Estrategia de prompts, primeras ideas para su construcción
17 a. la guerra civil
1. LA GUERRA CIVIL (1936-1939)
La Guerra Civil constituyó el hecho más relevante y trágico de la Historia de España en
el siglo XX. En ella se concentraron muchos de los problemas que el país venía arrastrando
desde el inicio de las revoluciones liberales. El enfrentamiento entre los grupos
tradicionalmente dominantes en España (aristocracia, terratenientes, empresarios, Iglesia,
ejército) y las clases populares (campesinos, obreros, pequeña burguesía) llegó a un punto
crítico durante la República y culminó en la Guerra Civil. Pero la Guerra fue también el
resultado de las tensiones surgidas en Europa en el periodo de entreguerras tras el ascenso del
fascismo en Italia y el nazismo en Alemania. En este contexto, la sublevación militar, al triunfar
en unos lugares y en otros, que se mantuvieron fieles a la República, no, se convirtió en una
Guerra Civil. La guerra tuvo también una dimensión internacional, y fue vista como el primer
enfrentamiento entre el fascismo y la democracia.
1. CONSPIRACIÓN Y SUBLEVACIÓN MILITAR
La oposición de buena parte de los sectores conservadores españoles a la
democratización política y al reformismo social se tradujo desde el principio en una serie de
conspiraciones para la sublevación militar. El clima de violencia, creado por los sectores
extremistas de la derecha y la izquierda, tras el triunfo del Frente Popular, les sirvió de
coartada para justificar su decisión. La misma noche de las elecciones de febrero, el general
Franco intentó declarar el Estado de guerra. En marzo, un grupo de generales empezó a
organizar una conspiración militar para “restablecer el orden”. El gobierno, en previsión de
una posible intervención militar, había alejado a los generales sospechosos con destinos
distantes entre sí: Franco a Canarias, Goded a Baleares y Mola a Navarra. El general Mola fue
el organizador del alzamiento militar, dando un importante protagonismo al ejército de África
bajo la dirección de Franco. La conspiración militar contaba con el apoyo de las fuerzas
políticas de la derecha (sectores monárquicos, carlistas, cedistas, falangistas…). También se
establecieron contactos con la Italia fascista y la Alemania nazi. El asesinato del dirigente
monárquico, José Calvo Sotelo aceleró el proceso hacia la insurrección. El 17 de julio, la
guarnición de Melilla se sublevó contra la República. La sublevación (alzamiento) se extendía
rápidamente al resto del protectorado marroquí. Entre el 18 y 19 de julio se extendía a la
Península, con la participación de las guarniciones militares, junto a sectores civiles de
falangistas y carlistas (requetés). Franco, una vez asegurado el triunfo de la sublevación en
Canarias, se trasladó a Marruecos (Dragón Rapide), se puso al frente del ejército de África y se
dirigió hacia la Península. En unos cuantos días los sublevados se habían hecho fuertes en
Pamplona (Mola) Sevilla (Queipo de Llano), Castilla La Vieja, Aragón (Cabanellas), Galicia,
Mallorca, parte de Extremadura.
En Madrid, Cataluña, País Vasco, Asturias, Santander y Levante, parte de Andalucía y
Extremadura, la sublevación fracasó y permanecieron fieles a la República, por la fuerte
resistencia popular y la fidelidad del ejército y las fuerzas del orden. El Presidente del
Gobierno, Casares Quiroga fue sustituido por José Giral, que decidió entregar armas a las
milicias de los sindicatos y los partidos del Frente Popular.
Después de una semana, la evidencia de que el golpe militar no había triunfado en
todo el país originó una división en dos bandos que iban a enfrentarse en una cruenta Guerra
Civil. El bando de los sublevados estaba constituido por militares conservadores, monárquicos,
de derechas, grupos católicos, falangistas, carlistas (tradicionalistas) y por todos aquellos que
2. se habían opuesto a las reformas de la República. Estaban apoyados e inspirados por el
fascismo y se definían a sí mismos como “nacionales” y católicos, de hecho la Iglesia calificó la
Guerra de “cruzada”. Los leales a la República estaban constituidos por las clases populares,
obreros y empleados urbanos, pequeña burguesía y campesinos sin tierras. Sus posturas
ideológicas eran próximas a las organizaciones socialistas, comunistas y anarquistas. Junto a
ellos estaban también las clases medias vinculadas a partidos republicanos, sectores de la
burguesía ilustrada además de muchos intelectuales y artistas. Defendían la legitimidad
republicana, aunque representaban posturas e intereses distintos.
