2. • Los estigmas (del latín stigma, y este a su vez del
griego στίγμα) son señales o marcas que
aparecen en el cuerpo de algunas personas, casi
siempre devotas cristianas. Estas heridas son
similares a las heridas infligidas sobre Jesús
durante su crucifixión según la iconografía
cristiana tradicional; así, muchos estigmatizados
suelen tener marcas en las palmas de las manos,
y no en el antebrazo, punto donde se clavaban los
clavos a los crucificados.
3. • Las diversas confesiones cristianas consideran
que pueden ser de origen sobrenatural, bien
un don de Dios o una intervención diabólica, o
causadas por el mismo sujeto que las porta, ya
sea intencionalmente o por razones de origen
psicosomático (la persona en cuestión es tan
religiosa que su cuerpo espontáneamente
desarrolla heridas parecidas a los
estigmas, como reacción a sus procesos
mentales).
4. • La Iglesia Católica, cuando los considera
auténticos y don divino, afirma que son
participación de los sufrimientos de Cristo.
Reconoce unos doscientos cincuenta casos de
santos y beatos que han portado estigmas;
estos pueden ser visibles o no, sangrientos o
no, permanentes o no. Los estigmas
invisibles, según la Iglesia Católica, pueden
producir tanto dolor como los visibles.
5. • El tipo de heridas refleja su correspondencia
con la Pasión de Jesús a través de las
siguientes señales:
6. • Heridas en manos o muñecas, semejantes a
las causadas por estacas
7. • Heridas en los pies, semejantes a las causadas
por estacas
8. • Heridas en la cabeza, semejantes a las
provocadas por la corona de espinas
9. • Heridas en la espalda, semejantes a las de
látigo en la Flagelación
10. • Herida en un costado, semejantes a las
causadas por lanzas.
11. Casos de estigmatizaciones
• A lo largo de la historia se han documentado
muchos casos de personas que -sin causa
aparente- padecieron estigmas, es
decir, heridas estimadas semejantes a las que
habría sufrido Jesús de Nazaret durante su
pasión.
12. • Aunque suele considerarse a San Francisco de
Asís (c. 1181-1226) como el primer
estigmatizado, en realidad el primer caso en la
historia sería el de la Beata María de Oignies (c.
1177-1213), beguina, caso que por ser poco
conocido pasó prácticamente inadvertido.
También destacan otros estigmatizados como
Santa Catalina de Siena, la Venerable alemana
Teresa Neumann, la laica pasionista Santa Gema
Galgani y el Santo capuchino Pío de Pietrelcina.
13. • Existen hechos referidos a las llamadas
"estigmatizaciones verdaderas" para los cuales
no se encontró una explicación científica:
• Mientras que las heridas comunes cicatrizan
en personas sin problemas de coagulación de
su sangre, las ciencias médicas no logran la
curación de los estigmas mediante
tratamiento alguno.
14. • A diferencia de las heridas naturales de cierta
duración, las de los estigmatizados no emiten
olores fétidos. Hubo una sola excepción conocida:
la de Santa Rita de Casia (1381-1457), quien
habría recibido en su frente una herida causada
por una espina arrancada de la corona de Jesús
crucificado. Aunque su olor era repulsivo, la
herida nunca supuró ni causó ninguna alteración
mórbida de los tejidos. En cambio, al morir, el
cadáver de Santa Rita emitía una intensa
fragancia dulce.
15. • A veces las heridas emitían aromas exquisitos,
como en los casos de Juana de la Cruz, priora
franciscana del convento de Toledo, y la Beata
Lucía Brocadelli de Narni (1476–1544) una
mística católica italiana, beatificada en 1710.