1. Marcela del Corral Mancera
Ecología I
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ECOLOGÍA I
Estudio de los organismos en su ambiente, sus
adaptaciones y cambios en el tiempo
ESTRUCTURA DEL AMBIENTE
Decíamos anteriormente que:
“La ecología es la ciencia que estudia a los seres vivos, su ambiente, su distribución y abundancia y cómo esas
propiedades son afectadas por la interacción entre los organismos y su ambiente.”
Entonces ahora nos centraremos en eso que llamamos “ambiente”
¿Qué es el ambiente?
El ambiente de un sistema ecológico (individuo, población, etc.) consiste
en todos aquellos factores y fenómenos externos al organismo que
influyen sobre él, ya se trate de factores físicos o químicos (abióticos) o
de otros factores biológicos (Begon et al. 1988). Un concepto básico de
la Ecología es el de ambiente multidimensional, formado por
numerosos factores externos que actúan sobre los organismos. A su vez
los factores ambientales interactúan entre sí y el efecto de uno de ellos
depende a menudo de los demás. Por ejemplo, una siesta de verano
hace mucho calor, pero la presencia de árboles disminuye la
temperatura bajo su sombra.
Dentro de los factores ambientales que influyen sobre los organismos, se
pueden distinguir dos tipos: los reguladores y los recursos. Los recursos son
factores ambientales consumidos directamente por los organismos: constituyen
la materia de la cual están constituidos, la energía que intervienen en sus
actividades, y los lugares o espacios en los que pasan sus ciclos vitales. Todas las
cosas consumidas directamente por los organismos son recursos para él. En este
caso, la palabra consumida se da en un sentido amplio de disminución de las
reservas. Ejemplos de los recursos son los nutrientes minerales de las aplantas,
un hueco de un árbol donde anida un pájaro, o las presas de un predador. En
cambio los reguladores o condiciones, son factores que inciden directamente
en la naturaleza y velocidad de la utilización de los recursos. Un ejemplo típico de regulador es la temperatura.
Una condición puede ser modificada por la presencia de un organismo (por ej. la temperatura debajo de la
copa de un árbol) pero no es consumida o agotada por el mismo, ni puede resultar menos disponible a un
organismo por la presencia de otro.
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HÁBITAT Y NICHO ECOLÓGICO
Los organismos de cualquier especie sólo pueden sobrevivir, crecer, reproducirse y mantener una población
viable dentro de ciertos límites de condiciones y recursos. Para cada uno de ellos, cada especie tiene rangos de
tolerancia.
El hábitat es un espacio real (yo podría obtener las coordenadas geográficas de ese hábitat) y por tanto puede
ser compartido ya que en un mismo hábitat conviven diversas especies de organismos. En cambio el nicho no
es un espacio real, sino un concepto que incluye múltiples variables, las del hábitat y muchas más. Incluye
también el papel que desempeñan los individuos, y demás variables que influyen en su vida, por ejemplo: qué
come, cuándo lo hace, cómo lo hace, horas de actividad, lugar de nidificación, profundidad de la cueva, etc. El
nicho es único para cada especie. En ecosistemas semejantes, se pueden reconocer los mismas roles:
polinizadores, fotosintetizadores, carroñeros, dispersores de semillas, descomponedores de materia orgánica,
etc. Sin embargo el nicho exacto es específico y si en algún punto de esas dimensiones se superponen los
nichos de dos individuos se desencadena la competencia. Entonces, el concepto de nicho se refiere no sólo al
espacio físico ocupado por un organismo (éste es su hábitat), sino también a su papel funcional en la
comunidad (rol trófico) (nicho multidimensional).
EL AGUA
Nuestro planeta se caracteriza porque la mayor parte
de su superficie, está cubierta por agua en estado
líquido. Un 97% de la hidrosfera está constituida por los
océanos de agua salada, que cubren el 71% de la
superficie terrestre. Solamente una pequeña porción
del agua de la Tierra, el 3%, es agua dulce;
aproximadamente el 2% de las reservas, se encuentran
congeladas en forma de hielo y nieve en los casquetes
polares, glaciares y nevados. Del agua continental, tan
solo el 1%, se encuentra superficial en ríos, lagos,
ciénagas, humedales y puede ser utilizada por las
plantas; el resto se infiltra profundamente formando depósitos subterráneos. Por último, el agua de las nubes,
la niebla y el vapor de agua representa una cantidad ínfima de la reserva hídrica.
