2. Húngaros (pueblos de Europa Oriental)
Eran sobre todo temibles para pueblos y monasterios, con frecuencia aislados en
los campos o situados en los arrabales de las ciudades, fuera del recinto
amurallado. Por encima de todo, parece que buscaban hacer cautivos, escogiendo
con cuidado los mejores, reservá
ndose a veces, de un pueblo pasado a cuchillo,
las mujeres jó venes y los muchachos: sin duda para sus necesidades y placeres
y, en especial, para venderlos. Si se presentaba la ocasió n no desdeñ aban lanzar
este ganado humano a los mercados del mismo Occidente, donde no todos los
compradores eran gente exigente; en el 954, una muchacha noble, capturada en
los alrededores de Worms, fue puesta en venta en la misma ciudad. Con
frecuencia, llevaban a los desgraciados cautivos hasta los países danubianos,
para ofrecerlos a los traficantes griegos [bizantinos].>> (Marc Bloch, 1986)
3. <<[…] Añ adamos, por ú
ltimo, a estos guerreros del Norte, de apetitos sensuales
muy fuertes y brutales, el gusto de la sangre y la destrucció n, manifestá
ndose casi
siempre por una violencia sin freno: así, la famosa orgía durante la que, en 1012, el
arzobispo de Canterbury, que sus raptores habían hasta entonces guardado con
cuidado para obtener rescate, fue lapidado con los huesos de los animales
devorados en el festín. De un islandé s, que hizo su campañ a en Occidente, una
saga nos dice que se le llamaba el “hombre de los niñ os”, porque se negaba a
ensartarlos en las puntas de sus lanzas “como era la costumbre entre sus
compañ eros”. Creemos que lo dicho es suficiente para hacer comprender el terror
que en todas partes esparcían ante sí estos invasores.>> Marc Bloch. 1986
4. Consecuencias para Europa Occidental
<<De la tormenta de las ú
ltimas invasiones, el Occidente salió cubierto de
ruinas. Las mismas ciudades no se salvaron, a lo menos de los
escandinavos, y si muchas de ellas, despué s del pillaje o el abandono, se
rehicieron, bien o mal, de entre sus ruinas, é sta brecha ene l curso regular de
su vida la dejó debilitadas para mucho tiempo. […] A lo largo de las vías
fluviales, los intercambios perdieron su seguridad: en el 861, los mercaderes
parisienses, huyendo con su flotilla, fueron alcanzados por las barcas
normandas y conducidos a la cautividad. El campo, sobre todo, sufrió
atrozmente y algunas comarcas se convirtieron en verdaderos desiertos.
[…]>>
Marc Bloch, 1986
5. Los campesinos vivían aterrorizados y pidieron la protecció n a los nobles.
Los nobles tenían grandes y fuertes castillos, donde la gente podía
refugiarse en caso de una invasió n.
A cambio de la protecció n, los campesinos tenían que pagar rentas
e impuestos, y trabajar para la tierra del noble. Y se convertían en sus
siervos. Esto hizo a los nobles muy fuertes, incluso má que los reyes.
s
11. Estamento. Estado o grupo social que en la Edad Media
formaban las personas que estaban en la misma situació n
jurídica (cada uno tenía su propias leyes y normas). Eran tres: la
nobleza, el clero y el estamento no privilegiado (campesinado,
artesanado, burgueses...). Al primero y al ú
ltimo só lo se podía
acceder por nacimiento o designació n, por lo tanto el paso de
uno a otro era limitado. En el caso del segundo, el clero, estaba
abierto tanto a la nobleza como el campesinado sin embargo
normalmente el alto clero (arzobispos, obispos, abades...)
provenían de la nobleza mientras que el bajo clero (pá
rrocos y
monjes) provenían del campesinado.
¿Qué era un estamento?
¿ Cuá eran los estamentos en la Edad
les
Media?
¿ Se podía cambiar de estamento?
11
12. Privilegio. Ventaja, derecho o ley especial del que disfruta una
persona o grupo social. Los estamentos privilegiados en la Edad
Media eran llamados así por que disponían de leyes especiales
que les permitían hacer cosas que no les estaban permitidas a
los demá (no privilegiados): portar armas o no pagar impuestos
s
a la corona. Los estamentos privilegiados eran la nobleza y el
clero mientras que el estamento no privilegiado no tiene un
nombre definido. Aunque se le denomina "campesinado"
tambié n incluye, en realidad, aquellos grupos sociales que no
pertenecen a los estamentos de la nobleza o el clero, de ahí
que prefiera llamá
rsele "estamento no privilegiado".
¿ Existen en la actualidad estamentos?
Escribe unas 6 líneas sobre ellos
12
18. ¿POR QUÉ ERAN
PRIVILEGIADOS?
-No trabajaban
-No pagaban impuestos
-Eran los ú
nicos en poder tener armas
Controlaban al resto de la
població n
19. BELLATORE
S
Hacen la guerra para:
Defender su territorios
Enfrentarse a otros nobles
Debían ayudar al Rey o a su
Señ or
Conseguían riquezas, tierras, poder
24. QUIÉ N NO CUMPLÍ A
LOS MANDATOS DE
LA IGLESIA ERA
EXCOMULGADO
25. Recibía a sus vasallos
Conversaba con sus amigos
Impartía justicia
Recaudaba impuestos
Celebraba banquetes
Se entrenaba para la guerra
Hacía torneos
Cazaba
OCIO
EN SU FEUDO
32. Casas de madera
o paja
Una habitació n para
personas y animales
Suelos de tierra
Convivían muchas
generaciones
Los hijos podían ayudar en el trabajo
32
33. Autoconsumo: consumían lo que ellos cultivaban o
fabricaban
Mortalidad muy alta
Toda la familia trabajaba
Pocas herramientas y bajos rendimientos
Guerras, hambre,
enfermedades
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34. Para el Señor sólo somos animales domésticos, y no los
más preciados: sus alanos, sus bridones, incluso sus
palafrenes son mucho más queridos. Tenemos que trabajar
las tierras del amo, reparar sus caminos y sus puentes,
limpiar las perreras, lavar sus ropas, cortar y acarrear
la leña para sus chimeneas, pastorear su ganado y hacerlo
pasear por los campos del señorío para fertilizarlos con
sus
excrementos.
Tenemos
que
pagar
el
diezmo
eclesiástico, y los rescates de Abuny y sus hombres
cuando resultan vencidos en sus estúpidos torneos;
tenemos que costear el nombramiento de caballero de sus
hijos y las bodas de sus hijas, y contribuir con una tasa
especial para las guerras. El molino, el horno y el lagar
son del amo, y nos pone un buen precio cada vez que vamos
a moler nuestro grano, a cocer nuestro pan o prensar
nuestras manzanas para hacer sidra. Ni siquiera podemos
casarnos o morirnos tranquilos: tenemos que pagarle al
amo por todo ello. No conozco a un solo villano que no
odie a su Señor
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