismas conclusiones que encuentra Carnap a partir de los siguientes ejemplos:
a)    “El perro es desde.”
b)    “La multiplicación es ácida”
Observemos que en (a) y (b) cada una de las palabras que las forman representa por
sí misma un concepto; es decir, palabras con un significado. Las reglas de las
sintaxis gramatical nos exigen que el tercer término de la secuencia de palabras
representada por (a) sea ocupado por un predicado (como un sustantivo que puede
acompañarse de un artículo o bien un adjetivo) más no puede ser representado por
una preposición como en (a). Aquí nos hallamos con un error sintáctico gramatical y
representa un sinsentido.
        En la oración (b) hallamos que las palabras mantienen una sintaxis gramatical
correcta; es decir, la secuencia de palabras mantiene el orden “sujeto-predicado”. Sin


                                          19
embargo, aunque a primera vista pareciera que nos encontramos con una verdadera
proposición, no es así. Esto se debe a que no podemos imaginar una relación
semántica entre la palabra “multiplicación” y la palabra “ácida”. Esta última es una
palabra del lenguaje de la química y la proposición “x es ácida” es falsa si y sólo si “x”
es una sustancia con un pH mayor a 7. En la secuencia de palabras presentada en
(b) encontramos que es ilícito sustituir x por “multiplicación”, pues no representa una
relación objetiva existente o inexistente y por lo tanto no puede ser valorada ni como
verdadera ni como falsa. Aún teniendo una buena sintaxis gramatical, (b) representa
una violación de la sintaxis lógica del lenguaje. Es, en consecuencia, un conjunto de
palabras que no declaran nada, un sinsentido.
La posibilidad de la construcción de este tipo de errores sintácticos muestra la
insuficiencia de la sintaxis gramatical desde el punto de vista lógico. Si la sintaxis
gramatical tuviera una exacta correspondencia con la sintaxis lógica, no podrían
formarse pseudoproposiciones sintácticas.
         Hemos visto las pseudoproposiciones que se dan por un error sintáctico ya
sea gramatical, ya sea lógico. Revisaremos a continuación la tesis de los marcos
lingüísticos.

2. Preguntas externas y preguntas internas [5]
         Si alguien quisiera hablar en un lenguaje sobre una nueva clase de entidades
tiene que ingresar un sistema de nuevas maneras de hablar con un conjunto nuevo
de reglas correspondientes[6]. A este procedimiento Carnap lo llama: la construcción
de un marco lingüístico.
Las preguntas formuladas que se refieran a entidades del nuevo tipo dentro del
marco son llamadas cuestiones internas. Se responden por métodos lógicos o por
medio de investigaciones empíricas y usando las nuevas formas de expresión
introducidas con el marco. El concepto de realidad que interviene en este tipo de
cuestiones es un concepto empírico, científico, no metafísico. Ser real en el sentido
científico significa ser un elemento del sistema; es decir, del marco lingüístico en
cuestión.
Las preguntas que se refieran a la existencia del sistema de entidades como un todo,
o sea, a la realidad del marco lingüístico en su totalidad, son llamadas cuestiones
externas. La pregunta sobre la existencia de entidades debe hacerse dentro de un
marco. No tiene sentido cuestionarse sobre la existencia del sistema mismo. Porque
hacer esto implica poder “salirnos” del marco, del campo de lo empírico y de lo
lógico. Luego, dichas preguntas no tienen respuesta, pues el lenguaje usado con las
reglas del marco al que corresponde son las únicas “herramientas” que tenemos para
hablar de tautologías o contradicciones dentro de un marco. Si dudamos de la
existencia de éste, dudamos de su lenguaje y de sus reglas. Por tanto, la pregunta
externa resulta ser algo desprovisto de contenido cognitivo.
Carnap cree que la pregunta externa no representa ninguna cuestión teorética sino
más bien práctica. La aceptación de la existencia de un marco “no se puede
interpretar ni como verdadera ni como falsa, pues no implica una aserción. Sólo se
puede estimar como más o menos oportuna, fructífera, conducente al objetivo al que
el lenguaje está destinado”[7]. Es decir, no tenemos armas para responder o si quiera
pensar lo que cae fuera de lo empírico y de lo lógico. Sin embargo la “utilidad” que
nos proporcione la aceptación del marco será lo que nos dirija para su elección. Lo
que resulta ser, finalmente, una decisión práctica. Luego, la pregunta externa no
resulta ser más que un pseudoproblema.
Hemos revisado la diferencia entre las preguntas internas y las externas dentro de un
marco lingüístico, cómo es que se da respuesta a las preguntas internas y por qué


                                           20
las preguntas externas carecen de respuesta y más bien representan
pseudoproblemas. Analizaremos ahora la duda escéptica respecto a lo planteado en
las secciones 1 y 2 del presente ensayo.

3. El escepticismo como pseudo-problema en la filosofía
En este apartado, aplicaremos el método carnapiano a las tesis del escéptico. Pero
comencemos por reconocer al enemigo que enfrentamos:
3.1 ¿Cuál podría ser la sentencia que resuma la posición filosófica del escéptico?
Primero debemos preguntar quién es el escéptico. El escéptico es el que duda
respecto a la justificación del conocimiento. Mediante sus especulaciones ha
propuesto el reto de justificar la existencia del mundo externo; es decir, distinguir los
objetos como independientes de nuestra mente y con existencia continua. Llamemos
pues, “escéptico” a todo aquel que ha dudado de la realidad del mundo externo y se
ha pronunciado al respecto a través de sus investigaciones, ya sea a favor o en
contra. Las posiciones filosóficas correspondientes son el realismo y el idealismo,
respectivamente.[8] Podemos enunciarlas de la siguiente manera:
a) “El mundo externo es real.” (Tesis realista)
b) “El mundo externo no es real.” (Tesis idealista)
Entremos a un primer momento de nuestro análisis, el cual estará destinado a buscar
peudoproposiciones de cualquier género en las tesis escépticas:
I.             Las palabras usadas tanto en (a) como en (b) conservan un significado
propio en sí mismas. No representan pseudoconceptos y no quieren significar más
que el significado que ya tienen. El término “mundo externo” se refiere al campo en el
cual se manifiesta nuestra experiencia “externa” y del cual podemos diferenciar
nuestra experiencia “interna” (como sueños y pensamientos). El predicado “real” se
refiere a la propiedad de una existencia efectiva.
II.           El orden sintáctico-gramatical mantiene en ambos casos coherencia. Las
oraciones son inteligibles, representadas por dos sustantivos unidos por el verbo
copulativo “ser” en cada caso.
III.          En cuanto a su sintaxis lógica, hallamos un problema: la relación
semántica entre los sustantivos que se relacionan en cada sentencia no son
lógicamente exclusivas entre ellas. Es decir, es posible imaginar una relación entre
ambos términos. Sin embargo, ambas tesis representan sentencias, una afirmativa y
la otra negativamente sobre la existencia del plano de los objetos externos. El
requisito que nos falta para poder considerar a las tesis auténticas proposiciones es
la capacidad de encontrar hechos objetivos que nos permitan verificarlas, según las
reglas expuestas en 1.1 de este ensayo.
Pero lo que implican las tesis (a) y (b) sugieren que es posible que no pueda haber
tal verificación. Pues precisamente, el escéptico ha retado a comprobar el mundo
externo sin apelar a la experiencia.
Los pasos I y II superaron la prueba. El problema encontrado en III lo abordaremos
más detalladamente prosiguiendo con el segundo momento de nuestro análisis,
donde nos proponemos encontrar la pregunta externa en el escepticismo.

3.2 Para abordar el segundo momento es necesario replantear las tesis escépticas
en su forma interrogativa. Como ya observamos, ambas tesis son respuesta a la
pregunta por la existencia del mundo externo. La pregunta que buscamos resulta de
la siguiente manera: ¿Es el mundo externo real?
I.             Tal pregunta implica definitivamente la duda por el uso del lenguaje que
se refiere a la existencia de objetos externos. La duda de dicho lenguaje es la duda
de las reglas que lo sostienen –del marco lingüístico-. Y efectivamente, el escéptico


                                           21
duda respecto de la infalibilidad del conocimiento empírico del mundo. Por tanto, no
es posible que su pregunta pueda tener una respuesta dentro del marco; cae fuera
de lo cognoscible. Las tesis que pretenden dar respuesta a la duda escéptica
igualmente pretenden “trascender” tanto lo lógico como lo empíricamente verificable.
Así pues, los contenidos de dichas tesis resultan ser sinsentido, auténticas
pseudoproposiciones.
II.           Como vimos en la sección 2 del presente ensayo, la pregunta externa
representa un pseudoproblema. De la misma manera, no hemos de considerar la
pregunta escéptica como un problema epistemológico, más bien como una decisión
práctica sobre la conveniencia en el empleo de dicho marco. Pues dentro del marco
de los objetos externos (donde nuestro lenguaje cotidiano se sitúa), nuestras
posiciones filosóficas respecto de la realidad del mundo externo, ya sea a favor o sea
en contra, resultan irrelevantes. Es decir, hemos resuelto que la duda escéptica
resulta ser un pseudoproblema que la filosofía debe abandonar.

Conclusión
Tengamos presente que Carnap pertenece al movimiento del empirismo lógico [9], y
por tanto, mantiene una pugna contra todo aquel presunto “conocimiento” que
provenga de fuentes no verificables; es decir, la metafísica. Y es por medio de ésta
que el escéptico se introduce como problema en la filosofía.
Como hemos visto durante la reconstrucción de sus argumentos, Carnap no ha
pretendido refutar al escéptico. Lo que ha propuesto es una disolución. Esto es, el
abandono del “laberinto” meta-físico donde el filósofo se había perdido debido al
desarrollo de pseudoproposiciones en su pensamiento. Nuestro filósofo no pretendió
armar un argumento realista para desembocar a la afirmación del mundo externo.
Pues tanto realismo como idealismo representan para él la resolución de una previa
aceptación del desafío escéptico. Carnap no acepta el desafío.
En las secciones 1 y 2 presentamos las dos vías para disolver el pseudoproblema del
escéptico que descubrimos en 3. Esta última sección es dividida en dos momentos:
la sección 3.1 donde rastreamos pseudoconceptos en las posturas escépticas y la
sección 3.2 donde tradujimos las tesis escépticas en una pregunta que resultó ser
externa a su respectivo marco; con lo que, finalmente, logramos disolver el
pseudoproblema.


[1]
     El aparato teórico de Carnap contra el escéptico es de mayor amplitud; sin
embargo aquí nos enfocaremos especialmente en las dos vías ya mencionadas.
[2]
    Esta sección la estudiamos directamente del texto: Carnap, R., “La superación de
la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje”, en Ayer, A. (comp.), El
positivismo lógico, México, FCE, 1981.
[3]
    Carnap es consciente de la controversia respecto al contenido y la forma de las
proposiciones protocolares. Tema de interés pero que excede los límites de nuestro
trabajo. [Vid., Ibíd., p. 69 ]
[4]
    Ídem. En otro momento sería interesante profundizar en “la estipulación” a la cual
se refiere Carnap, donde acaso vemos ya rasgos de convencionalismo.
[5]
     Esta sección la estudiamos directamente del texto: Carnap, R., “Empirismo,
semántica y ontología”, en Muguerza, J. (comp.), La concepción analítica de la
filosofía, Madrid, Alianza, 1981.
[6]
     Las reglas a las que se hace referencia coinciden con las reglas para construir
proposiciones mencionadas en la sección anterior en este ensayo.
[7]
    Ibíd., p. 411


                                         22
[8]
    He decidido tomar a ambas posturas como “escépticas”. No en cuanto a la
respuesta positiva o negativa que den al problema, sino en cuanto a que son
producto de una duda primitiva que los ha resuelto a tomar una decisión sobre lo que
ellos consideran “el problema del mundo externo”. De hecho, lo que asemeja a
ambas posiciones filosóficas es que ambas son conclusiones metafísicas; siendo
esta disciplina el principal objetivo de los ataques de Carnap. [Cf. Carnap,
“Pseudoproblemas en la filosofía”, México, UNAM, 1990.]
[9]
    Motivos de más para volver a realizar otro estudio de Carnap en otro momento, tomando en
cuenta ahora su fundacionalismo y su convencionalismo frente a los argumentos
trascendentales y el ataque de Sellars contra el mito de lo dado. Me pregunto después ¿seguiría
siendo válida aún la disolución del escepticismo propuesta por Carnap?




TRACTATUS LOGICO-PHILOSOPHICUS
Ludwig Ludwig Wittgenstein
FILOSOFÍA
La obra “Tractatus Logico-Philosophicus” es una muestra de la concepción filosófica
denominada “atomismo lógico” que Bertrand Russell desarrolló en torno a 1918. El
atomismo lógico afirma que la realidad está formada por hechos complejos que, a su
vez, están constituidos por hechos simples o “atómicos” (cómo sean esos hechos
complejos o los atómicos o qué ejemplos podamos ofrecer de ellos no es ahora
relevante, sino la estructura subyacente de la realidad y las relaciones entre sus
componentes). El lenguaje, por otro lado, está constituído de la misma forma y en él
encontramos proposiciones complejas que, a su vez, están formadas por
proposiciones simples o atómicas. Cuando Wittgenstein afirma que “nos hacemos
representaciones de los hechos” (2.1.) lo que puede parecer simplemente una
observación cierta pero, por obvia, poco significativa, está afirmando en realidad que
existe una exacta equivalencia entre los elementos del lenguaje y los elementos de la
realidad. El lenguaje “representa” (éste es un término clave) la realidad de tal forma
que, a cada elemento de la realidad le corresponde un elemento en el lenguaje, y las
relaciones existentes entre los elementos de la realidad se dan también, y de la
misma forma, entre los elementos de lenguaje.
Si bien puede parecernos en un primer momento demasiado complejo como para
captar en él de un vistazo la concepción del mundo del Tractatus, en las líneas
siguientes procederemos a reconstruir dicho esquema pieza a pieza conforme
comentamos la filosofía de Wittgenstein. Finalmente, o así lo esperamos, tras haber
reconstruído el esquema, las enigmáticas afirmaciones de Wittgenstein, así como el
significado característico que él le otorga a términos cotidianos y aparentemente
aproblemáticos como “mundo” o “realidad”, no presentarán problemas.
Hemos dicho que las afirmaciones del Tractatus son enigmáticas y ello se debe a
que la obra consiste en párrafos cortos o sentencias breves numeradas


