1. ¿A tragar sapos nos llaman?
Medellín, marzo 6 de 2013.
Apreciado amigo Luis Fernando:
Te agradezco me hayas participado de tus impresiones formadas en la
conferencia: Contexto histórico de las conversaciones en La Habana, dictada
en el Auditorio de la Memoria de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín, el
pasado 28 de febrero, por el historiador de la Universidad Nacional Marcos
Palacio Rozo, y como moderador al Ex magistrado Carlos Gaviria Díaz.
De haber sabido de esa conferencia muy seguramente habría estado allí
planteando algunas de las dudas que me asaltan sobre este proceso, pues de
la paz con las guerrillas marxistas del país, me he ocupado en algunas
columnas que he tenido la oportunidad de escribir en algunos medios de
opinión.
Deduzco de tus notas que en la conferencia no se tocó el origen de las FARC
en el marco de la Guerra Fría, que es por donde creo se debe empezar a
comprender cualquier procesos de negociación con ese grupo guerrillero
marxista.
Como es bien sabido, las FARC nacieron de una guerrilla del Partido Liberal
integrada por campesinos cuando la violencia política de mediados del siglo
pasado en Colombia, que fue captada por el Partido Comunista Colombiano
para utilizarla como vehículo revolucionario con el único fin de instaurar en
Colombia el modelo de gobierno marxista totalitario, propio de la época de la
Guerra Fría.
Por eso considero que el Gobierno Santos comete un grave error político al
reconocerle a las FARC un liderazgo agrario, siendo todavía más absurdo el
caso si sabido es que fue el gobierno el que salió a afirmar por estos días en
el Caguan que las FARC se han apoderado de más de 500.000 hectáreas de
tierra campesina en el sur del país.
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2. ¿Cuál es entonces la autoridad moral que tiene las FARC para negociar con el
Gobierno la solución del problema de tierras en Colombia?
Con ese mismo rasero utilizado para sentarse con las FARC en la Habana para
trazar una política de tierras debió también invitar a los otros despojadores
señalados por las FARC con tanta vehemencia. ¿La política de tierras de un
país trazada por sus usurpadores?
¿Por qué a las FARC, fósil de la Guerra Fría, se le da en la Habana un
protagonismo político que no tiene ni se ha ganado nunca?
Otro punto a considerar es que el conflicto armado colombiano es
totalmente anacrónico mirado dentro del contexto de los conflictos internos
que hoy se manejan en el mundo, y por eso creo que no es pertinente
tampoco tomar como ejemplo de solución lo que otros países hicieron para
superar los suyos, con otras causas y propósitos muy distintos al nuestro.
Eso de que la paz con las FARC debe alcanzarse a cualquier precio como lo
insinúas en tus notas cuando dices que: “Sacrificar la justicia en bien de la
paz es justificable”, citando como complemento el artículo 22 de la
Constitución Política de Colombia, me motiva la siguiente consideración.
Sabido es que nuestro sistema de justicia no es un crisol de transparencia,
eficiencia y equidad, pero no por eso creo se deba entrar a saco roto en ella
para alcanzar la paz.
¿O será por eso mismo que un atropello más que se cometa para alcanzar la
paz no tiene importancia alguna? ¿El fin justificando los medios?
No soy nadie para hacer una interpretación del alcance constitucional del
artículo 22 de la Carta Política. Pero sí es un hecho incontrovertible que
desde distintos puntos de opinión se está presionando para crear un
ambiente de impunidad legal, que propicie generar una serie de gabelas para
favorecer política y judicialmente a las FARC.
¿A eso fue a la Habana la comisión del Congreso que acaba de de regresar?
¿Perdón y olvido para no castigar a los responsables de las masacres
cometidas por las FARC en cincuenta años de accionar terrorista?
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3. ¿Más decretos de amnistías para sumar a los 65 que en la historia
republicana de Colombia se han emitido para no castigar a quienes se alzaron
en armas contra el Estado de derecho, creyendo que así se alcanzaba una paz
duradera que la historia no corrobora?
En este momento es noticia internacional el caso judicial llamado “Operación
Cóndor”, reabierto en Argentina para castigar a todos los comprometidos en
los crímenes de lesa humanidad cometidos por los gobiernos de derecha
contra los movimientos de izquierda que se enfrentaron a las dictaduras
militares del cono sur del continente.
¿Por qué entonces los colombianos si tenemos que amparar a las FARC con
una política de perdón y olvido por todos sus crímenes cometidos en su
fallido propósito de de imponernos un gobierno totalitario de corte
estalinista?
¿Los crímenes de lesa humanidad cometidos por las FARC son de mejor
familia comparados con los cometidos por los paramilitares de derecha que
los combatieron?
El problema no está en la paz sino en el medio que se va a utilizar para
alcanzarla. Por eso la paz a cualquier precio con las FARC me parece un
costoso y horroroso disparate.
