La autora visitó una reunión de Alcohólicos Anónimos en Dos Hermanas. El grupo se financia a sí mismo sin ayuda externa para preservar el anonimato de sus miembros. Compartieron sus historias y explicaron los Doce Pasos y Doce Tradiciones que siguen para mantenerse sobrios y ayudar a otros. La autora se sorprendió al ver que el alcoholismo afecta a personas de todos los ámbitos sin distinción. El caso que más le impactó fue el de un joven de 20 años que había tocado fondo, lo que le
Visita al grupo de Alcohólicos Anónimos del Salvador
1. 2011/2012
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS
EXPERIENCIAS Y VIVENCIAS EN
VISITA AL GRUPO DE ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS DEL SALVADOR EN
DOS HERMANAS.
NOELIA SORBINO RODRÍGUEZ
3º GRADO EN ENFERMERÍA
GRUPO 5
U.D. VALME
2. El día 12 de Diciembre de 2011 tuvimos la oportunidad de visitar una reunión de Alcohólicos
Anónimos del Grupo del Salvador de Dos Hermanas. Pese a nuestras reticencias al respecto, nos
llevamos una grata sorpresa. Cuando llegamos allí nos acogieron con los brazos abiertos y
enfocaron su reunión hacia nosotros, cosa que nos vino muy bien pero que alteró un poco su
dinámica.
Nada más llegar antes de entrar en el edificio uno de los componentes del grupo nos explicó un
poco cómo se financiaba el grupo. Nos dijo que los grupos tienen entre sus premisas mantenerse
por sí mismos sin ayudas ni prestaciones externas a las contribuciones que ellos pudieran
aportar por sus propios medios. Ellos habían alquilado la sala de las reuniones al cura por un
precio bastante asequible pero lo pagaban de sus bolsillos. Ellos es así para preservar el
anonimato del grupo, pues si recibiesen ayudas de fuentes públicas entonces tendrían que
justificar gastos ante estas entidades y hacer un registro de los miembros que participan en las
reuniones poniéndolos en disposición al público. Esto se lleva a cabo por las experiencias que
tuvieron en EEUU a raíz de buscar subvenciones que cambiaban con los cambios de poder, y la
pérdida de miembros que estos grupos sufrieron al perder el anonimato en pro de los fondos.
Nada más entrar, comenzaron la reunión enunciando el lema de Alcohólicos Anónimos:
“Alcohólicos Anónimos, es una Comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua
experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a
recuperarse del alcoholismo.
El único requisito para ser miembro de A.A. es el deseo de dejar la bebida. Para ser miembro
de A.A. no se pagan honorarios ni cuotas; nos mantenemos con nuestras propias
contribuciones. A.A. no está afiliada a ninguna secta, religión, partido político, organización o
institución alguna; no desea intervenir en controversias, no respalda ni se opone a ninguna
causa. Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a
alcanzar el estado de sobriedad.”
Seguidamente los contaron un poco de su historia. El primer grupo que surge en España se da
en Madrid y de él salen el resto. Todos los grupos parten del mismo concepto y tienen su origen
en el descubrimiento por parte del Dr. Bob y Will W., de que compartiendo sus experiencias no
sentían la necesidad de beber. Y así nació la idea y el primer grupo.
3. Seguidamente participó una mujer familiar de alcohólico. Ella no bebía pero lo pasaba tan mal
como si bebiese al ver en su casa los problemas y se unió a Al-Anón , que ayuda a los familiares
liares aunque los enfermos no reconozcan sus problemas.
Entre alcohólicos y familiares nos explicaron, a petición nuestra en qué consistían los doce
pasos y que ambos grupos los vivían de igual forma sólo cambiaba la última premisa en la que
cambiaba persona en vez de alcohólico en el caso de los familiares. Hacían mucho hincapié en
que sólo el primer paso hablaba de alcoholismo y que aunque parezca religioso no lo es pues ese
dios es diferente para cada uno que lo vive. Los doce pasos son:
1 Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol y que nuestras vidas se habían vuelto
ingobernables.