                                              23
esquemáticamente de tal forma que a partir de 7 afirmaciones fundamentales
(numeradas de 1 a 7), el resto no son sino comentarios sobre las mismas, de tal
forma que la afirmación 1.1. ó 1.2. comentan la afirmación número 1, mientras que
los comentarios numerados 1.11. ó 1.12., pongamos por caso, se refieren a la
afirmación                                                                             1.1.
De esta forma Wittgenstein pretendía mostrar las relaciones entre las afirmaciones y
su relativa importancia. Tal ordenación, sin embargo, no resulta especialmente
clarificadora, si bien es muy práctica para remitir con exactitud a un párrafo o a una
afirmación      concreta    como       si   de    versículos     bíblicos     se   tratase.
Las siete afirmaciones principales del Tractatus son:
        1. El mundo es todo lo que acontece.
        2. Lo que acontece, el hecho, es la existencia de estados de cosas.
        3. La representación lógica de los hechos es el pensamiento.
        4. El pensamiento es la proposición con sentido.
        5. La proposición es una función veritativa de proposiciones elementales
        (la proposición elemental es una función veritativa de sí misma)
        6. La forma general de la función veritativa es [p, ξ, N, (ξ)]. Esta es la   forma
general de la proposición.
7. Sobre lo que no se puede hablar, se debe guardar silencio.
Ya hemos afirmado al comienzo que una de las tesis fundamentales de Wittgenstein
es la relación de simetría y de exacta correspondencia (que analizaremos más
adelante con mayor detenimiento) entre el lenguaje y la realidad. Lenguaje y
realidad, efectivamente, son dos de los conceptos fundamentales en torno a los
cuales gira el Tractatus. El tercero, no menos importante (antes al contrario, pues es
la base de todo) es la lógica. La lógica determina la estructura del lenguaje y, puesto
que lenguaje y realidad comparten la misma estructura, la lógica determina asimismo
la realidad. Lógica y metafísica se conectan a través del lenguaje. No obstante, en el
Tractatus (si repasamos de nuevo las siete afirmaciones) Wittgenstein se ocupa
primero de cómo es la realidad, analiza después el lenguaje y las proposiciones y
finalmente se ocupa de la lógica. Se trata de un orden inverso al que cabría esperar
atendiendo a la lógica como base del sistema.
Nosotros, en cualquier caso, constatamos en nuestro esquema como fundamentales
estos tres elementos y los situamos como eje a partir del cual vertebrar las
consideraciones posteriores:
En primer lugar, pues, debemos preguntarnos qué es lo que entiende Wittgenstein
por Lenguaje, Realidad y Lógica (orden en el que vamos a explicar cada concepto
por considerar que de esta forma resultará más sencillo reconstruir el esquema
global).
El lenguaje, ya se dijo al principio, representa la realidad. Esta representación se
lleva a cabo mediante proposiciones. Parece claro que podemos dividir todas las
proposiciones en verdaderas o falsas. También quedó mencionado que el lenguaje
está estructurado de la misma forma que la realidad. Puesto que ésta, según el
atomismo lógico, puede descomponerse hasta llegar a los constitutivos simples o
indivisibles, las proposciones se componen a su vez de proposiciones simples o
atómicas. Estos elementos últimos de las proposiciones son los nombres Vista la
estructura del lenguaje pasemos a considerar su correlato en la realidad. Pero antes
es preciso importar algo muy importante acerca de la manera en la que Wittgenstein
entiende lo que es un lenguaje. El “sentido” de una proposición es la “correlación”
entre la estructura de la proposición y la estructura de lo representado en la realidad.
Habitualmente nos valemos de palabras para establecer esa relación, pero éstas no
son necesarias. Yo podría valerme de cualquier otra cosa (como sillas o mesas) para


                                            24
representar la realidad. Lo importante es que sea lo que sea lo que utilice para
“hablar” (es más exacto decir “representar”) de la realidad, debe haber una
correlación entre la representación y lo representado. Eso es lo que Wittgenstein
denomina una relación isomórfica, que en definitiva no es sino una relación entre
relaciones. Para poner un ejemplo que pueda facilitar la comprensión de este
concepto pensemos en una sinfonía, una grabación de la misma en disco y su
partitura correspondiente. Aunque cada una de ellas está constituida por elementos
distintos (sonidos, surcos en el disco o bits, e imágenes en un papel pautado) la
estructura y las relaciones entre cada una de ellas es la misma y eso es lo que
permite que se pueda pasar de la partitura a la sinfonía, o de esta al disco, o
viceversa. Decimos que la sinfonía, la partitura y la grabación son isomórficas entre
sí. El lenguaje, esto es, la representación, y la realidad, lo representado, son
insomórficas en el mismo sentido.
Habiendo visto la estructura del lenguaje ¿qué elementos encontramos en la
realidad? La realidad se compone de lo que Wittgenstein denomina “estados de
cosas”. Cada uno de estos estados de cosas es una combinación, relación o
estructura de cosas u objetos. De todos los estados de cosas que podemos imaginar,
algunos se dan efectivamente mientras que otros no. Al conjunto de todos aquellos
que se dan de hecho Wittgenstein les llama “mundo”, mientras que el resto de
estados de cosas, que también pertenecen a lo que Wittgenstein entiende por
“realidad”, son simplemente estados de cosas inexistentes. Vemos, por lo tanto, que
las palabras “mundo” y “realidad” tienen en el Tractatus un significado distinto al del
lenguaje común que conviene distinguir.
Si nos fijamos a la vez en la realidad y en el lenguaje veremos que las proposciones
verdaderas se corresponden con el mundo. Las proposciones verdaderas son
aquellas que describen los estados de cosas existentes:

inexistentes. Esta última afirmación puede resultar un tanto extraña, ¿qué quiere
decir que una proposición se corresponde con algo si ese algo no existe? La
respuesta es que lo representado por una proposición falsa es un estado de cosas
posible. Recordemos que habíamos afirmado que el sentido de una proposición es la
correlación entre la estructura de la proposición y la estructura de lo representado. En
el caso de las proposiciones falsas, entender la proposición significa que en caso de
que fuese verdadera, los hechos serían tal y como la representación dice. De nuevo
un ejemplo puede aclarar la teoría: si yo hablo acerca de caballos alados no estoy
representando el mundo, no me estoy refiriendo a ningún estado de cosas existente,
pero no por ello dejo de entender el significado de lo que digo (así como lo entienden
aquellos que me escuchan). Las proposiciones falsas se refieren, pues, a estados de
cosas posibles pero no existentes. Naturalmente todos los estados de cosas que
conforman el conjunto de la realidad (pertenezcan al mundo o no) son estados de
cosas posibles, pero tan sólo los estados de cosas que conforman el mundo son a la
vez posibles y efectivamente existentes.
Tras descomponer la realidad en hechos complejos y hechos simples Wittgenstein
llega finalmente a los objetos o cosas que son los elementos simples de los que se
componen los estados de cosas y que se corresponden con los nombres, los
elementos simples de los que se componen las proposiciones. (La proposición 3.203,
que figura en el esquema vinculando objetos y nombres afirma la relación de forma
clara: “El nombre significa el objeto, y éste es su significado).
Habiendo visto ya con cierto detalle el lenguaje y la realidad pasamos a examinar lo
que Wittgenstein entiende por lógica. La lógica, que es anterior a la experiencia, es la
base tanto del lenguaje como de la realidad porque es la que determina el ámbito de


                                          25
lo posible, y con ello de lo respresentable. Todo estado de cosas posible es lógico.
Fuera de la lógica nada se puede decir ni pensar (al menos con sentido). Ahora bien,
siendo la lógica el ámbito de los estados de cosas posibles, no determina que un
estado de cosas concreto sea existente o no (y, en consecuencia, tampoco
determina que una proposición sea verdadera o no, eso sólo se puede comprobar
comparando la representación con el mundo para ver si hay adecuación o no.
De nuevo recurramos a una analogía para explicar estos conceptos. Supongamos
que introduzco en una caja todos los números naturales. Con ello estoy
estableciendo unas determinadas posibilidades que pueden darse, o no, cuando
alguien intente sacar un número concreto. La lógica, en este modelo, asegura que,
cualquier número que se extraiga será o bien par, o bien impar, pero no dice cuál de
las dos posibilidades se dará efectivamente. La lógica, o su equivalente en esta
situación, nos asegura que no se puede extraer un número negativo, o uno irracional.

Las proposiciones falsas, por otro lado, se corresponden con los estados de cosas
Otro concepto relacionado con la lógica es el de “forma lógica”. Veamos en qué
consiste: una representación de la realidad, como podría ser un retrato, guarda una
relación con lo representado (una misma estructura). Ahora bien, no es necesario
que la representación sea absolutamente idéntica a lo representado para que sea tal
representación (el retrato, por ejemplo, sigue remitiéndonos al retratado aunque se
trate de una imagen de dos dimensiones y la persona retratada tenga tres). Para que
una representación sea tal debe tener, afirma Wittgenstein, una forma mínima que es
lo que denomina “forma lógica”.
Suponiendo que en la caja de la analogía anterior he introducido en tarjetas todas las
afirmaciones sobre la realidad y yo extraigo una tarjeta en la que se lee “El Tractatus
se publicó en 1921”, tengo en mis manos una proposición que representa un
determinado estado de cosas (en este caso verdadero y por lo tanto perteneciente al
mundo). Ahora bien, si la tarjeta hubiese estado escrita un idioma distinto, en código
morse o braile, tendría una representación diferente pero que, por compartir la misma
forma lógica, me permite la posibilidad de reconocer en ese otro lenguaje que se está
refiriendo al mismo estado de cosas. La forma lógica es la que permite en realidad
hacer representaciones. No hay representación sin forma lógica.
Antes de dar por concluido el análisis del ámbito del lenguaje, la realidad y la lógica,
esto es, el ámbito del sentido, conviene distinguir entre lo que Wittgenstein denomina
“decir” y “mostrar”. En la medida en que las proposiciones (verdaderas o falsas)
describen un estado de cosas (existente o meramente posible) nos “dicen” algo
acerca de la realidad, pero a la vez nos “muestran” otras cosas, como por ejemplo la
forma lógica de la que ya hemos hablado. Qué sea exactamente este “mostrar” no
queda del todo claro, pero la distinción es muy importante y nos permitirá llegar hasta
las consecuencias más insospechadas de la teoría del Tractatus. Lo que se
“muestra” son todas aquellas cosas de las que no se puede “decir” nada (al menos,
repitámoslo, con sentido). Todo aquello que está más allá del límite del sentido, y por
lo tanto, del decir, es “mostrado” por la proposición. Más allá del límite se encuentra,
además de la forma lógica, el sujeto, los valores y, en definitiva, todo aquello que es
condición de posibilidad del lenguaje.
Con esto entramos, en definitiva, en el ámbito del sinsentido, es decir, de aquellas
proposiciones que, por no decir nada sobre la realidad, son pseudoproposiciones. En
nuestro esquema hemos distinguido que pueden ser de tres tipos: en primer lugar las
pseudoproposiciones lógicas, entre las cuales encontramos las tautologías y las
contradicciones. Una tautología es una proposición que es siempre verdadera
independientemente de la verdad o falsedad de sus componentes (por ejemplo, A =


                                          26
A, sea lo que sea A), mientras que una contradicción, por el contrario, es una
proposición que resulta siempre falsa independientemente de la verdad o falsedad de
sus componentes (por ejemplo A = ¬ A, esto es A = no A). Estos dos tipos de
proposiciones no “dicen” nada sobre la realidad. La tautología es compatible con
cualquier estado de cosas de la realidad, mientras que la contradicción no es
compatible con ninguno. En cualquiera de los dos casos se trata de proposiciones
que, al contrario de lo que sucede con las proposiciones del lenguaje, carecen de
condiciones de verdad (esto es, no nos permiten saber en qué condiciones
podríamos decir de ellas que son verdaderas o falsas), no cumplen, por lo tanto, con
el principio de isomorfía. Las tautologías y las contradicciones carecen de sentido.
Tan sólo nos muestran que la única necesidad que se puede dar es la necesidad
lógica de las tautologías, y la única imposibilidad, la imposibilidad lógica. Todas las
restantes afirmaciones del lenguaje son meramente posibles, su verdad o falsedad
sólo se podrá comprobar contrastándolas con la realidad. No hay manera de saber
cómo es el mundo por medio del uso exclusivo del pensamiento, de una forma a
priori. Quedan excluidos, pues, las proposiciones metafísicas y científicas si por ellas
se entiende afirmaciones y leyes necesariamente verdaderas. Las afirmaciones de la
ciencia son todas hipótesis por comprobar..




                                          27

Contenu connexe

Tendances

El Conocimiento- Mapa Mental (ejercicio no.4)
El Conocimiento- Mapa Mental (ejercicio no.4)El Conocimiento- Mapa Mental (ejercicio no.4)
El Conocimiento- Mapa Mental (ejercicio no.4)
ca.valentina
 
El problema del conocimiento
El problema del conocimientoEl problema del conocimiento
El problema del conocimiento
Marco Alberca
 
Creer saber conocer. Resumen de la introduccion del Texto de Luis Villoro
Creer saber conocer. Resumen de la introduccion del Texto de Luis VilloroCreer saber conocer. Resumen de la introduccion del Texto de Luis Villoro
Creer saber conocer. Resumen de la introduccion del Texto de Luis Villoro
Edith GC
 
Expo completa
Expo completaExpo completa
Expo completa
academica
 
Clase de positivismo
Clase de positivismoClase de positivismo
Clase de positivismo
Marisol L
 
Método científico
Método científicoMétodo científico
Método científico
jusfer
 

Tendances (20)

El Conocimiento- Mapa Mental (ejercicio no.4)
El Conocimiento- Mapa Mental (ejercicio no.4)El Conocimiento- Mapa Mental (ejercicio no.4)
El Conocimiento- Mapa Mental (ejercicio no.4)
 
K.R. POPPER
K.R. POPPERK.R. POPPER
K.R. POPPER
 
Teorías Acerca De La Verdad
Teorías Acerca De La VerdadTeorías Acerca De La Verdad
Teorías Acerca De La Verdad
 
Racionalismo
RacionalismoRacionalismo
Racionalismo
 
El problema del conocimiento
El problema del conocimientoEl problema del conocimiento
El problema del conocimiento
 
CUADRO SINOPTICO SOBRE ARISTÓTELES
CUADRO SINOPTICO SOBRE ARISTÓTELESCUADRO SINOPTICO SOBRE ARISTÓTELES
CUADRO SINOPTICO SOBRE ARISTÓTELES
 
Fenomenología Hermenéutica de Heidegger
Fenomenología Hermenéutica de HeideggerFenomenología Hermenéutica de Heidegger
Fenomenología Hermenéutica de Heidegger
 
Creer saber conocer. Resumen de la introduccion del Texto de Luis Villoro
Creer saber conocer. Resumen de la introduccion del Texto de Luis VilloroCreer saber conocer. Resumen de la introduccion del Texto de Luis Villoro
Creer saber conocer. Resumen de la introduccion del Texto de Luis Villoro
 
2 Hermeneutica
2 Hermeneutica2 Hermeneutica
2 Hermeneutica
 
Expo completa
Expo completaExpo completa
Expo completa
 
MAX SHELER
MAX SHELERMAX SHELER
MAX SHELER
 
Positivismo
PositivismoPositivismo
Positivismo
 
El acto de investigar
El acto de investigarEl acto de investigar
El acto de investigar
 
La hermeneutica
La hermeneuticaLa hermeneutica
La hermeneutica
 
Gnoseología y Ontología
Gnoseología y OntologíaGnoseología y Ontología
Gnoseología y Ontología
 
Clase de positivismo
Clase de positivismoClase de positivismo
Clase de positivismo
 
Qué es la Filosofía - Heidegger
Qué es la Filosofía - HeideggerQué es la Filosofía - Heidegger
Qué es la Filosofía - Heidegger
 
Tema II -La ciencia y sus métodos
Tema II -La ciencia y sus métodosTema II -La ciencia y sus métodos
Tema II -La ciencia y sus métodos
 
Método científico
Método científicoMétodo científico
Método científico
 
Karl popper
Karl popperKarl popper
Karl popper
 

En vedette (14)

Antimetafisica
AntimetafisicaAntimetafisica
Antimetafisica
 
El circulo de viena
El circulo de vienaEl circulo de viena
El circulo de viena
 
Circulo de viena
Circulo de vienaCirculo de viena
Circulo de viena
 
Circulo de viena
Circulo de vienaCirculo de viena
Circulo de viena
 
Tendencias actuales de la filosofía
Tendencias actuales de la filosofíaTendencias actuales de la filosofía
Tendencias actuales de la filosofía
 
Las preguntas de Kant
Las preguntas de KantLas preguntas de Kant
Las preguntas de Kant
 
Filosofía del siglo xix y xx
Filosofía del siglo xix y xxFilosofía del siglo xix y xx
Filosofía del siglo xix y xx
 
Filosofía Contemporanea
Filosofía ContemporaneaFilosofía Contemporanea
Filosofía Contemporanea
 
Ejercicios de probabilidades y teorema de bayes
Ejercicios de probabilidades y teorema de bayesEjercicios de probabilidades y teorema de bayes
Ejercicios de probabilidades y teorema de bayes
 
La filosofia en la edad contemporanea
La filosofia en la edad contemporaneaLa filosofia en la edad contemporanea
La filosofia en la edad contemporanea
 
Métodos de la filosofía
Métodos de la filosofíaMétodos de la filosofía
Métodos de la filosofía
 
Filosofía contemporanea
Filosofía contemporaneaFilosofía contemporanea
Filosofía contemporanea
 
La ilustración en diapositivas.
La ilustración en diapositivas.La ilustración en diapositivas.
La ilustración en diapositivas.
 
