1. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EMPLEO PRODUCTIVO Y LOCALIZACIÓN DE LAS
ACTIVIDADES ECONÓMICAS, EN TORNO A LA ELABORACIÓN DEL PLAN URBANO LOCAL DE
CABUDARE 2009 (documento preliminar en elaboración, nov. 2009)
María Teresa Ávila1
1. Cómo fue que llegamos aquí
Haciendo un poco de historia, desde los años pasados años ochenta, a raíz de la crisis posterior a
la bonanza petrolera de los setenta, fueron orquestadas en el mundo en desarrollo políticas de
ajuste neoliberales, según recomendaciones de los organismos multilaterales de financiamiento.
Esa gran crisis, como la de los años ochenta del siglo pasado hasta el presente, tuvo sus principales
expresiones visibles en el área financiera, pero con repercusiones en el resto de la economía,
especialmente en la pérdida de empleos formales.
En el caso venezolano, luego del periodo de bonanza de los setenta, vino la crisis financiera, el
enfriamiento de la economía, la reducción del gasto público en el área social y la aparición masiva
de la informalidad, ante las limitaciones de la economía real para garantizar los puestos de trabajo
necesarios, en concordancia con el crecimiento de la fuerza de trabajo nacional.
A partir de allí, tanto las políticas públicas sociales y económicas, como las recomendaciones de los
organismos multilaterales y la aparición del tercer sector, el de las ONGs, apoyaron a los
productores informales en su acción, con el otorgamiento de créditos, asistencia técnica y
capacitación, con miras a fortalecer estos emprendimientos populares, de forma que ellos
pudieran con el tiempo y la experiencia, incorporarse a la economía como agentes formales
(registrados, pagadores de impuestos y de servicios públicos, bancarizados, cumplidores de las
leyes y demás responsabilidades laborales, ambientales, etc.) En períodos más recientes, todas
estas iniciativas han conducido a nivel de América Latina a la formulación de las políticas de
microfinanzas, a las cuales los gobiernos han otorgado gran importancia, y el mismo sector
financiero privado venezolano, estimulado por las políticas públicas vigentes, hoy en día debe
disponer de una cartera orientada a satisfacer las demandas de los productores populares,
microempresas, cooperativas, entre otras.
Pero debemos afirmar que la informalidad ha sido un fenómeno siempre presente. La producción
popular artesanal es una forma cultural que ha permitido dejar conocimientos y formas de
producir propias de las regiones durante generaciones, y ello es parte de la cultura y gentilicio
locales. Referida a muchas ramas de la economía, especialmente en la producción de alimentos,
bebidas, instrumentos musicales, etc. Pero la diferencia, lo que destaca en la actualidad son las
proporciones visibles recientes. La existencia de FUNDACOMUN, por ejemplo, como organización
de apoyo a la producción popular arranca desde los pasados años sesenta, y ha permanecido
desde entonces, con objetivos similares.
1 ∗
Estas reflexiones tienen carácter personal. En ningún caso corresponden a los compromisos profesionales de la autora
con el Centro Jacinto Lara, respecto a su participación en la elaboración del PDUL Cabudare 2009. Si lo considera
apropiado, úselo, pero no lo copie ni lo cite.
2. 2. Lo que tenemos hoy
Como elementos positivos, la economía informal ha constituido una oportunidad para los
desempleados, que en lugar de tales, con su iniciativa económica, generan su propio puesto de
trabajo y tienen capacidad de crear empleo para otros miembros del grupo familiar y vecinos. Sin
embargo, estos empleos tienen carácter precario, puesto que no garantizan seguridad social,
prestaciones y otros beneficios salariales a los que en ellos trabajan. La informalidad constituye
una oportunidad precaria de trabajo y de comenzar un negocio, que es al mismo tiempo, una
oportunidad de aprendizaje gerencial para el promotor. Si la actividad genera recursos en una
proporción sustentable, si es manejada con criterios adecuados, es probable que con el tiempo
pueda convertirse en un establecimiento formal, con todas sus implicaciones sociales y
económicas. Si la actividad no da los resultados esperados, el promotor puede pasar a otra rama,
sin mayores dificultades. En resumen, es un sector de fácil entrada y salida.
