1. Testimonios de un tiempo maldito
Durante el franquismo la homosexualidad fue reprimida ferozmente. Se criminalizó primero por medio
de la ley de Vagos y Maleantes, y a partir de 1970 a través de la ley de Peligrosidad Social. Ser
homosexual ha sido un delito en España hasta diciembre de 1978. Un delito que se castigaba con penas
de cárcel o reclusión en campos de concentración, como el campo de Tefía en Fuerteventura donde
eran enviados los homosexuales canarios. Hubo cárceles especiales para homosexuales como la de
Huelva o la de Badajoz. En otras había módulos donde se recluían a los presos homosexuales como en
la Modelo de Barcelona, la Modelo de Valencia o la cárcel de Carabanchel y la famosa tercera planta
de la quinta galería conocida como el “Palomar” desde donde varios presos y presas se llegaron a
arrojar para quitarse la vida.
Las personas transexuales además de represaliadas fueron sistemáticamente invisibilizadas, fueron
tratadas como homosexuales por un régimen incapaz de distinguir entre orientación e identidad sexual.
Las lesbianas fueron doblemente discriminadas por su homosexualidad y por ser mujer.
“Testigos de un tiempo maldito” es un proyecto que pretende recuperar la memoria de aquellas
personas que fueron represaliadas por el régimen franquista debido a su orientación sexual.
Este proyecto busca dar a conocer la represión sufrida por este colectivo durante aquellos años negros
de la historia de España.
Para ello, desde el verano de 2010 he buscado a lo largo y ancho de la geografía española a personas
que hayan sufrido ese tipo de represalias, las he entrevistado, retratado y grabado en video.
El resultado es una serie de retratos junto a unos pequeños textos biográficos donde se detalla el
recorrido vital de cada uno de los protagonistas y un video realizado con extractos de las entrevistas
grabadas a todos ellos.
Félix Cabrera Canino (Las Palmas, 1931)
En agosto de 1950, a los 19 años, es detenido por primera vez junto a dos amigos. Es llevado a la
prisión de Barranco Seco donde pasa un mes. Sale en libertad el 24 de septiembre de 1950.
Desde ese momento, las detenciones e ingresos en prisión se suceden constantemente debido a las
continuas redadas en búsqueda de homosexuales.
Después de varias detenciones, Félix comienza a trabajar en teatro, circo y variedades. Posteriormente
marcha a Barcelona buscando un poco de libertad.
En 1954 entra en vigor la reforma de la ley de Vagos y Maleantes que recoge la figura del homosexual.
Al año siguiente vuelve a ser detenido y el 19 de julio de 1955 es condenado a un año de prisión por el
Juzgado especial de Vagos y Maleantes de Canarias. Tras varios traslados de unas cárceles a otras sale
en libertad el 1 de julio de 1956, pero con pena de destierro durante un año.
Durante los años de franquismo tiene que actuar vestido de hombre pero durante la transición realiza
2. espectáculos de transformismo en Madrid bajo el nombre artístico de “Félix de Granada”.
En la actualidad vive en las Palmas y conserva la colección de vestidos y pelucas que ha utilizado
durante su carrera profesional. Y a sus 80 años de edad sigue ofreciendo espectáculos y reivindicando
el travestismo.
Coral Cano Domínguez
En 1980 tiene su primera relación con una chica, se enamora y por fin se siente correspondida. Coral
vive con dolor y frustración el armario, la invisibilidad y la falta de libertad para expresar el deseo y
amor que sienten las dos más allá de las cuatro paredes de su habitación.
Son tiempos donde el amor entre mujeres queda maquillado por la explicación de “son muy buenas
amigas”. La invisibilidad es total. La vida en el armario y el ambiente es parte de la vivencia de muchas
lesbianas jóvenes.
En los 80 comienza a trabajar como educadora social en Vallecas. En ese entorno toma contacto con el
grupo de mujeres de Vallecas, el primer grupo de feministas que conoce y al que se vincula durante
muchos años.
En los 90 marcha a Nicaragua como brigadista. También organiza las primeras marchas del orgullo tal
como las conocemos ahora, el grupo de lesbiKas en Vallecas.
Desde 2002 está vinculada a la Fundación Feminista Entredós, siendo consejera desde hace dos años.
En el 2006, al aprobar en la primera legislatura del gobierno Zapatero, la ley que permite contraer
matrimonio a parejas del mismo sexo, se casa con su novia, con la que llevaba conviviendo más de
quince años.
Andrés García Jaime (Auxerre, 1939)
En la década de los 60 establece relación con otro muchacho con el que convive durante varios años en
casa de la familia de éste.
