Roma se ubicó en la península itálica, limitada por los Alpes, el mar Tirreno, el mar Adriático y el Mediterráneo. Pasó de monarquía a república, expandiéndose territorialmente a través de las guerras púnicas. La república entró en crisis debido a las luchas entre patricios y plebeyos por el poder y la tierra, dando paso al imperio bajo el poder de emperadores como Julio César y Augusto.