La tierra es un planeta excepcional porque casi toda su agua se encuentra en forma líquida. Las investigaciones
con sondas espaciales, demuestran que en Marte el agua que puede haber, estaría en forma de hielo, dadas las
temperaturas que allí imperan y en Venus, debido al calor, el agua solo se encontraría en forma de vapor.
Ciclo del agua
El agua se encuentra en estado líquido, sólido o gaseoso, alternativamente. Independiente de su forma física,
cada molécula de agua pasa por el ciclo hidrológico. Cada año cantidades enormes de agua, se ciclan entre la
tierra, el océano y la atmósfera. Aproximadamente, las tres cuartas partes del volumen de agua que ingresa a
la atmósfera en este periodo, se devuelven inmediatamente al océano como precipitación y el resto cae sobre
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la tierra. El movimiento del agua en el ciclo hidrológico es mantenido por la energía radiante del sol y por la
fuerza de la gravedad.
El agua de la tierra se ha reciclado durante 3 billones de años. En el planeta, hay una continua circulación de
agua desde el océano hacia la atmósfera, de allí a la tierra y de nuevo hacia el océano; de esta manera el ciclo
del agua, proporciona una fuente continua de agua pura. En este ciclo intervienen tres procesos: evaporación,
transpiración, condensación.
Importancia Ecológica del Agua
La vida en este planeta comenzó en el agua y actualmente, dondequiera que encontremos agua líquida, la vida
también se encuentra presente. Hay organismos unicelulares que viven en la ínfima cantidad de agua que se
adhiere a un grano de arena. Algunos tipos de algas se encuentran sólo en las superficies inferiores en fusión
de los témpanos de hielo polares. Ciertas bacterias pueden tolerar el agua casi hirviente de las fuentes
termales. En el desierto, las plantas cumplen un ciclo de vida completo, “de semilla a flor a semilla’’, después
de un único aguacero. En las selvas tropicales, el agua que se almacena en las hojas de las plantas forma un
microcosmos, en el que muchos pequeños organismos crecen, desovan y mueren.
El agua tiene un número de propiedades destacables. Estas propiedades son
consecuencia de su estructura molecular y son responsables de la “aptitud”
del agua para desempeñar su papel en los sistemas vivos. El agua está
constituida por dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno que se
mantienen unidos por enlaces puente hidrógeno. La molécula de agua es
polar, con una zona débilmente negativa y dos zonas débilmente positivas; en
consecuencia, entre sus moléculas se forman enlaces débiles. Este tipo de
enlaces, que unen un átomo de hidrógeno con carga positiva débil y que
forma parte de una molécula, con un átomo de oxígeno que posee carga
negativa débil y que pertenece a otra molécula, se conoce como puentes de
hidrógeno.
Enlace puente hidrógeno entre
moléculas de agua
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Cada molécula de agua puede formar puentes de hidrógeno con otras
cuatro moléculas de agua. Aunque los enlaces individuales son débiles y
se rompen continuamente, la fuerza total de los enlaces que mantienen
a las moléculas juntas es muy grande.
Fuerzas de Adhesión, Cohesión y Tensión superficial.
A raíz de la existencia de los puentes de hidrógeno que mantienen unidas a
las moléculas de agua (cohesión), el agua tiene una alta tensión superficial
y un alto calor específico (la cantidad de calor que una cantidad de
sustancia requiere aumentar su temperatura). También tiene un alto calor
de vaporización (el calor requerido para que un líquido cambie a gas) y un
alto calor de fusión (el calor requerido para que un sólido pase al estado
líquido). Es decir que tiene gran estabilidad térmica.
La polaridad de la molécula de agua es responsable de la adhesión del agua
a otras sustancias polares, de aquí su tendencia al movimiento capilar. Esto es el ascenso de una columna de
agua por un tubo muy delgado.