El 10 de julio de aquel año, Andrés, desconocedor de que se está produciendo una redada, recibe una
llamada pidiéndole que se persone en comisaría para contestar unas preguntas sobre una persona. Al
acudir, Andrés es entrevistado por un comisario que entre otras cosas le pregunta si es homosexual, a
lo que contesta afirmativamente. Tras tomarle declaración es esposado y trasladado a la prisión de
Martutene, en San Sebastián, donde permanece los primeros 15 días incomunicado en una celda
individual. Tras el primer periodo de incomunicación es ubicado en una galería donde convive con
varios presos homosexuales detenidos en aquellos días. Permanece encarcelado durante un mes y
medio. El 17 de agosto sale en libertad provisional con la obligación de presentarse en el juzgado cada
15 días. Seis meses más tarde se celebra su juicio, donde sale condenado a trabajos forzados por el
tiempo que había permanecido en prisión, además de una orden de destierro durante un año con
obligatoriedad de personarse en el juzgado quincenalmente.
Intenta conseguir trabajo en otras localidades, pero al pedir informes a la central de su cadena es
rechazado sistemáticamente, así que decide marcharse de España. Se traslada a Suecia donde pasa 6
años. Regresa a España en 1971, recupera su trabajo en Radio Zaragoza y conoce al hombre que será
3. su pareja durante los próximos 40 años y que en 2011 es su marido.
Candela García López (Alcalá del Río, 1941)
En la década de los 60 marcha a Barcelona, donde trabaja en el Hospital Militar, en el Hotel Pelayo, en
la cocina de la Universidad, en un restaurante y en el puerto limpiando barcos. En 1966, al regresar a
casa, una noche es detenida en el portal junto a un amigo homosexual diciéndoles que “les iban a quitar
del mariconeo”. Es llevada a comisaría donde le llaman “maricón”, le toman declaración sin presencia
de abogado y es encerrada en un calabozo oscuro donde ha de pasar la noche sentada en un banco. Al
día siguiente, es sacada de allí, esposada, y trasladada en un furgón a la comisaría de Via Laietana
donde pasa el día junto a otros homosexuales presos. Por la noche es trasladada en un furgón a la
cárcel Modelo donde pasa 5 meses y medio recluida. Los quince primeros días es encerrada en una
celda de castigo. En ella, ha de pasar todo el día sentada en el suelo. Por la noche le es entregado un
colchón y una almohada que le son retirados cada mañana. Tras esos primeros quince días es
trasladada al módulo 2, donde son recluidos los presos homosexuales y entra a trabajar en los talleres
de la prisión, fabricando cunas para niños y banderines. En la cárcel a Candela, igual que al resto de
presos homosexuales o transexuales, le cortan el pelo no permitiéndole que lo lleve largo.
En 1970 emigró a Francia y allí conoce a varias personas transexuales y en 1974 comienza a
hormonarse. En 1976 regresa a Sevilla y consigue un trabajo en un espectáculo con el que marcha de
gira por España. Alterna trabajos en el mundo del espectáculo con el ejercicio de la prostitución para
poder pagar su vivienda y manutención.
Ha tenido dos parejas estables. En 2011 vive en Sevilla y colabora con la Asociación de Transexuales
de Andalucía.
Enrique García Ruíz (Sevilla, 1953)
En 1970, a los 17 años, al salir del trabajo es detenido por primera vez y llevado a la Dirección de
Seguridad de la Puerta del Sol. Al día siguiente es puesto en libertad pero como consecuencia pierde el
trabajo.
En noviembre de 1970 vuelve a ser detenido y llevado a la Dirección de Seguridad donde pasa 3 días
encerrado. De allí es trasladado a la cárcel de Carabanchel donde pasa 15 días hasta que es puesto en
libertad.
Las redadas en Madrid son constantes en aquella época en búsqueda de homosexuales. Así las
detenciones para Enrique se suceden en los meses sucesivos:
En diciembre de 1970 es detenido y pasa 15 días en prisión. En mayo de 1971 vuelve a ser detenido y
pasa otros 15 días en prisión. En noviembre de 1972 vuelven a detenerle y pasa un mes en prisión. En
enero de 1973 de nuevo es detenido y pasa otro mes en prisión. En marzo de 1973 pasa un mes más
en prisión. Y en abril de 1973 se produce la última detención y vuelve a pasar otro mes en prisión.
Durante esos períodos, Enrique es encarcelado en la última planta de la quinta galería de la cárcel de
Carabanchel, conocida como el “Palomar”, donde son encerrados los presos homosexuales y
transexuales. Allí Enrique se dedica a lavar la ropa de otros presos para poder ganar algo de dinero.
4. En la cárcel ha de sufrir el acoso y persecución de un funcionario conocido por sus ideas derechistas así
como sus métodos represivos. Hasta tal punto que en 1974 se quita la vida arrojándose al vacío desde
la tercera planta de la galería.
