2. A lo largo del siglo XVIII encontramos una
evolución de la vestimenta que viene
marcada por los acontecimientos
históricos.
Estilo Rococó
hasta la Revolución Francesa
Estilo Neoclásico
tras la Revolución Francesa
3.
4. A principios de siglo aparecieron el ‘vestido
volante’, robe volante (compuesto por un
corpiño con grandes pliegues en la espalda
ajustados por el corsé) y el ‘vestido a la
francesa’, conocido como robe à la
française, que fue el traje de etiqueta en la
corte francesa hasta la revolución de 1789
5. Los elementos básicos de este
atuendo fueron un vestido con
falda y sobrefalda y un peto
triangular que cubría el pecho
y el estómago bajo la abertura
frontal del vestido.
Eran prendas que se llevaban
encima del corsé y
guardainfantes, las
estructuras encargadas de
formar las siluetas.
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12. Casaca en brocatel de seda en color
verde con decoración floral polícroma.
Larga hasta la cadera, con corte en la
cintura y pliegues en los laterales que
parten de un botón. Los faldones se
decoran con carteras de bolsillos. La
manga, tres cuartos con vuelta de forma
triangular.
El tejido corresponde por su diseño a la
época de 1730-1740. Estructuralmente
se corresponde con las casacas en uso
durante la primera mitad del siglo XVIII.
13.
14. Peto de seda verde claro en
ligamento raso. Está bordado en
seda de colores e hilo metálico
entorchado que dibuja motivos
florales, y decorado con un encaje
de puntos de España.
Para completar el conjunto se ha
realizado una réplica de la casaca.
Este tipo de petos bordados
cerraban por delante los vestidos
femeninos del siglo XVIII: jubones,
casacas y batas, éstas últimas
conocidas internacionalmente
como "robe à la française". Por la
forma y mayor tamaño que en
períodos anteriores, se puede
datar entorno a 1740-1760.
15. Bata en pekín de seda con decoración
floral. Larga y abierta por delante, nos
permite ver la falda de debajo. En la
espalda, partiendo del escote, los
pliegues planos se abren hasta el bajo
del vestido a modo de cola. Va decorada
en los perfiles delanteros con una
aplicación de bandas de tela tableada.
Este vestido, conocido
internacionalmente como “robe à la
française”, en España recibió el nombre
de bata. Se caracteriza por los pliegues
planos que parten del cuello, recorren
toda la espalda y terminan en una cola.
El tejido nos habla de un diseño que, por
la técnica y la disposición decorativa,
hace su aparición alrededor de 1760.
16. Chinelas altas, realizadas en tejido
con fondo de gros de Nápoles en
seda color marrón, brocado en
dorado y seda polícromas. Tienen
la punta estrecha y corta y el tacón
de carrete forrado en cuero, igual
que la suela. Llevan la boca
ribeteada con una cinta flecada de
seda de color salmón.
La marca de zapatero va
estampada de perfil circular con
dibujo radial. Tres marcas en la
suela de ambos zapatos.
17. Zapatos de ante color verde, decorados con
aplicación de cintas de seda en ligamento de
gros de Nápoles, dispuestas en paralelo. La
pala es alta, con forma de oreja trapezoidal,
y la puntera muy pronunciada. Se cierran con
hebilla rectangular de dos uñas, enriquecida
con cristales que imitan diamantes de talla
antigua, engastados sobre cuatro garras. El
tacón, muy alto, y la suela son de cuero y
están pespunteados en hilo de algodón color
blanco.
Los zapatos femeninos del período rococó se caracterizan por su elevado
tacón, situado en la combadura del pie para dar mayor estabilidad.
Durante el siglo XVIII no hay diferenciación en la horma entre el pie derecho
y el izquierdo
18.
Mitones cortos tejidos en seda
azul y enriquecidos con hilo
metálico plateado en las
costuras y en la decoración de
los costados. La boca del mitón
se remata con una decoración
de punto calado. La pala
muestra un brocado en lámina
de metal dorado con motivos
vegetales esquemáticos.