Es de hacer notar que estas actividades están referidas a todos los sectores económicos, pero
preferentemente recogen iniciativas de comercio y servicios: preparación y venta de comidas y
bebidas, pequeñas manufacturas como carpinterías, herrerías y afines, fabricas de bloques,
hospedajes, servicios de reparación de automotores, transporte, entre otros. Pero
especialmente, se dedican al comercio al detal. Esta actividad incorpora la mayor proporción de
emprendimientos, y ha dado origen al problema de la buhonería, en las principales ciudades del
país. Según estudios de CEDICE 2004i
, más del 30% de los empleos informales de la ciudad de
Caracas se ubican en el comercio al detal, que se realiza en las aceras de las principales calles y
áreas comerciales, compitiendo con los establecimientos formales. Competencia que es
desventajosa para estos últimos, pues los trabajadores informales no pagan servicios, ni
impuestos y no reconocen beneficios laborales de sus trabajadores. Laboran en jornadas que
pueden llegar a las doce horas o más, carecen de servicios sanitarios y otros suministros básicos
indispensables. Frecuentemente se mencionan estas actividades como focos para acciones ilícitas
de diversa índole, siendo ejemplo de ello la venda de copias de CDs y juegos de videos, o de
productos de contrabando.
Estudios especializados mencionan como características de estos productores su condición de
autoempleo o de creación de fuentes de ingresos familiares complementarios y constituyen
mayormente emprendimientos por necesidad, utilizan servicios públicos urbanos sin regulación,
afectan con sus ruidos y emisiones el funcionamiento residencial, son poco competitivos, atienden
micromercados locales con poca eficiencia y constituyen un espacio para la comercialización de
productos de ingreso ilegal, o que no cumplen con los requisitos exigidos normalmente.
Desde el punto de vista de su potencial de desarrollo, estas actividades constituyen una
oportunidad para iniciar una actividad económica independiente. Por otra parte, muchos
productores ven en la buhonería un mecanismo accesible y de poco costo para la distribución
descentralizada de sus productos (CEDICE 2004).
3. Desde la oferta, las empresas del sector formal hoy en día consideran el mercado de las mayorías
como uno de los más importantes, y respondiendo a las necesidades de ese mercado, han
adaptado sus suministros a las demandas de estas mayorías.
Pero debemos preguntarnos si es ésta una situación que llegó para quedarse, o si es de esperar
que con el tiempo, se den cambios que conduzcan a una preeminencia del sector formal de la
economía, en la cual las vinculaciones con el mundo global conlleven la adopción de nuevas
prácticas que hagan más competitiva la producción de estos sectores.
3. La prospectiva, hacia una economía local endógena
La expansión de la informalidad en los últimos años obliga a la adopción de medidas y al diseño de
políticas adecuadas a la regulación de estas actividades. En el pasado hay algunas experiencias
exitosas que pueden darnos algunas luces.
• Mudanza del mercado EL MANTECO y organización del Mercado Mayorista de
Barquisimeto, MERCABAR 1970?. Facilitó el traslado del comercio de alimentos frescos y
víveres desde el centro de la ciudad de Barquisimeto hasta MERCABAR. Esta fue una
experiencia positiva, de reconocimiento internacional, por su organización y planificación,
por el corto tiempo en el que se llevó a efecto, y por el apoyo de todos los actores
involucrados.
• Mudanza Mercado Popular Obelisco, años 1980? El funcionamiento del mercado popular
Obelisco era una fuente de protestas de los vecinos del sector. Se logró, finalmente desde
la Alcaldía del Municipio Iribarren dar una nueva localización, que se ha mantenido por
varios años.
• Centros Comerciales Populares, tipo Mercado Altagracia, 1990? La construcción de un
mercado de buhoneros tipo centro comercial permitió la organización de esta actividad,
que como las anteriores, era una fuente de perturbación en el sector urbano afectado.
• Localización de Centros de Buhoneros (casos Pequeño Miami, Beco, Bequito, entre otros)
años 2000 en adelante. Estas iniciativas permitieron sanear zonas urbanas afectadas por
las actividades informales, en la Avenida 20 de Barquisimeto, garantizando al mismo
tiempo a los productores o comerciantes populares una inmejorable localización para sus
actividades económicas en sitios seguros y especialmente acondicionados para ello.
Casos como los señalados anteriormente, para ser exitosos, deben considerar varios
componentes: organización de los beneficiarios, capacitación, financiamiento, asistencia técnica.