MAPA ESTALLIDO GUERRA CIVIL
2. DIMENSIÓN INTERNACIONAL DEL CONFLICTO
Desde el primer momento la Guerra Civil española tuvo una gran repercusión
internacional, ya que fue vista como una primera confrontación entre las fuerzas democráticas
y los regímenes fascistas en ascenso. La situación internacional era crítica ante el auge del
fascismo y el peligro de una nueva guerra mundial. El gobierno de la República pidió ayuda en
primer lugar a Francia, pero Gran Bretaña, que defendía una política de apaciguamiento frente
a Hitler, convenció a Francia para mantenerse al margen. Francia impulsó la creación de un
Comité de No Intervención, que en la práctica solo sirvió para dejar desamparada a la
República. Esta recibió ayuda por parte de la URSS, que le vendió armas y productos
energéticos. La compra de estos productos se hizo gracias a las reservas de oro del Banco de
España. Además contó con consejeros soviéticos que ejercieron su influencia sobre todo a
través del Partido Comunista. En el bando republicano hay que destacar la ayuda de las
Brigadas Internacionales, grupo de voluntarios luchadores antifascistas, llegados de todo el
mundo. Su presencia supuso un fuerte respaldo moral y tuvieron un papel importante en la
defensa de Madrid y en los diferentes campos de batalla.
Los sublevados fueron los más favorecidos por el apoyo extranjero. La ayuda de Hitler
y Mussolini, a pesar de que formaban parte del Comité de No Intervención, fue la más
3. importante desde el punto de vista táctico y numérico. Alemania envió a su aviación, la Legión
Cóndor, cuyo apoyo fue decisivo en operaciones como el traslado del ejército de África a la
Península al principio de la Guerra. Además Hitler utilizó la guerra en España como banco de
pruebas de algunas de sus nuevas armas. Cobró su ayuda con la entrega minerales y otros
productos estratégicos (wolframio). El apoyo italiano consistió en el envío de una gran unidad,
el Corpo Truppe Volontaire, aunque también tuvo importancia la ayuda armamentística.
3. DESARROLLO DE LA GUERRA
3.1 El avance nacional durante los primeros meses de la guerra
El objetivo principal de los sublevados era alcanzar Madrid, símbolo del poder
republicano. Un elemento clave para comprender la victoria final de los sublevados fue el
"puente aéreo" organizado con aviones alemanes e italianos que permitió el rápido traslado
del Ejército de África a la península.
Los legionarios y regulares, fuerzas profesionales que formaban el ejército de Africa,
superaban con facilidad a las desorganizadas milicias obreras y campesinas. Iniciaron un rápido
avance hacia Madrid. En el camino, el general Yagüe que mandaba las columnas decidió
desviarse hacia Badajoz. La ciudad cayó y se inició una brutal represión que escandalizó al
mundo y produjo un gran número de víctimas.
Las tropas continuaron su avance y antes de alcanzar Madrid, Franco decidió desviar
de nuevo las tropas para liberar a la guarnición asediada en el Alcázar de Toledo. La "liberación
del Alcázar" fue un gran triunfo propagandístico para Franco.
Mientras, el general Mola tomó Irún y San Sebastián aislando al País Vasco de la
frontera con Francia.
3.2 La Batalla de Madrid
El 18 de octubre de 1936 las fuerzas sublevadas, dirigidas por Varela, llegaron a las
afueras de Madrid. En noviembre de 1936 se inició la Batalla de Madrid. La caída de la capital
en manos de las tropas rebeldes parecía inminente. Ante la superioridad militar de las fuerzas
nacionales, partidos y sindicatos obreros alentaron la movilización del pueblo madrileño para
defender su ciudad. El grito de "¡No Pasarán!" se convirtió en una consigna mítica en todo el
mundo. El gobierno republicano se trasladó a Valencia, dejando la ciudad en manos de una
Junta presidida por el general Miaja.