Método analítico
Método analíticoMétodo analítico
Método analítico
 

Similaire à Antimetafisica

Clase del círculo de viena
Clase del círculo de vienaClase del círculo de viena
Clase del círculo de viena
amisdb
 
Esquema teorias epistemológicas filosofia sxx anual uni
Esquema teorias epistemológicas filosofia sxx anual uniEsquema teorias epistemológicas filosofia sxx anual uni
Esquema teorias epistemológicas filosofia sxx anual uni
rafael felix
 
Didactica fundamentos filosoficos(a)
Didactica fundamentos filosoficos(a)Didactica fundamentos filosoficos(a)
Didactica fundamentos filosoficos(a)
catherinemorinigo
 

Similaire à Antimetafisica (20)

Positivismo logico
Positivismo logicoPositivismo logico
Positivismo logico
 
Clase del círculo de viena
Clase del círculo de vienaClase del círculo de viena
Clase del círculo de viena
 
Metodos tecnicas-investigacion-4826-completo
Metodos tecnicas-investigacion-4826-completoMetodos tecnicas-investigacion-4826-completo
Metodos tecnicas-investigacion-4826-completo
 
2.filosofiayciencia
2.filosofiayciencia2.filosofiayciencia
2.filosofiayciencia
 
Gnoseología ii
Gnoseología iiGnoseología ii
Gnoseología ii
 
L
LL
L
 
Metodologia unsam
Metodologia unsam  Metodologia unsam
Metodologia unsam
 
Popper
PopperPopper
Popper
 
El pensamiento científico actual
El pensamiento científico actualEl pensamiento científico actual
El pensamiento científico actual
 
Esquema teorias epistemológicas filosofia sxx anual uni
Esquema teorias epistemológicas filosofia sxx anual uniEsquema teorias epistemológicas filosofia sxx anual uni
Esquema teorias epistemológicas filosofia sxx anual uni
 
El conocimiento científico concepcion de karl pooper wrdaros
El conocimiento científico concepcion de karl pooper wrdarosEl conocimiento científico concepcion de karl pooper wrdaros
El conocimiento científico concepcion de karl pooper wrdaros
 
14 Gnoseologia
14 Gnoseologia14 Gnoseologia
14 Gnoseologia
 
Esquemas
EsquemasEsquemas
Esquemas
 
Semana 14 gnoseologia cepre
Semana 14 gnoseologia cepreSemana 14 gnoseologia cepre
Semana 14 gnoseologia cepre
 
Didactica fundamentos filosoficos(a)
Didactica fundamentos filosoficos(a)Didactica fundamentos filosoficos(a)
Didactica fundamentos filosoficos(a)
 
40590627.follari epistemologia y sociedad
40590627.follari epistemologia y sociedad40590627.follari epistemologia y sociedad
40590627.follari epistemologia y sociedad
 
Bunge ciencia-resumen
Bunge ciencia-resumenBunge ciencia-resumen
Bunge ciencia-resumen
 
Ciencia, método y filosofía
Ciencia, método y filosofíaCiencia, método y filosofía
Ciencia, método y filosofía
 
El principio de verificación
El principio de verificaciónEl principio de verificación
El principio de verificación
 
Karl Popper
Karl PopperKarl Popper
Karl Popper
 

Dernier

La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...
La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...
La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...
JonathanCovena1
 
Cuaderno de trabajo Matemática 3 tercer grado.pdf
Cuaderno de trabajo Matemática 3 tercer grado.pdfCuaderno de trabajo Matemática 3 tercer grado.pdf
Cuaderno de trabajo Matemática 3 tercer grado.pdf
NancyLoaa
 
5.- Doerr-Mide-lo-que-importa-DESARROLLO PERSONAL
5.- Doerr-Mide-lo-que-importa-DESARROLLO PERSONAL5.- Doerr-Mide-lo-que-importa-DESARROLLO PERSONAL
5.- Doerr-Mide-lo-que-importa-DESARROLLO PERSONAL
MiNeyi1
 
FORTI-MAYO 2024.pdf.CIENCIA,EDUCACION,CULTURA
FORTI-MAYO 2024.pdf.CIENCIA,EDUCACION,CULTURAFORTI-MAYO 2024.pdf.CIENCIA,EDUCACION,CULTURA
FORTI-MAYO 2024.pdf.CIENCIA,EDUCACION,CULTURA
El Fortí
 
NUEVAS DIAPOSITIVAS POSGRADO Gestion Publica.pdf
NUEVAS DIAPOSITIVAS POSGRADO Gestion Publica.pdfNUEVAS DIAPOSITIVAS POSGRADO Gestion Publica.pdf
NUEVAS DIAPOSITIVAS POSGRADO Gestion Publica.pdf
UPTAIDELTACHIRA
 

Dernier (20)

Infografía EE con pie del 2023 (3)-1.pdf
Infografía EE con pie del 2023 (3)-1.pdfInfografía EE con pie del 2023 (3)-1.pdf
Infografía EE con pie del 2023 (3)-1.pdf
 
La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...
La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...
La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...
 
Cuaderno de trabajo Matemática 3 tercer grado.pdf
Cuaderno de trabajo Matemática 3 tercer grado.pdfCuaderno de trabajo Matemática 3 tercer grado.pdf
Cuaderno de trabajo Matemática 3 tercer grado.pdf
 
OCTAVO SEGUNDO PERIODO. EMPRENDIEMIENTO VS
OCTAVO SEGUNDO PERIODO. EMPRENDIEMIENTO VSOCTAVO SEGUNDO PERIODO. EMPRENDIEMIENTO VS
OCTAVO SEGUNDO PERIODO. EMPRENDIEMIENTO VS
 
Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024
Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024
Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024
 
LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...
LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...
LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...
 
Supuestos_prácticos_funciones.docx
Supuestos_prácticos_funciones.docxSupuestos_prácticos_funciones.docx
Supuestos_prácticos_funciones.docx
 
Tema 8.- PROTECCION DE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN.pdf
Tema 8.- PROTECCION DE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN.pdfTema 8.- PROTECCION DE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN.pdf
Tema 8.- PROTECCION DE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN.pdf
 
Programacion Anual Matemática5 MPG 2024 Ccesa007.pdf
Programacion Anual Matemática5    MPG 2024  Ccesa007.pdfProgramacion Anual Matemática5    MPG 2024  Ccesa007.pdf
Programacion Anual Matemática5 MPG 2024 Ccesa007.pdf
 
BIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICA
BIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICABIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICA
BIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICA
 
ACERTIJO DE LA BANDERA OLÍMPICA CON ECUACIONES DE LA CIRCUNFERENCIA. Por JAVI...
ACERTIJO DE LA BANDERA OLÍMPICA CON ECUACIONES DE LA CIRCUNFERENCIA. Por JAVI...ACERTIJO DE LA BANDERA OLÍMPICA CON ECUACIONES DE LA CIRCUNFERENCIA. Por JAVI...
ACERTIJO DE LA BANDERA OLÍMPICA CON ECUACIONES DE LA CIRCUNFERENCIA. Por JAVI...
 
PIAR v 015. 2024 Plan Individual de ajustes razonables
PIAR v 015. 2024 Plan Individual de ajustes razonablesPIAR v 015. 2024 Plan Individual de ajustes razonables
PIAR v 015. 2024 Plan Individual de ajustes razonables
 
origen y desarrollo del ensayo literario
origen y desarrollo del ensayo literarioorigen y desarrollo del ensayo literario
origen y desarrollo del ensayo literario
 
5.- Doerr-Mide-lo-que-importa-DESARROLLO PERSONAL
5.- Doerr-Mide-lo-que-importa-DESARROLLO PERSONAL5.- Doerr-Mide-lo-que-importa-DESARROLLO PERSONAL
5.- Doerr-Mide-lo-que-importa-DESARROLLO PERSONAL
 
Estrategia de prompts, primeras ideas para su construcción
Estrategia de prompts, primeras ideas para su construcciónEstrategia de prompts, primeras ideas para su construcción
Estrategia de prompts, primeras ideas para su construcción
 
FORTI-MAYO 2024.pdf.CIENCIA,EDUCACION,CULTURA
FORTI-MAYO 2024.pdf.CIENCIA,EDUCACION,CULTURAFORTI-MAYO 2024.pdf.CIENCIA,EDUCACION,CULTURA
FORTI-MAYO 2024.pdf.CIENCIA,EDUCACION,CULTURA
 
ACTIVIDAD DIA DE LA MADRE FICHA DE TRABAJO
ACTIVIDAD DIA DE LA MADRE FICHA DE TRABAJOACTIVIDAD DIA DE LA MADRE FICHA DE TRABAJO
ACTIVIDAD DIA DE LA MADRE FICHA DE TRABAJO
 
NUEVAS DIAPOSITIVAS POSGRADO Gestion Publica.pdf
NUEVAS DIAPOSITIVAS POSGRADO Gestion Publica.pdfNUEVAS DIAPOSITIVAS POSGRADO Gestion Publica.pdf
NUEVAS DIAPOSITIVAS POSGRADO Gestion Publica.pdf
 
Caja de herramientas de inteligencia artificial para la academia y la investi...
Caja de herramientas de inteligencia artificial para la academia y la investi...Caja de herramientas de inteligencia artificial para la academia y la investi...
Caja de herramientas de inteligencia artificial para la academia y la investi...
 
Sesión de clase: Fe contra todo pronóstico
Sesión de clase: Fe contra todo pronósticoSesión de clase: Fe contra todo pronóstico
Sesión de clase: Fe contra todo pronóstico
 