La parte organizacional debe propiciar la generación de confianza entre ellos para poder asumir
compromisos compartidos y llegar mas adelante a constituir una organización formal de
cooperación. Esta puede llegar a ser la figura de un condominio, con responsabilidades, derechos
y deberes de los asociados. Se trata de desarrollar una red de cooperación entre los afectados. En
4. consecuencia, estos productores recibirán distintos beneficios: trabajarán con costos reducidos
en comparación a iniciativas individuales, pues dispondrán de servicios con costos compartidos,
según pudiera establecerse en las políticas locales que así lo garanticen. Podrán tener una central
común para servicios de comunicación, seguridad, limpieza, asistencia contable, jurídica,
promocional, comercial, entre otras.
La tendencia parece indicar que no es conveniente dejar las localizaciones de estas actividades al
azar, sino que debe trabajarse en propuestas que favorezcan una localización ordenada y
debidamente reglamentada.
En este sentido, deben emularse las prácticas exitosas y probadas de la concepción de los viveros
de empresas, que son organizaciones ad hoc para estimular fuentes de empleo en su fase de
iniciación. Al mismo tiempo, estas localizaciones deben ser transitorias. Es de esperar que en un
período de alrededor de cinco años, los usuarios salgan de estas instalaciones a otras más
permanentes que les permitan crecer, ser competitivos y autosuficientes. Que este proceso de
aprendizaje protegido les permita generar en nuevas condiciones, productos y servicios de calidad
y precios competitivos.
El gobierno local debe apoyar periódicamente a los productores populares con ferias de
mercadeo, premios, reconocimientos a los innovadores, a los de mayor espíritu cooperativo, más
competitivos, por ejemplo. En este sentido, las exposiciones y ferias que acompañan las
celebraciones públicas son una importante oportunidad para instrumentar estos apoyos.
Las viviendas productivas surgen ante la necesidad de un productor popular o ama de casa de
desarrollar alguna fuente de ingreso en el propio hogar, como una primera aproximación al
desarrollo de un posible emprendimiento. Inicialmente, no es posible alquilar un local. Entonces,
el emprendedor o emprendedora procede a acondicionar un espacio de trabajo en la casa de
habitación. A este tipo de experiencia se le conoce como vivienda productiva. Este tipo de
actividad económica, desarrollado de esa forma, es muy popular prácticamente en todo el mundo,
para favorecer la primera etapa de desarrollo de la producción local a muy pequeña escala.
Si estas actividades no perturban el funcionamiento urbano, sino que más bien son una respuesta
a demandas locales insatisfechas, su localización en zonas residenciales puede ser aceptable y
recomendable. Hay que atender que el uso de los servicios públicos no afecte con exceso los
suministros residenciales, que no sean actividades ruidosas, con humo, fluidos, olores, residuos
sólidos o gaseosos no deseables. Deben ser actividades ligeras de poco impacto local sobre los
servicios residenciales, preferentemente.
En general, deben preverse espacios para localización de actividades económicas, según las
necesidades o demandas locales. Considerar, por ejemplo, que cerca de un terminal de transporte
puedan ubicarse comercios y talleres de venta y reparación de productos e insumos propios de
esta actividad. Igualmente, prever la localización de servicios de alojamiento y hospedaje para
usuarios y transportistas, por ejemplo. Políticas similares pueden establecerse en el caso del
Estadio Metropolitano, por ejemplo. O en el caso de un Centro de Educación Superior.
5. Mención especial debe hacerse respecto a las actividades turísticas y recreacionales, en las
localizaciones previstas. Estas constituyen oportunidades de creación de fuentes de empleo local
en viviendas productivas. Hay que cuidar el caso de viviendas productivas dedicadas a pequeña
manufactura o prestación de servicios, que el consumo de electricidad, agua, etc., no deteriore el
abastecimiento residencial de esos servicios.
Continuará…
4. Repercusiones a considerar sobre el uso del espacio urbano y el impacto de las actividades
económicas.
6. i
Zanoni W et al (2004) BUHONEROS EN CARACAS. Consideraciones para una agenda de políticas públicas en el Municipio
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7. i
Zanoni W et al (2004) BUHONEROS EN CARACAS. Consideraciones para una agenda de políticas públicas en el Municipio
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