Este poema expresa la creencia del autor en Dios a través de varias oraciones retóricas que comienzan con "¡Cómo no creer en Dios!". El autor encuentra evidencia de Dios en la naturaleza, en las relaciones humanas como los hijos, la esposa y los amigos, y en las emociones como la alegría, la tristeza, la fe, la esperanza y el amor. El poema concluye reiterando que es imposible no creer en Dios dado todos los dones que Dios le ha otorgado.
9. ¡Cómo no creer en Dios!, si lo siento en mi pecho a cada instante.
10. En la risa de un niño por la calle, o en la tierna caricia de una madre, ¡Cómo no!
11. ¡Cómo no creer en Dios! si está en las viñas y en el manso trigo.
12. ¡Cómo no creer en Dios!, si me dio la mano abierta de un amigo.
13. ¡Cómo no creer en Dios!, si me ha dado la tristeza y la alegría.
14. De saber que hay un mañana cada día, por la fe, por la esperanza y el amor. ¡Cómo no!
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17. ¡Cómo no creer en Dios!, si me ha dado la tristeza y la alegría. De saber que hay un mañana cada día, por la fe, por la esperanza y el amor.
18. ¡Cómo no creer en Dios!, si me ha dado los hijos y la vida. si me ha dado la mujer querida. ¡Cómo no creer en Dios!,
19. si está en las viñas y en el manso trigo. si me dio la mano abierta de un amigo. ¡Cómo no creer en Dios!, ¡Cómo no creer en Dios!,
20. si me ha dado los hijos y la vida. si me ha dado la mujer querida. ¡Cómo no creer en Dios!, ¡Cómo no creer en Dios!, ¡Cómo no creer en Dios! si está en las viñas y en el manso trigo.