Tras salir en libertad por última vez decide marcharse a Barcelona donde pasa 7 años. Allí comienza
una nueva etapa en la cual trabaja de noche como discjockey y bailarín. Entra en contacto con el
mundo del espectáculo y con personas transexuales. Allí Enrique comienza una etapa transexual que
llega a durar 21 años. Se somete a tratamiento endocrino y adopta el nombre artístico de Elianne.
Lola García Bustamante (Rociana del Condado, 1955)
En 1974, es detenida en un bar de ambiente gay sevillano situado en la Gran Plaza. Lola se encuentra
allí tomando algo con un grupo de amigos. Se presenta la policía, les pide el carnet y les pregunta si son
homosexuales. Al responder afirmativamente son llevados a comisaría. De allí Lola es trasladada a la
prisión de Sevilla donde pasa tres meses. Después es trasladada a la cárcel de Huelva donde cumple
otros tres meses de prisión.
A partir de la aparición de la Ley de Peligrosidad Social en 1970, comienzan a aparecer
establecimientos especializados para presos homosexuales, como la cárcel de Huelva o la de Badajoz.
Hasta entonces los presos homosexuales se alojaban en galerías especiales dentro de las cárceles: en
Carabanchel, la quinta galería, conocida como “el palomar”; en la Modelo de Barcelona, la tercera
galería.
Al salir en libertad tras seis meses de cautiverio, marcha a Barcelona donde comienza a hormonarse y a
vestirse de mujer. Allí trabaja en un restaurante durante ocho años, y más tarde, en discotecas, saunas y
ejerciendo la prostitución. Durante el tiempo que ejerce la prostitución sufre humillaciones y desgaste
psicológico. Al igual que sus compañeras sufre la indefensión causada por la indiferencia de la policía
cuando alguna es agredida.
En 2003 regresa a Sevilla. Cuatro años más tarde consigue cambiar su DNI donde a partir de entonces
figura como mujer.
En 2011 vive en Sevilla, trabaja en una empresa de limpieza y colabora activamente con ATA
(Asociación de Transexuales de Andalucía).
Octavio García Hernández (Las Palmas, 1931)
En 1954, con 23 años de edad, es detenido en Las Palmas, llevado a comisaría donde recibe
vejaciones e introducido en una mazmorra sucia y fría. Ingresa en la prisión de Barranco Seco, en Las
Palmas, donde pasa varios meses encarcelado. Se le aplica la Ley de Vagos y Maleantes y es
condenado por homosexual a una pena de entre uno y tres años de prisión en el campo de
concentración de Tefía, en Fuerteventura.
Octavio es trasladado a Fuerteventura en un pequeño barco junto a otros presos homosexuales. Antes
de llevarles al campo de concentración, son paseados por la isla en un camión, con la cabeza rapada,
para escarnio público mientras reciben insultos por parte de los vecinos que les llaman maricones.
5. El director del campo, Prudencio de la Fuente, ex sacerdote castrense, decide si los presos deben
permanecer internos el mínimo de un año o los tres años máximo que dicta la condena. Los funcionarios
que allí trabajan son en su mayoría ex combatientes o jubilados de las fuerzas armadas con vocación de
carceleros.
En el campo Octavio y sus compañeros sufren palizas, hambre y humillaciones constantes. Los
vigilantes llevan látigos, fustas o varas para pegar a los reclusos. El campo no dispone de agua corriente
ni luz. El agua la sacan los presos de un pozo y la almacenan en bidones. Los presos duermen en el
suelo de los barracones, sobre un jergón de paja y durante el día son obligados a cargar piedras,
transportar agua, cavar zanjas o picar piedra. La alimentación se basa en pan de tres días, fideos con
carne de cabra y guisantes con batatas enraizadas mezclados con gorgojos.
El único día de la semana que pueden lavarse es el sábado, y sólo durante un brevísimo espacio de
tiempo que un guardia marca con un pito.
Al ser el único con conocimientos religiosos, Octavio es elegido como maestro para enseñar al resto de
los presos a rezar. Eso le evita cumplir los tres años de condena. Sale en libertad a los dieciséis meses.
El día de su salida es obligado a desnudarse y a ponerse a cuatro patas como última humillación de
despedida.
Tras la salida en libertad se inicia una pena de destierro de duración mínima de un año y prorrogable
con otros cinco de libertad sometida a vigilancia de delegados. Los afectados han de vivir en otra isla o
al menos en otra ciudad.
Octavio nunca se atreve a contarle a su madre que es homosexual ni que ha sido encarcelado por eso,
aunque ella lo sospecha. Durante su estancia en el campo, no recibe ninguna visita familiar.
En 2012 Octavio vive en Las Palmas. No ha conseguido olvidar su paso por el campo de Tefía y
recuerda las palabras dichas por un compañero en el campo antes de morir: “Octavio, cuenta lo que
hemos pasado para que el mundo se entere”.