Tema 8.- PROTECCION DE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN.pdf
Convivir y crecer con igualdad de oportunidades
1. Convivir y crecer con igualdad de oportunidades
Durante mucho tiempo se pensó en la mujer como un ser
inferior no tan importante como el hombre y por ello se le negó
participación política y con ello el derecho de votar. Se le
discrimino en los hogares encargándole muchas tareas que
estaba obligada a hacer, con ello se cometían acciones contrarias
a la equidad.
En forma congruente con esa inequidad generaron durante
mucho tiempo abusos por parte de los hombres de los cuales
fueron víctimas las mujeres, los medios de comunicación
presentaron a la inequidad como algo natural y permitido
sin ponerse a pensar en que mujeres y hombres somos iguales
ante la ley.
Separar a los niños y niñas en centros escolares segregados
impide abordar una enseñanza realmente coeducativa. Sin
embargo, el mero hecho de convivir juntos no implica que se
trabaje para evitar las limitaciones que se imponen a cada
género. No debemos confundir coeducación con el simple hecho
de tener escuelas donde niñas y niños están en las mismas clases
(esto sólo es educación mixta). Sin embargo, pensar que si
tratamos igual a niñas y a niños estamos haciendo coeducación
también es equivocarnos.
Existen diferencias sociales previas a la asistencia escolar de
nuestro alumnado. Si los tratamos igual no modificamos estas
diferencias sociales. Tratar igual es eternizar las diferencias.
Precisamente porque existen expectativas sociales diferentes
para chicos que para chicas hace falta una actuación
diferenciada. Obviamente, también debe haber aspectos en los
que hará falta tratarlos conjuntamente y del mismo modo. Por lo
tanto, se propone que haya un triple tipo de acción:
2. Acciones dirigida a todo el alumnado -.
Acciones dirigidas específicamente a las chicas -.
Acciones dirigidas específicamente a los chicos -.
Respeto el alumnado inmigrante debemos actuar conociendo el
patrón cultural e incluirlo a partir de sus diferencias.
Igualdad de oportunidades
"Porque vivimos y amamos como todas las personas,
queremos crecer gozando de la vida que es el don más
bello que tenemos y poder vivir nuestro amor que es capaz
de dar vida a otros.
Porque vivimos y amamos como todas las personas,
queremos rehabilitarnos para poder enfrentar la vida
poniendo en juego todas nuestras capacidades.
Porque vivimos y amamos como todas las personas,
queremos educarnos y desarrollar nuestras posibilidades y
así elegir nuestro camino en la vida.
Porque vivimos y amamos como todas las personas,
queremos trabajar para vivir y crecer y aportar bienes a la
sociedad, por eso pedimos una política que promueva la
inserción laboral.
Porque vivimos y amamos como todas las personas,
queremos transitar por las veredas de nuestro barrio, usar
el transporte público, ingresar a todos los lugares, realizar
nuestros trámites y participar de las actividades
organizadas para todos.
Porque vivimos y amamos como todas las personas,
queremos participar de la planificación de todo aquello que
se refiera a nosotros y también de la sociedad en general
porque somos miembros de ella.
Porque vivimos y amamos como todas las personas,
deseamos que no se nos mire con piedad, como si
3. fuéramos unas pobres personas, sin valor y merecedoras
de lástima. Simplemente tenemos una discapacidad.
Porque vivimos y amamos como todas las personas,
exigimos ser aceptados como somos y no como los demás
esperan que seamos y entonces no ser discriminados por
no hablar, oír, ver, caminar, o pensar como la mayoría de
la gente.
Porque vivimos y amamos como todas las personas,
queremos cumplir con nuestro deber de ciudadanos:
aportar al bien común, trabajar para hacer crecer nuestro
país y nuestra familia, participar de la vida pública.
Solamente exigimos que se nos dé una oportunidad.
Porque vivimos y amamos como todas las personas,
queremos ser escuchados y que nuestras necesidades sean
tenidas en cuenta por quienes viven con nosotros y por
quienes nos gobiernan."
Este texto es el mensaje que fue leído por personas con
discapacidad en la 7° Caminata "Juntos Podemos " en
noviembre de 2002, organizada por B´nai B´rith Argentina,
la Secretaría de Discapacidad de la Asociación Mutual
Israelita Argentina y la Comisión para las personas con
discapacidad de la Arquidiócesis de Buenos Aires.
