1. Comida Medieval
En la Edad Media, la gastronomía se caracterizaba por una búsqueda
constante de sabores, colores y combinaciones. La cocina medieval era un
arte que necesitaba de mucha dedicación y de mucha inventiva ya que la
viandas se reducían casi exclusivamente a carnes asadas en grandes
llamas.
Por ello, en sus grandes banquetes realizaban enormes cantidades de
platos con la superposición de los sabores agridulces, el uso del azúcar y el
de las especias. Entre los condimentos el preferido era el trío: queso, azúcar
y canela; y entre las carnes más habituales procedían de los cuadrúpedos y
los pájaros. A menudo, los presentaban revestidos de su propia piel o de su
plumaje, decorados con oro o rellenos con otros animales vivos más
pequeños.
La sopa
Esta época supuso el triunfo rotundo de la sopa. Tenían ollas, potajes y
caldos elaborados con habas, huevos, guisantes, calabaza, hinojos y, sobre
todo, arroz. Se sazonaban obsesivamente con canela, jengibre, azafrán,
ajos o agraz.
La sopa dorada era un plato típico que consistía en hacer tostar unas
rebanadas de pan, agregarles una salsa a base de azúcar, vino blanco,
yemas de huevo y agua de rosas. Una vez bien empapadas, se freían y se
agregaba nuevamente agua de rosas; espolvoreándolas con azúcar y
azafrán.
Principales productos
Entre las carnes se encuentran principalmente las aves; cuadrúpedos;
órganos y miembros. Los pescados cobraban protagonismo sobre todo en
Cuaresma, lo que significaba sustituir la carne por el pescado, las grasas
animales por las vegetales y las leche animal por la de almendras.
Los huevos y la leche eran utilizados para elaborar mantequilla, queso y
cuajadas. Entre los productos de origen vegetal abundan los cereales,
legumbres, frutas y hortalizas como las hierbas y raíces. Las legumbres
calientes eran principalmente los guisantes y garbanzos; y las frías, lentejas
y habas.
2. La fruta
Las frutas frescas eran muchas y muy variadas. Entre ellas se podían
encontrar: moras, higos, uvas, cerezas, ciruelas, sandías, melocotones,
manzanas, melones, naranjas, limones, aceitunas, peras, membrillos,
granadas… La función dietética de las frutas era estimular, laxar y estreñir.
Los frutos secos eran menos variados: almendras, avellanas, castañas,
nueces, piñones y pistacho.
Muchos de los alimentos del medievo pueden encontrarse hoy en día; sin
embargo, alimentos que hoy son comunes y cuyo origen se encuentra en
América -como el tomate, las papas, la pimienta, el choclo, el café- aún no
eran conocidos.
Comidas religiosas
La religión en la Edad Media era el eje principal, así que no se debe olvidar
la influencia que ésta pudo tener en la gastronomía de la época. Algunas de
las reglas impuestas por la Iglesia eran comer ligero, sin grasas el
miércoles, el viernes y el sábado; las vigilias de las festividades y
naturalmente durante la Cuaresma, lo que significaba sustituir la carne por
el pescado, la leche animal por la de almendras y las grasas animales por
las vegetales.
Las recetas medievales que han llegado hasta nuestros días reflejan la
cocina de las clases altas, ya que las de clases populares no han quedado
por escrito. Por ello todos los platos que se disponen se refieren a una
cocina aristocrática y burguesa.
Comida medieval en casa
Para empezar se tiene que olvidar de los platos, en su defecto utilizará
hogazas de pan redondas abiertas por la mitad. Cada una de las mitades le
servirá de plato donde colocar sus exquisitas recetas.
En el medievo no se utilizaban los cubiertos, así pues los asados se
comerán con las manos y las sopas y potajes se servirán en cuencos y se
sorberán.
La ensalada no debe trocearse, las hojas se presentarán enteras y bien
aliñadas. El invitado la cogerá con los dedos.
3. Lo primero que se presenta en la mesa es la fruta, a modo de entremeses.
Esto puede ser porque de este modo se facilita la digestión. Todavía hoy en
muchos países se sirve primero la fruta antes que cualquier otro plato.
Puesto que no va a necesitar cubiertos sería conveniente que su invitado
esté provisto de un delantal o en su defecto de una gran servilleta.
Una vez que termine la comida con la fruta, sopas, guisos, asados, queso,
vino… el invitado necesitará lavarse las manos. La mejor forma es una
toalla muy caliente o un cuenco con agua caliente y limón para eliminar los
restos.
Se puede concluir con una queimada. Se trata de una bebida alcohólica que
se flambea mientras se da vueltas hasta que el fuego se extingue. Puede
acompañarla con galletas caseras provistas de cereales o frutas.
Cena medieval y ambientacion
Si quiere sorprender a sus invitados anímeles a que acudan disfrazados a
su casa, así estarán a tono con el ambiente que usted vaya a preparar. Los
trajes pueden ser muy variados: caballeros, princesas, reyes, mesoneros,
taberneros…
Para la decoración busque elementos que se identifiquen con la época del
medievo: candelabros, escudos, lanzas… Esto ayudará a que sus invitados
crean que son verdaderos aristócratas.
Puede escribir un menú para cada uno en una pequeña hoja a la que se le
habrán quemado los bordes. Redáctelo en castellano antiguo, con cada uno
de los platos. Para darle mayor verosimilitud, puede pedir a uno de sus
invitados que haga de juglar y cante los paltos al resto de los invitados. Así
se sentirán envueltos por la magia de la Edad Media.
Para que la cena o comida no resulte aburrida puede amenizarla con juegos
malabares, trucos de magia o juegos astrológicos, muy populares en la
época. También puede invitarles a un duelo de caballeros para salvar a la
princesa. Por supuesto, con espadas de plástico.
Para concluir, invíteles a una queimada flambeada mientras su juglar repite
los conjuros que las brujas recitaban. Dándo vueltas al licor hasta que el
fuego se extinga: mouchos, coruxas, sapos e bruxas…
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