Antimetafisica

  • 1. 3. RACIONALISMO CRÍTICO: Su principal precursor: POPPER. Presenta una nueva concepción de la ciencia y de la metodología, conocida también por Falsacionismo. Es una teoría: E Racionalista: porque el conocimiento es fruto de una actividad interpretativa de la razón. r Crítica: porque las interpretaciones de la razón deben ser siempre corregidas y revisadas críticamente. 2. No es cierto que la ciencia surja de la inducción, es falso que la ciencia surja de la observación porque los problemas científicos no son planteados por la realidad sino por los investigadores. Por otro lado, el denominado “problema de la inducción” es un tema que presenta determinadas implicaciones incluso para aquellos que no suscriben la metodología inductivista. La cuestión se plantea ante la duda de si la evidencia inductiva puede ser utilizada para predecir futuros acontecimientos; en consecuencia, el problema de la inducción surge a partir de nuestra incapacidad para proporcionar elementos racionales que puedan ser utilizadas para explicar algo más allá de la evidencia disponible (Pheby, 1988,) Es corriente calificar de inductiva a una inferencia que pasa de enunciados singulares (“particulares”) (descripciones, experimentos) a enunciados universales (hipótesis, teorías). Pero desde el punto de vista de la lógica no es obvio que se justifique hacer inferencias universales desde hechos singulares pues esta conclusión correrá el riesgo de ser falsa ya que seguramente no podremos registrar todos los hechos. El problema de la inducción hace referencia, entonces, al debate sobre si están justificadas las inferencias inductivas, o bajo qué condiciones lo están. La decisión positiva sobre una teoría no es eterna: decisiones negativas subsecuentes pueden falsarla. Una teoría tiene “temple” cuando ha sido corroborada por la experiencia. Pero esto no significa que se pase de un razonamiento del tipo verdad de enunciados singulares = verdad de teorías. Es decir: teorías o CONCLUSIONES “VERIFICADAS” NO IMPLICAN QUE SEAN “VERDADERAS” NI SIQUIERA “PROBABLES” 1
  • 2. NEOPOSITIVISMO O CÍRCULO DE VIENA PRECEDENTE: A. Comte (1798-1857) FUNDADOR: Moritz Schlick (1882-1936) FIGURA: Rudolf Carnap (1891-1970) Alfred Julius Ayer (Británico, 1910-1989) TESIS El objetivo de la ciencia es encuadrar hechos en leyes. 1 El Sólo hay hechos y leyes. La ontología y la metafísica carecen de sentido 2 Criterio de demarcación: una proposición es científica si tiene significado 3 Una proposición tiene significado cuando se puede demostrar si es verdadero o falsa 4 Al criterio de demarcación se le conoce como principio de verificación 5 La base del método científico es el método inductivo 6 La inducción es completada con deducciones y experimentos 7 Pasos: A. Hecho observable, descrito en proposición protocolar. B. Hipótesis general C. Deducción de las consecuencias de la hipótesis. D. Comprobación (experimento) de 8 las consecuencias. E. Si es confirmada, ley; si no lo es, se la rechaza. Lo importante no es modo de descubrimiento, puede ser variado, sino el modo de 9 justificación: se contrastan con la experiencia y se inducen a partir de ella. La inducción es válida si: A. El número de enunciados observaciones es muy amplio. B. Observaciones en las condiciones más variadas posible. C. Que la ley 10 inducida no contradiga ningún enunciado observacional. empirismo lógico (también denominado positivismo lógico) es una corriente de filosofía de la ciencia que surgió durante el primer tercio del siglo XX, alrededor del grupo de científicos y filósofos que formaron el célebre Círculo de Viena (Wiener Kreis en alemán). Desde su punto de vista los empiristas lógicos intentaron ofrecer una visión general de la ciencia que abarcaba principalmente sus aspectos gnoseológicos y metodológicos. Sostenían como tesis central sostiene que un enunciado es cognitivamente significativo sólo si es verificable empíricamente o es analítica, es la tesis conocida como "del significado por verificación". Sólo los enunciados de la ciencia empírica cumplen con el primer requisito, y sólo los enunciados de la lógica y las matemáticas cumplen con el segundo. Los enunciados típicamente filosóficos no cumplen con ninguno de los dos requisitos, y en tal sentido, la filosofía he de convertirse en un método de análisis lógico de los enunciados de la ciencia Las posiciones de los empiristas lógicos respecto de algunos temas clave de la filosofía de la ciencia (el origen del sentido de los enunciados, la puesta a prueba de las teorías, el concepto de explicación científica y la unidad de la ciencia, entre otros) se conocen con el nombre colectivo de "concepción heredada" (received view). Enunciados analíticos o sintéticos Desde Kant -precedido por Leibniz y Hume- se sostenía que los enunciados son de dos clases: analíticos o sintéticos. La diferencia entre estos dos enunciados estriba en la forma cómo se les predica la verdad: para los analíticos, sólo en función del significado de sus términos; para los sintéticos, en función de cómo es el mundo. Los analíticos, entonces, no nos dicen nada sobre el mundo: son puras tautologías. Los sintéticos sí hablan sobre el mundo. Ejemplos de enunciados analíticos: "Todos los solteros son no casados"; "el color negro es oscuro". Ejemplos de enunciados sintéticos: "Hay un automóvil allá afuera"; "Está lloviendo". Ahora bien, también hay una diferencia entre cómo se conocen los enunciados: algunos son cognoscibles a priori y otros a posteriori. Los a priori son cognoscibles por un puro ejercicio de la razón, sin necesidad de recurrir al mundo. Los a posteriori necesitan, para ser conocidos, que el sujeto recurra al mundo. Lo a priori es necesario (no puede no suceder) y lo a posteriori es contingente (puede no suceder). Proposiciones, pseudoproposiciones y pseudoproblemas 2
  • 3. ¿Cómo sabemos que un enunciado como "Hoy está lloviendo" es verdadero? Oímos la lluvia, o vemos el agua caer, o vemos el agua caer y oímos la lluvia y olemos el pavimento mojado: así sabemos que hoy, de hecho, está lloviendo. Entonces el enunciado "Hoy está lloviendo" tiene sentido, porque podemos saber si es verdadero o es falso. Ahora, ¿Cómo sabemos que un enunciado como "El Ser es inmóvil" es verdadero? Obviamente nunca hemos visto tal cosa como "el Ser", y tampoco lo hemos visto moverse, permanecer quieto, o sonreír. ¿Entonces cómo sabemos si ese enunciado es verdadero? Los empiristas lógicos dicen: sólo podemos hablar de cómo es el mundo si tenemos experiencia sensorial de él. Si hablamos del mundo, es porque lo percibimos mediante los sentidos. Si no hay experiencias sensoriales que nos puedan decir si "El Ser es inmóvil" es verdadero o falso, entonces "El Ser es inmóvil" carece de sentido. Y si no es así y tampoco es lógica o matemática, es una pseudoproposición, esto es, que parece proposición… pero no lo es. Enunciados como "el Ser es inmóvil" o "la Nada nadea" parecen estar bien estructurados en una forma sujeto-predicado: "el Ser" y "la Nada" serían los sujetos de las dos frases; "es inmóvil" y "nadea" sus respectivos predicados. Sin embargo, 'Ser' y 'Nada' no son sujetos: uno es un verbo y el otro es un cuantificador. En otras pseudoproposiciones tales como 'Dios posee infinitos atributos' o 'Tengo libre voluntad', no hay manera de comprobar esto empíricamente: nadie puede ver a Dios y reconocerlo en sus infinitos atributos, y tampoco podría, alguien, darse cuenta que hasta ahora estaba de alguna manera determinado a actuar involuntariamente. En consecuencia, -afirman los empiristas lógicos-, Los problemas de la metafísica, entonces, dicen los empiristas lógicos, son pseudoproblemas: no pueden resolverse, sino que deben disolverse mediante un análisis del lenguaje, con ayuda de la lógica. Tal análisis nos probará que no nos referíamos a cuestiones de hecho, sino que estábamos usando mal el lenguaje. El "lenguaje-objeto" real es el lenguaje de las ciencias, como proposiciones como "La Luna es redonda" o "El agua es H2O", que sí se refieren al mundo. ¿Cuándo unas proposición tiene sentido? Hay dos maneras en que una proposición puede tener sentido: hablando acerca del mundo y por tanto teniendo condiciones de verificación empírica bien determinadas, o no hablando acerca del mundo. Hemos visto que los enunciados acerca del mundo -sintéticos-, para los empiristas lógicos, sólo podían ser a posteriori, es decir, sólo comprobables empíricamente. Pero también hay otra manera de conocer algo: a priori. Sé que 3×3 es 9, siempre, y para saberlo no necesitamos encerrarnos en un laboratorio ni disponer de instrumentos de conteo alguno: lo sabemos solamente calculando. De la misma manera, sabemos que ningún soltero está casado, y sin necesidad de recurrir a un experimento. También sé que, por modus ponens, puedo deducir la proposición 'y' dadas dos premisas: si 'x', entonces 'y', y es el caso que 'x'. Para esto tampoco necesito ninguna experimentación, no necesito recurrir al mundo. Conozco esto de manera a priori, sin experiencia. Pero, como lo conozco sin necesidad de experiencia, entonces ni el modus ponens, ni la multiplicación de 3 por 3, ni la soltería de los no casados me dicen algo sobre el mundo. ¿Cómo iban a hacerlo, si puedo conocerlos sin experiencias empíricas? Y como no me dicen nada 3
  • 4. sobre el mundo, entonces son proposiciones analíticas, que son verdaderas sólo en virtud del significado, y de las reglas estipuladas. "Todo soltero es no casado" es verdadero porque ser soltero significa no estar casado. 3×3=9 es verdadero por los usos estipulados que les damos a los signos 'x' e ' = ', además de las reglas que seguimos al darles ese uso, y los significados que les damos a los signos 3 y 9. [(P-- >Q) & P]-->Q es verdadero también porque así funciona nuestro lenguaje, y porque así hemos dicho que funcionan los signos & y --> y las metavariables P y Q. Por esto, todas las verdades a priori son, para los empiristas lógicos, analíticas. Y como son a priori deben ser necesarias. Recordemos que las proposiciones sintéticas son aquéllas cuyo valor de verdad depende de los hechos en el mundo. Y por esto son contingentes: pueden o podrían no haber sucedido o no suceder. Yo podría no estar redactando este artículo (pues podría estar estudiando para el examen), tú podrías no estar leyendo esto, hoy puede llover, Sócrates podría no haber nacido, es posible que mañana muera el presidente de la nación. Ahora, hemos dicho que los analíticos son verdaderos no en función del mundo, sino en función del significado y las reglas. Esto nos dice por qué todos los enunciados que son analíticos son a priori, y también necesariamente verdaderos. Cuando a una proposición o conjunto de proposiciones se les hace una tabla de verdad, y resulta que tal proposición es verdadera en todos los casos, decimos que esa proposición es tautológica. Esto sucede con las proposiciones analíticas, y justo por eso decimos que son necesarias. Para los positivistas lógicos, entonces (siguiendo al primer Wittgenstein), todos los enunciados analíticos son tautologías, es decir, que son siempre verdaderas. (Los enunciados que son siempre falsos se llaman autocontradictorios). HASTA AQUÍ El empirismo lógico (también denominado positivismo lógico) es una corriente de filosofía de la ciencia que surgió durante el primer tercio del siglo XX, alrededor del grupo de científicos y filósofos que formaron el célebre Círculo de Viena (Wiener Kreis en alemán). Desde su punto de vista los empiristas lógicos intentaron ofrecer una visión general de la ciencia que abarcaba principalmente sus aspectos gnoseológicos y metodológicos. Sostenían como tesis central sostiene que un enunciado es cognitivamente significativo sólo si es verificable empíricamente o es analítica, es la tesis conocida como "del significado por verificación". Sólo los enunciados de la ciencia empírica cumplen con el primer requisito, y sólo los enunciados de la lógica y las matemáticas cumplen con el segundo. Los enunciados típicamente filosóficos no cumplen con ninguno de los dos requisitos, y en tal sentido, la filosofía he de convertirse en un método de análisis lógico de los enunciados de la ciencia Las posiciones de los empiristas lógicos respecto de algunos temas clave de la filosofía de la ciencia (el origen del sentido de los enunciados, la puesta a prueba de las teorías, el concepto de explicación científica y la unidad de la ciencia, entre otros) se conocen con el nombre colectivo de "concepción heredada" (received view). Contenido [ocultar] 1 El Círculo de Viena 2 A priori, a posteriori, analítico y sintético 3 El sentido de una proposición, las pseudoproposiciones y los pseudoproblemas 4
  • 5. 4 Reduccionismo, enunciados protocolares, fundamentos del conocimiento y epistemología 5 A priori 6 Unificación de la ciencia (Einheitswissenschaft) 7 Inducción y falsabilidad 8 Filosofía y análisis lógico 9 Críticas al positivismo lógico 10 Positivismo, filosofía analítica, metafísica… 11 Personalidades 12 Bibliografía básica 13 Véase también El Círculo de Viena [editar] El grupo original constituyó el llamado Círculo de Viena, un grupo de científicos y filósofos iniciado en 1924 por Moritz Schlick; posteriormente, Rudolf Carnap sería el continuador y líder[cita requerida]. La mayoría de los componentes del Círculo de Viena emigraron a otros países a partir de 1933, a raíz de la llegada al poder del nazismo. Como antecedentes, en el Manifiesto del Círculo de Viena se mencionaban personalidades como Locke y Hume, mientras otros como Karl Marx (por su tratamiento científico de la historia), Leibniz (por sus matemáticas y su lógica) también se consideraban precursores, pero sin contar con su metafísica. El positivismo del siglo XIX también es considerado una influencia, aunque con matices. Hay que recordar que, para los positivistas del siglo XIX, "sólo lo dado es real" [cita requerida] . Para los empiristas lógicos, esta proposición simplemente carece de sentido [cita requerida]. Otras influencias poderosas fueron la metodología empírica desarrollada durante y después de la mitad del siglo XIX, así como la lógica simbólica. Entre los desarrolladores de la primera, están hombres de ciencia como Helmholtz, Ernst Mach, Henri Poincaré, Pierre Duhem y Boltzman. Entre los desarrolladores de la segunda están, entre otros, Frege, Russell y Whitehead, Giuseppe Peano y el primer Wittgenstein. En el Círculo de Viena se encontraban, entre otros: Rudolf Carnap (Mayo 18, 1891 - Septiembre 14, 1970), quien proclamaba la superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje (véase La superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje); Kurt Gödel (28 de de abril de 1906 - 14 de enero de 1978) quien formuló el famoso teorema de incompletitud; David Hilbert (23 de Enero de 1862 - 14 de Febrero de 1943) el famoso redactor de Los problemas futuros de la Matemática; y otros como Herbert Feigl, Philipp Frank, Hans Hahn, Carl Gustav Hempel, Karl Menger, Richard Von Mises, Otto Neurath, Hans Reichenbach, Moritz Schlick y Friedrich Waismann. En Inglaterra, Sir Alfred Jules Ayer (Octubre 29, 1910 - Junio 27, 1989) fue el más importante representante de esta corriente (véase Lenguaje, verdad y lógica) A priori, a posteriori, analítico y sintético [editar] Kant (Véase Crítica de la razón pura) -precedido por Leibniz y Hume- había dicho que los enunciados son de dos clases: analíticos o sintéticos. La diferencia entre estos dos enunciados estriba en la forma como se les predica verdad: para los analíticos, sólo en función del significado de sus términos; para los sintéticos, en función de cómo es el mundo. Los analíticos, entonces, no nos dicen nada sobre el mundo: son puras tautologías. Los sintéticos sí hablan sobre el mundo. Ejemplos de enunciados analíticos: "Todos los solteros son no casados"; "el color negro es oscuro". Ejemplos de enunciados sintéticos: "Hay un automóvil allá afuera"; "Está lloviendo". 5
