España ha experimentado un fuerte crecimiento económico entre 1960 y 2010, recuperando el terreno perdido desde la revolución industrial. Este crecimiento se produjo en cinco etapas, con fluctuaciones similares a otros países europeos. Las transformaciones estructurales clave incluyeron la transición de una economía agrícola a una industrial y de servicios, la apertura al comercio internacional, el aumento de los recursos públicos y una mayor equidad en la distribución de la renta.
Crecimiento económico de España 1960-2010: transformaciones estructurales clave
1. Alberto Herrero Martín
España: 1960-2010. Principales rasgos de
crecimiento económico español y
transformaciones estructurales
Para estudiar este periodo de 50 años hay que retroceder a los siglos XIX y XX y analizar
las principales características del crecimiento económico europeo. En estos dos siglos el
crecimiento vino marcado por un proceso de industrialización que no se dio al mismo tiempo
en todo el continente. Y es que España se ha caracterizado por hacer las cosas tarde y rápido.
Así, se puede explicar como entre 1960 y 2010 ha crecido más que las naciones europeas más
maduras, recuperando el terreno perdido desde la revolución industrial. Consecuencia de este
crecimiento económico, las instituciones han ido sufriendo un continuo proceso de
adaptación.
A corto plazo podemos observar cinco etapas de fluctuaciones, semejantes a las sufridas
por los países de Europa Occidental.
Una primera etapa que alcanza el decenio de 1960 y la primera parte de los años 70 con
un crecimiento industrial acelerado. El proceso de desagrarización, la apertura al comercio
exterior y a la inversión extranjera, unidos al ya mencionado retraso industrial del país hicieron
que se creciera por encima de la media europea.
La segunda etapa comprendida entre 1975 y 1984 estuvo marcada por la crisis
económica. La fuerte subida del precio del petróleo y la fuerte dependencia de España a esta
materia prima, sumada al clima de incertidumbre generado por un proceso de transición
creado tras la dictadura Franquista, llevaron al país hasta la recesión.
La tercera etapa de 1985 a 1995 fue la década de la incorporación de España a la Unión
Europea. Desde entonces, el perfil evolutivo del PIB per cápita se hizo muy semejante al de los
países comunitarios.
La cuarta etapa de 1995 a 2007 se caracterizó por un apreciable ritmo de crecimiento
acompañado de estabilidad macroeconómica. A dicha estabilidad, contribuyo en gran parte la
entrada del euro como moneda única europea.
La quinta y última etapa comenzó en 2008. Etapa de profunda crisis consecuencia de los
desequilibrios creados en la etapa anterior.
Un rasgo característico de todas las etapas analizadas, es el carácter más marcado de las
fluctuaciones. En las etapas de contracción económica las fluctuaciones a la baja han sido más
intensas. En el decenio de 1970 la crisis del petróleo, más tarde la crisis de 1993 y para
terminar la crisis actual que está siendo más profunda y de la que se está saliendo más tarde.
En los procesos de expansión ha ocurrido lo mismo. Han sido más pronunciados gracias al
proceso de homogenización política y económica que se ha llevado a cabo. La apertura al
2. Alberto Herrero Martín
exterior, el fin de la autarquía y el tardío ingreso a la UE llevaron a España a picos de
crecimiento más elevados que la media.
A largo plazo el crecimiento de la renta per cápita no es posible si no se dan ciertas
transformaciones estructurales. Para ello durante los últimos 50 años, España ha evolucionado
en cuatro aspectos básicos.
En primer lugar la estructura productiva ha evolucionado a favor primero de la industria, y
más tarde del sector servicios. Todo ello en detrimento de la agricultura, con el ya mencionado
proceso de desagrarización, que pasó de emplear al 40% en 1960 a 4% del 2010. En estas
nuevas actividades intensivas en capital se consiguió aumentar la productividad que a largo
plazo es el factor clave de crecimiento.
El segundo factor clave ha sido la apertura comercial al exterior. La mayor competencia
que ello provoca, ha llevado al país a la especialización y la obtención de economías de escala.
Este factor es más determinante en países pequeños o sin capacidad de autoabastecimiento
donde la posibilidad de ser competitivos se reduce.
Los recursos públicos son otro factor importante que ha ido evolucionando. El aumento
de estos recursos ha mejorado la distribución de la renta, aunque también ha sido causa de la
ralentización del crecimiento, ya que desincentiva la inversión a favor del consumo.
El cuarto y último factor ha sido la mayor equidad en la distribución de la renta. Con ella
se ha logrado un crecimiento sostenido, la vertebración social y la estabilidad institucional. Y es
que, España no es más que el reflejo de la evolución típica de un proceso industrialización
donde primero se crece en base al aumento de productividad y posteriormente se intenta
mejorar el bienestar de la sociedad a través de mayores rentas que activen el consumo y la
producción.
Como datos relevantes destacan el aumento del porcentaje del PIB destinado a trabajo y
capital o la mejora del coeficiente de variación de la renta per cápita entre regiones provocada
por la concentración de la producción.