Innovaciones en los sistemas de planeación por haaz
1. INNOVACIONES EN LOS SISTEMAS
DE PLANEACIÓN,
PARA FORTALECER EL
FEDERALISMO EN MÉXICO
PONENTE: ING. ALBERTO HAAZ DÍAZ.
Hermosillo, Sonora, 2001
Foro de Consulta Ciudadana sobre Federalismo
Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006
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Nota introductoria: Hace casi diez años presenté el planteamiento que aquí reproduzco.
Considero que sigue vigente en su mayor parte. Al final está el sitio de Internet en que aún
se encuentra.
En las tareas de la planeación del desarrollo, como en cualquier otro tipo de
actividades no podemos esperar resultados diferentes y mejores en el futuro, si se
siguen haciendo las cosas de la misma manera que antes.
Más aún cuando sabemos que muchas cosas de la planeación han caído en
situaciones e inercias que no contribuyen realmente al fortalecimiento de los
gobiernos locales y de la convivencia democrática.
Ejemplos de ello los podemos ver en muchas entidades y municipios, en aspectos
como los siguientes:
Planes de desarrollo, elaborados sólo para cumplir un requisito legal, por lo
cual, en la práctica no son letra viva, ni constituyen la guía fundamental de la
gestión que realizan las dependencias y organismos públicos.
Participación social, ausente, escasa, desorganizada o francamente
manipulada en torno a los procesos de planeación del desarrollo.
Programaciones de las inversiones públicas, desarticuladas en sus
componentes federal, estatal y municipales; cada quien programa por su lado,
con prioridades o intereses no comunes en un gran número de casos.
Presupuestos sin programas realmente ligados al gasto que se pretende
realizar y desconectados de los planes de desarrollo.
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2. Tales son algunos de los rasgos de la situación en que se encuentran muchos
sistemas de planeación del desarrollo, estatales y municipales; esto es, desde mi
particular punto de vista y con base en estudios hechos por instituciones como el
CIDE, el INAP y el CEDEMUN.
Son situaciones que requieren cambios en sus marcos normativos, estructuras y
procesos, así como en las maneras de hacer las cosas por parte de los servidores
públicos de los tres niveles de gobierno.
Pero, esto no es con la idea de simples actualizaciones en disposiciones
reglamentarias o en las metodologías, los formatos y catálogos que se usan en la
planeación respectiva.
Me refiero a innovaciones que signifiquen cambios a fondo, con un claro sentido
para el fortalecimiento del federalismo y con pautas bien especificadas para el
papel que le toca desempeñar a cada gobierno, a los grupos sociales y
productivos y a los ciudadanos.
Esto es, a la luz de la experiencia acumulada en materia de planeación del
desarrollo y de lo que queremos construir en nuestra vida nacional.
Conviene recordar, que han transcurrido ya más de 18 años desde que se
promulgó la Ley de Planeación Nacional, que introdujo muy valiosas innovaciones
como la de concebir a la planeación como un sistema con el carácter democrático,
con estructura institucional, procesos con participación social e instrumentos de
coordinación y concertación.
Todo ello constituyó el marco de referencia fundamental para las leyes de
planeación de los estados, expedidas posteriormente.
En consecuencia, se crearon los COPLADE y los COPLAM, que funcionaron con
intensidad y buena eficacia hasta el año de 1989.
Luego llegó el PRONASOL, por decisión central del gobierno federal; y trajo otros
esquemas de organización y participación social en las tareas de planeación.
Así, empezaron a hacerse a un lado las normas preestablecidas y los
componentes esenciales de los sistemas de planeación en los ámbitos locales.
Simultáneamente, los procesos de descentralización de la Federación a los
Estados continuaron su avance. Es decir, fueron aumentándose las
responsabilidades y los recursos fiscales que pasaban del gobierno federal a los
gobiernos estatales, al tiempo que se debilitaban las estructuras y procesos de la
planeación democrática.
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3. En los municipios aparecieron los Consejos Municipales de Solidaridad, que
desplazaron a los COPLAM; y los COPLADE vieron muy acotadas las
disponibilidades de la inversión pública a programar.
Luego, desde 1998 con el Ramo 33, los ayuntamientos vieron crecer en gran
medida sus capacidades para inversión en obra pública, lo cual les liberó de la
dependencia tan alta que al respecto tenían de los gobiernos estatales y del
federal.
Qué bien que así sea, sin embargo esa capacidad hacendaria creciente también
ha ocasionado que en sus formas de invertir, los ayuntamientos descuiden el
apego a normas establecidas en materia de planeación.
Otro aspecto que ha sido determinante también del estado que se observa en los
sistemas de planeación, es el relativo a la formación, capacitación y
profesionalización de los servidores públicos en funciones de planeación,
programación, presupuestos, control y evaluación.
Ha sido poco atendido dicho aspecto, desde que desapareció la SPP-federal y su
Centro de Capacitación para el Desarrollo (CECADE) de alcance nacional, cuyas
acciones contribuyeron a preparar buenos recursos humanos para la planeación
en los estados y algunos municipios.
Hoy en día, en responsabilidades de ese campo, desafortunadamente hay quienes
no tienen la menor idea de qué es un sistema de planeación democrática, ni de su
estructura, proceso, etapas, instrumentos e infraestructura de apoyo; tampoco
sobre qué es el presupuesto por programas y cómo rendir cuentas públicas claras
y completas.
Me refiero principalmente a lo que es evidente en la mayoría de los municipios de
nuestro país; lo cual es muy preocupante porque es ahí donde más se necesita el
mejor desempeño posible de los sistemas de planeación.
Claro, también es lamentable que lo mismo se presente en los gobiernos estatales
y el federal, porque ahí no se puede argumentar la carencia de recursos
financieros para poder contar con el personal verdaderamente idóneo en las
tareas de planeación.
En suma, podemos apreciar que las innovaciones de la planeación, adoptadas
desde los primeros años de la década de los ochenta, han caído en situación de
obsolescencia.
Asimismo, se han venido desarrollado nuevas corrientes innovadoras de los
sistemas de planeación, en los ámbitos federal, estatales y de algunos municipios,
que no se encuentran debidamente enmarcadas por las normas vigentes o que
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