Un chico pobre recibió una invitación al baile real pero no tenía un traje para ir. Llamó a su hado madrino para pedir ayuda. El hado le concedió el deseo y le dio un hermoso traje de pingüino. Sin embargo, el chico no tenía cómo ir al baile, así que el hado intentó darle un carruaje a pesar de sus dificultades. Finalmente, el hado logró darle un carruaje y el chico pudo asistir al baile y bailar con la princesa.
Entre todos princesas_y_principes_sara,_alma,_fran
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2. Había una vez una chico que era muy pobre.
Un día le llegó una invitación de la princesa para el baile real.
Como el chico era tan pobre no podía vestirse con el traje que
tanto deseaba y decidió llamar a su “hado" madrino.
-¡Bidi, dibadi, dibú!- dijo el chico.
-¡Dibú, badiba, dibí!¡Ya estoy aquí!- dijo el “hado” madrino.
-Gracias por venir- dijo el chico.
-De nada, pero tengo más ahijados, así que date prisa…-dijo su
“hado”.
-No tengo qué ponerme para ir al baile real, así que necesito tu
ayuda.
-Ok, ahora te concedo tu deseo.
3. El “hado” madrino le concedió el deseo y el chico se empezó a
cambiar de ropa “por arte de magía”. Se fue a mirar al espejo y vio
que estaba guapísimo con su traje de pingüino. Pensó que ya
podía ir al baile. Pero… ¿cómo iba a ir?
Le dijo a su “hado”: ”Hado” madrino, ya tengo mi traje. Pero...
¿cómo voy a ir al baile?
- Lo siento, yo no puedo hacer nada- le dijo su “hado”- pero lo voy
ha intentar.
El “hado” lo intentó, y a la primera no le salió, ni a la segunda. No
se rindió y al final... llegó su carruaje.
Lo único que le dijo fue que llegara a casa antes de las doce de la
noche.
El chico bailó con la princesa. Le hizo caso y así fue: su traje y su
carruaje desaparecieron pero él ya había llegado a su casa y la
princesa no le vio como él era en realidad.