En 1811 y 1812, los realistas controlaban las áreas urbanas mientras que los insurgentes controlaban las áreas rurales. Los insurgentes abolieron la esclavitud y los tributos que pagaban las castas y los indígenas. Buscaron conservar la religión católica y crear un estado democrático representativo, inspirándose en la Revolución Estadounidense y Francesa. "Los sentimientos de la nación" es considerado uno de los textos políticos mexicanos más importantes de la época.