La moral de la población madrileña aumentó con la llegada de refuerzos exteriores:
Las Brigadas Internacionales, cuerpo de voluntarios organizados esencialmente por los
comunistas; tanques y aviones rusos, la columna del anarquista Durruti... llegaron para ayudar
en la defensa de la capital.
La ciudad fue sometida a bombardeos aéreos por aviones Junker alemanes y se
produjeron duros combates en la Casa de Campo, la Ciudad Universitaria y el Puente de los
Franceses. Las tropas republicanas consiguieron resistir y, finalmente, Franco ordenó el fin del
asalto frontal a la ciudad.
3.3 Las Batallas del Jarama y Guadalajara. La toma de Málaga
Tras fracasar en su intento de atacar frontalmente a Madrid, Franco intentó cercar a la
capital. Este intento dio lugar a la batalla del Jarama, una de las más encarnizadas de la guerra,
y la batalla de Guadalajara, donde las tropas italianas enviadas por Mussolini fueron
derrotadas. Fue la primera victoria importante de los republicanos.
Mientras, las tropas franquistas tomaban Málaga y de nuevo se producía una dura
represión.
4. El fracaso ante Madrid hizo que Franco optara por una nueva estrategia: ya no busco
acortar el conflicto, sino que fue atacando las zonas más débiles de los republicanos.
3.4 La Campaña del Norte
De la primavera al otoño de 1937, las tropas nacionales conquistaron la zona
norte republicana que había quedado aislada del resto del país. Uno tras otro, el País
Vasco, Cantabria y Asturias fueron cayendo en manos de Franco.
Durante esta campaña tuvo lugar el célebre bombardeo de Guernica (26 de abril
de 1937). La Legión Cóndor, grupo aéreo alemán enviado por Hitler, bombardeó, por orden del
cuartel general de Franco, una ciudad sin interés militar y la arrasó. Este acto, que luego en la
segunda guerra mundial se convirtió en rutinario, provocó un escándalo mundial e inspiró a
Pablo Picasso en su célebre cuadro. Durante la campaña vasca, Mola, el único general que
podía competir con Franco en el liderazgo del bando nacional, murió en accidente de avión.
Tratando de distraer fuerzas nacionales de la campaña del norte, los republicanos
organizaron la ofensiva de Belchite en Aragón. El fracaso fue total y finalmente las tropas
franquistas tomaron todo el norte del país. La conquista del norte tuvo graves consecuencias
para la República. No sólo perdieron las minas de carbón y hierro de la zona, sino que, en
adelante, los franquistas pudieron concentrar todas sus tropas en la zona sur.
3.5 De Teruel a la batalla del Ebro
A finales de 1937, los mandos republicanos todavía confiaban en la posibilidad de la
victoria. Para ello reorganizaron el ejército, para dotarlo de mayor profesionalidad y colocaron
al frente del mismo al general Vicente Rojo, que había destacado en la defensa de Madrid. Este
nuevo ejército desencadenó una ofensiva republicana en Teruel. Las condiciones climáticas
marcaron esta acción, que, finalmente fracasó. Tras este fracaso el gobierno de la República se
trasladó a Barcelona. Asegurado el dominio de Teruel, Franco lanzó un ataque general en
Aragón. El éxito fue fulgurante y el 15 de abril de 1938 las tropas nacionales llegaron
a Vinaroz en el Mediterráneo. La zona republicana quedó partida en dos.
El avance de las tropas sublevadas quedó detenido cuando el ejército republicano
reorganizó sus unidades y desencadenó, desde Cataluña, un poderoso ataque sobre el río
Ebro. La batalla del Ebro fue uno de los mayores episodios militares de la guerra, que se
prolongó de julio a noviembre de 1938. Franco envió grandes refuerzos y consiguió detener el
ataque y posteriormente logró que los republicanos se replegaran, mientras su ejército
avanzaba por el sur de Tarragona. Con más de 100.000 muertos, esta fue la más cruenta de las
batallas de la guerra civil y agotó definitivamente la moral y las reservas republicanas.
