1. ATENCIÓN A LA
DIVERSIDAD
SURGE CONSISTE ES
Necesidad de dar respuesta a una
educación adaptada a las
características y necesidades de los
alumnos que no pueden seguir el
ritmo normal del resto del grupo
Adaptación de la organización del aula
y del centro a las necesidades
especificas de los alumnos de forma
continua, no como algo excepcional
Atender a todas aquellas
características excepcionales del
alumnado, provocadas por diversos
factores que requieren una atención
especializada para que todos alcancen
el nivel de aprendizaje adecuado
Discapacidades
sensoriales
Discapacidades
físicas
Capacidad
intelectual
Religiosos
Geográficos
Culturales
Económicos
Sociales
FACTORES
DE
DIVERSIDAD
A. DIVERSIDAD
NECESIDADES
EDUCATIVAS ESPECÍFICAS
DE APOYO EDUCATIVO
2. ASOCIADO
En definitiva:
¿QUIÉN ES EL
ENCARGADO?
El profesor debe llevar a cabo una
serie de proyectos y seguimientos
que permitan una mejor convivencia
entre la educación orientada a la
diversidad y la ordinaria.
Carácter preventivo y
compensador en la educación
infantil. Los primeros años de
vida son fundamentales
La escuela debe ser flexible para conseguir la adaptación de cada estudiante.
Una escuela que no presente una cierta flexibilidad sólo conseguirá intensificar
las necesidades educativas específicas de apoyo educativo de los niños con
dificultades. Ésta puede facilitar los medios y recursos necesarios para una
verdadera atención a la diversidad a través de los departamentos de
orientación y sus respectivas evaluaciones psicopedagógicas.
3. La atención a la diversidad en educación infantil
Teresa Gómez Domínguez, Universidad Católica de Valencia.
La etapa de Educación Infantil tiene un carácter eminentemente educativo en el que prima la
prevención y la detección, lo más precozmente posible, de necesidades educativas y el desarrollo
de capacidades de todos y cada uno de los niños y niñas.
Esta frase forma parte de un texto de Alegre (2000), sólo que nosotros nos atrevemos a matizarla
y en lugar de hablar de “compensar carencias” vamos a hablar siempre de “potenciar (o
desarrollar) capacidades”.
Siendo, estos primeros años, períodos en los que se suceden cambios importantes para el
desarrollo de los niños y niñas con una gran rapidez y variabilidad, no podemos dejar de expresar
la importancia que tiene el medio educativo y la intervención individualizada y socializada en la
prestación de apoyo a las necesidades, que pueden aparecer en los diferentes momentos del
desarrollo infantil.
Todos los niños y niñas, en su etapa de crecimiento, presentan un conjunto de necesidades
básicas que han de ser satisfechas y resueltas para que se produzca un desarrollo adecuado. En
nuestra sociedad, la escuela, junto con la familia, tiene asignado un papel primordial en la
resolución de estas necesidades a lo largo del crecimiento infantil. Si por circunstancias
personales, un niño o una niña, no ve satisfechas estas necesidades básicas, su desarrollo futuro
puede resultar afectado, por ello es tan necesario prestar el apoyo necesario en aquellos casos
que existan factores que nos prevengan de la existencia de diferencias.
La obligación de la escuela ante este hecho, tal como explica Alcudia et al. (2000), es poner en
marcha estrategias y actuaciones para que “todo el alumnado” desarrolle al máximo sus
capacidades, de tal modo que las diferencias no se conviertan en desigualdades. Esto significa
una toma de posición con respecto a la función de la intervención educativa, que debe tomar
como referente a la hora de la planificación, las diferencias individuales para adecuar y ajustar el
currículum a las capacidades de cada niño y niña. Será necesaria una organización intencional de
4. experiencias favorecedoras del aprendizaje y del desarrollo, creando un ambiente que aporte
seguridad y afecto, en el que se establezcan normas claras, límites precisos y donde las
actividades estén contextualizadas y tengan sentido para los niños a fin de que puedan explorar
sus posibilidades de acción, desarrollar su autonomía, interactuar con los iguales y adquirir los
procesos de comunicación.
En educación infantil conviene establecer una gran variedad y diversidad de actividades que
tengan en cuenta las capacidades y los ritmos de aprendizajes de los pequeños. La intervención
educativa debe planificarse con la clara intencionalidad de detectar y actuar según las
características de cada uno de los niños para conseguir un óptimo desarrollo de todos ellos. Se
centra pues, en “…cómo apoyar las cualidades y las necesidades de cada alumno y de todos los
alumnos en la comunidad escolar, para que se sientan bienvenidos y seguros, y alcancen el éxito
(Arnaiz, 1996, 27-28/)
En este sentido, los procesos de enseñanza y aprendizaje en esta etapa se articulan en formas
diferentes que respondan de manera apropiada al tratamiento de los diferentes contenidos que
configuran el currículum y que, a su vez, se adapten a la individualidad del alumnado. Estas
formas se organizan, por un lado, a través de actividades generales y que formen parte de la
estructura del aula, como rincones de juego, rutinas, hábitos, cuentos, psicomotricidad, teatro…
etc. (Laguía, 1999), y por otro, en actividades que se extienden en el tiempo (por ejemplo durante
un trimestre) como los proyectos, centros de interés o unidades didácticas. Estas, generalmente,
se trabajan con el grupo-clase. Todos los niños suelen trabajar sobre lo mismo y la maestra
conduce el desarrollo del tema. Ello permite adecuar las actividades y los materiales a las
diferentes capacidades y ritmos de trabajo. Todos trabajaremos la naturaleza y realizaremos un
mural en el que unos recortarán plantas y animales, otros pintarán con minuciosidad, otros
utilizarán pinturas de dedo y realizarán tareas más sencillas pero todos juntos y de forma
colaborativa.