La reflexión de la luz ocurre cuando un rayo de luz golpea un objeto opaco y pulido. La textura y el color de los objetos afectan la cantidad de luz reflejada, con superficies lisas y cuerpos claros que reflejan más luz que superficies ásperas u objetos oscuros. Los espejos nos permiten vernos a nosotros mismos porque la mayoría de los rayos de luz se reflejan de una superficie pulida.