5. 3.6 El final de la guerra
La antesala del fin de la guerra fue la ofensiva contra Cataluña. Tras tomar Barcelona,
las tropas franquistas llegaron a la frontera francesa en febrero de 1939. Antes se había
producido un enorme y patético éxodo de población. Más de 500.000 personas huyeron a
Francia, donde fueron hacinadas en campos de concentración. Entre los que marcharon al
exilio se encontraba el Presidente de la República, Azaña y el gobierno con su presidente, Juan
Negrín.
Ante la inminente derrota, las divisiones internas se hicieron aún más profundas en el
bando republicano. El gobierno de Negrín, con el apoyo de los comunistas y parte de los
socialistas, proponía la resistencia a ultranza. El objetivo era que el conflicto español quedara
integrado en la inminente guerra europea y mundial que todo el mundo veía venir. De esa
manera, la República española encontraría aliados que le permitirían cambiar el signo de la
guerra.
Contra esta posición, y defendiendo la negociación de la derrota con Franco, el coronel
Casado dio un golpe contra el gobierno de Negrín. Pese a las propuestas de negociación de
Casado, Franco exigió la rendición incondicional. El 28 de marzo, las tropas franquistas
entraron en Madrid y en días posteriores ocuparon la zona mediterránea. El 1 de Abril de
1939 terminaba la sangrienta guerra. Una larga dictadura vino a sustituir al ensayo
democrático de la Segunda República.
6. 4. LA ESPAÑA REPUBLICANA
La Guerra originó en la zona republicana una situación compleja por las diferentes
posturas e intereses de las fuerzas que integraban este bando.
En los primeros días tras la sublevación se sucedieron tres presidentes de gobierno:
Casares Quiroga, Martínez Barrio y José Giral. Éste ordenó la desmovilización de los soldados y
la distribución de armas a los miembros de las milicias populares de los partidos y sindicatos
de izquierda. De esta forma el poder legal se derrumbó y fue sustituido por el poder popular
organizado en comités, consejos, juntas, etc. que a veces tomaban decisiones contradictorias
entre sí. Esto debilitó el poder de la República y la dirección de la guerra lo que resultó
enormemente perjudicial ya que se perdió eficacia en estos primeros momentos cruciales.
Dentro del bando republicano se produjo una división interna que también supondrá
un obstáculo: por un lado los que consideraban que lo esencial era centrarse en la guerra para
lograr la victoria y por otro los que pretendían aprovechar la situación para llevar a cabo una
auténtica revolución social. Esta postura, especialmente defendida por los anarquistas, se
tradujo en la colectivización de tierras e industrias y en la creación de experiencias de
comunismo libertario.
En estos primeros momentos de descontrol es cuando la represión alcanzó mayor
virulencia. Se vieron afectados los militares que habían apoyado la sublevación, los políticos de
derecha, los terratenientes y el clero, muchos de ellos fueron asesinados. Esta violencia fue
muy negativa para la imagen de la República justo en el momento en que buscaba ayuda del
exterior. Tras los primeros meses la represión se atenuó mucho y las autoridades pasaron a
controlar más la situación.
En septiembre de 1936 se hizo patente la necesidad de reorganizar todo este caos. Se
produjo la dimisión de José Giral y fue sustituido por Largo Caballero que encabezó un
gobierno de coalición de todas las fuerzas republicanas incluso comunistas y anarquistas. Se
reorganizó el ejército, creando el Ejército Popular, con la militarización de las milicias
populares para dotarlo de mayor efectividad.
Pero las diferencias entre las distintas tendencias políticas se evidenciaron con los
enfrentamientos entre anarquistas y comunistas, que culminaron con los sucesos de
Barcelona de mayo de 1937 con combates por toda la ciudad y asesinatos de ambos bandos,
hasta que la Guardia de Asalto consiguió controlar la situación. Estos hechos provocaron la
caída del gobierno de Largo Caballero y la consolidación de las posturas comunistas.
7. El nuevo gobierno de concentración estuvo presidido por Negrín (mayo de 1937).
Reconstruyó la autoridad del Estado, paralizó las colectivizaciones y organizó la economía para
atender las necesidades de la guerra. También se completó la reorganización del Ejército
Popular gracias al coronel Vicente Rojo.