  • 6. Ahora bien, también hay una diferencia entre cómo se conocen los enunciados: algunos son cognoscibles a priori y otros a posteriori. Los a priori son cognoscibles por un puro ejercicio de la razón, sin necesidad de recurrir al mundo. Los a posteriori necesitan, para ser conocidos, que el sujeto recurra al mundo. Lo a priori es necesario (no puede no suceder) y lo a posteriori es contingente (puede no suceder). Kant había dicho que existen algunos enunciados sintéticos a priori, esto es, algunos enunciados que nos dicen cosas sobre el mundo y que pueden ser conocidos sin recurrir a la observación empírica; y que, como son a priori, entonces son necesarios. Para Kant, un sintético a priori serían las matemáticas, o la metafísica de las costumbres. Los empiristas lógicos aceptan las distinciones de Kant, pero niegan que pueda haber un sintético a priori: si lo hay, entonces hay enunciados que hablan sobre el mundo pero que no necesitan de verificación empírica. Pero los empiristas quieren alejarse de este camino. La sección siguiente explicará por qué. El sentido de una proposición, las pseudoproposiciones y los pseudoproblemas [editar] ¿Cómo sabemos que un enunciado como "Hoy está lloviendo" es verdadero? Oímos la lluvia, o vemos el agua caer, o vemos el agua caer y oímos la lluvia y olemos el pavimento mojado: así sabemos que hoy, de hecho, está lloviendo. Entonces el enunciado "Hoy está lloviendo" tiene sentido, porque podemos saber si es verdadero o es falso. Ahora, ¿Cómo sabemos que un enunciado como "El Ser es inmóvil" es verdadero? Obviamente nunca hemos visto tal cosa como "el Ser", y tampoco lo hemos visto moverse, permanecer quieto, o sonreír. ¿Entonces cómo sabemos si ese enunciado es verdadero? Los metafísicos hubieran respondido: por supuesto no a través de la evidencia empírica, pues esa clase de evidencia no nos ha llevado a hablar del Ser. Son enunciados que son demostrados por la pura razón, a priori. Pero recuérdese que los empiristas lógicos han negado que podamos hablar del mundo -enunciados sintéticos- sin experiencia de él -a priori-. Los empiristas lógicos dicen: sólo podemos hablar de cómo es el mundo si tenemos experiencia sensorial de él. Si hablamos del mundo, es porque lo percibimos mediante los sentidos. ¿Hay alguna otra manera de conocer el mundo, además de los sentidos? Sí, mediante el razonamiento lógico-deductivo, es decir, lo a priori, como las matemáticas, la lógica y los significados conceptuales. El sentido de una proposición se determina, creyeron el primer Wittgenstein, Russell y los empiristas lógicos, por las experiencias sensoriales que nos pueden decir si esa proposición es verdadera o falsa. Si no hay experiencias sensoriales que nos puedan decir si "El Ser es inmóvil" es verdadero o falso, entonces "El Ser es inmóvil" carece de sentido. Pero alguien muy bien podría decir: ¡Momento! ¡'el Ser es inmóvil' es un enunciado completamente bien estructurado, gramaticalmente hablando! La respuesta es: así parece, pero no lo es en realidad. Hemos visto que, para toda proposición, si puede ser comprobada -o, para Popper, demostrada falsa- empíricamente, entonces la proposición tiene sentido. Y si no es así y tampoco es lógica o matemática, es una pseudoproposición, esto es, que parece proposición… pero no lo es. ¿Por qué? Enunciados como "el Ser es inmóvil" o "la Nada nadea" parecen estar bien estructurados en una forma sujeto-predicado: "el Ser" y "la Nada" serían los sujetos de las dos frases; "es inmóvil" y "nadea" sus respectivos predicados. Sin embargo, 'Ser' y 'Nada' no son sujetos: uno es un verbo y el otro es un cuantificador. Cometemos la falacia de reificación al creer que son sujetos. En otras pseudoproposiciones tales como 'Dios posee infinitos atributos' o 'Tengo libre voluntad', el problema es que no hay manera de comprobar esto empíricamente: nadie puede ver a Dios y reconocerlo en sus infinitos atributos, y tampoco podría, 6
  • 7. alguien, darse cuenta que hasta ahora estaba de alguna manera determinado a actuar involuntariamente. Los problemas de la metafísica, entonces, dicen los empiristas lógicos, son pseudoproblemas: no pueden resolverse, sino que deben disolverse mediante un análisis del lenguaje, con ayuda de la lógica. Tal análisis nos probará que no nos referíamos a cuestiones de hecho, sino que estábamos usando mal el lenguaje. Este mal uso es denominado por Carnap "lenguaje de pseudo-objeto", porque parece referirse a objetos o hechos en el mundo, pero no es así. El "lenguaje-objeto" real es el lenguaje de las ciencias, como proposiciones como "La Luna es redonda" o "El agua es H2O", que sí se refieren al mundo. Por esto mismo, la metafísica sería borrada del mapa simplemente analizando y encontrando los errores que yacían en ella. Algo muy parecido sucedería con la ética y la estética. La ética se iría de la filosofía porque enunciados como "odiar es malo" no son en realidad enunciados declarativos -no hablan de cuestiones de hecho-, sino imperativos: dicen algo que debe hacerse. Sin embargo, estos imperativos cometen la falacia naturalista al derivar lo que debe ser el caso, de lo que de hecho es el caso. Por esto la ética se movería de la filosofía al campo de la psicología, que nos diría porqué de hecho creemos que ciertas cosas son buenas y otras malas. Lo mismo, con las apropiadas sustituciones, sucedería con la estética. Los elementos metafísicos de las dos materias serían, por supuesto, eliminados. Reduccionismo, enunciados protocolares, fundamentos del conocimiento y epistemología [editar] Entonces: el sentido de una proposición se determina empíricamente. Si esto es así, entonces para toda proposición con sentido en el lenguaje-físico (como "La Luna es redonda"), hay una proposición en el lenguaje-sensorial que le corresponde. (Una proposición en lenguaje sensorial es la que reporta inmediatamente los datos recibidos por los cinco sentidos humanos, agregándole cuantificadores, conectivas y coordenadas espaciotemporales para hacerla significativa: "Hay un rojo blando y ácido aquí, en este momento"; o: "a las 7 de la mañana del jueves, vi un redondo blanco en tal y tal lugar"). Es decir, la oración "La Luna es redonda" puede reducirse a enunciados como "Hay un objeto blanco y redondo en este momento tal que lo llamamos Luna". Carnap y algunos otros, como Schlick, creían que estos enunciados eran el fundamento de nuestro conocimiento. Ellos llamaron a estos enunciados en el lenguaje-sensorial enunciados protocolares. Esto es, que para saber si estábamos justificados para decir que sabemos tal o cual proposición, debemos apelar a estos enunciados (recordemos que el sentido de una proposición son sus condiciones de verificación empírica). Para otro miembro del Círculo de Viena, Otto Neurath, el fundamento del conocimiento no son estas proposiciones, y de hecho el conocimiento no tiene fundamento: el conocimiento se da sólo entre sistemas coherentes de proposiciones, y la justificación no es asimétrica (esto es, no hay más justificación en una proposición que en otra), sino que se otorga mutuamente entre proposiciones. Moritz Schlick debatió con él y, de hecho, este mismo debate duraría -aún cuando el empirismo lógico ya había sido rechazado- en el centro de la epistemología por casi todo el siglo XX: el debate fundacionalismo/coherentismo. A priori [editar] Hay dos maneras en que una proposición puede tener sentido: hablando acerca del mundo y por tanto teniendo condiciones de verificación empírica bien determinadas, o no hablando acerca del mundo. Hemos visto que los enunciados acerca del mundo -sintéticos-, para los empiristas lógicos, sólo podían ser a posteriori, es decir, sólo 7
  • 8. comprobables empíricamente. Pero también hay otra manera de conocer algo: a priori. Sé que 2×2 es 4, siempre, y no tengo -aunque puedo hacerlo, claro- que contar con mis dedos o encerrarme en el laboratorio para saberlo: lo sé solamente calculando. De la misma manera, sé que ningún soltero está casado, y sin necesidad de recurrir a un experimento. También sé que, por modus ponens, puedo deducir la proposición 'y' dadas dos premisas: si 'x', entonces 'y', y es el caso que 'x'. Para esto tampoco necesito ninguna experimentación, no necesito recurrir al mundo. Conozco esto de manera a priori, sin experiencia. Pero, como lo conozco sin necesidad de experiencia, entonces ni el modus ponens, ni la multiplicación de 2 por 2, ni la soltería de los no casados me dicen algo sobre el mundo. ¿Cómo iban a hacerlo, si puedo conocerlos sin experiencias empíricas? Y como no me dicen nada sobre el mundo, entonces son proposiciones analíticas, que son verdaderas sólo en virtud del significado, y de las reglas estipuladas. "Todo soltero es no casado" es verdadero porque ser soltero significa no estar casado. 2×2=4 es verdadero por los usos estipulados que les damos a los signos '×' e ' = ', además de las reglas que seguimos al darles ese uso, y los significados que les damos a los signos 2 y 4. [(P-->Q)&P]-- >Q es verdadero también porque así funciona nuestro lenguaje, y porque así hemos dicho que funcionan los signos & y --> y las metavariables P y Q. Por esto, todas las verdades a priori son, para los empiristas lógicos, analíticas. Y como son a priori deben ser necesarias. Recordemos que las proposiciones sintéticas son aquéllas cuyo valor de verdad depende de los hechos en el mundo. Y por esto son contingentes: pueden o podrían no haber sucedido o no suceder. Yo podría no estar redactando este artículo (pues podría estar estudiando para el examen), tú podrías no estar leyendo esto, hoy puede llover, Sócrates podría no haber nacido, es posible que mañana muera el presidente de la nación. Ahora, hemos dicho que los analíticos son verdaderos no en función del mundo, sino en función del significado y las reglas. '2–1=1' siempre va a ser verdadero, claro, siempre que hayan tales significados y reglas. Pero si, en otro lenguaje, 'chango' fuera lo que nosotros entendemos por '2'; 'perro' lo que nosotros por '1'; 'corre' por '-'; y 'tira de materias' por ='; entonces 'chango corre perro tira de materias perro' seguiría siendo verdadero, puesto que no han variado las reglas de la 'operación' sino un cambio (renombramiento) en las variables involucradas. Esto nos dice por qué todos los enunciados que son analíticos son a priori, y también necesariamente verdaderos. Cuando a una proposición o conjunto de proposiciones se les hace una tabla de verdad, y resulta que tal proposición es verdadera en todos los casos, decimos que esa proposición es tautológica. Esto sucede con las proposiciones analíticas, y justo por eso decimos que son necesarias. Para los positivistas lógicos, entonces (siguiendo al primer Wittgenstein), todos los enunciados analíticos son tautologías, es decir, que son siempre verdaderas. (Los enunciados que son siempre falsos se llaman autocontradictorios) Unificación de la ciencia (Einheitswissenschaft) [editar] Recordemos que un enunciado en el lenguaje físico puede reducirse a otro en el lenguaje sensorial: "ahí hay un mesa" puede reducirse a algo así como "en tal lugar y en tal momento, percibo color café, forma rectangular...", etcétera. Y estos enunciados serían la base de nuestro conocimiento. Siendo esto así, entonces el proyecto empirista parecía posible: reducir toda la ciencia natural a enunciados protocolares. Carnap introduce -poco después y frente a los problemas que esto implicaba- además de experiencia sensorial, lógica y teoría de conjuntos. 8
  • 9. Russel y Whitehead ya habían iniciado la tarea de la reducción de la matemática a la lógica. Si podíamos hacer esta reducción, los grandes teoremas y las enormes demostraciones resultarían más claras, pues conoceríamos los fundamentos. De igual manera, las teorías en las ciencias naturales serían más claras y más seguras conociendo en qué estaban fundadas: en qué enunciados protocolares. Y como toda iba a ser reducido a enunciados protocolares, entonces la ciencia natural sería vista como un extenso conjunto de tales enunciados. Inducción y falsabilidad [editar] Un enorme problema que Hume nos heredó es, básicamente, cómo justificamos la inducción (es decir, dicho vagamente, pasar de lo particular a lo general). Hume se dio cuenta de que no es válido pasar de lo que de hecho es y ha sido el caso, a lo que será o debe ser el caso, sin ninguna justificación para ello. Este problema pone en cuestión toda la ciencia natural, que se basa en razonamientos inductivos. Así, algunos miembros del Círculo de Viena (entre ellos Carnap y Reichenbach) trataron de buscar una solución. Claro que no hubo una definitiva. Karl Popper es un personaje muy relacionado con el Círculo de Viena, pero que nunca se confirmó positivista. Sin embargo, su filosofía estuvo muy cercana a la del Círculo. Su respuesta al problema de la inducción es que la ciencia no avanza confirmando teorías observacionalmente, sino demostrando que contradicen la experiencia. Esto es, a grandes rasgos, el falsacionismo. Popper critica severamente el inductivismo y lo desbanca de la filosofía de la ciencia moderna mediante la lógica y las tesis del falibilismo. Es más, demuestra que el justificacionismo científico es incorrecto debido a que los enunciados observables (empíricos) no pueden ser probados, sino que simplemente pueden ser aceptados o rechazados por convención atendiendo a las teorías experimentales, instrumentos y criterios racionales comúnmente aceptados en el momento. Según el falsacionismo, una teoría solo será científica si junto a ella se declara qué hecho o conjunto de hechos podrían refutarla. Esto se conoce como el criterio de demarcación. Las hipótesis o teorías que no sean falsables de esta forma serán pseudocientíficas, mientras que las falsables serán científicas y podrán ser refutadas o corroboradas conforme se realicen experimentos, los cuales irán dirigidos a conseguir su refutación. Por otra parte, una teoría científica se rechazaría si es refutada, lo cual se consigue a través de un experimento que la contradiga. A este experimento se le suele llamar experimento crucial. Filosofía y análisis lógico [editar] Ya Wittgenstein, en el Tractatus logico-philosophicus, había dicho que la única manera que quedaba de hacer filosofía, después de eliminar la metafísica, era el análisis [cita requerida]. Ésta es la propuesta del empirismo lógico: sin metafísica, psicología o ramas normativas, lo que queda es el análisis lógico. La filosofía sería el análisis de las proposiciones de la ciencia, que serían purificadas de todo sinsentido y toda metafísica, y fundamentadas en la teoría del conocimiento (epistemología). Críticas al positivismo lógico [editar] Ludwig Wittgenstein (en sus Investigaciones filosóficas), Popper (La lógica de la investigación científica), Quine (Desde un punto de vista lógico) y otros, hicieron críticas a los postulados fundamentales del empirismo lógico. De hecho, nunca hubo un acuerdo unánime dentro del Círculo de Viena [cita requerida]. Hempel (en "Problemas y cambios en el criterio empirista del significado") hizo críticas al verificacionismo de Ayer. Popper criticó la idea de la inducción partiendo de la aplicación de la lógica formal. Según Popper, es inválido extraer enunciados generales a partir de enunciados 9
  • 10. particulares; es decir, es erróneo en términos lógicos, concluir del enunciado: algunos X se comportan de manera Z, el enunciado: todos los X se comportan de manera Z. Además, critica el verificacionismo, ya que en una teoría debe ser posible verificar todos los postulados para decir que es verdadera, lo cual es imposible. Más bien, se debería concluir que la teoría es falsa si una de sus predicciones es falsa (Falsacionismo de Popper). Entre otros importantes críticos del positivismo lógico están Imre Lakatos con sus Programas de investigación, Thomas S. Kuhn con su Paradigma y Paul Feyerabend quien plantea que no existen criterios únicos de juicio para determinar si una teoría es mejor que otra: lo más sano y más progresista, es apostar a la máxima proliferación de visiones del mundo diferentes sobre cada tema, que no necesariamente deben ser científicas, en tanto demuestren capacidad explicativa. Entre los críticos de origen hispanoamericano del empirismo lógico destaca por la originalidad y envergadura de su propuesta alternativa el argentino Mario Bunge, quien a pesar de preconizar la potencia del análisis filosófico formal, se distancia del empirismo lógico por su denodada defensa de la metafísica (que identifica con la ontología) y por su realismo integral. Positivismo, filosofía analítica, metafísica… [editar] La filosofía del positivismo lógico fue quizá una de las más influyentes durante la primera mitad del siglo XX, junto a la metafísica continental alemana y francesa. Aunque el positivismo lógico fue rechazado en sus mismos términos, su influencia perduró en lo que se conoce como filosofía analítica. Sin embargo, creer que la filosofía analítica contemporánea es positivista, es un craso error. Posteriormente se vio la necesidad de formular teorías metafísicas/ontológicas y éticas, pero, para evitar sinsentidos, ahora escudadas con la poderosa arma de la lógica. Aún hoy sobrevive la ruptura entre filosofía analítica y filosofía continental (herederos de Hegel, Heidegger, etcétera), y no se ve una manera de resolverla. RUDOLF CARNAP Y LA ELIMINACIÓN DE LA METAFÍSICA Lo dijo Hume : << [...] Si procediéramos a revisar las bibliotecas convencidos de estos principios, ¡qué estragos no haríamos! Si cogemos cualquier volumen de Teología o metafísica escolástica, por ejemplo, preguntémonos : ¿contiene algún razonamiento experimental a cerca de cuestiones de hecho o existencia? No. Tírese entonces a las llamas, pues no puede contener más que sofistería e ilusión>>. Partiendo de filósofos como él y otros de una larga tradición empirísta y nominalista, se inicia a principios del siglo XX una corriente de pensamiento que criticará con rotundidad todas las proposiciones que no pertenezcan o a la lógica o a las ciencias experimentales. Esta corriente de pensamiento, será conocida con el nombre de Positivismo lógico. Corriente que reivindicará ,entre muchas otras cosas, la clarificación del lenguaje mediante la lógica. Gracias al análisis lógico –piensan estos personajes- se eliminarán los problemas más importantes de la tradición filosófica y, concretamente, los problemas metafísicos. El Positivismo lógico, reunirá en su seno a un conjunto de 10