Las moléculas de
agua en la
interfase aire-
agua son atraídas
más fuertemente
por las moléculas
de agua vecinas
que por el aire con
el que están en
contacto. Cuando
la superficie del agua está en contacto con aire o con aceites y
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grasas se comporta como si estuviera recubierta por una membrana elástica. La tensión superficial es muy
importante en el funcionamiento de las plantas, por que evita el paso de burbujas por los pequeños tubos.
Además los insectos livianos pueden caminar sin hundirse.
En conjunto, la cohesión, adhesión y tensión superficial permiten que el agua ascienda por los tubos de una
planta desde el suelo hacia las hojas. Al transpirar las hojas, producen una succión que hace que la columna de
agua ascienda. Debido a la adhesión, las moléculas de agua se fijan a las paredes del tubo y a la cohesión
forman una columna continua de agua. Al subir, el agua produce una corriente de absorción por las raíces que
conduce minerales disueltos en el suelo hacia la raíz y los lleva a todos los órganos de la planta.
FUNCIONES BIOLÓGICAS DEL AGUA
Función de transporte: De modo similar, la polaridad del agua la hace un buen solvente para iones y moléculas
polares. Las moléculas que se disuelven fácilmente en agua se conocen como hidrofílicas. Las que no
se disuelven en agua sino en solventes orgánicos se conocen como hidrofóbicas. Al ser un buen
solvente, es el medio donde se realizan las reacciones metabólicas. Además participa como “vehículo”
en el transporte de sustancias en el interior del organismo y en su intercambio con el medio ambiente
facilitando el aporte de sustancias nutritivas y la eliminación de productos de desecho.
Función estructural: El agua tiene un gran valor como componente celular ya que
constituye la mayor parte de la masa de las células y las organelas celulares,
que contienen desde un 50 hasta un 90% de agua. La elevada cohesión de
las moléculas permite al agua dar volumen a las células, turgencia a las
plantes e incluso actuar como esqueleto hidrostático en algunos animales
invertebrados. También explica las deformaciones que experimentan
algunas estructuras celulares como el citoplasma.
Función mecánica amortiguadora: El ser un líquido incompresible le
permite ejercer esta función en las articulaciones de los
animales vertebrados, lo que evita el contacto entre los huesos.
Función termorreguladora: El elevado calor específico del agua permite
mantener constante la temperatura interna de los seres vivos.
El elevado calor de vaporización explica la disminución de
temperatura que experimenta un organismo cuando el agua se
evapora en la superficie del cuerpo de un ser vivo.
Permite la vida acuática en climas fríos: Su mayor densidad en estado líquido explica que al descender la
temperatura, se forma una capa de hielo en la superficie, que flota y protege de los efectos térmicos
del exterior al agua líquida que queda debajo; este hecho permite la supervivencia de muchas especies.
Además es transparente a la radiación visible, permite la penetración de la luz a grandes profundidades
garantizando la fotosíntesis de las algas.
EL SUELO
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Se denomina suelo a la parte superficial de la corteza terrestre, biológicamente activa, que proviene de la
desintegración o alteración física y química de las rocas y de los residuos de las actividades de los seres vivos
que se asientan sobre ella. Los suelos son sistemas complejos donde ocurren una vasta gama de procesos
químicos, físicos y biológicos que se ven reflejados en la gran variedad de suelos existentes en la tierra. Son
muchos los procesos que pueden contribuir a crear un suelo particular, algunos de estos son: los sedimentos
que transporta el viento, los cursos de agua, ruptura de rocas y deposición de material orgánico.
FORMACIÓN DEL SUELO
De un modo simplificado puede decirse que las etapas implicadas en la formación del suelo son las siguientes:
- Disgregación mecánica de las rocas.
- Transformación química de los materiales que quedan.
- Instalación de los seres vivos (microorganismos, líquenes, musgos, etc.) sobre ese sustrato inorgánico. Esta es
la fase más significativa, ya que con sus procesos vitales y metabólicos, continúan la transformación de
los minerales, iniciada por mecanismos inorgánicos. Además, los restos vegetales y animales a través de
la fermentación y la putrefacción enriquecen ese sustrato.