Sin embargo, las derrotas militares fueron minando la moral de los republicanos y
algunos dirigentes empezaron a plantear la necesidad de negociar. Pero Negrín apoyado por
los comunistas era partidario de la resistencia a ultranza para ver si estallaba la inminente
guerra en Europa. La vida era sumamente difícil en el territorio republicano, faltaban alimentos
y abastecimientos básicos y entre la población se extendía el cansancio y el desánimo. Entre
enero y febrero de 1939 el Gobierno de la República y todas sus instituciones marcharon al
exilio, aunque Negrín regresó a Madrid para continuar apoyando la resistencia. A finales de
febrero de 1939, Gran Bretaña y Francia reconocieron el gobierno de Franco y Azaña dimitió
como Presidente de la República.
Finalmente el golpe de Estado del coronel Casado, contra el gobierno de Negrín,
produjo graves enfrentamientos en el seno de lo que quedaba del bando republicano. Con el
apoyo de algunos socialistas se creó una Junta de Defensa para negociar con Franco una “paz
honrosa”. Pero Franco solo aceptaba una rendición sin condiciones. Se acabó así con cualquier
posibilidad de resistencia frente al ejército franquista que entró en Madrid el 28 de marzo.
5. LA ESPAÑA SUBLEVADA
Los grupos políticos y sociales que habían apoyado la sublevación no presentaban un
proyecto común, por ello el ejército se convirtió en la base sobre la que se organizó el nuevo
régimen.
La muerte del general Sanjurjo, que debía ponerse al frente de la sublevación llevó a
los generales golpistas a crear en Burgos la Junta de Defensa Nacional, como órgano
provisional de gobierno. Se suspendieron los derechos civiles y se estableció un régimen
castrense en el que todo lo dominaba el ejército. La rebelión se presentó como un
“alzamiento nacional” contra la República marxista y los que no lo secundaron fueron
acusados de “rebeldes”. En la justificación del golpe y el nuevo estado tuvo desde el principio
el apoyo de la Iglesia que calificó la guerra de “cruzada”.
Desde el primer momento los militares sublevados practicaron una represión
sistemática y brutal para sembrar el terror y acabar con cualquier resistencia, así como
eliminar físicamente a sus enemigos políticos. A medida que se iba avanzando por el territorio
hubo masacres contra quienes habían apoyado a la República: Badajoz, Málaga. La represión
fue llevada a cabo por tribunales militares que funcionaban sin las mínimas garantías legales y
por grupos de jóvenes falangistas, que actuaban por su cuenta pero siempre con la
aquiescencia de las autoridades.
Los éxitos iniciales de Franco hicieron que fuera elegido el 1 de octubre en Burgos
Generalísimo del Ejército y Jefe del Estado. Con ello el régimen se convierte en una dictadura
personal de carácter militar.
Entre los grupos que apoyaban a Franco: falangistas, carlistas, derechistas,
monárquicos existían también diferencias. Pero el carácter dictatorial del nuevo régimen
impuso el control sobre todos ellos. En abril de 1937 se dio a conocer el decreto de unificación
por el que estos grupos se unían en un partido único de corte fascista, Falange Española
Tradicionalista y de las JONS, también llamado Movimiento Nacional. El nuevo partido adoptó
el uniforme con la camisa azul de Falange, la boina roja carlista y el saludo fascista con el brazo
en alto. El fusilamiento de Jose Antonio en la cárcel de Alicante proporcionó al bando
franquista un mito heroico ampliamente explotado en los años siguientes; al mismo tiempo, la
desaparición de José Antonio eliminó del bando rebelde al único líder con carisma que podía
hacer sombra a los militares, dejando el camino expedito para la conversión de la Falange en
partido único del régimen, eliminando su carácter revolucionario inicial. Los que desde dentro
8. de estos grupos se opusieron fueron apartados y encarcelados. En este proceso de
configuración del partido único, tuvo un papel muy importante Serrano Súñer , cuñado de
Franco. Franco se convirtió también en líder de este partido, con lo que controlaba todos los
elementos del poder.
En enero de 1938 se formó el primer gobierno de Franco, que a partir de entonces
empezó a ser llamado Caudillo de España. El nuevo régimen se apoyaba en el fascismo y
defendía un modelo social basado en el conservadurismo y la preeminencia del catolicismo.