2 Llegamos al convencimiento de que un Poder Superior podría devolvernos el sano juicio.
3 Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo
concebimos.
4 Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos.
5 Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de
nuestros defectos.
6 Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de todos estos defectos de
carácter.
7 Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros defectos.
8 Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos
dispuestos a reparar el daño que les causamos.
9 Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo
implicaba perjuicio para ellos o para otros.
10 Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo
admitíamos inmediatamente.
11 Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con
Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente que nos dejase conocer su voluntad
para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla.
12 Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar
este mensaje a los alcohólicos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.
Junto con estos doce pasos hay doce tradiciones que son normativas, es decir, son para todos
entendidos iguales y han de ser cumplidas:
1. Nuestro bienestar común debe tener la preferencia; la recuperación personal depende de
la unidad de A.A.
2. Para el propósito de nuestro grupo sólo existe una autoridad fundamental: un Dios
amoroso tal como se exprese en la conciencia de nuestro grupo. Nuestros líderes no son
más que servidores de confianza. No gobiernan.
3. El único requisito para ser miembro de A.A. es querer dejar de beber.
4. 4. Cada grupo debe ser autónomo, excepto en asuntos que afecten a otros grupos o a
Alcohólicos Anónimos, considerado como un todo.
5. Cada grupo tiene un solo objetivo primordial: llevar el mensaje al alcohólico que aún
está sufriendo.
6. Un grupo de A.A. nunca debe respaldar, financiar o prestar el nombre de A.A. a
ninguna entidad allegada o empresa ajena, para evitar que los problemas de dinero,
propiedad y prestigio nos desvíen de nuestro objetivo primordial.
7. Todo grupo de A.A. debe mantenerse completamente a s mismo, negándose a recibir
contribuciones ajenas.
8. A.A. nunca tendrá carácter profesional, pero nuestros centros de servicio pueden
emplear trabajadores especiales.
9. A.A. como tal nunca debe ser organizada; pero podemos crear juntas o comités de
servicio que sean directamente responsables ante aquellos a quienes sirven.
10. A.A. no tiene opinión acerca de asuntos ajenos a sus actividades; por consiguiente, su
nombre nunca debe mezclarse en polémicas públicas.
11. Nuestra política de relaciones públicas se basa más bien en la atracción que en la
promoción; necesitamos mantener siempre nuestro anonimato personal ante la prensa,
la radio y el cine.
12. El anonimato es la base espiritual de todas nuestras Tradiciones, recordándonos siempre
anteponer los principios a las personalidades.
Después nos explicaron la impotancia del anonimato. Ningún miembro debía desvelar los
secretos que en las reuniones se contasen. Son libres de decir que pertenecen a la organización,
siempre que sigan teniendo en cuenta que son alcohólicos por 24 horas y que pueden recaer, y
que su libertad termina donde empieza la de su compañero. En Al.anón por ejemplo si tiene lña
premisa de abandonar el anonimato si con ello se denuncia un delito. En alcohólicos anónimos
no se juzga.
Es curioso ver como se tratan entre ellos y se dan las gracias por presentarse y compartir sus
experiencias. Y es aún más curioso que el alcoholismo no distingue entre sexos o clases
sociales, entre adultos o jóvenes, Amas de casa, taxistas, albañiles, abogados, turroneros o
desempleados.
El caso que más me llamó la atención fue el de David, un chaval muy joven que había tocado
fondo con 20 años la edad que tengo yo ahora. Nos contó su historia sin levantar la cabeza del
suelo. Ellos me hizo ver lo difícil que es la situación por la que pasan, la incomprensión que
reciben. Casi me sentí culpable por tener prejuicios ante la visita. Espero que ello me enseñe a
tener la mano y difundir el mensaje cuando me encuentre con alguien que se encuentre en el
mismo problema, pues el único modo de salir de ese pozo.