2. Seguramente has atravesado situaciones duras e
inexplicables en las que tus lagrimas brotaban de dolor y
desconcierto . Pero hay alguien que puede darte el
consuelo que necesitas .
3. Es la misma persona que se preocupó por las lágrimas de
la mujer de esta historia:
Poco después Jesús , en compañía de sus discípulos y
de una gran multitud, se dirigió a su pueblo llamado
Naín.
Cuando ya se acercaba a las puertas del pueblo, vio que
sacaban de allí a un muerto, hijo de madre viuda. La
acompañaba un grupo grande de población.
Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo:
-No llores.
Entonces se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban
se detuvieron, y Jesús dijo:
-Joven, ¡te ordeno que te levantes!
El muerto se incorporó y comenzó a hablar, y Jesús se lo
entrego a su madre .
Todos se llenaron d temor y alababan a Dios.
-Ha surgido entre nosotros un gran profeta –decían-.Dios
ha venido en ayuda a su pueblo.
Así que esta noticia acerca de Jesús se divulgo por toda
Judea y por todas las regiones vecinas.
4. Jesús siempre esta
cerca para
comprender
nuestra tristeza, y
sin juzgarnos, ni
siquiera
sermonearnos,
recogerá nuestra
lagrimas y nos
cobijara en sus
brazos. Porque en
su brazo te
sentirás segura.
5. Hay solo dos resultados obtenidos al finalizar un desafio: el éxito o el
fracaso. La marcada diferencia entre uno y otro es parte del
resultado de haber aprendido a escuchar a otros:
Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en practica es
como un hombre prudente que construyo su casa sobre la roca.
Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron
aquella casa; con todo, la casa no se derrumbo porque estaba
cimentada sobre la roca.
Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en practica es
como un hombre insensato que construyo su casa sobre la arena.
Cayeron las lluvias, crecieron los rios , y soplaron los vientos y
azotaron aquella casa, y esta se derrumbo, y grande fue su ruina.
Escuchar y obedecer a Dios te ayudara a edificar una vida de
verdadero éxito.
6. Lo que importa es cuanto amor
ponemos en el trabajo que realizamos.
El requisito del éxito es la prontitud en las
decisiones. Lo que importa es cuanto amor
ponemos en el trabajo que realizamos.
El mando de muchos no es bueno; basta un
solo jefe.