Es falso que la guerrilla de Las FARC haya tenido como objetivo fundamental
imponer una reforma agraria como quiere hacer creer en la Habana con la
mirada complaciente del gobierno Santos, porque lo que ella siempre ha
buscado es imponer un sistema de gobierno totalitario tipo Cuba.
¿Qué es entonces lo que debemos los colombianos entregar a las FARC a
cambio de que nos devuelva la paz que nos robó persiguiendo ese objetivo
político?
Creo que nada.
Mi apreciado y admirado Luis Fernando: por la coyuntura del momento con
la muerte del Comandante Chávez, garante de las conversaciones de paz en
la Habana, y del mal gobierno del Presidente Santos, que parce estar
dispuesto a entregar lo que en estricto sentido de historia y justicia no
debiera ser permitido, veo venir, para alcanzar la paz, una cantidad de sapos
3
4. que nos quieren hacer tragar a los colombianos, y que de brinco en brinco,
salven también el mandato del presidente Santos.
Cordialmente
Horacio Puerta Cálad.
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Familia y amigos:
Anoche estuve en la conferencia Contexto histórico de las
conversaciones en La Habana dictada por Marco Palacios, historiador y
ex rector de la Universidad Nacional de Colombia. El moderador del foro fue
el ex magistrado Carlos Gaviria. Comparto con ustedes la versión libre que
hice de mis notas de la conferencia.
Quiero destacar algunas cosas importantes:
El tono optimista del conferencista.
La buena asistencia. Había unas 200 personas en el auditorio.
La presencia y la participación de mucha gente joven, principalmente
profesores y estudiantes universitarios.
La buena participación con preguntas y comentarios de los asistentes. Me dio
la sensación de que el asunto de las conversaciones en La Habana está siendo
seguido con seriedad por los intelectuales.
El ambiente de respeto mutuo. En las preguntas y comentarios al final de la
conferencia observé que hubo gente que no estuvo de acuerdo con el
conferencista pero hubo mucho respeto de lado y lado en los planteamientos.
Fue una experiencia motivadora y esperanzadora. Aparentemente, Colombia
avanza en la cultura política en cuanto a análisis, racionalismo y convivencia.
Luis Fernando Múnera López
Celular 3006034114
Correo Electrónico lfmunera1@une.net.co
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5. Contexto histórico de las conversaciones en La Habana
Conferencista: Marco Palacios Rozo. Historiador, ex rector de la Universidad de
Colombia
Moderador del foro: Carlos Gaviria Díaz, ex magistrado.
Lugar: Auditorio de la memoria. Biblioteca Pública Piloto, Medellín
Fecha: 28 de febrero de 2013
(Este texto es una versión libre de las notas personales tomadas en la conferencia
por Luis Fernando Múnera L.)
La duración del conflicto armado de Colombia demuestra falta de uso de razón, al
menos de la razón política del país.
Las voces que se oyen sobre el proceso de paz son en general pesimistas.
Yo soy optimista y este optimismo lo baso en razones intelectuales y morales.
Las razones morales son, obviamente, la necesidad de terminar este conflicto, con
todas sus consecuencias.
Las razones intelectuales son los hechos objetivos que observo. Los principales
hechos objetivos que veo a favor del éxito del proceso de paz son las siguientes.
Hay seriedad en las dos partes, gobierno y guerrilla
Los actores externos e internos que podrían descarrilar el proceso no están
interesados en dañarlo sino en que termine bien.
Los seis puntos de la agenda de negociación son viables.
Veámoslo en detalle.
1. La seriedad de las dos partes
Se demuestra en que antes de anunciar en agosto de 2012 oficialmente el inicio
del proceso, ya llevaban mucho tiempo en conversaciones secretas que fueron
duras. Esta fue la prueba de fuego.
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6. Las FARC muestran seriedad porque dicen estar dispuestas a dejar las armas,
que son su razón de ser. Esto nunca habían declarado en sus cincuenta años de
existencia.
El país ha aprendido mucho de los errores y aciertos de los procesos previos de
negociación. De cierta forma, empezando con las negociaciones del gobierno de
Turbay Ayala con los secuestradores de la embajada de República Dominicana,
de las cuales salió la primera aprobación de una amnistía.
2. No hay fuerza, interna o externa, capaz de descarrilar el proceso.
Los Estados Unidos apoyan el proceso. Los fracasos que tuvieron en Iraq y
Afganistán les mostraron que el camino no es la fuerza. Quedan superados los
tiempos de Ronald Reagan y de los dos Bush.
Los empresarios y los militares colombianos también apoyan. Los primeros porque
les conviene. Los segundos por disciplina militar, que en Colombia es fuerte.