A partir de este mensaje quisiera compartir con ustedes
una reflexión acerca de la realidad de las personas con
discapacidad en nuestra sociedad.
La persona con discapacidad tiene el derecho a nacer,
crecer y vivir integrada a todos los ambientes de la
sociedad en igualdad de oportunidades.
Es cierto que con respecto a tiempos pasados, ha habido
un cambio en la sociedad en cuanto a la persona con
discapacidad y a su problemática, pero hoy seguimos
hablando y preocupándonos de su integración; y esto es
porque aún se vive una realidad de exclusión.
4. La realidad total de la persona con discapacidad es
desconocida por gran parte nuestra sociedad, la imagen
que tienen de ella es pobre y hasta a veces negativa
porque está centrada en su deficiencia, en su discapacidad.
Cuando pensamos en estas personas viene a nuestra mente
la imagen de alguien dependiente, que sólo recibe y es
digno de lástima por su situación; nos cuesta pensarlas
como alguien capaz de dar, de aportar para la construcción
del mundo y transmitir la vida.
Muchas personas con discapacidad promueven cambios
en su realidad, otras guardan de sí una imagen limitada. Un
gran sector de ellas no logran acceder generalmente a un
nivel de vida que les permita conocer sus derechos y
posibilidades por falta de educación; esto las lleva a vivir
situaciones de ignorancia, de desinformación; a vivir
encerradas en sí mismas.
Esto refleja la exclusión de la vida social que viven las
personas con discapacidad. Esta exclusión está relacionada
con la valoración negativa o empobrecida que se tiene de
estas personas, y que no se espera que puedan aportar
algo a la sociedad. Sin duda esto expresa el olvido de la
dignidad de la persona como valor más importante de toda
sociedad.
La exclusión es expulsión, es dejarlas afuera de la vida
común, de sus estructuras, de los beneficios (trabajo,
salud, atención integral, educación, etc.), de una vida
digna, de ser representadas. Ante los excluidos, la vida
pasa por delante, ellos está al borde del camino o afuera de
la fiesta que es la vida. Queda atrapado en su condición
social y podemos agregar, en su discapacidad.
Esta situación de exclusión necesita de una salida;
necesita encontrar un camino que lleve a la integración,
porque el mundo es de todos.
Cada vez se hace más necesario que nuestra sociedad
abra sus ojos, sus oídos, su corazón a las personas con
discapacidad y a su problemática, para poder librarse del
modelo de "superhombre", que no es humano.
5. Es necesario tomar en serio que las personas con
discapacidad merecen nacer como todas las personas, que
deben transitar los mismos paseos, que deben poder
educarse según sus capacidades, que pueden aportar desde
sí y con su trabajo a la construcción de este mundo, que
también ellas son trasmisoras de vida, que también ellas
tienen ganas de vivir y desean cumplir con sus metas.
Lo dicho anteriormente nos habla de la "igualdad de
oportunidades", es decir: la exigencia de disponer de todo
aquello que permita a la persona con discapacidad una
plena participación teniendo en cuenta su propia necesidad.
Esto es reconocido en las Normas Uniformes sobre la
Igualdad de Oportunidades para las Personas con
discapacidad de las Naciones Unidas en el número 25: "El
principio de igualdad de derechos significa que las
necesidades de cada persona tienen igual importancia, que
esas necesidades deben construir la base de la planificación
de las sociedades y que todos los recursos han de
emplearse de manera de garantizar que todas las personas
tengan las mismas oportunidades de participación".
Todo esto pide una presencia activa de las personas con
discapacidad que haga descubrir su verdadera riqueza y
que mueva a un cambio en la conciencia de las personas y
de la sociedad toda, para que no sean tenidas como seres
inútiles o una carga para los demás.
Es necesario un cambio en el entorno social para que se
pueda dar la "igualdad de oportunidades"; pero ¿qué
implica ese cambio?
Un modelo de persona que no sea un
"superhombre", el autosuficiente, capaz de todo,
sino que tenga presente la dimensión de
debilidad, de vulnerabilidad de todo ser humano.
Descubrir al hombre como un ser dependiente y necesitado
del otro; limitado y frágil. Sin el otro es imposible construir
nuestra propia identidad.
