La oración de santa Luisa de Marillac por el P. Corpus Juan Delgado CM
Profetas menores
1. Oseas u Osee, profeta de las diez tribus del norte,
como su contemporáneo Amós, vivió en el siglo VIII a.
C., mientras Isaías y Miqueas profetizaban en Judá, es
decir, bajo el reinado del rey Jeroboam II de Israel (783-
743) y de los reyes Ocías (Amasías) (789-738), Joatán
(738-736), Acaz (736-721) y Ezequías (721-693), reyes
de Judá. Sus discursos proféticos se dirigen casi
exclusivamente al reino de Israel (Efraím, Samaria),
entonces poderoso y depravado, y sólo de paso a Judá.
Son profecías duras, cargadas de terribles amenazas
contra la idolatría, la desconfianza en El y la corrupción
de costumbres y alternadas, por otra parte, con
esplendorosas promesas (cf. 2, 14 ss.) y expresiones
del más inefable amor (cf. 2, 23; 11, 8, etc.). El estilo es
sucinto y lacónico, pero muy elocuente y patético y a la
vez riquísimo en imágenes y simbolismos.
2. JOEL
De Joel, profeta de Judá e hijo de Fatuel, nada sabemos fuera
de los tres capítulos de profecías que llevan su nombre. El
tiempo de su actividad ha de ser calculado después de
separarse de la casa de David las diez tribus, pero antes del
destierro. El hecho de que solamente se mencionen los
sacerdotes, y no los reyes, hace conjeturar que Joel haya
escrito en tiempos del rey Joás de Judá (836-797) cuando el
Sumo Sacerdote Joiadá en nombre del rey niño manejaba las
riendas del gobierno (IV Rey. 11). Una minoría de exégetas
ubican a Joel en el periodo después del destierro, fundándose
especialmente en 3, 6, donde se mencionan los griegos (cf.
Nácar-Colunga). Su anuncio, como dice este mismo autor, es
escatológico, cosa que no debe olvidarse al interpretarlo.
3. AMOS
Antes de su vocación, Amós fue pastor y labrador que apacentaba sus
ovejas y cultivaba cabrahigos en Tecoa, localidad de la montaña de
Judá, situada a 20 kilómetros al sur de Jerusalén. A pesar de su
pertenencia al reino de Judá, Dios lo llamó al reino de Israel (cf. 1, 1; 7,
14 s.), para que predicase contra la corrupción moral y religiosa de aquel
país cismático que se había separado de Judá y el Templo. Alguna vez
menciona también a Judá (2, 4) y a todo el pueblo escogido (9, 11).
Amós desempeñó su cargo en los días de Ocías (Azarías), rey de Judá
(789-738) y Jeroboam II, rey de Israel (783-743).
Desde un principio, el profeta se mostró intrépido defensor de la Ley de
Dios, especialmente en su encarnizada lucha contra el culto del becerro
adorado en Betel. Perseguido por Amasías, sacerdote de aquel becerro
(7, 10), el profeta murió mártir, según una tradición judía. La Iglesia le
conmemora en el calendario de los santos el 30 de marzo.
4. ABDIAS
Son muy escasas las noticias que poseemos sobre Abdías,
cuyo nombre hebreo Obadyah significa siervo de Yahvé.
San Jerónimo lo identifica con aquel Abdías, mayordomo
de Acab, que alimentó a los cien profetas que habían huido
del furor de Jezabel (III Rey. 18, 2 ss.).
Los escrituristas modernos, en su mayoría, no se adhieren a
esta opinión. Sea lo que fuere, el tiempo en que actuó el
autor de esta pequeña pero muy impresionante profecía,
debe ser anterior a los profetas Joel, Amós y Jeremías, los
cuales ya la conocían y la citaban. Lo más probable parece
que haya profetizado en Judá alrededor de 885 a. C.,
cuando Elías profetizaba en Israel.
5. JONAS
No hay motivo para dudar que Jonás es el mismo profeta hijo de Amati
o Amitai (cf. 1, 1) que en tiempo de Jeroboam II (783-743 a. C.) predijo
una victoria sobre los asirios (IV Rey. 14, 25). La tradición judía cree que
fue también el que ungió al rey Jehú por encargo del profeta Eliseo (IV
Rey. 9, 1 ss.).
Los cuatro capítulos del Libro no son profecía propiamente dicha, sino
más bien relato -probablemente escrito por el mismo Jonás, aunque
habla en tercera persona- de un viaje del profeta a Nínive y de las
dramáticas aventuras que le ocurrieron con motivo de aquella misión.
Sin embargo, tomados en conjunto, revisten carácter profético, como lo
atestigua el mismo Jesucristo en Mt. 12, 40, estableciendo al mismo
tiempo la historicidad de Jonás, que algunos han querido mirar como
simple parábola (cf. 2, 1 y nota). San Jerónimo, empleando un juego de
palabras, dice que "Jonás, la hermosa paloma (yoná significa en hebreo
paloma), fue en su naufragio figura profética de la muerte de Jesucristo.
El movió a penitencia al mundo pagano de Nínive y le anunció la salud
venidera".
6. MIQUEAS
La Sagrada Escritura conoce dos profetas que llevan el nombre de
Miqueas o Micá; uno que vivió en el reino de Israel (III Rey. 22, 8 ss.) en
tiempos del rey Acab (873-854), y otro que profetizó en el reino de Judá
(Jer. 26, 18), reinando Joatam (738-736), Acaz (736-721) y Ezequías (721-
693). Este segundo nos dejó el presente libro. De su vida solamente
sabemos que era oriundo de Morasti (Moréset), pequeño lugar situado
cerca de Eleuterópolis (hoy Beit Dschibrin) al suroeste de Jerusalén. La
Iglesia lo venera como mártir y celebra su fiesta el 15 de enero.
El marco histórico en que se encuadra la actividad de Miqueas es
determinado por los tres reyes mencionados en 1, 1: apogeo de Judá bajo
Joatam; humillación e invasiones enemigas en el reinado de Acaz y
Ezequías; idolatría y vicios que provocaron la restauración del culto por
este santo rey.
7. NAHUM
Nahum vivió en el siglo VII a. C.; según la tradición judía, bajo el rey
Manasés (693-639), o quizá Josías (638-608), y profetizó contra Nínive,
capital del reino de los asirios. Fuera de este oráculo no poseemos nada
de su actividad profética, la cual está colocada entre la de Isaías, de
quien cita varios pasajes (cf. 1, 4 = Is. 33, 9; 1, 15 = Is. 52, 7; 3, 5 = Is. 47, 3
y 9); y la de Jeremías que, a la inversa cita a nuestro profeta (cf. 1, 13 =
Jer. 30, 8; 3, 5, 13, 17 y 19 = Jer. 13, 12 ss.; 50, 37; 51, 30, etc.).
Lo único que acerca de la vida de Nahum indica la Sagrada Escritura
(Nah. 1, 1) es el lugar de su nacimiento, pues lo llama elceseo (1, 1), es
decir, de Elkosch, situada, según unos, en Galilea, según otros en Judea,
y cuyas ruinas se veían allí todavía en tiempos de San Jerónimo. Menos
fundada es la opinión de que naciera en Alkosch, situada cerca de
Mosul, donde los nestorianos veneran su sepulcro.