2. VIDAAntonio Machado nació a las cuatro y media
de la madrugada del 26 de julio de 1875, en
una de las viviendas del alquiler del llamado
Palacio de las Dueñas en Sevilla. Fue el
segundo varón que dio a luz su madre, Ana
Ruíz, de una descendencia de ocho en total.
Once meses antes había nacido Manuel, el
primogénito, compañero de muchos pasajes
de la vida de Antonio, y con el tiempo
también poeta y dramaturgo. La familia de la madre
de Machado tenía una confitería en el barrio
de Triana, el padre, Antonio Machado
Álvarez, era abogado, periodista
e investigador del folklore, trabajó
por el que llegaría a ser
reconocido internacionalmente
con el seudónimo de ''Demófilo''.
En 1883, el abuelo Antonio, con
68 años y el apoyo de Giner
de los ríos y otros colegas
Krausistas, gana una oposición
a la cátedra de Zoografía de
articulaciones vivientes y
fósiles en la Universidad central de
Madrid.
Antonio Machado murió a las tres
y media de la tarde del 22 de febrero de 1939
VIDA
3. PoemasDe la ciudad moruna
tras las murallas viejas,
yo contemplo la tarde silenciosa,
a solas con mi sombra y con mi
pena.
El río va corriendo,
entre sombrías huertas
y grises olivares,
por los alegres campos de Baeza.
Tienen las vides pámpanos
dorados
sobre las rojas cepas.
Guadalquivir, como un alfanje roto
y disperso, reluce y espejea.
Lejos, los montes duermen
envueltos en la niebla,
niebla de otoño, maternal;
descansan
las rudas moles de su ser de piedra
en esta tibia tarde de noviembre,
tarde piadosa, cárdena y violeta.
El viento ha sacudido
los mustios olmos de la carretera,
levantando en rosados torbellinos
el polvo de la tierra.
La luna está subiendo
amoratada, jadeante y llena.
Cabalgaba por agria serranía,
una tarde, entre roca cenicienta.
El plomizo balón de la tormenta
de monte en monte rebotar se oía.
Súbito, al vivo resplandor del rayo
, se encabritó, bajo de un alto pino,
al borde de la peña, su caballo.
A dura rienda le tornó al camino.
Y hubo visto la nube desgarrada,
y, dentro, la afilada crestería
de otra sierra más tenue y levantada
-relámpago de piedra parecía-.
¿Y vio el rostro de Dios? Vio el de su amada.
Gritó: ¡Morir en esta sierra fría!
4. Lejos de tu jardín quema la tarde
inciensos de oro en purpurinas llamas,
tras el bosque de cobre y de ceniza.
En tu jardín hay dalias.
¡Mal haya tu jardín! ... Hoy me parece
la obra de un peluquero,
con esa pobre palmerilla enana,
y ese cuadro de mirtos recortados...,
y el naranjito en su tonel... El agua
de la fuente de piedra
no cesa de reír sobre la concha blanca.
Es una hermosa noche de verano.
Tienen las altas casas
abiertos los balcones
del viejo pueblo a la anchurosa plaza.
En el amplio rectángulo desierto,
bancos de piedra, evónimos y acacias
simétricos dibujan
sus negras sombras en la arena blanca.
En el cenit, la luna, y en la torre,
la esfera del reloj iluminada.
Yo en este viejo pueblo paseando
solo, como un fantasma.