6. Valoración de la sabiduría de toda persona.
Valorar la sabiduría de los que experimentan el límite, el
dolor, la enfermedad; de los que pueden transmitir una
experiencia humana casi incomunicable, que revive aquello
que suele afectar a la mayoría de los hombres y que
dejamos de lado porque duele.
Ampliar la concepción de desarrollo
No apunta a un crecimiento económico cuantitativo y
técnico. El progreso de una sociedad no se mide por la
cantidad y la variedad de bienes producidos y consumidos
sino también y fundamentalmente por la forma y la verdad
de las relaciones humanas, el grado de participación y la
responsabilidad de las personas.
Para iluminar esto, el Mensaje de la Santa Sede con motivo
del Año Internacional de las personas con discapacidad nos
dice: "La calidad de una sociedad y de una civilización se
mide por el respeto que se manifiesta hacia los más débiles
de sus miembros…"; y más adelante continua diciendo: "…
la persona minorada es uno de nosotros, partícipe de
nuestra humanidad. Reconociendo y promoviendo su
dignidad y sus derechos, reconocemos y promovemos
nuestros derechos y nuestra dignidad."
Valoración de la vida de cada persona como el
valor esencial sin el que todo lo demás se
debilita
No es posible construir el bien común sin reconocer y
tutelar el derecho a la vida, sobre la que se fundamentan y
desarrollan todos los demás derechos inalienables del ser
humano.
Sólo el respeto a la vida puede fundamentar y garantizar
los bienes más preciosos y necesarios.
Replanteo de las actitudes que se tienen hacia
las personas que viven en situaciones de vida
fuera de lo "común".
7. Este replanteo implica crecer en el respeto a cada individuo
en su propia condición y lograr una valoración positiva
hacia las personas con discapacidad, donde se tengan en
cuenta sus capacidades y no se lo deje encerrado en sus
deficiencias.
Promover un cierto movimiento inclusivo que
promueva la integración y participación de todas
las personas en especial aquellas que
experimentan dificultad para acceder a la
información o a los ámbitos de participación
comunitaria o para comunicarse.
A la persona con discapacidad se la instará que no se
reduzca a ser solamente un sujeto de derechos, habituado
a gozar de cuidados y de la solidaridad de los demás, en
una actitud de mera pasividad; sino a que adquiera
conciencia de su dignidad, de sus valores y se de cuenta de
lo que se espera de ella, que ella también puede y debe
contribuir al progreso y al bien de su familia y de la
comunidad. Reconocerse como persona con condiciones de
asumir responsabilidades y capaz de querer y colaborar.
Crear posibilidades de accesibilidad para todas
las personas
Esto expresa que se desea la participación de todas las
personas ya que se tienen en cuenta las necesidades de
todos para que puedan estar presentes. Así la organización
de una sociedad se lleva adelante basándose en las
necesidades de todos y no solamente de algunos. La
persona con discapacidad es un sujeto con todos sus
derechos por eso se le debe facilitar su participación en la
vida de la sociedad. Reconocer estos derechos y el deber de
solidaridad humana, constituyen el empeño y la tarea a
realizar con la creación de condiciones y estructuras
psicológicas, sociales, familiares, educativas y legislativas
idóneas para acoger y desarrollar integralmente a la
persona con discapacidad.
Real compromiso con esta tarea de los medios de
comunicación social, de las diversas
8. instituciones que entran en contacto con las
personas (Clubes, Escuela, Iglesia, etc.) ya que las
mismas son formadoras de conciencia y promotoras
de integración.
Este escrito intentó reflejar la realidad que viven las
personas con discapacidad y quiere llevarnos a reflexionar
sobre nuestra responsabilidad y el compromiso que
tenemos como sociedad. Cada uno desde su lugar, las
personas con discapacidad y sus familias; los políticos y los
responsables ejecutivos en tanto promuevan y reglamenten
leyes que respondan a las necesidades que se plantean; los
medios de comunicación social por su influencia actual
tienen una responsabilidad muy especial en esta tarea; la
familia trasmitiendo los valores fundamentales que van
llevando a un cambio en las actitudes sociales en la
apertura a la diversidad que tiene las personas y la escuela
dando al sujeto las herramientas para construir su
desarrollo y participar junto a los otros en el desarrollo.
Porque lograr la integración de las personas con
discapacidad y lograr una igualdad de oportunidades es una
cuestión y una tarea de todos nosotros.
https://www.google.com.mx/PDF.convivirycrecer
con igualdad de oportunidades.com