  • 11. pensadores que no pertenecerá a una única disciplina científica, por el contrario, serán pensadores de muy variadas disciplinas como, por ejemplo, matemáticas, física, química, etc., de la época, formando así una serie de reuniones periódicas bajo un mismo fin, a saber, criticar de una forma despiadada toda la metafísica. En 1920, y, pese a sus divergencias en numerosos puntos, los miembros de esta corriente, publican un manifiesto colectivo. En él se dan a conocer internacionalmente como el grupo del Círculo de Viena. La actividad en esos años suele ser fructífera pero, será a partir de 1926, con la llegada de un joven alemán , Rudolf Carnap, cuando la actividad del círculo se intensifique. Tanto es así, que esta fecha será recordada como el segundo momento del Círculo de Viena. En este segundo momento y, concretamente, bajo la firma de Rudolf Carnap se publica un pequeño artículo en 1932 en el que este autor hace estallar en mil pedazos toda la tradición metafísica. El título del artículo : “La superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje”, define muy bien el objetivo que Carnap se propone realizar, a saber, demostrar mediante el análisis lógico que la metafísica es un sinsentido. Este artículo , en palabras de Delacampagne , << [...] constituye una declaración de guerra contra 2 la metafísica [...] >>1. Eligirá para esta tarea de ataque despiadado a la metafísica no la obra de un pensador poco relevante ,no, sino a un filósofo que en aquella época gozaba de gran prestigio. Este pensador era el mismísimo Martin Heidegger y su obra : “¿Qué es Metafísica? ,lección inaugural pronundiada por él en 1929, escrita nada más y nada menos que después de la aparición de su obra monumental “Sein und Zeit”. Dicho esto y, sin más demora, voy a presentar en las pocas líneas que me son permitidas el recorrido que plantea Carnap, en el mencionado ensayo, para demostrar que la metafísica es un sinsentido. Para ello expondré en la primera parte de este escrito las tesis previas de Carnap con respecto a la metafísica , seguidamente, la demostración del sinsentido metafísico ante un fragmento de la obra : ¿Qué es metafísica? de Martin Heidegger. Como punto final y, para poder ver las repercusiones de las tesis carnapianas contra la metafísica, analizaré, si debido a esto, se llega al final de la filosofía o por el contrario la filosofía tiene un objeto o método propio de estudio. I << PSEUDOPROPOSICIONES CON UNA PALABRA CARENTE DE SIGNIFICADO>> Según piensa Carnap, el desarrollo de la lógica moderna ha podido ofrecer respuestas nuevas a la validez y justificación de la metafísica dando un resultado negativo para los metafísicos. Este resultado ha demostrado que las proposiciones metafísicas son totalmente carentes de sentido, es decir, son pseudoproposiciones. Estas pseudoproposiciones se pueden clasificar en dos grupos. En un primer grupo estarían las pseudoproposiciones que contienen una palabra a la que erróneamente se le suposo un significado, en segundo lugar, estarían aquellas pseudoproposiciones constituidas por palabras que poseen significado pero , al haber sido reunidas de 11
  • 12. forma antisintáctica, no constituyen una proposición con sentido. En las proposiciones metafísicas aparecen constantemente ambos géneros de pseudoproposiciones. Pero para saber si una proposición está construida con alguna palabra carente de sentido, antes hay que preguntarse por el 1 DELACAMPAGNE, C., Historia de la filosofía en el siglo XX, Barcelona, Península , 1999, pág. 137- 138. 3 significado de una palabra. Las palabras, piensa carnap, sólo poseen significado dentro de un lenguaje determinado. Si se da que realmente una palabra tiene significado, esta palabra designará un concepto. Si no, es decir, si el significado es sólo aparente, esa palabra será un pseudoconcepto. Desde su orígen, dice Carnap, cada palabra posee significado. Si analizamos su desarrollo histórico podremos observar que esa palabra frecuentemente cambia de significado. Pero también puede ocurrir que una palabra pierda su antiguo significado sin llegar a adquirir uno nuevo. Ésta es la manera como aparece una pseudoproposición. Llegados a este punto, Carnap, se preguntará sobre la constitución del significado de una palabra. Dirá que, en primer lugar, se tiene que fijar la sintaxis de la palabra, o sea, la manera como se presenta la forma proposicional más simple, la llamada proposición elemental. Para ilustrar esto mejor propone un ejemplo y dirá que : << [...] la forma proposicional elemental de la palabra “piedra”, es “X es una piedra” [...] >>.2 En segundo lugar, para la proposición elemental P, que contiene a la palabra “piedra”, deberá haber respuesta a las siguientes preguntas para demostrar la significativad de “piedra”. Éstas son : 1) ¿de qué proposiciones es derivable P y qué proposiciones pueden derivarse de P?; 2) ¿bajo qué condiciones P debe ser verdadera y bajo qué condiciones falsa?; 3) ¿cómo puede ser verificada P?; y 4) ¿cuál es el sentido de P? La pregunta correcta , dirá Carnap, será la (1), mientras que (2) será la formulación de acuerdo con la terminología de la lógica, (3) será la formulación en base a la terminología de la teoría del conociemiento y, por último, (4) será la formulación en relación con la filosofía. Wittgenstein, según Carnap, ha afirmado que la formulación (2), a saber, ¿bajo qué condiciones P debe ser verdadera y bajo qué condiciones debe ser falsa?, expresa lo que en filosofía se ha querido expresar con la formulación (4) : ¿cuál es el sentido de P? En relación a esto, Carnap piensa que el significado de una palabra, por tanto, sólo se puede definir mediante sus condiciones de verdad, mediante sus relaciones de derivación de su proposición elemental y, por último, mediante el método de su verificación. De esta manera se elimina cualquier libertinaje sobre lo que nos gustaría que significase una palabra. Para ilustrar mejor este asunto, nos invita a analizar dos ejemplos claros de palabras metafísicas carentes de sentido. 2 CARNAP, R., La superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguje , en AYER, A, 12
  • 13. J., El Positivismo lógico, México, F.C.E. , 1965, pág. 68. 4 Éstas son la palabra “principio”, en el sentido de principio de existencia y, seguidamente, una de las palabras claves en metafísica, la palabra “Dios”. La palabra “principio”, piensa Carnap, ha recibido por parte de los metafísicos diversas soluciones. Unos creyeron que el principio de todas las cosas era el agua, otros , en cambio, el número, la forma, el movimiento, etc., pero si realmente se quiere dar respuesta sobre cuál sea el significado de la palabra “principio” deberemos preguntar a los metafísicos directamente. Le miraremos a los ojos y le preguntaremos directamente ¿bajo qué condiciones una proposición con la forma: “X es el principio de Y” es verdadera y bajo qué condiciones es falsa? En una palabra, deberemos pedirle al metafísico cuál es el criterio de aplicación de la palabra “principio” o, en su defecto, que nos defina esta palabra. Ante estas preguntas, el metafísico sólo podrá dar respuesta más o menos así : << [...] “X es el principio de Y”, quiere decir que “Y surge de X”, “El ser de Y reside en el ser de X”, “Y existe por virtud de X”, y así sucesivamente [...]>>.3 Pero para Carnap, estas expresiones son ambiguas y tienen muchas interpretaciones posibles. El metafísico se defenderá seguidamente diciendo que lo que quiere significar con estas expresiones no es empíricamente observable. Si fuera así –dice el metafísico- sus proposiciones serían empíricas y, en este sentido, serían del mismo tipo, por ejemplo, que la física. Esto, por tanto, es inconcebible para el metafísico. Para invalidar lo dicho anteriormente por el metafísico, Carnap analizará el significado en su orígen de la palabra “principium” en latín o “arjé” en griego. De esta manera observa que la palabra utilizada por el metafísico está desposeída de su significado original de “comienzo”. Se le pretende una característica diferente de carácter metafísico. De esta manera <<[...] la palabra permanecerá asignificativamente mientras no le sea asignado su método de verificación [...]>>.4 El mismo modo de proceder utilizará con una de las palabras más importantes de la metafísica, a saber, la palabra “Dios”. Para analizarla va a utilizar un modo de proceder distinto pero que al final dará resultados semejantes a los de la palabra “principio”. Carnap analiza los diferentes usos lingüísticos en los contextos en que es utilizada la palabra “Dios”. Estos usos lingüísticos van a ser el uso mitológico, el uso metafísico y, por último, el uso teológico. 3 Op. Cit., pág. 71. 4 Op. Cit., pág. 71-72. 5 En el uso mitológico de la palabra “Dios”, Carnap dice que esta palabra es utilizada para designar a los dioses con su correspondientes poderes. También es utilizada para designar a seres espirituales que se manifiestan en el mundo visible. En este sentido son empíricamente probables. El siguiente uso que analiza es el uso metafísico de esta palabra. Con este uso se quiere designar algo que está más allá de toda experiencia. Su significado está vacío de 13
  • 14. cualquier significado relativo a un ser corpóreo. Esto, piensa Carnap, dará como resultado que este uso de la palabra “Dios” sea asignificativo. Finalmente, analiza el uso teológico. Este uso se caracteriza por situarse entre el uso mitológico y el uso metafísico. Pero un hecho interesante es que no existe unanimidad entre el uso de la palabra “Dios” por parte de los mismos teólogos. Unos defenderán una concepción de “Dios” categóricamente empírica no incurriendo así en pseudoproposiciones5 por utilizar el uso mitológico. Los otros, defenderán un uso metafísico de la palabra “Dios” incurriendo así en claras contradicciones no diciendo en este sentido nada. II <<PSEUDOPROPOSICIONES CON PALABRAS PLENAS DE SIGNIFICADO : DE LA SINTAXIS GRAMATICAL A LA SINTAXIS LÓGICA >> Con lo que llevamos dicho hasta ahora, sólo hemos estudiado las pseudoproposiciones que contienen una palabra carente de significado. Ahora , pensará Carnap, es necesario estudiar el otro tipo de pseudoproposiciones , a saber, las caracterizadas por incluir 5 Hay que tener en cuenta que no será suficiente , piensa Carnap, que los teólogos con el uso mitológico de esta palabra no incurran en pseudoproposiciones. Si verdaderamente son consecuentes con las tesis del Positivismo lógico, habrán de reconocer además, que las proposiciones teológicas están sujetas a la ciencia empírica. 6 palabras con significado pero que en el conjunto de las proposiciones carecen de sentido. Como es bien sabido, la sintaxis de una lengua, especifíca las combinaciones correctas de palabras para que ese conjunto tenga sentido. Pero, a juicio de Carnap, la sintaxis gramatical de un lenguaje natural no puede, por incapacidad, realizar la tarea de eliminar todas las combinaciones de palabras que no tengan sentido. Para explicitar la necesidad de una nueva sintaxis que esclarezca la carencia de sentido de la metafísica, Carnap ilustra dos ejemplos que se han hecho célebres de construcción antisintáctica de secuencia de palabras:1)<<César es y>>, 2) <<César es un número primo>>. La secuencia (1), es un ejemplo de construcción antisintáctica y carente de sentido mientras que (2), es una secuencia de palabras sintácticamente correcta pero, sin embargo, carece como (1) de sentido. Aparenta ser una proposición pero no dice nada. Esta secuencia de palabras es un claro ejemplo de pseudopropoción. Aunque (2) es un ejemplo muy ilustrativo de lo que sucede en las pseudoproposiciones metafísicas, existen –dirá Carnap- formas más sutiles elaboradas en las obras metafísicas que no siempre son fáciles de detectar. Por eso, reivindicará la utilización de una sintaxis lógica frente a la sintaxis gramatical propia de los lenguajes cotidianos. Gracias a esta sintaxis lógica –unida a un lenguaje lógicamente correcto- se podrá desentrañar el sinsentido de toda metafísica. De esta manera se podrán detectar todas las 14
  • 15. pseudoproposiciones metafísicas. III <<CRÍTICA A LA OBRA HEIDEGGERIANA : ¿QUÉ ES METAFÍSICA?>> Llegados a este punto y, para demostrar la radicalidad de sus tesis, Carnap mostrará que incluso un pensador tan brillante como Heidegger utiliza proposiciones carentes de sentido. Para ello realizará una de las mayores críticas que se han hecho a la metafísica. Carnap, para ejemplificar sus tesis , sólo necesitará un fragmento de la obra: ¿Qué es metafísica? aunque también dirá que esta crítica también es extrapolable a sistemas como los de Fichte, Schelling , Bergson. En una palabra, a toda la tradición metafísica. El fragmento dice asi : <<Sólo debe ser investigado Lo-queestá- siendo y por lo demás –nada; Lo-que-está-siendo solamente y – 7 nada más; únicamente Lo-que-estásiendo y fuera de ello –nada. ¿Cuál es la situación en torno a esta Nada?... ¿Existe la Nada sólo porque existe el No, es decir, la Negación? ¿O sucede a la inversa? ¿Existen la Negación y el No sólo porque existe la Nada? ... Nosotros postulamos : la Nada es más originaria que el No y la Negación ...¿Dónde buscaremos la Nada? ¿Cómo encontraremos la Nada? ... Nosotros conocemos la Nada ... La angustia revela la Nada ... Ante y por lo que nos angustiábamos era ´propiamente´ -nada. De hecho : la Nada misma –como tal- estaba ahí ... ¿Cúal es la situación en torno a la Nada? ... La Nada misma nadea>>. Carnap comienza el análisis del fragmento de Heidegger diciendo que las proposiciones que muestra son , en realidad, pseudoproposiciones, fruto de las deficiencias lógicas del lenguaje. Dicho esto, empieza a argumentar lo mencionado analizando las supuestas proposiciones heideggerianas. En la proposición : <<¿Qué hay afuera?, afuera nada hay>>, dirá Carnap que tanto como pregunta como por respuesta, no satisface las exigencias que impondría un lenguaje lógicamente correcto. Pero a pesar de esto, es una proposición con sentido al poder ser traducida a un lenguaje lógicamente correcto : <<No hay (no existe) algo que esté afuera : i x aF (x)>>. A pesar de esto, esta proposición muestra una insuficiencia, ya que a partir de ella y, mediante operaciones gramaticalmente correctas se pueden construir proposiciones carentes de sentido como por ejemplo : <<¿Cuál es la situación en torno a esta Nada>>, <<Buscamos la Nada>>, <<Encontramos la Nada>>, <<Conocemos la Nada>>, <<La Nada nadea>>, <<La Nada existe sólo porque...>>. Incluso analizando más cuidadosamente estas pseudoproposiciones –piensa Carnap- se puede observar que éstas se han construido empleando equívocamente el término <<nada>>. Heidegger utiliza el término <<nada>> como sustantivo, ya que en el lenguaje ordinario se acostumbra el uso de esta forma para la construcción de proposiciones negativas de existencia : <<¿Qué hay afuera?, afuera nada hay>>. En un lenguaje que fuera correcto no se utilizaría un nombre propio sino una determinada forma lógica como por ejemplo : <<No hay (no existe) algo que esté afuera : i (x) 15
  • 16. aF(x)>>. En relación a las proposiciones : <<¿Cuál es la situación en torno a esta Nada?>>, <<Buscamos la Nada>>, <<Encontramos la Nada>>, <<Conocemos la Nada>>, <<La Nada nadea>>, <<La Nada existe sólo ... porque>>, dirá Carnap que además se añade la palabra asignificativa <<nadear>>. Ésta es asignificativa porque desde su orígen mismo careció de todo significado. También por dos razones se deben rechazar proposiciones como : <<La Nada existe sólo ... 8 porque>>. Primero, por el uso de <<Nada>> como sustantivo y, segundo, porque suponiendo que <<Nada>> la admitiéramos como nombre o la descripción de algún objeto, la existencia de ese objeto resultaría negada por su propia definición en tanto que en la proposición se afirmaría nuevamente su existencia. Pero mencionado esto, todavía podríamos sospechar que la palabra <<nada>> puede tener algún significado distinto en la citada obra. Esta sospecha, viene avalada, según Carnap, cuando Heidegger dice que la angustia revela la Nada, en la angustia está presente la Nada misma como tal. Parece, cree Carnap, que la palabra <<nada>> pudiera tener un significado emotivo a la vista de esto. Pero no es posible interpretar la palabra <<nada>> de esta manera ya que Heidegger emplea la combinación de <<sólo>> y <<por lo demás, nada>>. Esto muestra que la palabra <<nada>> tiene significado usual de partícula lógica que sirve para la formulación de una proposición existencial negativa. Las sospechas ahora quedan resueltas en relación a un posible significado de la palabra <<nada>>. Además, se puede observar que el mismo Heidegger reconoce que tanto la pregunta como la respuesta con respecto a la Nada en sí mismas son un contrasentido. La norma fundamental del pensamiento, el principio de no contradicción, rechaza esta pregunta. Carnap llega de esta manera a la tesis siguiente : <<[...] un metafísico llega por sí mismo a la conclusión de que sus interrogantes y respuestas son irreconciliables con la lógica y con las formas del pensamiento científico [...]>>.6 Partiendo de la tesis anterior, afirmará que lo le diferencia de los antimetafísicos que le anteceden, como por ejemplo David Hume, es que no considera a la metafísica como una mera quimera o un cuento de hadas. Las quimeras y los cuentos de hadas no entran en conflicto con la lógica sino sólo con la experiencia. Tienen pleno sentido aunque sean falsas empíricamente. Respecto a las formas como : <<Lo-que-está-siendo>>, <<Lo-que-no-está-siendo>>, dirá Carnap que en un lenguaje lógicamente correcto ni siquiera podrían ser construidas. Algunos metafísicos han intentado defender su disciplina diciendo que la capacidad de conocimiento humana es limitada. Defendiendo esto, dirán que las proposiciones de la metafísica no pueden ser verificadas ni por el hombre ni por ningún otro ser finito. Pero Carnap objetará esto, diciendo que si no se puede especificar el significado de las palabras o si la secuencia de ellas no coincide con las reglas de la sintaxis no se plantearían ni siquiera problemas. Por 6 Op. Cit., pág. 78. 9 16