- Mezcla de todos estos elementos entre sí, y con agua y aire presentes en los poros.
El estudio de la
dinámica del suelo
muestra que sigue
un proceso
evolutivo similar al
de cualquier
sistema biológico.
La formación de un
suelo profundo y
complejo requiere,
en condiciones
naturales, largos
períodos de
tiempo y el mínimo
de perturbaciones.
Donde las
circunstancias
ambientales son
más favorables, el desarrollo de un suelo a partir de un sustrato geológico bruto requiere cientos de años, que
pueden ser miles en climas y geografías menos favorables.
ESTRUCTURA DEL SUELO
En el suelo hay pequeñas cavidades llamados poros, que contiene aire y agua. Las raíces de las plantas y otros
organismos utilizan el agua y el aire para su hidratación y respiración. La porosidad del suelo es el volumen de
suelo no ocupado por las partículas sólidas, e incluye la macroporosidad y la microporosidad, según el tamaño
de los poros. Entre las partículas más grandes como en la arena u otros agregados predominan poros grandes
(macroporos) entre las partículas pequeñas, tales como en la arcilla,
predominan pequeños poros (microporos).
Los macroporos son responsables de la aireación, el movimiento del
agua y la penetración de las raíces, y los microporos son responsables
de la retención del agua por el suelo (capilaridad).
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Debido a la respiración de las raíces de las plantas y los microorganismos del suelo, hay un aumento de dióxido
de carbono (CO2) y un consumo de oxígeno (O2), lo que requiere una constante renovación de la composición
del aire del suelo.
El agua, junto con los iones orgánicos e inorgánicos en solución, forma la solución del suelo. Ésta es importante
como una fuente de agua para las plantas, las cuales absorben nutrientes por medio de las raíces. Los
nutrientes esenciales son los iones inorgánicos de la solución del suelo (como compuestos nitrogenados,
potasio, calcio, magnesio, entre otros). La solución del suelo por lo general ocupa los microporos.
En un suelo empapado, todos los poros están llenos de agua (suelo saturado) y en un suelo que está seco los
poros están llenos de aire. Cuando se retira la cubierta del suelo original o se utiliza en procesos productivos
como la agricultura o la ganadería, a menudo el suelo sufre una disminución de la porosidad y una
consecuente modificación en su fertilidad.
IMPORTANCIA DE LA COBERTURA VEGETAL SOBRE EL SUELO
Las plantas sostienen el suelo con sus raíces, lo enriquecen de materia
orgánica con sus materiales de descarte y en algunos casos enriquecen
también su actividad microbiana. El suelo es importante porque, además de
moderar el ciclo del agua, alberga las semillas, les proporciona soporte físico
mientras germinan y maduran en plantas adultas. Además el suelo retiene y
entrega nutrientes a las plantas, alberga las bacterias responsables de la
descomposición de la materia orgánica y de la fijación de nitrógeno
atmosférico. Esta capa de material orgánico, como hojas en descomposición y
madera, presente en el suelo, absorbe el agua de lluvia en lugar de que ésta
se escurra. Cuando no hay vegetación cubriendo el suelo, la lluvia golpea
directamente, en lugar de gotear gradualmente desde las ramas y caer
suavemente sobre el piso. Cuando llueve, más agua golpea más fuertemente
el suelo, arrastrándolo. Al remover la cubierta de vegetación protectora que
cubre el suelo es posible que la erosión hídrica y eólica eliminen los fértiles
estratos superiores del suelo, además de impedir la infiltración del agua de lluvia. Con frecuencia, el resultado
de la deforestación es la erosión del suelo. Una extensa erosión puede provocar deslizamientos de terrenos. En
ese caso, la lluvia fluye sin que nada la detenga. Cuando esto último ocurre, las lluvias intensas arrastran
grandes cantidades de tierra produciéndose los temibles aluviones, como los de los años 1788, 1895, 1913,
1934, 1960, 1970. Estos aluviones provocaron en Mendoza numerosas víctimas y cuantiosos daños materiales.