1. Draghi contraataca.
Manfred Nolte.
Mario Draghi ha driblado la férrea defensa de Jens Weidmann, Presidente del
Bundesbank alemán alegando que sigue escrupulosamenteel guión estatutario
de la entidad que dirige: el Banco Central Europeo(BCE). Que cuanto hace
obedece al mandato de procurar la preceptiva estabilidad y armonización
financiera en la Eurozona. Que no es tolerable la falta de transmisión de la
política monetaria, ni la fragmentación de los mercados nacionales y que la
dinámica crediticia está quebrada.Las bajísimas tasas inflacionistas –en torno al
0,7%- que cotizan y seguirán cotizando en el escenario europeo aún durante
muchos meses recomiendan y justifican, en coherencia con el mandato recibido,
una política monetaria acomodaticia. Todo ello, en combinación con los
esfuerzos de los gobiernos nacionales para proseguir en la implementación de
las inexcusables reformas estructurales.
Con el voto en contra del alemán, Draghiha adoptado oficialmente dos
importantes decisiones. En primer lugar, reducir hasta el 0,25% el tipo de
interés aplicable a los préstamos a las entidades financieras,manteniendo en el
0% elde los depósitos que acepta de ellas. De esta manera Europa marca su
mínimo histórico y empata con Estados Unidos y Japón en la fijación de precios
del dinero cercanos a cero. En segundo lugar, el BCE consagra el nuevo
instrumento de „orientación anticipada‟ („forward guidance‟) iniciado en julio
pasado,proclamando que está en el ánimo del Instituto emisor mantener los
tipos de interés a los niveles actuales, o aun más bajos, por un periodo
extendido de tiempo, dada la anémica evolución de la economía real y de una
dinámica monetaria inexistente. En la referida guía anticipada, promete
liquidez gratis sin restricciones al menos hasta mediados de 2015 y revela que
cuenta en reserva con un arsenal de medidas potenciales congruentes con estos
propósitos.
Hay, no obstante, más cosas que considerar en el mensaje subliminal del
banquero italiano.Las rebajas de los tipos de interés ayudarán a mejorar la
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2. competitividad-precio de la Zona y a través de la demanda exterior se inducirá
una demanda interna que consolide la senda del crecimiento, aunque sea difícil
precisar su alcance. Se estima también, que los recortes resultantesen los
préstamos sometidos a tipo de interés variable supondrán un ahorro importante
para los deudores que podrán aplicar a otros fines de consumo. Alguna fuente
cifra en 2.500 millones de euros-añoel ahorro de intereses sobre el stock de
prestamos hipotecarios vivos en España.
Perosi algo escondeDraghitras estas fulminantes medidas es su determinación y
coraje enapuntalarel horizonte financiero de la eurozonaadvirtiendo a propios y
extraños que el guardián del euro está alerta y que va a plantar doble caratanto a
los que pretendan especular en contra de la moneda europea, -“con los medios
que hagan falta”-, como a esa plaga que acecha a la economía europea que se
llama „deflación‟.Mientras Europa flirtea con ella, en España es una
afecciónlarvada de incierto diagnóstico. De ello trató la columna de la semana
pasada. Se trata, en definitiva, de abortar la „japonización‟ de la económica
europea introduciendo unos anclajes de estabilidad financiera indubitables.
Un último apartado pide cuestionarse si la conjunción de liquidez ilimitada y
tipos cero producirán efectos positivos en España.
Lo previsible es que, en el peor de los casos, no tengan efectos negativos, al
menos en el corto plazo. Pero su impacto económicoserá poco significativo. La
economía española discurre por un escenario calificado de „trampa de liquidez‟
en el que aunque aumente la base monetaria también lo hace el atesoramiento
disminuyendo la velocidad de circulación del dinero. Bajo dicho escenario el
ahorro producido por la rebaja en los intereses referidos al Euribor se destinará
previsiblemente a liquidez precautoria antes que a consumo. El crédito
difícilmente crecerá en un escenario de mayores exigencia de capital a los
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3. bancos y escasez de demanda solvente y en la solvente tiene escasa incidencia la
rebaja de un cuartillo. En las operaciones no referenciadas los bancos españoles
se resistirán a bajar los tipos a sus clientes dadas las estrecheces que atraviesan
sus márgenes financieros y proseguirán con su operativa („carry trade‟) de
compra de bonos soberanos al 4% financiados esta vez al 0,25%. Y el
desapalancamiento en curso sobre nuestra ingente masa de deuda privada
seguirá deprimiendo los precios nominales de un gran número de bienes por un
dilatado plazo de tiempo.
Claro que –todo hay que decirlo- España está cumpliendo los deberes y la
devaluación interna en curso la ha convertido en un país de muchas gangas y un
sinfin de oportunidades. La entrada masiva de capitales del exterior puede jugar
un papel desencadenante en el principio del fin de la crisis.
Mientras tanto, Mario Draghi, habrá hecho logrado dos éxitos rotundos:
cambiar gradualmente la cultura de lo que se considera en ortodoxia un Banco
Central y en nuestro caso, acordonar nuestros litorales con un salvavidas
protectorque ni nos crea déficit, ni aumenta nuestra deuda ni nos cuesta dinero.
Estamos, en lo monetario, ante un largo periodo de estabilidad.
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