  • 17. tanto: <<[...] ningún Dios y ningún diablo podrían ayudarnos a obtener algún conocimiento metafísico[...]>>.7 IV <<METAFÍSICA : ¿EXPRESIÓN EMOTIVA ANTE LA VIDA?>> Ante esta crítica tan contundente al fragmento de Heidegger y, en definitiva, a todo supuesto conocimiento metafísico, Carnap reconoce que esto producirá un sentimiento de disgusto a todas aquellas personas que estén de acuerdo con sus tesis planteadas. Reconoce que es lícito en vista de todo lo expuesto por él hacerse preguntas como ¿por qué tantos hombres han derrochado tanto esfuerzo en la metafísica? y ¿cómo comprender que hasta el día de hoy ejerza tanta influencia si carece de sentido? En una primera aproximación dirá Carnap que la metafísica posee un contenido pero éste no es teórico. En este sentido las proposiciones metafísicas : << [...] sirven para la expresión de una actitud emotiva ante la vida [...]>>.8 Pero el metafísico comete muchos errores al respecto. La metafísica aparenta ser algo que no es. El metafísico cree moverse en el terreno de lo verdadero y de lo falso cuando en realidad no ha afirmado nada, sino sólo expresado algo, como un artista. Pero Carnap demuestra que el metafísico no puede ser considerado como un artista porque el metafísico a diferencia del poeta , por ejemplo, basa sus proposiciones en argumentos, polemiza contra metafísicos de otras escuelas, tratando de refutar, a través de su obra, lo que los otros dicen. El poeta, en cambio, no trata de invalidar en su obra las proposiciones del poema de otro autor porque sabe que se halla en el terreno del arte y no en el de la teoría. Los metafísicos a juicio de Carnap serán , por tanto : << [...] músicos sin capacidad musical [...]>>9. El metafísico confunde el ámbito de la ciencia y el del arte creando una estructura que no logra nada en lo que toca al conocimiento y ,en lo referente al arte, es insuficiente como una expresión emotiva ante la vida. En este sentido Carnap reivindica la figura de Nietzsche. Este metafísico, según Carnap, no elaboró su gran obra Zarathustra mediante 7 Op. Cit., pág. 79. 8 Op. Cit., pág. 85. 9 Op. Cit., pág. 86. 10 pseudoproposiciones metafísicas, utilizó la forma del arte, el poema, para crearla. De esta forma queda rechazada la supuesta tesis de que la metafísica es una expresión emotiva ante la vida. V <<¿FINAL DE LA FILOSOFÍA?>> Todo lo hasta aquí expuesto, es decir , los ataques carnapianos a la metafísica gracias a la utilización del análisis lógico del lenguaje, nos han demostrado el sinsentido metafísico. Pero si la más importante disciplina de la filosofía ha resuelto ser un conjunto de meras proposiciones sin sentido ... ¿podremos hablar entonces de final de la filosofía? Carnap a este respecto dirá que la filosofía como ha sido entendida hasta ahora sí que debe de ser rechazada, sí que ha 17
  • 18. muerto porque sus proposiciones se han desvelado gracias al análisis lógico como carentes de sentido. Ahora ha llegado el momento de instaurar una filosofía de carácter científico. Esta filosofía científica estará construida por la únicas proposiciones que – a juicio de Carnap- poseen sentido. Éstas son las tautologías, las contradicciónes y , por último las proposiciones protocolares. Las tautologías serán proposiciones verdaderas por virtud de su forma. Éstas, dirá Carnap, no dicen nada sobre la realidad. Las fórmulas de la lógica y de la matemática pertenecen a esta clase. Por sí mismo no son enunciados empíricos pero sirven para la transformación de tales enunciados. Las contradicciones, serán las inversas de las tautologías. Éstas son falsas en virtud de su forma. Por último, las proposiciones protocolares. Éstas, se caracterizarán por ser verdaderas o falsas y pertenecerán al dominio de la ciencia empírica. Dicho esto, las proposiciones que no estuvieran construidas con ningún tipo de las tres antes mencionadas –claro ejemplo en el caso de la metafísica- caerá automáticamente en sinsentido. ¿Qué le quedará , pues, como tarea a la nueva filosofía ante la destrucción de toda metafísica, llámese idealismo subjetivo, solipsisimo, positivismo (en sentido antiguo), fenomenalismo, ética, estética, etc.,? Su tarea , a partir de ahora , no se basará ni en una teoría ni en un sistema sino en un método. ¿ Cuál? ... ¡ el método del análisis lógico! Trabajo final para la clase de Teoría del Conocimiento 2, con el Mtro. Jorge Ornelas... Carnap: El escepticismo como pseudoproblema en la filosofía Introducción El objetivo del presente ensayo es la reconstrucción argumentativa para la disolución de los problemas filosóficos que plantea el escéptico, por medio de dos vías propuestas por Rudolf Carnap; a saber: el descubrimiento y superación de las pseudoproposiciones y de las preguntas externas; las cuales representan pseudoproblemas para la filosofía.[1] 1. Proposiciones y pseudo-proposiciones [2] En este apartado estudiaremos la división que hace Carnap entre proposiciones y pseudoproposiciones. La diferencia entre ellas es que éstas últimas representan un sinsentido y son de dos tipos: enunciados sinsentido debido a que contienen palabras asignificativas, y enunciados que teniendo palabras significativas, su sintaxis las convierte en un sinsentido. A continuación revisaremos las pseudoproposiciones del primer género: 1.1 Dentro de un determinado lenguaje, Carnap distingue palabras que tienen significado de aquellas que no lo tienen pero aparentan tenerlo. A las primeras se les denominará conceptos y a las últimas pseudoconceptos. Las formas más elementales en las cuales podemos encontrar empleadas dichas palabras, ya tengan significado o no, es a través de su forma proposicional elemental, que representa una oración simple con una sintaxis determinada: “x es y” en donde “x” representa la palabra en cuestión y “y” representa la palabra o las palabras a las cuales se retrotrae la anterior y le dan significado. A las palabras que 18
  • 19. puedan representar “y” se les denomina proposiciones protocolares.[3] Así es como la mayoría de las palabras de la ciencia adquieren su significado. Si una persona pretendiera introducir un nuevo vocablo para designar a un conjunto de elementos, sería necesario que hubiera alguna prueba empírica que distinga la “cosa” a la que se refiere dicho vocablo para que adquiera un significado. Si el sujeto admite que no hay prueba empírica, pero sin embargo, insiste en querer significar algo con la nueva palabra, entonces, el significado de ésta permanecerá como “un eterno secreto”, que sólo será conocido por dicha persona y su aplicación en el lenguaje será ilegítima; es decir, su uso representará una pseudoproposición. Carnap establece, por medio de un similar ejemplo como el anterior, cuáles son las condiciones necesarias y suficientes para darle significado a una proposición “P(a)” (que representa “x es y”) en cada una de las siguientes formulaciones: Que las notas empíricas de “a” sean conocidas. Que haya sido estipulado de qué proposiciones protocolares es derivable “P(a)”. Que las condiciones de verdad para “P(a)” hayan sido establecidas. Que el método de verificación “P(a)” sea conocido. Podríamos resumir que el significado de “a” depende de la posibilidad de verificación empírica de las proposiciones protocolares a las cuales se refiere. Y sea éste el único medio legítimo por medio del cual pueden introducirse nuevos conceptos a un lenguaje. En este momento, Carnap nos da un importante señalamiento para recordar: Teniendo en cuenta que el significado de una palabra se define mediante su criterio de aplicación (en otras palabras: mediante las relaciones de derivación de su proposición elemental, mediante sus condiciones de verdad y mediante el método de su verificación), la estipulación de este criterio elimina cualquier posible libertinaje respecto a lo que nos gustaría que “significara” una palabra. Si la palabra ha de recibir un significado exacto no debe mutilarse su criterio de aplicación; Por otra parte, no podemos usar algo más que lo fijado por el criterio de aplicación, ya que éste establece una determinación suficiente de su significado.[4] Explícitamente Carnap dice que los conceptos pierden su sentido si no es respetada la forma de uso, que es en concordancia con su forma de verificación. Hasta el momento hemos visto solamente las pseudoproposiciones que surgen a partir del uso de pseudoconceptos revisando el criterio que se tiene para aceptar nuevas palabras dentro de un lenguaje y las restricciones que ello implica. Vayamos ahora al siguiente género de pseudoproposiciones. 1.2 Revisaremos las pseudoproposiciones que son generadas a partir del uso incorrecto de dos maneras de sintaxis; a saber: la gramatical y la lógica. Llegaremos a las mismas conclusiones que encuentra Carnap a partir de los siguientes ejemplos: a) “El perro es desde.” b) “La multiplicación es ácida” Observemos que en (a) y (b) cada una de las palabras que las forman representa por sí misma un concepto; es decir, palabras con un significado. Las reglas de las sintaxis gramatical nos exigen que el tercer término de la secuencia de palabras representada por (a) sea ocupado por un predicado (como un sustantivo que puede acompañarse de un artículo o bien un adjetivo) más no puede ser representado por una preposición como en (a). Aquí nos hallamos con un error sintáctico gramatical y representa un sinsentido. En la oración (b) hallamos que las palabras mantienen una sintaxis gramatical correcta; es decir, la secuencia de palabras mantiene el orden “sujeto-predicado”. Sin 19
  • 20. embargo, aunque a primera vista pareciera que nos encontramos con una verdadera proposición, no es así. Esto se debe a que no podemos imaginar una relación semántica entre la palabra “multiplicación” y la palabra “ácida”. Esta última es una palabra del lenguaje de la química y la proposición “x es ácida” es falsa si y sólo si “x” es una sustancia con un pH mayor a 7. En la secuencia de palabras presentada en (b) encontramos que es ilícito sustituir x por “multiplicación”, pues no representa una relación objetiva existente o inexistente y por lo tanto no puede ser valorada ni como verdadera ni como falsa. Aún teniendo una buena sintaxis gramatical, (b) representa una violación de la sintaxis lógica del lenguaje. Es, en consecuencia, un conjunto de palabras que no declaran nada, un sinsentido. La posibilidad de la construcción de este tipo de errores sintácticos muestra la insuficiencia de la sintaxis gramatical desde el punto de vista lógico. Si la sintaxis gramatical tuviera una exacta correspondencia con la sintaxis lógica, no podrían formarse pseudoproposiciones sintácticas. Hemos visto las pseudoproposiciones que se dan por un error sintáctico ya sea gramatical, ya sea lógico. Revisaremos a continuación la tesis de los marcos lingüísticos. 2. Preguntas externas y preguntas internas [5] Si alguien quisiera hablar en un lenguaje sobre una nueva clase de entidades tiene que ingresar un sistema de nuevas maneras de hablar con un conjunto nuevo de reglas correspondientes[6]. A este procedimiento Carnap lo llama: la construcción de un marco lingüístico. Las preguntas formuladas que se refieran a entidades del nuevo tipo dentro del marco son llamadas cuestiones internas. Se responden por métodos lógicos o por medio de investigaciones empíricas y usando las nuevas formas de expresión introducidas con el marco. El concepto de realidad que interviene en este tipo de cuestiones es un concepto empírico, científico, no metafísico. Ser real en el sentido científico significa ser un elemento del sistema; es decir, del marco lingüístico en cuestión. Las preguntas que se refieran a la existencia del sistema de entidades como un todo, o sea, a la realidad del marco lingüístico en su totalidad, son llamadas cuestiones externas. La pregunta sobre la existencia de entidades debe hacerse dentro de un marco. No tiene sentido cuestionarse sobre la existencia del sistema mismo. Porque hacer esto implica poder “salirnos” del marco, del campo de lo empírico y de lo lógico. Luego, dichas preguntas no tienen respuesta, pues el lenguaje usado con las reglas del marco al que corresponde son las únicas “herramientas” que tenemos para hablar de tautologías o contradicciones dentro de un marco. Si dudamos de la existencia de éste, dudamos de su lenguaje y de sus reglas. Por tanto, la pregunta externa resulta ser algo desprovisto de contenido cognitivo. Carnap cree que la pregunta externa no representa ninguna cuestión teorética sino más bien práctica. La aceptación de la existencia de un marco “no se puede interpretar ni como verdadera ni como falsa, pues no implica una aserción. Sólo se puede estimar como más o menos oportuna, fructífera, conducente al objetivo al que el lenguaje está destinado”[7]. Es decir, no tenemos armas para responder o si quiera pensar lo que cae fuera de lo empírico y de lo lógico. Sin embargo la “utilidad” que nos proporcione la aceptación del marco será lo que nos dirija para su elección. Lo que resulta ser, finalmente, una decisión práctica. Luego, la pregunta externa no resulta ser más que un pseudoproblema. Hemos revisado la diferencia entre las preguntas internas y las externas dentro de un marco lingüístico, cómo es que se da respuesta a las preguntas internas y por qué 20
  • 21. las preguntas externas carecen de respuesta y más bien representan pseudoproblemas. Analizaremos ahora la duda escéptica respecto a lo planteado en las secciones 1 y 2 del presente ensayo. 3. El escepticismo como pseudo-problema en la filosofía En este apartado, aplicaremos el método carnapiano a las tesis del escéptico. Pero comencemos por reconocer al enemigo que enfrentamos: 3.1 ¿Cuál podría ser la sentencia que resuma la posición filosófica del escéptico? Primero debemos preguntar quién es el escéptico. El escéptico es el que duda respecto a la justificación del conocimiento. Mediante sus especulaciones ha propuesto el reto de justificar la existencia del mundo externo; es decir, distinguir los objetos como independientes de nuestra mente y con existencia continua. Llamemos pues, “escéptico” a todo aquel que ha dudado de la realidad del mundo externo y se ha pronunciado al respecto a través de sus investigaciones, ya sea a favor o en contra. Las posiciones filosóficas correspondientes son el realismo y el idealismo, respectivamente.[8] Podemos enunciarlas de la siguiente manera: a) “El mundo externo es real.” (Tesis realista) b) “El mundo externo no es real.” (Tesis idealista) Entremos a un primer momento de nuestro análisis, el cual estará destinado a buscar peudoproposiciones de cualquier género en las tesis escépticas: I. Las palabras usadas tanto en (a) como en (b) conservan un significado propio en sí mismas. No representan pseudoconceptos y no quieren significar más que el significado que ya tienen. El término “mundo externo” se refiere al campo en el cual se manifiesta nuestra experiencia “externa” y del cual podemos diferenciar nuestra experiencia “interna” (como sueños y pensamientos). El predicado “real” se refiere a la propiedad de una existencia efectiva. II. El orden sintáctico-gramatical mantiene en ambos casos coherencia. Las oraciones son inteligibles, representadas por dos sustantivos unidos por el verbo copulativo “ser” en cada caso. III. En cuanto a su sintaxis lógica, hallamos un problema: la relación semántica entre los sustantivos que se relacionan en cada sentencia no son lógicamente exclusivas entre ellas. Es decir, es posible imaginar una relación entre ambos términos. Sin embargo, ambas tesis representan sentencias, una afirmativa y la otra negativamente sobre la existencia del plano de los objetos externos. El requisito que nos falta para poder considerar a las tesis auténticas proposiciones es la capacidad de encontrar hechos objetivos que nos permitan verificarlas, según las reglas expuestas en 1.1 de este ensayo. Pero lo que implican las tesis (a) y (b) sugieren que es posible que no pueda haber tal verificación. Pues precisamente, el escéptico ha retado a comprobar el mundo externo sin apelar a la experiencia. Los pasos I y II superaron la prueba. El problema encontrado en III lo abordaremos más detalladamente prosiguiendo con el segundo momento de nuestro análisis, donde nos proponemos encontrar la pregunta externa en el escepticismo. 3.2 Para abordar el segundo momento es necesario replantear las tesis escépticas en su forma interrogativa. Como ya observamos, ambas tesis son respuesta a la pregunta por la existencia del mundo externo. La pregunta que buscamos resulta de la siguiente manera: ¿Es el mundo externo real? I. Tal pregunta implica definitivamente la duda por el uso del lenguaje que se refiere a la existencia de objetos externos. La duda de dicho lenguaje es la duda de las reglas que lo sostienen –del marco lingüístico-. Y efectivamente, el escéptico 21