Rococó
19.
Guantes largos hasta el
antebrazo realizados en piel
de cabritilla y con la boca
recortada a tijera. Son de
color beige y llevan
decoración bordada en hilo
de seda con motivo floral a
modo de ramo asimétrico
ascendente.
20. Abanico tipo “esqueleto” con país doble: en el anverso
representa una escena campestre con un paisaje
acuático, mientras que en el reverso reproduce una
escena galante de tres parejas en una fuente. En las
guardas está embellecido con un medallón con una
figura femenina. El varillaje, calado, está grabado.
Tiene calvillo de remache sobre la virola de metal
dorado. Francia Estilo Luis XVI
21. Pequeña bolsa rígida con base
circular y boca fruncida
mediante cordones de seda de
color rosa con borlas. Está
realizada en tafetán de seda
color beige y con forro de
tafetán de lino color rosa. Se
decora con bordado erudito
floral simétrico en torno a una
flor de ocho pétalos, en sedas
polícromas, hilo metálico
dorado y lentejuelas.
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23. Chupa en tafetán de seda de
color azul. Los delanteros están
cortados en una pieza, cuerpo y
faldones; éstos con perfiles
rectos. Lleva cuello a la caja y
bolsillos con carteras.
La chupa fue una prenda
imprescindible en el traje "a la
francesa". Se vestía sobre la
camisa y debajo de la casaca.
Su estructura la sitúa
cronológicamente alrededor de
1760.
24.
25. La Revolución adoptó una manera de vestir como
objeto de propaganda ideológica de la nueva era.
Aquellos que todavía vestían ropas de seda
extravagante y de vivos colores eran considerados
antirrevolucionarios. De esta manera, el vestido
camisero, llamado así por su parecido con una
camisola de ropa interior, se convirtió en la moda
dominante. Su simplicidad marcaba un fuerte
contraste con los complicados vestidos rococó de
la época anterior.
26. El vestido camisa, con
cintura alta y cuerpo y falda
de una sola pieza tenían
una línea clara y tubular.
El material más utilizado
era el simple algodón.
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30.
Polonesa en seda listada de color
salmón y decoración a base de tejido
aplicado en tafetán de seda verde.
Este vestido, conocido
internacionalmente como “robe a la
polonaise”, en España se llamó
“polonesa”, y estuvo de moda durante
el reinado de Carlos III. El rasgo más
característico de este vestido fue la
falda abullonada en tres partes por
medio de un cordón deslizante. La
identidad española de esta polonesa la
dan los elementos decorativos, como
el drapeado de las hombreras que
tapan las costuras de los hombros.
31.
32. Vestido de seda amarilla labrada en dos
tonos. Largo con escote redondo se cierra
por la espalda. Mangas cortas muy
estrechas y en la bocamanga encaje de
lino a la aguja. El perímetro del escote y
bocamangas están decorados con una
cinta de seda verde tableada. La misma
cinta decora todo el delantero dispuesta
en él a modo de peto. Neoclasicismo 1780
Este vestido que, a diferencia de la bata,
estaba ceñido en la espalda siguiendo la
moda del vestido a la inglesa, en España
fue conocido como vaquero hecho a la
inglesa. Este vaquero de niña es muy
similar al que lleva Maria Teresa de Borbón
niña en el retrato que Francisco de Goya
realizó en 1784
33. Jubón en brocatel de sedas
policromas sobre fondo de faya
francesa en color beige. Entallado
al torso y con gran escote redondo
en el delantero. La espalda remata
en el borde inferior en una pequeña
cola. La manga es larga y estrecha
con forma en el codo.
Este cuerpo femenino,
comúnmente llamado en la España
del siglo XVIII jubón, también fue
conocido por el nombre de pirro,
"pirrot" en Francia. La hechura de
este jubón, con su significativa cola,
lo situa en las últimas décadas del
siglo.
