El documento discute cómo la publicidad utiliza imágenes sexuales para vender productos al apelar a los deseos y fantasías de los consumidores. Describe estudios de cerebros que muestran cómo las personas están más dispuestas a gastar dinero después de ver fotografías atractivas. También analiza los perfiles psicológicos típicos de hombres y cómo las estrategias de marketing se están adaptando a que los consumidores masculinos adoptan comportamientos tradicionalmente asociados con las mujeres.