  • 22. duda respecto de la infalibilidad del conocimiento empírico del mundo. Por tanto, no es posible que su pregunta pueda tener una respuesta dentro del marco; cae fuera de lo cognoscible. Las tesis que pretenden dar respuesta a la duda escéptica igualmente pretenden “trascender” tanto lo lógico como lo empíricamente verificable. Así pues, los contenidos de dichas tesis resultan ser sinsentido, auténticas pseudoproposiciones. II. Como vimos en la sección 2 del presente ensayo, la pregunta externa representa un pseudoproblema. De la misma manera, no hemos de considerar la pregunta escéptica como un problema epistemológico, más bien como una decisión práctica sobre la conveniencia en el empleo de dicho marco. Pues dentro del marco de los objetos externos (donde nuestro lenguaje cotidiano se sitúa), nuestras posiciones filosóficas respecto de la realidad del mundo externo, ya sea a favor o sea en contra, resultan irrelevantes. Es decir, hemos resuelto que la duda escéptica resulta ser un pseudoproblema que la filosofía debe abandonar. Conclusión Tengamos presente que Carnap pertenece al movimiento del empirismo lógico [9], y por tanto, mantiene una pugna contra todo aquel presunto “conocimiento” que provenga de fuentes no verificables; es decir, la metafísica. Y es por medio de ésta que el escéptico se introduce como problema en la filosofía. Como hemos visto durante la reconstrucción de sus argumentos, Carnap no ha pretendido refutar al escéptico. Lo que ha propuesto es una disolución. Esto es, el abandono del “laberinto” meta-físico donde el filósofo se había perdido debido al desarrollo de pseudoproposiciones en su pensamiento. Nuestro filósofo no pretendió armar un argumento realista para desembocar a la afirmación del mundo externo. Pues tanto realismo como idealismo representan para él la resolución de una previa aceptación del desafío escéptico. Carnap no acepta el desafío. En las secciones 1 y 2 presentamos las dos vías para disolver el pseudoproblema del escéptico que descubrimos en 3. Esta última sección es dividida en dos momentos: la sección 3.1 donde rastreamos pseudoconceptos en las posturas escépticas y la sección 3.2 donde tradujimos las tesis escépticas en una pregunta que resultó ser externa a su respectivo marco; con lo que, finalmente, logramos disolver el pseudoproblema. [1] El aparato teórico de Carnap contra el escéptico es de mayor amplitud; sin embargo aquí nos enfocaremos especialmente en las dos vías ya mencionadas. [2] Esta sección la estudiamos directamente del texto: Carnap, R., “La superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje”, en Ayer, A. (comp.), El positivismo lógico, México, FCE, 1981. [3] Carnap es consciente de la controversia respecto al contenido y la forma de las proposiciones protocolares. Tema de interés pero que excede los límites de nuestro trabajo. [Vid., Ibíd., p. 69 ] [4] Ídem. En otro momento sería interesante profundizar en “la estipulación” a la cual se refiere Carnap, donde acaso vemos ya rasgos de convencionalismo. [5] Esta sección la estudiamos directamente del texto: Carnap, R., “Empirismo, semántica y ontología”, en Muguerza, J. (comp.), La concepción analítica de la filosofía, Madrid, Alianza, 1981. [6] Las reglas a las que se hace referencia coinciden con las reglas para construir proposiciones mencionadas en la sección anterior en este ensayo. [7] Ibíd., p. 411 22
  • 23. [8] He decidido tomar a ambas posturas como “escépticas”. No en cuanto a la respuesta positiva o negativa que den al problema, sino en cuanto a que son producto de una duda primitiva que los ha resuelto a tomar una decisión sobre lo que ellos consideran “el problema del mundo externo”. De hecho, lo que asemeja a ambas posiciones filosóficas es que ambas son conclusiones metafísicas; siendo esta disciplina el principal objetivo de los ataques de Carnap. [Cf. Carnap, “Pseudoproblemas en la filosofía”, México, UNAM, 1990.] [9] Motivos de más para volver a realizar otro estudio de Carnap en otro momento, tomando en cuenta ahora su fundacionalismo y su convencionalismo frente a los argumentos trascendentales y el ataque de Sellars contra el mito de lo dado. Me pregunto después ¿seguiría siendo válida aún la disolución del escepticismo propuesta por Carnap? TRACTATUS LOGICO-PHILOSOPHICUS Ludwig Ludwig Wittgenstein FILOSOFÍA La obra “Tractatus Logico-Philosophicus” es una muestra de la concepción filosófica denominada “atomismo lógico” que Bertrand Russell desarrolló en torno a 1918. El atomismo lógico afirma que la realidad está formada por hechos complejos que, a su vez, están constituidos por hechos simples o “atómicos” (cómo sean esos hechos complejos o los atómicos o qué ejemplos podamos ofrecer de ellos no es ahora relevante, sino la estructura subyacente de la realidad y las relaciones entre sus componentes). El lenguaje, por otro lado, está constituído de la misma forma y en él encontramos proposiciones complejas que, a su vez, están formadas por proposiciones simples o atómicas. Cuando Wittgenstein afirma que “nos hacemos representaciones de los hechos” (2.1.) lo que puede parecer simplemente una observación cierta pero, por obvia, poco significativa, está afirmando en realidad que existe una exacta equivalencia entre los elementos del lenguaje y los elementos de la realidad. El lenguaje “representa” (éste es un término clave) la realidad de tal forma que, a cada elemento de la realidad le corresponde un elemento en el lenguaje, y las relaciones existentes entre los elementos de la realidad se dan también, y de la misma forma, entre los elementos de lenguaje. Si bien puede parecernos en un primer momento demasiado complejo como para captar en él de un vistazo la concepción del mundo del Tractatus, en las líneas siguientes procederemos a reconstruir dicho esquema pieza a pieza conforme comentamos la filosofía de Wittgenstein. Finalmente, o así lo esperamos, tras haber reconstruído el esquema, las enigmáticas afirmaciones de Wittgenstein, así como el significado característico que él le otorga a términos cotidianos y aparentemente aproblemáticos como “mundo” o “realidad”, no presentarán problemas. Hemos dicho que las afirmaciones del Tractatus son enigmáticas y ello se debe a que la obra consiste en párrafos cortos o sentencias breves numeradas 23
  • 24. esquemáticamente de tal forma que a partir de 7 afirmaciones fundamentales (numeradas de 1 a 7), el resto no son sino comentarios sobre las mismas, de tal forma que la afirmación 1.1. ó 1.2. comentan la afirmación número 1, mientras que los comentarios numerados 1.11. ó 1.12., pongamos por caso, se refieren a la afirmación 1.1. De esta forma Wittgenstein pretendía mostrar las relaciones entre las afirmaciones y su relativa importancia. Tal ordenación, sin embargo, no resulta especialmente clarificadora, si bien es muy práctica para remitir con exactitud a un párrafo o a una afirmación concreta como si de versículos bíblicos se tratase. Las siete afirmaciones principales del Tractatus son: 1. El mundo es todo lo que acontece. 2. Lo que acontece, el hecho, es la existencia de estados de cosas. 3. La representación lógica de los hechos es el pensamiento. 4. El pensamiento es la proposición con sentido. 5. La proposición es una función veritativa de proposiciones elementales (la proposición elemental es una función veritativa de sí misma) 6. La forma general de la función veritativa es [p, ξ, N, (ξ)]. Esta es la forma general de la proposición. 7. Sobre lo que no se puede hablar, se debe guardar silencio. Ya hemos afirmado al comienzo que una de las tesis fundamentales de Wittgenstein es la relación de simetría y de exacta correspondencia (que analizaremos más adelante con mayor detenimiento) entre el lenguaje y la realidad. Lenguaje y realidad, efectivamente, son dos de los conceptos fundamentales en torno a los cuales gira el Tractatus. El tercero, no menos importante (antes al contrario, pues es la base de todo) es la lógica. La lógica determina la estructura del lenguaje y, puesto que lenguaje y realidad comparten la misma estructura, la lógica determina asimismo la realidad. Lógica y metafísica se conectan a través del lenguaje. No obstante, en el Tractatus (si repasamos de nuevo las siete afirmaciones) Wittgenstein se ocupa primero de cómo es la realidad, analiza después el lenguaje y las proposiciones y finalmente se ocupa de la lógica. Se trata de un orden inverso al que cabría esperar atendiendo a la lógica como base del sistema. Nosotros, en cualquier caso, constatamos en nuestro esquema como fundamentales estos tres elementos y los situamos como eje a partir del cual vertebrar las consideraciones posteriores: En primer lugar, pues, debemos preguntarnos qué es lo que entiende Wittgenstein por Lenguaje, Realidad y Lógica (orden en el que vamos a explicar cada concepto por considerar que de esta forma resultará más sencillo reconstruir el esquema global). El lenguaje, ya se dijo al principio, representa la realidad. Esta representación se lleva a cabo mediante proposiciones. Parece claro que podemos dividir todas las proposiciones en verdaderas o falsas. También quedó mencionado que el lenguaje está estructurado de la misma forma que la realidad. Puesto que ésta, según el atomismo lógico, puede descomponerse hasta llegar a los constitutivos simples o indivisibles, las proposciones se componen a su vez de proposiciones simples o atómicas. Estos elementos últimos de las proposiciones son los nombres Vista la estructura del lenguaje pasemos a considerar su correlato en la realidad. Pero antes es preciso importar algo muy importante acerca de la manera en la que Wittgenstein entiende lo que es un lenguaje. El “sentido” de una proposición es la “correlación” entre la estructura de la proposición y la estructura de lo representado en la realidad. Habitualmente nos valemos de palabras para establecer esa relación, pero éstas no son necesarias. Yo podría valerme de cualquier otra cosa (como sillas o mesas) para 24
  • 25. representar la realidad. Lo importante es que sea lo que sea lo que utilice para “hablar” (es más exacto decir “representar”) de la realidad, debe haber una correlación entre la representación y lo representado. Eso es lo que Wittgenstein denomina una relación isomórfica, que en definitiva no es sino una relación entre relaciones. Para poner un ejemplo que pueda facilitar la comprensión de este concepto pensemos en una sinfonía, una grabación de la misma en disco y su partitura correspondiente. Aunque cada una de ellas está constituida por elementos distintos (sonidos, surcos en el disco o bits, e imágenes en un papel pautado) la estructura y las relaciones entre cada una de ellas es la misma y eso es lo que permite que se pueda pasar de la partitura a la sinfonía, o de esta al disco, o viceversa. Decimos que la sinfonía, la partitura y la grabación son isomórficas entre sí. El lenguaje, esto es, la representación, y la realidad, lo representado, son insomórficas en el mismo sentido. Habiendo visto la estructura del lenguaje ¿qué elementos encontramos en la realidad? La realidad se compone de lo que Wittgenstein denomina “estados de cosas”. Cada uno de estos estados de cosas es una combinación, relación o estructura de cosas u objetos. De todos los estados de cosas que podemos imaginar, algunos se dan efectivamente mientras que otros no. Al conjunto de todos aquellos que se dan de hecho Wittgenstein les llama “mundo”, mientras que el resto de estados de cosas, que también pertenecen a lo que Wittgenstein entiende por “realidad”, son simplemente estados de cosas inexistentes. Vemos, por lo tanto, que las palabras “mundo” y “realidad” tienen en el Tractatus un significado distinto al del lenguaje común que conviene distinguir. Si nos fijamos a la vez en la realidad y en el lenguaje veremos que las proposciones verdaderas se corresponden con el mundo. Las proposciones verdaderas son aquellas que describen los estados de cosas existentes: inexistentes. Esta última afirmación puede resultar un tanto extraña, ¿qué quiere decir que una proposición se corresponde con algo si ese algo no existe? La respuesta es que lo representado por una proposición falsa es un estado de cosas posible. Recordemos que habíamos afirmado que el sentido de una proposición es la correlación entre la estructura de la proposición y la estructura de lo representado. En el caso de las proposiciones falsas, entender la proposición significa que en caso de que fuese verdadera, los hechos serían tal y como la representación dice. De nuevo un ejemplo puede aclarar la teoría: si yo hablo acerca de caballos alados no estoy representando el mundo, no me estoy refiriendo a ningún estado de cosas existente, pero no por ello dejo de entender el significado de lo que digo (así como lo entienden aquellos que me escuchan). Las proposiciones falsas se refieren, pues, a estados de cosas posibles pero no existentes. Naturalmente todos los estados de cosas que conforman el conjunto de la realidad (pertenezcan al mundo o no) son estados de cosas posibles, pero tan sólo los estados de cosas que conforman el mundo son a la vez posibles y efectivamente existentes. Tras descomponer la realidad en hechos complejos y hechos simples Wittgenstein llega finalmente a los objetos o cosas que son los elementos simples de los que se componen los estados de cosas y que se corresponden con los nombres, los elementos simples de los que se componen las proposiciones. (La proposición 3.203, que figura en el esquema vinculando objetos y nombres afirma la relación de forma clara: “El nombre significa el objeto, y éste es su significado). Habiendo visto ya con cierto detalle el lenguaje y la realidad pasamos a examinar lo que Wittgenstein entiende por lógica. La lógica, que es anterior a la experiencia, es la base tanto del lenguaje como de la realidad porque es la que determina el ámbito de 25
  • 26. lo posible, y con ello de lo respresentable. Todo estado de cosas posible es lógico. Fuera de la lógica nada se puede decir ni pensar (al menos con sentido). Ahora bien, siendo la lógica el ámbito de los estados de cosas posibles, no determina que un estado de cosas concreto sea existente o no (y, en consecuencia, tampoco determina que una proposición sea verdadera o no, eso sólo se puede comprobar comparando la representación con el mundo para ver si hay adecuación o no. De nuevo recurramos a una analogía para explicar estos conceptos. Supongamos que introduzco en una caja todos los números naturales. Con ello estoy estableciendo unas determinadas posibilidades que pueden darse, o no, cuando alguien intente sacar un número concreto. La lógica, en este modelo, asegura que, cualquier número que se extraiga será o bien par, o bien impar, pero no dice cuál de las dos posibilidades se dará efectivamente. La lógica, o su equivalente en esta situación, nos asegura que no se puede extraer un número negativo, o uno irracional. Las proposiciones falsas, por otro lado, se corresponden con los estados de cosas Otro concepto relacionado con la lógica es el de “forma lógica”. Veamos en qué consiste: una representación de la realidad, como podría ser un retrato, guarda una relación con lo representado (una misma estructura). Ahora bien, no es necesario que la representación sea absolutamente idéntica a lo representado para que sea tal representación (el retrato, por ejemplo, sigue remitiéndonos al retratado aunque se trate de una imagen de dos dimensiones y la persona retratada tenga tres). Para que una representación sea tal debe tener, afirma Wittgenstein, una forma mínima que es lo que denomina “forma lógica”. Suponiendo que en la caja de la analogía anterior he introducido en tarjetas todas las afirmaciones sobre la realidad y yo extraigo una tarjeta en la que se lee “El Tractatus se publicó en 1921”, tengo en mis manos una proposición que representa un determinado estado de cosas (en este caso verdadero y por lo tanto perteneciente al mundo). Ahora bien, si la tarjeta hubiese estado escrita un idioma distinto, en código morse o braile, tendría una representación diferente pero que, por compartir la misma forma lógica, me permite la posibilidad de reconocer en ese otro lenguaje que se está refiriendo al mismo estado de cosas. La forma lógica es la que permite en realidad hacer representaciones. No hay representación sin forma lógica. Antes de dar por concluido el análisis del ámbito del lenguaje, la realidad y la lógica, esto es, el ámbito del sentido, conviene distinguir entre lo que Wittgenstein denomina “decir” y “mostrar”. En la medida en que las proposiciones (verdaderas o falsas) describen un estado de cosas (existente o meramente posible) nos “dicen” algo acerca de la realidad, pero a la vez nos “muestran” otras cosas, como por ejemplo la forma lógica de la que ya hemos hablado. Qué sea exactamente este “mostrar” no queda del todo claro, pero la distinción es muy importante y nos permitirá llegar hasta las consecuencias más insospechadas de la teoría del Tractatus. Lo que se “muestra” son todas aquellas cosas de las que no se puede “decir” nada (al menos, repitámoslo, con sentido). Todo aquello que está más allá del límite del sentido, y por lo tanto, del decir, es “mostrado” por la proposición. Más allá del límite se encuentra, además de la forma lógica, el sujeto, los valores y, en definitiva, todo aquello que es condición de posibilidad del lenguaje. Con esto entramos, en definitiva, en el ámbito del sinsentido, es decir, de aquellas proposiciones que, por no decir nada sobre la realidad, son pseudoproposiciones. En nuestro esquema hemos distinguido que pueden ser de tres tipos: en primer lugar las pseudoproposiciones lógicas, entre las cuales encontramos las tautologías y las contradicciones. Una tautología es una proposición que es siempre verdadera independientemente de la verdad o falsedad de sus componentes (por ejemplo, A = 26
  • 27. A, sea lo que sea A), mientras que una contradicción, por el contrario, es una proposición que resulta siempre falsa independientemente de la verdad o falsedad de sus componentes (por ejemplo A = ¬ A, esto es A = no A). Estos dos tipos de proposiciones no “dicen” nada sobre la realidad. La tautología es compatible con cualquier estado de cosas de la realidad, mientras que la contradicción no es compatible con ninguno. En cualquiera de los dos casos se trata de proposiciones que, al contrario de lo que sucede con las proposiciones del lenguaje, carecen de condiciones de verdad (esto es, no nos permiten saber en qué condiciones podríamos decir de ellas que son verdaderas o falsas), no cumplen, por lo tanto, con el principio de isomorfía. Las tautologías y las contradicciones carecen de sentido. Tan sólo nos muestran que la única necesidad que se puede dar es la necesidad lógica de las tautologías, y la única imposibilidad, la imposibilidad lógica. Todas las restantes afirmaciones del lenguaje son meramente posibles, su verdad o falsedad sólo se podrá comprobar contrastándolas con la realidad. No hay manera de saber cómo es el mundo por medio del uso exclusivo del pensamiento, de una forma a priori. Quedan excluidos, pues, las proposiciones metafísicas y científicas si por ellas se entiende afirmaciones y leyes necesariamente verdaderas. Las afirmaciones de la ciencia son todas hipótesis por comprobar.. 27