Las primeras leyes se encaminaron a asentar con fuerza el régimen totalitario y a derogar toda
la legislación republicana. La Iglesia recibió su recompensa por el apoyo recibido: se derogó
toda la legislación republicana que había perjudicado sus intereses y se convirtió en uno de los
pilares del régimen.
6. CONSECUENCIAS DE LA GUERRA
6.1 Demográficas
Se han dado cifras muy dispares al cuantificar las pérdidas demográficas que causó el
conflicto: los muertos en el frente y por la represión en la guerra y en las posguerra, el hambre,
las epidemias; la reducción de la natalidad consiguiente... se barajan cifras entre medio millón
y el millón de fallecidos.
La represión provocó un incremento del número de prisioneros políticos en las cárceles
y campos de trabajos (Valle de los Caídos). Muchos de los encarcelados murieron en prisiones
franquistas, como Julián Besteiro o Miguel Hernández.
Otro elemento clave de las consecuencias demográficas fue el exilio republicano. Ya
durante el conflicto, los "niños de la guerra" fueron evacuados a países extranjeros, México,
Francia, Reino Unido pero sobre todo a la Unión Soviética, pero el gran éxodo tuvo lugar en
enero y febrero de 1939, consecuencia de la conquista de Cataluña. Los exiliados fueron
confinados en campos de refugiados como el de Argelés en el sur de Francia. Finalmente se
produjo un último exilio a finales de marzo con el final de la guerra y desde los puertos de
levante como valencia, Alicante, Cartagena o Almería intentando alcanzar las costas de Argelia.
En conjunto, se calcula que hubo unos cuatrocientos cincuenta mil exiliados. Aunque algunos
fueron retornando durante la dictadura, muchos no volvieron a España o esperaron a la
muerte del dictador en 1975. Este exilio supuso una importante pérdida demográfica para el
país: una población joven y activa, que incluía a gran parte de los sectores más preparados del
país: las elites científicas, literarias y artísticas de la Edad de Plata, funcionarios, militares y
personal altamente cualificado.
Muchos de estos exiliados se alistarían en la Legión Extranjera francesa combatiendo
en la Segunda Guerra Mundial, siendo los primeros en entrar en París en 1944. Además
muchos otros colaborarán con la resistencia francesa durante toda la guerra. Y otro grupo
terminará en los campos de concentración nazis.
La emigración española a América como consecuencia de la Guerra es uno de los
episodios más notables de la posguerra. Los exiliados llegaron a México, país que gobernado
por Lázaro Cárdenas les recibió generosamente
6.2 Económicas
La guerra fue una verdadera catástrofe económica. A la desaparición de una gran parte
de la población activa española hay que añadir las cuantiosas pérdidas materiales. Un dato
revela su magnitud: la renta nacional y per cápita no recuperará el nivel de 1936 hasta la
década de 1950. Se produjo la destrucción del tejido industrial del país, lo que llevó a la vuelta
en los años cuarenta a una economía básicamente agraria. Aunque la producción agraria y
ganadera sufrió también un notable descenso.
Se produjo también una importante destrucción de viviendas, con ciudades arrasadas
como Guernica o Belchite y otras con grandes daños como Madrid, Barcelona o Teruel.
Los transportes y las infraestructuras quedaron seriamente dañados.
9. España soporta, además, la deuda contraída por el régimen franquista con Alemania e
Italia, a lo que hay que sumar las deudas con las compañías petroleras norteamericanas. Así
mismo hay que añadir la desaparición de 510 toneladas de oro del banco de España por pago
de armamento y víveres por parte del Gobierno republicano sobre todo a la URSS.
6.3 Sociales y morales
El resultado de la guerra trajo consigo la recuperación de la hegemonía económica y
social por parte de la oligarquía terrateniente, industrial y financiera. Paralelamente, se dio la
pérdida de todos los derechos adquiridos por los trabajadores.
La guerra supuso una verdadera fractura moral del país. Varias generaciones han
quedado marcadas por el sufrimiento de la guerra y la represión de la larga posguerra.
El régimen de Franco nunca buscó la reconciliación de los españoles y siempre recordó
y celebró su origen bélico. Las heridas de la guerra civil perduraron durante decenios y
la persecución y represión de los vencidos fue un rasgo clave del franquismo.