Venezuela también apoya. Primero porque le interesa tener buenas relaciones con
Colombia para disminuir la presión de EEUUA y segundo porque su discurso es a
favor de la democracia y no de la guerra.
El escenario de La Habana para la negociación es favorable. Fidel Castro ya ha
dicho que en América Latina el camino no es la lucha armada, sino la elección
democrática como ocurrió en Venezuela, Ecuador y Bolivia.
Es favorable que Noruega actúe como facilitador, porque tiene experiencia y
conocimiento en estos procesos.
Chile es otro aliado del proceso y es importante porque representa la derecha
institucional.
El único enemigo del proceso es Álvaro Uribe. Pero está solo y hoy no tiene la
fuerza efectiva para impedir el proceso. Además tomó la decisión de enfrentar el
proceso en lugar de buscar dividendos políticos, lo cual pudo haber hecho
diciendo que fue él quien debilitó las FARC y así facilitó el proceso.
El fracaso del proceso del Caguán no es referencia válida para el proceso de La
Habana, porque en aquél ocurrieron presiones políticas y militares, que se
combinaron con la estupidez de las FARC, hechos que hoy no se están dando.
3. Los seis puntos de la agenda de paz son viables.
Para Santos no fue fácil lanzarse al proceso de paz. Lo han visto como una
traición a Uribe, su mentor inicial. Tiene un costo político. Pero se la jugó con una
herramienta novedosa y fue negociar en medio de la guerra, sin exigir alto al
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7. fuego, cosa que hubiera sido difícil de pactar y de que se cumpliera. Esto le facilitó
“vender” la idea del proceso.
Las FARC no están destruidas pero sí están acotadas en el territorio y están
relativamente controladas. Además, no se ven fracturas grandes a su interior,
ningún grupo de las FARC se ha declarado contra el proceso.
Las FARC tienen como puntos principales la tierra, punto que han formulado
desde Marquetalia y en el que no cederán. Por lo demás, no son maximalistas y
se transarán por tener cuota de poder político.
Los problemas reales del proceso son otros, como los que enuncio a continuación:
Cuál será el alcance de perdón y olvido. Cómo se manejará la imagen de
impunidad para los delitos.
El perdón y olvido deberá extenderse también al ejército, referidos a los
excesos cometidos por éste.
Está por definirse cuál será el tipo y el alcance de la participación política
que recibirán las FARC. ¿Tendrán favorabilidad?
Se requerirán cambios en la constitución.
Hay que reformar la Constitución Política e incluso algunos convenios
internacionales.
Una constituyente no es viable y un referendo es difícil.
La CPC en sus artículos 374 a 380 establece un procedimiento que podría ser
viable, si las FARC lo aceptan. Concretamente el artículo 376 limita y condiciona la
composición, el tiempo y la competencia.
(Aquí termina la charla y da paso a las preguntas).
Pregunta: ¿Cómo pueden influir contra el proceso los sectores disidentes de las
FARC, los militaristas de las fuerzas armadas del Estado y la experiencia del
exterminio de la Unión Patriótica?
Respuesta. No hay evidencia de ello, al menos no se ve. La presencia del general
Mora en el grupo de negociadores de La Habana tranquiliza. Además se observa
lealtad y tranquilidad en las FFAA. Con las FARC puede que no haya tanta
certeza, pero tampoco se observan grupos disidentes que se hayan opuesto al
proceso. Lo de la UP sí es un asunto pendiente por resolver, cómo darles
protección.
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8. P. El movimiento social puede ser un actor que entorpezca. Puede exigir cosas
como el cese al fuego.
R. No habrá cese al fuego. En lo demás es su opinión contra mi opinión. Para mí
la posible oposición del movimiento social podrá verse después de la firma del
acuerdo, no antes.
P. Paz va a haber, se va a firmar. Pero ¿cómo garantizar que sea duradera? En
particular, por ejemplo, si Álvaro Uribe regresa a la presidencia?
R. Las FARC están distintas hoy en relación con el tiempo del Caguán. Pero no
están acabadas. La implantación del Frente Nacional también fue muy difícil,
concretamente, durante sus dos primeros años ocurrió la mayor tasa de
homicidios violentos. Es posible que esas dificultades también se presenten en
este proceso.
P. La restricción a la constituyente que mencionó Marco Palacio ¿puede ser firme?
Respuesta de Marco Palacio. Sí será firme.
Respuesta de Carlos Gaviria. No necesariamente, pues como ocurrió en 1991 la
constituyente puede extenderse a todos los temas que quiera. En cambio el
referendo sería más controlable.
Consideración final: Sacrificar la justicia en bien de la paz es justificable. La
constitución política de Colombia lo establece en su artículo 22, que le da mucha
importancia a la paz. Los hechos rebasan el derecho. Hay que encontrar el
balance justo entre la justicia y la paz.
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