34. Jubón en seda labrada de color
azul y en tafetán de seda en color
marfil. Con cuello de tirilla y
manga larga y estrecha. La
espalda remata en su borde
inferior en una cola. Va decorado
con una aplicación de cordoncillo
en seda e hilos metálicos dorados
entorchados en hilo de seda.
Rafael Mengs retrata a la
marquesa del Llano con uno
similar (Real Academia de San
Fernando, Madrid). También
Francisco de Goya, en el cartón de
"El Pelele" (Museo del Prado) nos
muestra a las mujeres vistiendo
jubones de estas características.
35.
Vestido de batista blanca,
bordado con lentejuelas
doradas y cadeneta verde de
tema floral.
Neoclasicismo. 1795-1805
Después de la Revolución
Francesa el vestido femenino
buscó inspiración en el
mundo greco-romano.
Ejemplos similares aparecen
en el "Journal des Dames et
des Modes de la época".
36. Zapatos de mujer de tacón muy
bajo, realizados en seda de color
verde en ligamento tafetán. El tacón
es de cuero, al igual que la suela. El
interior está forrado de piel, con la
talonera reforzada con cartón,
mientras que el exterior lo está con
una cinta de seda. Llevan toda la
boca ribeteada con una cinta de
algodón en tafetán, también de
color verde, con un pompón de seda
en el centro de la pala.
1795 -1800. Tras la Revolución
Francesa y el cambio de moda en la
indumentaria femenina, el tacón del
zapato de mujer pierde altura hasta
casi desaparecer. Durante el siglo
XVIII no hay diferenciación entre la
horma del pie derecho e izquierdo.
37. Zapatos escotados con dos
piezas de tafetán labrado color
beige unidas por el talón. Se
adornan con bordados en hilo de
seda lasa a partir de un trébol
de cuatro hojas que ocupa el
centro de la pala. Tacón -medio-
y suela están realizados en
cuero pasado a pespunte con
hilo de algodón de color blanco.
Zapatos de similar horma y con
punta afilada los llevan
diferentes mujeres retratadas
por Francisco de Goya, como
Tadea Arias de Enriquez, cuadro
que está en el Museo de Prado,
o la Duquesa de Alba, en la
Hispanic Society of America de
Nueva
38. Par de cierres de pulsera en forma de medallón con ventana
oval, rodeada por un festón al aire con estrás embutido. En
cada ventana se dispone una miniatura, una dama y un
hombre joven, respectivamente. En el reverso sólo se
conserva una de las asas de la pulsera, con cinco
perforaciones, y falta el resto de los elementos.
Marca ilegible. París
39. Compuesto de casaca, chupa y
calzón, en tafetán de seda con
aplicación de bordado recortado y
aplicado en sedas policromas. La
casaca, larga hasta las rodillas con
pliegues en los laterales y abertura
en la espalda. La manga, larga, con
forma en el codo y vuelta decorada
con botones, al igual que las
carteras de los bolsillos. La chupa,
con cuello a la caja, cuerpo de
perfiles rectos y faldón trapezoidal.
La hechura coincide
tipológicamente con las casacas de
alrededor de 1770.
40. Conjunto formado por casaca y
chupa, en terciopelo cincelado de
seda en color marrón. Va
ricamente guarnecido con una
aplicación de cordoncillo metálico,
lentejuelas y talcos, que van
dibujando motivos florales.
Este conjunto responde a los
vestidos "a la francesa" que
estuvieron de moda durante el
reinado de Carlos III, en los que se
observa la aplicación del cuello de
tirilla, el desplazamiento de los
pliegues laterales hacia la espalda
y una tendencia hacia la sencillez
en los motivos decorativos.
41. Conjunto formado por casaca,
chupa y calzón en tafetán de seda
de color rosa palo, con pequeños
motivos verdes. Las tres piezas
cuentan, como único elemento
decorativo, con la belleza del
propio tejido.
El tejido nos remite a los años
setenta del siglo XVIII. Sin
embargo, elementos de la hechura,
como el cuello de tirilla, o la
ausencia de decoración aplicada le
acerca a la última década de este
mismo siglo.